Regeneración N° 33. 7 abril 1901 LA SEGURIDAD EN LA REPÚBLICA ”….la ausencia de ataques al individuo y la propiedad, característicos de otros periodos de la vida nacional, nos colocan hoy a la altura de los pueblos más civilizados…..” (CONTINÚA) De la hacienda de «La Encarnación,» cercana a la Villa de Nicolás Romero, antes (San Pedro Atzcapotzaltongo) estado de México, se dirigía a su hogar un joven operario de esa finca de campo, cuando de improviso, en el punto llamado «El Mogote,» le salieron al encuentro dos hombres, que lo amenazaron con pistolas para robarle la raya que había obtenido en la Hacienda. Como el joven se resistiera, los asaltantes lo ataron de las manos, lo despojaron del dinero y lo arrojaron en una barranca, en donde se encontraban dos indígenas, amarrados también, víctimas de los mismos asaltantes. Estos no han sido aprehendidos. La audacia de los bandidos ha llegado hasta despojar a los individuos investidos con los atavíos de la justicia. Al Lic. Federico Pereza Rosado, Juez de 1ª Instancia de Tlalpam, le allanaron su morada y le extrajeron objetos por valor de 200 pesos. La policía aprehendió, como lo acostumbra, a algunos sospechosos, que a la postre resultarán inocentes, pero con algunos meses o años de injustificada prisión. Al Sr. Bonifacio Conde, que habita en la Colonia Chapultepec, perteneciente a Tacubaya, le fue asaltada su casa, trepando los ladrones por una barda, y desaparecieron dos colchones, cinco almohadas, cuatro sabanas, cuatro frazadas, cinco gallinas y un gallo, además de otros objetos de poco valor. Dos casos de robo con horadación se efectuaron últimamente. Uno en la calle de Vidal Alcocer, de esta capital, en una fábrica que tiene establecida el Sr. Santiago Villaseñor, a quien le robaron cuarenta metros de tela. Se aprehendieron sospechosos. El otro, en el pueblo, de San Gerónimo, de la prefectura de Coyoacán, D.F., en una casa que habita D. Andoquio Sánchez, a quien le robaron un reloj de pared, un cobertor, una petaca, cien pesos en plata, algunos documentos de propiedad y otros objetos de valor. Se libraron las ordenes de aprehensión contra los culpables, pero no se sabe quienes sean ellos, ni se sabrá nunca. En cambio se aprehenderá a inocentes en calidad de sospechosos. |