RUTA MAGÓN
Puente Internacional
Existe una segunda versión que sostiene que Ricardo Flores Magón, tras evadir la persecución en El Paso y sin saber que sus compañeros Sarabia, Canales y otros habían sido ya arrestados, se habría encaminado a Ciudad Juárez con el objeto de avisarles. En esta segunda versión, se imagina a un Ricardo “que llevaba una bomba de dinamita en cada mano”, en los momentos en que empezaba a cruzar el puente internacional. Nada más lejano que el testimonio del propio Ricardo: “Mi astucia, cuando nos iban a aprehender a usted y a mí, se redujo a que usted me salvó. Si usted no me dice que fuera a esperar a la cantina de la esquina lo que procedía, me hubieran agarrado como a un indefenso borrego. Así pues, sólo usted fue el astuto y no yo; pero ya sabía usted lo que es la imaginación popular. En esta otra escapatoria hubiera caído cruzado de brazos en poder de los perseguidores, si amigos leales y buenos no me hubieran dicho que la lumbre me llegaba a los aparejos. Estaba yo tranquilo y confiado.
“He ahí cómo se hace uno de fama sin hacer un esfuerzo para conquistarla. Ahora todos dicen que soy astuto. La verdad es que si no hay otra mano amiga que me indique el peligro, caeré irremisiblemente. No veo, ya sabe usted que mis ojos no me sirven de nada. Soy perezoso para andar y… muy confiado.
“Defectos son esos que unidos a otros muchos, me hacen incapaz de salvarme por mí mismo. Si no encuentro otra mano que me aparte del peligro cuando vuelva a haberlo, caeré, estoy seguro de ello.
“He resuelto esconderme de verdad, aunque no es fácil cumplirlo. Usted comprende que me haría sospechoso en cualquiera casa de la que nunca saliere, necesito despistar a los que me persiguen y a los que están en contacto conmigo cuando no vivo en el seno de la familia de un amigo.”
Como sea, Ricardo en compañía de Modesto Díaz, se refugió esa noche en la población cercana de Isleta, Texas, para tomar al día siguiente el tren que lo llevaría a Los Ángeles, California, lugar de residencia de Modesto.