RUTA MAGÓN

Labor Temple
Los Ángeles, California

Labor Temple.
538 Maple Ave.

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El 7 de agosto de 1910, en el Labor Temple de Los Ángeles, se llevó al cabo un mitin en honor de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, bajo los auspicios del Partido Socialista Norteamericano. La asistencia fue calculada, por un espía del consulado mexicano, en 1 200 personas, la mitad de ellas mexicanas. “A los acordes del Himno Nacional Mexicano, que tocaba la orquesta y bajo una lluvia de flores, Rivera marchó por el pasillo central hasta la plataforma acompañado de su esposa e hijos; los seguían Ricardo Flores Magón y Antonio I. Villarreal, en hombros de [Job] Harriman, [A. R.] Holston, [Lázaro Gutiérrez] de Lara y [John Kenneth] Turner. Este último en su discurso afirmó: “En comparación con México, tenemos océanos de libertad en los Estados Unidos… (risas)… Ustedes se ríen pero debido a que desconocen el régimen implantado por la Bestia Negra de México. Para cambiar las condiciones en México no queda otro recurso que la revolución armada”.

Ricardo, último orador, terminó su intervención así: “Mi brazo se levantará siempre, y hasta que muera, en favor del débil y contra el déspota. Tengo en mis carnes las huellas de las cadenas y de ellas me siento orgulloso. Creo en un futuro de bienestar y mientras que llegamos a ese futuro, lancemos un ¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL!”

Un reportero comentará más tarde: “Magón y Villarreal son hombres de fuerte constitución y en su apariencia revelan que se hallan perfectamente preparados para sobrellevar los rigores de una nueva campaña. Rivera por el contrario no goza de buena salud y se nota que la prisión ha dejado en él huellas más profundas que en sus compañeros.

“Al final del mitin se llevó al cabo una recolecta entre los asistentes, obteniéndose poco más de 400 dólares, cuyo destino sería la publicación de Regeneración”.

Ricardo regresó al Labor Temple para la primera sesión del grupo “Regeneración” de Los Ángeles, tres semanas antes del inicio formal del levantamiento maderista, el 30 de octubre de 1910, para leer su discurso “En pos de la libertad”. En él augura que en México habrá de desarrollarse “la primera revolución social del siglo”.