Vista del féretro de Ricardo Flores Magón en la sede de la Alianza Ferrocarrilera en la ciudad de México el día 15 de enero de 1923.

Un reportero de El Demócrata testimonió: “Hoy, a las 12: 30 a.m. llegó el tren especial con los restos de Ricardo Flores Magón a la Estación Corona. Custodiando la urna se encontraban la delegación de la Alianza Ferrocarrilera, una delegación del Sindicato de Panaderos de Ciudad Juárez y otra de ferrocarrileros de Aguascalientes que venían turnándose la guardia que se formó en el convoy. El cortejo fúnebre encabezado por el Consejo Federal de la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras de México marchando detrás de la carroza con coronas, el féretro cargado por ferrocarrileros y obreros de Artes Gráficas de los Talleres Oficiales, seguidos por comiciones de sindicatos, alianzas y organizaciones obreras, se encaminó por Reforma hasta la calle de Rosales, donde tiene su sede la Alianza Ferrocarrilera. En ese lugar estaba ya instalado un catafalco, donde fueron colocados los restos mortales del revolucionario oaxaqueño comenzando las guardias de media hora que duraron toda la noche.”

Por su parte Braning del “Tacoma Labor Advocate” escribe: “A veces, mujeres de rebozo negro sencillamente vestidas, o un trabajador, o algún peón de huaraches y camisa de manta, que con su silencio patentaba el amor que le profesaba al gran Magón, hacían guardia. Largas filas de trabajadores compuestos de hombres y mujeres, desfilaron silenciosamente ante el féretro, cubierto ya, con un lienzo en el que estaban inscritas las palabras del antiguo grito de guerra y que aún tenían vigencia: TIERRA Y LIBERTAD. El cuerpo permaneció en capilla ardiente más o menos 24 horas”.