ESCRITOS

REPORTES E INFORMES

LOS TRABAJADORES DE CHICAGO MUESTRAN SU SIMPATÍA. ESTIMULANTES RESOLUCIONES APROBADAS POR LOS TROQUELADORES 1

Con la desinformación en la prensa en general, la mala información en la prensa radical – permítasenos añadir, la timidez de ésta última – la intensa guerra local en el mundo del trabajo, y la necesidad de una defensa concentrada de los dirigentes laborales ahora bajo acusación en Los Ángeles2, es difícil para el ciudadano promedio de Chicago, incluso para el mejor informado, comprender la situación mexicana y su importancia para sí mismo.

Pionero entre aquellos que la reconocen, se encuentra el Local 105 de la Unión de Troqueladores, Asociación Internacional de Maquinistas3, que aprobó, durante las últimas semanas de mayo, la siguiente resolución:

Considerando, Que el pueblo trabajador de México se encuentra ahora en abierta revuelta en contra de un sistema de opresión económica que le ha despojado de la tierra y de la oportunidad de trabajar, y que le ha esclavizado a manos de unos cuantos terratenientes extranjeros y nacionales enormemente acaudalados;

Y considerando, Que estos insurrectos rechazan decididamente reducir sus demandas o abandonar su lucha por el pacto de paz entre Díaz y Madero4, declarando a este último como un simple busca-puestos, en virtud de ser uno de los mayores terratenientes de México, y ser necesariamente un enemigo encarnizado de aquellos cambios económicos que son los únicos que pueden dar libertad a los trabajadores de México;

Y considerando que, Reconociendo que la lucha entre el capital y el trabajo no reconoce fronteras; que el Ejército de Estados Unidos es mantenido sobre la frontera5, listo para proteger los intereses del capital Norteamericano en México, en caso de que el gobierno maderista se muestre incapaz de aplastar la revolución genuina; comprendiendo que los trabajadores en todas partes, si estuviesen informados de la situación real (que no lo están, debido a la conspiración de la prensa capitalista por suprimir la verdad) deben simpatizar con la valiente lucha de sus hermanos mexicanos en rebelión; que el Partido Liberal Mexicano (cuya Junta de Organización se encuentra en 519 ½ E. 4th Street, Los Ángeles), ha lanzado un llamado a los Trabajadores del Mundo6 para apoyarles en su lucha, mediante la difusión del conocimiento de la situación por todos los medios disponibles, mediante enérgicas protestas contra la intervención de cualquier poder extranjero, y mediante contribuciones en dinero;

Hemos por tanto resuelto: Que nosotros, los miembros del Local 105 de la Unión de Troqueladores, Asociación Internacional de Maquinistas, expresamos aquí nuestra más completa simpatía con los trabajadores de México en su justa demanda por la restitución de la tierra al pueblo; que reconocemos su lucha como nuestra lucha, y de los trabajadores de todas partes; y

Hemos resuelto: que protestamos con toda nuestra fuerza en contra de una intervención ya sea por parte de Estados Unidos o de cualquier otro gobierno en la lucha Mexicana. Si los capitalistas han escogido invertir en México sacando ventaja de las corruptas y bárbaras condiciones políticas y económicas para extraer ganancias de los trabajadores mexicanos, ¡dejad que sean ellos quienes carguen con las consecuencias, no dejéis que los trabajadores de los Estados Unidos, o de cualquier otro país, sean engañados para ser blanco de los disparos para mantener la supremacía de las sanguijuelas del capital, ya que no serán ellos mismos quienes peleen!

Y hemos resuelto: que, emulando a nuestros hermanos del Local de la Unión de Panaderos, y la Unión de Molineros No. 422 de San Francisco, de igual manera comprometemos nuestro apoyo moral, y si es necesario financiero, a la gran lucha.

Fueron dirigidas copias al Presidente Taft7, al “Chicago daily Socialist”8 y a “Regeneración”. Se esperaba que el “Chicago daily Socialist” la imprimiera en su totalidad; sin embargo, sólo hizo una nota formal al respecto.

Actualmente, la situación se está aclarando por si misma, y el Chicago daily Socialist está haciendo mejores reportes. Sus propios lectores socialistas han protestado de manera vigorosa en contra de la actitud del Congresista Berger9 para quien lo adecuado para los sufrientes de México es continuar sufriendo sumisamente hasta que el capitalismo “haya colmado la medida de sus padres.10” Hay socialistas que piensan que esa medida ya se ha rebasado.

VOLTAIRINE DE CLEYRE
2038 Potomac Ave., Chicago, 111.


1 Publicado en Regeneración, Núm. 44, sábado 1 de Julio de 1911. La razón de la tardía publicación de este texto la expresó el encargado de la sección en inglés, William C. Owen, en el número 42 del 17 de junio: “En Chicago, Voltairine de Cleyre y otros destacados trabajadores se están esmerando activamente. No podemos decir si los informes y las remesas prometidos por ellos han llegado a Los Ángeles o no, ya que la oficina del alguacil ha tomado nuestro correo a su tierno cuidado. Al haber sido privados tanto de la correspondencia como de los envíos, naturalmente seguimos adivinando y nos vemos obligados a dejar a nuestros lectores en la misma situación.”

2 Refiérese a los hermanos John J. y James B. McNamara, miembros de la International Association of Bridges and Structural Iron Workers (Asociación Internacional de Trabajadores de Puentes y Estructuras de Acero) de la cual era secretario-tesorero el primero. Ambos fueron acusados de haber dinamitado el edificio del periódico anti-obrero The Los Ángeles Times el 1 de octubre de 1910 y encarcelados en Los Ángeles, Calif. El incendio que prosiguió a la explosión provocó 21 muertes y numerosos heridos. El Times, buscó, en un principio, incriminar en esos hechos a los redactores de Regeneración, a lo que el periódico replicó con la validación de la tesis de un auto-atentado ideado por el general Harrison Gray Otis, dueño del periódico y con la defensa de los hermanos McNamara, tras su captura en abril de 1911. RFM y McNamara coincidieron en la cárcel del condado de Los Ángeles. Los principales sindicatos y organizaciones obreras norteamericanas, incluida la American Federation of Labor, defendieron a los McNamara, hasta que James B., durante el juicio que tuvo lugar en octubre de ese año, se declaró culpable por consejo del abogado Clearence Darrow. A ello siguió una fuerte ofensiva estatal contra sindicatos y la derechización de muchos de ellos.

3 In 1888, los maquinistas de Atlanta, Georgia formaron la International Association of Machinists (Asociación Internacional de Maquinistas) como sindicato.

4 Refiérese a los Acuerdos de Ciudad Juárez, Chih. firmados el 21 de mayo de 1911.

5 El gobierno norteamericano reforzó la presencia de tropas en la frontera el 3 de febrero de 1911 y un poco más de un mes después, desplegó, por órdenes de presidente Howard W. Taft, 20 000 soldados más en la zona, así como el traslado de un crucero en cada una de las bases navales más cercanas a México: Guantánamo y San Diego.

6 Refiérese a “Un llamamiento a los Trabajadores del Mundo”, emitido por el Comité Internacional de la Junta; Regeneración, núm. 39, 27 de mayo de 1911.Organizadora del Partido Liberal Mexicano (Los Ángeles, Cal.)

7 Refiérese a William Howard Taft. Presidente de los Estados Unidos de América del 4 de marzo de 1909 al 4 de marzo de 1913.

8 Refiérese a The Chicago daily Socialist (Chicago, Ill.) 1904-1912. A. M. Simons, editor. Sucesor de The Workers’ Call (1899-1902). Portavoz, en sus inicios, del Socialist Labor Party (Partido Socialista del Trabajo), editado por la Workers’ Publication Society. A partir de 1909 se aproximó a las posturas reformistas de la AFL.

9 Refiérese a Víctor L. Berger (1860-1929), periodista y fundador del Partido Social Demócrata de América y su sucesor el Partido Socialista de América. Fue el primer senador socialista estadounidense, electo en 1910 por el distrito de Milwaukee, Wisconsin. Representó el ala derechista del socialismo en Estados Unidos.

10 Mateo, 23:32

LOS CAMARADAS DE CHICAGO DESPLIEGAN GRAN ACTIVIDAD. LOS SINDICATOS HAN REALIZADO VISITAS E INICIADO UNA CAMPAÑA DE AGITACIÓN PERSISTENTE 1

El 2 de julio de 1911, algunos de los interesados en la Revuelta Mexicana y en los trabajadores de “Regeneración”, se agruparon en una asociación bajo Conferencia de Defensa Liberal Mexicana de Chicago, con Honorè J. Jaxon2 como secretario, y la abajo firmante como tesorera.

Nuestros propósitos son hacer causa con la Revolución Mexicana y con el caso de los redactores y editores3, conocidos del público en general, y de los trabajadores de Chicago en particular; visitar a los sindicatos locales y las sociedades radicales; vender copias del periódico y solicitar fondos.

Nuestros comités han visitado hasta ahora al Local 237 de [la organización] Trabajadores de Panadería y Confitería (que expresó su simpatía moral y dio una donación de $5; la Rama 30 del Círculo de Trabajadores de Chicago, la cual dio una donación de $3; la Rama—— que donó $2; la Rama 52, que ha comprometido su apoyo moral y financiero; la Rama 448 que promete su apoyo moral y financiero, haciéndose cargo de una colecta gratuita, y que desea cooperar con la Conferencia; la Rama 178, que suscribió $1 y nombró un delegado a la Conferencia; la Rama 141 que, tras una discusión, refirió todo el asunto al comité ejecutivo; la Rama 409 que aprobó una resolución condenando fuertemente a la Prensa Socialista por su silencio respecto a la Revolución Mexicana, y prometió una donación; y la Rama 32, que, siendo una rama sólidamente partidaria de los socialistas, escabulló el comprometerse mediante la posposición de la acción hasta el final del mitin, para evitar dar alguna respuesta a nuestro enviado del comité – un ejemplo de lo que puede esperarse de los dirigentes socialistas.

Se han vendido periódicos en las calles y en mítines locales y comidas campestres.

Es nuestra intención, tan pronto como se establezca el esperado clima más fresco, el organizar mítines públicos. Todos aquellos que se sientan interesados en unirse al trabajo de distribución de escritos, visitas a los locales, escribir cartas a la prensa, ayudar a organizar mítines o suscribir fondos, son invitados a comunicarse conmigo a la dirección al calce, dado que el Señor Jaxon se encuentra temporalmente ausente en Europa, donde representa a la misma causa.

VOLTAIRINE DE CLEYRE
2038 Potomac Ave., Chicago, 111.

Acompañando el reporte se encontraba un cheque por $5 del Local 237 de [la organización] Trabajadores de Panadería y Confitería, no mencionado más arriba, y $2.35 en Lista de Suscripción, con promesa de más.


1 Publicado en Regeneración, núm. 51, 19 de agosto de 1911, p.4. Le antecedía lo siguiente: “Hemos recibido un reporte oficial de la Conferencia de Defensa Liberal Mexicana de Chicago que, aun cuando apenas organizada el mes pasado y muy desfavorecida por el clima caluroso, muestra gran actividad. Se ha realizado un excelente comienzo y conforme se aproxime el otoño, numerosas organizaciones reasumirán los mítines que han estado prácticamente en suspenso durante los meses de verano. Más aún, la Revolución Mexicana está siendo mejor entendida, y los trabajadores, en todo el mundo, están comenzando a apreciar la heroica lucha que se está llevando a cabo y los beneficios que ellos mismos han de sacar del triunfo del proletariado mexicano. La sección en inglés de “Regeneración” está dedicada casi exclusivamente a la explicación del gran papel que la Revolución Mexicana está jugando en el movimiento revolucionario internacional, el editor sostiene que la promoción de la solidaridad es el más imperativo de los deberes, y está convencido de que la falta de comprensión es lo único que retrasa la solidaridad. La actividad de nuestros camaradas de Chicago, y notablemente la Señorita [Bessie] Winner y la Señorita Goldstein, en la circulación de “Regeneración” es, por tanto, una de las más alentadoras características de una situación que se ilumina día con día.”

2 Honoré J. Jaxon (1861-1952) periodista y líder obrero canadiense. Fue secretario del caudillo Louis Riel durante la rebelión metís del noreste canadiense en 1885. Capturado, fue enviado a un asilo de locos del cual escapó y caminando desde Winnipeg, Can., llegó a refugiarse a Chicago. Ahí se vinculó a los círculos obreros, socialistas y anarquistas donde conoció a Voltairine de Cleyre. De junio a septiembre de 1911 realizó un viaje por Inglaterra promoviendo la revolución del PLM en México, participando como ponente en el 44vo Congreso Anual de los Sindicatos de Gran Bretaña y en el Congreso Universal de las Razas. Se mantuvo cercano a Regeneración hasta el final del mismo. Es el único vínculo entre las luchas por los territorios indígenas y mestizas del Canadá y la lucha por la tierra en México.

3 Refiérese a los redactores de Regeneración, en ese entonces bajo juicio en Los Ángeles, Cal.

REPORTE DEL TRABAJO DE LA LIGA MEXICANA LIBERAL DE DEFENSA DE CHICAGO.1

Hacia mediados de mayo de 1911, unos cuantos camaradas en Chicago, en respuesta al llamado del Partido Liberal Mexicano, nos dimos a la tarea de informarnos sobre las causas subyacentes a la gran lucha revolucionaria en México, y a difundir esa información entre otros, con el fin de que estos también contribuyesen por su parte a hacer que este enorme esfuerzo de un pueblo fructifique en las mentes de los esclavizados del mundo.

Mientras más estudiábamos el desarrollo de los eventos, más claro resultaba el que este es el fenómeno social que ha ofrecido el mayor campo para una genuina propaganda del anarquismo que se nos haya presentado en este continente; ya que en él hay un inmenso número de gente oprimida enfrascada en destruir un mal fundamental, la propiedad privada de la tierra, no mediante algún tipo de esquema gubernamental, sino por expropiación directa.

Por lo tanto, hemos usado cada oportunidad que hemos tenido para ganar público al portavoz de los Liberales mexicanos, Regeneración, y para apoyarlo financieramente. No hemos logrado maravillas, pero algo hemos hecho; y es con la esperanza de estimular a los trabajadores en otras ciudades para que hagan lo mismo que nosotros – y si lo hacen mejor, estaríamos muy contentos- que presento el siguiente reporte.

En varias comidas campestres, encuentros privados y mítines hemos vendido copias de Regeneración, o distribuido gratuitamente las copias no vendidas, por un total de mil seiscientas. Hemos distribuido cuatro mil copias del folleto “La Revuelta Mexicana”2 entre los sindicatos de esta ciudad; cinco mil copias del folleto de W.C. Owen3 sobre el caso McNamara4, mostrando que la acción revolucionaria es la única cura posible para los males bajo los cuales todos los países civilizados están sufriendo. Hemos vendido alrededor de doscientas copias del panfleto de Owen sobre la Causa, Progreso, Propósito y Posible Resultado de la Revolución Mexicana5, y contamos con distribuir doscientas más durante el mes próximo.

Hemos dado muchas conferencias y pláticas cortas en la ciudad, en la Liga escandinava Libertad, en el Local 85 de los Trabajadores Industriales del Mundo61, y en el Foro Abierto7. Hemos tenido una muy exitosa reunión internacional8, y estamos preparando una más para el primero de mayo. Nuestro secretario, Honoré Jaxon antiguo rebelde y luchador por la tierra en el noroeste de Canadá, visitó Inglaterra de agosto a marzo, hizo imprimir y distribuir una excelente declaración sobre las condiciones en México y el propósito de la revolución, al Comité de Reglamentos de los Sindicatos Británicos9; además de muchas entrevistas excelentes en el Labor Leader de Manchester y otros periódicos. Regresando a través de Canadá, entrevistas similares fueron publicadas en los mayores periódicos de Montreal, Quebec, Toronto y Winnipeg. El señor Jaxon también dio conferencias a los Consejos de Oficios y Trabajo de las tres primeras ciudades, explicando la lucha del proletariado mexicano.

En febrero, Ludovico Caminita10 visitó la ciudad, hablando sobre la revolución en italiano; como resultado de su visita, entramos en contacto con unos cuantos camaradas que hablan español, muy activos y sacrificados, de cuyo ejemplo adoptamos, casi inconscientemente, el hábito de imponernos un pequeño impuesto semanal para apoyar el periódico.

Sinceramente espero que aquellos que lean estas líneas, se sientan movidos a formar pequeños grupos locales para hacer lo mismo; no importa cuán poco sea, es algo. Y cuando consideramos la pobreza sin quejas a la que se reducen a sí mismos los trabajadores de Regeneración (que puede deducirse de sus declaraciones financieras semanales, – y no conozco un llamado más revelador que esas cuidadosas cuentas dándole a los hombres de familia $3.00 o $5.00 por semana para vivir) en nombre de atronar en los oídos de este mundo sordo el grito de guerra “Abajo la Autoridad- Tierra y Libertad”, ¡realmente me pregunto cómo la masa de aquellos que simpatizan en ideas con los movimientos libertarios pueden continuar balbuceando sobre “Arte”, “Literatura” y el más reciente violinista importado, y la belleza estética de los conceptos del Anarquismo! mientras estos hombres pelean la batalla, con el hambre como compañía.

¡Camaradas! Estamos aparentemente en la víspera de una guerra de invasión para proteger a los canallas en posesión de las tierras robadas de México, en contra de la revuelta de un pueblo que está siendo exterminado a través de esta iniquidad. ¿Has tú, tú que lees esto, hecho algo para detener este crimen? ¿al menos dar a conocer tu protesta? ¿has circulado un periódico, un panfleto, o un folleto en contra de esto? ¿has dado un dólar para mantener la Palabra de la Revuelta?

Sé que muchos de ustedes se sientan en los cafés durante horas a discutir “Chanticleer”11; gastan dólares en boletos para el teatro y conciertos, y no reparan en las cenas caras. ¿Creen que son Anarquistas? ¿Saben que sus camaradas cuyas vidas mismas son puestas en entredicho, cada hora, están viviendo con menos de lo que ustedes tiran? ¿Y sin pensar mejor que en seguirlo haciendo, podrían poner su parte en difundir la propaganda de la Revuelta?

El problema con todos nosotros es que durante muchos años vivimos en las nubes de la teoría, pues las condiciones hacían imposible hacer algo más que eso; y ahora que la condición para un trabajo verdadero está aquí, estamos tan enraizados en la teoría, que somos impotentes para hacerle frente. En las palabras del editor del Post de Chicago, “A los Anarquistas les ha dado por jugar a los besos.” La que esto escribe tiene tanta culpa como cualquier otro, permitidme sacudirme la culpa mediante el sacudirlos para despertarlos. Cesen de hilar teorías sobre la sociedad futura, y aborden lo que está ante nosotros, lo que puede lograrse ahora.

Aquí mismo doy un estado financiero de los dineros recibidos por mi como tesorera de la Liga, y trasmitido a la Junta en Los Ángeles:

Recolectado en listas de suscripción en Chicago$ 66.06
Recolectado en listas de suscripción en Filadelfia$ 9.00
Recolectado en listas de suscripción en Rochester$ 9.75
Recolectado en listas de suscripción en Bufalo$ 10.00
Recolectado en listas de suscripción en San Luis$ 2.75
Recolectado en listas de suscripción en Atlantic City$ 1.00
Donado por tres Chicago Arbeiter Ring Branches$ 8.00
Donado por Bakers, Local 237$ 5.00
Ventas de Regeneración$ 41.50
Suscripciones Individuales$ 7.30
Recolecciones y ventas de folletos y panfletos$ 31.35
Ingresos de mítines$ 20.60
Recolecciones de Grupo por Regeneración$ 35.65
Total$ 247.96

1ero de abril de 1912, Chicago
Voltairine de Cleyre, Tesorera


1 Publicado en Mother Earth, vol. VII, núm. 2, abril de 1912, p. 60-2.
2 Véase, infra, “La Revuelta Mexicana.”
3 William Charles Owen. Escritor y periodista británico. Nació en Dinapore, India en 1854, murió en Worthing, Inglaterra en 1929. Emigró a los Estados Unidos en 1882. Fue miembro de la International Workmen’s Association, a la que se unió en California. Contribuyó con Burnette G. Haskell en la edición de Truth, También editor de Nacionalist (Los Angeles y San Francisco), y colaboró con Commonweal, órgano de la Socialist League de William Morris. Fue fundador de la Novairoquesa Socialist League de Nueva York en 1890, con Severino Merlino, de la que fue expulsado a los dos años. Cercano a los círculos anarquistas de Piotr Kropotkin (traductor de algunas de sus obras, como Palabras de un rebelde), Enrico Malatesta, Emma Goldman y Alexander Berkman, entre los que promovió el apoyo a la revolución mexicana y al PLM. Colaboró con los periódicos Free Society y Mother Earth. A partir de abril de 1911 se encargó de la sección en inglés de Regeneración, que sostuvo hasta 1916. En 1912 publicó el folleto The Mexican Revolution, its progress, causes, and probable results. (La Revolución mexicana; su progreso, propósitos y probables perspectivas.) En 1914 y 1915 formó, además, su propio periódico Land and Liberty. A fines de este último año se dedicó a una pequeña granja avícola en Washington. En 1916, fue perseguido junto con Ricardo y Enrique Flores Magón por “uso del correo para difundir publicaciones que incitaban a la violencia, el asesinato y la traición.” A diferencia de los hermanos Magón, capturados en la pequeña imprenta de Edendale, Owen logro escapar a Inglaterra, donde logró evadir la persecución del gobierno norteamericano que exigió su extradición, ya que Owen había adquirido la ciudadanía estadounidense. En Inglaterra colaboró con el periódico Freedom y en el Commonwealth Land Party (Partido de la Tierra de la Mancomunidad), que luchaba por la entrega de la tierra a los que la trabajaban. En 1926 vivió en una pequeña colonia cooperativista en West Sunsex, Inglaterra. Murió de cáncer el 9 de julio de 1929 en una asilo de ancianos en Worthing, West Sussex. Su archivo está depositado en el International Institute of Social History (IISH) en Amsterdam. Autor de: The Economics of Herbert SpencerCrime and Criminals y Anarquism versus socialism. Fuentes: William Charles Papers 1919-1929 (1931, 1938), International Institute of Social History, Amsterdam, Holanda; http://anarcoefemeridis.balearweb.net/post/46348.
4 Refiérase a William C. Owen, McNamara Case and Socialism: Have the Socialist Made Good?, Los Ángeles, Cal., s.i., 1912.
5 Refiérase a William C. Owen, The Mexican Revolution, its progress, causes, and probable results, Los Ángeles, Cal. Regeneración, 1912, 16 pp.
6 “Los ataques de los socialistas políticos prominentes despertaron más resentimientos, lo que llevó a muchos dentro del movimiento a oponerse a la acción política. En el verano de 1906, el local 85 de IWW de Chicago ofreció una resolución para enmendar el Preámbulo. “Se resuelve, que a juicio de este local el segundo párrafo del preámbulo de la Constitución debe decir: ‘Entre estas dos clases debe continuar una lucha hasta que los trabajadores se reúnan en el campo industrial y tomen y retengan lo que producen con su trabajo, a través de una organización económica, sin afiliación a ningún partido político.’ Nuestros miembros no están de acuerdo con la idea de que los trabajadores se unan en ningún campo político. (329) La resolución del Local 85 condujo a una enmienda al Preámbulo en la segunda convención de IWW. En 1908, los problemas entre la IWW y la S.L.P., que dividieron el movimiento en las IWW de Chicago y Detroit, llevaron a la revisión final del Preámbulo. La versión de 1908 de la controvertida cláusula fue completamente reescrita reflejando la intención original de [Thomas] Hagerty: Entre estas dos clases [la clase trabajadora y la clase empleadora] una lucha debe continuar hasta que los trabajadores del mundo se organicen como clase, tomen posesión de la tierra y la maquinaria de producción y abolir el sistema salarial. Salerno, 78-9. Tal versión provino de una reunión de último momento entre Thomas J. Hagerty, William E. Trautmann, y Daniel DeLeon.
7 Refiérese al Open Forum. Organizado en Boston, Mass., en 1908, y después desperdigado por diferentes poblaciones del país, las lecturas del Foro Abierto, fue promovido por George W. Coleman periodista bautista, bajo los principios del evangelio social protestante, mismo que enfatizaba la justicia en la tierra por encima de la salvación después de la muerte, bajo un protocolo de una conferencia impartida por un experto, preguntas y discusión. Existía incluso una Oficina de Conferenciantes del Foro Abierto.” Arthur S. Meyers, “W. E. B. Du Bois and the Open Forum: Human Relations in a «Difficult Industrial District”. The Journal of Negro History, 84, no. 2 (1999): 192-205. Visitado 10 de septiembre, 2020. doi:10.2307/2649049.
8 El dos de febrero de 1912, en el Roosevelt Hall de Chicago , se llevó al cabo una discusión sobre la revolución en México, en la que participaron Ludovico Caminita y Filippo Perrone y a la que asistieron, entre otros Vincent St. John, [Santos] Cimino y Gerardo M. Santana. Caminita defiende la postura del PLM, la que hacía suya la parte de la población italiana que se identificaba con el semanario L’era Nuova. Por su parte Perrone, que tuvo una corta estancia en Baja California en mayo de 1911, mantenía la postura de los redactores de la Cronaca Sovversiva, en especial de Luigi Galliani, que sostenía, en resumidas cuentas, que lo que sucedía en México no tenía un carácter anarquista ya que se trataba de una “revolución de escritorio.” Parte de dicha discusión se reprodujo en los números 77 y 78 de Regeneración. “La Nostra Propaganda in Chicago” y “Il Contradditorio di Chicago” y otra versión se encuentra en la Cronaca. Aunque ninguno menciona la presencia de Cleyre en la reunión resulta evidente tanto la misma como su entrevista con Caminita, de la que se derivará el escrito de Cleyre que publicó en L’era Nuova (vid. infra).
9 Refiérese a Honoré Jaxon “A Statement from the Working Class of Mexico to the 44th Annual Congress of the Trades Unions of Great Britain” s.p.i.
10 Minero, Impresor, Caricaturista, Escritor. De procedencia italiana, Ludovico Caminita emigró a los Estados Unidos en 1902 y radicó en Chicago. Illinois. Impresor socialista se convirtió al anarquismo después de una discusión con el español Pedro Esteve, con quien viajó a Paterson N.J, donde se convirtió en uno de los animadores de la huelga de trabajadores de la seda y publicó La Questione Sociale en 1907, publicación por la que fue sometido a un proceso judicial. El periódico fue suprimido y substituido por L’Era Nuova en 1908, editada con Franz Widmer, hebdomadario que dejó de publicarse hasta 1917. En 1910 Caminita promovió la integración de jornaleros italianos y mexicanos a la American Federation of Labor. Con este objetivo participó, como orador en su idioma en el “Gran Meeting Internacional”, celebrado el 14 de diciembre de ese año en el Italian Hall de Los Ángeles. El 26 de marzo de 1911, fue el orador del Gran Meeting de Protesta por la Intervención Americana en México, celebrado también en el Italian Hall. En mayo del mismo año, participa en la formación del Comité Internacional del Partido Liberal Mexicano, organismo integrado por él, Victorio Cravello y Andrea la Morticella (italianos), W. C. Owen (norteamericano), Rudolph Wirth (alemán), A. P. Cherbak, P. H. Leiffert (rusos), K. Jozefoski y W. Lazicki (polacos) y por Ricardo Flores Magón, Anselmo I, Figueroa, A. M. Ojeda, Fernando Velarde y Francisco Martínez. Este comité se propuso difundir internacionalmente la postura del PLM frente al gobierno de Francisco I. Madero y su primera acción fue publicar un “Llamamiento a los Trabajadores del Mundo”. El 15 de julio de 1911, Caminita inicia la publicación de una columna italiana en Regeneración. Fue orador en italiano en varios actos. “Caminita es un verdadero orador -afirma RFM-. Sabe conmover, sabe entusiasmar, sabe interesar a sus oyentes en lo que él dice.” (Reg. 4, 58, 3) Por este periodo intenta formar un grupo anarquista con los italianos de Los Ángeles que se reúne en las oficinas de Reg. En diciembre, el PLM decide enviarlo a realizar una gira de propaganda “a través de los Estados Unidos, para popularizar entre el elemento italiano la Revolución Económica que fomenta el Partido Liberal Mexicano,” lo que obliga a la suspensión de la Sección Italiana de Reg.: “…no hemos vacilado en suspender dicha Sección -explica Reg.-, pues hoy por hoy, creemos que es de vital importancia para nuestro movimiento la gira de propaganda. Caminita es un orador de fuerza, y, sobre todo, un libertario sincero, que ha dedicado todas sus energías al servicio de la causa de los desheredados de México.” (Reg. 4, 61, 3) Pese a lo anunciado, sigue publicando sus colaboraciones en el órgano del PLM. En marzo de 1912, es arrestado en Paterson a causa del antiguo proceso que se le seguía desde cinco años atrás por artículos publicados en La Questione Sociale. Se le fijó una fianza de dos mil dólares, misma que fue solventada por anarquistas italianos y judíos de New Jersey. La primera actividad pública de Caminita al salir de la cárcel, fue dictar una conferencia en Nueva York sobre el carácter libertario de la revolución mexicana. Caminita también era caricaturista. En octubre de 1912 es arrestado acusado de alentar una guerra entre los Estados Unidos e Italia; la acusación tiene origen en de sus caricaturas que hacía alusión a la guerra turco-italiana (publicada en Reg. unos meses después con el título “El Triunfo de Italia sobre Turquía”). A partir de 1912 publicó varios cartones que aparecieron en la primera plana de Reg. Entre otros, los titulados “Futuro próximo” (en el que el “pueblo mexicano” hace volar de una patada sobre el Río Grande a un Madero que se aferra a la silla presidencial, mientras el “Tío Sam” observa la escena. Reg. 4, 118, 1); “Jardín Zoológico Mexicano” (4, 122, 1); F. I. Madero (4, 127, 1) y “Tras las rejas” (Conmovedor retrato de RFM en la prisión de McNeill. (4, 140,1). Hacia julio de 1913, Caminita reside en Scranton, Penn. Pasa, entonces, por una difícil situación: sin poder emplearse en las minas a causa de una enfermedad respiratoria; despedido del empleo que consiguiera como dependiente en una tienda al descubrirse su filiación anarquista, y con su esposa también despedida de la fábrica de seda que la empleaba, el caricaturista italiano se encuentra, según Reg., en “una profundísima miseria”. Tras este anuncio, empieza a recibir aportaciones económicas “Para Caminita”. En julio de 1914, aparece su último cartón publicado en Reg.: en él, el PLM aparece como un guerrero que combate con su poderosa espada “Regeneración” a un dragón que se interpone en su camino hacia la anarquía (ilustrada como un sol resplandeciente al final de un camino sombrío). La bestia mitológica representa al capitalismo, el autoritarismo, el militarismo, la religión, la moral y el patriotismo. En 1919, de vuelta en Paterson, Caminita editó el periódico clandestino La Jacquerie. En febrero del año siguiente fue arrestado. Y según afirmaron algunos de sus compañeros, para evitar su deportación, proporcionó información sobre el movimiento anarquista a Edgar Hoover del FBI.
11 Refiérase a la obra de teatro de Edmond Rostand cuya premier en Broadway se realizó a fines de 1911.

ARTÍCULOS

LA REVUELTA MEXICANA.1

Por fin vemos un genuino despertar de un pueblo, no sólo por demandas políticas, sino también económicas- fundamentalmente económicas. En el breve periodo de unos cuantos meses, algunos millones de seres humanos han dado un salto a la plena conciencia de un sistema del mal, comenzando donde inician todas las esclavitudes, en las fuentes de la vida. Se han sublevado por Tierra y Libertad. Y aun cuando su revuelta sea aplastada por la mano enviada por el gobierno de Estados Unidos (pues no creo que esa cosa indescriptible que actualmente se llama a sí misma gobierno en México, tenga la habilidad o el poder de pacificar o aplastar a todos los fervientes elementos de rebelión), sin embargo, han establecido un hito destacado en los registros de las demandas humanas; a partir de ahora no habrá marcha atrás. De ahora en adelante, cuando un pueblo oprimido se rebele, no demandará menos.

“Los eventos son los verdaderos maestros” escucho la correcta expresión de mi fallecido camarada Lum2, proclamándola triunfante desde su tumba. Por años y años, los hermanos Magón y sus compañeros trabajadores dentro y fuera de México han sido voces clamando en el desierto, a las que algunos pocos de miles han escuchado. Pero en el tormentoso viento de la revuelta popular, que se levanta, sin que ningún profeta hubiera podido adivinar cuándo, ni vidente alguno ver en sus resultados el por qué la hora fue elegida, en ese fuerte barrido de la atmósfera síquica, millones de personas iletradas y por demás ignorantes vieron, como con la nitidez de un rayo que corta una noche oscura, el fundamento de todos sus males, y escucharon el lema “Tierra y Libertad”, al cual sus oídos habían permanecido sordos por tanto tiempo – lo escucharon, lo levantaron, han actuado por él y están actuando por él. Con esa percepción clara y directa de lo que se necesita hacer, y de la que los hombres de letras, hombres de vidas complejas, casi siempre carecen, estando oscurecidos por demasiadas luces, se mueven rectamente hacia su propósito, borrando los mojones, quemando los títulos de propiedad.

Así actúa la gente común. Hombres contemporizadores, hombres sofisticados, hombres de libros y teorías, hombres vueltos tímidos por tanto intelecto, Hamlets todos ellos, – ellos traman solemnes tortuosidades; ellos cuentan con esquemas de compensación, con engaños impositivos, con cómo hacer y cómo no hacer a un mismo tiempo. El hombre común dice, “No, nos han dicho, y con verdad, que esta tierra nos fue robada mediante un esquema de títulos de propiedad. Su poder radica en nuestra admisión de su derecho. Bueno, pues ya no lo admitimos; lo destruimos. La tierra es nuestra; la tomamos”. Y han expulsado a los hombres de los títulos de papel y están trabajando la tierra en cientos de ranchos.

Es cierto que había otros millones dormidos en la tormenta; verdad que muchos de los que han despertado han sido acallados con malabarismos políticos; cierto que cientouna fuerzas reaccionarias están peleando en el mismo campo. Es cierto que el mundo en general, fuera de México, está poco informado de la verdadera lucha. Pero eso no altera o disminuye la verdad de que Los Esclavos de Nuestros Días, en una revuelta nacional, han golpeado a la Bestia de la Propiedad de la Tierra. Y una vez que una gran demanda humana ha sido enarbolada de este modo, no se vuelve a dejar ir. Las revueltas futuras partirán de ahí; nunca más habrán de quedarse atrás de ello.

Actualmente, la prensa dice poco sobre el caos en la situación mexicana, aunque durante los últimos días, dado que en tanto portadores de las noticias no pueden guardar silencio por completo, pequeños editoriales alusivos aparecen silenciosamente, apuntando hacia una intervención “en caso de que los disturbios no sean pacificados.” Sin duda, el Gobierno de Estados Unidos preferiría conservar su hipócrita pretensión de imparcialidad abstinente. Espera que su garra pueda sacarle con seguridad las castañas del fuego.

Es cómodo posar como el amigo desinteresado de la paz en nuestra hermana república, siempre y cuando los poderes de los terratenientes americanos en México no sean perturbados, o en tanto la rama mexicana de la Asociación de Defensa Capitalista sea capaz de atender a su región. Pero algo ha resultado muy claro desde que el gobierno provisional asumió sus funciones3 “Barkis quiere…,”4– pero es esmeradamente incapaz. La gente que ha tomado las armas una vez y ha sentido la satisfacción de deshacerse de un tirano, de hacer tosca justicia al abrir las puertas de las prisiones, al ver a toda una confraternidad de funcionarios y aspirantes a funcionario ansiosa de aplacarlos, no deja de estar lista para tomar de nuevo las armas; especialmente cuando toda la masa del descontento es fermentada por revolucionarios conscientes que pregonan en sus oídos los medios de regeneración social.

Está muy claro que ahora los gobernantes provisionales caminan sobre un suelo resbaloso y las elecciones, en vez de emparejar el subsuelo humano hasta una rigidez mortuoria, pueden resultar el preludio de erupciones más violentas. En tal caso, la mano reacia (?) de Washington puede verse obligada a jugar –¡picas!, bajo su propia responsabilidad.

Mientras tanto, ¿qué tienen que decir los elementos revolucionarios en los Estados Unidos? Casi me río con sarcasmo al escribir “elementos revolucionarios”, pues el candor nos impulsa a preguntar dónde están. Hubo un tiempo en el que algunas personas pensaban que el Impuesto Único5 se basaba en una idea fundamentalmente revolucionaria, la expropiación final de los terratenientes por parte del pueblo. Sin embargo, los periódicos promotores del Impuesto Único, han dicho lo menos posible sobre el gran grito por la tierra de los revolucionarios mexicanos, han puesto todo el acento en la persecución de los espejismos políticos mediante los cuales Madero y sus coadjutores desviaron el levantamiento de mayo (sic), y se han negado a publicar los Manifiestos y Llamados del Partido Liberal Mexicano, y proporcionar sus columnas para la publicidad de las demandas reales de los revolucionarios, de modo que sus lectores pudieran otorgar sus simpatías y apoyo, y la influencia de su comprensión. Están esperando, dijeron, ¡a que Madero se pronuncie sobre la cuestión de la tierra! Me parece que todavía les aguarda una larga espera.

Por todo ello, en serio parece que la expropiación a los terratenientes por el pueblo, la restitución de la tierra a la gente, no es el objetivo del movimiento por el impuesto único; por el contrario, el objetivo es el establecimiento del impuesto único mismo, – no como un medio de trabajo hacia un gran fin, el establecimiento del derecho igual para todos a usar los recursos naturales, sino como un método de mera prestidigitación para colectar ingresos; en el mejor de los casos, un medio para deshacerse de los terratenientes mediante engaño, para que se deshagan de sí mismos, no porque sean unos ladrones de los cuales haya que deshacerse, ¡sino porque es un truco a jugar tan inteligente! ¡Los hombres han de demandar la tierra, no porque vayan a obtenerla, sino porque esa demanda puede servir como excusa para instituir el Impuesto Único!

Si esta no es la interpretación que debemos darle, entonces, ¿cómo deberíamos leer los conspicuos silencios de la prensa favorable al Impuesto Único respecto de esta gran rebelión agraria? Millones de personas han estado mostrando su parecer de que La Tierra para Todo el Pueblo es el cimiento primario de una estructura económica mejor. Han tomado una ruta más directa que el impuesto único. ¡Y los agitadores por la tierra guardan silencio!

Hubo un tiempo en el cual Socialismo era una palabra revolucionaria. Y todavía existen algunos Socialistas que son revolucionarios internacionales. Pero el partido político oficial, el Partido Socialista, – ¡bah! Pero si alguna vez la siempre viciosa influencia del matrimonio del Socialismo con la Política (ese viejo marido Barba Azul de tantas buenas jóvenes esposas6) ha quedado demostrada más allá de cualquier disputa, ha sido con la actitud oficial de los Socialistas hacia la manifestación espontánea del pueblo de México.

Las elocuciones de Víctor Berger “el Congresista Socialista” (recibimos esta información sobre su estatus, con dolorosa reiteración, al menos una vez por columna en cada número del Chicago daily Socialist), en torno a “los bandidos de México” serían suficientes para hacer que los autores del Manifiesto Comunista repudiaran su nombre. Aquellas almas fuertes que aseveraron que “los Comunistas de todas partes apoyan cada movimiento revolucionario en contra del orden social y político existente” y llamaron a “los trabajadores de todo el mundo a unirse”- qué podrían tener en común con un ocupante de un asiento en el Congreso, tan pagado de sí mismo, que con un acento alemán fuertemente marcado, pronuncia discursos anti-inmigrantes, en contra de los Eslavos e Italianos, a título de proteger el trabajo Americano (?), y que instruye a su secretario para decir, respecto a la revuelta mexicana, que “el Partido Socialista no puede permitirse tener conexión alguna con este movimiento” (?). A la luz de estas y otras declaraciones similares en la prensa Socialista (incluso he sabido de buena fuente de un editor Socialista que realmente desea la anexión de México por Estados Unidos, pero no se atreve a impulsarla todavía, “porque sería impopular” entre los lectores socialistas) pareciera que la distribución del Manifiesto Comunista por el Partido Socialista está a tono con la distribución de los Evangelios Cristianos por parte de la Iglesia Cristiana; en ambos casos, se trata de literatura tradicional, de la que no se espera que alguien se la tome en serio.

En lugar de al menos dar las noticias en torno a los movimientos revolucionarios (con frecuencia uno las busca en vano), o al proyecto económico del Socialismo, tenemos columnas de campañas contra el vicio, páginas deportivas y verdaderos montones de palabrerías de auto exaltación por haber formado parte de alguna petición relativamente trivial. Solo en sus columnas de correspondencia hay alguna evidencia del indignado espíritu de un verdadero Socialista, escandalizado por todo este navegar según los vientos que corren, de este servilismo ante el elemento respetable, este sofocar el principio y sentimiento revolucionario, bajo el largamente útil manto de la prudencia política y del servilismo fácil. Sí, la Política es agraciadamente un Socialismo de Barba Azul. ¡Qué tan lejos está esto de un espíritu serio e intencionado, que observa y da la bienvenida a las manifestaciones de la gente misma- sin importar su grado de desarrollo o ilustración – como indicaciones reales de cómo la Raza se transformará en si misma! No según el plan preconcebido de hombre alguno, no por un pequeño programa-receta, no por una ruta cuidadosamente elegida, no por los planes de campaña de nadie, de crear una “educada conciencia de clase” etc., la maquinaria electoral ad nauseum; sino en su propio imprevisto e imprevisible y no predeterminado camino, decidido según cada hora y circunstancia, como siempre se mueve el pueblo, – ¡como siempre se mueve la Vida, que es más grande que los pueblos!

Y el quehacer del revolucionario, el que Busca los Cambios de las Viejas Formas, el soñador de la Libertad y la Plenitud, es estar con ellos en su lucha, en su victoria, en su derrota, cuando sea y donde sea que la gente se levante.

Salud a nuestros hermanos, los peones mexicanos, quienes son demasiado iletrados como para leer el evangelio de Henry George7, pero que han corrido a sus terratenientes y se han puesto a trabajar la tierra para sí mismos.

Salud a los huelguistas mexicanos, que probablemente son demasiado ignorantes como para seguir un curso de “Evolución de la Conciencia de Clase”, pero que aparentemente tienen muy claro el hecho de que Ahora es la hora de ir a la Huelga por mejores condiciones, – ¡la hora de la debilidad gubernamental y de la fuerza popular!

¡Salud a la Revolución Mexicana, victoriosa o derrotada! ¡Y salud a la siguiente que se levante!


1 Véase: “The Mexican Revolt” Mother Earth, v. VI, n. 6, agosto de 1911, p. 105 y ss. Publicado, bajo el título de “Tierra y Libertad. Su mensaje a la humanidad” en dos partes: Regeneración, (4, 61, 4, y 4, 62, 4). Al artículo le precedía el siguiente párrafo de los editores: “El siguiente artículo, por Voltairine de Cleyre, de Chicago, apareció en el número de agosto de Mother Earth. Su valor no se ha visto disminuido por los eventos que han tenido lugar desde que fue publicado por primera vez, y no podría serlo, dado que da voz a verdades eternas. Estamos por imitar el ejemplo que nos han dado en Nueva York, y vamos a publicarlo como panfleto.”
2 Refiérese a Dyer Daniel Lum (1839-1893). Poeta, periodista, sindicalista y anarquista estadounidense. Tras la detención de Alan Parsons, uno de los Mártires de Chicago, fue el editor de Alarm, vocero de la Asociación Internacional de Trabajadores en Chicago, Ill. Transitó del espiritismo y el abolicionismo al sindicalismo y al anarquismo. Fue pareja de la joven Voltairine de Cleyre. Publicó, A Concise History of the Great Trail of the Chicago Anarchists in 1866 The Economics of Anarchy: A Study of the Industrial Type, entre otros.
3 El gobierno provisional de Francisco León de la Barra fungió del 25 de mayo al 6 de noviembre de 1911.
4 “Barkis quiere…” Frase proveniente de la novela “David Copperfield” de Charles Dickens. Remite a la voluntad de alguien para hacer algo.
5 Refiérese al movimiento anglosajón Single Tax, inspirado en las ideas de Henry George expuestas en su Progreso y Pobreza (1897). Partiendo de la premisa de que todo el valor proveniente de la tierra, (incluidos los recursos naturales y otros), estos pertenecen a todos y debe de retribuirse su explotación a través de un impuesto único.
6 Refiérese al movimiento anglosajón Single Tax, inspirado en las ideas de Henry George expuestas en su Progreso y Pobreza (1897). Partiendo de la premisa de que todo el valor proveniente de la tierra, (incluidos los recursos naturales y otros), estos pertenecen a todos y debe de retribuirse su explotación a través de un impuesto único.
7 Véase supra, n. 23. Henry George (1839.1897) Periodista y economista político. En torno al concepto de Single Tax -impuesto único sobre la tierra-, mismo que no reconocía como propio, se desarrolló un fuerte movimiento en Estados Unidos de características progresistas y antimonopólicas, cuya influencia abarcó a socialistas y anarquistas. Autor, entre otros de Our Land &Land Policy (1871), Progreso y Pobreza (1879) y Moses and the Crime of Poverty (1889)

LA REVOLUCIÓN MEXICANA. CONFERENCIA DICTADA EN CHICAGO, EL 29 DE OCTUBRE DE 1911.1

Que una nación de personas que se consideran a sí mismas ilustradas, informadas, alertas a los intereses del momento, sea tan general y tan profundamente ignorante de la revolución que está ocurriendo en su patio trasero, por decirlo así, tal como la gente de los Estados Unidos es ignorante de la actual revolución en México, solo puede deberse a causas activas profundas y generales. Que la gente con principios y simpatías revolucionarios lo sea, es imperdonable.

Es en tanto que una de esas personas con principios y simpatías que les hablo, – como alguien interesada en cada movimiento que hace la gente por quitarse las cadenas, no importa dónde, no importa cómo, – aunque naturalmente mi interés es mayor ahí donde el movimiento en tanto que tal, me parece que está en mayor consonancia con el curso general del progreso, donde la tiranía atacada es la que me parece más fundamental, donde el método que se sigue es, a mi manera de pensar, más directo e inequívoco. Y añado que aquellos de ustedes que tienen tales principios y simpatías están, en la lógica de su propio ser, obligados, en primer lugar, a informarse sobre algo tan importante como lo es la revuelta de millones de personas –por qué están luchando, contra qué están luchando, y cómo va la lucha,- día a día, si es posible, y si no, semana a semana, o mes con mes, tan bien como les sea posible; y en segundo lugar, a difundir este conocimiento entre otros, y a empeñarse en hacer lo que puedan por despertar la conciencia y simpatía de otros.

Una de las grandes razones por las cuales la masa del pueblo Americano no sabe nada sobre la Revolución en México, es que tiene una concepción completamente errada de lo que significa “revolución”. Así, noventa y nueve de cada cien personas a las que se le saca el tema a colación dirá “Vaya, yo pensé que eso terminó hace mucho. Terminó en mayo pasado”; y esta semana los periódicos, incluso el Daily Socialist, reportan, “una nueva revolución en México.”2 Nos es una nueva revolución en lo absoluto; es la misma Revolución, que no comenzó con la rebelión armada de mayo (sic) pasado, que ha venido ocurriendo continuamente desde entonces, y antes de entonces, y está destinada a seguir por un largo tiempo por venir, si las demás naciones mantienen sus manos fuera, y se permite al pueblo de México construir su propio destino.

¿Qué es una revolución? y ¿qué es esta revolución?

Una revolución significa un gran cambio subversivo en las instituciones sociales de un pueblo, ya sea sexual, religiosa, política o económica. El movimiento de la Reforma fue una gran revolución religiosa; una profunda alteración en el pensamiento humano, – una renovación de la mente humana. El movimiento general hacia un cambio político en Europa y América a fines del siglo dieciocho, fue una revolución. Las revoluciones americana y francesa fueron tan solo destacados incidentes individuales de aquella, culminaciones de las enseñanzas de los Derechos del Hombre3.

La presente efervescencia del mundo en sus relaciones económicas, como se manifiestan día con día en las combinaciones opuestas del hombre y el dinero, en huelgas y levantamientos por el pan, en la literatura y en movimientos de todo tipo exigiendo un reajuste del todo o de partes de nuestro sistema de propiedad de la riqueza y distribución de la riqueza – esta efervescencia es la revolución de nuestro tiempo, la revolución económica, que busca un cambio social, y que va a continuar hasta que éste se alcance. Estamos en ella; en cualquier momento de nuestras vidas puede invadir nuestras propias casas con su severa demanda de sacrificio y sufrimiento. Sus manifestaciones más violentas están en Liverpool y Londres hoy, en Barcelona y Viena mañana; en Nueva York y Chicago al día siguiente. La humanidad es una hirviente, pesada masa de intranquilidad, cayendo como una oleada sobre un fondo deslizante, resbaloso y cambiante; y nunca habrá calma alguna mientras no se alcance a fondo la justicia económica.4

La revolución mexicana es una de las manifestaciones prominentes de esta revuelta económica mundial. Es posible que tenga un lugar tan importante en la ruptura y reconstrucción de las instituciones económicas actuales, como el que tuvo la gran revolución de Francia en el movimiento del siglo dieciocho. Ni comenzó con el odioso gobierno de Díaz, ni terminó con su caída, tanto como la revolución en Francia ni comenzó con la coronación de Luís XVI, ni terminó con su decapitación. Comenzó en los amargos y ultrajados corazones de los campesinos, que han sufrido bajo un sistema prestablecido de explotación, importado e impuesto sobre ellos, por el cual han sido despojados de sus hogares, obligados a convertirse en esclavos acasillados de aquellos que les han robado; y bajo Díaz, en caso de rebelión, a ser deportados a una provincia distante, a un clima asesino, y a un trabajo infernal. Terminará únicamente cuando esa amargura sea mitigada por una gran alteración en el sistema de tenencia de la tierra, o cuando la gente haya sido absolutamente aplastada hasta la sumisión por un fuerte poderío militar, ya sea que ese poderío sea nativo o extranjero.

Ahora bien, el derrocamiento político de mayo pasado, que fue seguido por la sustitución de un gerente político por otro, no tocó en absoluto la situación económica. Lo prometía, por supuesto; los políticos siempre prometen. Prometió considerar medidas para alterar las condiciones; mientras tanto, se les asegura a los propietarios que el nuevo gobierno tiene la intención de respetar los derechos de los terratenientes y capitalistas, y exhorta a los trabajadores a ser pacientes y ¡frugales!

¡Frugales! Sí, esa fue la exhortación en el periódico de Madero para hombres que, cuando pueden obtener trabajo, ganan veinticinco centavos al día. ¡Un hombre dueño de 5,000,000 de acres de tierra5 exhorta a los trabajadores desheredados de México a ser frugales!

La idea de que tal condición puede ser enfrentada con el eterno remedio que los tiranos ofrecen a los esclavos, es como la idea de barrer el mar con una escoba. Y a menos de que esa frugalidad, o en otras palabras, hambruna, sea forzada a la gente mediante más bayonetas y más estrategias que al parecer están a disposición del gobierno, la revolución continuará hasta la solución de la cuestión de la tierra en México, con una rapidez y claridad de propósito que no habíamos sido testigos en ningún levantamiento previo.

Debe ser entendido, pues, que la revuelta principal es una revuelta en contra del sistema de tenencia de la tierra. La revolución industrial en las ciudades, aun cuando está lejos de ser silenciosa, no puede compararse con la revolución agraria.

Entendamos el por qué. México consiste en veintisiete estados, dos territorios y un distrito federal alrededor de la ciudad capital. Su población totaliza alrededor de 15,000,000. De estos, 4,000,000 son de ascendencia india sin mezclas, gente de alguna manera similar en carácter a los indios Pueblo6 de nuestros estados del sudoeste, primitivamente agrícolas por un período inmemorial, comunistas en muchas de sus costumbres sociales, y como todos los indios, con un odio invencible a la autoridad. Estos indios están dispersos por todos los distritos rurales de México, una de las tribus particularmente conocida y de la que se habla mucho, son los Yaquis, que han tenido su tierra madre en el rico estado norteño de Sonora, una tierra agrícola muy valiosa.

La población india, -especialmente los Yaquis y los Moquis7, siempre ha disputado las usurpaciones del gobierno de los invasores, desde los días de la conquista temprana hasta hoy, y sin duda continuará disputándola mientras exista un indio, o hasta que se reconozca libremente su derecho a usar la tierra de la que provienen sin pagar tributo de ninguna forma.

Las costumbres comunistas de estos pueblos son muy interesantes, y también muy instructivas; las han estado practicando durante cientos de años, a pesar de la civilización extranjera que estaba siendo injertada en México (injertada en todos los sentidos de la palabra) y no fue sino hasta hace 40 años- (es más, lo peor de ello no hace más de veinticinco años) que el creciente poder del gobierno hizo posible destruir esta antigua forma de vida de la gente.

Los bosques, las aguas, y la tierra eran tenidas en común por ellos. Cualquiera podía cortar madera de los bosques para construir su cabaña, hacer uso de los ríos para irrigar sus campos o parcelas de jardín (y este es un derecho cuyo reconocimiento nadie, salvo quienes conocen la aridez del suroeste, puede plenamente apreciar en su imperativa necesidad). Las tierras arables eran asignadas por mutuo acuerdo antes de la siembra, y revertidas a la tribu tras la cosecha, para su reasignación. El pastoreo, el derecho a recolectar combustible, eran para todos. Los hábitos de ayuda mutua que siempre surgen entre las comunidades con asentamientos dispersos, les son instintivos. El vecino asistía al vecino a construir su cabaña, a arar la tierra, a recolectar y almacenar su cosecha.

No existía maquinaria legal, -ni recaudador de impuestos, ni juez, ni carcelero. Todo lo que tenían que hacer con la odiada civilización extranjera era pagar periódicamente al recaudador de rentas, y quitarse del paso del oficial de reclutamiento cuando se presentaba. A esos dos personajes los miraban con desprecio y miedo; pero como la mayor parte de sus vidas no transcurrían en contacto inmediato con ellos, podían mantenerse principalmente en el viejo estilo de vida.

Con el desarrollo del régimen de Díaz, que llegó al poder en 1876 (y cuando digo el régimen de Díaz, no quiero decir especialmente el hombre Díaz, pues pienso que él ha sido tanto sobre maldecido como sobre elogiado, sino toda la fuerza que ha desarrollado continuamente el poder centralizado desde entonces, y toda la política de “civilizar México” que era la jactancia de Díaz), con su desarrollo, digo, esta vida india ha sido quebrada, violada con una mano tan despiadada como ninguna que haya desgarrado a un pueblo de raíz y lo haya lanzado como hierbajos a marchitarse al sol.

Los historiadores cuentan con horror las férreas hazañas de Guillermo el conquistador, quien, en el siglo once creó el Bosque Nuevo mediante la devastación de las granjas de Inglaterra, destruyendo las casas de la gente para dar paso a los venados. Pero sus edictos eran pura piedad, comparados con el actuar del gobierno mexicano hacia los indios. Para introducir la “civilización progresiva” el gobierno de Díaz garantizó enormes concesiones de tierra a capitalistas nativos y extranjeros – sobre todo extranjeros, efectivamente, aunque también había suficientes tiburones nativos. La mayor parte de estas concesiones fueron otorgadas a asociaciones capitalistas, que debían construir ferrocarriles (y en algunos casos lo hicieron, de una manera por demás innecesaria y poco económica), “desarrollar” recursos mineros, o establecer “industrias modernas”.

El gobierno no tomó en cuenta los antiguos derechos tribales o sus costumbres, y quienes recibieron las concesiones procedieron a imponer sus derechos de propiedad. Introdujeron el inaudito delito de “invasión”. Prohibieron la tala de un árbol, el corte de una rama, la recolección de la madera caída en los bosques. Reclamaron los flujos de agua, prohibiendo su libre uso a la gente; y fue como si alguien nos hubiese prohibido las lluvias del cielo. La tierra desocupada era de ellos; ninguna mano podía introducir un arado en la tierra sin antes haber obtenido permiso de un amo distante, – un permiso otorgado con la condición de que el producto fuese para el terrateniente, y un pequeño, lastimosamente pequeño, salario, para el trabajador.

Pero esto no fue suficiente: en 1894 fue aprobada la “ley de tierras baldías”8. Por esa ley, no sólo las amplias áreas de tierras vacantes, en los viejos tiempos comunes, sino también las propias tierras ocupadas, para las que los ocupantes no pudiesen mostrar un título legal, debían ser “denunciadas”; esto es, los educados y los poderosos, que podían mantenerse al día con los quehaceres del gobierno, fueron a las cortes y declararon que no había un título legal para tales y cuales tierras y las reclamaron. Y los engaños usuales de la legalidad fueron cumplidos (el ocupante real de la tierra estando todo el tiempo benditamente inconsciente de la ley, en la inocencia de su barbarismo suponiendo que el haber trabajado la tierra por generaciones de sus ancestros era un título más que suficiente), un buen día aparece al calor de la situación el alguacil ante este triste habitante, y lo expulsa de su antiguo hábitat para hacerlo merodear como un paria.

Tales son las bendiciones de la educación. La humanidad inventa un signo escrito para ayudarse en su intercomunicación y a partir de ahí toda clase de milagros aparecen con el signo. Incluso un milagro tal como el que un pedazo de la sólida tierra queda bajo el dominio de un impotente pedazo de papel; y un distante pedazo de carne animada que nunca ha visto si quiera el pedazo de tierra, adquiere el poder de expulsar a cientos, miles, de similares pedazos de carne, aunque hayan crecido sobre esa tierra como crecen los árboles, la hayan trabajado con sus manos, y la hayan fertilizado con sus huesos por miles de años.

“Esta ley de Tierras Baldías” dice Wm. Archer9, “ha cubierto el país con viñedos de Naboth.”10 Pienso que se requeriría de un profeta bíblico para describir la “abominación de desolación” que ha creado.

Fue para convertirse en terratenientes que los hombres que jugaron este juego –los terratenientes que son al mismo tiempo gobernantes y magistrados, junto con los empresarios capitalistas en busca de inversiones – se hicieron de la vista gorda ante las desigualdades del régimen de Díaz; e iría más lejos, y diría, las diseñaron.

Tan solo la familia Madero posee cosa de 8,000 millas cuadradas11 de territorio ; más que la totalidad del Estado de Nueva Jersey. La familia Terrazas, en el Estado de Chihuahua posee 25,000 millas cuadradas12, mucho más que el estado de Virginia Oeste, casi la mitad del tamaño de Illinois. ¿Qué eran las propiedades en bienes raíces de los dueños de las plantaciones de nuestros estados sureños, en los días de la esclavitud, comparadas con esto? Y la parte del peón por sus labores en estas grandes propiedades es apenas mayor a la de los esclavos de las plantaciones – habitaciones horribles, comida horrible y ropa horrible.

Es a esclavos como estos que Madero llama a ser “frugales”.

Es de estos hombres que han sido así desheredados que nuestros complacientes conciudadanos de origen anglosajón dicen: “¡Mexicanos! ¿Qué sabes sobre los mexicanos? Toda su idea sobre la vida es recargarse contra una barda y fumar cigarrillos.” Y por favor, ¿Qué clase de idea sobre la vida debería tener un pueblo cuyos medios de vivir a su manera le han sido quitados? ¿Habrían de estar muy ansiosos por convertir su fuerza en riqueza para que algún otro hombre se repantigue en ella?

Me recuerda mucho la respuesta dada por un empleado negro en los trabajos del Fuerte Monroe a un compañero mío quien lo cuestionaba con humor sobre su fácil holgazanería cuando el capataz le daba la espalda: “Ah! No voy a hacer ningún trabajo de hombre blanco, porque no recibo una paga de hombre blanco.”

Pero para los Yaquis fue incluso peor que eso. No solamente les fueron quitadas las tierras, sino que se les obligó, hace algunos años, a ser deportados a Yucatán. Ahora bien, Sonora, como he dicho, es un estado norteño, y Yucatán uno de los más sureños. El cáñamo yucateco13 es famoso, así como también la fiebre yucateca y la esclavitud en las plantaciones yucatecas de cáñamo. Fue a esa fiebre y a esa esclavitud a las cuales los Yaquis fueron deportados en manadas de centenares a la vez, hombres, mujeres y niños- manadas, como manadas de ganado, conducidos y golpeados como ganado. Murieron ahí, como moscas, tal como se buscaba que ocurriese. Sonora quedó despoblada de su pueblo rebelde, y la tierra se tornó “pacífica” en las manos de nuevos terratenientes. Demasiado pacífica en algunos puntos. No habían dejado suficiente gente para levantar las cosechas.

Entonces el gobierno suspendió el acta de deportación, pero con la previsión de que, por cada crimen cometido por un Yaqui, quinientas personas de su gente serían deportadas. Esta afirmación está en el propio libro de Madero14.

Ahora, ¿qué, en plena conciencia, podría cualquiera con un sentimiento humano decente, esperar que hiciera un Yaqui? Luchar. ¡Mientras hubo pólvora y balas que pedir, tomar prestadas o robar; mientras haya un jardín que saquear, o un hoyo en las colinas en el cual esconderse!

Cuando estalló la revolución, los Yaquis y otros pueblos indios dijeron a los revolucionarios: “prométanos devolvernos nuestras tierras y nosotros combatiremos junto a ustedes”. Y están manteniendo su palabra magníficamente. A lo largo del verano se han mantenido en pie la guerra. A principios de septiembre, los periódicos de Chihuahua reportaron una banda de 1,000 Yaquis en Sonora a punto de atacar El Añil; una semana más tarde 500 Yaquis habían tomado los antiguos cuarteles de las tropas federales en Pitahaya. Esta semana se reporta que se han despachado tropas federales a Ponoitlán15, un pueblo en Jalisco, para sofocar a los indios que se han levantado de nuevo en rebelión, pues su ilusión de que el gobierno maderista iba a restituirles la tierra ha sido disipada. Hay reportes iguales de Sinaloa. En el terrible estado de Yucatán, los Mayas están en rebelión activa; los reportes dicen que: “Las autoridades y ciudadanos principales de varios pueblos” han sido retenidos por los descontentos y puestos en prisión. Lo que es más interesante es que los peones han retenido no sólo a los “ciudadanos principales”, pero más a cuento, han tomado las plantaciones, las han parcelado, y están ya recogiendo la cosecha para sí mismos.

Desde luego, no son sólo los indios puros los que forman la clase de los peones en México. Mucho más que el doble del número de indios es mestizo; esto es, alrededor de 8,000,000, dejando menos de 3,000,000 de cría blanca pura.

Esta población mestiza16, o de sangre mezclada, ha seguido los instintos y costumbres de sus ancestros indios; mientras que por el lado latino de su hechura, tienen ciertas tendencias que funcionan bien con su odio indio a la autoridad.

Los mestizos, tanto como los indios, son en su mayoría ignorantes del conocimiento libresco; sólo alrededor del 16 por ciento de la población total de México es capaz de leer y escribir. No formaba parte del programa del régimen “civilizador” el gastar dinero en poner el arma del aprendizaje en manos del pueblo. Pero concluir que la gente es necesariamente poco inteligente por ser iletrada, no es en sí mismo un proceder particularmente inteligente.

Más aún, un pueblo habituado a las costumbres comunales de una antigua vida agrícola no necesita de libros o periódicos que les digan que la tierra es la fuente de la riqueza, y que “¡deben volver a la tierra!” – incluso si su inteligencia es limitada.

En consecuencia, han vuelto a la tierra. En el Estado de Morelos, que es un pequeño estado en el centro sur, pero uno muy importante –estando junto al Distrito Federal, y por consecuencia, a la Ciudad de México- ha habido una notable revolución agraria. El General Zapata, cuyo nombre ha figurado de manera elusiva en los reportes periodísticos, ya sea haciendo la paz con Madero, después rompiendo la palabra, después herido y muerto, y de nuevo resucitado y escondido, después de nuevo en el camino de la guerra y proclamado por el gobierno provisional como el archi- rebelde que debe rendirse incondicionalmente y ser juzgado por una corte marcial; quien ha tomado los puntos estratégicos en ambos ferrocarriles que corren a través de Morelos, y quien tan solo hace unos días irrumpió en el Distrito Federal, saqueó un pueblo, combatió exitosamente en dos o tres puntos contra los federales, voló dos puentes ferroviarios y aterró tanto a los diputados en la Ciudad de México que todos están clamando por todo tipo de acciones; este Zapata, los fuegos de cuyos campamentos se encienden ahora en Guerrero, Oaxaca, y Puebla también, es un indio con una larga cuenta por saldar, y todo un indio satisfecho en saldarla. Pareciera ser un luchador del estilo de nuestros revolucionarios Marion y Sumter17; el territorio en el que está operando es montañoso y las bandas guerrilleras son excesivamente difíciles de capturar; incluso cuando son derrotadas, usualmente han tenido éxito en causar más daño del que han recibido, y siempre se escabullen.

Zapata ha dividido las grandes propiedades en Morelos de un extremo a otro, diciendo a los campesinos que tomen posesión. Lo han hecho. Están en posesión, y ya han cosechado sus cultivos (Morelos tiene una población de unos 212,000.)

En Puebla, reportes de septiembre nos informan que ochenta ciudadanos principales esperaron al gobernador para protestar en contra de las tomas de posesión de las tierras por parte de los campesinos. Las tropas estaban desertando, llevándose consigo caballos y armas.

Son ellos, no hay duda, quienes ahora están peleando con Zapata. En Chihuahua, uno de los estados más grandes, las prisiones han sido abiertas y los prisioneros reclutados como rebeldes; una gran hacienda fue atacada y los caballos huyeron, tras lo cual los peones se levantaron y se unieron a la partida atacante.

En Sinaloa, un rico estado norteño, – conocido hace algunos años en el sudoeste de los Estados Unidos como el campo de un gran experimento co-operativo en el que Mr. C. B. Hoffman, uno de los antiguos editores del Chicago daily Socialist, fue un espíritu destacado18 – el periódico de esta semana reporta que el antiguo general revolucionario Juan Banderas19 está encabezando una insurrección, cuya importancia sólo supera la que encabeza Zapata.

En el sureño estado fronterizo de Chiapas, en muchos lugares no pudieron ser colectados los impuestos. Las noticias de la semana pasada decían que el gobierno actual había enviado al General Paz20, con tropas federales, para remediar este estado de cosas. En Tabasco, los peones se rehusaron a cosechar los cultivos para sus amos; esperemos que hayan imitado a sus hermanos de Morelos y las hayan recogido para sí mismos.

Los maderistas han anunciado que una dura campaña represiva será inaugurada de inmediato; si hemos de creer en los periódicos, hemos de considerar a Madero culpable de la imbecilidad de decir: “Cinco días después de mi investidura la rebelión será aplastada”. No está claro el por qué el aplastamiento ha de esperar hasta cinco días después de la investidura. Supongo que debe haber habido algunas risitas entre los diputados reaccionarios, si semejante anuncio realmente fue hecho; y algunas asombradas dudas entre sus seguidores.

¿Qué hemos de concluir de todos estos reportes? ¿Qué la gente de México está satisfecha? ¿Qué está todo bien y resuelto? ¿Qué habríamos de pensar si leyéramos que la gente, no de la Baja sino de la Alta California ha expulsado a los dueños de los ranchos, ha empezado a recolectar los productos del campo para sí mismos, y que el Secretario de Guerra ha enviado tropas estadounidenses a atacar a algunos miles de hombres armados (Zapata ha tenido 3,000 hombres en armas durante todo el verano y esa fuerza ahora se ha incrementado mucho) que están defendiendo esa expropiación? ¿Si leyéramos que en el estado de Illinois los granjeros han expulsado al recaudador de impuestos? ¿que en los estados costeros están hablando de secesión y formando un acuerdo independiente?, ¿que en Pensilvania una división del ejército federal estaba por ser despachada para imponerse a una fuerza rebelde de mil quinientos hombres armados que llevan a cabo una guerra de guerrillas en las montañas? ¿que las puertas de las prisiones de Maryland, a la distancia de un grito de la ciudad de Washington, estaban siendo abiertas por revoltosos armados?

¿Lo llamaríamos un estado de paz? ¿lo veríamos como una prueba de que la gente está en paz? No lo haríamos: diríamos que la revolución está en plena marcha. Y la razón por la que ustedes pensaban que todo había acabado en México, desde mayo pasado hasta ahora, es que la prensa de Chicago, como la prensa del este, norte y centro en general, no ha dicho nada de la marcha regular de la revuelta. Incluso The Socialist ha guardado silencio. Y ahora que de momento la llama ha estallado de manera más espectacular, la llaman “una nueva revolución”.

Que los periódicos sigan este camino es en parte debido a las causas generales actuantes que producen nuestra indiferencia norteña, que trataré de explicar ahora, y en parte a la política establecida por los intereses capitalistas para controlar sus voces de modo de dar a sus actuales secuaces, los maderistas, una oportunidad de sacarles las castañas del fuego. Han invertido algo así como $10,000,000 en esta pandilla, con la esperanza de que sean capaces de ejecutar la doble proeza de mantener intactas las posesiones capitalistas y al mismo tiempo, pacificar a la gente con promesas sustanciosas. Quieren prestarles todo el apoyo que puedan, mientras el experimento sea bien llevado; así que deliberadamente suprimen las noticias revolucionarias.

Entre los últimos elementos de interés reportados por Los Angeles Times se encuentran aquellos que anuncian la afluencia de ex funcionarios y terratenientes multimillonarios de México, que serán a partir de ahora, residentes de Los Ángeles. ¿Cuál es el significado de esto? Simplemente que la vida en México no es ya la opción tan segura y cómoda que era, y que por ahora prefieren recibir el ingreso que sus agentes puedan recaudar sin correr ellos mismos los riesgos de residir en el lugar.

Desde luego, se entiende que algunos de este notable efluvio (los seguidores de Reyes21, por ejemplo, que tienen sus propias pequeñas rebeliones en Tabasco y San Luís Potosí esta semana), son políticamente reaccionarios, tramando recuperar los panes y los peces políticos para sus propias manos. Pero la mayoría son simplemente aquellos que saben que su derecho de propiedad será con suficiente seguridad respetado por el gobierno maderista, pero que dicho gobierno no es lo suficientemente fuerte como para aplacar las innumerables manifestaciones de odio popular que probablemente terminarían fatalmente para ellos si permaneciesen ahí.

Tampoco es revolucionaria toda esta lucha, de ninguna manera. Alguna es reaccionaria, alguna probablemente busca la satisfacción de un rencor personal, mucha, sin duda, es la expresión de una turbulencia general de naturaleza muy inconsciente. Pero incluyendo todo lo que puede ser puesto en la balanza, la cuestión principal, la cuestión poderosa, la revolución regeneradora es la REAPROPIACION DE LA TIERRA POR LOS CAMPESINOS. Miles y miles de ellos lo están haciendo.

Campesinos ignorantes: campesinos que no saben nada de la jerga de los que buscan la reforma de la tierra, o de los socialistas. ¡Si: esa es justamente la gloria de esto! El hecho de que está siendo realizado por gente ignorante; esto es, gente ignorante de las teorías en los libros; pero no ignorante, ni remotamente tan ignorante, de la vida en la tierra, como quienes hilvanan teorías en las ciudades. Sus mentes son simples y directas; y actúan en consecuencia. Para ellos, hay un camino para “recuperar la tierra”: es decir, ignorar la maquinaria de la tenencia de la tierra en el papel (en muchas instancias han quemado los registros de los títulos de propiedad) y proceder a arar la tierra, a sembrar y plantar y cosechar, y a conservar el producto para sí mismos.

Desde luego, los economistas dirán que esta gente ignorante, con sus instituciones y métodos primitivos, no desarrollarán los recursos agrícolas de México, y que deben de ceder el paso a aquellos que si lo harán; que tal es la ley del progreso humano.

En primer lugar, la abominable asociación política, que regaló con tanto descuido como si fuesen pompas de jabón los recursos agrícolas de México, los regaló a especuladores millonarios que iban a desarrollar el país – fueron los hombres educados de México. Esto es lo que les pareció conveniente hacer con su muy elevada inteligencia y educación. Así que los ignorantes bien pueden desconfiar de las buenas intenciones de los hombres educados que hablan de mejoras en el desarrollo del campo.

En segundo lugar, la propiedad de la tierra capitalista, lejos de desarrollar el campo de modo tal que pueda sostener una mayor densidad de población, ha despoblado distritos enteros, inmensos distritos.

En tercer lugar, lo que no dicen los economistas es que la única justificación para el cultivo intensivo de la tierra es que el producto de tal cultivo pueda incrementar los cuerpos de los hombres – y por consecuencia, sus almas- hacia un más rico y pleno vigor. No se trata simplemente de amontonar cifras de tantos millones de bushels22 de trigo y maíz producidos en una temporada; sino de que este trigo y maíz vaya primero a los estómagos de quienes lo plantaron, – y en abundancia; para acrecentar el músculo y nervio de los brazos que trabajan la tierra, no para mantenerlos mezquinamente en una condición de semi hambruna. Y, en segundo término, usarse para construir la fuerza del resto de la nación que está dispuesta a dar voluntariamente trabajo necesario a cambio. Pero nunca para incrementar las fortunas de los holgazanes que las derrochan. ¡Este es el propósito, y único propósito, de arar la tierra!; y el trabajarla para cualquier otro propósito es desperdicio, desperdicio tanto de tierra como de hombres.

En cuarto lugar, ningún cambio ha sido llevado a cabo jamás, o puede llevarse a cabo, en cualquier sociedad, excepto por la masa del pueblo. Las teorías pueden ser propuestas por gente educada, plasmadas en libros, y discutidas en las bibliotecas, salas y salones de conferencias; pero permanecerán estériles, a menos de que el pueblo en masa las entienda. Si el cambio propuesto es tal que no sea adaptable a la mente de la gente para cuyos males se supone que es un remedio, entonces permanecerá siendo lo que era, una teoría estéril.

Ahora bien, las condiciones en México han sido y son tan desesperadas que algún cambio es imperativo. Las acciones de los campesinos lo prueban. Incluso si ha de erigirse un fuerte dictador militar, tendrá que permitir algunas disposiciones hacia la propiedad campesina. Con esta gente iletrada pero decidida debe tratarse ahora; no hay cosa semejante a un “esperemos hasta que se eduquen lo suficiente para ello.” Por tanto, la sabiduría de los economistas es una sabiduría fuera de lugar, -o mejor aún, es falta de sabiduría relativa. La gente nunca podrá ser educada, si sus condiciones permanecen como eran bajo el régimen de Díaz. Los cuerpos y las mentes están ambos muy empobrecidos como para ser capaces de beneficiarse de una difusión de la educación teórica, incluso si semejante difusión no requiriese de un dinero que no está disponible, y de un tiempo indefinido para prepararse. Cualquier cambio económico que sea forjado, debe ser tal que la gente en su actual estado de comprensión pueda entenderlo y hacer uso de él. Y podemos ver por los reportes qué es lo que entienden. Entienden que tienen un derecho a la tierra, el derecho a usarla para sí mismos, el derecho a expulsar al invasor que les ha robado, a destruir los mojones y los títulos de propiedad, a ignorar al recaudador de impuestos y sus requerimientos.

Y sin importar cuan primitivos puedan ser sus métodos agrícolas, una cosa es cierta: que son más económicos que cualquier sistema que amontona fortunas destruyendo hombres.

Más aún, ¿quién puede decir cómo habrán de desarrollar sus métodos una vez que tengan una oportunidad libre de hacerlo? Es una creencia común de los anglosajones que el indio es esencialmente flojo. Las razones para pensar así son dos: bajo las diversas tiranías y despojos que los hombres blancos en general, y los anglosajones en particular (pues han ido incluso más lejos que los españoles) les han infringido a los indios, no hay razón posible por la que un indio habría de querer trabajar, excepto la idiota razón de que el trabajo en sí mismo es una cosa virtuosa y elevada, incluso si mediante el trabajo, el trabajador incrementa el poder de su tirano. Como dice William Archer: “Si existen hombres, y esto no se niega, que trabajan sin una paga, y sin prospecto o esperanza de ninguna compensación, sería interesante saber por qué medio, aparte del látigo, o el miedo al látigo, son inducidos a dirigirse al trabajo en las mañanas”. La segunda razón es que el indio realmente tiene una idea diferente al anglosajón, de para qué es que se está vivo. Y así también la tienen los pueblos latinos. Esta idea diferente es lo que quería decir cuando dije que la gente mestiza tiene ciertas tendencias heredadas por el lado latino de su composición que se acoplan bien con su odio indio a la autoridad. Al indio le gusta vivir, ser su propio amo; trabajar cuando le place y detenerse cuando le place. No desea muchas cosas, pero desea el disfrute de las cosas que tiene. Se siente mucho más parte de la naturaleza de lo que se siente el hombre blanco. Todas sus leyendas son de errar en la naturaleza, de bosques, campos, corrientes, plantas, animales. Quiere vivir con la misma libertad que los otros hijos de la tierra. Su filosofía del trabajo es, Trabaja para vivir sin preocupaciones. Esto no es vagancia; esto es sentido, – para una persona con tal composición.

El latino, por otra parte, también quiere vivir; y teniendo impulsos artísticos en él, su idea de la vida está más bien en satisfacerlos. Le gusta la música y la canción y la danza, pintar cuadros, tallar y decorar. No le gusta que le obliguen a crear sus deseos a las prisas; le gusta crearlos, y admirarlos, y mejorarlos y recrearlos, y admirarlos de nuevo; y todo por la pura diversión de hacerlo. Si se le ordena crear un cierto diseño o una cantidad de objetos a un precio fijo y en un tiempo dado, pierde su inspiración; el juego se torna trabajo, y trabajo detestable. Así que tampoco quiere trabajar, excepto lo que se requiere para mantenerse a sí mismo en una posición que le permita hacer las cosas que le gustan más hacer.

La idea anglosajona de la vida, sin embargo, es crear lo útil y lo rentable, -obtenga utilidad o ganancia de ello o no, y mantenerse ocupado, OCUPADO; agitarse “como un demonio en una pila de agua bendita”. Como toda la demás gente, hace de sus propias tendencias naturales una virtud, y quiere que todo el mundo “se ocupe”; no importa mucho con qué fin es que debe conducirse tal ocupación, siempre y cuando el individuo – escarbe. Cuando un verdadero anglosajón busca disfrutar, lo transforma también en trabajo, siguiendo la manera de un venerable tendero inglés quien, acompañado de su hijo, visitó el Louvre. Cansado de caminar de una sala a otra, consultar su catálogo y leer los nombres de los artistas, se puso a descansar, pero tras unos momentos, se levantó con gran resolución y enfrentó la siguiente sala, diciendo “bien, Alfred, más nos vale seguir con nuestro trabajo”.

Hay muchas interrogantes en torno al origen de estos varios instintos. La mayoría de la gente tiene la impresión de que la fuente principal de la variación está en la diferencia en la cantidad de sol recibida en los países de origen habitados por las distintas razas. Cualquiera que sea el origen, estas son a grandes rasgos las tendencias más marcadas de la gente. Y el “negocio” parece inclinado no solo a cumplir su propio destino preestablecido, sino a hacer que todos los demás también lo cumplan, lo cual es tanto injusto como estúpido. Hay suficiente espacio en el mundo para que las razas lleven a cabo sus diferentes tendencias, y hagan sus contribuciones independientes a los logros de la humanidad, sin imponerlas sobre aquellos que se rebelan ante ellas.

Concediendo que la población de México, si se la libera de esta idea extranjera de “ocuparse” que el gobierno ha importado del norte y ha impuesto con tal severidad durante los últimos cuarenta años, no adoptará inmediatamente métodos mejorados de cultivar, incluso aunque tuvieran la oportunidad libre de hacerlo, aun así, no tenemos ninguna razón para concluir que no van a adoptar tanto cuanto de ello quepa en su idea de para qué es que vive un hombre; y si eso de hecho se demuestra bueno, introducirá desarrollos ulteriores, de modo que habrá un crecimiento económico natural y por tanto sólido, que habrá de permanecer; mientras que un desarrollo forzado, mediante la devastación de la gente, no es un verdadero crecimiento. La única manera de hacerlo funcionar sería matar por completo a todos los indios y transportar a la multitud “ocupada” ahí, y después continuar transportándola por varias generaciones para cubrir los destrozos que el clima pueda hacer en semejante población importada.

La población india de nuestros estados fue tratada, de hecho, de esta manera asesina. No se cuan gratificante sea esta reflexión para aquellos que obtuvieron ganancias materiales de su exterminio, pero nadie que mire con esperanza a la unificación final y la liberación del hombre, a la incorporación de las muchas bondades de las diversas razas en una única raza universal, podrá nunca leer esas páginas de nuestra historia sin una vergüenza quemante y un insondable arrepentimiento.

He hablado del significado de la revolución en general; del significado de la revolución mexicana – principalmente agraria; y de su condición actual. Creo que debe resultarles transparente que a pesar de la victoria electoral del actual poder gobernante, no ha puesto fin ni siquiera a la rebelión armada, y no podrá hasta que proponga un plan de restitución de la tierra; y que no sólo no tiene la disposición interna para hacerlo, sino que probablemente tampoco se atreve, en vista de la inmensa cantidad de capital que le ha financiado el acceso al poder.

Respecto a cuánto del sentimiento popular se expresó de hecho en las elecciones, es imposible decirlo.  Los diarios nos informan que “en el Distrito Federal, donde hay 1,000,000 de votantes, el voto fue de menos de 450,000”. No ofrecen explicación alguna. Es imposible explicarlo sobre la base con la que explicamos la poca votación en nuestras propias comunidades, el que la gente es indiferente a los asuntos públicos; pues sea lo que sea la gente de México, no es ahora indiferente. Dos explicaciones son posibles; la primera y más probable, es la intimidación del gobierno; la segunda, es que la gente está convencida de la inutilidad del voto como mecanismo para resolver sus problemas. En los estados agrícolas con población menos densa, este es ampliamente el caso; ellos están confiando en la acción directa revolucionaria. Pero, aunque había guerra de guerrillas en el Distrito Federal, incluso antes de la elección, encuentro poco posible que más de la mitad de la población se haya abstenido de votar por convicción, aunque estaría contenta de poder creer que así haya sido. Sin embargo, Madero y sus ayudantes fueron electos al poder, como era de esperarse. La pregunta es ¿cómo van a permanecer en él? Como lo hizo Díaz, y no de otra manera – si es que tienen éxito en desarrollar lo que alguna vez fue la habilidad de Díaz, lo que hasta ahora están lejos de haber logrado, pese a que están recurriendo a las tácticas más vengativas y despreciables en su persecución a los revolucionarios genuinos en todas partes donde sea que se acerquen a sus garras.

Tres son los posibles resultados de toda esta situación turbulenta:

  1. Un dictador militar ha de erigirse, con suficiente sentido común como para hacer algunas concesiones substanciales y con suficiente capacidad como para proseguir la política de aplastamiento hábilmente; o
  2. Los Estados Unidos habrán de intervenir en defensa de los capitalistas y terratenientes americanos, en caso de que la revuelta campesina no sea sofocada por el poder maderista. Esa sería la peor cosa que puede llegar a ocurrir; y en contra de ella cada trabajador en los Estados Unidos debe protestar con toda su fuerza; o,
  3. El campesinado mexicano será exitoso, y la libertad de la tierra sería un hecho real. Y eso significaría el toque de difuntos para los grandes terratenientes en este país, pues ¿qué pueblo al ver a sus vecinos disfrutar de tan gran triunfo permanecería mansamente sentado sometido al arrendamiento de tierras?

Cualquiera que sea el resultado, una cosa es segura, es un gran movimiento, al que toda la gente del mundo debería estar viendo con ansiedad. Sin embargo, como dije al principio, la mayor parte de nuestra población no sabe al respecto más de lo que sabe de una revolución en el planeta Júpiter. Primero porque están tan ocupados, que difícilmente tienen tiempo de ver más allá de los resultados del baseball y la lucha libre; ¡Cómo podrían leer sobre una revolución! Segundo, son supremamente egoístas y están preocupados por su propio gran país con sus grandes eventos, tales como los escándalos por divorcios, los sobornos del vicio, y las carreras de autos. Tercero, no leen español, y tienen una antigua hostilidad a todo lo que huela a español. Cuarto, desde la cuna nos han dicho que cualquier cosa que ocurra en México es una broma. Las revoluciones, o mejor dicho, las rebeliones, iban y venían como las lloviznas de abril, y nunca significaron nada serio. Y en esto, claro, había mucho de verdad; usualmente eran una excusa para que un busca puestos se lanzara por la cabeza de otro. Y finalmente, como ya he dicho, la mayoría de nuestra gente no sabe que una revolución significa un cambio fundamental en la vida social, y no un despliegue espectacular de ejércitos.

No es mucho lo que unos cuantos pueden hacer para remover esta montaña de indiferencia; pero a mí me parece que todo reformador, de cualquier escuela, debería desear ver este movimiento con el más intenso interés, como una manifestación práctica del despertar de los propios trabajadores del campo al reconocimiento de lo que todas las escuelas de economía revolucionaria admiten ser la necesidad primordial, – la re-posesión social de la tierra.

Y ya sea que resulten victoriosos o derrotados, yo, al menos, me inclino ante esos heroicos luchadores, sin importar cuan ignorantes sean, que han elevado el grito, Tierra y Libertad, y han plantado la bandera rojo sangre en el ardiente suelo de México.


1 Publicado en Mother Earth, v.VI, n. 10, diciembre de 1911, pp. 301-6; n.11, enero de 1912, p.335-341 y n. 12, febrero de 1912, 374-386; posteriormente, en forma parcial, en dos partes en Regeneración, (4, 69, 1) y la segunda parte, en Regeneración (4, 94, 2).
2 Refiérese a la revuelta surgida del Plan de la Empacadora firmado por Pascual Orozco el 12 de marzo de 1912.
3 Refiérese al libro de Thomas Paine Rights of Man (1791). En él se afirma que una revolución política popular es legítima cuando un gobierno no salvaguarda los derechos naturales de su pueblo.
4 En la reproducción parcial de este escrito aparecida en Regeneración núm. 94, 15 de junio de 1912, p. 4, se repite el siguiente párrafo antecediendo a la reproducción de los siguientes 16 párrafos: “El Chicago daily informa «Una nueva revolución en México.» No se trata de una nueva revolución en absoluto. Es la misma revolución, que no comenzó con la rebelión armada del pasado mes de mayo; que ha estado ocurriendo de manera constante desde entonces, y desde antes de esa fecha; y está obligada a continuar durante un largo tiempo en el futuro, si las demás naciones mantienen sus manos fuera y al pueblo mexicano se les permite labrar su propio destino.”
5 equivalentes a 2,023,428.2 hectáreas.
6 Refiérase a los indios Pueblo: Hopi, Zuni, Keres y Jemez.
7 Probable confusión entre Moquis y Mayos.
8 Refiérese a la Ley de Tierras y Enajenación de Baldíos, promulgada el 26 de marzo de 1894.
9 Se trata de del crítico literario escocés William Archer (1856-1924), autor, entre otros, de Vida, juicio y muerte de Francisco Ferrer (1911) y “The Collapse of the Díaz Legend,” McClure’s Magazine XXXVII: 4 (Agosto, 1911).
10 Reyes, 21.
11 equivale a 20,720 kilómetros cuadrados.
12 equivale a 64,750 kilómetros cuadrados.
13 Refiérase al henequén.
14 Refiérase a Francisco I. Madero, La sucesión presidencial en 1910: El partido democrático (1910).
15 Refiérase a Poncitlán, Jal. La noticia referida apareció en The El Paso Times (El Paso Tex.) del 22 de octubre de 1911.
16 En español en el original.
17 Refiérase a Francis Marion a El zorro del pantano (1732-1795) y Tomas Sumter a El gallo de pelea (1734-1832), héroes de la Independencia estadounidense, conocidos por su estilo guerrillero de combatir.
18 Refiérase a la Colonia de Topolobambo, Sin. (1872-1918) promovida por Albert K. Owen.
19 Juan Banderas a El agachado (1872-1918). Revolucionario sinaloense. Siendo jefe de rurales se unió a la revuelta maderista. Gobernador interino de Sinaloa. Fue encarcelado por el gobierno de Madero cuando buscaba ser elegido gobernador constitucional del mismo Estado. Al salir de la cárcel se unió al zapatismo en febrero de 1912. Emiliano Zapata le nombró General de División por su destacada habilidad militar. En 1915 se unió a la División del Norte y se rindió al constitucionalismo a principios de 1916. Tras un periodo de encarcelamiento, solicitó su incorporación al Ejército Constitucional a Venustiano Carranza. Murió en un altercado con un diputado obregonista.
20 Refiérase al general Pedro Paz, enviado por el gobierno provisional de Francisco de la Barra, en octubre de 1911, a reprimir la llamada Rebelión de la Mano Negra, levantamiento de las élites de San Cristóbal de la Casas en defensas de sus intereses.
21 Refiérase al general Bernardo Reyes.
22 En EUA equivale a 35.237 litros.

¿SERÁ AHOGADA EN SANGRE ESTA LUCHA? LA PASIÓN DE LOS MEXICANOS POR LA LIBERTAD HA SIDO IMPLACABLE.1

Desde la publicación de mi reporte del trabajo de la Conferencia de Defensa Liberal Mexicana de Chicago, he recibido una gran cantidad de solicitudes de parte de aquellos interesados y ansiosos por trabajar, pidiendo un artículo explicativo, dando alguna idea de los alcances y el estado actual de la revolución. Y desde luego, recordando mi propia ignorancia sobre el tema hasta hace no más que mayo pasado, y el hecho de que nuestra prensa diaria y semanal, incluyendo al Socialist2 y otros periódicos reformistas, es casi silenciosa en la materia, y que la principal fuente de información es un periódico poco conocido, incluso entre nuestros propios camaradas –me refiero a “Regeneración” el órgano del Partido Liberal Mexicano – creo que es muy importante que un artículo explicativo sea escrito para información de los lectores del “Volne Listy3”.

Es importante que todos los anarquistas, y los simpatizantes con las tendencias y desarrollos anarquistas entre el pueblo, sepan que la Revolución Mexicana ni comenzó ni terminó con los espectaculares movimientos militares que culminaron con el derrocamiento de Díaz y con su sustitución por el actual gobierno de México. Esos movimientos fueron breves incidentes, aunque importantes, en el poderoso esfuerzo total de un pueblo por derrocar un sistema económico impuesto sobre ellos en parte por políticos de su propio pueblo, pero ampliamente por capitalistas- de éste y otros países, por el cual, ellos, los hijos genuinos de la tierra mexicana, han sido reducidos a la más odiosa esclavitud.

No pretendo enumerar los detalles de esa esclavitud; aquellos que deseen informarse de sus casi increíbles horrores deben leer el “México Bárbaro” de Turner.4

México y su pueblo

México consiste en 29 (sic) estados y territorios y un Distrito Federal similar al Distrito de Columbia. Los Estados más pequeños, pero más densamente poblados, son aquellos al sur, en la vecindad del Distrito Federal. La población total de México es de alrededor de quince millones, de los cuales cuatro millones son de sangre india sin mezclas, descendientes de sus ocupantes anteriores a la invasión europea. De los restantes once millones, la porción mayor son de cría mezclada, un número relativamente pequeño es de ascendencia puramente española.

La masa de la población es agricultora por instinto, hábito y por las condiciones generales de desarrollo económico del país.

Las diversas tribus de Indios han tenido desde tiempos inmemoriales formas de gestión de la tierra comunales que son muy interesantes, tanto por la idea que nos ofrecen sobre el carácter de la gente, como por las comparaciones que nos ofrecen entre el comunismo libre teórico y el práctico.

Estos Indios han visto sus tierras comunales ser concesionadas, por miles de acres a la vez, a terratenientes nativos o extranjeros en el último medio siglo, y ellos mismos han sido llevados a un odioso trabajo simplemente para crear ganancias para los terratenientes. Se han rebelado y, como recompensa a su rebelión, han sido asesinados, torturados o enviados a distritos pestíferos donde habrían de morir en unos cuantos meses. Así, los terratenientes se deshacen de sus arrendatarios “indeseables”.

La población mestiza es también comunista, habiendo recordado a sus antecesores Indios en este aspecto. Y tanto los Indios como los mestizos sienten un odio absoluto al trabajo por el trabajo mismo. Desean trabajar para poder vivir, pero no desean trabajar para hacer ricos a otros.

Un rebelde contra la esclavitud

La “pereza” del indio es proverbial entre los hombres blancos; pero, lejos de ser lo que el hombre blanco piensa que es, es más bien la intensa protesta de un alma libre contra un desperdicio inútil y degradante de la vida. El Indio desea sentirse a sí mismo un hijo del sol y el cielo, un ser a través del cual se mueve el aliento de la vida, una cosa de la tierra y el aire, y no una herramienta para la producción sin objeto de bienes a las órdenes de otro.

Los mestizos, por el lado blanco, son descendientes de los latinos; y, mientras los pueblos latinos trabajan, nunca han sentido hambre y sed de la pura ganancia comercial, como lo han hecho las naciones norteñas; siempre han conservado una devoción por lo bello (incluso lo bello inútil) y por las alegrías simples de la vida – canciones, danzas y festivales – desconocidas para los anglosajones.

Añadid a todo esto el enervante clima de buena parte de México y tendréis un entendimiento de lo que nuestro sistema de vida basado en el apropiarse y obtener, estigmatiza como “pereza mexicana”.

Esta gente quiere la tierra; no quiere vivir en las ciudades; quiere usar la tierra a su manera, de acuerdo con sus costumbres comunales heredadas.

Una y otra vez se han rebelado, y sus rebeliones han sido criminalmente sofocadas, pero esta hambre instintiva por el campo de la vida libre es tan esencialmente parte de su ser, que la única manera de matarla es matar a la totalidad de la población agraria.

En el momento presente se han levantado más invencibles que nunca; y aunque la gente es ignorante –menos del 20 por ciento pueden leer y escribir – no necesitan ningún aprendizaje libresco para convencerse de que la tierra es suya por derecho.

Por lo que concierne al gobierno Mexicano, (nosotros los anarquistas lo sabíamos por adelantado, y los revolucionarios lo están aprendiendo por experiencia), el actual, que se montó al poder por mandato de los grandes financieros de este país y en la cresta de una ola de enamoramiento popular temporal, no es más amigo de la gente rebelde de lo que lo fue el régimen de Díaz. ¿Por qué, en nombre del sentido común, debería alguien suponer que Madero, que es uno de los más grandes terratenientes de México, y cuyas haciendas son cultivadas por los mismos trabajadores explotados que aquellos empleados en otras grandes propiedades, habría de favorecer la restitución de la tierra a la gente? Por el contrario, se ha declarado partidario de defender todos los derechos de propiedad, y ha llamado a la población industrial a no hacer huelgas y no avergonzar a sus patrones en el presente período crítico.

Sin embargo, ni la población industrial ni la rural están siguiendo su llamado. A pesar del silencio de los periódicos en las regiones orientales y centrales de este país, la revolución –la revolución económica- está en pleno apogeo, y se encamina directo a liberar la tierra. Ningún intento de silenciarla le pondrá el alto; ni hay a la vista en México poder alguno que pueda aplastarla.

Tres desenlaces de este inmenso movimiento son posibles:

  1. Un instaurador militar del tipo de Díaz puede levantarse y unir a las fuerzas militares de modo de someter a la gente por algún tiempo. Pero hasta ahora no ha aparecido tal hombre.
  2. Cuando los titubeantes, que ahora se dedican a resolver los problemas del gobierno, se hayan mostrado incompetentes para prevenir que los rebeldes mexicanos violen los “derechos de propiedad” de ciudadanos norteamericanos, el gobierno de E.U.A. puede sentirse impulsado a despojarse de la máscara, e intervenir abiertamente. Lo que significa un posible protectorado o una anexión final – una solución a ser evitada devotamente.
  3. El pueblo de México triunfante, y un inmenso, un irreparable golpe asestado a la propiedad de la tierra en todo el mundo.

Se teme una intervención

La condición presente, -de luchas esporádicas, e insubordinación general- puede continuar por un año, o dos o tres. No puede continuar indefinidamente. Los grandes dueños de la propiedad demandarán medidas más drásticas; si estas no aparecen, habrá de seguirse algún cambio de gobierno.

De las tres posibilidades, la peor sería la segunda. Por ello debe ser nuestro quehacer, en los Estados Unidos, el mantener el propósito de la revolución a la vista de la gente trabajadora de este país, así como su desarrollo semana por semana, para que puedan apreciar la situación de los trabajadores mexicanos y la relación que guarda con su propia lucha. Después, cuando la propaganda por una intervención por parte de Estados Unidos comience, podrán oponerse a esta intervención inteligentemente, y con poderío y fuerza.

Ahora bien, el mejor medio para mantenerse informado es leer “Regeneración”, que se publica en 914 Boston St., Los Ángeles, California. Tres cuartos del periódico está en español, pero la cuarta página está en inglés. Yo sugeriría que cada lector de estas líneas que sea capaz de leer inglés, envíe 60 centavos para una suscripción por tres meses a la dirección dada más arriba; y que lea cada línea de él, semana a semana.

Los editores en español, y que son quienes publican el periódico, están ahora bajo acusación por haber violado las leyes de neutralidad y requieren de ayuda financiera para su defensa; pero más que nada, el periódico debe ser sostenido, -dado que en realidad es la voz del corazón de la gran revuelta. Miles de copias son contrabandeadas a México, y son leídas en voz alta ante aquellos que no pueden leer, y así la fuerza y el ánimo de la hermandad crece y se propaga.

Mientras que el periódico se niega a etiquetarse a sí mismo con algún “ismo”, su grito de guerra es “Tierra y Libertad”, su enseñanza, anarquista. Está intensamente vivo, teniendo poco espacio para la teoría, pero mucho para los hechos que apoyan esa teoría y que son muy valiosos para todos nosotros.

Para resumir: Nuestros hermanos mexicanos nos han hecho un llamado en un manifiesto5 realmente desgarrador, a no ignorar su lucha; a no creer que es una lucha política, sino una económica, que alcanza las necesidades primarias de los hombres; a no ignorar el hecho de que su batalla es nuestra batalla; y a que los sostengamos en esta inmensa lucha que ha de continuarse aún por largo tiempo. Les debemos el responder. Sostened y circulad “Regeneración”; juntad dinero para la defensa; haced mítines donde estas cosas puedan darse a conocer. Cualquier dinero enviado para ellos a mí, o al “Volne Listy”, 217 E. 56th St., New York, será re-enviado a Los Ángeles.

Voltairine de Cleyre

2038 Potomac Ave., Chicago. Tesorera, Conferencia de Defensa Liberal Mexicana.


1 Publicado en dos partes, la primera en Regeneración, núm. 63, 11 de noviembre de 1911, p.4 y la segunda parte en el núm. 64, 18 de noviembre de 1911, p.4, proveniente de Volne Listy (Nueva York, N. Y., s. f.). A la primera parte le antecedía: “El siguiente es copia del artículo publicado recientemente por la bien conocida escritora Voltairine de Cleyre, en el “Volne Listy”, el destacado semanario Bohemio. Nuestro limitado espacio nos obliga a posponer a la semana próxima la segunda mitad del artículo. En ella, la autora apremia con vehemencia a todos aquellos interesados en “Tierra y Libertad” a suscribirse a “Regeneración” y a enviarle todas sus contribuciones, como tesorera de la Mexican Liberal Defense Conference, o al “Volne Listy”, 217 E. 66th St., Nueva York. (Se incluyen los subtítulos de la versión de Regeneración.) Dado que se hace mención a la presidencia de Francisco I. Madero, debió de ser escrito en la segunda semana del mes de noviembre de 1911.
2 Refiérase a The Socialist, Chicago Ill., ed. C. B. Hoffman (1906-1912).
3 Volné Listy. “Casopis sirci zásady bézvládi” (Páginas Libres. “Revista de divulgación de principios anarquistas”). Nueva York, EUA (1890-1917). Dir. Václav Rejsek. Colabs. Adolph Rette, León Tolstoy, Siegfried Nacht, F. Domel Nieuwenhuis, Pierre Ramus, Carlo Malato, Jean Grave, Emma Goldman, Max Nettlau, V. Cherkesov, Voltairine de Cleyre, Joseph Kucera y otros. Publicación mensual escrita en bohemio. Se trata del más importante órgano impreso de los anarquistas de origen checo en los Estados Unidos. En septiembre de 1911 abrió en sus columnas una suscripción a favor de la revolución de México. Mantuvo un vínculo cordial con Regeneración hasta 1916.
4 Refiérase al libro de John Kenneth Turner México Bárbaro, mismo que salió a la venta en Estados Unidos en enero de 1911 bajo el sello Charles H. Kerr and Co. De Chicago, III.
5 Refiérase al Manifiesto. La Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano al Pueblo de México, publicado en Regeneración, núm. 56, 23 de septiembre de 1911.

LA ACTITUD DE LOS ANARQUISTAS FRENTE A LA REVOLUCIÓN MEXICANA.1

A mi parecer no existe más que una sola actitud posible que un anarquista puede asumir frente a la Revolución Mexicana, si su anarquismo ha echado alguna raíz en su ser y ha devenido una parte de su fibra vital.

Yo creo que esta revolución es el acontecimiento más importante que ha ocurrido en el continente norteamericano desde la guerra anti-esclavista en los Estados Unidos de 1861-65. Y por diversos aspectos, entre estos dos movimientos, éste es el más importante, ya que en este caso es el fundamento mismo de toda esclavitud humana, la propiedad de la tierra, el que es atacado; y también porque no hay ahora en la lucha por la emancipación de clase (¡afortunadamente!) ninguna complicación contradictoria de incrementar el poder gubernamental, como fue el caso de nuestra guerra civil, —es una paradoja que de la liberación de los negros de la esclavitud se haya dado el primer paso para la consolidación del poder centralizado, cuya tiranía ha ido en aumento con el ascenso de cada nuevo hombre al gobierno, y hoy es el arma terrible con la cual nuestros amos amenazan cada uno de nuestros más que débiles movimientos hacia la emancipación del capitalismo. Esta vez es todo un pueblo en revuelta contra la tiranía económica, la cual es al mismo tiempo el fundamento de la tiranía política, de modo que ambas se sostienen y caen juntas.

Se me ha dicho que algunos de mis respetables compañeros italianos han declarado que los anarquistas no pueden tener ningún interés especial por esta revuelta, por el hecho de que aquellos que están activos en imprimirle una dirección a la lucha no son, a su parecer, anarquistas, y porque la masa del pueblo que sacrifica la propia vida en la tierra amada de la cual la gula capitalista los ha despojado, y en la que se han convertido en los esclavos más compasivos, no son anarquistas2.

Aunque aquello fuese completamente verdadero, tal actitud mental sería aun absolutamente incomprensible para mí.

Pero esto no es verdadero, al menos en cuanto respecta a la Junta del Partido Liberal Mexicano. Pero de eso hablaremos más tarde.

Yo les pregunto a ustedes, compañeros todos, ¿qué es nuestro anarquismo? ¿No es acaso la semilla de la idea que nosotros debemos sembrar donde quiera que el terreno promete hacerla germinar? Si sí, donde quiera se espese la tormenta para regarla, he ahí el terreno para nosotros. Y entonces aquella germinará a la luz y extenderá potentemente su verde fuerza. Y los hombres cosecharán los frutos.

¿O es acaso un estéril y árido concepto, por el cual debemos apartarnos de la lucha de nuestros semejantes, y arrojarlo de nuevo en la profundidad de nuestro interior por el placer intelectual de tenerlo sólo para nosotros? ¿No tiene éste nada que ver con los fenómenos reales de la vida? Si es así, ¿cuál es la diferencia entre nosotros y aquellos que dirigen sus almas al cielo y realizan sus ideales en el vacío?

Yo creo que en esta actitud ha estado la maldición de nuestro movimiento, la causa de nuestra esterilidad, doquiera en que esto ha prevalecido. Por su culpa la corriente de la revuelta nos ha dejado en la ribera y secado en las aguas poco profundas de la playa, impotentes para contribuir de nuestra parte al asalto contra los diques que los hombres han construido a través de la Vida.

Ahora, es verdad que ha habido muchas razones para generar esta condición mental entre nosotros, anarquistas norteamericanos. No puedo decir nada de los compañeros latino-americanos3 en los Estados Unidos, de cuyo movimiento soy, muy a mi pesar, profundamente ignorante. Pero entre nosotros, anarquistas norteamericanos de lengua inglesa, la verdad es que no ha habido un movimiento de los proletarios en el cual nosotros hayamos podido concienzudamente infundir energía o entusiasmo especial alguno. Nunca el pueblo ha estado muy entusiasta al exigir algo fundamental; sus organizaciones son siempre temporales, y han avanzado sólo en demandas insignificantes. Tampoco hemos sido capaces nunca de infundir en aquél algún deseo de demandar más. En esto quizá la culpa es toda nuestra.

En cualquier caso, el hecho es que el pueblo de este país, desde la abolición de la esclavitud de los negros hasta hoy no ha tenido ningún deseo ardiente. Incluso el momentáneo furor por la cuestión del uso de la violencia, provocada por el arresto de los McNamara, es sólo un frunce superficial. Nada vital se logró. Los trabajadores no miran ahora nada más que los estúpidos e ineficaces remiendos de sus condiciones, ya sea en los sindicatos o fuera de ellos.

Y conscientes de la futilidad de todos sus propósitos, y de nuestra propia incapacidad de alterarlos, nos hemos refugiado en una especie de anarquismo subjetivo, si así puedo expresarme, el cual nos ha alejado, cada vez más.

Pero ahora tenemos frente a nosotros una inmensa sublevación social, ―el espectáculo de millones de hombres en revuelta para conquistar la gran libertad humana, especialmente aquella pisoteada por los bandidos del Capital, la libertad de acceder a la tierra, a los bosques, a las aguas y a los yacimientos minerales. Nosotros tenemos una afirmación práctica, de proporciones gigantescas, de lo que hemos predicado por tan largo tiempo ante exiguos auditorios, y vale decir que el modo en el cual el pueblo puede reconquistar su libertad personal es obtener para sí la tierra, y el modo de recuperarla es arrebatarla.

La vida misma se lo ha enseñado a los mexicanos; sus actos demuestran que ellos comprenden que la libertad política es una burla sin la restitución de la tierra. Creyendo engañar al pueblo con la promesa de libertad política, Madero buscó clavar sus garras en Vulcano, por así decirlo, para luego sentarse encima. Pero la lava se arremolina entorno suyo; el pueblo no se conforma con palabras, quiere la tierra y no menos.

Compañeros, mientras una demanda tan fundamental se levanta y el pueblo expropia directamente ¿no deberíamos ocuparnos de esta lucha de otro modo y no solo como simples espectadores, a la espera de que los métodos empleados para lograrlo se ajusten a los nuestros?

¿Debe una revuelta o un rebelde portar la etiqueta «Hecho en la Unión Anarquista» para tener nuestra sanción?

La mayor parte de los revolucionarios son indígenas o mestizos. Yo recuerdo bien la sorprendente definición de indígena, dada por mi amigo mestizo, Honoré J. Jaxon4, un rebelde del noreste, en la malograda lucha contra el hurto de tierra por la Hudson Bay Company en 1885-86: «Un anarquista,» dijo él, «es aquél que cree que los hombres pueden vivir sin leyes; un indígena es un hombre que vive sin leyes.»

Ahora bien, el hecho es que los indígenas son anarquistas por instinto ―y también comunistas― pues tienen una sed inextinguible por su antigua libertad. ¿Debemos preguntarles si suscriben las ideas de Kropotkin antes de darles nuestro apoyo? Esto no es necesario; Kropotkin ya les ha dado su aprobación5.

Pero si el anarquismo consciente es solo aquel que puede recibir el certificado de nuestra aprobación; si este heroico grito del proletariado mexicano: «¡Dádnos la tierra o la muerte!» no puede despertar ningún eco en nuestros corazones; aun así no sé bajo cual lógica podemos negar nuestra ayuda a la Junta del Partido Liberal, la cual semana a semana, mes a mes, en boca de Ricardo y Enrique Magón, William C. Owen y otros, ha proclamado:

«De aquí en adelante no habrá gobierno estable en México, porque lo que quiere el pueblo es comer y ningún gobierno puede dar pan: al pueblo toca tomarlo destruyendo el sistema capitalista por medio de la toma de posesión de la tierra, de los útiles de trabajo, de todo cuanto existe, para el uso y disfrute de todos sin excepción.»

Y más adelante: “¿Qué se necesita ahora? La orientación de todas esas formidables energías hacia la verdadera libertad, la que está basada en la libertad económica, y ésta no podrá ser ganada sino por un medio: la expropiación de las tierras, de las aguas, de los montes, de las casas, de las minas, de las fábricas, de los talleres, de los ferrocarrileros, de todo en una palabra, para que los pobres organicen la producción atendiendo a las necesidades de cada comunidad productora…. Nosotros tomemos posesión de lo que pertenece a todos y está hoy en manos de unos cuantos. ¿Qué amo político podrá imponérsenos entonces?6»

Nunca he leído, ni escrito, ni puedo concebir una declaración más franca de los propósitos anarquistas. Y ésta proviene de la pluma de Ricardo Flores Magón.

Cualquiera que sepa de otro movimiento más merecedor o más grandioso, digno del apoyo de los anarquistas, que lo proclame. Yo no sé de ninguno. No puedo comprender como una proclama tal, como la mencionada más arriba, puede fallar en inflamar el cerebro y el corazón de cualquiera que osa decirse revolucionario internacional.

VOLTAIRINE DE CLEYRE.


1 Publicado en L’Era Nuova. Giornale Rivoluzionario, (Paterson, N. J.), a. V., núm. 189, 2 de marzo de 1912, p. 2.
2 Refiérase a Luiggi Galleani. (1861-) Editor de Cronaca Sovversiva en Lynn, Massachusetts y el más destacado anarquista italiano en los Estados Unidos, donde arribó en octubre de 1901 a los 40 años, ya con una larga trayectoria de lucha y persecuciones. Proclamaba la resistencia armada, incluyendo el uso de explosivos (publicó un manual para fabricar bombas en 1905). Extraordinario orador, carismático, elocuente y nítido. Participa en las movilizaciones de apoyo a la huelga de Paterson, Nueva Jersey, de 1902, por lo que es perseguido y obligado a refugiarse durante un tiempo en Canadá. En 1903 inicia la publicación de Cronaca Sovversiva, en Lynn, Massachusetts. Opositor radical a la primera guerra mundial. Encarcelado en 1917 y su periódico suprimido. En 1919 fue deportado a Italia, donde fue perseguido y recluido en prisión por el régimen de Mussolini. Entre los seguidores de las ideas de Galleani, estaban Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti. Desde las páginas de Cronaca Sovversiva, Galleani critica y acusa de falsarios a los miembros del Partido Liberal Mexicano y se refiere a la Revolución Mexicana como la mera lucha política de unos ambiciosos por el poder y emprende una campaña para que los anarquistas del mundo retiren su apoyo a la JOPLM, por lo que RFM lo acusa de ser un bribón que le hace el juego a la reacción mexicana y de los Estados Unidos y se refiere a la publicación de Galleani como “La Crónica Sumisa”. Durante 1911 y 1912, Regeneración, y en particular su sección italiana, sostienen una ardua polémica con Galleani y Cronaca Sovversiva. Pese a que el enfrentamiento entre Galleani y la JOPLM fue muy ríspido, en octubre de 1916, Regeneración llama a solidarizarse con Galleani, un “camarada, a cuyo favor se ha levantado una justa ola de indignación obrera”, cuando éste es arrestado por apoyar a huelguistas de Pensilvania.
3 Refiérase a los italo-americanos.
4 Vid., supra, n. 10.
5 Refiérase a la carta del 30 de diciembre de 1911 de Pedro Kropotkin a los editores de ¡Tierra! (La Habana, Cu.), reproducida en esa publicación (a. XI, núm. 432, 20 de enero de 1912, p. 1) y retomada en el artículo de RFM “A tomar la Tierra” en Reg. del 2 de febrero de 1912 (4, 75, 1).
6 Los párrafos provienen del artículo de RFM “¿Reyismo?,” Reg. (4, 67,1), 9 de diciembre de 1911.

LA COMUNA RESUCITA1.

Marzo de 1912.

Dicen: «Está muerta; la Comuna está muerta»;
Que «si mantuviera su paso de terremoto
Desparramaría la colmena de los avispones.”
No estoy muerta, ni duermo;
Ni parsimoniosa, aunque mis pasos parezcan lentos;
Ni endeble por el barrido de los siglos;
Tampoco fría, aunque fríos los vientos del norte soplan.
Mis legiones se reúnen en todas las tierras,
Del campo, de las fábricas, de las minas,
Los trabajadores del mundo juntan sus manos
A través de los siglos y el agua de mar.

Nunca desde que estas líneas fueron cantadas por el gran poeta desconocido, cuyo corazón rojo resplandece a través de sus palabras, el pulso del mundo ha batido responsorio tan verdadero como el que ahora está batiendo. No estamos de pie hoy como dolientes en la Resurrección.

¿Qué proclamaba la Comuna? ¿Con qué esperanza saludó al mundo? ¿Y por qué se derrumbó? La Comuna proclamó la autonomía de París. Rompió la cadena que la encadenaba a los talones de su madrastra, el Estado, –ese Estado que la había dejado a merced de los sitiadores prusianos, negándose a aliviarla o permitirle a ella misma aliviarse; ese Estado que, con una deuda cargada con los no nacidos, compró a los prusianos para vengarse de París, la bella rebelde, y mantener los medios de su explotación en sus propias manos.

La Comuna fue un espléndido esfuerzo para romper la tiranía de la dominación centralizada con la que están maldecidas las sociedades modernas; una revuelta contra los lazos artificiales, que no expresan una unión social genuina, la consecuencia del trabajo social constructivo, sino solo la unión de la opresión, la unión de aquellos que buscan perfeccionar una máquina de tiranía para garantizar sus posesiones. «París es una unidad social», dijeron los comuneros; París es, en sí misma, un todo orgánico. París no necesita ningún revestimiento de coerción para mantenerse unido. Pues París no debe lealtad subordinada alguna a esa herramienta traidora de Versalles, que se llama a sí misma gobierno de Francia, nada para aquellos que nos han dejado sin ayuda para ser segados por las armas prusianas. Y París repudia a Versalles. «Lucharemos, trabajaremos, viviremos para nosotros mismos.»

Esta era la palabra de la Comuna, voceada al mundo en la mañana salvaje de la Comuna, voceada al mundo en la mañana salvaje del año 1871. Y la esperanza en que se basó fue esta: Cuando Francia vea a París luchando, el sueño del 482 se levantará de nuevo; y todas las Comunas proclamarán su libertad, tal como nosotros. Y por eso estamos obligados a ganar, porque el gobierno de Versalles no podrá vencer una revuelta que estalla en todas partes. Y una vez encendida Francia, los pueblos de otras naciones también se levantarán; y ese monstruo, «el estado», que en todas partes devora la libertad, será aniquilado.

Esta fue la esperanza que iluminó los ojos de la Comuna con el fuego de los sueños, aquel día de marzo, hace cuarenta y un años. La esperanza estaba condenada a la decepción; en tres meses la gloriosa rebelde cayó. Ella había hecho el llamado, pero la respuesta no llegó. ¿Por qué? Porque no había pedido lo suficiente. Debido a la guerra contra el Estado, no había hecho la guerra a aquello que crea el Estado, a aquello que preserva aquellos por lo que el Estado existe.

Con la escrupulosa y lamentable Conciencia que la Autoridad ha inculcado hábilmente en los hombres, la Comuna había respetado la propiedad; había resguardado los libros de contabilidad de su enemigo y entregado debidamente los saldos; había muerto de hambre para alimentar a sus enemigos; había dejado los recursos comunes en manos privadas. Y cuando las tropas de McMahon3 salieron a sablear por las calles de París, cuando Gallifet4, el carnicero, arrojaba el cerebro de los niños con sus diabólicas manos sobre los pavimentos conquistados, los caballos que cabalgaban, los mismos sables que cortaban, habían sido pagados por los asesinados.

Todos los días, a lo largo de la vida de la comuna, se había permitido al Banco de Francia transmitir los nervios de la guerra a Versalles, la sangre social había sido drenada para abastecer al enemigo social.

¿Qué atractivo podría tener un curso tan suicida para la naturaleza humana, que, incluso en su máxima ignorancia y simplicidad, directamente diría: «Alimenta al enemigo! ¡Y hazme morir de hambre! ¿Para qué entonces habré de luchar?»

En resumen, aunque hubo otras razones por las que la Comuna cayó, la principal fue que, en la hora de la necesidad, los Comuneros no fueron comunistas. Intentaron romper las cadenas políticas sin romper las económicas; y así no se puede.

Además, la Comuna de París se enfrentó a un problema que afrontarán por siempre las ciudades rebeldes con un terrible signo de interrogación, el problema del suministro de alimentos. Sólo el revoltoso en control de los suministros de alimentos puede mantener su revuelta indefinidamente. Nunca hasta que los rebeldes de los campos industriales hayan unido sus fuerzas con el trabajo agrícola, o se apoderen de la tierra y ellos mismos logren la cosecha, la revuelta industrial o política será algo más que una lucha inútil por una ganancia temporal que no alterará nada.

Y esto es la espléndida cosa que hemos vivido para ver, –la rebelión del trabajador de la tierra contra el feudalismo del Sindicato de los Señores; el rebelde se mantiene de lo que ha arrebatado al enemigo; la bandera roja de la Comuna ya no flota en el muro de una ciudad sitiada, sino en el campo abierto de las plantaciones expropiadas, o sobre las fortalezas acanaladas construidas por los volcanes, a las que el guerrillero libre se retira después de su ataque contra Los Señores del suelo.

No puedo hablar por los demás. No puedo decir cómo se han sentido mis compañeros durante los largos años de estancamiento, cuando primavera tras primavera nos hemos reunido para repetir los nombres de los hombres muertos y llorar por aquellos cuyos huesos se encuentran dispersos de Cayena a Nueva Caledonia5. Sé por mí misma que a menudo sentí que estaba haciendo una cosa agotada e inútil, usando un hábito, por así decirlo, tratando de calentar mis frías manos en un fuego dibujado. Durante todos estos años desde que los de nuestra generación hemos vivido en América, no ha habido ningún movimiento de agitación de la gente de este continente que haga una obra que valga la pena hacerse. Hemos escuchado con curiosa fascinación las historias de nuestros ancianos sobre el movimiento abolicionista; hemos dado la bienvenida a los revolucionarios rusos6, y hemos escuchado con envidia sus relatos de acciones, hechas o deshechas. Hemos visto el agudo cruce de armas aquí y allá entre la ominosa masa del Capital y del Trabajo, unos contra otros a nuestro alrededor; pero hemos sabido perfectamente que en ese combate poco lugar hay para nosotros, hasta que asuma otras líneas que las que lo dominan ahora, hasta que proclame otros propósitos y otros medios.

Todo en vano fue, para nosotros, intentar despertar en nosotros mismos un entusiasmo profundo por la lucha de un grupo limitado de trabajadores, pidiendo un pequeño por ciento del salario. Entendemos demasiado bien que tal lucha no define nada, que es como el continuo deslizamiento hacia atrás de los pies en un intento de escalar una colina de arena deslizante.

Pero ahora ha llegado este glorioso año de 1911-12, este año de revuelta mundial. A la enigmática Oriente una gran tormenta barre; y aunque muy poco de su anchura y altura real sea visible o comprensible para nosotros, entendemos esto: el silencio inmemorial se ha roto, la figura agachada se ha enderezado. Las fuentes de nuestra información son tales que no podemos decir si la regeneración económica de la China esclavizada ha comenzado realmente7, o si la rebelión es simplemente política, como nuestros informes la hacen aparecer. Cualquiera que sea, una cosa es segura: China ya no está inmóvil; ella está tocada con el aliento de vida; ella lucha.

Al otro lado del mar, en la isla de nuestros estólidos antepasados, ha surgido un sonido portentoso desde las profundidades; desde las raíces de la vida humana, desde las cavernas de carbón, la Revuelta habla8. E Inglaterra enfrenta la hambruna; enfrenta al sistema de propiedad, enfrenta a un poderoso ejército de hombres voluntariamente ociosos; contempla la piedra superior e inferior de la locura económica, y siente el crujido de esas despiadadas ruedas, y subterráneo el terremoto retumba, Francia, Alemania, Austria, las minas gruñen.

Y sin embargo, esta gran masa, inspiradora y amenazadora como es, está por una pequeña demanda, ¡un salario mínimo! Tales situaciones producen iluminación; en cualquier momento la demanda podría cambiar a «Las Minas para los Mineros»; pero aún no ha sucedido.

Sólo aquí, en nuestra América, en este continente maldecido con consorcios que acaparan la tierra, en cuya grasa inmaculada cada tiburón devorador ha puesto su triple fila de dientes, en esta tierra cuyo espíritu mercenario es la culata de Europa, sólo aquí, bajo el quemante sol mexicano, sabemos que los hombres se están rebelando por algo; por el grande, común, fundamental derecho económico, ante el cual se desvanecen todos los demás, el derecho del hombre a la tierra. No en campos concentrados y falanges sólidas; no en el aliento de la palabra de algún líder; sino sobre toda la tierra, desde la frontera hasta Yucatán, animados por el deseo y la resolución espontánea, en bandas mutuamente reunidas, luchan como hombres libres, no como esclavos uniformados. Y los líderes vienen, y los líderes van; utilizan la revolución y la revolución los usa; pero si vienen o van, la batalla por la tierra continúa.

En ese suelo vigorizado, la respuesta del sembrador está lista; y el campesino arranca la caña de azúcar y el tabaco de su amo, replantando en cambio el maíz y los frijoles, para que él y las bandas de combate puedan tener sustento. No comete el error que hizo París; no envía municiones al enemigo; es un hombre ignorante, pero conoce el uso del suelo. Y ningún hombre puede hacer la paz con él, a menos que ese uso se le garantice… Ha sufrido tanto y tan terriblemente bajo el infierno de la propiedad de la tierra, que se ha decidido a morir en revuelta antes que volver a someterse a su esclavitud.

Fuerte y más fuerte el huracán sopla, y los que escuchan el canto en el viento saben que el senador Lodge9 tenía razón cuando dijo: «Estoy en contra de la intervención, pero es como tener un fuego al otro lado de la puerta».

Un fuego que está quemando el documento de la posesión artificial tierra. Un fuego que está destruyendo la ilusión de que cualquier criatura humana sobre la faz de la tierra tiene derecho a impedir que cualquier otro se acerque a las fuentes de la vida y las use. Ese fuego está disparando una iluminación blanca sobre la lucha obrera, lo que hará que la fútil guerra por salarios llevada a cabo en los Estados Unidos parezca un juego de niños.

Sí, honorables senadores y congresistas, la casa de a lado está en llamas: la casa de la tiranía, la casa de la vergüenza, la casa construida por el robo y la extorsión, la de los cadáveres de una desventurada raza; de sus mujeres ultrajadas, de sus huérfanos.

Sí, está en llamas. Y dejad que se queme, que se queme hasta el fondo completamente. Y no busquen apagarla derramando la sangre del pueblo de los Estados Unidos, en una vil defensa de aquellos aventureros financieros que llevan el nombre Americano. Ellos se comprometieron a jugar el juego; Déjenlos jugar hasta el final; Dejen que se pongan de hombre a hombre contra las personas que han robado, torturado, exiliado.

Dejad que se derrumbe al suelo esa Casa de la Infamia; y si las llamas ardientes vuelan hacia arriba, y la estructura podrida de nuestra propia vida comienza a resplandecer, bienvenido, tres veces bienvenido, fuego purificador, que nos pondrá, también, sobre la tierra una vez más, hombres libres sobre tierra libre, no inquilinos en el dominio de un terrateniente. En el rugido de ese fuego oímos la «pisada del terremoto10» de la Comuna y sabemos que fuera de las tumbas de Père-la chaise, fuera de las trincheras de Satory11, fuera de las llanuras febriles de la Guayana12, fuera de las áridas arenas sepulcrales de Caledonia, el Gran Fantasma ha resucitado, gritando por el mundo, ¡vive la Commune!


1 Voltairine de Cleyre leyó este texto, el 12 de marzo de 1912, en la reunión conmemorativa de la Comuna de París organizada por el Grupo Bohemio de Chicago en esa misma ciudad. Apareció publicado en Mother Earth, vol. 7, núm 1, marzo de 1912, p. 10-14. El título refiere a Mateo, 28: 6.
2 Refiérase al ciclo de revoluciones de ese año en Francia, Alemania, Austria, Hungría e Italia, que puso punto final a la Europa Absolutista. Se caracterizó por su espontaneísmo, la incorporación de demandas nacionalistas y socialistas. Estas últimas enarboladas por el incipiente movimiento obrero.
3 Refiérase a Patrice de Mac-Mahon (1808-1893). General victorioso tanto en la Guerra de Crimea (1885) como en la Segunda Guerra de Independencia de Italia (1859) y gobernador defenestrado de Argelia (1864-1870). Fue el jefe militar de Versalles encargado por Napoleón III para suprimir la Comuna. Posteriormente fue el segundo presidente de la Tercera República francesa (1873-1879).
4 Refiérase al general francés Gastón de Galliffet (1830-1909). Participó en la mayoría de las guerras y aventuras militares francesa de su época (Crimea, Argelia, México y la franco-prusiana). Estuvo al frente del ministerio de Guerra que pretendía reformar el ejército francés a partir del caso Dreyfus. Cuando en la Asamblea Nacional se le increpó por su dureza contra los comuneros, respondió: “¿Asesino? ¡Presente!”.
5 Refiérase a las colonias francesas de Cayena y Caledonia a donde fueron remitidos los comuneros presos.
6 Refiérase tanto al movimiento por la abolición de la esclavitud desarrollado en Estados Unidos a partir de 1827 como a los revolucionarios rusos emigrados a Estados Unidos tras la Revolución Rusa de 1905.
7 Refiérase a la Revolución china de 1911 (Revolución de Hsinhai) contra la última dinastía imperial, dinastía Qing, que derivó en el establecimiento de la República de China tras el derrocamiento del Emperador Puyi.
8 Refiérase al llamado Gran Descontento Obrero que sacudió a Inglaterra e Irlanda, tras la depresión económica de 1908. La primera ola de huelgas salvajes, a partir de septiembre de 1910 y hasta agosto de 1911, se originó en la cuenca minera de Gales del Sur extendiéndose hasta la conservadora Durham. De junio a septiembre del mismo año, huelgas en el sector de transporte, entre otros, se declararon en ciudades como Liverpool y Manchester. En 1912 se declaró la primera huelga minera en Inglaterra.
9 Probable referencia Henry Cabot Lodge (1850-1924). Miembro del ala conservadora del Partido Republicano, promovió la anexión de Filipinas a los Estados Unidos y la restricción de la migración a su país.
10 Imagen proveniente del poema Hellas de Percy B. Shelley (1821).
11 Tanto el cementerio de Père Lachaise como el almacén de Satory, ambos en París, fueron lugares en que los comuneros fueron masacrados.
12 Refiérase a los campos de trabajo que formaban parte del sistema penitenciario francés en la isla de Guyana, en auge entre 1887 y 1938, a donde se calcula que fueron enviados alrededor de 75 000 presos, incluidos un número no determinado de presos políticos.

ESCRITOS NO PUBLICADOS

[Los Angeles Times, 10 de Dic, p. 8]

Mazuma.

Un montón de Oro Detrás de Reyes.
Oficial de Tejas dice que Estados Unidos pronto intervendrá.
Insiste, Díaz instiga la revolución desde lejos.
Piensa Madero hará un llamado a los Estados Unidos.

(Por cable directo a The Times.)

 

Dallas (Tex.) Dic. 9.- [Despacho Exclusivo.] Que la revolución Reyes en México tendrá éxito a menos que Estados Unidos intervenga; que la intervención vendrá, ahora o más tarde; que Reyes es apoyado por Díaz, Limantour y Pascual Orozco, es lo que cree el capitán. J. P. Cranke, al mando de la Guardia Nacional de Texas en Laredo, y cuya compañía está reforzando la aplicación de las leyes de neutralidad de este lado del Río Grande.

«El Gen Reyes está ahora con seguridad en México», dijo el capitán Cranke en una entrevista.

Sin duda.

«No hay duda de eso. Él está dirigiendo su revolución contra el gobierno de Madero, de acuerdo con un plan cuidadosamente madurado y está operando en su propio país en este momento. ¿Será su revolución exitosa? ¿Por qué?, por supuesto, lo será -a menos que Estados Unidos intervenga. Reyes tiene un respaldo financiero ilimitado. Cuando la revolución de Madero, cuando la camarilla de Díaz se convenció de que Madero saldría victorioso, millones de dólares en lingotes de oro pasaron a través de Laredo, enviados, por Díaz y sus partidarios, a Nueva York, Londres y París. Ciertos «hombres malos» que tenían una reputación de bravos en la frontera, no hicieron otra cosa a lo largo de un mes o dos, que ocultar ese oro en los coches exprés para pasarlo al otro lado de la frontera. No hay duda de que el Partido Científico, Díaz, Limantour y Reyes mismo, tienen millones de dólares en las ciudades que he mencionado, y cada centavo está a disposición de la revolución Reyes «.

El Capt. Cranke declara que Orozco ha otorgado su apoyo a Reyes, disgustado por no haber recibido una cierta gubernatura por parte de Madero, después de que éste se convirtió en presidente.

Él cree que la revuelta Reyes precipitará la intervención americana.

Imposible Madero.

«Madero prefiere ver al diablo Presidente de México que ver a Reyes en ese cargo», explica. «Por lo tanto, cuando Madero vea que no puede hacer frente a Reyes, lo que no tardará en saber, anunciará que no puede proteger a los ciudadanos estadounidenses y sus intereses. Será difícil para este país evitar responder a la llamada, y Madero lo sabe. Él deliberadamente preferiría ver la bandera de Estados Unidos sobre México que ver a Reyes en la silla presidencial.

«Las opiniones no son sólo mías», agregó el capitán. Cranke. «Si así fuera, me he pasado la vida en la frontera, y creo que entiendo la situación, no podría estar menos seguro de la certeza de mis conclusiones. Las creencias que expreso las comparten todos los blancos en la frontera, y un gran número de líderes mexicanos.

«Todos los días hablo con los estadounidenses que regresan de México, y con los hombres a lo largo de la frontera y otros en la república, son absolutamente de la opinión de que la intervención está por venir.»

Entrego esto para mostrar que no sólo los del Partido Lib. Mex. pensamos que la posición de Madero en México es insostenible, y que la intervención es amenazante. Como aquellos que leyeron Regeneración de esta semana saben, Madero ha recurrido al reclutamiento, lo cual es siempre una carta desesperada a jugar que Díaz nunca jugó, y que ha levantado una ola de protestas incluso entre sus amigos.

Esto significa que las fuerzas de la rebelión están atacando en todos los puntos. El peligro es, por supuesto, que la revuelta real puede perderse de vista, ahogada en la oleada de reacción. En la actualidad, sin embargo, se lleva al cabo en los estados del Pueblo, Morelos, Guerr[er]o, Sinaloa, Tabasco y Oaxaca, con la guerrilla surgiendo en todas partes.

Sobre este tema tengo que decir que he oído algunos comentarios muy tontos y triviales realizados en este lugar el domingo por la noche, relativas a la revolución. Dos o tres personas declinaron su simpatía, porque actos de bandolerismo y robo se están llevando a cabo en nombre de la revolución.

He dicho a menudo que la guerra es una cosa horrible; pero que algunas veces las condiciones son tan atroces que no hay otra cosa posible. El bandolerismo legal, que despoja a un pueblo de su patrimonio, el exilio y la deportación de miles de personas, el decreto de exterminio contra tribus enteras, son males tales que no admiten otra solución. Que personas inocentes resulten lastimadas en el conflicto es inevitable; que actos de robo sean cometidos en contra de aquellos que no son culpables, de ningún modo, del mal sistema es inevitable; que los que no tienen principios y los que actúan bajo una brutalidad irracional se llamen a sí mismos revolucionarios, es inevitable.

No tenemos ninguna guerra abierta en Chicago, pero tenemos el robo de personas inocentes a montón; y no tengo ninguna duda de que hay quienes le gustaría decir que todo es culpa de los sindicatos que tenemos. Pero todas esas cosas son simples burbujas en las agitadas olas de revuelta, cuya causa fundamental es la apropiación de la tierra por los bandidos legales.

Bobalicones ciudadanos, decentes y bien educados, aquí tienen una comunicación sugestiva y pública del mismísimo General Otis1. Y la próxima vez que alguien les diga que el capitalista cree en la acción política, sólo tiene que añadir: «Lo hace, en efecto; pero aquí es lo que él también cree …». 2

EL SEÑOR OTIS Y LA LEY.

Su vituperante lenguaje es el de un violador de la ley.

Harrison Gray Otis, dueño de The Los Angeles Times, afirma que es un ciudadano respetuoso de la ley, sin embargo, tiene la intención de «acabar con» ciertas personas. Él no dice cómo se dispondrá de estas personas, pero los hará desaparecer, y eso es suficiente.

Sus reiteraciones de vivir de acuerdo con la ley no se sostienen, de acuerdo con un editorial del Times. Condena a la gente que toma la ley en sus manos, sin embargo, él está pensando y planeando «desechar» a toda persona que se atreva a oponerse a él.

El siguiente artículo fue tomado del diario Los Angeles Times: [nov. 2]3

«Y pronto – ya ha comenzado a suceder- el ciudadano común de cada país formará una banda. Su objetivo será la supresión de la sedición y la anarquía en las personas de los agitadores profesionales. La suya será una gran revuelta, potente y eficaz, pero sin ostentación. Se trabajará de forma rápida, sin duda, en silencio. Lo primero que las bandas del ciudadano común lograrán será la desaparición silenciosa de todos estos señores. No serán volados; tan solo los desparecerán del conocimiento humano. Habrá un poco de investigación en un primer momento, pero se apagará rápidamente, porque, de entre todas las personas en el mundo, el agitador profesional depende enteramente de su presencia y de su lengua locuaz para mantener cualquier tipo de interés o influencia en sus seguidores. Su apasionada retórica es su único activo.

La idea de la banda del ciudadano común no se anunció en el extranjero y no se está buscando miembros o suscripciones. Pero está creciendo rápidamente, sin embargo, y es una cosa muy real, tangible. Con la [ picazón eliminada, la gran enfermedad de la agitación pronto se curará, y el mundo se restablecerá durante otro medio siglo].

¡Me pregunto lo que un buen agitador de mentalidad jurídica hará cuando se encuentre en las garras de la persona designada para actuar de esa manera! ¿Esperar hasta la próxima elección para votar al respecto?


1 Harrison Gray Otis (1837-1917). Empresario y periodista estadounidense. Gerente de la Colorado River Land Company, que poseía cerca de 350,000 hectáreas de tierras en Baja California. Propietario del diario The Los Angeles Times, desde cuyas páginas orquestó una campaña de desprestigio contra el PLM y alentó abiertamente la anexión del territorio de Baja California a los Estados Unidos. El gobierno mexicano envió, en 1911, al coronel Miguel Mayol a defender expresamente los intereses de Otis en la región.
2 Este y los siguientes escritos provienen de Voltarine de Clayre Papers (1876-1914) University of Michigan Library (Special Collections Library), Joseph A. Labadie Collection.
3 “The Great Combine,” The Los Angeles Times (Los Ángeles Calif.), 2 de noviembre de 1911, secc. II, p. 4.

«He estado ocupado, esta semana con una larga comunicación de mi sirviente. ¿Que no lo sabía? Tengo sirvientes. Tengo tantos que no puedo deshacerme de ellos. Este es un sirviente de 400 libras -Sr. Taft «.

El sr. T. me dice algunas cosas que suenan muy bien sobre su política de no intervención en Méx[ico]. Por desgracia, como insinúa The Daily Tribune, no es del todo claro, como sería de desear. Me gustaría creer en él por completo y que fuera totalmente sincero en su aversión a la intervención; pero -habla mucho sobre los «derechos de propiedad» de los ciudadanos Am[ericanos] allá. Que es justo de lo que se trata. Nosotros hemos dicho todo el tiempo, -nosotros los del Partido Liberal Mex[icano], que esos derechos de propiedad son precisamente los que tiene que ser destruidos, ya sean títulos de mexicanos o americanos; y que las personas que entran en un país para explotar su tierra y su gente deben tomar los riesgos, incluida la ira de la gente cuando se despierta a la conciencia del mal.

Por extraño que parezca The Los Angeles Times ha cambiado repentinamente su política en la materia. El 27 de noviembre estaba lamentándose de Madero y burlándose de su incapacidad al límite1; el día 30 sale, en la misma columna editorial, con una completa oscilación hacia el lado de Madero2. Es imposible saber lo que esto significa realmente, tanto como saber lo que Sr. Taft  dice realmente.

Mientras tanto, es muy interesante leer lo que los Diputados Mex[icanos] piensan de nuestro gobierno. Uno de ellos, Pola3, hablando en la Cámara de Diputados hace diez días, dijo: «Es cierto que los EE.UU. dicen que desean abrazar en su pecho a su hermana República de Méx[ico], pero sólo para que puedan ahogar a su hermana por medio de ese abrazo». mientras tanto, la verdadera revolución mantiene su forma en el Centro, mientras que la contra-revolución de los reaccionarios arde en el Norte.


1 Refiérase a “Mexico’s Mistake,” The Los Angeles Times (los Ángeles Calif.), 27 de noviembre de 1911, secc. II, p. 4.
2 Refiérase a “Enough of Wars,” The Los Angeles Times (los Ángeles Calif.), 30 de noviembre de 1911, secc. II, p. 4.
3 Refiérase a Ángel Pola Moreno (1861-1948). Periodista, librero y editor chiapaneco. Se inició en el periodismo como corresponsal de El Socialista. Se desempeñó como colaborador de El Monitor del PuebloDiario del HogarEl Monitor RepublicanoEl Partido Liberal y El Imparcial, entre otros. Fundador del periódico El Noticioso. A comienzos del siglo xx editó y publicó la Biblioteca Reformista, con escritos de Juárez, Melchor Ocampo y Lerdo, entre otros protagonistas de la Guerra de Reforma y la Intervención Francesa. Fue diputado durante la presidencia de Francisco I. Madero y con Victoriano Huerta. Condecorado en 1944 como decano del periodismo mexicano.

La noticia más esperanzadora del movimiento revolucionario viene del suroeste.

En primer lugar, la rendición de Reyes la cabeza de un movimiento de reacción, ha demostrado la exactitud de las palabras de Ricardo Flores Magón en el «Regeneración» de esta semana1, donde escribe:

Citar:

Después de haber recibido una buena lección en la traición de un reformador profeso (Madero), las personas no están por derramar su sangre en una locura como la de poner un reaccionario en el poder. Ya nadie puede ganar el apoyo de la gente con excepción de quién les haga promesas muy claras sobre la recuperación de la tierra.

Eventos militares hay un montón, pero no son tan interesantes como las evidencias de la acción económica como las que abundan en los periódicos mexicanos de todos los matices políticos: Una delegación en representación de 18000 habitantes del estado de Durango visitaron al Gobierno central, y exigió que la tierra de los indios sea restaurada; la delegación declaró que de lo contrario no podía hacérsele responsable de levantamientos.


1 Probable referencia al núm. 69 de Regeneración del 23 de diciembre de 1911, en el que se reproduce una traducción parcial del artículo de RFM ¿Reyismo? (núm. 67) bajo el título de Not Madero, Not reyes But the Land y se informa de la delegación de duranguenses en demanda de restitución de tierra mencionada más abajo.

MÉXICO

El destino de México está tan entrelazado en tela y trama con la paz y la prosperidad de nuestro país, especialmente a lo largo de la frontera, que los acontecimientos en la hermana república son casi domésticos para nosotros. Todas las personas sensatas, de mentalidad recta estadounidense quieren para México que disfrute de la paz dentro de sus propias fronteras y la prosperidad para toda su gente, y eso es todo lo que esos estadounidenses quieren.  No deseamos ni un pie cuadrado del suelo mexicano, y estamos lejos de tener ilusiones en cuanto a los placeres o beneficios de cualquier directorio o soberanía sobre ese país. Esta última observación se hace, no para el punto de vista americano, sino para el de algunos mexicanos. Sabemos que nuestro país no está lanzando ojos codiciosos hacia nuestra hermana de ojos oscuros del Sur. Pero la hermana de vez en cuando muestra una pequeña coquetería y flirteo, como si alguien estuviera «tomando aviso» de ella.

Ahora bien, el interés natural sentido por todos los americanos inteligentes, la paz y la prosperidad en México, nos ha llevado a tener, naturalmente, una estricta observación de lo que estaba ocurriendo allí cuando Francisco Madero levantó el estandarte de la revuelta, cuyo resultado final fue el acto dudoso de conducir al general Díaz del asiento del poder y de su país de origen, a buscar refugio más allá de los mares. En un gran número, los americanos inteligentes desaprobaron el que se izara el estandarte de la revuelta, y tenía dudas en cuanto a las intenciones, el temperamento y la capacidad del líder revolucionario.

Sin embargo, los resultados han alterado radicalmente el caso, y han hecho necesario adoptar un nuevo punto de vista de nuestra parte. Madero es ahora Presidente de la República y el General Díaz es un exiliado de su tierra natal. Nuestro gobierno es, naturalmente, tan celoso de su reputación que carece de la intención de interferir innecesariamente en los asuntos internos de México, por lo que lo más apropiado para nosotros (y eso es lo que se ha hecho.) es aceptar la situación de buena fe.

Francisco I. Madero es ahora Presidente de la República de México, y su administración ha pasado por todas las fases de transición. Con la rendición del líder recalcitrante, el general Bernardo Reyes, el gobierno de Madero parece ser tanto de jure como de facto. Será considerado como tal en el lado estadounidense de la línea fronteriza, y los estadounidenses serán escrupulosos en el reconocimiento de este hecho. Esperamos sinceramente que ésta sea una situación aceptada por todo el pueblo mexicano, y estamos seguros de que lo será por todos los estadounidenses desinteresados, inteligentes y patriotas.

Reconocer las condiciones existentes, someter su voluntad a estas condiciones por parte del pueblo de México, significará, si el nuevo presidente se muestra igual a la tarea que de algún modo se ha impuesto a sí mismo, la inauguración de una era continua de paz, y por medio de la paz, la continuación de la era de prosperidad que marcó prácticamente toda la administración del presidente Díaz. La paz y la prosperidad de México debe ser lo que todos los mexicanos desean, estas condiciones son lo que todos en este lado de la línea desean, y no hay diferencia entre ambos. Paz significa prosperidad, y la guerra significa desolación y angustia, en cualquier caso, pero supremamente en el caso de una guerra civil.

Hay pocos mexicanos que tienen en este momento la edad suficiente para recordar la horrible devastación y la angustia que cubrió a su infeliz país en los días de frecuentes revoluciones y de guerra interna perpetua. Pero todo aquellos en la República, que tienen edad suficiente para reflexionar, no pueden y no deben olvidar la relativa prosperidad que disfrutaron, a través de la paz, bajo la larga y firme administración de estadista del Presidente Díaz.

El pueblo de México, en proporción directa a su inteligencia y patriotismo, dará ahora al señor Madero plena oportunidad «para hacer el bien» como Presidente de la República. Porque en lo que hasta el momento lleva su administración (que, por cierto, no es tanto,) no se ha mostrado como un fracaso. Debe ser la ferviente aspiración de todo su pueblo que él pueda demostrar que es totalmente digno, y que conforme se acostumbre a las difíciles tareas de la oficina ejecutiva, sea capaz de demostrarse más y más digno.

La mano de los mexicanos levantada en contra el presidente del país, incluso por errores leves, o por algo menos que una pésima administración de la oficina, no es la mano del patriota, sino la del traidor a su propio país.

Los estadounidenses esperan fervientemente que el corazón de cada mexicano latirá con gusto con los impulsos de patriotismo puro y que el mandato del Sr. Madero en la oficina resultará de justicia, de paz imperturbable, y de gran y permanente prosperidad para todo el pueblo de la hermana república.

El sentimiento liberal y justo que prevalece. «Dar al presidente Madero una oportunidad», es una buena señal.”

La ola de frío ha retrasado los correos por lo que tengo pocas noticias desde principios de la semana respecto a la actividad revolucionaria en el Sur. Los intensos combates continúan entre los federales y las fuerzas zapatistas, con victorias y derrotas más o menos niveladas.

La U. Fed. de mineros1 se reporta haciendo grandes esfuerzos por 200 000 mineros Mex[icanos].

The L. A. Times del 28 de diciembre trae un muy extenso editorial2, y casi se pueden ver las muecas de insatisfacción que hacía el editor, elogiando al caído Díaz y a regañadientes recomendando que el pueblo continúe apoyando a Madero por el momento. Su tenor está bastante tipificado en esta frase: “En cualquier caso, debemos estar agradecidos de que la intervención se guarda por un tiempo.”


1 Probable referencia a la Western Federation Miners (Federación de Mineros del Oeste) organización obrera norteamericana de corte radical, cercana a Industrial Workers of theWorld (Trabajadores Industriales del Mundo). Dada su política de filiación de trabajadores con independencia de su origen étnico y nacional, así como su influencia en las regiones mineras del oeste norteamericano (Arizona, California, Nuevo México, Colorado y Oklahoma), contaba entre sus miembros a mexicanos, militantes a su vez del PLM. Participó activamente en la defensa de los perseguidos políticos mexicanos en Estados Unidos.
2 Refiérase al escrito reproducido supra.

EL PAÍS1

El periódico católico clama que el estado de Morelos está prácticamente en una condición de anarco-comunismo.

El Imparcial declara que los indios se apoderaron de una gran extensión de Oaxaca, y formaron un pueblo -que es una comuna indígena.

Un diario maderista, La Nueva Era, declara que los indios en Puebla han tomado posesión por la fuerza de grandes extensiones de tierra.

La larga lista de las diputaciones todas repitiendo la misma petición, con diferentes palabras, llena de 2 columnas del informe. El presente gobierno ha sido obligado, por la fuerza de la protesta, a prometer el gasto de 200 000 000 en la agricultura y el riego. Sin embargo, las personas siguen llegando con demandas, y se niegan a deponer las armas.

La mejor noticia es que Yucatán -que se encuentra fuera de la influencia de algún líder en especial – Yucatán el escenario de la más horrible esclavitud de tribus deportadas – de hambre y la flagelación hasta la muerte, ahora es el escenario de una revuelta exitosa, reportan los mismos periódicos gubernamentales.


1 Por su contenido parecen ser notas tomadas de Regeneración, núm. 71, 6 de enero de 1912.

Una abundante cosecha de la literatura ha crecido a partir de declaraciones de culpabilidad de los McNamara. ¡Y algunas de ellas son realmente literatura!

Por supuesto, nadie ha de suponer que incluyo en la categoría de literatura las gesticulaciones de Theo[dore] Roosevelt. Nunca fue capaz de resistir la tentación de expresarse sobre todo asunto bajo el sol, tanto si tenía algo que decir o no. Encabezó su artículo: «Asesinato es asesinato»1, y mientras lo leía con una mueca tirando de mi boca que aumentaba gradualmente, tuve una visión ante mis ojos: un prófugo español subiendo por la colina de San Juan, atravesado por la espalda por un rudo jinete -y me sentí como diciendo al oído a R. «Recuerde – “un asesinato es un asesinato.» Los socialistas pueden halagarse a sí mismos: TR ha reconocido a algunos de ellos como «verdaderos socialistas.» Felicito a los que toman el reconocimiento para sí mismos por el honor que se han ganado.

Afortunadamente Debs no es de los “verdaderos”; ya que T. R. lo ha señalado por su denuncia.

El propio artículo de Debs, en el Appeal to Reason, salvo por lo que me parece una adhesión miope a la insostenible teoría de que Otis hizo estallar su propio edificio, es – literatura, valiente, fuerte, ardiendo con el fuego de un gran corazón2.

La cosa más despreciable que he visto, es la afirmación de A. M. Simons3, alguna vez editor del Chi[cagodaily Socialist; No satisfecho con administrar lo que Steffens4 llama «otra buena patada cristiana a los de abajo,» a los propios McN[amara]’s, desciende al ataque vil contra Clarence Darrow5, en la misma parrafada en el que afirma que la razón por la que los socialistas defendieron a Haywood y camaradas, era que, siendo socialistas debían ser inocentes; cuando el que todo el tiempo supo cuán inocentes Moyer, Haywood + Pettibone6 eran, fue Clarence Darrow quien les salvó la vida, -la capacidad y devoción de Clarence Darrow. Y Simons sabe que Darrow lo sabe; y todavía, este mosquito pica a Darrow.

La postura de Job Harriman7 es una obra maestra -una la obra maestra de cómo-no-decir-lo. Lo que es el negocio de un político. No hay duda de Harriman es un abogado capaz, y tanto que no puede condenar el curso que sus colegas tomaron. Por el otro lado, es un político, honestamente cree en su propio movimiento partidario. Así que no podía aprobar o rechazar. Además de que parece ser un hombre humano, así como un político.

Con mucho, la expresión más fina de esta semana (que he visto) es un artículo titulado «¿Quién es culpable,» por C. B. Hoffman, -un socialista de los grandes: un hombre que nunca ha permitido que sus convicciones políticas nublen el gran elemento humano dentro de él; un hombre que siempre ve lo patético, lo tierno, lo simpático, lo apasionado, lo devoto, incluso en aquellos con los que no está de acuerdo. Su artículo es una punzante, ardorosa lectura de cargos contra esta terrible sociedad nuestra, -pero siempre con un toque humano.

En el lado del Capital ha habido algunas declaraciones interesantes.

El Sr. Kirby8 nos sale con la demanda directa de no permitir organizarse al trabajo. Por supuesto que no ve que al tratar de aplastar la organización está luchando contra una ley de la naturaleza; y que para ello sería necesario una política de represalia vengativa más general.

El Sr. Brandeis9. es más lógico, -reconoce que hay causas que subyacen tanto a la organización como a los actos de terrorismo. Sin embargo, desde el punto de vista de una conversación directa, fría, lógica, la mejor expresión se encuentra en las columnas de la sección editorial en inglés de Regeneración.10 Es una declaración absolutamente inquebrantable de la posición del sindicalismo combativo.


1 Publicado en la revista Outlook (Nueva York, N. Y.), vol. 99, núm. 16, 16 de diciembre de 1911, pp. 901-2.
2 Refiérase a Eugene Debs “Capitalists behind the Dynamiting Plots,” Appeal to Reason (Girard, Kan.) núm. 840, 6 de enero de 1912, p. 1. Días después, Debs, se retractó de esa postura en el artículo “The McNamara Case and the Labor Movement,” publicado en International Socialist Review, vol. 12, no. 7 (Jan. 1912), pp. 397-401.
3 Refiérase a Algie Martin Simons (1870-1950), periodista, editor, escritor y político socialista. Editor de la International Socialist Review (1901-1908), The Modern Magazine (Chicago, Ill., 1909-1910), entre otros. Miembro del Partido Socialista de América hasta 1916. A partir de su apoyo a la intervención de su país en la Gran Guerra transitó a posturas cada vez más conservadoras hasta terminar siendo miembro del Partido Republicano.
4 Refiérase a Lincoln Steffens (1866-1936), periodista, editor y escritor. Tuvo una inicial y fulgurante carrera como editor de la McClure’s Magazine (1901-1904) y miembro fundador del llamado periodismo muckraker junto con Upton Sinclair e Ida M. Tarbell. Siempre interesado en la revolución en México, escribió Into Mexico and–Out! (1916). Jugó un papel clave en la declaratoria de culpabilidad de los hermanos McNamara.
5 Clarence Darrow Célebre abogado norteamericano, socialista, libre pensador, pro-impuesto único y pacifista tolstoiano. Sus vínculos con los anarquistas datan de los ochenta cuando apoyó los mítines en favor de los Mártires de Chicago, promovió la edificación de un monumento en su memoria, y formó parte del comité que solicitó la amnistía para los no condenados a muerte. En 1901 asistió a una conferencia de Piotr Kropotkin en Chicago y, ese mismo año, obtuvo la libertad de algunos acusados en torno al asesinato del presidente McKinley. En 1903-4 fue consejero de John Turner, anarquista británico amenazado con la deportación bajo una ley de exclusión originada en el asesinato de Mc Kinley. En 1905 defendió a Moses Harman, el anarquista y reformador sexual, editor de Lucifer. Posteriomente tomó parte en muchos casos más relacionados con anarquistas, wobblies y socialistas. Colaborador de The Fireband y otros periódicos anarquistas, miembro de la Asociación Francisco Ferrer. En 1911 la Federación Americana del Trabajo (AFL), lo contrató para la defensa de los hermanos McNamara. Contra toda expectativa, junto con Lincoln Steffens y Edward W. Scripps, sugirió y consiguió que los mismos se declararan culpables de la voladura del edificio de The Los Angeles Times. Días después fue acusado de intento de soborno al jurado. Posteriormente y hasta el final de su vida se dedicó a la abogacía criminal. Sobre una primera apreciación de Darrow por parte de de Cleyre, véase la Nota introductoria
6 Charles Moyer, presidente de la Western Federation of Miners; William “big Bill” Haywood, secretario general de la misma organización y George Pettibone, activista laboral, fueron acusados de conspirar para asesinar a Frank Steunenberg, gobernador del Estado de Idaho. El asesinato se llevó al cabo el 30 de diciembre de 1905 y los cargos contra los tres dirigentes mineros se basaron en una declaración escrita del supuesto asesino material, Harry Orchard, un informante de las compañías mineras de la región; declaración obtenida por un agente de la agencia de detectives Pinkerton. El juicio se llevó al cabo en Boise, capital del Estado y adquirió fama nacional entre otras cosas porque el fiscal era el senador William Borah y la defensa estaba encabezada por Clarence Darrow. Los imputados fueron declarados inocentes.
7 Job Harriman. (1861-1925). Ministro protestante que devino agnóstico y después socialista. Abogado y dirigente del Partido Socialista en California. Candidato a la vice presidencia de los Estados Unidos por dicho partido en 1900. Formó parte de la defensa de los miembros del PLM encausados entre 1907 y 1912. Integró el Comité de Defensa de Presos Políticos.  En octubre de 1911, en compañía de Mother Jones, buscó convencer a RFM que cesara su campaña independiente y participara con Francisco I. Madero en la reconstrucción del país. Participó inicialmente en la defensa de los hermanos McNamara, acusados de haber volado las oficinas de The Los Ángeles Times. Ambos hermanos terminaron declarándose culpables. Lo que significó un duro golpe al movimiento obrero angelino y a la carrera política de Harriman. Candidato a la alcaldía de Los Ángeles, Calif. en tres ocasiones (1910, 1911 y 1913). En la última ocasión perdió por 800 votos. En 1914 fundo la colonia socialista de Llano del Rio, al norte de Los Ángeles, misma que llegó a tener cerca de 1000 miembros, en 1918 la trasladó a Louisiana.
8 Refiérase a John Kirby Jr. empresario de Ohio, promotor de la política antisindicalista Open Shop y miembro de la Asociación Industrial de América Ciudadana y la Asociación Nacional de Manufactureros.
9 Refiérese a Louis Dembitz Brandeis (1856-1941), empresario, abogado, sionista. Primer judío miembro de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos. Promotor del respeto a la vida privada, la libertad de expresión y de las leyes antimonopolio.
10 William C. Owen publicó una veintena de artículos relacionados con el caso de los hermanos McNamara entre junio de 1911 y enero de 1912. Destacan: “Monopoly Drives Workers to Crime” (4, 72, 4) del13 de enero de 1912, y “McNamara Case and Socialism,” (4, 73, 4), 20 de enero de 1912.

Desde Los Ángeles me entero1 de que el autócrata mexicano ha pospuesto el servicio militar, que debía haber entrado en vigor el 14 de enero hasta el primero de marzo. Madero es como un gato que ha llegado a nadar, pero al que no le gusta mojarse los pies. Pone un pie dentro, lo saca, corre, y busca otro lugar para probar. Su anuncio de la suspensión de las garantías constitucionales contiene dos frases notables: La primera es, «instigaciones anarquistas, que lamentablemente están prosperando en el estado de Morelos y que han sido propagadas al estado de Guerrero y los distritos colindantes con los Estados de México y Puebla le obliga a pedir un medio de salvación social, la que es suprema».

Que nadie suponga que Madero utiliza «instigaciones anarquistas » en un sentido equivocado; es realmente auténtica propaganda anarquista de la que se queja; pues el «grito anarquista Tierra y Libertad» está a sus puertas. La otra frase es la siguiente:

Citar.

Por lo tanto, se reduce a esto: que lo que la prensa general llama «bandolerismo» es en boca de Madero «comunismo agrario» -los trabajadores de la tierra que se niegan a reconocer el derecho de propiedad y hacen uso de la tierra por sí mismos.


1 Refiérase al artículo de William C. Owen “Constitutional Guarantees To Be Suspended,” en Reg. (4,73, 4), 20 de enero de 1912.

CORRESPONDENCIA

VOLTAIRINE DE CLEYRE A JOSEPH JACOB COHEN.1

2038 Potomac Ave.
Chicago, 13 de abril de 1911.

 

Mi querido y diariamente recordado amigo2: Quería de inmediato responder a tú carta del 4 de abril, pero una tal combinación de desgracias nos alcanzó, que no tuve ni un momento de paz para pensar. Nada personalmente grave, ni serio para nadie, pero extremadamente agotador y desagradable. Mary Isaak (la más joven) en su camino a California con sus dos hijos, se encontró con que a uno de ellos se le declaró el sarampión en el tren, por lo que fue obligada a detenerse durante una semana. Ella, su amiga y los dos niños se quedaron aquí, y la vida fue ciertamente casi insoportable esa semana, más por la compañía que vino a visitarlos que por ellos mismos, ¡salí de casa y caminé por las calles bajo la lluvia para escapar de la agitación!

Esa misma semana había en la ciudad uno de los organizadores de los Oficios de Construcción Aliados de Los Ángeles3, uno que estuvo bajo vigilancia en relación con la explosión de Los Angeles Times4 y después fue exonerado.

Tuve largas e interesantes conversaciones con él, y nuevamente fue el caso que deseé poder hablar contigo después de eso. Mira que él (Johannssen5) es un hombre práctico – lleno de vida, vigor, energía – para nada turbado por teorías o la necesidad de cuadrar su conducta bajo cualquier regla de acción-, sin embargo, creo que él piensa que es un poco anarquista y ciertamente, en alguna medida, es un producto de la propaganda de Isaak6 años atrás en Chicago. Un organizador exitoso y un duro luchador práctico, y como tal interesante para mí. Pero me gustaría saber cómo un hombre así te impresionaría, así como sus teorías sobre una lucha organizada.

Bueno, ¡al tiempo! Por el momento todavía estamos demasiado lejos.

Me imagino que ha estado ardiendo de curiosidad por el verdadero ánimo del movimiento de las tropas hacia México; ¿No es cierto? Todo lo que puedo estar seguro es que el gobierno y los periódicos han estado arrojando arena en nuestros ojos.

Ahora, sobre mis cosas, si quieres el piano ya, puedes tenerlo cualquier día. Solo ve a ver al Sr. Navro y el ordenará a los cargadores. El resto de las cosas, sin embargo, no puede ser movido hasta final del mes, supongo.

La próxima semana voy a tratar de encontrar cuarto aquí y comprar las cosas que necesito, y entonces podré decirte con toda claridad lo que voy a enviar de aquí, y lo que te enviaré. Eso es, por supuesto, ¡si el tiempo aquí me lo permite! Estaba terriblemente frío y nevoso la semana pasada.

Creo que, si te dieras tiempo, sería bueno si puedes ir y ver al Sr. Navro del camino de tu casa al trabajo. Estará muy ocupado con su música hasta el 22 del mes, cuando su maestro abandone la ciudad; lo que la dará una semana para atender mi mudanza y la suya. El piano, sin embargo, es un asunto completamente aparte y se puede hacer en el momento que lo desees, simplemente yendo y de acuerdo con él. Él tiene el dinero para pagar el traslado.

Así que me he contradicho en lo que te escribí sobre el anarquismo, ¿verdad? Ya no recuerdo lo que escribí en ninguno de los casos; así que, cuando tengas tiempo, sólo cítame a mí misma para que pueda ver cuál fue la contradicción. No es nada nuevo, sin embargo, que me contradiga. Mis pensamientos están continuamente contradiciéndose locamente.

(Por cierto, recibí una petición de Leonard Abbott7 el otro día, solicitando mi conferencia sobre la Educación Moderna8 ¡diciendo que todos parecemos «nebulosos» respecto al tema! Yo le dije eso hace seis meses, pero él pareció no reparar en ello entonces. Pienso que él, al igual que muchos otros, se han sacudido la pena por la muerte de Ferrer9, gritando» Ed[ucación] Moderna», sin saber lo que estaban gritando. No quiero decir que tú lo hicieras, porque hablaste de ello antes de la muerte de Ferrer).

Pero, ¡hasta dónde llegué! ¡Hablaba de contradicciones! ¡Y de alguna manera la Escuela Moderna apareció!

Yanousky10 también me pidió que escribiera una serie de artículos (eso fue hace 4 meses) respecto a las condiciones actuales, sus causas, y posibles remedios. Querido, yo no sé cómo. Por cierto, le he enviado un par de esbozos para Freie Gesellschaft11; Uno apareció en inglés hace 4 años; el otro es totalmente nuevo, mi lavandera en Fila[delfia] era la heroína.

Tal vez vaya a buscar tiempo para hacer lo que me pides.

No; Nunca he leído El talón de hierro12; lo siento.

¿Por qué la señora C. tiene miedo de intentar escribir?

Sé que es capaz de escribir y ella sabe que lo sé; no tiene que avergonzarse de los errores. Requeriría de no más de dos lecciones para escribir una verdadera carta; y todo lo que ella tiene que hacer es hablar conmigo tal como lo haría si estuviera allí, y no importa la ortografía; Lo haré.

Por supuesto, eso si ella tiene el tiempo. Sé que debe estar muy ocupada, tendiendo que mantener ese lugar en orden.

A menudo he pensado que Emma13 era algo deficiente en energía; igual que mi Harry14. No veo por qué, si los niños son como los padres, cualquiera de ellos deba serlo.

Dile que le escribiré una carta, si ella misma aprende a leerla.

Además de las aflicciones de nuestro malestar, he tenido la desgracia de escribir una conferencia -una cosa que siempre temo. La he terminado hoy, y me siento como un chico fuera de la escuela, cuando echo un vistazo al manuscrito terminado.

Adjunto nuestra agenda.

¿Cómo están todos tus «ayudantes»?

¿Cómo está Rosen15? Y el «perniciosamente activo.»

¿Brandy? Supongo que Rosen se sigue escribiendo con los notables personajes con los que ha conversado recientemente, y Brandy- ¡haciendo esquemas!

¿Ahí está Weinberg16?

Créeme, he dicho menos que lo que digo en agradecimiento, por amistad, y [,,,] Saludos a todos.

V. de Cleyre


1 Col. Voltairine de Cleyre and Joseph Jacob Cohen, YIVO Archives, Nueva York, N.Y. (VdC JJC YIVO).
2 Refiérase a Joseph Jacob Cohen. Editor del periódico anarquista judío neoyorkino Fraye Arbeter Shtime en los años 20. Cigarrero de Filadelfia, se convirtió al anarquismo por influencia de Voltairine de Cleyre; fundador del Radical Library Group y las colonias Stelton (Nueva York, N. Y.) y Sunrise (Alicia, Mich.). Autor de History of the Jewish Anarchist Movement (1945).
3 Refiérase al Consejo de Oficios de la Construcción de Los Ángeles, Calif. (Council of Building Trades of LA) miembro de la Federación del Trabajo del Estado de California)
4 El edificio de The Los Angeles Times (Los Ángeles, Calif.) fue dinamitado el 1 de octubre de 1910.
5 Refiérase a Anton Johannssen, organizador de trabajadores de la construcción en Chicago, San Francisco y Los Ángeles. Junto con Olaf Tveitmoe y 42 más fue acusado de conspirar para trasladar dinamita en 1912. En 1914 participa en el comité de defensa de Jesús M. Rangel y Charles Cline, como orador en distintos mítines. Todavía en noviembre de 1915 se le liga al caso durante el juicio de Mathew A.Schmitt, otro de los implicados.
6 Refiérase a Abraham Isaak (1856-1937). Escritor y editor de origen ruso. Dirigió Fireband (1895-1897; Portland Ore.) Free Society (1897-1904; San Francisco, Calif.). Por haber conocido a León Czolgoz, el asesino del presidente McKinley, y a quien denunció como posible espía, fue hostigado por la policía. En 1909 funda la colonia de inspiración anarquista Aurora en Lincoln, Calif. Hutchins Hapgood (1869-1944) lo retrata en el personaje “Anton” de su novela The Spirit of Labor (1907).
7 Leonard Abbot (1878-1953) editor y publicista. Figura del Partido Socialista de América, promotor de la candidatura de Eugene Debs a la presidencia en 1900. Editor de diversas revistas socialistas como ComradeInternational Socialist Review y The Free Comrade entre otras. Se interesó por la educación libertaria hacia 1905 y fundó la Escuela Moderna en Nueva York, N. Y., siguiendo los preceptos de Francisco Ferrer y el método Montesori. En 1914, explotó una bomba cerca de las instalaciones, al parecer manipulada por anarquistas cercanos a su grupo que pretendían hacerla estallar en la casa del dueño de la Standar Oil Co., John Rockefeller.
8 Refiérase a “Modern Educational Reform” en Alexander Berkman (ed.) The Selected Works of Voltairine de Cleyre. Poems, Essays and Stories, 1885-1911, Nueva York, Mother Earth Publisher Ass., 1914; pp. 321-40.
9 Refiérese a Francisco Ferrer y Guardia. (1859-1909). Pedagogo. Entusiasta de la Primera República Española, en 1884 se hace masón. Implicado en la sublevación republicana de Villacampa, en 1886 se asila en París. En 1892 asiste al Congreso internacional de librepensadores en Madrid y en 1897 al Congreso Socialista de Londres. Decepcionado de los republicanos se aproximó a los círculos libertarios parisinos.  Profesaba una concepción de la revolución que combinaba una vanguardia profesional, la huelga general y la alianza con el proletariado. A partir de 1894 se le asocia, en calidad de financiero, a todos los movimientos insurreccionales, huelgas y magnicidios que suceden en España. En 1901 funda en Barcelona la Escuela Moderna, misma que le dará fama internacional como impulsor de la llamada Escuela Racionalista. Implicado en el atentado contra Alfonso XIII que realiza Mateo Morral en Madrid fue encarcelado. Al ser liberado en junio de 1907, continúa su labor de agitación dentro y fuera de la península ibérica. Arrestado de nueva cuenta tras la llamada Semana Trágica en Barcelona, fue ejecutado en esa misma ciudad en medio de un escándalo de alcances mundiales. Escribió, entre otros. La Escuela Moderna (1912) y Páginas para la historia (1910).
10 Refiérase a Saúl Yanovsky (1864-1934). Periodista, orador y editor. Anarquista de origen ruso. Formó parte de los Pioneros de la Libertad, organización derivada de los acontecimientos en Chicago de 1886. Mantuvo contacto con Miguel Bakunin y Pedro Kropotkin. En Londres, Ingl. publicó Arberter Fraynd (1889-1903). En Nueva York, N. Y. editó el semanario anarquista en yiddish más longevo: Freie Arbeiter Stimme de 1894 a 1917, y, en paralelo, Di Abend Tsaytung (1906-7).
11 Die Freie Gesellschaft, Publicación mensual en yiddish (Nueva York, N. Y.), asociada a Freie Arbeiter Stimme. (1910-1911).
12 Refiérase a la novela de Jack London, El Talón de Hierro (1908). Novela que León Trotsky, años después describió como una brillante anticipación al fascismo.
13 Refiérase a Emma Cohen Gilbert (1904-1986), hija de Joseph J. Cohen y Sophia Gilbert.
14 Refiérase a su hijo Harry (1900- ¿?). Su padre fue James B. Elliot.
15 Refiérase probablemente a Syma Rosen, administrador del semanario Freie Arbeiter Stimme.
16 Refiérase a Chaim Leib Weinberg (1861-1939). Anarquista, participó en la Modern School de Stanton, N. J.

VOLTAIRINE DE CLEYRE A ADELANDE DE CLEIRE THAYER (FRAGMENTO)1

Chicago
Junio 3, 1911

 

[..] A propósito, niñita, ¿has estado poniendo alguna atención a la Revolución Mexicana? Esa parte que se centra en Baja California, es una verdadera revuelta económica, con la bandera roja como su estandarte. En cuanto al resto de México es difícil de decir. Te envío una de las dos docenas de suscripciones en blanco que William C. Owen me ha enviado, no es que espere que recolectes algo de dinero con ellas, sino porque quizá quieras leer su llamado y no sé qué más hacer con eso. Emma [Goldman], con su habitual falta de buen juicio, obviamente le ha ido con la idea a Owen de que puedo hacer un montón de cosas para incendiar Chicago si así lo quiero. Su propia experiencia aquí como una iluminadora debería haberle demostrado que es un error. Chicago no tiene ningún deseo particular de ser incendiado y yo no tengo ningún deseo particular de incendiarlo. Pero el resultado es que Owen ha estado «regañándome», como una anciana, por no afanarme con celo y otras cosas.

No sé, pero podría alistarme y tomar nota si estuviera en México; pero es una lucha de largo alcance, y no me gusta recoger dinero. Sin embargo, les enviamos $ 15.66 el lunes pasado.


1 Voltairine De Clayre Papers (1876-1914) University of Michigan Library (Special Collections Library), Joseph A. Labadie Collection.

VOLTAIRINE DE CLEYRE A SAUL YANOVSKY1

2038 Potomac Av.
Agosto. 5, 1911

Hola hermano2:

Adjunto encontrarás, por favor, el informe para el F. A. S.3 relativo a la M. L. D. C.4 Veo que todavía estás allí, así que deduzco que no te irás al Oeste, ¡y que ganaste tu huelga! – ¿Sí?

Tengo un artículo en Mother Earth5 de este mes; Sobre la Revuelta Mex[icana]. Tal vez aceptes traducirlo.

¡Soy demasiado perezosa para escribir dos!

¿Qué piensas de la Tempestad en la Tetera Arden6?


1 Joseph Ishill papers, 1888-1966. MS Am 1614 (178). Houghton Library, Harvard University, Cambridge, Mass.
2 Refiérase a Saúl Yanovsky.
3 Refiérase al semanario Freie Arbeiter Stimme.
4 Refiérase a la Conferencia de Defensa Liberal Mexicana.
5 Vid. supra, “La Revuelta Mexicana.” Mother Earth. “Monthly magazine devoted to social science and literature.” Nueva York (1906-1917). Editores: Emma Goldman, Max Baginsky, Alexander Berkman, Hippolyte Havel. Entre sus colaboradores destacan: Leonard Abbot, Voltairine de Cleyre, Jay Fox y Harry Kelly. Se solidarizó con la lucha del PLM desde 1907, convirtiéndose en una importante plataforma para su difusión en los medios ácratas de los Estados Unidos. Se trata de una de las más prestigiosas publicaciones anarquistas de la unión americana.
6 Refiérase a la Colonia anarquista de Arden, Dela.

VOLTAIRINE DE CLEYRE A JOSEPH JACOB COHEN1

2038 Potomac Ave.
Chicago, 30 de octubre de 1911.

Sí, querido amigo, ¡justo eso! Estaba «esperando mi factura». – ¿Necesito decirte que fue una sorpresa agradable encontrar no solo mi factura, sino dinero para Regeneración? Lo envío hoy a Los Ángeles junto con unos pocos dólares más.

Verás que se consignará debidamente en la sección española del periódico.

Te adjunto la agenda de nuestras primeras reuniones esta temporada, aunque he estado hablando en otros lugares los dos últimos domingos.

Si puedo transcribir mi lectura (sobre la revolución mexicana2), tengo la intención de enviártela y pedirle a algún buen lector que la lea en alguna de tus reuniones en inglés.

Tanto tu agenda en inglés y la nuestra parecen demasiado llenas. Entiendo: pusiste un programa de 6 semanas. La agenda judía se ve mejor.

Tuvimos que recurrir al truco de un arrendatario para obtener una sala en el Templo Masónico, el templo (masones libres) ¡está bajo el control de los católicos!

Volviendo a tu carta del 16 de agosto, en la que deplorabas la acción de Brown3; tu dijiste; «Puedo imaginarme a Brown de pie sobre una plataforma denunciando la ley, y la gente gritando; ¿Qué hiciste cuando no pudiste conseguir lo que querías en Arden4?»- Pienso en ese momento» Bueno, si eso sucede Brown hará el [..] de su vida. ¡Ahora ve lo malo que es tener una ley! Incluso quien no cree en ella está tentado a aprovecharla. Si la ley no estuviera allí, podría haber caído de la gracia».

Tú también dijiste que crees que estoy «maltratándonos al argüir en nuestra contra «. Eso me sonó raro. En primer lugar, querido amigo, apenas si hablo del movimiento escolar5; cuando lo hago, no es en público sino en privado y tampoco necesariamente de una manera «hostil» siempre. En segundo lugar, incluso si lo hice, ¿por qué estoy ofendiendo a cualquiera por «discutir contra él» si creo que está equivocado? Si permanezco muda, me parece que en tal caso me equivoco. De hecho, en realidad no me llama hablar mucho; pero cuando lo hago, naturalmente no creo que maltrate a nadie.

En la misma carta mencionaste ese abominable libro de Hapgood6. No es tanto un retrato de los compañeros de Chicago que de los camaradas de Nueva York o Phila[delfia]. La anarquista era una cierta «Marie» -que, gracias a Dios, abandonó Chicago hace cinco años. Ella vino aquí de N[ueva] Y[ork] y fue a S[an] Fr[anc]isco. Ella es una prostituta nata, y una criatura miserable. Había un hombre aquí (Terry Carlin7); alguna vez un intelectual – ahora un deshecho – y probablemente originalmente un buen hombre de corazón. Se convirtió en un briago, una esponja de alcohol; él vivió con y por esa mujer, y algunos otros. Y Hapgood, como el bruto que es, vino aquí y presentó a esas dos personas, como representantes de los anarquistas de Chicago. Es mi opinión que, algún día, se imaginará a Emma8 tan repugnante como pueda. Pero ella sigue confraternizando con él.

Ahora, sobre tu última carta; Estoy más que contenta de saber que están realizando sus sueños, incluso en una medida limitada con respecto a la Escuela Dominical; porque, aunque estoy tan dudosa en cuanto a ello, siempre me gusta ver que obtienes lo que quieres. ¿Quiénes son sus profesores de dibujo y modelado? -En cuanto a la escuela nocturna, sin duda hay espacio abundante para ella.

Sí, para mi propia sorpresa estoy todavía en Chicago, aunque me había decidido a ir a Los Ángeles. Ya ves: – tengo «pies fríos». Si fueran sólo las 1000 millas; pero $ 50.00 de tarifa del ferrocarril son algo, y no tan fáciles de colectar. Y si ni siquiera puedo ir allá, de seguro tendría problemas para volver. Y lo peor de todo, tengo miedo de estar sola. Sin embargo, a veces pienso, que incluso ahora es muy tonto de mi parte no ver los otros confines de «mi» país antes de volver al Este. – Sabes, siempre tengo en cuenta que en algún momento vamos a trabajar juntos de nuevo; pero mientras tanto, no sé qué hacer conmigo. La vida no es muy interesante. Y yo estaba pensando que estar ahí, más de cerca y en contacto con el grupo mexicano, que ahora está haciendo cosas, tal vez podría ofrecerme algún otro interés. Sin embargo, cuando el tiempo se acercaba para ir, me ponía muy triste al pensar en mi soledad.

Hace poco estuve en St. Louis, y un sastre ofreció pagar mi boleto a L[os] Á[ngeles]; Me quería como maestra. Desde allá me escribió y renovó su oferta. Por supuesto, nunca me aprovecharía de tal generosidad.

El plan para publicar mis esbozos está casi donde estaba. Aún no tienen suficiente dinero; y como sabes, si yo fuera una persona para apresurar o impulsar tales cosas, iría más rápido. Pero de hecho, me gustaría más que la gente me diera el dinero para Regeneración que para mis esbozos. Les agradezco que tengan algo así como $ 50.00 en efectivo y tal vez $ 50.00 más prometidos; pero necesitan $ 200.00, aproximadamente.

La idea de que estarás «retirado del movimiento» no me parece una probabilidad, – ni tampoco es deseable. Cuando regrese, encontraré al mismo impávido, infatigable y – sí, inescrutable, creo que hasta para ti mismo- trabajador que siempre he conocido, Y a mí, – espero que me encuentres sacudida de mi letargo y mezquinas preocupaciones. Eso espero. Incluso si voy a México será lo primero, lo cual no creo que haga, pero a veces…

Mi amor a Emma ya la Sra. C.

Por cierto, Finkler habla de regresar a Phila[delfia] en algún momento de este invierno. Pobre muchacho ha tenido muchos problemas desde que se fue de allí. La mayoría, por supuesto de su propia hechura. Él tiene la mala costumbre de enamorarse inoportunamente, y su experiencia en el Oeste le costó unos $ 450 según me dijeron. No me lo dijo él mismo; Sólo que su «pierna había sido pateada por placer». Y como sé que la reputación de la señora es tal como para justificar dicha declaración, y conozco al hombre que firmó los cheques, no tengo ninguna duda de que es verdad. Pensó que se había construido un hogar; cuando llegó allí le pertenecía a otra persona, así que regresó aquí. -Ha estado en una huelga este verano, y se le ha visto cadavérico, acusado de robo, etc., sabes que no siempre es posible dar una explicación satisfactoria de cómo se gasta el dinero en las huelgas. -Entonces, desafortunadamente, yo fui la causa de que se le imputaran $ 15.00 más. Un compañero vino aquí, un extraño, un «camarada» buscando compañía. Finkler estaba presente por accidente y les presenté. ¡Oh, querido mío, el forastero le sacó $15.00 a la semana siguiente! Y el pobre F. no pudo decir «no» – Pero ahora, ahora, está persiguiendo a una viuda; no una mala persona y espero que sea todo satisfactorio (aunque tengo mis dudas). – Te digo todo esto, porque me dijo (cuando dijo que podría ir a Phila[delfia], lo que me sonó un poco anhelante) que él vería – que sí, que sí, y que tal y tal, y por último, (más bien como diciendo lo que más quería decir y reprimía) -y Cohen», – e imagino que le gustaría mucho verte de nuevo. Su cabello se plateó durante toda la huelga; por lo demás se ve como de su edad.

Así que los Donelli se han ido, Bueno, me alegro de que la tragedia haya terminado, aunque no veo por qué lo llevaron a Italia. Quizás quería ir. No te preocupes, creo que hicimos todo lo que se podía hacer; y por lo tanto no hay nada que lamentar. Aunque, como dices, si yo hubiera estado allí, probablemente me habría preocupado.

Buena salud y coraje, querido amigo. Soy, con amor

Tuya

V. de Cleyre.

Oh! That will leave me $148 credit either you towards my next dues. My work is very bad just now.


1 Col. Voltairine de Cleyre and Joseph Jacob Cohen, YIVO Archives, Nueva York, N.Y. (VdC JJC YIVO).
2 Vid. supra, “La Revolución Mexicana.”
3 Refiérase a George Brown (1858-1915). Inglés, zapatero, orador anarquista. Miembro fundador de la Colonia de Arden, Dela.
4 Colonia de Arden, Dela. Fundada en 1900 bajo los preceptos del Impuesto Único (Single Tax) inspirada en el pensamiento de Henry George y bajo la influencia de las propuestas sobre arte y artesanías de William Morris.
5 Refiérase al movimiento de la Escuela Moderna en los Estados Unidos.
6 Refiérase al libro de Hutchins Hapgood An Anarchist Woman (1909).
7 Terry Carlin (1855-1934). Orador y anarquista. Amigo de Eugene O’Neill quien lo retrató en su novela Iceman Cometh, en el personaje de Larry Slade, el “tontósofo”.
8 Refiérase a Emma Goldman (1869-1940). Oriunda de Lituania, Rusia. Se interesó por las cuestiones políticas y sociales a partir de la ejecución de los llamados Mártires de Chicago ejecutados en 1887. Junto con Alexander Berkman, se convirtió en una de las figuras más prominentes del anarquismo en los Estados Unidos. Goldman, al parecer, entró en contacto con RFM en las giras que realizó por California entre 1908 y 1915, sostuvo esporádicos encuentros con él. Con Berkman editó Mother Earth (Nueva York) y The Blast (San Francisco, California), publicaciones que reprodujeron cartas y escritos de RFM y de otros intelectuales y dirigentes sociales simpatizantes del PLM. En 1911, organizó en Nueva York la Conferencia de la Revolución Mexicana, “con el objetivo de contribuir al amplio movimiento, de la revolución social en el país y contra la perspectiva maderista de la misma”. Goldman y Berkman fueron deportados a Rusia el 21 de diciembre de 1919.

VOLTAIRINE DE CLEYRE A ADELANDE DE CLEIRE THAYER (FRAGMENTO)1

2038 Potomac Ave.
Chicago, Dic. 29, 1911

[…] Este clima invernal es terrible para mí. Pero por la posibilidad de guerra con México, deberé ir a Los Ángeles ahora, por el resto del invierno; pero como la guerra puede ser declarada casi en cualquier momento (aunque espero que no), no me importa estar tan cerca de la frontera, por un montón de razones.


1 Voltairine De Cleyre Papers (1876-1914) University of Michigan Library (Special Collections Library), Joseph A. Labadie Collection.

VOLTAIRINE DE CLAYRE A JOSEPH JACOB COHEN1

12 de enero de 1912.

 

Querido amigo:

¡Ah, al fin veo por qué tardaste tanto en escribir! ¡Cuando uno se dedica a la visita del ídolo de sus afectos de dieciséis años, uno pospone otros asuntos! ¡Muy bien! Si la señora Cohen puede soportarlo, ¡yo puedo!

Lo siento mucho, no tuve tu carta 24 horas antes; te habría enviado las desordenadas copias de Regeneración, pues pensé que lo estabas recibiendo, así que envié copias a cualquier otra parte, y entregué mi saldo para ser distribuido anoche. El núm. 68 tiene un poema mío2; pide a Ben Gerstine que lo vea. Te gustará, una vez que corregí algunos de los errores de imprenta.

Te envío una copia del folleto de Owen3. Compramos 5000 aquí y empezaremos a distribuirlo esta semana. ¡Es, con mucho, el mejor que he visto!

Ahora en cuanto al caso, Johannssen y Tvietmoe4 van a su audiencia hoy5. Estamos todos en la mar, aquí; ya que parece como si Frederick6 no habrá de cumplir su promesa. Owen piensa que habrá una larga y amarga persecución. Yo era de la misma opinión que tú. Ahora estoy en duda. Todo depende de lo que Frederick realmente haya hecho. Puede estar haciendo faroles; si no, entonces habrá un infierno considerable.

Mientras echaba un vistazo a la tarjeta de hace dos meses de Brandy, casi juré quedarme en Chicago antes que en Phila[delfia]. Discusiones de hombres muertos, cada uno de ellos muerto. Esa es la diferencia entre Phila[delfia] y Chicago. Chicago no tiene paciencia, siempre está saltando a una nueva cosa viva. Ya ves, yo la «muerta» estoy hablando de «Acción Directa. «7 Si estuviera en Phila[delfia] estaría derramando lágrimas sobre Tho[ma]s Paine.

¡Una revolución en el patio trasero de los Estados Unidos, y Phila[delfia], no lo sabe! ¿Discutieron públicamente al menos el caso McNamara?

Diablos, si puedes soportar a Brandy, eres más maravilloso de lo que pensaba. Evidentemente, de nuevo está dirigiendo los planes de la R. T. P. (sic).

Ahora en cuanto a la agitación para la liberación de los Mc[namara’]s, los otros casos se resolverán primero. Pero estoy de acuerdo en que debe hacerse antes de que los socialistas empiecen a capitalizarla. ¡Y si! Digamos lo que tenemos que decir, y tan fuerte como podamos.

Siento oír que Hartmann8 está allí en su ocupación habitual de timador.

Pasó dos cheques falsos sobre el pobre viejo Martin Drescher aquí el año pasado. Siempre encuentra retoños. Si no va borracho a la reunión, tendrás suerte.

¿Está la señora Parson con usted? Salúdela de mi parte.

Todos estamos congelándonos aquí arriba. Ayer estuve enferma durante todo el día y, sin embargo, debido a una llamada telefónica sobre una oportunidad de vender boletos para el fondo de nuestro compañero y una segunda anunciando que dos alumnos no vendrían, salí en una tormenta de nieve cegadora, estuve en el atasco de las 6:30 en un coche, me senté en una antecámara fría, después de innumerables aventuras previas con las que tropecé, para mi asombro vendí $ 10.00 de boletos. Regresé a casa (quedando atrapada en una tormenta fría por 15 minutos), y encontré a mi último alumno cómodamente esperándome (desde las 8:30 hasta las 10:00 estuvo sentado allí).

Diablos, por supuesto «había una razón:» la lucha de la Sección 504 de Carpinteros, para quien he hecho muchas traducciones; y el Secretario propuso el plan. También me dieron «un ferviente voto de agradecimiento» por mis trabajos pasados (aunque realmente me pagaron por todo).

¡Pero si alguien me hubiera dicho que saldría bajo esa tormenta, habría sonreído y me hubiera sentado junto al fuego! una hora antes de irme (ahora nuestro fondo es de aproximadamente 53.00.)

No he visto el Public, pero he leído Collier’s9 del 23 de diciembre y el 13 de enero.

Malévolo, pero bastante correcto en puntos principales.

De alguna manera, me parece que tanto tu carta como la mía son abominablemente de negocios, y carecen de sentimiento. ¿El frío?

Mi amor a Ema ya su mamá, Tuya,

No me sorprende el Y. T. C. (sic) esperaba que fuera así.


1 Col. Voltairine de Cleyre and Joseph Jacob Cohen, YIVO Archives, Nueva York, N.Y. (VdC JJC YIVO).
2 Vid., supra, “Escrito en rojo”
3 Refiérase a William C. Owen, La Revolución mexicana; su progreso, propósitos y probables perspectivas (1912).
4 Olaf A. Tvietmoe. Líder obrero en San Francisco de origen noruego. Tesorero de la California Building Trades. Editor de Organized Labor (San Francisco, Cal.) y líder de la racista Asiatic Exclusion League. Vid., supra, n. 82.
5 Refiérase a la audiencia del juicio contra Clarence Darrow, acusado de sobornar a un testigo en el caso McNamara. En ella Johnassen y Tvietmoe, participaron como testigos de la defensa.
6 Probable referencia al Capitán John Federicks. Fiscal de Distrito en Los Ángeles (1903-1902). Fiscal en el caso McNamara y en el primer juicio contra Clarence Darrow por soborno a miembro del jurado.
7 Vid., infra. “Acción Directa.”
8 Probable referencia a Sadakachi Hartmann (1864-1944). Poeta, escritor, pintor, crítico de fotografía y actor. Cercano al grupo de Emma Goldman. Trabajó en el Centro Ferrer de Nueva York.
9 Collier’s. “The National Weekly” (1904-1918) Nueva York, N. Y. Semanario de periodismo de investigación. Favorecía la reforma Social e incluía reportajes sobre corrupción, etc.

VOLTAIRINE DE CLEYRE A SAUL YANOVSKY. FRAGMENTO S/F.1

Selección Musical y Recitaciones.

Lectura de la escena de la prisión de la autobiografía de Louise Michel2 por V. de Cleyre.

Admisión 10 centavos.

Por supuesto, no es necesario que sea todo eso, sino todo lo que puedas poner; el artículo sobre la vida en prisión de Louise Michel, creo que sería una atracción para la gente; Por eso lo menciono.

Ahora, ¿harás esto por favor? Por el bien de ese grupo heroico de luchadores que viven con 4,00 y 5,00 por semana, para poder lanzar un elemento más de energía a la lucha por romper este sistema bajo el cual la tierra gime.

¿Has visto el artículo de Avirette en Collier’s Weekly3? Hay por fin la admisión por la boca del enemigo de que el 60% de los revolucionarios son hombres que luchan por un ideal, por el comunismo.

Y menciona personalmente nuestra reunión en tus columnas, como lo hiciste una vez con mis conferencias cuando no te lo pedí, por favor, como un chico agradable,

[…]enviar un reporte de nuestro trabajo de los últimos tres meses.4

Jaxon acaba de regresar de Inglaterra y habló ante la Alianza de Oficios y Trabajadores de Montreal sobre la Revolución.

Por último, y esto es una petición, y creo que harás esto por mí, viendo que lo estamos necesitando mucho, y es nuestra causa común. Hemos organizado una Conmemoración de la Comuna, los beneficios (si es que hay irán a la Junta de Regeneración) para los mexicanos. Revolución.

Y te doy mi palabra que nos hemos dado una y otra vez más allá de nuestras posibilidades; somos sólo un puñado de obreros, -uno mexicano, 2 ó 3, cubanos, 5 ó 6 judíos, 2 alemanes y yo, -todos son trabajadores con malos salarios.

¿Nos pondrás un anuncio en F[reie]. A[rbeiter]. S[timme].?

El anuncio deberá leerse de este modo.

Conmemoración de la Comuna de París en Chicago bajo los auspicios de la Conferencia Liberal de Defensa de México en la Sala de los Trabajadores, calle Duodécima y Waller, sábado 16 de marzo, a las 8 pm.

Discursos en inglés judío, alemán y español, por Vincent St. John5, Honoré Jaxon, Voltairine de Cleyre, Juan Mora, S. Seidl y otros.


1 Joseph Ishill papers, 1888-1966. MS Am 1614 (178). Houghton Library, Harvard University, Cambridge, Mass. Por su contenido, este fragmento pertenece a una carta que debió ser escrita hacia el 25 de febrero de 1912.
2 Refiérase a Memories de Louis Michel, écrits pare elle meme, París, Fra., F. Roy, libraire-éditeur, 1886.
3 Refiérase al artículo de John A. Avirette, “Mexico’s Trouble Maker. An Estimate of Zapata-Permanent Insurgent-and An Experience in His Domain”, Collier’s Weekley, vol. XLVIII, núm. 23, 24 de febrero de 1912, pp. 15 y ss. Con la siguiente frase Avirette termina su reportaje entre las tropas zapatistas: “De cualquier modo, fue un gran correteo, y algo que platicar en el club entre nueces y vino.”
4 Vid., supra. “Reporte del trabajo de la Liga Mexicana Liberal de Defensa de Chicago.”
5 Vincent St. Johns (1876-1929). Minero y activista sindical estadounidense. Miembro de la Western Federation of Miners y fundador de Industrial Workers of the World de la que fue líder de 1908 a 1915. Junto con cientos de activistas fue encarcelado en 1917, durante la histeria anti-bolchevique, la llamada red scare.

VOLTAIRINE DE CLEYRE A JOSPEH JACOB COHEN1

28 de marzo de 1912.

Querido camarada:

No, yo no estaba esperando un cheque- ¡en lo absoluto! Esperaba otra carta de ti. Y la tengo. Ya ves que tu última carta era bastante corta y con estilo de negocios – era justo antes del R. T. P. (sic) y tú estabas ocupado – así que esperé a que pudieras escribir otra y más larga, antes de ponerme a contestar.

Por lo demás, ¡he estado tan ocupada que apenas y tenía ojos cuando por las noches me iba a la cama! Verás, Berkman2 se vino abajo y fue incapaz de revisar el m[anu]s[crito] y las pruebas de su libro; así que me los envía para que lo haga, -cerca de 500 pp. de m[anu]s[crito]. La Emma vino y me llamó por teléfono por el m[anu]s[crito] de mi discurso sobre la Comuna para Mother Earth3; lo que me apresuró nuevamente. Luego tuve el mitin de la Comuna, del cual probablemente verás un informe en el próximo Freie Arbeiter Stimme4; Fue el mitin más hermoso que recuerdo, pero significó mucho trabajo, escribir cartas, organizar programas y reuniones.

No estábamos apuntando tanto a la ganancia (hicimos alrededor de $ 15.00 en boletos de diez centavos) sino al éxito moral; Y lo tuvimos. Ahora estamos tratando de arreglar un mitin Internacional del Primero de Mayo. Así que no había mucho tiempo, ¡ya ves!

Escuché de Navro y Hackbarum que R. T. P. fue un gran éxito; que se obtuvieron alrededor de $ 300.00. Demonios sabes mi opinión de todos estos asuntos, moralmente; no son nada, excepto por el dinero. Odio todas esas atenciones a la burguesía (o la pequeña burguesía, o aspirante a burguesía) y lamento que tenga que hacerse.

Ahora, para responder a tu segunda carta, que llegó ayer, tengo muchos pensamientos desordenados en mi cabeza, por lo que no importa por dónde empiezo. Supongo que desearía haber empezado en algún otro lugar. Así que voy a agarrar el primero que me viene a la cabeza, así sea el rabo: es decir, me alegro de que pensaras que valía la pena obtener 100 [ejemplares de] «Acción directa» de Mother Earth. Lo había tenido en mi mente para sugerírtelo, sin saber que ya habías visto que había salido.

Emma estuvo aquí, hace tres semanas y volverá la próxima semana. No la vi; en privado para ti solamente, no quise. Y esta es la razón: la primavera pasada se comprometió a recaudar dinero para la Revolución Mexicana, y algún tiempo durante el verano (junio creo) les envió $ 100.00 como dados por «Un amigo.» Muy bien. Mientras tanto, ella regresó a Nueva York, y estuvo ocupada con otros asuntos, la «Escuela Ferrer»5 entre ellos, a los cuales públicamente donó $ 100.00 de su parte. Ahora dos o tres meses más tarde, ella envía a Owen $ 60.00 con esta explicación: El amigo originalmente le había dado $ 250.00. Fuera de esto ella retuvo $ 25.00 para sus gastos personales, $ 5.00 para sellos (!) para asuntos mexicanos; Y $ 10.00 para la publicación de mi folleto sobre la «Revuelta Mexicana». Ahora le envía $ 60.00, y diciéndole que había tenido que usar el dinero mientras tanto, ¡y que todavía les debe $ 50.00!  Que ella hasta ahora no les ha enviado nada en más de 6 meses.

Ahora esto está más allá de mí: cómo la gente puede vivir en hoteles de $ 5.00 al día, dar $ 100.00 a la Asociación Ferrer, y todavía ser incapaz de entregar el dinero recaudado, o más bien donado, para los revolucionarios mexicanos. Y la vergüenza y la pena de todo esto es que esas personas están viviendo realmente de frijoles y pan seco. Lee el estado financiero en la sección española de Regeneración; Durante semanas ninguno de los Magones (ambos son hombres de familia) han tomado más de $ 7.00 por semana; A menudo sólo $ 5.00; Y esta semana $ 3.00; Y el resto del personal lo mismo. Y esta gente está enfrascada en una lucha mortal real por la que nosotros los anarquistas pretendemos que creemos. ¡Hay más anarquismo genuino en un solo ejemplar semanal de Regeneración que en todas nuestras publicaciones juntas! Luchando por el anarquismo, eso significa hacer y estar haciendo algo para aplastar todo este sistema maldito. ¡Y G. hace una cosa así! ¡Y nuestros camaradas gastan su dinero en cafés y conciertos!

Bueno, por eso no vi a Emma, no tengo derecho a hablar de ello hasta que Owen lo haga, y él no quiere porque no quiere manchar la Revolución con disputas personales. Así que mantén esto para ti mismo.

Sin embargo, aunque yo no fui, nuestros trabajadores fueron y vendieron el panfleto de Owen en sus reuniones; el propio Reitman6 vendió 35 copias, todos juntos vendimos 100 copias esa semana, y unas 75 copias desde entonces.

Él levantó una suscripción de $ 13.00 entre nosotros, para que se nos envíe alrededor de 400 copias; Entonces venderemos tantas como podamos y les daremos el dinero. Cuando no podamos vender más, haremos distribución gratuita. Por cierto, ¿has hecho algo de este tipo?

Creo que cuando leas mi informe de nuestro trabajo7, (probablemente en F. A. S. después de la semana siguiente), retirarás tu declaración de que el tuyo es el único grupo activo en el mundo. En estos diez meses hemos enviado casi $ 235.00 a Reg. (Hemos enviado algunos dólares más desde que se escribió el informe de F. A. S.).

Esto aparte del otro fondo que también está en Los Ángeles para en el caso de surja una necesidad, y que fue en total 546,50.

De aquellos $ 235.00 sólo 32.50 vinieron de fuera de esta ciudad; Así que ve que tampoco estamos inactivos.

En ese informe, estoy pidiendo a nuestros camaradas que formen un pequeño grupo como el nuestro, que trate de dar ayuda activa cada semana. Estoy seguro de que allí habrá pocos españoles o cubanos que se unan; Aquí tenemos a cinco, los compañeros más activos y generosos. Probablemente vaya a Milwaukee en dos o tres semanas para intentar formar un pequeño grupo allí. Creo que seremos en total unos 15 o 2; incluso si son sólo 5, que levantan únicamente $ 1.00 o $ 1.50 por semana ya es algo.

Ahora acerca de tu propuesta para el día 11, etc. Me gusta mucho la idea de regalar los discursos. Eso es el mejor esquema. Nunca he oído hablar de una Conmemoración. Sobre el cumpleaños de Kropotkin, realmente no puedo entusiasmarme8. Odio esas deificaciones. Pero supongo que eso es lo que nuestro diletante tiene que tener: ¡fiestas de cumpleaños, conciertos, cualquier cosa lánguida y segura! No creo que a K. le guste mucho. Prefería que la gente estuviera interesada en algo más grande que el cumpleaños de algún individuo. Pero ya que la gente es como es.

O sí: Olvidé decir que Emma tendrá un debate aquí la próxima semana con Arthur M. Lewis9, -un otro anunciante, como ella. Creo que será un gran éxito financiero; Sus reuniones están llenas de gente todos los domingos -el Teatro Garick-, sólo porque es un anunciante de A-I. Sus reuniones judías aquí, y otra en ingl[és] estaban llenas de gente: pero las otras difícilmente recuperaban los gastos. Las admisiones costosas y la fea conducta de Reitman fueron ofensivas para muchos.

Ahora sobre «yo, yo misma.» ¿Cómo estoy? Como siempre; sufriendo tormentos crónicos físicamente; pero de ningún modo tan mentalmente miserable como lo estaba en Phila. Si no fuera por el maldito clima de este lugar, creo que te pediría que vinieras aquí en vez de yo volver allá. De alguna manera temo caer bajo la vieja influencia paralizante que suelo tener, allí, otra vez; y Phila está tan muerta y Chicago es tan viva, -es decir, las atmósferas mentales de las ciudades- en tanto que ciudades, no nuestro propio pueblo. Pero el clima es terrible.

Todavía no he decidido si me quedo aquí todo el verano y vuelvo a Phila. en octubre, o tal vez irme a donde mi madre en Michigan a mediados del verano para unas vacaciones, y tal vez regresar un poco antes. Todo eso por supuesto será determinado por circunstancias, más o menos.

Todavía desearía poder ir al Pacífico apenas en un viaje antes de radicarme otra vez en Phila., pero como apenas y tendría entonces suficiente dinero para comenzar decentemente en Phila. no puedo hacerlo. Sin embargo, podría tomar el consejo, en el último momento, a menos que haya una guerra con México que esta administración claramente no quiere; Aunque si Teddy Roosevelt fuera Presidente creo que ya la habríamos tenido.

A veces me pregunto tanto acerca de reestablecerme allá. He estado soñando con vivir con tu gente; Pero como yo veo, estás bien establecido donde estás, y sería inconveniente que te muevas solo para acomodarme; y además sería un mal movimiento para la Biblioteca, ¡ya que supongo que no estarás listo todavía para comprar una casa en el otoño! – Luego entonces vuelvo a ser una compañera sin hogar.

Por cierto. Debo decirte que no has tenido el piano afinado, debe necesitarlo terriblemente. Dichos instrumentos deben ajustarse dos veces al año -primavera y otoño- cuando las temperaturas se hayan estabilizado. Será malo para el oído de Emma tenerlo entrenado bajo falsos tonos.

El informe de Wienberg sobre la colonia es que Isaak se ha convertido en un ordinario tirano vulgar, un aborrecedor de judíos, etc. Puedes no creerlo del todo, pero supongo que algo de eso es cierto. El mismo Weimberg me parece que se va a desmoronar -tanto física como mentalmente- habla chismes mezquinos, y parece que no tiene grandes intereses en su mente. Sin embargo, esto puede ser un error de juicio, lo vi sólo unas pocas horas.

Es un día gris, solitario y crudo de Chicago, amenazando con lluvia o nieve; Afortunadamente esta carta me ha impedido mirarlo mucho.

He escrito bastante tiempo, seguramente; Y ahora, espero tu respuesta, de igual longitud.

Oh sí; debo advertirte que no debes esperar que me interesen los niños cuando regrese. La escuela de adultos es algo diferente; Allí, haré algo bueno. Pero no puedo en mi vida molestar a todos esos niños.

Dale mi amor a la señora Cohen. ¿Está bien ahora? ¿Y Emma? Y créeme, querido camarada,

Tuya como siempre

V. de Cleyre


1 Col. Voltairine de Cleyre and Joseph Jacob Cohen, YIVO Archives, Nueva York, N.Y. (VdC JJC YIVO).
2 Refiérase a Alexander Berkman (1870-1936). Militante anarquista de origen lituano. Emigró a los Estados Unidos en 1888, estableciéndose en Nueva York, donde se vinculó estrechamente con la comunidad ácrata alemana. En 1892, en represalia por el asesinato de obreros con que se resolvió la huelga de Homestead, atentó contra el empresario siderúrgico Henry Clay Frick. Fracasó y fue condenado a 22 años de prisión. Al salir de la cárcel participó en la fundación de la revista Mother Earth, junto con Emma Goldman. En 1916 fundó el periódico anti militarista The Blast (San Francisco). Fue deportado a Rusia en 1919 donde permaneció hasta 1922. Huyó posteriormente a Francia, perseguido por el incipiente régimen bolchevique. Se quitó la vida en 1936.
3 Vid., infra “La Comuna resucita.”
4 Vid., infra “La Comuna resucita.”
5 Vid., infra “La Comuna resucita.”
6 Refiérase a Ben L. Reitman (1879-1942). Médico de Chicago, amante de Emma Goldman. organizó sus conferencias durante muchos años, escribió para Mother Earth. En 1913, durante la campaña a favor de la libertad de expresión en San Diego, Calif., fue secuestrado, brutalmente golpeado y sodomizado En 1916 fue encarcelado por promover el control natal. Al salir de la cárcel en 1917 terminó su relación con la Goldman. Escribió The Second Oldest Profession (1931) y Sister of Road (1937)
7 Vid., supra, “Reporte del trabajo de la Liga Mexicana Liberal de Defensa de Chicago.”
8 En ese momento, los editores de Mother Earth y Freie Arbiter Shtime, preparaban el festejo por los 70 años de vida de Pedro Kropotkin, mismo que se realizaría en el Carnegie Hall de esa ciudad el 9 de diciembre de 1912.
9 Refiérase a Arthur M. Lewis (1873-¿?). Escritor y polemista estadounidense. Autor de The Struggle Between Science and Superstition (1916). En el Teatro Garrick de Chicago solía organizar debates económicamente redituables como el mencionado.

VOLTAIRINE DE CLEYRE A HARRIET ELIZABETH BILLINGS DE CLEIRE (FRAGMENTO).1

Abr. 11/12.

Querida Madre:

[…]

Acerca de México, no es que crea que mi vida iba a hacer ningún bien, -pero a veces no puedo soportar estar viva y ver y sentir toda la mezquindad, la tiranía tan a sangre fría, hecha con tal indiferencia. Me gustaría terminar con ella, con una protesta feroz,

No siempre es así, pero a veces me ahoga, -ver cómo la gente atesora para sí lo que no los hace terrenalmente sanos en absoluto, al precio de una agonía espantosa de otros.


1 Voltairine De Cleyre Papers (1876-1914) University of Michigan Library (Special Collections Library), Joseph A. Labadie Collection.

VOLTAIRINE DE CLEYRE A SAUL YANOVSKY1

Chicago, abr. 15/1912

Querido Yanousky

Junto con esto, te envío por correo bajo cubierta separada mi conferencia «La literatura, el espejo del hombre»2, que nunca se ha impreso en ninguna parte. Esta es la primera copia correcta que se ha hecho. Cuando hayas terminado, por favor devuélveme el manus[crito]. Tú mismo sabes que es «un trabajo» tan sólo copiar 50 pp. No sé si es buena o no: pensé que lo era cuando la escribí, pero ahora todo el asunto es tan poco interesante para mí, que no puedo juzgar.

En cualquier caso, te lo prometí, y aquí está.

Adjunta por favor encuentra una copia para un anuncio, y una orden postal por $ 2.00. Queremos que lo pongas dos veces esta semana y ya siguiente, y nos des tan buena colocación como puedas permitírtelo.

De hecho, aunque son «auspicios conjuntos», etc, es sólo la Liga Lib[eral] Mex[icana] la que está sosteniendo los gastos: ¡el resto acordaron hacerlos llegar!

Sé que tales cosas se supone que se envían a la «[…] de negocios», etc.; pero sabes que soy un personaje privilegiado! ¡Privilegiado para molestarte con esto!

Los hermanos Magón serán juzgados el jueves por violar las leyes de neutralidad3. Nunca han pensado en su defensa, legal o financieramente; y por lo tanto en mi mente no hay la menor duda de que van a obtener el límite de la ley, que, en el caso de Ricardo, puede significar probablemente la muerte en la cárcel, ya que ahora tiene una tos incurable.

Nos piden que intentemos mantener «Regeneración», ¡cosa que creo imposible! Son realmente su alma; y Otis4 sostuvo un ataque venenoso en contra de ellos personalmente hace tres semanas, como los «instigadores», «el poder detrás del trono», «las mentes maestras», en los problemas mexicanos5.

Por favor, has algún tipo de nota editorial, ¿no? Que se les ha llamado a juicio, que su más querido deseo es que los camaradas traten de mantener vivo el periódico, aun cuando estén prisioneros, lo cual es casi seguro.

¡Ellos violaron la neutralidad! ¡También Madero!

No es que el asunto de San Diego sea simplemente espantoso6. Van cuatro oradores asesinados hasta el momento. La carta que describía la forma en que fueron sacados, obligados a estar de pie con las manos levantadas, mientras uno por uno y cada uno fue golpeado hasta la insensibilidad, y amenazado con el revólver si sus manos caían de agotamiento ¡me enfermo de muerte! ¿En qué país vivimos? Y esto es instigación directa de Otis, supongo que viste ese editorial escandaloso en el que proclamó la propaganda vigilante, el invierno pasado7, sólo estoy avergonzada de que McNamara no lo golpeó a él en lugar de a su edificio, con los pobres 20 canallas.

Bueno adiós; Tengo tanta prisa, querido, que no puedo escribir una carta larga. Toda la escritura, que otras personas no saben cómo hacer, de alguna manera viene a mí para ser hecha; no cuenta y no se muestra, ¡pero seguro que toma mi tiempo!


1 Joseph Ishill papers, 1888-1966. MS Am 1614 (178). Houghton Library, Harvard University, Cambridge, Mass.
2 La conferencia referida se llevó al cabo en la ciudad de Nueva York el 7 de octubre de 1910.
3 La conferencia referida se llevó al cabo en la ciudad de Nueva York el 7 de octubre de 1910.
4 Vid. supra, n. 77.
5 Refiérase, probablemente al artículo de The Los Angeles Times, “Red Target for Federal Shells” publicado el 2 de abril de 1912.
6 Refiérase a la represión ejercida por grupos de “vigilantes” en contra de los participantes en las jornadas por la libertad de expresión (Free Speech) convocada por los Trabajadores Industriales del Mundo (IWW) en la ciudad californiana de San Diego a partir de enero de 1912.
7 Vid., supra, n. 63.

ENSAYOS

ACCIÓN DIRECTA.1

Desde la perspectiva de quien piense por sí mismo y sea capaz de discernir, para el progreso de la humanidad, una ruta sin desvíos, si es que habrá de haber algún progreso; quien, teniendo tal ruta trazada en la mente, ha intentado enseñársela a los demás, hacérsela ver como él mismo la ve; quien al mismo tiempo ha elegido las que le parecen expresiones simples y claras para transmitir sus ideas a los demás, — para esa persona resulta una gran fuente de tristeza y confusión espiritual el que la expresión «Acción Directa» haya adquirido, de pronto, en la opinión general un significado estrecho, en absoluto implicado en las palabras mismas, y ciertamente nunca suscrito por él, ni por sus camaradas de ideas. Sin embargo, esta es una de las bromas más comunes que el Progreso le hace a aquellos que piensan que son capaces de ponerle límite y medida. Una y otra vez, nombres, frases, consignas y lemas, han sido puestos al revés, volteados para abajo y de lado, por ocurrencias fuera del control de aquellos que usan las expresiones en su sentido original; y. aún más, aquellos que tenazmente se han mantenido en sus posiciones, y han insistido en ser oídos, al final se han encontrado con que el período de la incomprensión y el prejuicio no ha sido sino el preludio de una más amplia investigación y comprensión. Pienso que tal es el caso en la actual confusión en torno al término Acción Directa, el cual a través de la incomprensión o la deliberada deformación de ciertos periodistas de Los Ángeles, en el momento en que los McNamaras se declararon culpables, adquirió, de pronto, en la mente del público el significado de «Ataques por la Fuerza contra la Vida y la Propiedad.» Esto fue o muy ignorante o muy deshonesto por parte de los periodistas; pero ha tenido el efecto de despertar la curiosidad de mucha gente por conocer todo lo que tiene que ver con la acción directa. De hecho, aquellos que con tanto fervor y desatino la condenan, podrán encontrar, al examinarlo, que ellos mismos en muchas ocasiones han practicado la acción directa, y que lo seguirán haciendo. Toda persona que alguna vez haya pensado que tenía el derecho de expresarse, y resultamente procedió a hacerlo, solo o con quienes compartían sus convicciones, ha sido un practicante de la Acción Directa. Recuerdo que, hace unos treinta y tantos años, el Ejército de Salvación2 practicaba vigorosamente la acción directa para mantener la libertad de sus miembros de expresarse, reunirse y rezar. Una y otra vez fueron arrestados, multados y puestos en prisión; pero continuaron cantando, orando y marchando hasta que finalmente obligaron a sus perseguidores a dejarlos en paz. Los Trabajadores Industriales3 llevan hoy la misma lucha, y en una más de una ocasión, por medio de esas mismas tácticas directas, han obligado a los funcionarios a dejarlos en paz. Toda persona que alguna vez haya planeado hacer algo, y fue y lo hizo; o bien, que haya presentado un plan ante otros, ganando su cooperación para realizarlo sin tener que dirigirse a autoridades externas para pedirles que por favor lo realizaran por ellos, ha sido un practicante de la acción directa4. Todos los experimentos cooperativos son esencialmente, acción directa. Toda persona que alguna vez en su vida haya tenido que resolver una diferencia con otro, y se dirigió directamente a esa u otras personas involucradas para resolverla, ya sea de manera pacífica o no, ha sido un practicante de la acción directa. Ejemplos de acciones de ese tipo lo son las huelgas y los boicots; muchas personas recordarán la acción de las amas de casa de Nueva York que boicotearon a los carniceros5, y lograron que se bajase el precio de la carne. En el presente parece divisarse un boicot a la mantequilla, como respuesta directa a los que ponen los precios de ese producto. Estas acciones por lo general no se deben a que alguien se ha puesto a pensar sesudamente acerca de los méritos de lo directo o de lo indirecto de la acción, sino que son recursos espontáneos de quienes se sienten oprimidos por una situación. En otras palabras, todo el mundo es, la más de las veces, creyente en el principio de la acción directa, y lo practica. Sin embargo, la mayoría de la gente también practica la acción indirecta o política. Y hace ambas cosas al mismo tiempo, sin hacer un análisis profundo de la una o de la otra. Sólo hay un número limitado de gente que evita la acción política en todas las circunstancias; pero no hay nadie, nadie en absoluto, que haya sido tan «imposible» como para evitar todo tipo de acción directa. La mayoría de la gente pensante es en realidad oportunista, ora quizá inclinándose más hacia la acción directa, ora hacia la indirecta en términos generales, pero en realidad usa ambos medios cuando la situación así lo amerita. Es decir, que están aquellos que sostienen que llevar al poder a los gobernantes a través de los votos es una cosa esencialmente estúpida y errónea, pero que sin embargo bajo la presión de circunstancias especiales estarían dispuestos a considerar que lo más sabio es votar por tal o cual individuo para determinado puesto en esa ocasión particular. O, también, aquellos que creen que, en general, la forma más sabia para que la gente consiga lo que quiere es el método indirecto de votar por alguien que legalice lo que quieren; pero que sin embargo, ocasionalmente y bajo condiciones excepcionales aconsejan una huelga; y una huelga, como ya lo he dicho, es acción directa. O bien, hacen lo que los agitadores del Partido Socialista (que hoy en día, en su mayoría se proclaman contrarios a la acción directa) hicieron el verano pasado, cuando la policía estaba interrumpiendo sus actos. Fueron a los lugares de reunión como una fuerza, preparados para hacer sus discursos, sí o sí, y lograron hacer retroceder a la policía. Y aunque eso no resultaba lógico de su parte, el oponerse así a los guardianes legales de la voluntad de la mayoría, fue una perfecta y exitosa muestra de acción directa. Los que, por la esencia de sus convicciones están comprometidos con la Acción Directa únicamente son ¿quiénes?, pues, los no-resistentes; ¡precisamente aquellos que no creen para nada en la violencia! Ahora, por favor no cometan el error de inferir de esto que la acción directa quiere decir no-resistencia; nada de eso. La acción directa puede ser el extremo de la violencia, o puede ser tan pacífica como las aguas mansas del arroyuelo de Shiloa. Lo que quiero decir es que los no-resistentes sólo pueden creer en la acción directa y nunca en la acción política. Porque la base de toda acción política es la coerción; aun cuando el Estado hace cosas buenas, en última instancia depende del garrote, la pistola o la prisión para que su poder las ponga en práctica. Hoy en día, cada niño en edad escolar en los Estados Unidos ha tenido noticia de la acción directa de ciertos no-resistentes a través de sus clases de historia. El caso que inmediatamente todo el mundo recuerda es el de los primeros Cuáqueros6 que llegaron a Massachusetts. Los Puritanos habían acusado a los Cuáqueros de «perturbar al mundo con su prédica por la paz.» Ellos (los Cuáqueros) se negaron a pagar los impuestos de esa iglesia, se negaron a portar armas, y se negaron a jurar lealtad a cualquier tipo de gobierno (y al hacerlo se convertían en practicantes de la acción directa, o lo que podríamos llamar practicantes de la acción directa negativa). De modo que los Puritanos, siendo practicantes de la acción política, aprobaron leyes para excluirlos, deportarlos, multarlos, encarcelarlos, mutilarlos y finalmente, mandarlos a la horca. Y los Cuáqueros regresaban una y otra vez (lo que era una acción directa de tipo positivo); y la historia registra que luego del ahorcamiento de cuatro Cuáqueros, y de que el cuerpo de Margaret Brewster7 hubiese sido arrastrado por un carro por las calles de Boston, «los Puritanos renunciaron a seguir intentando silenciar a los nuevos misioneros»; que «la persistencia de los Cuáqueros y su no-resistencia habían ganado la batalla.» Otro ejemplo de acción directa en la temprana historia colonial, pero esta vez para nada del tipo pacífico, fue el incidente conocido como la Rebelión de Bacon8. Todos nuestros historiadores defienden, por cierto, la acción de los rebeldes en ese incidente, porque éstos tenían razón. Y sin embargo, se trató de un caso de acción directa violenta contra una autoridad legalmente constituida. Para aquellos que hayan olvidado los detalles, déjenme recordarles brevemente que los agricultores de Virginia temían, con razón, una ofensiva general de los indios. Siendo activistas políticos pidieron, o Bacon como su dirigente pidió, que el gobernador le otorgase un mandato para reclutar voluntarios para su propia defensa. El gobernador temía, también con razón, que una compañía de hombres armados así se convirtiese en una amenaza en su contra. El gobernador rechazó la petición. Como consecuencia, los agricultores recurrieron a la acción directa. Reclutaron voluntarios sin el mandato, y lograron repeler a los indios. Bacon fue declarado traidor por el gobernador, pero dado que la gente lo apoyaba, el gobernador tuvo miedo de proceder contra él. Al final, sin embargo, las cosas llegaron al punto tal de que los rebeldes incendiaron Jamestown; y de no haber sido por la muerte de Bacon, mucho más se habría podido lograr. Por supuesto, la reacción fue muy cruenta, tal y como suele suceder cada vez que una rebelión colapsa o es aplastada. Sin embargo, durante el breve período de éxito, logró corregir muchos abusos. Estoy segura que los que abogaban por la acción política a toda costa en aquellos tiempos, después de que la reacción regresó al poder deben de haber dicho: «¡Vean los males que la acción directa nos ha traído! Qué desgracia, el progreso de la colonia ha retrocedido veinticinco años;» olvidando que, si los colonos no hubiesen recurrido a la acción directa, sus cabelleras habrían sido arrancadas por los indios un año antes, en vez de que un cierto número de ellos hubiesen sido ahorcados por el gobernador un año después. En el período de agitación y excitación que precedió a la revolución, hubo todo tipo de acciones directas, desde las más pacíficas hasta las más violentas; y creo que casi todos los que han estudiado la historia de los Estados Unidos encuentra en el recuento de esas actividades la parte más interesante de dicha historia, la parte que más fácilmente se graba en la memoria. Entre las acciones pacíficas que tuvieron lugar, estuvieron los acuerdos de no-importación, las ligas para usar telas hiladas en el país y los «comités de correspondencia.»9 A medida que el crecimiento inevitable de las hostilidades se fue incrementando, se desarrolló la acción directa violenta; por ejemplo, la destrucción de los sellos de impuestos, o las acciones referentes a los barcos de té, ya sea el no permitir el desembarco del té, su almacenamiento en lugares inundados, o el arrojarlo al agua del puerto, como en Boston10, o el obligar al dueño del barco carguero a incendiar su propia nave, como se hizo en Annapolis11. Todas estas son acciones que nuestros libros de texto más comunes registran, ciertamente no de manera condenatoria, ni tampoco de manera apologética, aunque todas ellas sean hechos de acción directa contra la autoridad legalmente constituida y los derechos de propiedad. Si llamo la atención sobre ellas y otras de naturaleza similar, es para probar a los repetidores irreflexivos de palabras que la acción directa siempre ha sido usada, y goza de la sanción histórica de la misma gente que hoy en día la reprueba. Se dice que George Washington fue el dirigente de la liga de no-importación de los agricultores de Virginia; hoy en día probablemente habría sido «llamado al orden» por una corte por haber formado una liga así; y en caso de haber persistido en el intento, habría sido multado por desacato. Cuando el gran conflicto entre el Norte y el Sur se ponía más caliente, una vez más fue la acción directa la que precedió y precipitó la acción política. Y hasta podría afirmar que la acción política nunca tiene lugar, y ni siquiera es contemplada hasta que las mentes adormecidas son despertadas por actos directos de protesta contra las condiciones existentes. La historia del movimiento contra la esclavitud y la Guerra Civil es una de las más grandes paradojas, aunque la Historia sea una cadena de paradojas. Políticamente hablando, fueron los estados esclavistas los que representaban una mayor libertad, por la autonomía de los Estados individuales contra la interferencia de los Estados Unidos; políticamente hablando, eran los Estados no-esclavistas los que representaban un gobierno fuerte y centralizado el que, los secesionistas lo decían y con razón, estaba destinado a evolucionar progresivamente hacia formas más y más tiránicas. Eso fue lo que ocurrió. Desde el fin de la primera Guerra Civil, hubo una continua incorporación al poder federal de las atribuciones que originariamente correspondían a los Estados individuales. Los esclavos-asalariados, en sus luchas de hoy, son continuamente llevados a conflicto con ese poder centralizado contra el cual protestaba el esclavista (con la libertad en los labios y la tiranía en el corazón). Éticamente hablando, eran los estados no-esclavistas los que de modo general representaban una mayor libertad humana, mientras que los secesionistas representaban la esclavitud racista. Esto sólo de un modo general; o sea, puesto que la mayoría de los norteños, no estando acostumbrados a estar rodeados por la presencia real de la esclavitud de los negros, pensaban que probablemente era un error; aunque no mostraban tanto fervor en abolirla. Sólo los Abolicionistas, y estos eran relativamente pocos, fueron los éticos genuinos, para los cuales la esclavitud en sí -no la secesión o la unión- era la cuestión principal. De hecho, les era tan fundamental, que una cantidad considerable de los mismos estaba a favor de la disolución de la unión, promoviendo el que el Norte tomase la iniciativa en esa cuestión para que los norteños pudiesen sacudirse la vergüenza de mantener negros encadenados. Por supuesto, había todo tipo de gentes con todo tipo de temperamentos entre aquellos que abogaban por la abolición de la esclavitud. Había cuáqueros como Whittier12 (sin duda, eran los cuáqueros que estaban por la paz a toda costa los que habían abogado por la abolición en los días tempranos de la colonia); había políticos moderados activos, que estaban a favor de comprar la libertad de los esclavos como el método más barato; y había gente extremadamente violenta, que creían en y hacían todo tipo de actos violentos. En cuanto a lo que hicieron los políticos, hay una larga lista de «cómo-hacer-para-no-hacer;» un récord de treinta años de compromisos, negociaciones e intentos de dejar las cosas como estaban, y de repartir migajas a ambos bandos cuando nuevas condiciones demandaban hacer algo, o hacer de cuenta que se hacía algo. Pero «las estrellas en sus órbitas lucharon contra Sísara;»13 el sistema se estaba resquebrajando desde adentro y, a su vez, los partidarios de la acción directa desde el exterior ensancharon las grietas implacablemente. Entre las distintas expresiones de rebelión directa estuvo la organización del «ferrocarril clandestino.»14 La mayoría de la gente que perteneció a ella creía en ambas formas de acción; pero no importa cuánto se adhirieran teóricamente a la idea del derecho de la mayoría de promulgar y hacer cumplir las leyes, en ese punto no creían en ella. Mi abuelo fue miembro de la «clandestinidad;» ayudó a más de un esclavo fugitivo a escapar hacia Canadá. Él era un hombre muy paciente y obediente de las leyes en la mayoría de los aspectos, aunque a menudo he pensado que él respetaba la ley porque no había tenido mucho contacto con ella; siempre llevando una vida de pionero, por lo general la ley estaba bastante lejos de él, y la acción directa era un imperativo. Sea como fuere, respetuoso de la ley o no, no tenía el más mínimo respeto por las leyes esclavistas, no importa que hubiesen sido decididas por una mayoría de diez a uno, y violó conscientementee cada una de las que se les cruzaron en el camino. Hubo momentos en que la operación de la «clandestinidad» requería de la violencia, y se hacía uso de ella. Recuerdo el relato de una vieja amiga que me contaba cómo ella y su madre montaban guardia toda la noche tras la puerta, mientras que un esclavo que estaba siendo buscado por las patrullas se escondía en el sótano; y aunque eran descendientes y simpatizantes de los cuáqueros, tenían una escopeta encima de la mesa. Afortunadamente, esa noche no necesitaron hacer uso de ella. Cuando se aprobó la ley de los esclavos fugitivos15 con la ayuda de los políticos del Norte que querían ofrecer una nueva migaja a los esclavistas, los practicantes de la acción directa se lanzaron a rescatar fugitivos recapturados. Tuvieron lugar el «rescate de Shadrach»16 y el «rescate de Jerry,»17 los participantes en este último estuvieron dirigidos por el famoso Gerrit Smith18; así como muchos otros intentos de rescate exitosos y fallidos. Todavía los políticos siguieron perdiendo el tiempo y tratando de limar asperezas, y los abolicionistas fueron denunciados y vituperados por los pacificadores ultra obedientes de la ley, prácticamente de la misma forma en que William D. Haywood y Frank Bohn19 son ahora denunciados por su propio partido. El otro día leí un comunicado en el Chicago daily Socialist del secretario local del Partido Socialista de Louisville al secretario nacional, pidiéndole que sustituyesen a Bohn -que había sido anunciado como orador allí- por otro, seguro y en su sano juicio. Al explicar el porqué, el Sr. Dobbs menciona una cita de la charla de Bohn: «Si los McNamaras hubiesen tenido éxito al defender los intereses de las clases trabajadoras, habrían tenido razón, tanta como la habría tenido John Brown de haber tenido éxito en liberar a los esclavos. El único crimen de John Brown20 fue la ignorancia, así como la ignorancia fue el único crimen de los McNamaras.» Seguidamente, el Sr. Dobbs comenta lo siguiente: «Cuestionamos enfáticamente las afirmaciones aquí vertidas. El intento de trazar un paralelo entre la abierta -aunque equivocada- rebelión de John Brown, por un lado, y los métodos secretos y asesinos de los McNamaras por el otro, no sólo es un indicador de lo superficial de su razonamiento, sino altamente engañoso en cuanto a las conclusiones lógicas que se pueden derivar de dichas afirmaciones.» Evidentemente, el Sr. Dobbs es muy ignorante acerca de la vida y obra de John Brown. John Brown era un hombre de violencia; se habría burlado de los intentos de cualquiera por hacer de él otra cosa. Y una vez que una persona se convierte en creyente de la violencia, sólo le es importante la forma más efectiva de aplicarla, lo que sólo puede ser determinado por el conocimiento de las condiciones y los medios a su disposición. John Brown para nada se amilanaba ante los métodos conspirativos. Aquellos que hayan leído la autobiografía de Frederick Douglass21 y las Reminiscencias de Lucy Colman22, recordarán que uno de los planes diseñados por John Brown era el de organizar una cadena de campamentos armados en las montañas de West Virginia, Carolina del Norte y Tennessee, enviar emisarios secretos entre los esclavos incitándoles a huir hacia esos campamentos y allí concertar medidas de acuerdo a lo que permitiesen los tiempos y las condiciones para fomentar la rebelión entre los negros. El que dicho plan haya fallado se debió a la debilidad del deseo de libertad entre los esclavos mismos, más que a ninguna otra cosa. Más tarde, cuando los políticos en su infinita taimadez produjeron una propuesta sobre «cómo-no-hacerlo,» conocida como el Acta de Kansas-Nebraska23, que dejó al libre albedrío de los colonos la cuestión de la esclavitud, los practicantes de la acción directa de ambos bandos enviaron colonos falsos al territorio, que continuaron la lucha. Los hombres a favor de la esclavitud, que llegaron primero, hicieron una constitución que reconocía la esclavitud y una ley que penaba con la muerte a cualquiera que ayudase a escapar a un esclavo; pero los Free Soilers24, que se habían demorado un poquito más en llegar por venir desde estados más lejanos, hicieron una segunda constitución y se negaron del todo a reconocer las leyes de la otra parte. Y John Brown estuvo allí, mezclado en toda esa violencia, tanto conspirativa como abierta; era un «ladrón de caballos y asesino» a los ojos de los actores políticos decentes y pacíficos. Y no cabe duda de que robó caballos, sin enviar señal alguna por adelantado de sus intenciones de robarlos, y de que mató hombres que estaban a favor de la esclavitud. Atacó y logró huir muchas veces antes de su intento final en Harper’s Ferry. Si no usó dinamita, fue porque entonces la dinamita aún no había surgido como un arma práctica. Hizo muchos más ataques premeditados contra la vida que los dos hermanos que el Secretario Dobbs condena por sus «métodos asesinos.» Y, sin embargo, la historia no ha dejado de comprender a John Brown. La humanidad sabe que a pesar de que él era un hombre violento, con sangre humana en sus manos, que era culpable de alta traición y que fue colgado por ello, sin embargo, su alma era grande, fuerte, generosa, incapaz de soportar el aterrador crimen de mantener a 4,000,000 de personas como bestias estúpidas, y que pensó que el hacer la guerra contra eso era un deber sagrado, divino (porque John Brown era un hombre muy religioso – un presbiteriano). Es a través y por esas acciones directas de los precursores del cambio social, ya sean de naturaleza pacífica o bélica, que la Conciencia Humana, la conciencia de las masas, se agita hacia la necesidad del cambio. Sería muy estúpido decir que nada bueno resulta jamás de la acción política; a veces surgen cosas positivas por ese camino. Pero nunca hasta que la rebelión individual, seguida de la rebelión de masas, lo haya forzado. La acción directa siempre es la que lanza el grito de protesta, la iniciadora, a través de la cual la gran masa de los indiferentes toma conciencia de que la opresión se torna insoportable. Hoy tenemos opresión en la tierra, — y no sólo en esta tierra, sino en todos aquellos rincones del mundo que disfrutan de los tan engañosos frutos de la Civilización. E igual que con la cuestión de la esclavitud, también esta forma de esclavitud ha venido engendrando, tanto la acción directa como la acción política. Una cierta fracción de nuestra población (probablemente mucho más pequeña que la que los políticos acostumbran mencionar en los mítines políticos) está produciendo la riqueza material de la que el resto de nosotros vivimos; así como eran 4,000,000 de esclavos los que sostenían a la masa de parásitos que tenían encima. Estos son los trabajadores industriales y agrícolas. A través de la no profetizada y improfetizable operación de instituciones que ningún individuo entre nosotros ha creado, sino que encontró ya existentes al llegar a este mundo, la parte absolutamente más esencial de toda la estructura social, sin cuyos servicios nadie puede ni comer, ni vestirse o protegerse de los elementos, son justamente aquellos que reciben menos comida, vestimenta y alojamiento — para no mencionar su porción de los demás beneficios sociales que el resto de nosotros supuestamente deberíamos recibir, como educación y gozo artístico. Esos trabajadores, de una u otra forma, han reunido mutuamente sus fuerzas para ver qué mejoras en sus condiciones podían conseguir; primeramente, por medio de la acción directa, y luego por la acción política. Hemos tenido la Granja25, la Alianza de Granjeros26, Asociaciones Cooperativas, Experimentos de Colonización, los Caballeros del Trabajo27, Sindicatos y los Trabajadores Industriales del Mundo. Todas esas organizaciones se han formado con el propósito de arrancar de los amos del campo económico un salario un poco mejor, unas condiciones un poco mejores, o una jornada de trabajo un poco más corta; o, por otro lado, para resistir una reducción en los salarios, peores condiciones o jornadas laborales más largas. Ninguna de ellas ha intentado alcanzar una solución final a la guerra social. Ninguna de ellas, excepto los Trabajadores Industriales, ha reconocido que existe una guerra social, inevitable mientras persistan las presentes condiciones legales y sociales. Aceptaron las instituciones de la propiedad tal y como las encontraron. Han estado formadas por hombres promedio, con deseos promedio, y se han dedicado a hacer cosas que les parecían posibles y muy razonables. No estuvieron comprometidos con una visión política particular cuando se organizaron, pero se asociaron, por iniciativa propia, para la acción directa, ya sea positiva o defensiva. Indudablemente que en todas estas organizaciones hubo y hay miembros que veían más allá de las demandas inmediatas; que vieron que el desarrollo continuo de las fuerzas ahora en operación está ligado a la creación de condiciones a las que sería imposible que la vida pudiese continuar sometida, y contra las que, por lo tanto, protestaría, y protestaría violentamente; pues no tendría otra elección; que debiera hacerlo o de lo contrario perecería mansamente; y dado que no está en la naturaleza de la vida el rendirse sin dar batalla, no morirá mansamente. Hace veintidós años encontré gente de la Alianza de Granjeros que hablaban así, Caballeros del Trabajo que hablaban así, sindicalistas que hablaban así. Querían objetivos más amplios que aquellos perseguidos por sus organizaciones, pero tuvieron que aceptar a sus compañeros tal y como eran, y tratar de motivarlos a trabajar por cosas que eran posibles de ver para ellos. Y lo que ellos podían ver eran mejores precios, mejores salarios, condiciones de trabajo menos peligrosas y tiránicas, jornadas más cortas. En el grado de desarrollo en el que esos movimientos surgieron, los trabajadores agrícolas no podían ver que su lucha tuviese nada que ver con las luchas de aquellos involucrados en la manufactura o en el transporte; tampoco éstos últimos podían ver que su lucha tuviese nada en común con la de los granjeros. Y es que aún hoy muy pocos ven eso. Todavía tienen que aprender que hay una lucha común contra aquellos que se han apropiado de la tierra, el dinero y las máquinas. Desafortunadamente, la gran organización de los granjeros se malgastó en una carrera estúpida por el poder político. Tuvo bastante éxito en conseguir el poder en varios Estados; pero las cortes declararon inconstitucionales sus leyes, y esa fue la fosa sepulcral de todas sus conquistas políticas. Su programa original era el de construir sus propios silos, sacándolos del mercado hasta poder librarse de los especuladores. Lo mismo en cuanto a la organización de intercambios de mano de obra, emitiendo bonos de crédito sobre los productos depositados para el intercambio. Si se hubiera mantenido fiel a este programa de ayuda mutua directa habría podido ser, hasta cierto punto y al menos por un tiempo, un ejemplo de cómo la humanidad se puede liberar del parasitismo de banqueros e intermediarios. Por supuesto, al final habría sido derrotado, a menos que hubiese revolucionado las mentes de los hombres con el ejemplo del derrocamiento del monopolio legal de la tierra y el dinero; pero al menos habría cumplido un gran fin educativo. En la realidad, siguió un espejismo y se desintegró a causa sólo de su futilidad. Los Caballeros del Trabajo fueron declinando hasta alcanzar una relativa insignificancia, no por no haber hecho uso de la acción directa, ni tampoco por su manoseo político, que fue menor, sino principalmente porque eran una masa heterogénea de trabajadores que no pudo unir sus esfuerzos de manera eficaz. Los sindicatos ganaron en fuerza a medida que los Caballeros del Trabajo se hundían, y la han seguido incrementando, lenta pero persistentemente. Es verdad que ese crecimiento ha fluctuado; que han habido retrocesos, que grandes organizaciones se han formado para volver a dispersarse. Pero en conjunto, los sindicatos han sido una fuerza creciente. Lo han sido, porque, tan pobres como son, tan ineficientes como son, son un medio a través del cual un sector de trabajadores ha sido capaz de unir sus fuerzas para enfrentar directamente a sus amos, y lograr para sí al menos una parte de lo que querían –o de lo que las condiciones les dictaban que debían tratar de lograr. La huelga es su arma natural, la que ellos mismos han forjado. Es el golpe directo de la huelga el que es temido por el patrón nueve de cada diez veces. (Por supuesto, hay ocasiones en las que se alegra por una huelga, pero eso no es lo común). Y la razón por la que le tiene terror a las huelgas, no es tanto porque piense que no puede derrotarlas, sino lisa y llanamente porque no quiere una interrupción de sus negocios. El patrón ordinario no le tiene mucho miedo al «voto con conciencia de clase;» hay muchos talleres en los que uno puede hablar acerca del Socialismo o de cualquier otro programa político a lo largo del día; pero si uno empieza a hablar de sindicatos es de esperarse que lo despidan de inmediato, o al menos que le adviertan que se cierre la boca. ¿Por qué? No porque el patrón sea tan inteligente como para saber que la acción política es una ciénaga en la que el trabajador se empantana, o porque entienda que el socialismo rápidamente se está convirtiendo en un movimiento de clase media; nada de eso. Él piensa que el socialismo es una cosa muy mala; ¡pero que es una buena salida! Pero sabe que si su taller se sindicaliza, va a tener problemas de inmediato. Sus manos se le pondrán rebeldes, tendrá que entrar en gastos para mejorar las condiciones de la fábrica, no podrá despedir a los trabajadores que no le agraden, y en caso de huelga podría esperar daños a su maquinaria o sus edificios. Se dice a menudo, y lo repiten como loros, que esos patrones tienen «conciencia de clase,» que se mantienen unidos por interés de clase, y que están dispuestos a soportar cualquier pérdida personal antes que traicionar esos intereses. No es así en lo absoluto. La mayoría de la gente de negocios es igual que la mayoría de los trabajadores; se preocupa mucho más por sus pérdidas o beneficios personales que por los de su clase. Y es su pérdida individual la que el patrón ve cuando es amenazado por un sindicato. Ahora todo el mundo sabe que una huelga de cualquier tamaño significa violencia. No importa qué preferencia ética por la paz se tenga, se sabe que no será pacífica. Si es una huelga de telégrafos, significa cortar cables y postes, y meter falsos esquiroles para que saboteen los instrumentos. Si es una fábrica de chapas de acero, significa golpear a los rompehuelgas, romper las ventanas, desajustar las válvulas, y destruir las costosas prensas junto con toneladas y toneladas de material. Si es una huelga de mineros, significa destruir líneas férreas y puentes y volar instalaciones. Si es una huelga de los trabajadores de la confección, significa montar un incendio inimputable, lanzar una lluvia de piedras a través de una ventana aparentemente inaccesible, o tal vez un trozo de ladrillo sobre la cabeza de dueño mismo. Si es una huelga de tranvías, significa vías destrozadas o barricadas formadas con el contenido de carros de hollín o de deshechos de comida para cerdos, con vagones desechados o cercas robadas; significa vagones incendiados o chocados e interruptores apagados. Si es una huelga de la federación del sistema [de trenes], significa motores «muertos», motores que arden impredeciblemente, vagones de carga descarrilados y trenes retrasados. Si es una huelga de la construcción, significa estructuras dinamitadas. Y siempre, en todas partes, todo el tiempo, peleas entre los rompehuelgas y esquiroles contra los huelguistas y sus simpatizantes, entre el Pueblo y la Policía. Por parte de los patrones, significa focos rastreadores, vallas electrificadas, fortificaciones, barracas, detectives y agentes provocadores, raptos violentos y deportaciones, y todos y cada uno de los instrumentos que sean capaces de imaginar para su protección, además del recurso último de la policía, la milicia, la gendarmería del Estado y las tropas federales. Todo el mundo sabe esto; todos sonríen cuando los funcionarios del sindicato hacen el llamado a sus organizaciones para que sean pacíficas y respeten la ley, porque todo el mundo sabe que están mintiendo. Ellos saben que se usa la violencia, tanto secreta como abiertamente; y saben que se usa porque los huelguistas no pueden hacer otra cosa, sin rendir la lucha. Tampoco se equivocan aquellos que recurren a la violencia bajo la presión de delincuentes destructivos que hacen lo que hacen por maldad innata. La gente en general comprende que hace esas cosas, bajo la dura lógica de una situación que ellos no crearon, pero que les obliga a esos ataques como algo bueno en su lucha por vivir o caer en el descenso sin fondo hacia la pobreza, que hace que la Muerte los encuentre en el hospital de pobres, las calles de la ciudad, o las aguas sucias del río. Esta es la terrible alternativa que los trabajadores enfrentan; y esto es lo que hace que los seres humanos de la disposición más amable – hombres que se desviarían de su camino por ayudar a un perro herido, o que llevarían a casa a un gatito extraviado y darle leche, o que se harían a un lado para no aplastar a un gusano – echen mano de la violencia contra sus congéneres. Ellos saben, porque lo hechos se lo han enseñado, que ésta es la única manera de ganar, si es que acaso piensan ganar. Y siempre me ha parecido que una de las cosas más extremadamente ridículas y absolutamente irrelevantes que una persona puede decir o hacer, cuando un huelguista que enfrenta una determinada situación se le acerca en busca de consuelo o asistencia, es el responderle «¡Vota para tomar el poder!» cuando faltan seis meses o un año para la próxima elección. Desafortunadamente, la gente que mejor sabe cómo usar la violencia en la guerra sindical no puede salir y decir: «En tal fecha, en tal lugar, se hizo tal y cual acción específica, y como resultado se consiguieron tales y cuales concesiones, o tal o cual patrón tuvo que capitular.» Hacerlo pondría en peligro su libertad y su poder para seguir luchando. Por lo tanto, aquellos que más saben deben mantener silencio y sonreír para sus adentros, mientras que aquellos que poco saben dirán cualquier cosa. Los hechos y no las palabras, deben dejar claras sus posiciones. Y ha habido mucha cháchara en las últimas semanas. Oradores y escritores, honestamente creo yo, convencidos de que solamente la acción política puede ganar la batalla de los trabajadores, han estado denunciando lo que complacidos en llamar la «acción directa» (cuando lo que en realidad quieren decir es violencia conspirativa) como la responsable directa de un sinnúmero de daños al movimiento. Un tal Oscar Ameringer28, por ejemplo, dijo recientemente en un mitin en Chicago que la bomba de Haymarket del ’86 había retrasado veinticinco años el movimiento por las ocho horas de trabajo, argumentando que el movimiento habría tenido éxito en ese entonces de no haber sido por la bomba. Eso es un gran error. Nadie puede medir exactamente en años y horas el efecto de un golpe hacia adelante o de una reacción. Nadie puede demostrar que el movimiento de las ocho horas habría ganado hace veinticinco años. Sabemos que la jornada de ocho horas fue incluida en las leyes de Illinois en 1871 por medios políticos, y que desde entonces ha sido letra muerta. Que la acción directa de los trabajadores pudo haberla ganado en ese entonces es algo que no puede ser probado; pero si se puede demostrar que factores mucho más poderosos que la bomba de Haymarket operaban en su contra. Por otro lado, si la influencia negativa de la bomba en realidad hubiese sido tan poderosa, sería de esperar, naturalmente, que las condiciones laborales y sindicales fuesen peores en Chicago que en otras ciudades en las que no sucedieron ese tipo de cosas. Al contrario, las condiciones laborales, aún con lo malas que son, son mejores, en general, en Chicago que en las demás ciudades grandes, y el poder de los sindicatos es mayor allí que en cualquier otra ciudad de los Estados Unidos excepto San Francisco. De modo que, si podemos sacar alguna conclusión acerca de la bomba de Haymarket, hay que tener en mente estos hechos. Personalmente, no creo que su influencia sobre el movimiento sindical, en tanto que tal, haya sido tan importante. Lo mismo ocurrirá con el actual furor acerca de la violencia. Nada ha cambiado en lo fundamental. Dos hombres han sido enviados a prisión por lo que hicieron (hace veinticuatro años los ahorcaban por lo que no habían hecho); unos pocos más podrían ir a la cárcel. Pero las fuerzas de la vida continuarán rebelándose contra las cadenas económicas. Esa revuelta no cesará, no importa qué electores voten o dejen de votar, hasta que las cadenas se rompan. ¿Y cómo se romperán las cadenas? Los partidarios de la acción política nos dicen que eso ocurrirá sólo por medio de la acción electoral del partido de la clase trabajadora; al votar ellos mismos por la posesión de las fuentes de la vida y las herramientas; al votar porque que quienes hoy controlan los bosques, las minas, los ranchos, las vías fluviales, los depósitos y las fábricas, y que de la misma forma controlan el poder militar que los defiende, entreguen su dominio al pueblo. ¿Y mientras tanto? Mientras tanto, ¡sed apacibles, industriosos, obedientes de la ley, pacientes y frugales (como Madero les dijo a los peones mexicanos que fueran, después de haberlos vendido a Wall Street29)! Aun cuando algunos de vosotros seáis pobres, no os levantéis contra ello, porque eso podría «hacer retroceder al partido.» Bueno, ya he dicho que, ocasionalmente, algo bueno se logra por medio de la acción política — y no necesariamente por la acción del partido de la clase trabajadora. Pero estoy de sobra convencida de que los beneficios ocasionales están más que contrabalanceados por los males; tanto como estoy convencida de que aunque hayan males ocasionales como resultado de la acción directa, son más que compensados por los beneficios. Casi todas las leyes que fueron originariamente elaboradas con la intención de beneficiar a los pobres, o se volvieron armas en manos de sus enemigos, o se volvieron letra muerta, a no ser que los trabajadores a través de sus organizaciones hayan obligado directamente a su observancia. Así que, al final, es en la acción directa en la que siempre hay que apoyarse. Como un ejemplo del lado viscoso de la ley, basta echar un vistazo a la ley contra los monopolios, la que supuestamente iba a beneficiar al pueblo en general y a la clase trabajadora en particular. Hace unas dos semanas, cerca de 250 dirigentes sindicales fueron citados para responder por el cargo de ser creadores de monopolios, como respuesta del [Ferrocarril] Central de Illinois a sus huelgas. Pero el daño de absolutizar la fe en la acción indirecta es mucho mayor que cualquiera de tales resultados menores. El mal principal es que destruye la iniciativa, apaga el espíritu individual de rebelión, enseña a la gente a depender de que otro haga por ellos lo que deberían hacer por sí mismos; finalmente, convierte en orgánica la idea anómala de que amasando indolencia hasta conseguir una mayoría, y a través de la magia peculiar de tal mayoría, esta indolencia será transformada en energía. O sea, que la gente que, como individuos han perdido el hábito de atacar por si mismos, que se han sometido a todas las injusticias mientras que esperan ver crecer a la mayoría, ¡va a metamorfosearse en explosivos humanos de alta potencia por un mero proceso de empaquetado! Estoy por completo de acuerdo en que las fuentes de la vida, y toda la riqueza material de la tierra, y las herramientas necesarias para la producción cooperativa deben volverse accesibles a todos libremente. Estoy absolutamente cierta de que los sindicatos deben ampliar y profundizar sus propósitos o perecerán, y estoy segura de que la lógica de la situación les obligará a entenderlo así gradualmente. Deben aprender que los problemas de los trabajadores jamás podrán resolverse por medio de golpizas a los rompehuelgas, mientras que su propia política de mantener altas cuotas para sus miembros y otras restricciones ayuden a que sigan existiendo rompehuelgas. Deben aprender que la vía del crecimiento no pasa tanto por la elevación de los salarios sino por la disminución de la jornada, la que les posibilitara incrementar su membresía, aceptar a todos los que estén dispuestos a entrar al sindicato. Deben aprender que, si quieren ganar batallas, todos los trabajadores aliados deben actuar juntos, actuar rápidamente (sin rendir cuentas a jefe alguno), y mantener su libertad de seguir haciéndolo en todo momento. Y, por último, deben aprender que aún entonces (cuando hayan logrado una completa organización) no pueden ganar nada permanente a menos que luchen por todo — no por un salario, no por una mejora parcial, sino por toda la riqueza natural del planeta. ¡Y proceder a la expropiación directa de toda ella! Deben aprender que su poder no reside en su fuerza electoral, que su poder reside en su capacidad de detener la producción. Es un grave error el suponer que los asalariados constituyen la mayoría de los votantes. Los asalariados están hoy aquí y mañana allá, y eso les impide votar a un gran número; un alto porcentaje de ellos en este país son extranjeros sin derecho al voto. La prueba más patente de que los dirigentes socialistas saben que esto es así, es que ellos en cada momento adaptan su propaganda para ganar el apoyo de los negociantes, del pequeño inversionista. Sus periódicos de campaña proclamaban que sus periodistas habían recibido la seguridad por parte de los compradores de bonos de Wall Street de que estarían igual de dispuestos a comprar bonos de [la ciudad de] Los Ángeles de un administrador socialista, como lo estarían de uno capitalista; que la actual administración de Milwakee30 había sido una bendición para el pequeño inversionista; sus despachos aseguran a los lectores de esa ciudad que no necesitamos ir a las grandes tiendas de departamentos a comprar — sino que en tal o cual negocio de Milwakee Avenue, satisfaceremos nuestras necesidades como lo hace una «gran casa comercial.» En suma, están haciendo hasta el último desesperado esfuerzo para ganar el apoyo y prolongar la vida de esa clase media que la economía socialista dice debe ser hecha añicos, porque saben que no pueden conseguir una mayoría sin ella. Lo más que un partido de la clase trabajadora puede a hacer, siempre que sus políticos se mantengan honestos, es formar una fuerte facción en las legislaturas, la que quizá, al combinar su voto con el de una u otra facciones, gane ciertos paliativos políticos o económicos. Pero lo que la clase trabajadora puede hacer, una vez que se convierte en una organización sólida, es mostrarle a la clase de los poseedores, a través de un súbito paro de todo trabajo, que toda la estructura social descansa sobre los trabajadores; que todas las posesiones de los otros no valen absolutamente nada sin la actividad de los trabajadores; que tales protestas, como las huelgas, son inherentes al sistema de propiedad y que  recurrirán continuamente hasta que el conjunto sea abolido — y habiendo demostrado esto, de manera práctica, proceder a expropiar. «Pero, el poder militar,» dice el político en activo; «¡debemos lograr el poder político, o el ejército será usado contra nosotros!» Contra una Huelga General de verdad el ejército no puede hacer nada.  Ah claro, si tenéis a un socialista como Briand31 en el poder, podría nombrar «funcionarios públicos» a los obreros ¡e intentar que le sirviesen en contra de sí mismos! Pero contra el sólido muro de una masa trabajadora inamovible, hasta Briand se quebraría. Mientras tanto, hasta ese despertar mundial, la guerra continuará como hasta hoy, a pesar de toda la histeria que puedan manifestar las gentes bien intencionadas que no entienden la vida y sus necesidades; a pesar de las vacilaciones de las tímidas dirigencias; a pesar de todas las venganzas reaccionarias que se ejecuten; a pesar de todo el capital que los políticos sacan de la situación. Continuará porque la Vida exige vivir, y la Propiedad le niega su libertad de vivir; y la Vida no se someterá. Y no debe someterse. Continuará hasta el día en que la Humanidad auto-liberada sea capaz de cantar el «Himno al Hombre» de Swinburne32: «Gloria al Hombre en las alturas, porque el Hombre es el Amo de las Cosas.»
1 Este ensayo, inicialmente presentado en una conferencia en la ciudad de Chicago el 2 de enero de 1912, fue publicado como panfleto, bajo el sello editorial de Mother Earth ese mismo año. El periódico Fraye Arbeiter Shtime (Nueva York, N. Y.) reprodujo una traducción del mismo al yiddish entre el 2 de marzo y el 6 de abril del mismo año. Por su parte, Regeneración (Los Ángeles, Calif.) reprodujo algunos fragmentos del mismo a partir del 9 de marzo de 1912. 2 Refiérase al Ejército de Salvación (1865), iglesia protestante y organización de caridad caracterizada por su estructura cuasi-militar. 3 Refiérase a los miembros de la Industrial Workers of the World (IWW). Vid. supra, n. 158. 4 “Direct-actionist” en el original. Se descartó el uso de la traducción directa: “directo-accionista” por aberrante. También se descartó el uso del sustantivo “activista,” pues no estaba en uso hacia 1912. N. del t. 5 Refiérase al movimiento llamado Kosher Meat Boycott, de mayo de 1912. En él cerca de 20 000 amas de casa del Lower East Side de Manhatan, N. Y., la mayoría judías, boicotearon la compra de carne por el aumento de la misma de 12 a 18 centavos la libra. El movimiento se extendió a las comunidades judía de Brooklyn, Harlem, Newark, Boston y Filadelfia.  En junio los precios disminuyeron a 14 centavos la libra y el movimiento comenzó a perder fuerza. El 15 de mayo, 85 mujeres, 70 de ellas judías fueron arrestadas por “incitación al desorden.” Se considera el punto de partida de la organización de mujeres trabajadoras en Nueva York. 6 Refiérase a los miembros de la secta protestante Sociedad Religiosa de los Amigos, misma que se caracteriza por carecer de jerarquía eclesiástica y culto, además de reivindicar la sencillez, la honradez y el igualitarismo, Fue fundada en Inglaterra por George Fox (1654). Se extendió en Estados Unidos, especialmente en el Estado de Filadelfia. 7 Refiérase a la cuáquera Margaret Brawster, condenada a ser arrastrada por un carro y recibir latigazos por protestar por el encarcelamiento de otros cuáqueros, presentándose en la casa de corrección de la ciudad de Boston, Mass., vestida con un saco de cilicio sobre sus hombros, el pelo suelto y cubierto de ceniza y el rostro oscurecido con hollín. 8 Refiérase a la rebelión encabezada por el terrateniente Nathaniel Bacon en el Virginia. En 1676. Bacon exigía la expulsión o muerte de los indios que habitaban tierras protegidas por tratados entre el gobernador de Virginia William Berkeley y los grupos indios. De hecho, algunas matanzas de tales indios se habían llevado al cabo por los hombres de Bacon y otros terratenientes con anterioridad. El rechazo del gobernador de otorgarle un mandato para proseguir la expulsión armada de los indios y la acusación por parte de Bacon de que el gobernador era un corrupto, derivó en dicha rebelión. 9 Refiérase a los comités encargados de la difusión de los derechos de los colonos norteamericanos; el primero organizado por Samuel Adams en la ciudad de Boston, Mass., el 21 de noviembre de 1772. Dos años después, en septiembre de 1774 se llevó al cabo el Primer Congreso Continental, cuyos integrantes fueron en su mayoría miembros de la más de una centena de comités que se habían formado en algunas de las Colonias. 10 Refiérase al Motín del Té. El 16 de diciembre de 1773, los autodenominados Hijos de la Libertad tiraron por la borda el cargamento de té proveniente de Inglaterra de los barcos Darmouth, Beaver y Eleanour, en protesta por que la llamada Acta del Té permitía la importación libre de aranceles de esa mercancía a la Compañía Británica de las Indias Orientales, lo que lesionaba los intereses de los grandes contrabandistas como John Hancock, uno de los líderes de los Hijos de la Libertad. 11 Refiérase al velero de carga Pegy Stewart, incendiado el 19 de octubre de 1774 por su capitán Richard Jackson. 12 Refiérase al poeta y cuáquero John Greenleaf Withtier (1807-1892). 13 Jueces, 5:20. 14 Refiérase a la red de caminos secretos y casas de seguridad utilizados por esclavos negros para escapar a Canadá y otros destinos no esclavistas. Dicha red se desarrolló desde fines del siglo XVI, pero llegó a su auge entre 1850 y 1860. Se calcula que alrededor de 50 000 esclavos hicieron uso de ella.  Con ese mismo nombre se conoce a los abolicionistas blancos y simpatizantes de los mismos, 15 Refiérase a el acta del Esclavo Fugitivo, aprobada por el Congreso de los Estados Unidos el 18 de septiembre de 1850. Exigía que todo esclavo fugitivo capturado debía ser entregado a su antiguo amo y obligaba a ciudadanos y autoridades de los Estados libres a colaborar en ello. Los abolicionistas le llamaban “ley bloodhound,” haciendo referencia a los perros que se usaban en la cacerías de esclavos. 16 Refiérase al rescate de Shadrac Minks, esclavo fugitivo, de la Corte Federal de Boston, Mass., por parte de abolicionistas el 15 de febrero de 1855. Shadrac había sido detenido bajo el Acta del esclavo Fugitivo mencionada arriba. 17 Refiérase al recate de las manos de la policía de Siracusa, N. Y, del esclavo fugitivo William Henry a Jerry, llevado al cabo por una turba el 1 de octubre de 1851, día en que se desarrollaba la convención del Partido de la Libertad (antiesclavista). 18 Refiérase a Gerrit Smith (1797-1874), acaudalado neoyorkino. Promotor de la templanza alcohólica y miembro de la Sociedad Anti-esclavista que financió comunidades de negros libres en Virginia. 19 William D. Haywood y Frank Bohn pertenecían tanto al Partido Socialista de América como a los Trabajadores Industriales del Mundo. Juntos publicaron en 1911 Industrial Socialism, cuyo contenido les acarreó una fuerte repulsa por parte de los dirigentes del Partido Socialista. 20 Refiérase a John Brown (1800-1859). Granjero abolicionista e insurreccionalista. Radicado en Kansas, defendió con las armas el que tal estado permaneciera libre de la esclavitud. Murió fusilado. 21 Refiérase a The Narrative of the Life of Frederick Douglass, an American Slave (1845) Editor y poeta, Douglass es considerado uno de los escritores más influyentes de su época. 22 Refiérase a Lucy N. Coleman (1817-1906) librepensadora, abolicionista y promotora de los derechos de educación, femeninos y de justicia racial. Participó en el Congreso Nacional de los Derechos de la Mujeres (1850). Publicó Reminiscences en 1891. 23 El Acta Kansas- Nebraska (1854) creó los territorios de Kansas y Nebraska a partir de los territorios de la vieja Luisiana francesa. Dejaba a los pobladores de Kansas la libertad de decidir con posterioridad la condición esclavista o no del Estado. 24 Refiérase a los miembros del Partido del Suelo Libre (1849-1954), de carácter abolicionista. 25 Refiérase a The Grange (La Granja), organización de granjeros fundada en 1868, en Fredonia, N. Y., por Oliver Hudson, comisionado para cuestiones agrícolas del presidente Andrew Johnson. Posteriormente se convirtió en la Order of the Patrons of Husbandry (Orden de los Patronos de la Labranza). N. del t. Husbandry también tiene la acepción de “buen gobierno.” 26 Refiérase a Alianza Nacional de Granjeros (The National Farmers Alliance), fundad en 1877. Junto con otras agrupaciones de granjeros y organizaciones de trabajadores como Los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor) formó la Alianaza Nacional de Granjeros y Unión Industrial (The National Farmers Alliance and Industrial Union). Se caracterizó por incorporar a sus demandas, la abolición y transformación de los diversos mecanismos económicos por medio de los cuales sus agremiados eran expoliados. 27 Refiérase a los Knights of Labor (1869), la primera organización obrera de relevancia nacional en los Estados Unidos. Inicialmente tuvo un carácter secreto, con el fin de evitar represalias a sus miembros. En su mejor momento, hacia 1880 llegó a contar con 700,000 miembros. 28 Refiérase a Oscar Ameringer (1870). Sindicalista, socialista y editor- Miembro de los Caballeros del Trabajo (1886) y, posteriormente de la Federación Americana de Trabajo (1903). Candidato de Partido Socialista para alcalde Oklahoma City. Formó distintas publicaciones, tales como el Industrial Democrat (1909), The Oklahoma Pioneer (1910) y Milwaukee Leader (1913). Escribió una sátira sobre la historia de Estados Unidos: The Life and Deeds of Uncle Sam. En Oklahoma combatió al Ku Klus Klan. 29 “De acuerdo con las, al parecer, cuidadosas investigaciones de John Kenneth Turner como señala en “México Bárbaro, los capitalistas estadounidenses tienen la insignificante apuesta de $900,000,000 en México. La Southern Pacific posee dos tercios del sistema ferroviario, Standard Oil, Morgan, los Guggenheims, Hearst, ¡todos aquellos que habitualmente asociamos con los “intereses” y “Wall Street”, tienen gigantescas participaciones; por no hablar de Inglaterra, Alemania, Francia y otros países europeos.” William C. Owen “Progress and Outcome of the Mexican Revolution,” Reg, 74, 4. 30 Entonces, 1912, bajo administración de un socialista. 31 Refiérase a Arisitide Briand (1862-1932).  Político socialista francés. Renunció a su partido para ocupar un ministerio de Justicia (1908-9) en el gobierno de George Clemenceau. Fue jefe de gabinete en once ocasiones entre 1909 y 1929 32 Refiérase a Algern Charles Swinburne (1837-1909), poeta inglés cuyas referencias al sadomasoquismo, lesbianismo, blasfemia y al radicalismo político, escandalizaron.
POEMA

ESCRITA-EN-ROJO.1

(A nuestros muertos vivientes de la lucha en México.)

Escrita en rojo, su protesta permanece,

para que los dioses del mundo la vean;

en el muro de las condenas sus manos sin cuerpo

han estampado: “revuelta”, y marcas incandescentes

iluminan su mensaje: “¡tomad las tierras!

¡abrid las prisiones y liberad a los hombres!

Liberad la palabra viva de los muertos

Escrita-en -rojo

¡Dioses del mundo! ¡Vuestras bocas están mudas!

hablaron vuestras armas y son ya polvo.

Pero los amortajados Vivos, cuyos corazones fueron insensibilizados

han sentido el redoble de un tambor de alerta

y en su interior resuena -la lengua de los Muertos-

clamando ¡limpiad la vieja herrumbe!

He visto “Resucitad”, la palabra de los Muertos

Escrita-en-rojo.

Llevad en alto la flama encendida

Elevadla a los cielos donde todos la miren

¡Esclavos del Mundo!, nuestra causa es la misma:

Una es la humillación inmemorial,

Una es la lucha y Uno es el nombre:

Humanidad –luchamos para liberar a los hombres.

“No nos condenéis a la tierra”, arde la palabra de los Muertos,

Escrita-en -rojo.


1 Written in red, último poema escrito por Voltairine de Cleyre, apareció en Regeneración núm. 68, 16 de diciembre de 1911.