El día jueves 11 de enero de 1923 los restos de Ricardo y su comitiva llegan a Gómez Palacio. Lucille Norman escribirá a Raúl Palma: “Anoche llegamos a Gómez Palacios, Durango, a las 8:30. Conforme nos aproximábamos las sirenas de las fábricas nos ensordecían. Miles de personas con antorchas rojas estaban en la estación y ésta estaba decorada al igual que los pueblitos que dejamos atrás, con el emblema de los trabajadores conscientes: la bandera roja. Todo el elemento trabajador está organizado aquí. Montones de pancartas representando a los diferentes sindicatos estaban ahí mientras una valla formada por el pueblo, algunas cuadras por delante, abrían paso al féretro de mi padre envuelto en rojo y negro y cargado por los hijos del trabajo. En un teatro local la elocuencia fluyó de los corazones de los distintos oradores, mientras la música clásica vibraba ¡haciendo la ocasión más solemne!”