ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS
Debemos sentirnos satisfechos. La semilla sembrada por nosotros no fue depositada en tierra ingrata. Las ideas anarquistas se han abierto paso en México y se agitan dentro de los cráneos de los desheredados.
Los sacrificios de los miembros del Partido Liberal Mexicano no han sido estériles. Ruda ha sido la contienda; pero la sangre de los nuestros no ha sido la derramada inútilmente; las torturas que los nuestros han sufrido y sufren en los presidios, tienen su recompensa en el progreso alcanzado en los últimos cuatro años de Revolución.
Todo hombre inteligente y estudioso, habrá podido notar que la Revolución Mexicana se orienta cada vez mejor hacia el comunismo anarquista. Ya no solamente los nuestros, sino los hombres del campo contrario, los afilados a las banderías autoritarias, los que hacen declaraciones que indican que se ven forzados a hacerlas en vista de que entre la masa fermenta una rebeldía encaminada a destruir el sistema económico, político y social que impera en el mundo, para fundar los cimientos de un nuevo orden de cosas que se concilie mejor con la libertad y la justicia.
Hay que tener presente que, cuando los leaders o jefes exponen lo que ellos llaman sus principios, lo hacen para halagar las ideas populares y hacerse adeptos que no conseguirían si expusieran principios antipáticos a las masas, de manera que, si los caudillos hablan contra el actual sistema, es por que en los pechos de los hijos del pueblo animan sentimientos hostiles contra los tres grandes enemigos de la humanidad: Autoridad, Capital, Clero.
Tenemos a la vista varios documentos carrancistas en los que se ve con toda claridad el deseo que tiene el carrancismo de hacerse simpático a las masas. Uno de ellos es un manifiesto expedido por el Teniente Coronel carrancista, Juan Hernández García1, en el Estado de Nuevo León, del cual copiamos los siguientes párrafos.
“… esta lucha sangrienta es una guerra sin cuartel, una guerra a muerte, de los hombres del trabajo contra los hombres que viven del engaño y la explotación: Capitalistas y Políticos, Frailes y Militares que viven, como es notorio, del asesinato y del robo consagrados en derechos sancionados por la LEY. Esta contienda la debe sostener el pueblo aunque surjan muchos renegados de los principios revolucionarios, para cuyo triunfo práctico seguimos luchando, sin personalismo, los hijos del trabajo y en cuya tarea deben secundarnos todos nuestros hermanos de miseria y de esclavitud, uniendo sus esfuerzos y sumando sus voluntades a las nuestras, ya sea con las armas en la mano, con la pluma, en los combates, en la prensa, en la tribuna roja o formando uniones o sindicatos obreros en todas las poblaciones, colonias agrícolas en los campos para sembrar la abundancia; para hacer la limpia de los parásitos sociales, para acabar los asesinos, y para llevar a la horca a todos los verdugos del pueblo.
“Toda revolución de principios, que persigue la satisfacción inmediata de las necesidades populares, con hechos, no con teorías, con prácticas y beneficios tangibles, no con prédicas ni falsas promesas como empieza y acaba toda reacción conservadora, como engaña y sugestiona toda revolución meramente política y como matan, matan y matan ambas; toda protesta de un pueblo laborioso y consciente que hace con procedimientos revolucionarios lo que los gobiernos burgueses no harán jamás con sus leyes de limosna para el pueblo, tales fenómenos sociológicos constituyen una verdadera revolución social.
“Y esta tiene como objetivo inmediato deshacer lo malo y hacer lo bueno, demoler cuanto estorbe al progreso del individuo, cuanto impida el imperio de la justicia, todo lo que niegue la vida integral de la especie humana; crear el bien común sobre moldes enteramente nuevos que no imiten ningún formulismo autoritario, centralista o absolutista del régimen que se derrumba.”
Otro documento importante es una conferencia por el Doctor Atl2, prohombre del carrancismo y alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el Gabinete de Venustiano Carranza. Dicha conferencia fue leída el 2 del pasado febrero en el Teatro Arbeu, de la ciudad de México. He aquí algunos párrafos reveladores de lo que piensa y siente el pueblo: “El estado de hoy, como el feudo de ayer y la ciudad de la antigüedad, son cristalizaciones de las tres únicas formas generadoras y monopolizadoras, durante todos los siglos, de las energías y de la inteligencia de los hombres: la religión, el militarismo y el comercio.
“Contra ellas se vuelve airada y justiciera la conciencia activa de la humanidad nueva.
“Esta conciencia está simbolizada por la acción violenta de los grupos revolucionarios y de los hombres conscientes y desinteresados que forman la Revolución Mexicana.
“Las tendencias a realizar las reformas y que necesita el pueblo fuera de la acción de todo gobierno, antes de que cualquiera forma de gobierno pueda constituirse, son una prueba evidente de que la revolución mexicana admite, de una manera formal, que no es posible reformar dentro del Estado.
“Ese radicalismo poderoso es lo que constituye el terror de las cancillerías europeas y de los hombres de negocios, porque ambos comprenden el peligro que corren las instituciones políticas actuales que rigen al mundo y los intereses que los extranjeros tienen en México. Pero este radicalismo constituye también la fuerza esencial, la razón de ser más profunda de la Revolución.
“Nosotros luchamos dentro de una misma raza por destruir las causas primordiales que han originado el conflicto europeo: por el aniquilamiento del régimen capitalista, clerical y militarista.
“Comprendamos que satisfacer honrada y prácticamente las necesidades de esta raza (la mexicana), es … realizar la obra que tendrá el prestigio y la gloria de haber implantado por la primera vez en la historia, las reformas que nos emanciparán efectivamente de la tiranía del militarismo, de la religión y del gobierno.
“La revolución mexicana puede hacer avanzar centenares de años el progreso social humano, si se tiene el valor, la consciencia, la audacia y la fe de realizar las aspiraciones del pueblo, aspiraciones que sintetizan por su diverso carácter y por la violencia de sus manifestaciones, los anhelos de los otros pueblos.
“Los gobiernos han sido siempre los más terribles enemigos de nuestra causa…
“Por nuestras principales condiciones telúricas, étnicas, biológicas y sociales, estamos en condiciones de destruir más fácilmente las instituciones, las leyes, los prejuicios, los intereses creados y podemos, con mayor seguridad, hacer fructificar sobre la tierra, abonada de podredumbre, los principios que nos darán el bienestar material y la libre acción de la inteligencia, las dos más grandes conquistas a que puede aspirar el género humano.
“Compañeros, ciudadanos armados, vosotros los que habéis luchado con fe, con denuedo, desinteresadamente, en medio de intensas amarguras y decepciones, y que estáis, firmes sobre la brecha…; vosotros, soldados gloriosos, labradores armados, obreros conscientes,… que habéis dejado la tranquilidad de vuestros hogares por ser lógicos con el progreso humano, yo os digo: si nuestra revolución no ha triunfado, es porque hasta hoy ha querido mantenerse dentro de los límites de la nación, sin comprender que su acción definitiva es internacional, porque los derechos que proclama, no son los derechos de un pueblo, son los derechos de la humanidad.
“Cuando la humanidad haya escuchado nuestra voz, toda entera, la humanidad que sufre, la humanidad que lucha, la humanidad que piensa, la humanidad nueva, nos dará la victoria.
“Si nuestra revolución no ha triunfado, es porque no nos hemos atrevido a romper definitivamente con el pasado, porque tenemos todavía el respeto ancestral de la ley, el respeto sagrado de las instituciones políticas que gobiernan el mundo y porque no estamos suficientemente compenetrados de que la única razón de la vida, es la constante transformación, la constante victoria sobre el pasado.
“¿Quién nos garantiza, comerciantes en petróleo, quién nos garantiza, abarroteros macros, quién nos garantiza, monopolizadores de la tierra, que la propiedad adquirida, las concesiones gubernativas y las intrigas políticas son invulnerables, intransformables, eternas?
“De todo lo que he venido exponiendo se desprende que el conjunto de las ambiciones libertarias del pueblo mexicano constituye una potente energía que trata de romper abiertamente todas las instituciones burguesas…”
En una conferencia que el mismo Doctor Atl dio en Veracruz, según se ve en el periódico socialista The Call3, de Nueva York, en su número del 15 del pasado febrero, se ven párrafos interesantes, de los cuales copiamos algunos: “Si nosotros no tenemos el valor de dar al pueblo lo que le pertenece por derecho natural y por derecho de conquista, pues es él el que cultiva la tierra y la hace producir, él continuará exigiendo siempre lo que le pertenece.
“Nosotros debemos dar la tierra al pueblo, observando la única ley que debe regir la propiedad de la tierra, y es ésta: ‘La Tierra pertenece al que la trabaja’.”
Así hablan los prohombres del carrancismo, y, al hablar de esa manera, no lo hacen por el placer de manifestar sus opiniones, sino animados por el deseo de atraerse las simpatías de los trabajadores mexicanos que, pésele a quien le pese, saben que no puede haber libertad, si ésta no se funda sobre la firme base de la libertad económica. El trabajador mexicano en general, ha llegado a comprender que mientras la tierra y la maquinaria continúen siendo la propiedad exclusiva de unos cuantos, la miseria y la tiranía le tendrán siempre bajo sus garras.
No hay que desmayar, compañeros, ¡Adelante!
Recordemos que al principio, los partidos personalistas burgueses no se atrevían hablar contra el Capital, la Iglesia y el Estado, y condenaban nuestra propaganda anticapitalista y antiautoritaria. Ahora, no desdeñan ellos criticar el sistema que nosotros combatimos. Es que nuestras ideas se imponen. ¡Adelante!
Ricardo Flores Magón
1 Juan Hernández García. (La Esperanza, Coahuila, ¿-¿) Miembro del PLM desde 1906. Fundador de la Unión Minera Mexicana en noviembre de 1911. Miembro de la Casa del Obrero Mundial. Asistió a la Convención de Aguascalientes como delegado del general Fortunato Maycotte. En diciembre de 1914 llegó a Monterrey, N. L como presidente de la Unión Minera Mexicana. Y se convierte en secretario de redacción del periódico sindicalista Orientación Social. El 6 de enero de 1915 integra el Primer regimiento rojo, también llamado “Justicia”. Coronel del Batallón Rojo que operó en Nuevo León y Coahuila con cuartel general en el mineral de Rosario, N. L. «y por donde quiera que pasaban ponían en manos de los desheredados lo que necesitaban, invitándolos a tomar posesión de la tierra.» (206,2). Asignado a las misiones más peligrosas, puesto al frente en los enfrentamientos y desprovisto de abastecimientos, el batallón se disolvió. En junio, fue acusado y encarcelado en Monterrey, por «agitador de los obreros», junto con Elfego Lugo, redactor de, La Razón, su hermano Felipe y Eleuterio Palos. Con este último y Sergio Moreno, suscribió en esa ciudad la «Historia del 1er. Regimiento Rojo. Ejército Constitucionalista,» fechada en agosto de 1915.Hernández fue detenido por fuerzas carrancistas, acusado de pillaje, recluido en Monterrey y procesado por un consejo de guerra, que amenaza condenarlo a la pena capital. RFM llama a una campaña para impedir su asesinato. Mineros mexicanos de Arizona participan en la campaña y envían cartas a Venustiano Carranza, que lo liberará en febrero de 1916. En mayo de 1916, circuló la noticia de que Juan Hernández había sido asesinado durante la represión a una manifestación celebrada en Durango, a la que Regeneración da crédito en principio, pero que desmiente en julio del mismo año.
2 Gerardo Murillo, Doctor Atl. (Guadalajara, Jalisco, 1875-Ciudad de México, 1964) Pintor, periodista y vulcanólogo. Estudio pintura y filosofía en Europa, donde pasó la mayor parte de la primera década del siglo XX becado por el gobierno de Porfirio Díaz, aunque realizó estancias en el país como profesor en la Académica de San Carlos. Fue promotor de las vanguardias artísticas y las artes populares. Tras el golpe de Victoriano Huerta, que lo encuentra en París, edita la revista La Revolution du Mexique, con Luis Quintanilla. En 1914 regresó a México y se unió a Venustiano Carranza. Dirigió La Vanguardia, el órgano del Constitucionalismo en Veracruz. Tuvo un importante papel como negociador con la Casa del Obrero Mundial y en la creación de los Batallones Rojos que combatieron a Villa del lado de los carrancistas. Establecido el gobierno de Carranza en la Ciudad de México, fue nombrado director de Bellas Artes. Al triunfo de el Plan de Agua Prieta regresó a Europa y, al término de la etapa armada, se dedicó a pintar, al estudio de la vulcanología y al periodismo. En los años treinta fue defensor de fascismo y el antisemitismo, editó el periódico Acción Mundial, divulgador de esta ideología.
3 The New York Call. Diario editado por el Socialist Party of America (Partido Socialista de los Estados Unidos). Fundado en 1908. Sus primeros editores fueron George Gordon y William Mailly. Entre sus colaboradores contó con Eugene Debs, Agnes Smedley, Margaret Sanger y los caricaturistas Robert Minor y John Sloan. Su circulación rondaba los 15 mil ejemplares diarios. Por su oposición a la entrada de los Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial se le retiraron sus derechos postales en junio de 1917. Dejó de publicarse en 1923.
Este es el título de un articulejo escrito por un borrico en Acción Libertaria1 de Gijón, España, de fecha 6 del último febrero. El articulejo tiene como objeto ridiculizar el movimiento revolucionario mexicano, esto es, el sublime drama producido por la rebeldía del débil contra la tiranía del fuerte, la emocionante tragedia nacida del choque de los intereses de la clase trabajadora y los de la clase capitalista.
Dice el articulejo refiriéndose a la Revolución Mexicana: “Hasta la vieja Europa no llega (de la Revolución) más que el eco del personalismo bárbaro, de la matanza y de la traición y del bandolerismo más desenfrenados. Ni un rayo de luz ideal, ni un indicio de propósitos reformadores, de planes reconstructivos, de nobles anhelos regeneradores. Todo es ruin, miserable, rastrero. La falacia revolucionaria lo llena todo.”
Por lo visto, el autor del articulejo, o vive en Marte o es un redomado imbécil. Hasta el cansancio se ha demostrado que la aspiración de los revolucionarios mexicanos es abolir la miseria y la tiranía, mediante un medio práctico, la expropiación de la tierra de las manos de los pocos que la detentan, para hacerla propiedad de todos y cada uno de los habitantes de lo que se llama República Mexicana, hombres y mujeres.
Esta es la aspiración general del proletariado mexicano, aspiración que en muchos casos, en regiones extensas, se ha materializado ya, contra la voluntad del gobierno y a pesar de las prohibiciones legales de que se ataque el llamado derecho de propiedad privada, lo que demuestra que hay conciencia revolucionaria en el pueblo mexicano. Los actos de expropiación de la tierra por los desheredados, son un bofetón dado en el rostro de escritorzuelos sin escrúpulos que ante los hechos, tienen la audacia de decir, como el escritorzuelo autor del articulejo a que me vengo refiriendo, “que la revolución de México es, como tantos otros movimientos americanos, la lucha estéril de unos cuantos caudillos que quieren cimentar su poderío en el derramamiento de sangre de un pueblo cuya conciencia revolucionaria no ha despertado todavía.”
Que el movimiento mexicano, en general, no sea completamente anarquista, eso no puede ser motivo para denigrarlo. El trabajador que se rebela contra el amo, merece solidaridad y no burlas; el desheredado que tiene el valor de tomar un fusil para matar al rico, al clérigo o al representante de la Autoridad, merece la simpatía y el estímulo de todos los hombres rectos, no el escarnio ni el ultraje de los cobardes.
Y cuando, como en la lucha emprendida en México, se encuentran comprometidos muchos anarquistas que han comprendido que su deber es estar del lado de los trabajadores que batallan por alcanzar su emancipación, y hacen esfuerzos sobrehumanos por encauzar el movimiento hacia el comunismo anarquista, es un crimen, es una deslealtad, es una bajeza, es una cobardía, es una traición canallesca burlarse de sus esfuerzos, mofarse de sus sacrificios y negarles todo apoyo.
Acción Libertaria debería llamarse “Acción Liberticida” y estar a sueldo de los opresores de la humanidad.
Periódicos de esa clase, deshonran el ideal anarquista.
Ricardo Flores Magón
1 Acción Libertaria. “Periódico anarquista”. Gijón, Vigo y Madrid (1910-1916). Semanario ácrata fundado por Ricardo Mella, que fungió como órgano de los grupos asturianos establecidos principalmente en Gijón y La Felguera. Producto de una escisión de la revista Natura, y continuador de Tribuna Libre (Gijón). Entre sus colaboradores destacan: Eleuterio Quitanilla, Marcelino Suárez, Pedro Sierra, José Suárez Duque y Emilio Renduelas. Suspendido temporalmente en 1911, se trasladó a Vigo, donde se publicó hasta finales de aquel año. Se mostró escéptico en cuanto a las posibilidades de transformación social que podía acarrear consigo la revolución de México. Cuando estalló la primera guerra mundial, se decantó por la postura favorable a los aliados apoyada por Kropotkin. A mediados de 1912, trasladado a Madrid, Acción Libertaria despareció y su lugar fue ocupado temporalmente por el periódico El Libertario. A partir de 1915 volvió a publicarse en Gijón.
Ha circulado una hojita en que se me ataca por haberme rehusado a tomar parte en una farsa a la que sus autores dan el pomposo nombre de debate.
En ese debate tendrían que tomar parte unos individuos llamados Fernando Velarde1, Armando Ojeda2 y Juan Francisco Moncaleano3, tristemente célebres en el movimiento revolucionario de la ciudad de Los Ángeles y otros lugares.
Para los que no conozcan a esos individuos, se les hará extraño que me haya rehusado a figurar en la farsa, no así para los que están al corriente de sus trabajillos.
Ojeda es un burgués que tiene propiedad raíz, lo mismo que Velarde. Además, estos dos sujetos desbarataron por medio de la intriga una flamante organización proletaria, en Phoenix, Arizona, que era sucursal de la organización conocida con el nombre de Trabajadores Industriales del Mundo, Industrial Workers of the World4. Dondequiera, estos individuos no han servido para otra cosa que para dividir a los trabajadores, calumniando a los que desinteresadamente se han sacrificado y se sacrifican por la emancipación económica, política y social de la clase trabajadora. Su labor, por otra parte, no ha dado más que un resultado, y es el desprestigio suyo, pues, los trabajadores inteligentes les vuelven la espalda y no los escuchan. El blanco de sus ataques ha sido el Partido Liberal Mexicano, lo que les ha acarreado la mala voluntad de todos los trabajadores que están al corriente de los sacrificios, la lealtad y la constancia de los miembros de este partido proletario. Ojeda fue aquel que en plena corte, y para alcanzar una pena leve, por su participación en el motín del día de Navidad de 19135, con voz compungida y arrodillándose ante el juez, dijo que él respetaba la ley y el orden burgueses. Él mismo es el esbirro que, para conseguir perdón, se entregó a la tarea de delatar a sus compañeros de prisión, por lo que sufrió indecibles torturas, y sigue sufriéndolas, ese mártir de la causa del Trabajo, ese anarquista de verdad que se llama Pedro Castorena.6
Juan Francisco Moncaleano es muy conocido en La Habana, donde manoseaba a las tiernas niñas que iban a su escuela. Aquí es igualmente conocido por su afición a estrupar jovencitas, abusando de la confianza que en él depositaban los padres de familia. Él mismo es uno de los peores enemigos del Partido Liberal Mexicano, y tanto por su comportamiento con las niñas de corta edad, como por sus ataques injustos al Partido Liberal Mexicano se ha atraído el desprecio de la clase trabajadora.
Estos individuos y otros pocos más, se han confabulado para fundar una confederación de grupos revolucionarios en la ciudad de Los Ángeles. Se nos invitó a que ingresáramos a su confederación. No aceptamos y están despechados.
No aceptamos, porque no podemos celebrar pacto alguno con los traidores a los intereses de la clase trabajadora. Ellos, lo que quieren, es aprovecharse del prestigio del Partido Liberal Mexicano para poder salir a flote del cenagal en que se hallan sumergidos. El proletariado los desprecia, y quieren hacerse escuchar a la sombra del Partido Liberal Mexicano.
Por lo demás, es risible que Moncaleano, Ojeda y Velarde den el nombre de grupos, a los dos o tres idiotas que los siguen como perros falderos.
¿Que recibí con grosería a los dos badulaques que vinieron a hacerme la invitación a la farsa del debate? ¡Satisfechos deberían sentirse de que no los hubiera corrido a puntapiés!
El pueblo trabajador de Los Ángeles hace bien en despreciar a los farsantes que no buscan otra cosa que acaparar, para fines personales, la agitación que los verdaderos revolucionarios llevan a cabo para la educación del proletariado.
Ricardo Flores Magón
1 Fernando Velarde. Miembro de la IWW y militante de la Western Federation of Miners (WFM). En 1906 trabajaba en la organización de mineros mexicanos y méxico-estadounidenses en la región cuprífera de Arizona-Nuevo Mexico. Fue fundador, en ese mismo año, de la Sección (Local) de Phoenix, y consiguió que el minero Carmen Acosta fuera el primer mexicano en ser electo presidente de la Sección (Local) de la WFM de Metcalf, mientras él mismo fue el primer mexicano en presidir una sección de la IWW, la de Phoenix. Para 1908 ya había organizado una rama mexicana de esta sección. En 1909, editó La Unión Industrial, que se proclamaba como “el único periódico en español en difundir el sindicalismo industrial revolucionario”, y que pronto fue clausurado. En ese año se estableció en Los Ángeles. Vinculado a las hermanas de Antonio I. Villarreal, con otros socialistas, como Miguel Buelna, Trinidad Arvizu y J. M. Elders, participó en campañas de apoyo al PLM. Ricardo y Enrique Flores Magón llegaron a ocultarse en su casa. En junio de 1909 fue acusado de robar cebada y sometido a juicio. En mayo de 1911 firmó con otros socialistas el “Llamamiento a los Trabajadores del Mundo”, que apoyaba la decisión del PLM de no deponer las armas tras los acuerdos de Ciudad Juárez, y se integró a la insurrección revolucionaria de la Baja California. En 1913 editó La Huelga General, otro periódico en español editado por la IWW, también de corta vida. Para 1915 había roto con el grupo editor de Regeneración y se había unido a Armando Ojeda y Juan Francisco Moncaleano, que intentaban organizar una confederación de grupos revolucionaros de Los Ángeles, misma que fue rechazada por la JOPPLM.
2 Armando Ojeda Los Ángeles, Cal. Miembro del IWW. En el local wobblie de la calle Towne, formó una escuela en 1911, donde impartía enseñanza elemental. Miembro del Grupo Regeneración de Los Ángeles, participa como orador en los mítines de dicho grupo realizados en el Italian Hall (1911). Suscribió la protesta en contra de la campaña de la mesa directiva del «club Maderista» de la ciudad en contra de RFM (abril de 1911); en mayo de ese mismo año se integró al Comité Internacional de la JOPLM y suscribió su primer Llamamiento a los Trabajadores del Mundo y la protesta por la destrucción de las oficinas de Regeneración y la JOPLM, por parte de la policía en 14 junio de 1911. Hacia 1913, escribió varios textos bajo el seudónimo «77371», en Huelga General, órgano de la rama latina de los IWW, al parecer en contra de los miembros de JOPLM, sin embargo el 25 de diciembre de ese año, tanto el editor en inglés de Regeneración, como el propio Ojeda fueron los únicos oradores en un mitin en la Plaza de Los Ángeles, promovido por los wobblies mexicanos y que terminó en zafarrancho por la intervención de la policía, el mitin terminó por conocerse como El motín de Navidad. Ojeda fue arrestado, enjuiciado y condenado a un año de prisión. RFM recriminó la postura de Ojeda ante el juez: «Sólo los farsantes y los cobardes niegan delante de los jueces su convicciones». Junto con Juan Francisco Moncaleano y Fernando Velarde, en 1915, buscó formar una confederación de grupos revolucionarios de Los Ángeles, de la que RFM se negó a participar.
3 Juan Francisco Moncaleano. (1983- 1916). Anarquista colombiano, seguidor de las tesis de Francisco Ferrer Guardia. La primera vez que se le cita en Regeneración. es con motivo de la lectura de un escrito suyo en un mitin celebrado en Anson, Tex. en noviembre de 1911. El año anterior había fundado en Bogotá, Col. el periódico Ravachol. Expulsado de su país, se afincó en La Habana, donde buscó establecer una escuela racionalista a lado de su compañera Blanca de Moncaleano. En 1912 fundó en la Ciudad de México, con Jacinto Huitrón la sociedad anarquista La Luz -grupo que participará en la organización de la Casa del Obrero Mundial- misma que publicaba un periódico del mismo título; en éste Moncaleano publica el artículo “Ricardo Flores Magón en la prisión”. El 1 de septiembre de 1912 las oficinas de Luz fueron asaltadas por la policía y Moncaleano deportado por el gobierno maderista. El día 11 fue embarcado en Veracruz con rumbo a Santander, España. Regeneración organiza una campaña para apoyar económicamente a Blanca de Moncaleano y a sus cuatro hijos que permanecen en la ciudad de México. A raíz de su deportación aparece en el semanario de Los Ángeles una semblanza del colombiano en la que se reseñan sus principales actividades en México: “El grupo «Luz» fue la primera organización que fundó Moncaleano en México y que tuvo aceptación mundial. No conforme con esos triunfos, fundó la primera Escuela Racionalista apoyado por todos los que aspiramos al triunfo del ideal redentor. Una de sus grandes ideas fue el establecimiento de la Casa del Obrero, con su biblioteca y dormitorio para que en común fuera habitada por los compañeros que quisieran emigrar á México para que vivieran con comodidad viviendo unidos y fuertes. La casa se estableció, en sus salones pueden reunirse varios gremios. Uno de sus ideales que quedó por realizarse fue La Confederación Internacional de Obreros Libertarios.” En España escribe el artículo “La Revolución Mexicana. Lo que un testigo ocular dice a los Libertarios del Mundo”, en el que coincide con la interpretación que la JOPLM hace de la situación nacional. Para enero de 1913 Moncaleano se traslada a Los Ángeles, Cal. y participa muy activamente en las actividades del PLM. A principios de 1913, mientras los dirigentes de la JOPLM están presos en la Isla McNeill, el colombiano promueve con Rómulo Carmona Robledo -con cuya hija Paula había casado EFM- la idea de trasladar las oficinas del semanario a un edificio muy amplio que dispone de salón de actos y habitaciones para alojar invitados. Ahí se establece la Casa del Obrero Internacional -con un planteamiento similar al de la Casa del Obrero Mundial de México- y también una Escuela Racionalista. La Casa del Obrero Internacional, si bien es saboteada por la sección latina de la IWW, es frecuentada por la comunidad mexicana de Los Ángeles. Dado el primer paso Moncaleano y Carmona proponen comprar el edificio y adquirir una imprenta para el periódico. La pareja se propone tomar el control político sobre la organización y su prensa por la vía de adueñarse de la infraestructura física en que se sustenta: local e imprenta. La situación estalla en abril de 1913, cuando Carmona manda el siguiente telegrama a RFM.: “Regeneración vísperas de morir. Mándeme poderes hacerme cargo y comprar imprenta. Robledo”. En un principio los presos desconfían de la autenticidad del comunicado, pero salen de dudas cuando Enrique recibe un telegrama de su esposa, inspirado, sin duda, por su suegro: “¿Qué prefieres más, tus amigos por quienes estas preso, o mujer e hijos?” El resultado es la ruptura política entre la junta y la mancuerna Moncaleano-Carmona; la ruptura familiar entre Enrique y su esposa Paula y el regreso de Regeneración a su modesto local en la calle de Boston. La historia de la Casa del Obrero Internacional es efímera: poco después de su fundación se desarrolla una fuerte campaña de The Los Angeles Times que la califica de “nido de ratas subversivas de filiación roja furibunda”. Posteriormente los inspectores del Departamento de Bomberos inspecciona el local y lo declaran inadecuado “por no ofrecer garantías contra incendios”. Cuando el semanario regresa a su antiguo domicilio, Carmona conserva el local aun por unos meses y finalmente, lo abandona. Tras la ruptura, Moncaleano edita, con León Cárdenas Martínez, el periódico Fuerza y Cerebro de El Paso, Tex. desde el que ataca a los magonistas. Muere el 1 de enero de 1916 a la edad de 33 años.
4 Industrial Workers of the World. Organización sindical norteamericana fundada en 1905. Confluyeron en ella los sindicatos y uniones más radicales del movimiento obrero norteamericano. De inspiración internacionalista y anarcosindicalista, llegó a tener cerca de treinta millones de afilados. Ofreció apoyo y financiamiento a la JOPLM. Algunos de sus integrantes participaron tanto en la huelga de Cananea de 1906, como en la campaña del PLM en Baja California, en 1911. Buena parte de los miembros y simpatizantes del PLM, especialmente en las regiones mineras de Arizona, Colorado y California, era a su vez miembros del IWW.
5 Motín del día de Navidad. El 25 de diciembre de 1913 un grupo de 200 mexicanos, la mayoría miembros de la IWW y del PLM se reunieron en La Plaza de Los Ángeles para protestar por el desempleo. El primer orador fue William Owen, editor de la sección en inglés de Regeneración. Cuando hablaba el segundo, Armando M. Ojeda, el mitin fue atacado a macanazos por la policía. La gente respondió a pedradas y Rafael Adames, un IWW de origen mexicano resulto muerto por el patrullero Alfred Koenigheim, quien afirmó haber disparado cuando el trabajador estaba a punto de acuchillar a otro policía. Durante los siguientes días la policía puso sitio a La Plaza, estableció la Ley Marcial y fueron detenidas 73 personas, de las cuales 56 eran mexicanos, entre ellos Armado Ojeda, quien fue sometido a juicio. The Los Ángeles Times y la autoridades de Los Ángeles desataron a partir de lo que llamaron “el motín del día de navidad”, una intensa campaña de hostigamiento contra la población mexicana de la ciudad y buscaron que se controlasen “los discursos callejeros “ y el uso de la Plaza para hacer reuniones.
6 Pedro Castorena. Los Ángeles. Miembro de la Casa del Obrero Internacional de Los Ángeles. Detenido el 25 de diciembre de 1913, con otros trabajadores mexicanos que resistieron la represión de que fueron objeto por parte de la policía de Los Ángeles cuando celebraban un mitin en la Plaza de los Mexicanos. Acusado de herir a uno de los agresores, Castorena fue sentenciado a una pena de dos años de prisión. Según EFM, lo riguroso de la pena se debió a que “ese buen camarada, obrando como todo hombre de convicciones debe obrar, dijo virilmente a los representantes de la Autoridad que él no creía en leyes, tribunales y demás estupideces burguesas.” (Reg. 1914, 176, 3). Castorena fue obligado a trabajar con grilletes en el campo de trabajos forzados de Tepango Canyon, Santa Mónica, donde padece tortura y tratos vejatorios por resistirse a trabajar en condiciones inhumanas. Tres años después Castorena aparece como uno de los firmantes del manifiesto “A los I. W. W.” (Reg. 1916, 238, 4).
La Revolución cuenta ahora cuatro años y tres meses y medio de existencia y se encuentra en su período más crítico; el caos impera; todas las tendencias se encuentran en lucha; las viejas y las nuevas; las que estiran para atrás y las que jalan para adelante; las que quieren que regresemos al pasado y las que tienden sus alas al porvenir; para los que no ven en las convulsiones populares otra cosa que las charreteras de los generales y el brillo de las espadas de los caudillos y su vista cegada por los prejuicios no puede ver lo que hay en el fondo de las densas nubes de humo de los combates, la Revolución es un fracaso en el sentido de los altos sueños de libertad y de justicia que alimentan los hombres inteligentes del mundo; pero para el observador y el estudioso, aquel caos formidable, aquel hervidero de tendencias, aquel choque de energías, es la gestación dolorosa de un nuevo orden de cosas en que no habrá pobres, ni oprimidos, ni amos ni siervos; un nuevo orden de cosas en que todos seremos iguales y hermanos; los que sordos no oyen sino los gritos despreciables de ¡viva Villa, viva Carranza, viva Fulano o viva Zutano!; pero no oyen o no quieren oír los estertores del burgués que cae acribillado a balazos, ni ven o no quieren ver los pataleos del fraile suspendido de un árbol, ni paran mientes en las últimas convulsiones del representante de la Autoridad en medio de un charco de sangre opresora, ni significa algo para ellos este grito de combate: ¡viva Tierra y Libertad!; los miopes no ven otra cosa en esta terrible contienda que las actitudes vergonzosas de los caudillos trepando por las patas de la Silla Presidencial; pero no alcanzan a ver el gesto heroico del desarrapado que clava el marrazo de su fusil en la tierra que hace suya y de sus hermanos de miserias; no alcanzan a comprender el alcance del acto de los trabajadores que, no pudiendo defender la expropiación, incendian la mina, hacen añicos los palacios de los burgueses, y, conscientes de que el clero de cualquier religión es el cómplice de los tiranos y de los ricos, derrumban las iglesias y los conventos y ejecutan a los frailes; y así, mientras los ciegos alcanzan a distinguir solamente a Carranza y a Villa y a Gutiérrez1 y a González Garza2, sentados sobre los cuartos traseros en actitud de arrojarse como hienas hambrientas los unos sobre los otros, los observadores y los estudiosos llegan al fondo de la tragedia y ven con claridad la lucha, la lucha del pobre contra sus verdugos; los generales, los caudillos, con todos sus cintajos, cruces y medallas, no son, en medio del torbellino revolucionarios, sino briznas de paja que tan pronto parece que vuelan camino al sol, como quedan sepultadas en el fango; y sucede todo esto, porque nadie puede satisfacer las aspiraciones populares; porque nadie, como gobernante, puede expropiar los bienes que acapara la burguesía, —cuyos intereses tiene que salvaguardar el gobierno,— y entregarlos a los desheredados; y en medio del caos va adquiriendo una forma mejor delineada la sublime tendencia a destruir todo lo que significa explotación e imposición; la tendencia anarquista.
¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
1 Eulalio Gutiérrez (Ramos Arizpe, Coahuila, 1881- Saltillo, Coahuila, 1939). Minero y militar. Fundador y vicepresidente de la Unión Liberal “Santiago de la Hoz” de Concepción del Oro, Zacatecas, organizada en 1905. Algunas fuentes afirman que tomó parte en la formación de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano en San Luis Missouri. Otras citan su participación en los combates de Jiménez (1906) y en Las Vacas (1908). En 1909 se sumó al Partido Antirreleccionista de Francisco I. Madero. En 1911 combatió del lado del maderismo en Coahuila y Zacatecas. En 1913, tras el golpe de Victoriano Huerta, se sumó al Constitucionalismo y destacó como militar en Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí, alcanzado el grado de General Brigadier. En 1914 fue gobernador y comandante militar de San Luis Potosí, año en que Carranza lo nombró además Jefe de la División del Centro. En octubre del mismo rompió con Carranza. La Soberana Convención de Aguascalientes lo designó presidente de la República. Sus diferencias con Villa y Zapata lo condujeron a fracasar en su intento por formar su gabinete. Renunció a la presidencia el 2 de junio de 1915 y se exiló en los Estados Unidos. En 1920 se adhirió al Plan de Agua Prieta. Fue senador de entre 1920 y 1924. En 1929 se sumó al levantamiento escobarista que rechazaba la reelección de Obregón. Tras la derrota de este movimiento se refugió una vez más en los Estados Unidos, donde permaneció hasta 1935.
2 Roque González Garza (Saltillo, Coahuila, 1885- Ciudad de México, 1963) Participó en la campaña presidencial de Francisco I. Madero. En 1910 se levantó en armas en Casas Grandes, Chihuahua. Participó en la toma de Ciudad Juárez en 1911. Con el triunfo de Madero, se convirtió en diputado por Coahuila. Tras el golpe de Victoriano Huerta se unió al villismo. Fue representante de Villa a la Convención de Aguascalientes, y presidente interino de la república entre enero y junio de 1915. Comisionado por Villa partió a Nueva York, donde permaneció hasta 1920. Fue diputado federal entre 1922 y 1924. Durante la presidencia de Abelardo L. Rodríguez, fundó, con Nicolás R. Rodríguez, la Acción Mexicanista Revolucionaria, organización nacionalista, anticomunista y antisemita subsidiada por la Alemania nazi, más conocida como los “camisas doradas”. Autor de La batalla de Torreón. Apuntes para la historia.
Venustiano Carranza ha logrado hacerse de partidarios haciendo buenas sus promesas de repartos de tierra y dotación de ejidos a los pueblos.
Viendo que el pueblo ya no tiene fe en promesas, “para después del triunfo”, va haciendo efectivas esas promesas, va poniendo en práctica las reformas que agregó a su programa cuando se dio cuenta de que el pueblo lucha por adquirir bienes materiales que le den independencia económica, sin la cual la libertad del individuo es imposible.
En Veracruz, en Yucatán y en algunos otros Estados, controlados por Carranza, se están llevando a cabo repartos de tierras entre los campesinos, y los pueblos están siendo dotados de ejidos. Pero, ¿la realización de tales promesas dará a los desheredados la libertad y el bienestar a que tienen derecho como seres humanos que son? No lo creemos, porque tales reformas no dan muerte al llamado derecho de propiedad privada o individual. Ese derecho inicuo, fuente de todos los males que sufre la humanidad, queda en pie, y al quedar en pie, tienen que vivir igualmente sus dos poderosos apoyos: la Iglesia y el Estado, esto es, el sacerdote y la Autoridad sin los cuales el Capital no podría existir.
Menos malo sería si esos repartos de tierras se hicieran a título gratuito, esto es, que nada se cobrarse por ellos a los beneficiados; pero no es así: el campesino que recibe un pedazo de tierra, tiene que pagar el valor de dicho pedazo al burgués, por medio del gobierno. Tiene que pagar, además, contribuciones para que puedan vivir y divertirse, el Presidente de la República, los Ministros de su gabinete, los diputados, los senadores, los jueces, los magistrados, los empleados de toda denominación, los soldados, los policías, los carceleros, sin contar con los representantes diplomáticos y consulares a quienes hay que dar cantidades enormes de dinero para que representen el país, y las mil y mil canonjías y gajes que se reparten entre los favoritos de los gobernantes, y las inmensas cantidades que quedan embarradas en las manos de los funcionarios, grandes y chicos, aparte de sus sueldos legales.
Todo ello tiene que ser pagado, aparte de las fabulosas cantidades de dinero que se invierten en material de guerra, en edificios públicos y mil obras más, costosas todas porque todos quieren sacar ventaja de ellas, y aparte, también, de la deuda nacional que asciende a cantidades que la imaginación casi no puede concebir.
El campesino, dentro del sistema de la propiedad privada o individual, tiene que pagar el agua para el regadío de su parcela, tiene que pagar la leña que trae del bosque o del depósito del burgués, tiene que construir su jacal a costa de dinero y que comprar la herramienta y bestias que necesite para sus trabajos, tiene que contar con provisiones para no morir de hambre mientras levanta la primera cosecha, tiene que contar con fondos para hacerse de las semillas que necesita para la siembra. En suma: necesita dinero para todo lo que necesita, y aun para lo que no le hace falta, sino que pesa sobre él y lo embrutece y lo sangra y la explota: la Autoridad y el Clero.
Y si malo el año ¡qué angustia! El gobierno exigirá las contribuciones como si las cosechas hubieran sido buenas; el agiotista exigirá lo prestado al campesino, sin consideración de ninguna clase. Habrá entonces que vender o empeñar el caballo o el buey, o que pedir prestado más dinero para salir adelante y llenar otros estómagos, los estómagos de nuestros verdugos, mientras nuestros niños y nuestras compañeras y nuestros ancianos padres languidecen a nuestra vista, víctimas de nuestra terquedad de querer gobierno, sufriendo, sufriendo las consecuencias de nuestra falta de valor para decir a los caudillos revolucionarios: ¡no queremos reformas! ¡Queremos la abolición del derecho de propiedad privada o individual! ¡Queremos que todo lo que existe sea para todos! Y haciendo mil pedazos las banderas personalistas, gritar por lo alto el Manifiesto de 23 septiembre de 19111, cuyos principios son los únicos que garantizan a todo ser humano el bienestar y la libertad, porque no quiere más propiedad privada ni Autoridad ni Clero.
El pobre, el verdadero paria, el desheredado que no cuenta con un terrón para reclinar la cabeza, ese nada gana con las reformas carrancistas, porque necesita dinero para ponerse a trabajar un pedazo de tierra; pero suponiendo que contase con algo para provisiones, utensilios para el trabajo y lo más indispensable para poder subsistir mientras levanta la primera cosecha, y suponiendo todavía más, que la cosecha sea buena, estando el mercado controlado por los capitalistas, tendría que sujetarse el campesino a vender a vil precio sus productos a los acaparadores, con lo que habría trabajado más que cualquier jornalero por una despreciable pitanza, y la miseria y la tristeza continuarían reinando en su hogar, mientras la abundancia y la dicha reinarían en los hogares de los burgueses, de la misma manera que había ocurrido antes de la Revolución.
Las reformas carrancistas son la burla más sangrienta que pueda haber recibido nunca el proletario. Su reforma agraria es una bofetada en pleno rostro a los desheredados.
¡Nada de reformas! Lo que necesitamos los hambrientos, es la libertad completa, basada en la independencia económica. ¡Abajo el llamado derecho de propiedad privada! Y mientras este derecho inicuo continúe en pie, en pie continuaremos y con las armas en la mano todos los proletarios. ¡Basta de burlas! Proletarios: a quien os hable de carrancismo, escupidle el rostro y quebradle los hocicos.
¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
1 Refiérese al “Manifiesto. La Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano al pueblo de México”, suscrito en Los Ángeles, California, el 23 de septiembre de 1911; publicado en esa misma fecha en Regeneración, núm. 56. Se le considera un documento fundamental en la trayectoria ideológica del PLM, pues en él se asume una nueva plataforma política cifrada claramente en el pensamiento anarquista.
Es inútil retorcerse los brazos ante los estragos que causa la Revolución. Mejor saludémosla con entusiasmo.
El progreso humano tiene necesidad de esas catástrofes. Sin ellas, la especie humana continuaría gimiendo bajo el yugo de los faraones o de déspotas de Oriente.
El progreso tiene que ir pisando sobre cadáveres. Parece un contrasentido; pero es una gran verdad: destruyendo se construye; produciendo la muerte, se engendra la vida. Se destruye todo lo malo, todo lo que estorba, todo lo que tiraniza, para crear el ambiente dentro del cual podemos ser libres; se mata, para asegurar a todo ser humano el derecho de vivir.
¡Destrucción y matanza necesarias! No habría necesidad de tales catástrofes, si no hubiera personas e intereses que se empeñan en conservar lo que pugna con la libertad y la justicia.
Amemos la Revolución, cantemos a la Violencia, ese brazo robusto que arranca cetros, corta cabezas de malvados y hace añicos formidables Bastillas.
Sin la violencia, el pensamiento revolucionario sería estéril. Sin la violencia, la filosofía revolucionaria dormiría un sueño infecundo en las páginas de los libros. No se derribó la Bastilla con libros, sino con brazos.
Entregarse a histerismos enfrente de la Revolución, es obra de seres pequeños, en negar la historia del progreso. Los mismos que condenan la Violencia ejercitan derechos políticos que nunca habrían sido conquistados sin la intervención del brazo armado. Los Derechos del Hombre son hijos de la Violencia. ¿Por qué no ha de ser igualmente hijo de la violencia el Derecho de Vivir que proclamamos los anarquistas? Desde el momento que hay personas e intereses que se oponen a la implantación de ese derecho, tiene que correr la sangre a torrentes, es preciso recurrir a la Violencia.
Sin la Violencia, que emancipó a la ciencia, no habría barcos de vapor, ni tranvías eléctricos, ni barcos aéreos, ni automóviles, ni telégrafo sin hilos, ni nada de lo que constituye el orgullo de los hombres de esta época. Todo eso, considerado por las religiones como engendros del demonio, habría muerto con sus autores en las hogueras de la Santa Inquisición. ¡Recordad a Galileo, acordaos de Giordano Bruno!
¡Honor a la Violencia!
Ricardo Flores Magón
El abnegado luchador con cuyo nombre encabezamos estas líneas, murió el 14 de junio de este año.
Luchador honrado, murió en la obscuridad, en el abandono, en la miseria… ¡En la miseria, precisamente en los momentos en que nuestros enemigos se enronquecían llamándonos explotadores!
Anselmo L. Figueroa formaba parte de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, y con los miembros de esa Junta sufrió persecuciones, miseria, calumnias, atentados, todo lo que un hombre honrado sufre cuando tiene el valor de decir la verdad y de ponerse al lado de la justicia.
Con los miembros de la Junta fue internado en el presidio federal de McNeil, estado de Washington, reo del “delito” de fomentar la insurrección del trabajador mexicano contra el Capital, la Autoridad y el Clero, en México. ¡Lástima que los detractores de los trabajos del Partido Liberal Mexicano no hubieran sido los jueces que nos juzgaron, pues nos habrían puesto en libertad, “convencidos” como están de que no tiene ese Partido ninguna influencia en los asuntos mexicanos!
La sentencia de 23 meses de trabajos forzados que nos fue impuesta, fue para Anselmo una sentencia de muerte, porque en el presidio contrajo el mal que lo arrastró al sepulcro.
En vez de dársenos en el presidio los cinco dólares diarios y de pasarnos en él una vida regalona, como aseguran nuestros pequeños enemigos, se nos hacía trabajar bajo la lluvia y la nieve, a una temperatura glacial, en aquel lugar del extremo norte de ese país. Nuestras ropas, destilando agua, se secaban al calor de nuestros cuerpos, por la noche mientras dormíamos en nuestros calabozos. La alimentación que se nos proporcionaba no bastaba para que nuestros cuerpos recobrasen las fuerzas perdidas en las duras faenas del presidio.
Anselmo salió enfermo, agotado, aniquilado, y en medio de nuestra miseria no pudo obtener los cuidados médicos que su enfermedad reclamaba, ni los alimentos nutritivos que su debilitado organismo requería, sucumbiendo al fin a sus dolencias, en Palomas, Arizona, adonde había ido en busca de un clima más favorable a su salud.
Anselmo pagó con su vida, con su valiosa e importante vida, su devoción a la causa de los oprimidos, de los pobres, de los que tienen hambre de pan y de justicia. La causa de la libertad humana ha perdido uno de sus mejores campeones. Modesto, desinteresado, abnegado, valiente, talentoso, orador elocuente, polemista admirable, no sabe el proletariado la pérdida que ha sufrido con la desaparición de este hombre bondadoso, de este luchador insuperable, todo corazón, todo cerebro.
Los que con ansia queremos que termine este sistema político, económico y social conocido con el nombre de sistema burgués, debemos imitar a Anselmo. Él nunca se quejó de la miseria que sufría, sino de la miseria que sufrían sus hermanos de clase. En el martirio, cuando sus carnes amoratadas por el frío se iban saturando de la enfermedad que debía cortarle la existencia, su cerebro pensaba en los millones y millones de seres humanos que en el mundo sufren hambre, sed, desnudez, injusticia, y en el fondo de su calabozo extendía los brazos como queriendo proteger con ellos a la humanidad que sufre. ¡Bello gesto de león encadenado que quiere defender a sus cachorros!
Compañeros, hermanos: la muerte de Anselmo deja en nuestras filas un vacío difícil de llenar. Desgraciadamente las madres no paren Anselmos todos los días; las piedras preciosas no abundan como guijas, y ya que no es posible encontrar otro Anselmo, imitemos al mártir; hagamos esfuerzos poderosos por parecernos a él; tomémosle como modelo de luchador sincero y desinteresado.
Ricardo Flores Magón
1 Anselmo L. Figueroa (Palomas, Ariz. 1870- Palomas, Ariz. 1915). Originario de Yuma, Arizona. Miembro del Partido Demócrata por el que buscó ser elegido al Congreso estatal de Arizona. Alcaide de la Penitenciaría Federal de Arizona. En 1900, emigró a Los Ángeles. En 1905 se incorpora a la rama de habla hispana del Partido Socialista en Los Ángeles, Cal. , desde la que promueve que los también socialistas y abogados, A. J. Holston y Job Harriman asuman la defensa legal de los miembros de la JOPLM encarcelados en 1907. En 1911 se integra a la JOPLM y a la redacción de Regeneración. Fue arrestado junto con Enrique y RFM el 14 de junio de 1911, permaneció en prisión hasta septiembre de ese año. En 1912 se le enjuició y fue declarado culpable de violación a las leyes de neutralidad. Murió el 14 de junio de 1915, meses después de haber salido de la cárcel de McNeil Island, donde purgó una condena de 23 meses.
Regeneración vuelve a la lucha después de su largo silencio.
No había muerto: estaba amordazado por la miseria.
Brazos robustos de trabajadores hicieron pedazos esa mordaza.
Regeneración necesitaba una imprenta, y los trabajadores compraron una imprenta para Regeneración.
De los obscuros bolsillos de nuestros hermanos de miseria y de sufrimientos, salieron uno a uno el níquel, la peseta, el tostón, el peso, hasta lograr reunir la cantidad que se necesita para hacer el primer pago de la compra.
¡Emocionante ejemplo! ¡Admirable sacrificio! La imprenta de Regeneración condensa los dolores, las angustias, los desvelos, las fatigas, los sudores, los sacrificios de muchos trabajadores honrados. Al contemplar el engranaje de las máquinas; al echar una ojeada al taller; al divisar los caracteres de metal que descansan en sus alvéolos esperando los dedos nerviosos que han de darles vida alineándolos para representar el pensamiento, la mente se imagina el hogar humildísimo donde el padre de familia reduce todavía más la mermada ración de pan de los suyos, para poder contribuir a la compra de la imprenta que asegura la existencia del periódico revolucionario; o bien con los ojos de la imaginación, se ve a la obrera de cerebro emancipado trabajando horas extraordinarias para poder adquirir una moneda más con la cual contribuir para la adquisición de la imprenta.
¡Hay que adquirir una imprenta para Regeneración! Esta frase resonó en los talleres, en las fábricas, en los campos, en las minas, en las fundiciones, en las secciones de ferrocarril, en todos los lugares donde el ser humano sufre el yugo del sistema burgués, y de los negros bolsillos de los hijos del pueblo comenzaron a caer monedas, monedas, monedas, esto es, la sangre, el sudor y la salud de los trabajadores ofrecidos gustosamente para dar vida al periódico que educa, que emancipa, que dignifica, que inyecta aliento y energía.
Cuántos, para dar unos centavos tuvieron que ayunar; cuántos otros tuvieron que dejar de comprarse lo necesario, y ¡quién sabe si más de un hombre generoso, poniendo en riesgo su libertad y su tranquilidad, no puso la mano valerosa en los bienes que detenta el burgués para poder enviar su óbolo para la imprenta!
La imprenta de Regeneración es la condensación de los dolores, de las angustias, de los desvelos, de las fatigas, de los sudores, de los sacrificios y de las poderosas ansias de libertad y de justicia que alimentan en los pechos de los proletarios anarquistas. No se puede ver el taller, sin que la mente se pueble de pensamientos, y sin que de lo más profundo del ser se escape un suspiro de satisfacción con estas palabras: el proletariado mexicano demuestra que quiere ser libre. Querer es poder: el proletariado mexicano será libre.
La imprenta queda debiendo $190.00 ciento noventa dólares que es preciso pagar lo más pronto posible para librarla del riesgo de ser recogida por su antiguo dueño. Es de esperarse que todos, hombres y mujeres, se apresuren a librar de deudas la imprenta, contribuyendo con lo que puedan.
¡Manos a la obra, hermanos!
Unamos nuestras fuerzas. Que nadie deje de contribuir para un fin tan noble y tan alto.
¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
El porvenir de la Revolución Mexicana, dice el compañero Antonio P. Araujo1, es el comunismo anarquista.
Venciendo mil dificultades; arriesgando la vida a cada momento, pudo nuestro compañero Araujo ponerse al habla personalmente con el incansable y honesto luchador suriano, Emiliano Zapata.
No es cosa fácil llegar hasta los lugares en que opera el revolucionario. Se necesita audacia y talento para lograrlo. Nuestro compañero lo logró y habló con él.
Araujo encontró personificadas en el revolucionario suriano, la buena fe y la abnegación, cualidades indispensables para ser un buen revolucionario. Emiliano manifestó a Antonio, que no tiene otro interés que el bienestar de la clase trabajadora, y estas sencillas palabras, dichas por un hombre sencillo, tenían su confirmación allí mismo, con hechos, con grandes hechos.
Las conferencias entre Zapata y Araujo tuvieron lugar a fines de febrero de este año en la Hacienda de San Juan Chinameca, Estado de Morelos. Desde las ventanas de la casa de la hacienda se veían los campos poblados de trabajadores. Araujo no tuvo más que echar una ojeada a través de las ventanas, para comprobar la gran verdad que había oído de los labios del austero luchador. Vio en los rostros de aquellos trabajadores la satisfacción, la alegría, el bienestar. No vio los rostros angustiados de los trabajadores a jornal, sino las caras satisfechas de hombres y de mujeres que no conocen amo.
Las haciendas que visitó Araujo, las encontró en manos de los antiguos peones, quienes las trabajan libremente, habiendo huido los burgueses “dueños” de ellas ante el pueblo rebelado.
En los pueblos del Estado de Morelos que recorrió el compañero Araujo, pudo comprobar, también, que las palabras de Emiliano eran sinceras: “no tengo otro interés que el bienestar de la clase trabajadora”. En los pueblos no hay policías, y, por lo mismo, en ellos reina el orden. No habiendo ricos, no hay necesidad de policías. En los jardines de las poblaciones, donde antes solamente la burguesía se recreaba, Araujo encontró a los trabajadores paseando con sus familias. Ya no había léperos de levita. Ya no los rechazarán con la punta del bastón, diciendo estas palabras: ¡fuera de aquí, pelado!
Por todas partes del territorio controlado por las fuerzas revolucionarias zapatistas, encontró Antonio que reinaba el bienestar. Los domingos, hombres, mujeres y niños vestidos de limpio se dan cita en los pueblos para gozar de la vida social. Nada de andrajos: en su lugar, ropas humildes, es cierto; pero resplandecientes de limpieza.
Emiliano, en las sabrosas pláticas que tuvo con Antonio sobre el porvenir de la Revolución, hizo patente una vez más su amistad hacia los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, envío palabras de aliento para que no desmayemos en la lucha que tenemos emprendida.
Emiliano desea con entusiasmo la formación de colonias comunistas, compuestas de miembros del Partido Liberal Mexicano, en el territorio controlado por sus fuerzas. Mientras Venustiano Carranza hace que los campesinos compren la tierra, Zapata la pone en manos de los trabajadores sin precio de ninguna clase. Zapata está dispuesto a proveer de todo lo necesario a los colonos miembros del Partido Liberal Mexicano. La dificultad para las comunicaciones, debida al estado caótico en que se encuentra el país, ha impedido que la colonización se haya llevado a cabo.
La visita del compañero Araujo al luchador suriano, ha servido para fortalecer los lazos de unión que siempre han existido entre el movimiento del Sur y el Partido Liberal Mexicano, así como para proteger y robustecer los puntos de contacto de las dos tendencias, puntos de contacto que con la base sólida de una obra de unificación revolucionaria en todo el país, que va tomando forma según el tiempo pasa, que va precisándose con el ejercicio de métodos verdaderamente revolucionarios y las lecciones saludables de la experiencia.
En su misión de procurar la unificación de los métodos revolucionarios, Araujo ha recorrido dieciséis Estados de los que componen la nación mexicana, y el estudio de sus observaciones robustecen la esperanza de todos los que deseamos que aquella lucha formidable del pobre contra el rico, no degenere en una obscura contienda de aspirantes a puestos públicos, sino que, de progreso en progreso termine con la muerte completa del sistema capitalista.
Araujo visitó los centros obreros de los diferentes Estados por el recorrido, y se dio cuenta cabal del modo de pensar de los trabajadores. Dondequiera encontró que la mentalidad de la clase trabajadora es propicia a la expropiación, y que en muchas partes no se espera otra cosa que una buena oportunidad para llevarla a la práctica.
El principio de Autoridad, tan odiado instintivamente por el pueblo de México, se encuentra cada día más debilitado, y hay regiones donde ya no rige.
En cuanto al clero, ha perdido por completo su prestigio en una gran parte del país.
El triunfo de la Anarquía es solamente cuestión de tiempo. Que el movimiento mexicano tenga más duración, y el sistema burgués quedará reducido a escombros. No desmayemos, compañeros. ¡Adelante!
Ricardo Flores Magón
1 Antonio de Pío Araujo. Periodista. Editor. Se vinculó al PLM hacia 1905, cuando residía en Cananea, donde publicaba El Azote y repartía Regeneración. En una lista de 1906 aparece radicando en Ciudad Porfirio Díaz (Piedras Negras, Coah.).Ese mismo año se trasladó a Douglas, Arizona donde formó el club liberal Libertad con mineros mexicanos de la región. Al año siguiente se trasladó a Texas y como delegado especial de la JOPLM buscó vincular a los grupos liberales del sur de ese estado norteamericanos con vistas a las jornadas insurrecciónales de ese verano. A decir del cónsul mexicano en Río Grande City, Texas, a mediados de 1906, Juan Flores, Juan de la Rosa y Araujo eran los principales cabecillas de la llamada junta que trabaja entre Waco, San Antonio, Laredo, Eagle Pass y El Paso, Texas. Su ficha era esta: “Como entre 23 y 24 años de edad, de estatura regular, Trigueño ligero en sus movimientos fogoso para hablar, tiene pelo negro y usa bigote y es delgado de cuerpo.” A fines de 1906 formó la Junta Defensora de Liberales y publicó El Progreso, en San Antonio, Texas. A mediados de 1907 recorrió México como agente de la Junta. Perseguido, regreso a Texas donde publicó Reforma y Libertad y Justicia en la ciudad de Austin, Texas. El 14 de septiembre de 1908 fue arrestado en Waco, Texas y acusado de violación de las leyes de neutralidad, por su participación en los preparativos de la incursión liberal a Las Vacas, Chihuahua. Purgó su condena en Leavenworth, Kansas. A su salida se trasladó a Los Ángeles, California y se integró a la JOPLM. Fue presidente de la comisión de gobierno del PLM en Tijuana, B. C. Desde esa población, en mayo de 1911, lanzó un manifiesto, invitando a los mexicanos residentes en California a ir a Baja California a tomar posesión de la tierra. Al ser derrotado el ejército liberal en esa península y ser perseguido por las autoridades norteamericanas se trasladó al Canadá. En marzo de 1911 se integró a la mesa de redacción de Regeneración y entre esa fecha y agosto de 1914, publicó cerca de 300 artículos. A fines de 1915, se separó del PLM. Trabajó como funcionario del gobierno de Venustiano Carranza en la región zapatista.
Hace varias semanas que la Prensa burguesa viene dando cuenta de combates librados entre mexicanos y fuerzas de los Estados Unidos en territorios que comprenden los condados texanos de Hidalgo, Cameron, Starr y otros vecinos a los mencionados1. Como es natural, se oculta la causa de esa contienda. Se quiere hacer entender que los levantamientos de mexicanos en aquella sección de los Estados Unidos se deben a un acuerdo entre mexicanos para llevar a cabo un Plan de San Diego2, que aboga por la independencia del vasto territorio que los Estados Unidos arrebataron a México a mediados del siglo pasado. El tiempo transcurre, y la verdadera causa de ese movimiento va apareciendo. No es el deseo de poner, bajo el control de México, el territorio que abarcan los Estados de Texas, Nuevo México, Arizona, Colorado, California y parte de otros lo que ha impulsado a los mexicanos residentes en Texas a levantarse en armas contra las autoridades de los Estados Unidos, sino otro muy distinto: el de ponerse a salvo de los atentados de que son víctimas, con tanta frecuencia, en este país, las personas de nuestra raza. He aquí cómo explica un periódico burgués. El Presente3, de San Antonio Texas, el origen de los levantamientos. Dice así:
“El origen de la revuelta se encuentra en los siguientes hechos: Un mexicano bailaba en una casa de un pueblecillo cercano a Brownsville y un norteamericano quiso arrebatarle la mujer. El mexicano se opuso y al salir a la calle fue muerto a traición por el norteamericano. Los mexicanos vengaron inmediatamente la muerte de su paisano, y eso dio origen a que los vengadores se retiraran del poblado, ya armados y dispuestos a defenderse del linchamiento o de la horca. La situación precaria de varios hombres les hizo ver una oportunidad para alzarse en armas, y las tomaron, para ganarse el pan en esta forma violenta.”
¡Cuán distinto es todo esto a las mentiras propaladas por el resto de la Prensa burguesa!
Como se ve, el movimiento de Texas comenzó con la rebeldía de un puñado de hombres que no quisieron ser víctimas de la justicia imperante en ese Estado con las personas de nuestra raza, a cuyo puñado se agregaron todos aquellos que, cansados de ofrecer sus brazos a los burgueses para que se los exploten, sin obtener el trabajo deseado, encontraron en la actitud de los rebeldes una buena oportunidad para arrancar por la fuerza, de las manos de los capitalistas, lo que éstos niegan a los pobres: un pedazo de pan para ellos y sus familias.
Naturalmente esos rebeldes fueron víctimas de una feroz persecución, porque la señora Autoridad así es: intransigente y feroz a tal grado que, en lugar de procurar la paz entre los hombres, con sus actos atentatorios los excita a la guerra. En vez de acercarse a aquellos hombres y con buenas maneras tratar de calmarlos garantizándoles la tranquilidad y la libertad a que tiene derecho todo ser humano, sus representantes, esos bárbaros llamados “rangers”, especie de policía rural de la comarca norteamericana fronteriza con México, abrieron fuego sobre los rebeldes tan pronto como los tuvieron a la vista. Los rebeldes contestaron, y esto fue el comienzo del estado de guerra en que se encuentra aquella porción de los Estados Unidos.
Sin embargo, todavía entonces pudo haber quedado confinado el movimiento a la lucha entre los rebeldes originales y los “rangers”; pero la Autoridad no es escudo ni amparo del pobre, sino su azote, y, por lo tanto, en lugar de proteger a los habitantes pobres de la región por dónde hacía su persecución a los rebeldes, comenzó a hostilizarlos de mil maneras, pretendiendo encontrar un rebelde en cada varón mexicano con que los esbirros tropezaban, y comenzó entonces una cacería infame de los “rangers” contra los mexicanos. Los “rangers”, forzados por civiles, partidas de polizontes y de desalmados de todas descripciones, entraban en tropel a las humildes casas habitadas por mexicanos, porque la Autoridad nunca molesta a los burgueses, de los cuales es perro guardián, y allí se entregaban a verdaderas saturnales de caníbales disparando sus armas, sobre hombres, viejos, mujeres y niños, tratando de vengar en personas inocentes las bajas que en abierta lid les hacían los rebeldes. Una de tantas casas asaltadas fue la del compañero Aniceto Pizaña4, hombre honrado que residía con su familia en el rancho de Los Tulitos, de jurisdicción de Brownsville. La casa fue asaltada por una turba de salvajes representantes de la Autoridad el 3 de agosto, disparando los asaltantes sobre sus moradores sin consideración a sexo ni edad. Aniceto no es el hombre que se deja atropellar; Aniceto es un proletario consciente de sus derechos, y con tres compañeros más, que a la sazón se encontraban en su caso, respondió al fuego de los bandidos cuyo número era de treinta a treinta y cinco. Rudo fue el combate que se entabló. Nuestros cuatro compañeros hicieron prodigios de valor, pues los asaltantes se encontraban bien parapetados, y a pesar de que todas las ventajas estaban de parte de los esbirros, nuestros heroicos hermanos los tuvieron a raya durante más de media hora, haciéndoles varios muertos y heridos. Desgraciadamente un niño, el único hijo de Aniceto, fue herido en una pierna de un balazo que le dieron los bandidos, y hubo necesidad de amputársela. Desde entonces Aniceto se encuentra también sobre las armas, y, según la Prensa burguesa, su actividad revolucionaria es intensa. El caso de Aniceto no es un caso aislado: lo mismo ocurrió en otros lugares de la región de Brownsville. Similares atropellos fueron llevados a cabo por los representantes de la Autoridad en personas que tal vez nunca habían pensado en rebelarse; pero a quienes las circunstancias hicieron tomar las armas para defenderse de salvajes atropellos, para salvar su vida y la de los suyos, o siquiera para tener la satisfacción de cambiar una vida laboriosa y honrada por la vida criminal de un “ranger”, de un polizonte o de un voluntario del salvaje Estado de Texas.
He ahí la manera de propagar una chispa de rebeldía; y lo que comenzó por ser una vulgar persecución a un puñado de personas, se ha transformado, por la estupidez de la autoridad, en una verdadera revolución. No hay tal Plan de San Diego, ni patrañas de esa clase: lo que hay es un movimiento de legítima defensa del oprimido contra el opresor. Los que están sobre las armas no son bandidos, como los trata la prostituta Prensa burguesa, sino hombres que, no encontrando protección de la autoridad, la buscan en el rifle; hombres que prefieren vender caro sus vidas a dejarse matar como borregos por bandidos sin conciencia y sin honor.
Los crímenes cometidos por los “rangers” en estos últimos dos meses, y particularmente en estas últimas semanas, crispan los nervios al hombre más flemático. Cientos de mexicanos inocentes han sido muertos por esos salvajes, encontrándose entre las víctimas hombres, ancianos, mujeres y niños. Las casas de los mexicanos han sido incendiadas, sus sembrados arrasados, y, esos atentados han contribuido a extender el movimiento revolucionario. El periódico local, The Los Angeles Tribune5, dice en su edición de 8 del pasado, refiriéndose a la zona envuelta en la revolución en el Estado de Texas: “…un territorio tan grande como el Estado de Illinois está sobrecogido de temor de asaltos a medianoche, incendio de haciendas y muerte.”
En otra parte de la misma edición dice el mismo periódico: “Más de quinientos mexicanos han sido muertos en el Río Grande desde hace tres semanas a esta parte, según noticias rendidas por los “rangers”, este día —7 de septiembre— a oficiales de policía en los condados afectados por la revolución.”
Esto es lo que confiesan los “rangers”; pero, conocidos los instintos criminales de las bestias feroces que integran esos cuerpos policíacos en los Estados de Texas, es de presumirse que se han quedado cortos en su formación, y que a más debe ascender el número de víctimas de la Autoridad. He aquí como habla “El Presente” al referirse a las víctimas de los “rangers”: “Nadie sabe quién mató a los hombres que aparecen colgados en los árboles o acribillados a balazos; pero todo el mundo señala a los “rangers”. Y añade: “Se ha matado a los hombres debajo de una cama y se les ha matado dentro de sus casas, no obstante que reclaman un momento de paz para explicarse. Se les ha sacado de la cárcel para colgarlos, y lo que más se ha hecho es fusilarlos por la espalda después de que han entregado las armas y se han rendido.”
¡Fusilarlos por la espalda cuando se han rendido! ¿Qué mayor prueba de felonía puede exigirse de un “ranger”?
Esto es, a grandes rasgos, lo que ocurre en Texas. No es un movimiento de bandidos, como trata de hacerlo aparecer la Prensa burguesa, sino el movimiento natural del hombre que, al ver amenazada su existencia, se defiende como puede.
Justicia y no balazos, es lo que debe darse a los revolucionarios de Texas. Y desde luego, todos debemos exigir que cesen esas persecuciones a mexicanos inocentes, y, por lo que respecta a los revolucionarios, debemos exigir también que no se les fusile. Quienes deben ser fusilados son los “rangers” y la turba de bandidos que los acompañan en sus depredaciones.
Ricardo Flores Magón
1 Los levantamientos en Texas. Refiérese a los acontecimientos suscitados en torno al Llamado “Plan de San Diego.” Véase “Cronología”.
2 Plan de San Diego. Proclama firmada por un Congreso Revolucionario Supremo de San Diego, Texas, que convocó a un levantamiento armado para el 20 de febrero de 1915 con el objetivo de crear una nueva república en los territorios perdidos por México en la guerra de 1848. Supuestamente se encontró en manos de un mexico-estadounidense arrestado en la frontera texana en enero de 1915. Su llamado a matar a todos los anglos mayores de 16 años causó alarma en Texas, lo que provocó euforia racista y números ataques a la población mexicana del estado, en particular a los pequeños propietarios de tierras, así como el incremento de la presencia militar y la vigilancia en la frontera. En la confusa situación algunos grupos, como el comandado por el veterano magonista Aniceto Pizaña, organizaran guerrillas defensivas.
3 El Presente. (1914-1915). Fundado en 1914 por Arturo M. Elías en San Antonio, Texas. Elías había sido cónsul de Porfirio Díaz y colaborador de Victoriano Huerta. Fue uno de los principales encargados del gobierno mexicano en organizar el espionaje y persecución de los magonistas en los Estados Unidos. El Presente era el órgano de los conservadores mexicanos en Texas y crítico de todas las facciones revolucionarias, tenía como misión expresa “no dejar en manos bandidos al desventurado México”.
4 Aniceto Pizaña (Cameron, Texas, 1877- Matamoros, 1957) Nació en el seno de la familia de migrantes tamaulipecos. En 1904 conoció a Ricardo Flores Magón en Laredo y se unió al PLM. Distribuidor de Regeneración en Brownsville y los campos de algodoneros de la región. Convirtió su rancho “El Tulito” en centro de propaganda y organización de campañas a favor de la JOPLM, promovía la defensa de los mexicanos de las agresiones y la discriminación por parte de los anglos y fundó la sociedad “Solidaridad Perpetúa”. Algunos testimonios afirman que instaló en su propiedad una Escuela Moderna. Escritor de sonetos, a los que llamaba “Momentos de soledad”. En1912 intentó organizar una insurrección armada en Tamaulipas y solicitó a la JOPLM apoyó con pertrechos y reclutas. En 1915 se vio involucrado en el plan insurreccional conocido como Plan de San Diego, que supuestamente buscaba crear una república autónoma en los territorios anexados en 1848, los que desató una furiosa persecución de mexicanos en el estado. Tras el ataque a su rancho por parte de rangers texanos el 3 de agosto y la aprensión de su esposa y su hermano y en que fue herido en una pierna su hijo, un niño al que hubo que amputársela, Pizaña organizó una guerrilla que operó en ambos lados de la frontera. Se le acusó de ser apoyado por militares carrancistas, como el general Emiliano P. Nafarrate, y de que su levantamiento estaba siendo manipulado por los alemanes que buscaban provocar una guerra entre México y los Estados Unidos. Fue aprendido en Matamoros en febrero de 1916. La JOPLM organizó una campaña para impedir que el gobierno de Carranza lo entregara a las autoridades estadounidenses, lo reivindicó como un auténtico anarquista y exigió su libertad. Tras ser liberado se quedó a residir en Matamoros, donde murió en 1957.
5 The Los Angeles Tribune. Diario fundado en 1912 con el nombre de Daily Tribune. A partir de 1916 fue rebautizado como The Morning Tribune.
Gobierno es lo mismo que tiranía; gobernante es lo mismo que opresor. Un gobierno cualquiera que sea su forma, ya sea republicano o monárquico, no es otra cosa que una institución creada para defender las personas y los intereses de la clase rica, contra las posibles agresiones de la clase pobre a esas personas y a esos intereses. Quien crea que el gobierno es una institución creada para proteger al débil, está en un error, pues ni la Historia ni los hechos actuales demuestran que el gobierno sea un ángel tutelar de los desheredados.
Nuestros hermanos, los pobres, deben dejar de pensar en gobiernos benéficos que los libren de la miseria y la tiranía. Los pobres, los que nada poseemos, debemos luchar con todas nuestras fuerzas porque no se implante ningún gobierno en México, si es que de veras queremos nuestra emancipación.
Carranza, el viejo taimado, ha logrado atraerse las simpatías de una parte del pueblo adoptando medidas que aparentemente benefician al proletariado; pero que, en realidad, no son más que un lazo hábilmente tendido por políticos astutos, para que caigan en él todos los que todavía creen que es necesario que en México exista un gobierno que proteja al débil contra los atentados del fuerte.
La política aparentemente radical de Carranza, ha atraído a sus filas el apoyo de una parte del elemento obrero del país que espera encontrar en el carrancismo un auxiliar para la reivindicación de los intereses de la clase trabajadora. De esa manera es como han nacido a la vida los Batallones Rojos1, compuestos de obreros pertenecientes a los diferentes sindicatos de trabajadores; pero lo ocurrido recientemente en Monterrey, capital del Estado de Nuevo León, debe poner en guardia a los compañeros que integran los Batallones Rojos, sobre la supuesta buena fe de Venustiano Carranza y sus satélites.
Juan Hernández García, revolucionario sincero, operaba como coronel de un Batallón Rojo por los Estados de Nuevo León y Coahuila. En este Batallón militaba un grupo de luchadores honrados que comprenden que el deber del verdadero revolucionario es trabajar por la emancipación de la clase trabajadora, y por dondequiera que pasaban, ponían en manos de los desheredados lo que necesitaban, invitándolos a tomar posesión de la tierra, nuestra madre común, a la que todos ser humano tiene derecho de trabajar para procurarse la subsistencia.
La actuación verdaderamente revolucionaria de Juan Hernández García y sus heroicos compañeros no pasó inadvertida. Los señores feudales pusieron, como se dice, el grito en el cielo, y desde entonces comenzó una serie de hostilidades disfrazadas contra los nobles revolucionarios. Se les hacia ponerse al frente en los encuentros con el enemigo, para que fueran aniquilados; se les encomendaban las comisiones mas arriesgadas, para que fueran siendo diezmados; se les negaba todo lo que a los carrancistas inconscientes se les prodiga: ropas, alimentos, dinero, reparación de equipo, hasta que fue imposible el seguirle sosteniendo y se disolvió el Batallón.
Pero la burguesía no olvida, y entonces, una persecución, abierta se desató contra Juan Hernández García, hasta que se logró ponerlo en prisión. Actualmente se encuentra preso en la penitenciaría de Monterrey, acusado de “agitador de los obreros”. Últimamente era Juan Hernández García secretario de redacción del periódico sindicalista de Monterrey, Orientación Social2.
Se encuentran presos en Monterrey, acusados de lo mismo Elfego Lugo3, redactor del periódico sindicalista La Razón4, que ve la luz pública en Monterrey; Felipe Hernández García5, Eleuterio Palos6 y Zenón Gamez.
A todos estos dignos luchadores enviamos nuestro saludo porque han caído como buenos. Las simpatías de los desheredados de todo el mundo están con ellos porque son mártires de la causa de los trabajadores.
Si Venustiano Carranza tuviera vergüenza, pondría inmediatamente a esos hombres en absoluta libertad; pero no podemos esperar que un político la tenga.
Abrid los ojos, hermanos que lucháis en las filas carrancistas. Los que tenéis el fusil en las manos, no lo abandonéis, porque vuestra redención no podrá ser nunca obra de Venustiano Carranza ni de ningún aspirante a puestos públicos, sino obra vuestra. Lo ocurrido en Monterrey puede ocurrir en otras partes del país, si no estáis alerta. Tened presente que la emancipación de los trabajadores, debe ser obra de los trabajadores mismos.
Ricardo Flores Magón
1 Batallones Rojos. Integrados como resultado de la alianza pactada el 12 de febrero de 1915 entre el Comité Revolucionario de la Ciudad de México de la Casa del Obrero Mundial (COM) y el Constitucionalismo. Mediante éste pacto, la COM se comprometió a aportar contingentes obreros para combatir a los ejércitos de la Convención, mientras el Constitucionalismo haría suyas ciertas demandas obreras. En total se constituyeron seis Batallones Rojos de alrededor de 700 hombres cada uno. El primero se destinó a Tampico bajo las ordenes del general González Cuellar; el segundo, al mando del general Emilio Salinas, fue enviado a la Huasteca veracruzana; el tercero y el cuarto quedaron bajo las órdenes del general Álvaro Obregón incorporados al Ejército del Noroeste que combatió y derrotó a la División del Norte de Francisco Villa en el Bajío; el quinto y el sexto permanecieron en Veracruz protegiendo al gobierno Constitucionalista de Venustiano Carranza y fueron utilizados para combatir al zapatismo. Finalmente las mujeres de la Casa formaron la Brigada Sanitaria Ácrata. Si bien con los Batallones Rojos el movimiento obrero organizado participa en la luchas armadas de la Revolución al lado del Constitucionalismo, muchos de sus integrantes aprovecharon su participación en ellos para hacer propaganda organizativa obrera e incluso anarquista en distintos puntos del país. Su integración generó división en el seno de la COM; fue objetada por las tendencias anarcosindicalistas que rechazaban la participación política de los obreros organizados; por algunos de sus líderes más destacados, como el fundador Eloy Armenta, quien fue encarcelado en Veracruz y después expulsado del país por su oposición al pacto; así como por varios gremios, como los ferrocarrileros y los obreros textiles de Puebla y Veracruz. Los Batallones Rojos fueron licenciados en enero de 1916, cuando la ruptura entre la COM y el Constitucionalismo estaba a punto de provocar las cruentas huelgas que se dieron a todo lo largo de ese año, el encarcelamiento de los dirigentes obreros y la disolución misma de la COM.
2 Orientación Social (1915, Monterrey, N. L.). Ed. Juan Hernández García. Órgano de la Casa del Obrero de esa ciudad.
3 Elfego Lugo (Hidalgo del Parral, Chihuahua, ¿?-1935) Empleado del Banco Minero de Chihuahua. En 1906 participó en el Club Liberal “Benito Juárez” de su ciudad natal. En ese año sostuvo correspondencia con la JOPLM de San Luis Missouri. Comprometido a participar en los levantamientos de 1906 fue aprendido y sentenciado a purgar una pena de dos años en San Juan de Ulúa, donde sin embargo permaneció recluido hasta 1911. A ser liberado emigró a los Estados Unidos. Regresó a México para colaborar en El diario del hogar. Se apartó de la JOPLM por no estar de acuerdo con el movimiento insurreccional de 1911 en la Baja California. En 1915, siendo editor el periódico sindical La Razón en Monterrey, fue encarcelado por autoridades carrancistas. En 1920 fue candidato perdedor a diputado para al congreso de Chihuahua. Entre 1930 y 1933 fue secretario general de la Liga Nacional Campesina “Úrsulo Galván”. En 1935 murió en la miseria en el Hospital General de la ciudad de México. En 1926 los Talleres linotipográficos “La Lucha” editaron su Catecismo de las doctrinas socialistas. Dejó testimonio escrito de sus experiencias en San Juan de Ulúa en por lo menos dos textos: el incluido en Las tinajas de San Juan de Ulúa, de Teodoro Hernández, y en artículo publicado el 28 de agosto de 1932 en El Universal Gráfico.
4 La Razón. Monterrey, N. L., (1915). Elfego Lugo, redactor.
5 Felipe Hernández García. Monterrey. N. L. Miembro del Batallón Rojo que operó en Nuevo León y Coahuila, en los primeros meses de 1915, bajo las órdenes de su hermano Juan. Fue encarcelado en Monterrey, N. L. acusado de «agitador de los obreros», junto con su hermano Juan, Elfego Lugo, su hermano Felipe Hernández García, Eleuterio Palos y Zenón Gamez.
6 Eleuterio Palos. Miembro de la Unión de conductores de coches públicos de la ciudad de México y de la Casa del Obrero Mundial de la misma ciudad. Durante el régimen de Huerta se traslado a Morelos, vinculándose al Zapatismo.
El tiempo pasa y el olvido va envolviendo a las personas y los hechos, como el polvo cae sobre las cosas ocultándolas a nuestra vista. ¿Quién se acuerda de Máximo Castillo? ¿Quién recuerda al anciano revolucionario que lleva ya cerca de dos años de sufrir una prisión injustísima en el Fuerte Bliss, de El Paso Texas?
Máximo Castillo es el hombre que, con Jesús San Martín2, al frente de una fuerza de verdaderos revolucionarios, sembró el terror entre la burguesía de la región de Casas Grandes, Estado de Chihuahua, hace unos dos años. Sembró el terror entre la burguesía, porque Máximo no se presento por aquella región como se presentan los falsos revolucionarios, ofreciendo bienandanzas “para después del triunfo”, sino que, revolucionario sincero, interprete leal de las necesidades populares, iba entregando la tierra a los campesinos al mismo tiempo que quemaba los títulos de la propiedad.
Un revolucionario de esta clase, tenía forzosamente que atraerse la ira de la burguesía. Castillo fue tenazmente perseguido por fuerzas abrumadoras de la facción villista. Batido por todos sus flancos, su pequeño ejército fue hecho pedazos, Castillo y San Martín lograron llegar a los Estados Unidos, donde fueron arrestados y puestos en prisión por las autoridades americanas.
Se les arrestó porque sí, como luego se dice, porque conforme a la ley ningún motivo hay para arrestar revolucionarios que buscan refugio en este país, lo que prueba que la ley es una alcahueta que solamente sirve para proteger a los privilegiados. Si Máximo hubiera pertenecido a alguna de las facciones que luchan por encumbrar al poder a alguien, se le habría respetado y aún ayudado; pero se trataba de un hijo del pueblo, de un proletario sincero que en la lucha no buscaba otra cosa que el bienestar y la libertad de la clase pobre, y como sus procedimientos revolucionarios perjudicaban al principio de la propiedad privada, Castillo se encontraba fuera de la ley y tenía que ser visto con odio aún en el extranjero. No hay que olvidar que la fuerza de la burguesía se debe en gran parte a su solidaridad. En el caso de Castillo, la burguesía americana demostró su solidaridad a la burguesía mexicana prendiendo al revolucionario y teniéndolo en prisión sin que la ley de este país justifique tal acto.
Máximo Castillo y Jesús San Martín, merecen nuestro apoyo compañeros. Ellos sufren porque son sinceros y honrados revolucionarios y no debemos dejarlos abandonados a su suerte. Debemos ayudarlos como ayudamos a Rangel3, Cisneros4, Alzalde5 y demás mártires que se encuentran presos en la penitenciaría de Texas y como debemos ayudar a José Ángel Hernández6 y demás camaradas presos en San Antonio.
No debemos descansar hasta ver a todos nuestros hermanos libres.
Ricardo Flores Magón
1 Máximo Castillo (San Nicolás de Carretas, Chihuahua, 1864-Cuba, 1919) Labriego. Friedrich Katz lo define como “un auténtico anarquista” y como el “único zapatista genuino que produjo Chihuahua.” Según cuenta José María Rangel, Castillo tuvo contacto con el grupo de Práxedis Guerrero que, en 1910, se preparaba en El Paso para realizar una incursión armada en territorio mexicano, e incluso cita su participación en los levantamientos magonistas de 1906 y 1908, sin embargo al estallar la revolución se unió a las fuerzas de Pascual Orozco y acompañó a Francisco I. Madero el 17 de noviembre de 1910 cuando éste cruzó el Río Grande para encabezar la revolución. Salvó la vida del “apóstol de la democracia” en dos ocasiones: durante el ataque a Casas Grandes, donde Madero sufrió una herida en el brazo, y tras el famoso altercado con Villa y Orozco durante el cerco a Ciudad Juárez, por lo que fue nombrado jefe de su escolta personal. Cuando asistió a la entrevista de su Madero con Emiliano Zapata de junio de 1911, reconoció en el Morelos zapatista sus anhelos revolucionarios y, al advertir que el flamante presidente no cumpliría sus promesas agrarias, se sumó a la revuelta de Pascual Orozco, pero pronto siguió su propia ruta. Enarboló el Plan de Ayala y emprendió el reparto inmediato de tierras en la región de Casas Grandes. Tras el golpe de Huerta, continuó con sus actividades revolucionarias sin reconocer la jefatura de Francisco Villa. Acosado lo mismo por constitucionalistas que por federales, fue uno de los pocos revolucionarios que exigió a las compañías estadounidenses que pagaran impuesto revolucionario. En esta época Regeneración da cuenta de sus batallas llamándolo “un auténtico rebelde que no reconoce ni a Carranza ni a Huerta”. En febrero de 1914, fue acusado del sangriento incendio de un tren de pasajeros, que investigaciones posteriores atribuyen a un bandido que operaba en la región, en el que murieron 10 estadounidenses, lo que provocó un escándalo internacional que agudizó su persecución. Villa prometió ejecutarlo e invitar estadounidenses a presenciar su fusilamiento. Logró escapar a territorio estadounidense junto con su lugarteniente Jesús San Martín, donde fue finalmente aprendido y recluido en Fort Bliss, Texas. Ricardo Flores Magón escribió varios artículos exigiendo su libertad. En octubre de 1915, el Local Socialista de El Paso, emprendió una campaña para cubrir los gastos de su defensa. Durante su encierro, Castillo redactó La simple historia de mi vida, buscando limpiar su nombre y honorabilidad. Tras ser liberado, en 1916, Castillo se exilió en Cuba, donde falleció en 1919.
2 Jesús San Martín. Lugarteniente de Máximo Castillo, con quien cruzó la frontera de los Estados Unidos en 1914, huyendo de la persecución de villistas y huertistas. Fue detenido en Fort Bliss y defendido por Regeneración y el Local Socialista de El Paso, Texas, que reunió fondos para la defensa de los revolucionarios de Chihuahua. Probablemente liberado en 1916 junto con Castillo.
3 Jesús Méndez Rangel (a) Jesús María Rangel. (18??-1952). Comerciante y militar. Originario del estado de Guanajuato. Emparentado políticamente con el general Trinidad García de la Cadena. El 24 de junio de 1906 organizó el club Melchor Ocampo en Waco, Texas, donde residía. La JOPLM lo nombró primer comandante de la tercera zona norte. En septiembre de ese mismo año, Rangel llegó a Brownsville, Texas al mando de una partida de agricultores mexicanos que residían en distintos puntos de Texas, como Alvarado y Marlin en el norte, y Runge y González en el sureste. Al encontrarse resguardada la plaza de Matamoros, Tamaulipas que pretendía tomar se dirigió a Samfordyce, Texas para atacar el poblado tamaulipeco de Camargo. Fue arrestado con algunos de sus hombres el 10 de octubre y salió libre en el mes de diciembre de1906. Fue el segundo de Encarnación Díaz Guerra durante el ataque a Las Vacas, Chihuahua en junio de 1908. Fue aprehendido en San Antonio, Texas, en agosto de 1909, y junto con Tomás Sarabia Labrada, acusado de bandolerismo. Pasó 18 meses en la penitenciaría de Leavenworth, Kansas. En mayo de 1911, organizó una brigada liberal con Eugenio Alzalde, Prisciliano y Benjamin Silva. Hecho prisionero por tropas maderistas, permaneció en la cárcel de la ciudad de México hasta 1913. Antes de regresar a los Estados Unidos viajó al estado de Morelos y se entrevistó con Emiliano Zapata. Después de una breve estancia en Los Ángeles, Cal., marchó a Texas. Bajo el mando de José Guerra, y con un grupo en el que se encontraban Eugenio Alzalde y el wobblie Charles Cline, intentó pasar de nuevo a territorio mexicano. El 11 de septiembre participó en un altercado con los rangers, cerca de Carrizo Spring, Texas en el que murió un ayudante de sheriff. El grupo fue arrestado. Sentenciado a 99 años, permaneció en prisión hasta el 19 de agosto de 1926. Murió en la ciudad de México en 1952.
4 Abraham Cisneros San Gabriel, Cal. (1911-1913) Miembro del Grupo Regeneración de San Gabriel fundado en febrero de 1911. En su casa se celebró la primera reunión del grupo. En marzo de 1911, con otros miembros de ese grupo, se adhiere a la postura del PLM que proclama que Francisco I. Madero es un traidor a la causa de la libertad, a raíz de la detención del magonista Prisciliano G. Silva, por las fuerzas maderistas en Guadalupe, Chih. Participa en la campaña de recolección de fondos para la defensa de León Cárdenas “el niño mártir”. En noviembre de 1912, también con otros compañeros del Grupo Regeneración de San Gabriel, se deslinda de Rafael R. Palacios, a quien acusa de intentar sabotear a Reg. Envió numerosas aportaciones económicas para el órgano del PLM. Uno de los llamados Mártires de Texas; a fines de 1923 estaba todavía en la prisión Wynne State Farm, en Huntersville, Texas.
5 Eugenio I. Alzalde. (18??-1916). Coahuilense. Miembro del PLM radicado en San Antonio, Texas. Participó en los preparativos de los frustrados levantamientos liberales de 1906 y 1908, en Coahuila y Chihuahua, respectivamente. En 1911, formó parte de la guerrilla liberal encabezada por Prisciliano G. Silva. En agosto de ese año, su grupo fue diezmado por las fuerzas maderistas en Chihuahua. Permaneció en la cárcel de Belem en la ciudad de México hasta febrero de 1913, cuando el gobierno de Huerta liberó a los presos políticos del régimen anterior. En compañía de José M. Rangel viajó de esa ciudad al estado de Morelos donde se entrevistaron con Emiliano Zapata. Regresó a Estados Unidos y organizó con Rangel y Abraham Cisneros un grupo armado que buscó internarse a México. El 11 de septiembre fueron sorprendidos por rangers texanos. En la escaramuza murió un ayudante del sheriff del lugar. Alzalde y sus compañeros fueron arrestados. Condenado a 99 años de prisión, murió asesinado por un guardia en una prisión texana el dos de septiembre de 1916
6 José Ángel Hernández. En marzo de 1906 se integró al Club Liberal de Los Ángeles, y en el mismo año ya formaba parte del Grupo Reforma, Libertad y Justicia, de la misma ciudad, donde militaban Modesto Díaz y María Talavera, quien haría pareja con Ricardo Flores Magón. Para 1911 radicaba en Houston, Texas y era presidente del Grupo Regeneración “Solidaridad Obrera” que, según espías del gobierno mexicano, se conocía también como “Partido Revolucionario Económico Social Magonista”. El grupo se reorganizó en agosto de 1912, cambiando su nombre por el de Grupo Regeneración de Hombres y Mujeres “Ricardo Flores Magón”. En octubre de 1913 emprendió una gira de propaganda por diversos lugares de Texas, como Austin, Seguin, McDade y San Marcos promoviendo la unión de diversos grupos magonistas del estado. En el mismo mes asumió, con Eustolio García y su compañera Elisa Alemán, la dirección del Comité Pro-Presos de Texas, que defendía la causa de José María Rangel y los conocidos como los “Mártires de Texas”, por lo que trasladó su residencia a San Antonio, donde fue arrestado al mes siguiente por encabezar con su firma un telegrama dirigido al gobernador de Texas que éste consideró como una grosera amenaza. Salió de la cárcel al poco tiempo pero fue encarcelado una vez más en enero de 1914 acusado de vagancia. Tras ser liberado se trasladó por una temporada a Indianápolis, Indiana. A su regreso a Texas, en abril de 1915, participó en la fundación del “Grupo Racionalista” de San Antonio, cuyo órgano fue el quincenal anarquista Lucha de Clases. El 20 de agosto de ese año, Hernández fue una vez más aprendido durante un mitin en la Plaza celebrado en el mercado de esa ciudad. Acusado de traición por un artículo publicado en Lucha de Clases, fue sometido a juicio, aunque liberado bajo fianza el 28 de octubre. Asumió su defensa el Partido Socialista de Texas. Mientras seguía su proceso, en enero de 1916 inició la publicación de Redención, que sustituyó al clausurado Lucha de Clases. Al final del mismo mes le fueron retirados los cargos. Promovió la creación del Grupo Solidaridad de Houston. En septiembre de 1917 fue una vez más arrestado en San Antonio. Esta vez fue expulsado de los Estados Unidos. Se trasladó a Tampico, Tamaulipas, donde se reunió con Blas Lara. Con otros viejos militantes de PLM, también procedentes de Estados Unidos, fundó en el puerto el Grupo Germinal, que editaba un periódico del mismo nombre. Este Grupo sostenía relación con agrupaciones obreras de diferentes partes de México ligadas a la Casa del Obrero Mundial, así como con Fernando Palomares, Blas Lara, y grupos de la zona minera de Arizona, de Miami, Florida, y la Habana, Cuba. En 1918 fue secretario general de la Casa del Obrero Mundial de Tampico. Por esta época también colaboró con Fuerza y Cerebro.
Huerta, preso, acusado de conspiración para violar las leyes de neutralidad; Porfirio Díaz, muerto en París de muerte natural, cuando el bandido merecía los honores de la horca; Pascual Orozco, el bauzán que, como la basura, flotaba de un lado a otro en el mar revolucionario, muerto en una obscura tragedia desarrollada en un rincón de los Estados Unidos, con esto, y otras cosas más, se encuentra Regeneración a su salida.
Carranza, gana terreno sobre Villa, pero pierde terreno en el corazón del pueblo; Villa, dejó de ser la esperanza del capitalismo, y batido por Obregón, se refugia en el Norte, de donde, pronto, desaparecerán los últimos rayos de este sol de oropel.
A Villa le queda una oportunidad para vencer a Carranza, oportunidad que sinceramente le aconsejo que aproveche: que se convierta en verdadero revolucionario; que reconozca que es justo que el pueblo conquiste su emancipación económica, política y social, y ponga desde luego la tierra, las casas, la maquinaria, las provisiones y todo cuanto existe, en manos de todos, hombres y mujeres, sin gasto de ninguna clase. Si así lo hace, el pueblo en masa estará con él y en menos de dos meses desaparecerá el carrancismo. Villa: aprovecha el consejo. Tienes fuerza suficiente para ponerlo en práctica. Despójate de toda ambición personal y harás un buen servicio a la humanidad. Divide tu ejército en guerrilla y a hacer obra verdaderamente revolucionaria.
Carranza no quiere aceptar el entrar en tratos con los leaders de otras facciones personalistas para hacer la paz, alegando que controla con sus fuerzas la mayor parte del país; pero lo cierto es que Carranza solamente controla el terreno que pisan sus soldados, pues apenas salen estos de una región, el pueblo toma inmediatamente posesión de ella y de lo que existe. Esto es lo que está aconteciendo en diversos distritos de la Mesa Central, según despachos fechados en Washington. Además, Oaxaca, el importante Estado suriano, no ha querido la jefatura de Carranza; Tabasco, ha imitado el ejemplo de Oaxaca; la mayor parte de los Estados de Michoacán, Guerrero, México, Puebla, algo del de Veracruz y todo el de Morelos, se encuentran bajo el control del movimiento agrario y expropiador que se conoce con el nombre de zapatismo.
Raúl Madero1, leader villista, y ocho oficiales villistas más, fueron arrestados el 24 del pasado mes, cerca de Marfa, Texas, cuando acababan de cruzar el Río Bravo en su huida de México. El general Felipe Ángeles, prohombre villista, según todas las probabilidades no volverá a hacerse cargo de las operaciones militares contra el carrancismo. Ángeles se encuentra en los Estados Unidos. El arresto de Raúl Madero significa que Villa ha sido abandonado por Wilson, y que Carranza es ahora el favorito de la Casa Blanca; pero un acontecimiento sensacional ha caído como un chorro de agua fría sobre las nacientes cordiales relaciones entre Carranza y Wilson; el 21 de este mes, ochenta o cien soldados carrancistas de la guarnición de Matamoros cruzaron el Río y atacaron la población texana llamada Progreso; saquearon la tienda del lugar y se tomaron los fondos de la oficina de correos. Soldados americanos volaron al lugar de la invasión, y un combate que duró todo el día fue sostenido, perdiendo los americanos. Los soldados carrancistas se retiraron a México, protegidos por el fuego que varios centenares de soldados de la misma facción hacían sobre los esbirros americanos, desde el lado mexicano del Río.
El día 9 de octubre, los representantes diplomáticos de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Uruguay y Guatemala, en Washington, iban a reconocer a Carranza como gobernante provisional de la República Mexicana; pero el incidente de Progreso tal vez modificará los planes de esos diplomáticos intrusos.
Los yaquis y los mayos, en número de algunos miles, están en posesión del Sur del Estado de Sonora, desafiando las fuerzas de todas las facciones políticas, desengañados de promesas. La prensa burguesa da cuenta casi diariamente, de los actos revolucionarios de esos nobles luchadores contra el Capital y la Autoridad.
Ricardo Flores Magón
1 Raúl Madero González (Parras de la Fuente, Coahuila, 1888- Ciudad de México, 1982) Ingeniero. En 1910 se levantó en armas con su hermano Francisco I. Madero y fue nombrado tesorero del movimiento. En 1912 combatió la revuelta de Pascual Orozco en Chihuahua, y salvo la vida de Francisco Villa, cuando aquél ordenó su fusilamiento. En 1913 se unió a las fuerzas de Francisco Villa y participó en varias batallas de la División del Norte (Ojinaga, Paredón, Torreón y Zacatecas). Fue miembro de la Convención de Aguascalientes y gobernador convencionista de Nuevo León y Coahuila en 1915. En agosto de este año rompió con Villa y se refugió en los Estados Unidos. Regresó a México en 1919. Precandidato presidencial en 1924. En 1929 se sumó a la rebelión escobarista. El general Lázaro Cárdenas le restituyó el grado militar en 1939. Fue gobernador de Coahuila entre 1957 y 1963.
Cuando en 1906 expedimos en Saint Louis, Missouri, nuestro programa de reformas, los “sensatos”, los “serios”, los “cabeza-frías”, así como los timoratos, los pusilánimes, los cortos de espíritu, se retorcían los brazos y exclamaban: ¡Qué audacia! ¡Qué atrevimiento! ¡El pueblo mexicano —gritaban— es muy ignorante para que pueda aprovechar esas reformas!
Se nos llamó locos, desequilibrados, lunáticos, utopistas, a pesar de que era poca cosa lo que en el programa se pedía: repartición de tierras, leyes sobre el trabajo, etc. ¡Un tímido programa socialista!
Pasa el tiempo. El pueblo se levanta en armas contra sus tiranos, y de mil maneras demuestra que quiere mejorar de condición. Entonces los “sensatos”, los “serios”, los “cabeza-frías” adoptan nuestro programa de 1906, y no se conforman con adoptarle como una promesa que debiera realizarse al triunfo de cualquiera bandería política, de las que quieren gobierno, sino que, para aplacar el ardor revolucionario de las masas que ya no quieren esperar, que ya no se conforman con simples promesas escritas, sino que quieren ver desde luego, sin tardanza, la realización de los programas se apresuran a poner en práctica las tímidas reformas que ayer llamaron utópicas. Carranza, por ejemplo, está repartiendo tierras, suprimiendo tiendas de raya, suprimiendo jefaturas políticas, aboliendo las deudas de los peones, esbozando leyes protectoras del trabajador; en una palabra, está poniendo en práctica el programa del Partido Liberal Mexicano, expedido el lo. de julio de 1906.
Pasa el tiempo, y expedimos nuestro Manifiesto de 23 de septiembre de 1911 en el cual se aboga por la implantación del comunismo anarquista en México. Los “sensatos”, los “serios”, los “cabeza-frías” vuelven a llamarnos locos, desequilibrados, lunáticos, utopistas, alegando que el pueblo mexicano no está preparado para la anarquía; pero contra los argumentos más o menos brillantes de esos “serios” se levantan elocuentes los hechos para demostrar que no somos locos ni desequilibrados, ni lunáticos; que nuestras teorías responden a necesidades fuertemente sentidas por una buena parte de la población mexicana: que nuestras ideas no son hijas de una fantasía loca, sino el resultado de la observación, del estudio atento de las costumbres, de las tendencias, de las tradiciones, del temperamento, de los instintos, del ambiente tanto físico como moral; en suma, de todo lo que contribuye a la formación de la mentalidad del pueblo mexicano.
Locos son los que se empeñan en conservar el principio de autoridad para un pueblo que apuñalea al gendarme, mira con odio al soldado y se siente inquieto cuando escucha las palabras: juez, magistrado, gobernante, que, para él, no significan amparo o apoyo, sino opresión e injusticia.
Locos son los que quieren respete la ley un pueblo que quema archivos judiciales y administrativos; que no necesita juez ni cura para unirse en matrimonio; que oculta y protege al delincuente; que canta las hazañas de los que se ponen fuera de la ley; que toma de donde hay; que mira en el prisionero no a un ser despreciable, sino a una víctima y a un mártir digno de simpatía y de respeto.
Locos son los que tratan de hacer vivir el sistema de la propiedad privada, que es el que produce la desigualdad social, para un pueblo que tiene conciencia de clase; que odia al roto, al curro y al catrín; que se siente humillado si se le da una limosna.
Y cuando se lanza una mirada a ese caos grandioso que se llama Revolución mexicana y se analizan los hechos que actualmente ocurren, se comprenderá sin esfuerzo que nuestro Manifiesto de 23 de septiembre de 1911 no es una cuña encajada a golpe de marro en el movimiento revolucionario, sino la expresión más sincera de un conjunto de ideas y de sentimientos que viven en el cerebro y en el corazón del pueblo mexicano.
Estas ideas y estos sentimientos forman en la actualidad el ambiente dentro del cual se desarrollan hechos de la mayor importancia para el movimiento obrero mundial. Extensas zonas permanecen substraídas a toda autoridad; el Capitalismo ha desaparecido de grandes regiones; el Clero tiende su velo al extranjero.
Tengamos confianza en el porvenir. Nuestro programa de 1906 está siendo practicado por el Gobierno, y nuestro Manifiesto de 23 de septiembre de 1911 está siendo practicado por las masas desheredadas. ¡Adelante! ¿Por qué no debemos esperar que el resultado de la presente Revolución sea el comunismo anarquista? ¿No ya también los prohombres del carrancismo comienzan a hacer propaganda anarquista? Léanse con atención los escritos de Gerardo Murillo, que escribe con el seudónimo de Dr. Atl, y se encontrará en ellos más material anarquista que en muchos periódicos anarquistas.
Eso se debe a que en el ambiente flotan nuestras ideas.
El Manifiesto de 23 de septiembre de 1911 triunfará.
Ricardo Flores Magón
Un periódico local, The Los Angeles Times1, publica una entrevista que su reportero tuvo con Venustiano Carranza, en Veracruz, el 25 de septiembre.
El reportero encontró a Barbas de Chivo en uno de los departamentos del edificio del faro. Indudablemente que el inteligente reportero ha de haberse imaginado que iba a habérselas con un hombre adornado con plumas, pues que al verlo vestido de una manera “Civilizada”, exclama con cierta desesperación: “caramba no es un individuo pintoresco…”
Preguntando sobre los motivos que tuvo para lanzarse a la revuelta, dijo Barbas de Chivo: “Mi ambición desde un principio ha sido la paz de México. Por esa razón enarbolé la bandera de la revolución contra el dictador Huerta, pues yo sabía que no podríamos tener paz, mientras se cometieran injusticias en nombre de la libertad.”
Cuando decía esto Barbas de Chivo, se encontraba preso Juan Hernández García en nombre de la libertad carrancista, en Monterrey, y en nombre de la libertad carrancista se había quebrado por la soldadesca, un mitin de obreros en la misma ciudad, y puesto preso, también en nombre de la libertad carrancista, a Elfego Lugo, por el delito de redactar un periódico obrero en Monterrey mismo.
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De repente, Barbas de Chivo tose, se endereza, y con aire de matón dice: “Los generales Villa y Zapata serán eliminados en pocos meses. Por esa razón no creo necesario celebrar conferencias de paz con ellos.”
Te engañas, viejecito: la paz vendrá por sí sola, cuando se haya logrado la eliminación, no de Villa y de Zapata, sino del hambre y la tiranía.
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Barbas de Chivo sueña ya embolsándose las rentas de la nación, y agua se le hace la boca al pensar en las grandes ganancias que dejarán los aventureros extranjeros que emprendan negociaciones en México. Dijo así al reportero: “Si se fija usted bien, se convencerá de que nosotros necesitamos el capital extranjero, al que, en recompensa le ofrecemos grandes oportunidades de hacer grandes negocios.”
Hermoso premio a los sacrificios del proletariado mexicano que en cinco años de lucha, si Carranza lograra dominar, no obtendría otra cosa que la misma esclavitud del Capital. ¡Hay que aceitar la guillotina, hermanos desheredados!
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Barbas de Chivo es modesto, no quiere grandes beneficios pecuniarios, como que no va a ser él quien empuje el pico y la pala para engordar a los capitalistas. El Barbas, sentado en el Sillón Presidencial, no tendrá más trabajo que alargar la mano para embolsarse las rentas públicas, mientras los trabajadores se deslomarán para hacerlo feliz y hacer felices a los burgueses, como si no hubieran corrido ríos de sangre proletaria. Dijo al reportero más fresco que una lechuga: “No esperamos de los hombres de negocios otra cosa que una renta equitativa, y por ella recibirán la más amplia protección de las leyes del país.”
¿No queda probado que la Autoridad no es otra cosa que el perro guardián del Capital? ¡Que vayan abriendo los ojos los borregos!
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Y para que abran mejor los ojos nuestros hermanos lanudos que todavía creen que el gobierno puede ser el protector del débil, ahí van esas líneas por las que se ve que Barbas de Chivo no se ocupa más que por el bienestar de la burguesía: “…desde el principio de la revolución (se refiere a la revuelta carrancista), el deseo, la intención de los constitucionalistas, ha sido siempre indemnizar a todos aquellos que han sufrido pérdidas de propiedad o valores.”
Ni una palabra dice el “primer jefe” sobre la necesidad que hay de aliviar la situación de los pobres. Lo que él quiere, y es por lo que se preocupan todos los gobiernos, es por ayudar, por proteger a los burgueses, lo que demuestra que todo gobierno es el azote de los pobres y el amparo de los ricos.
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Barbas de Chivo y los suyos odian la idea de poner la riqueza social en manos del pueblo, para el uso y aprovechamiento de todos: hombres y mujeres. Ellos quieren que queden en pie el sistema de la propiedad privada para vivir de las contribuciones. Preparad las orejas, señores borregos, y escuchad: “Se nos acusa de ser confiscadores, ¾dice el tantas veces repetido Barbas de Chivo¾ pero un ligero razonamiento demostrará inmediatamente la falacia de tal acusación. Confiscar la propiedad (para convertirla de propiedad individual en propiedad común) sería tanto como tener en nuestras manos una cosa sin valor; pero cuando esa propiedad es explotada por sus dueños (los burgueses), el gobierno saca de ella una renta, y esta renta es lo que deseamos.”
Más claro no canta un Chivo: los políticos, los aspirantes a puestos públicos no quieren que el pueblo alcance su emancipación económica, porque entonces ellos mismos tendrían necesidad de ponerse a trabajar para vivir, mientras que quedando en pie el sistema de propiedad privada, cuentan con las contribuciones para darse una vida regalona.
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Que los periodistas vendidos al capitalismo son esbirros, no cabe duda. Un periódico barbachivista, de El Paso, Texas, asegura que nosotros somos los responsables de los levantamientos en el Sur de Texas, y para que se le crea dice: “Los Flores Magón no son socialistas, como se les ha querido llamar, son en verdad anarquistas. Los referidos Flores Magón han intentado hacer cosa semejante en otras épocas, por lo que han estado en las cárceles de este país.”
¡Que honra para la prensa burguesa! ¡Sus escritores son capaces de vender a la madre que los parió por migajas que les arrojaran sus señores!
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Con la misma insistencia con que se negaba que hubiera disgustos entre Villa y Barbas de Chivo; se niega ahora que existan diferencias entre éste y Álvaro Obregón, y entre éste y Pablo González, y entre éste y el mismo Barbas de Chivo.
La verdad es que las ambiciones de estos distinguidos parásitos, presagian días amargos a Barbas de Chivo, porque ellos, y unos más, aspiran a ser también “primeros jefes”.
Dejémosles que se destrocen pues de esa manera se debilitará más aún el principio de Autoridad, con gran provecho para la verdadera revolución, la que va contra la Autoridad, el Capital, y el Clero.
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Grande alarde hacen los periódicos barbachivistas de los triunfos militares alcanzados por los generalillos de su facción sobre las fuerzas villistas.
¡Como si todo fuera cuestión de triunfos militares! Villa derrotado militarmente, no es la Revolución aplastada. Villa es solamente un incidente de la Revolución; pero no es la Revolución.
La Revolución es el ansia de libertad y de bienestar del pueblo puesta en acción, y esa ansia subsistirá mientras subsistan los males que la exacerban: la miseria y la tiranía, y la muerte del villismo no es la muerte de la miseria y de la tiranía. La miseria y la tiranía no pueden ser aplastadas sino de un modo: haciendo que la tierra, las casas, la maquinaria, los medios de transportación, y en suma, todo lo que es obra de la Naturaleza y lo que la inteligencia y el brazo del hombre han creado sean propiedad de todos, hombres y mujeres.
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Juan Francisco Moncaleano, el aventurero que ha dejado tristes recuerdos en más de un hogar proletario por su afición a manosear niñas de corta edad, edita, en compañía de su consorte, un papasal2 en que se ven barbaridades como esta: “Instruid a la mujer y el triunfo de la Anarquía será breve.”
Triunfo breve, esto es, un triunfo corto que será seguido casi inmediatamente por la derrota , por el lastre o por el fracaso. ¡Y tener el cinismo de darse el título de profesores racionalistas!
Pero no es todo: he aquí otra muestra de la intelectualidad de los pobres ostiones que garrapatean la hoja de referencia: “La única puerta para entrar en la libertad es la Anarquía”.
Entrar en la libertad, es tanto como decir, entrar en alguna parte en burro, en caballo, en cualquier cosa o en cualquier acémila, hasta en Moncaleano, y la libertad, señor asno, ni es caballo, ni nada parecido. Ya que tenéis la manía de escribir para el público, bueno sería que estudiarais un poco, señores profesores.
Puesto que de Moncaleano se trata, bueno será que explique este caballo por qué hace más de tres años, cuando esperaba medrar a la sombra del Partido Liberal Mexicano, aseguraba que el movimiento mexicano era de carácter económico y social, y ahora le niega ese carácter. En uno de los últimos números de su mamarracho, dijo, refiriéndose a la Revolución Mexicana “…hasta hoy no ha habido un hombre o grupo que con las armas en la mano haya peleado ¾en México¾ contra los tres poderes imperantes y que luchen francamente por implantar los ideales de la anarquía.”
¿Cómo se explica entonces el hecho de que hayan muerto con las armas en la mano tantos anarquistas miembros del Partido Liberal Mexicano?
Decididamente, Moncaleano no sabe hacer otra cosa que estuprar niñas.
Ricardo Flores Magón
1 The Los Angeles Times. Periódico fundado en 1881. Propiedad de Harrison Gray Otis, próspero empresario estadounidense, defendió la política de Porfirio Díaz. De tendencia conservadora, se caracterizó por combatir al movimiento obrero del sur de los Estados Unidos. Desde las columnas del diario emprendió una cruzada de desprestigio en contra de la causa del PLM, que se intensificó a partir de 1911, durante la campaña del PLM en Baja California, lugar en el que tenía grandes intereses por ser dueño de la Colorado River Land Co.
2 Probable referencia a Pluma Roja (Los Ángeles, Cal., 1913-1915). Dir. Blanca de Moncaleano. Se distinguió por su discurso feminista.
Los trabajadores de los campos mineros de Clifton, Morenci, y Metcalf, en el Estado de Arizona se declararon en huelga el 11 del pasado septiembre cuando los burgueses de las minas se negaron a reconocer su organización obrera y rehusaron aumentar los sueldos y disminuir las horas de trabajo.
Desde entonces, aquellos hermanos de miserias se encuentran en huelga. Ánimo les falta.
¿Cómo habían de carecer de ánimo hombres que a diario arriesgan sus vidas en las entrañas de la tierra, extrayendo riquezas para sus verdugos?
Ocho mil trabajadores en huelga, ¡qué hermoso número para iniciar la expropiación! Pero no; aquellos hermanos nuestros no piensan en la expropiación para el beneficio de todos. Ellos desgraciadamente, todavía creen en que por medio de huelgas a brazos cruzados, puede obtener el trabajador algún alivio en su vida mezquina y vulgar. La historia de las huelgas no les ha enseñado nada. ¡Qué lastima! ¡Tanta energía por parte de nuestros hermanos que al fin de cuentas quede la victoria de parte del burgués! Porque, gánese o piérdase una huelga, la victoria es para el burgués, pues no afectando para nada una huelga los principios fundamentales del sistema capitalista; quedando en pie, reconocido por todos, tanto por burgueses como por proletarios, el principio de la propiedad privada o individual, es el Capital el que gana porque si los trabajadores ganan una huelga; si logran que se le aumenten los salarios y que se les disminuyan las horas de trabajo lo que la burguesía pierde por ese lado lo recobra subiendo los alquileres de las casas, aumentando el precio de los artículos de primera necesidad; en suma, encareciendo la vida, y por lo que respecta al trabajo, si se obtiene la disminución de horas, se exige en cambio, por parte de los burgueses que el trabajador produzca en menos tiempo lo que antes producía en más. ¡Ilusión pura!, eso es la huelga; ilusión que, como el oro de las mariposas, no es otra cosa que un engaño encantador.
Entendedlo de una vez, hermanos huelguistas; para que los trabajadores obtengan un beneficio real, deben ir directamente contra el sistema de la propiedad privada o individual declarando que la tierra, las casas, la maquinaría, todo cuanto existe, debe ser propiedad de todos, hombres y mujeres. Para ello, no necesitáis cruzaros de brazos, sino seguir trabajando las minas y las fundiciones; pero por vuestra cuenta. De esa manera obtendréis el producto integro de vuestra labor.
Si vuestra Unión os dice que no hay que aspirar a más que un aumento de salario y disminución de horas de trabajo, despachad al demonio dicha unión. ¡Esa Unión os traiciona! A lo que se debe aspirar es a la libertad económica, a no tener que trabajar más para amos de ninguna clase, y eso solamente se obtiene por medio de expropiación. Haceos cargo de las minas y de las fundiciones vosotros mismos, y operadlas por vuestra cuenta. Si no lo hacéis así, todo será tiempo perdido y nada más.
Ricardo Flores Magón
Los levantamientos de mexicanos en el Estado de Texas, levantamientos que por noticias que trae la prensa burguesa no han podido ser suprimidos por la milicia, están dando lugar a que nuestros enemigos nos atribuyan participación en ellos. Los prisioneros carrancistas, abiertamente nos acusan de ser los directores intelectuales de la revuelta con el fin perverso de echarnos encima los perros de la señora Autoridad.
Parece que la infame labor carrancista ha surtido algún efecto, según se desprende de los párrafos que en seguida copiamos, y que pertenecen al periódico de San Antonio Texas, “La Prensa”1. Dice el corresponsal de dicho periódico en Los Ángeles, con fecha 30 de septiembre; “Los agentes carrancistas en esta ciudad, que por órdenes directas recibidas de Veracruz, desde hace días andan desempeñando una comisión secreta, acaban de acusar al conocido socialista mexicano Flores Magón que radica aquí hace mucho; dicen esos agentes que él es el autor intelectual de los disturbios que han venido registrándose en la frontera de Texas, de dos meses a la fecha”.
Lo que haya de cierto en esto, ya se verá después. Carranza quiere sencillamente que se nos ahorque, pues esa es la pena que la alcahueta ley aplica a los que se rebelan contra el Estado.
Nosotros estamos tranquilos. Sabemos que nuestra actividad, nuestra dedicación, nuestra rebeldía disgusta a los que tiranizan y explotan, y que no ha de faltar pretexto para arrojarnos al fondo de un calabozo o a las gradas del patíbulo. Nada tememos sin embargo. Ante la humanidad que sufre hemos prometido ser leales a la causa de los oprimidos de la tierra, y leales seremos hasta que exhalemos el último aliento. Todo lo que hemos arrastrado en nuestra azarosa vida de rebeldes irreductibles, y lo seguimos arrastrando todo: miseria, fatigas, prisión. ¡Adelante!
Damos esta noticia, para que no se alarmen nuestros hermanos de cadena cuando nos vean en las garras de la Autoridad, para que nadie se desanime, para que todos sigan adelante. Si se nos persigue, queremos que no cunda el desaliento, sino que, con brío redoblado, todos prosigan en la grande obra emprendida hasta alcanzar el fruto: la muerte del sistema capitalista.
Ricardo Flores Magón
1 La Prensa. Diario en español publicado en San Antonio, Texas, publicado entre 1913 y 1963. Fundado por Ignacio E. Lozano, duranguense que arribó a San Antonio en 1908. En torno a este periódico se reunieron porfiristas expulsados por la Revolución y encontraron acomodo huertistas como Querido Moheno y Nemesio García Naranjo. Se distinguió por su postura reaccionaria y escandalizada frente a la Revolución mexicana, y por su nacionalismo, conservador e hispanista frente a la cultura liberal estadounidense. Fue el diario más importante en español editado en los Estados Unidos hasta la aparición de La Opinión de Los Ángeles, fundado también por Ignacio E. Lozano. Escribieron para La Prensa José Vasconcelos, Vito Alessio Robles, Gabriela Mistral y Rosario Sansores.
Mensajes telegráficos anuncian que en la conferencia celebrada en Nueva York el sábado 9 de este mes, entre los Embajadores de Argentina, Brasil, Uruguay y Guatemala y el secretario americano de Estado, Lansing1, quedó aprobado que los representantes de las naciones mencionadas recomendarían a sus respectivos gobiernos la necesidad de reconocer a Venustiano Carranza como gobernante de hecho de la nación mexicana2.
Con esa recomendación, puede darse por hecho el reconocimiento de Venustiano Carranza y su ascensión a la Presidencia de la República Mexicana que, en los momentos actuales es un poder más ilusorio que real por las mil fuerzas, tanto físicas, como morales, que debilitan el principio de Autoridad.
El encumbramiento de Carranza no es una garantía de libertad y de bienestar para el pueblo mexicano, como puede verse por las promesas que ha dado a Woodrow Wilson para que le dé la mano y lo levante. Esas promesas son las siguientes: 1.- Los extranjeros serán protegidos en sus vidas y propiedades; 2.- Ninguno sufrirá en su vida y en su propiedad con motivo de sus ideas políticas o religiosas; 3.- El gobierno de Carranza asume completa responsabilidad de los daños y perjuicios producidos por la Revolución.
Esas promesas fueron las que decidieron a los conferencistas a apoyar al farsante que en México, por medio de sus propagandistas, pasa al pueblo la mano por el lomo hablándole de libertad económica; pero que en sus chanchullos con los políticos y con los burgueses de todo el mundo se muestra tal como es: reaccionario recalcitrante, protector decidido del privilegio y de la explotación. ¡Es natural! ¡Él mismo es un negrero que cuenta con grandes extensiones territoriales en el Estado de Coahuila!
Las promesas que Venustiano Carranza ha hecho a los gobiernos y a los Capitalistas se reducen a garantizar a la burguesía impunidad completa para que continúe explotando.
Si por desgracia, Carranza llegara a consolidar su gobierno, una tiranía más cruel que la que se sufrió bajo la dictadura de Porfirio Díaz; sería la ganancia de cinco años de sacrificios.
Los partidarios del principio de Autoridad deberían convencerse de una vez que es imposible esperar la libertad de manos de ningún gobernante. El gobierno no puede dejar de hacer que se respete el derecho de propiedad privada, porque está instituido precisamente para la salvaguardia de ese derecho y mientras ese derecho subsista, subsistirán la miseria y la tiranía.
Esperabais que Carranza haría algo en beneficio del proletariado: pues, bien, el desengaño no ha tardado en llegar. Carranza ofrece reimplantar el bárbaro régimen gubernamental de Porfirio Díaz. Porque en México, entendedlo bien, por circunstancias especiales, no pueden existir más que estas dos formas de agrupamiento social; o la tiranía, basada en la supervivencia del derecho de propiedad privada o la libertad basada en la independencia económica. Si se respeta el derecho de propiedad individual, tendrán que ser protegidos los hacendados que acaparan la tierra con perjuicio de la gran masa de la población rural; la tienda de raya, barrida por la Revolución, volverá a abrir sus negras puertas como otras tantas bocas dispuestas a engullir el producto del esfuerzo de los trabajadores; abrirá nuevamente su oficina el Jefe Político para defender los fueros del hacendado y aplicar la ley fuga al proletariado descontento; el presidio y el Ejército volverán a ser la pesadilla del desheredado, y el lupanar el refugio de la mujer desvalida.
Ante este porvenir, bueno es que reflexionéis, trabajadores partidarios del principio de Autoridad. No dudéis de nuestras palabras. Recordad que siempre se han cumplido nuestras predicciones, y se han cumplido no porque seamos adivinos, sino porque no dejándonos seducir por las apariencias, analizamos, estudiamos los hechos y sacamos de ellos conclusiones precisas. Si el derecho de propiedad tiene que ser protegido en México, quedarán impunes los despojos de tierras sufridos por comunidades de individuos, despojos que redujeron al peonaje a la gran masa de la población del país y que constituyen una de las grandes causas de la Revolución.
El compromiso de Carranza tiene como efecto asegurar el libre goce de sus rapiñas a los Creel y a los Terrazas, a los Noriega, a los Madero, a todos los grandes terratenientes mexicanos y extranjeros, a todos los grandes concesionarios de toda nacionalidad, a todos los piratas del comercio y de la industria, porque el derecho de propiedad no se le protege a medias; se le respeta o se le viola; se le acepta de plano o se le rechaza; se le reconoce o se le desconoce.
Para que un gobierno sea reconocido por la naciones extranjeras, tiene que comprometerse como lo ha hecho Carranza, como lo hizo Madero, como lo efectuó Porfirio Díaz, al proteger las vidas y las propiedades de los burgueses, protección que solamente puede ser cumplida teniendo en la miseria al proletariado mexicano, porque no se puede proteger al mismo tiempo al Capital y al Trabajo: se protege a uno o al otro, y esto es así, porque lo que aprovecha al Capital, perjudica al Trabajo y mientras más se proteja al Capital, más sufrirá el Trabajo.
La Revolución resulta burlada con el compromiso de Carranza, pero esa burla es una lección saludable que no dejarán de aprovechar los partidarios del principio de Autoridad cambiando de ideas, adoptando las nuestras que son las únicas cuya realización garantiza la libertad.
El reconocimiento del gobierno carrancista, implica, naturalmente, la protección moral y material extendida a esa facción por el gobierno de los Estados Unidos. Carranza tendrá a su disposición el oro de banqueros americanos; el gobierno americano prohibirá la importación de armas a México para otra facción que no sea la reconocida; todos los que tienen interés en que no muera el derecho de propiedad privada, ayudarán a Carranza, y el deber del proletariado es impedir que tal gobierno se robustezca, porque su robustecimiento significa el aplazamiento por tiempo indefinido de las esperanzas de redención soñadas por los desheredados.
Unámonos todos los proletarios ante el peligro que amenaza a nuestra clase, y adoptemos los principios salvadores del Manifiesto de 23 de septiembre de 1911.
Ricardo Flores Magón
1 Robert Lansing. (New York, 1864-Nueva York, 1928). Abogado. Secretario de Estado del gobierno demócrata de Woodrow Wilson entre 1915 y 1920. Fue consejero de la legación mexicana en Washington en 1894 y 1895. En 1915 fue el encargado de orquestar el reconocimiento de Venustiano Carranza como presidente de facto de México con las representaciones diplomáticas de Guatemala, Bolivia, Uruguay, Argentina, Brasil y Chile, lo que dio al acto un carácter panamericano y no sólo estadounidense. Tras el ataque villista a Columbus, negoció con el gobierno de Carranza todo lo concerniente a la Expedición Punitiva. Lansing fue el encargado de estudiar las posibles ligas entre los jefes constitucionalistas y el gobierno alemán y se dio a la misión de identificar al más adecuado de los revolucionarios para que ocupar la presidencia de México. Años después, en un artículo publicado en American Magazine de febrero de 1924, explicaría: “México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente.” En octubre de 1919, tras el obscuro secuestro del cónsul William Jenkins en Puebla, estuvo a favor de que Washington declarará la guerra a México. Por sus diferencias con Wilson, sobre éste y otros asuntos, como la creación de la Liga de las Naciones, fue separado del cargo de Secretario de Estado en 1920.
2 Participaron, en tal conferencia, última de las que se iniciaron en esa ciudad en agosto de ese año además de Lansing, el embajador de Argentina, Rómulo S. Naón, el embajador brasileño, Domicio da Gama, de Chile, Eduardo Suárez Mújica y el ministro boliviano Ignacio Calderón, el guatemalteco Joaquín Méndez y el uruguayo Carlos María de Pena. La oposición de algunos de los representantes al reconocimiento de Carranza fue vencida por Lansing y el 11 se hizo el anuncio oficial. El 19 de ese mes el reconocimiento de facto por EU.
Quiérase o no se quiera admitirlo, el movimiento mexicano marcha hacia el comunismo anarquista.
Tenemos a la vista un diario carrancista, de la ciudad de México llamado “El Demócrata”1, de fecha 11 de septiembre de este año. En dicho periódico encontramos la crónica de una reunión que tuvo lugar en la “Casa del Obrero Mundial”2, de la capital mexicana, ante la cual habló el doctor Krumm Heller3, propagandista a sueldo de Venustiano Carranza. Habla el cronista: “Expresó (Krumm Heller) que la más importante labor de la casa “Casa del Obrero Mundial”, era la de formar las nuevas generaciones de obreros, educando la inteligencia y el carácter del niño, en la Escuela Racionalista.”
Esta Escuela Racionalista debe haber inaugurado sus labores el día 3 de este mes, según estaba anunciado.
Continúa el cronista “… el doctor Krumm Heller manifestó en frases muy elocuentes, que la “Casa del Obrero Mundial” mantenía los ideales más avanzados entre los obreros de la América toda, pues sería la primera agrupación en el Continente que fundase la Escuela Racionalista, prescindiendo así para la educación de los futuros obreros, no sólo de las escuelas clericales, sino también de las regidas por la ciencia oficial, por el Gobierno.
“Este grupo ¾dijo el conferencista¾ que nos escucha, es de conferencistas (se refería a los miembros de la “Casa del Obrero Mundial”), que llevan la buena nueva y encienden la antorcha del ideal a todos los ámbitos de la Nación, y esta labor suya repercutirá en el mundo”.
Krumm Heller es un individuo que está a sueldo de Carranza, y por lo tanto, hace labor carrancista. Su misión, como la de otros propagandistas de la pobre causa carrancista, es tratar de convencer a los trabajadores de que su amo, Carranza, se encuentra bien dispuesto a mejorar la condición de los trabajadores, para que éstos lo encumbren al poder.
Sigamos al cronista: “México ¾agregó¾ se muestra digno de su pasado, pues tal como Juárez se puso a la cabeza del progreso mundial, estableciendo, antes que nadie, la perfecta división entre el Estado y la Iglesia, el constitucionalismo, cuyo triunfo es el de los obreros (adviértase esa mentira calculada para atraer adeptos al constitucionalismo), garantizará las mayores libertades para éstos, lo que les permitirá establecer la Escuela Racionalista, asegurar los ideales del Mártir de Montjuich.”
Habló también Rosendo Salazar4, propagandista obrero. Dice así el cronista: “El obrero propagandista, señor Salazar, manifestó cuales eran las avanzadas tendencias de los obreros allí reunidos, que no rendían al socialismo, sino al comunismo internacional, que acabará con todas las cadenas autoritarias que han pesado sobre la humanidad.”
Termina así la crónica del periódico burgués: “Creemos indispensable declarar a nuestros lectores que esta crónica solo refleja en débil síntesis, las ideas vertidas por los oradores, pues bastaría el más breve de sus discursos para llenar doble número de columnas que las dedicadas a este trabajo, hecho con el sincero deseo de comunicar una idea al pueblo en general, si no completa, sí exacta de la actitud del obrero mexicano, revelada en las palabras de sus dignos representantes en la guerra y en los trabajos de propaganda.”
¿Qué nos demuestra todo esto? Eso nos prueba que nuestros ideales flotan en el ambiente dentro del cual actúan los hombres y las mujeres que componen el pueblo mexicano. Si el ideal anarquista no fuera amado por una buena porción del pueblo mexicano, Carranza no se procuraría por halagar a los que sustentan y propagan dichos ideales. Por el contrario, los perseguiría encarnizadamente. El cronista del periódico burgués ha dicho que escribió la crónica del mitin “con el sincero deseo de comunicar una idea al pueblo en general, si no completa, sí exacta de la actitud del obrero mexicano, revelada en las palabras de sus dignos representantes en la guerra y en los trabajos de propaganda.”
¡Adelante! Los hechos están demostrando diariamente que no somos locos los que nos empeñamos en que triunfe en México el comunismo anarquista. Campos extensos se encuentran en manos de los que ayer eran desheredados, trabajándolos por su cuenta después de haber hecho huir al burgués; nuestros ideales, sentidos por las masas populares, mejor que aprendidos en los libros, alcanzan vuelos mayores impulsados por la propaganda de centenares de propagandistas valerosos, activos y sinceros; el Manifiesto de 23 de septiembre de 1911 triunfará.
Conviene hacer una advertencia: Venustiano Carranza no ama nuestros ideales. El viejo perverso no hace otra cosa que aprovecharse, como buen político, de las simpatías que por las ideas anarquistas siente el pueblo, para ordenar a sus oradores, el sentimiento popular hablando de ellas con el elogio. Los compañeros de la “Casa del Obrero Mundial” deben ver con desconfianza la intromisión de los políticos en sus asuntos.
Ricardo Flores Magón
1 El Demócrata. Periódico carrancista fundado en mayo de 1915 en la ciudad de México por Rafael Martínez (Rip Rip). Adoptó una postura pro-germana, según su director a petición expresa del presidente Carranza. Recibió subsidios de la embajada alemana en México y alcanzo un tiraje de 50 mil ejemplares. Para fines de ese año era prácticamente el órgano del gobierno de Venustiano Carranza y contaba con ediciones diarias en varias ciudades del país -Veracruz, Puebla, Guadalajara, Monterrey, San Luis Potosí y otras-; y algunas de Texas: Brownsville, San Antonio, El Paso y Eagle Pass. En 1920 bajo la dirección de Vito Alessio Robles se convirtió al obregonismo. Cesó su publicación en 1926.
2 Casa del Obrero Mundial (COM). Organización anarcosindicalista fundada en la ciudad de México el 22 de septiembre de 1912, bajo los principios del Grupo Luz y las ideas del colombiano Juan Francisco Moncaleano, seguidor de Francisco Ferrer Guardia y la Escuela Racionalista, quien fuera expulsado del país por Madero a tan sólo unos días de la fundación de la agrupación. Participaron al principio sastres, zapateros, conductores de tranvías, hilanderos y canteros. Entre otros fundadores y militantes destacados estuvieron Antonio Díaz Soto y Gama, Pioquinto Roldán, Manuel Sarabia, Celestino Gazca, Santiago R. de la Vega, Lázaro Gutiérrez de Lara, Rafael Pérez Taylor, Luis Méndez, Juan Lozano, Fredesvindo Elvira, Jacinto Huitrón y Rosendo Salazar y Ernesto Velasco. Su primer acto fue la conmemoración de los mártires de Chicago. Se convirtió en la principal organización obrera de carácter nacional entre 1912 y 1918, años en los que organizó huelgas, paros, manifestaciones y sabotajes. Fue clausurada el 27 de mayo de 1914 por Victoriano Huerta. Tras la entrada de Obregón a la capital, el general entregó a la COM el Colegio Jesuita y las máquinas de La Tribuna, que utilizó la Casa para imprimir su órgano El Ariete. En 1915, tras un intenso debate, la COM realizó una alianza con el Constitucionalismo e integró los Batallones Rojos que combatirían a las fuerzas de la Convención. En agosto de ese año Carranza les entregó la Casa de los Azulejos, que hasta entonces albergaba al aristocrático Jockey Club. En noviembre, a raíz de una huelga ferrocarrilera y la radicalidad de algunos grupos afiliados a la Casa, Carranza decretó su militarización, clausuró la COM de Monterrey y dictó orden de aprensión contra su dirigente Rosendo Salazar. El 3 de enero de 1916, Obregón licenció a los Batallones Rojos. En mayo de 1916 la COM rompió formalmente con Carranza y acordó la creación de la Confederación del Trabajo de la República Mexicana, que enarboló como táctica de lucha la acción directa y lucha de clases como principio. El día 22 de ese mismo mes estalló una huelga general en la Ciudad de México con participación del Sindicato Mexicano de Electricistas, la Federación de Tranviarios y la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal . Más de 80 mil trabajadores se fueron al paro. Carranza respondió la detención de muchos huelguistas y restableciendo una vieja ley de 1862 que fijaba la pena de muerte para los “trastocadores del orden público”. Ante la amenaza de que los aprendidos fueran ejecutados y a petición del general Álvaro Obregón, los trabajadores levantaron la huelga y suspendieron las actividades de la organización. Con la aparición de la Confederación Regional Obrera Mexicana, de Luis M. Morones, respaldada por Obregón, la COM se extinguió. De sus restos anarcosindicalistas surgió en 1921 la anarcosindicalista Confederación General del Trabajo (CGT).
3 Heinrich Arnold Krumm Heller (Salchendorf, Alemania, 1876-Marburg, Alemania, 1949). Llegó a México a los 16 años, acompañando a su padre, un capataz de minas, que migró al país para trabajar en la minería de la plata. Amigo, compañero de logia masónica y médico de cabecera de Francisco I. Madero. Homeópata. Inspector de los Servicios Médicos durante la Campaña de 1911. En 1913 se unió al Constitucionalismo bajo las órdenes de Pablo González y obtuvo el grado de teniente coronel como médico militar. Algunas fuentes afirman que trabajó para los servicios secretos alemanes y que, como tal, ofreció sus servicios a Francisco Villa. Se le ubica como uno de los nexos de Carranza con el gobierno Alemán. Antes de partir como agente diplomático a Europa en 1917, realizó una gira por los estados del sur de los Estados Unidos como propagandista carrancista. Tras la caída de Carranza permaneció en Europa donde se unió al movimiento rosacruciano. Escribió diversas obras de ocultismo, cabalismo y esoterismo e hizo fama como el Maestro Huiracocha. Fue editor de la revista Rosa Cruz, de difusión latinoamericana.
4 Rosendo Salazar (Zacapoaxtla, Puebla 1888-Ciudad de México, 1971). Tipógrafo, sindicalista y escritor. Fundador, en 1909, de la organización gremial Unión Tipográfica Mexicana. Militante del Círculo de Obreros Libres. En 1912 fue uno de los fundadores de la Casa del Obrero Mundial. En 1915 formó parte de la corriente de esta agrupación que decidió sumarse al constitucionalismo de Venustiano Carranza y participó en organización de los Batallones Rojos. En 1921 militó en la Confederación General de Trabajadores (CGT), organización sindical de tendencia anarcosindicalista. Fue también fundador y secretario general de la Confederación General de Obreros y Campesinos de México. Incorporado a la Central de Trabajadores de México (CTM) hizo el panegírico de esta organización y de su líder Fidel Velázquez y fue nombrado secretario general honorario de la misma. Autor de numerosos libros, entre los que destacan: Las pugnas de la gleba, La Casa del Obrero Mundial, La CTM, su historia y su significado y Ricardo Flores Magón, el adalid.
La Federación Americana de Sociedades Católicas1 presentó al Presidente Wilson un documento en el que se da cuenta de lo que le ha ocurrido al clero en México, durante la Revolución. En dicho documento se urge, muy evangélicamente por cierto, que se envíe a México un formidable ejército para aplacar con balazos de agua bendita el furor anticlerical de los rebeldes.
Dice en parte el documento: “La presente generación de revolucionarios en México está imbuida de principios anticristianos y antiespirituales. Son enemigos de toda religión, pero principalmente de la católica. Extirparla del corazón del pueblo es un propósito capital. Como no pueden conseguirlo por medios legítimos recurren a la calumnia para perseguir a la iglesia, en la persona de sus miembros, esperando que la destrucción de la clericidad lleve consigo la destrucción de toda religión.
“Los sacerdotes de los lugares ocupados por los revolucionarios, han sido expulsados en conjunto y sin forma alguna de juicio. Se les ha robado de todo lo que poseían y a muchos de ellos se les ha encerrado en las prisiones. Otros han sido torturados. Algunos los han matado. Hasta los obispos no han escapado de estas persecuciones y cuantos caen en sus manos sufren tantas indignidades que se ven obligados a esconderse o salir del país.”
El Cardenal O’Cownell, de Boston, aboga también con mansedumbre cristiana, porque se nos haga tasajo a los mexicanos, he aquí como se expresa ese pájaro negro: “Por la salvación de nuestro honor público como nación debemos poner fin a esta conspiración que por dos años consecutivos ha inundado a México en sangre, destruido sus recursos materiales y sembrado el ateismo y la anarquía en un país hasta hace poco próspero y feliz.”
Próspero y feliz, en verdad, para los pajarracos de sacristía, los burgueses y los mandarines, no así para el pobre.
El Cardenal Gibbons cree que debe atravesársenos piadosamente con una espada, a manera de asador, y adorársenos a fuego lento, para mayor honra y gloria del señor. Dice así: “Temo que la espada sea el único argumento de peso que tomarán en consideración (los revolucionarios mexicanos), y creo que tarde o temprano alguna forma de intervención se hará necesaria en aquél país”.
El escritor clerical Raymond G. Carroll, con el caritativo propósito de que el pobre Woodrow Wilson se embarque en la empresa de exterminar, religiosamente, se entiende, a los rebeldes mexicanos, pinta las “torturas” de los ensotanados de esta manera: “La Iglesia de San Antonio, de atrevida arquitectura, que guarda una semejanza con la Catedral de San Basilio en Moscow, ha sido transformada por los llamados constitucionalistas, en un salón legislativo. De otras iglesias han secuestrado y quemado los archivos. Hombres y mujeres, en todo México, han sido lanzados de los claustros y expulsados del país sin permitirles llevar consigo ni su ropa ni sus libros de oraciones. Siete Arzobispos, seis Obispos y cientos de sacerdotes y monjas han sido ignominiosamente arrojados de México. Ha sido necesaria la doctrina de la anarquía y el rifle para destruir en México la obra de la Iglesia de cuatro centurias”.
Ya era tiempo de que algo sufrieran los reverendos faldilludos; pero una cosa me ha llamado la atención: que los tales padrecillos no soporten con resignación las miserias de la vida. Ellos se desgañitan desde el púlpito recomendando a los fieles la paciencia y la resignación, la mansedumbre, y no puedo menos que alarmarme al ver que su conducta personal no corresponde a las recomendaciones que hacen desde el púlpito o en sus cartas pastorales, pues predican una cosa y practican otra.
Por lo que veo, esos vivos portadores de enaguas, creen buena la resignación en otros, no en ellos; consideran como una virtud la paciencia en los demás, y así por el estilo.
Uno de sus “mandamientos” dice: no matarás; pero ellos se limpian las narices con el famoso mandamiento, y le urgen al profesorcillo Wilson que mande sus soldados a matar al por mayor rebeldes mexicanos esto es, hombres que se sacrifican por el bienestar de la humanidad.
No; lo que los clérigos quieren es que todos sean mansos para que se dejen explotar y tiranizar sin exhalar una queja; pero las doctrinas que predican no rezan con ellos cuando el caso se presenta. Si fueran honrados esos bribones comenzarían por practicar lo que predican.
El proletariado religioso debería tomar nota de los actos de los señores de sotana, para emancipar sus mentes de los errores que les ha infundido la clerigalla.
Y basta por hoy de asuntos de faldillones.
Ricardo Flores Magón
1 La Federación Americana de Sociedades Católicas fue fundada en 1901 en la ciudad de Cincinnati, Ohio. Se abocó fundamentalmente a cuestiones sociales y económicas, a la moral pública y a la educación. En 1910, creó un Comité de Reforma Social. El comité apoyó la organización del trabajo.pero fue un fuerte opositor a la influencia socialista en los sindicatos.
¡Lo que son las cosas! Wilson, emocionado hasta los tuétanos lamenta la penuria que los pobres sufren en México, y se desvela tratando de encontrar algún medio para aliviar la situación de los mexicanos. En cambio, no ha podido ver todavía aquí enfrente de sus narices, los millones de sus paisanos que se encuentran en idénticas condiciones de miseria, y por éstos, por sus paisanos, no se contrae una sola fibra de su corazón. A México envía trenes cargados de comestibles, y para los hambrientos que se desmayan de debilidad en las calles de Chicago y Nueva York, no tiene un pedazo de pan duro.
Es que Wilson da el alón para cenarse la pechuga.
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En enero de este año, en un discurso que pronunció en Indianapolis, Wilson expresó su opinión sobre que era bueno dejar a los mexicanos el arreglo de sus asuntos internos. Más tarde, en junio, se metió a retobado y advirtió a los leaders políticos de México que, o arreglaban pronto sus diferencias y formaban un gobierno estable o la tendrían que pasar muy mal, proponiendo en cambio reconocer a los que estuvieran de acuerdo con su advertencia. Villa se apresuró a manifestar su buena disposición para entrar en tratados con los leaders de otras facciones políticas. Carranza no aceptó. Sin embargo es Carranza el que va a ser reconocido.
Primero, dijo Wilson que no había que entrometerse en los asuntos mexicanos; después se entromete, pone como condición de reconocimiento que se esté de acuerdo con sus políticas y favorece al que no lo estuvo.
Decididamente, los funcionarios públicos están fuera de su lugar: el ruedo de un circo como payasos.
A Obregón no le hace buen estómago el reconocimiento de Carranza por los gobiernos extranjeros. Él también, quiere ser Presidente; porque, como el mismo Obregón dice en su rudo lenguaje: yo perdí una pata (una de las patas delanteras), mientras que a él ni siquiera se le chamuscaron las de chivo.
Según Obregón, la pérdida de un miembro sirve para encumbrarse sobre los demás, cuando lo que se necesita es la pérdida de la vergüenza.
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Pablo González1, uno de los generalillos carrancistas, dice que ya tiene siete aeroplanos para arrojar bombas a los zapatistas en sus madrigueras.
Mucho gasto de dinero implica todo eso, y muchas pérdidas de vidas, cuando todo podía ser arreglado con sólo reconocer que la tierra debe ser del que la trabaja.
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Bernardo López2, un individuo que vende bebistrajos en Kansas City, Missouri, quiere que los mexicanos de por aquellos rumbos lo reconozcan como Cónsul de Barbas de Chivo, y parece, según se nos informa, que amenaza con despachar a México, tal vez para que sirvan de soldados a su amo, a todos aquellos que no se dignen reconocerlo.
No hay que asustarse, mexicanos. Ese López no tiene ningún poder para enviar a nadie a las filas, y si se presenta con impertinencias, no tenéis otra cosa que hacer que darle un puntapié por el trasero.
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Los partidos autoritarios hablan mucho de patriotismo, honor nacional y no se qué cosas más; pero, llegado el caso, son los primeros en cometer actos contrarios al patriotismo, y en permitir que se empañe como ellos dicen, el honor nacional. Como ejemplo, tenemos al carrancismo; es un acto contrario al honor nacional, el permitir que gobiernos extranjeros se entrometan en asuntos de los mexicanos. En el caso de Carranza, y visto el asunto bajo el punto de mira patriótico, hay, también, traición a la Patria, por que se ha permitido que gobiernos extranjeros sean los que decidan quién ha de ser el gobernante de México.
¡Qué hora para los patriotas!
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Moncaleano anda suelto; ¡cuidado con las niñas!
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Pepito amaneció de murria. Pepito es un afeminado de esos que abundan en los conventos y en sacristías, pues bien sabido es que muchos santos padres son partidarios de los vicios contra natura.
Pepito, desde su conventículo de Las Vegas, Nuevo México, se dispara contra el manifiesto de 23 de septiembre de 1911. No le gusta el Manifiesto, y con amargo despecho exclama: “Mexicanos: Los ideales del Partido Liberal Mexicano, que está causando tantas discordias y revoluciones en nuestro hermoso país, son enteramente socialistas, es decir, quiméricos.”
Distingamos, Pepito; nuestros ideales son realmente socialistas, en cuanto negamos el llamado derecho de propiedad privada; pero como al mismo tiempo negamos el principio de Autoridad y queremos que la riqueza social sea propiedad común y que cada quien trabaje según sus aptitudes y consuma según sus necesidades, si fueras honrado, habrías dicho que los ideales del Partido Liberal Mexicano son enteramente anarquistas. Estos ideales, Pepito, están basados en la ciencia, y, por lo mismo, no pueden ser quiméricos. Quimeras son tu infierno y tu purgatorio y tu paraíso, porque no puedes probarme científicamente que existan esas cosas, mientras que yo te puedo probar que el ser humano tiene derecho a ser libre y feliz sobre la Tierra.
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Pepito se martiriza lo sesos de ostión para encontrar algo que impresione fuertemente al pueblo en contra del Partido Liberal Mexicano; afianza la pluma, con las pezuñas y garrapatea lo que sigue: “Ese Partido quiere acabar con la propiedad privada y aniquilar vuestras instituciones políticas, económicas, sociales, morales y religiosas para inaugurar el reino de la anarquía, en la que tan fácil se hace a los sinvergüenzas apropiarse lo ajeno y hacer las cosas a su talante.”
En efecto; el Partido Liberal Mexicano quiere acabar con todo eso que dice Pepito, y que constituye lo que se llama sistema capitalista o burgués; pero ven acá, pedazo de alcornoque y dime, ¿cómo es que alguien pueda apropiarse lo ajeno en una sociedad, como la sociedad anarquista en que todo es de todos?
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Suspira Pepito. Toma de sobre su escritorio un espejito y se deleita contemplándose. Vuelve a suspirar; se acuerda de las palabras amorosas que le soltó al oído el fraile de la celda de arriba al pasar junto a él por el jardín, palabras que le quemaron el rostros, como si hubieran formado parte del aliento de la boca de un horno. Se ruboriza; vuelve a afianzar la pluma y escribe esto: “Quiere, pues, derribar todo gobierno constituido para que no haya orden; quiere eliminar a la Iglesia, porque ésta es un freno poderoso a las pasiones brutales de los hombres viciosos, a la vez que es defensora del derecho, luz y apoyo de los desheredados de la fortuna.”
De manera que, para Pepito, el orden es el desbarajuste que reina bajo el sistema burgués; que el trabajador que todo lo produce, sufra miseria y desnudez, mientras el fraile holgazán y el burgués perezoso y el funcionario inútil gozan de todas las delicias de la vida. Y por lo que respecta a que la Iglesia sea un freno a las pasiones brutales, la historia de todos los tiempos nos demuestra que entre los sacerdotes se han encontrado y existen los hombres de inclinaciones más depravadas: violan niños, corrompen mujeres y se entregan entre sí a placeres que la pluma no quiere describir. ¡La Iglesia defensora del derecho, luz y apoyo de los desheredados! ¡Qué descaro, cuando el sacerdote y el tirano han obrado siempre de común acuerdo para oprimir y explotar a los pueblos!
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Pepito se rasca la calabaza, digo, la cabeza. De un cajón saca una botella de whiskey, y sin usar vaso, se echa de un sorbo la mitad del contenido; tose; enciende un buen puro comprado con la limosna que dio un pobre diablo a la iglesia, en vez de comprarles pan a sus hijos, y se pone a escribir con gran precipitación: “Capital, Autoridad, Clero: he aquí las tres cosas que hicieron de México una nación civilizada; el Capital, desarrollando las riquezas naturales del país; la Autoridad, haciendo respetar las leyes que defienden la libertad individual y nacional; el Clero, enseñando sentimientos sublimes de piedad y amor a todos, indicando una patria futura mucho más rica y hermosa que vuestra bella tierra mexicana.”
Se necesita haber ingerido la mitad del contenido de una botella de alcohol, como lo hizo Pepito, para atreverse a decir con tanta frescura semejantes majaderías. Como buen clérigo, tienes que salir a la defensa de tus hermanos la Autoridad y el Capital, sin ti esas dos instituciones caerían por tierra aplastadas por la justicia popular; pero ahí estás tú para castrar las energías populares haciendo creer que el que más sufre en la tierra más digno es de que se le abran las puertas del cielo. ¡Embaucador! ¿Dónde está esa patria futura que ofreces? Existe solamente en tu imaginación, es invención tuya: la ciencia niega la existencia del cielo; el cielo es la escoba con que barres los bolsillos de las personas sencillas y de buena fe.
* * *
Decididamente, Pepito tiene sed; de otro sorbo deja vacía la botella; regüelda ruidosamente como marrano satisfecho, y continúa escribiendo: “El Partido Liberal no quiere que haya personas que posean y otros que no posean; así los borrachos y los despilfarradores se hallarán en la misma condición que los hombres virtuosos y honrados, que se sacrifican para ahorrar un poco de dinero y mejorar así su condición social.”
Los borrachos y los despilfarradores son los clérigos, gobernantes y los burgueses. Los proletarios no tienen ni para malvivir, ¿qué pueden despilfarrar? Los pobres no pueden darse buena vida; por eso están flacos. En cambio, los frailes, los burgueses y los gobernantes revientan de gordos, y lo que es peor, sin hacer nada útil, consumiendo lo que producen los trabajadores.
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Ya borracho, Pepito escribe estas líneas: “quieren suprimir el derecho de propiedad privada para engordarse a expensas de la clase trabajadora.”
Ahora, niégueseme que Pepito no está ya borracho. Porque ¿a quién se le ocurre decir que se puede engordar a expensas de la clase trabajadora cuando ya no existe la propiedad privada que hace posible la explotación? Estando la tierra, las casas, las máquinas, los ferrocarriles, los barcos, todo, en una palabra, en poder de los trabajadores. ¿Quién y con qué título podrá engordarse a expensas de ellos? ¡Nada, Pepito estás borracho!
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Pepito, en su borrachera, cree oír el roce de una santa sotana en la madera de la puerta. Piensa que tal vez es el fraile de la celda de arriba, el de las palabras cálidas, que llega para tener con él un idilio semejante a los que Antonio I. Villarreal3 tenía con el barbero de Lampazos y que tan célebres han sido. ¡Oh, decepción! ¡Todo aquí ha sido una alucinación producida por la embriaguez! Colérico, hace rechinar la pluma sobre el papel estampando estas líneas: “… han declarado guerra sin cuartel a la Autoridad y al Clero, porque en ellos ven los obstáculos más poderosos a sus miras anárquicas”
A veces resulta claro aquello de que los muchachos y los borrachos dicen las verdades. Esta vez dijo Pepito la verdad: en la Autoridad y el Clero vemos los anarquistas un obstáculo para que la humanidad pueda ser libre y dichosa. Por eso luchamos contra la Autoridad y el Clero.
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Despechado por los triunfos que la Revolución va alcanzando, se dispara de esta suerte; “Contra el Capital, la Autoridad y el Clero ese partido tiene enarbolada su sangrienta bandera en los campos de acción en México. Aprovechando además de estos momentos de confusión y zozobra, cuando el derecho consiste en la fuerza brutal de los cabecillas, los revolucionarios han arrebatado muchas tierras a sus legítimos dueños para trabajarlas por su cuenta…”
Lo que deplora Pepito, y deploran todos los parásitos de su calaña es eso precisamente, que los proletarios trabajen ahora la tierra por su cuenta y más no para engordar holgazanes.
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Ahora, preparaos para reír porque Pepito está de chispa. Se polvea: vuelve a mirarse al espejo y con las dos pezuñas delanteras agarra la pluma para escribir estas barbaridades: “Movidos; pues por tantos abusos, muchos mexicanos honrados (Pepito llama honrados a los de su clase) han querido unirse (¿como Pepito con el fraile de la celda de arriba?) para poner orden y paz en su país (el orden y paz burgueses, basado en la esclavitud de los de abajo), a estos hombres de buena voluntad se opone fieramente el Partido Liberal, porque bien sabe que el triunfo de los amigos del orden sería la derrota de los que han robado, oh mexicanos, vuestros bienes (Pepito bromea, por que ¿con qué bienes cuentan los desheredados? A no ser que se refiera a los bienes de los burgueses, y en ese caso, no ha habido robo porque al quitarle algo a algún burgués, no se le roba, se ejecuta un acto de justicia, ya que lo que tiene el burgués ha sido producido por los trabajadores o es obra de la naturaleza), han violado vuestras esposas y vuestras hijas (Pepito se chancea, porque esas cosas solamente se hacen en las sacristías y en las celdas de los conventos), han asesinado ciudadanos inconscientes (muy inconscientes son los burgueses, los clérigos y los representantes de la autoridad), han perseguido a vuestro Clero, ten benemérito de la patria vuestra.”
No cabe duda: el Clero es benemérito. He aquí sus obras piadosas; se opuso a la independencia de México y fue el principal verdugo de los insurgentes; excomulgó a Hidalgo, a Morelos, a Matamoros y a todos los mártires de aquella epopeya que se llama Guerra de Independencia: fue poderoso aliado de los invasores americanos a mediados del siglo pasado, cuando los Estados Unidos arrebataron a México más de la mitad del territorio nacional, llevó a México el ejército francés y pareó bajo palio en las iglesias a los asesinos de los mexicanos; colocó en el trono de México a un bandido austriaco a cuyo servicio se puso; sostuvo a Porfirio Díaz, y es ahora enemigo mortal del esfuerzo que hace el pueblo mexicano por alcanzar su libertad. Qué bueno es el Clero, ¿verdad?
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Pepito no se resigna a empuñar el pico y la pala, cosa que tendrá que hacer si logramos los anarquistas hacer triunfar el sistema justiciero de la propiedad común; él quiere que perdure el sistema actual para continuar viviendo sin trabajar, como lo hacen sus congéneres, y declara que es imposible la realización de nuestros ideales. Dice así: “Los socialistas (debería decir anarquistas) mexicanos favorecen la enajenación de la propiedad privada para que pueda servir al uso común del pueblo: de hecho bien saben que esas son ideas de imposible ejecución.”
¡Ideas de imposible ejecución! Ese ha sido el grito de todos los que, como Pepito, se oponen a que se realice un progreso que pone en peligro su posición privilegiada.
Ese fue el grito de la nobleza cuando la burguesía enarboló la bandera de los Derechos del Hombre; así aullaron los monarquistas cuando la bandera republicana apareció en lo alto de la barricada; lo mismo exclamaron los conservadores cuando la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano izó su bandera de reformas en 1º de julio de 1906; así gritan los retrógrados ante el sol esplendoroso del Manifiesto de 23 de septiembre de 1911. ¡Ladridos a la luna!
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Pepito siente sed: ¡está crudo el miserable! Vuelve a polvearse; otra vez suspira recordando las caldeadas palabras del ensotanado de arriba, llenas de promesas… extrae del inagotable cajón otra botella y de un sorbo casi la vacía; su mirada vaga por las paredes y el techo de su celda, y su rostro se colorea recordando las ardientes palabras del fraile. De repente clava la vista en su mesa y tropieza con el clásico cuadernito rojo: el Manifiesto de 23 de septiembre de 1911. Olvida por un momento sus amoríos, frecuentes en los clérigos, y escribe a las volandas: “Si… queréis ser ladrones… afiliaos al Partido Liberal Mexicano; si, por el contrario, queréis ser personas honradas, luchad contra el con todas vuestras fuerzas?”
Yo creo que Pepito, en su embriaguez, quiso decir lo contrario: si queréis ser personas honradas, afiliaos al Partido Liberal Mexicano; si, por el contrario, queréis ser ladrones, luchad contra el con todas vuestras fuerzas. ¿No es así, Pepito?
Próximo al como, Pepito quiere acabar con la Revolución a gritos y moquetazos, y considerando de esta manera poco característica: “…¡Arriba todos, a procurar el verdadero bien de la Patria, a restablecer en ella el orden y la paz! ¡Muera la anarquía!
Para los frailes la patria es el estómago. Así es que puede traducirse esa vociferación de la siguiente manera (hay que tener en cuenta que el pobre Pepito estaba tícuaro): ¡arriba todos a defender una buena digestión! Y el grito de ¡muera la anarquía! Puede ser traducido por ¡Muera el trabajo!
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Al esfuerzo del grito, Pepito se quedó dormido. Despertó sin embargo, inquieto como estaba por las palabras quemadoras del sátiro de la celda de arriba. Como pudo trazó estos garabatos: “os lo repito, luchad por la prosperidad de vuestro querido país, luchad contra el Partido Liberal Mexicano”.
O lo que es lo mismo, luchad porque los burgueses, los frailes y los gobernantes, sigan engordando, y los trabajadores y sus familias sigan sufriendo miserias, desprecios por parte de sus mismos verdugos e injusticias miles, pues al luchar contra el Partido Liberal Mexicano, el pobre lucha contra sí mismo.
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El pobre Pepito se quedó definitivamente dormido. El fraile de la celda de arriba penetró de puntillas al aposento y… hasta otra vez.
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Los ensotanados de Las Vegas, Nuevo México, han hecho circular un folletito titulado: “Respuesta al Manifiesto del Partido Liberal Mexicano escrita por Pepito”. Al pie de la carátula viene ésta relación: Imprenta de la “Revista Católica”4.
Ricardo Flores Magón
1 Pablo González Garza. (1879- 1950). Hijo de un próspero comerciante de Lampazos, N. L., primo en tercer grado de Venustiano Carranza y pariente de Antonio I. Villareal, con quien compartió los estudios primarios. En 1902, después de ejercer diversos empleos en Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, emigró a California donde trabajó para el ferrocarril de Santa Fe. Regresó a México en 1907. Al parecer en su época estadounidense entabló relación con los liberales a través de su primo. Sus biógrafos, repitiendo lo que dice su hijo, Pablo González Miller, en El centinela fiel del Constitucionalismo, monumental biografía de su padre, afirman que fue un militante del Partido Liberal Mexicano y que participó en la organización de trabajadores de origen mexicano en Estados Unidos, sin embargo la única prueba documental de la relación entre González y el PLM, es una carta en la que Ricardo Flores Magón le informa a Villarreal que escribió una “carta a su primo para ver si suelta más…” En 1910 se afilió al antireleccionismo y en 1911 se levantó en armas. En 1912, fue nombrado jefe de armas de Monclova y combatió la rebelión de Pascual Orozco. Tras el golpe de Huerta se puso a las órdenes de Carranza. Pese a que empezó a ser conocido como el “general que perdió todas las batallas”, Carranza terminó por darle el grado de general brigadier y lo nombró jefe del Cuerpo del Ejército del Noreste. Asistió a la Convención de Aguascalientes, pero se mantuvo fiel a Carranza y combatió a los convencionistas. En 1915 recuperó la capital para el Constitucionalismo. Fue acusado de estar ligado a la famosa “banda del automóvil gris”, pero nunca fue encausado formalmente de ello. En 1919 orquestó el asesinato de Emiliano Zapata en Chinameca. En 1920 desconoció a Carranza pero no se sumó al Plan de Agua Prieta. En ese año intentó levantarse en armas en Monterrey, por lo que fue aprehendido y sentenciado a muerte. Perdonado por Plutarco Elías Calles se exiló en Estados Unidos donde se dedicó a la banca, encabezando el Mexican American Banking Company, que quebró durante la crisis de 1929. Regresó a México en 1940 cuando el presidente Manuel Ávila Camacho lo reintegró al ejército reconociéndole el grado de general de división.
2 Bernardo López. Comerciante de Kansas City y gerente de la Destiladora Harvest King, fabricante de bebidas alcohólicas, como el “Yaqui Valley” y el “Supremo Mezcal”. En 1912, utilizaba la lista de suscriptores de Regeneración para enviar su propaganda y engañar a mexicanos que hacían tratos comerciales con él. Encubría sus fraudes tras la fachada de la supuesta “Sociedad Patriótica Bernardo López”, que presumía contar con la protección del gobierno de Madero. En marzo de 1913 demandó a Regeneración ante una corte federal acusándolo de libelo, demanda de la que terminó desistiéndose en agosto del mismo año. En octubre de 1915 intentó que Carranza lo nombrara cónsul de México en Kansas City.
3 Antonio I. Villarreal. (1879-1944). Nació en Lampazos del Naranjo, Nuevo León. Como estudiante de la Escuela Normal de San Luis Potosí, estableció contacto con Camilo Arriaga en San Luis Potosí. Secretario del club liberal «Ponciano Arriaga» de esa ciudad de 1896 a 1898. Regresó a Nuevo León y formó un club liberal en el poblado de Villaldama. Ahí publicó el semanario El Liberal. En 1901, fue encarcelado en la penitenciaría de Monterrey, acusado del asesinato de José Flores. Estuvo preso hasta 1904, año en el que se trasladó e Estados Unidos, para reunirse con los editores de Regeneración. Participó activamente en la redacción del periódico. Probable redactor de las secciones agraria y de educación del Programa liberal de 1906, fue secretario de la JOPLM desde la constitución de ésta hasta su separación de la misma. Participó en el intento insurreccional de 1906. En compañía de RFM y Librado Rivera, fue arrestado en agosto de 1907 en Los Ángeles, Cal. y trasladado a la penitenciaría de Yuma, Arizona, en 1909. De esa cárcel salió libre en agosto de 1910. Excluido de los asuntos confidenciales de la JOPLM desde 1908, rompió relaciones con ella en 1911, cuando decidió unirse al movimiento maderista. Participó activamente en la campaña maderista de Chihuahua. Fue editor, en junio de 1911, junto con Juan Sarabia, de Regeneración (Ciudad de México), órgano de la Junta Iniciadora de la Reorganización del Partido Liberal. Al triunfo de Francisco I. Madero, fue nombrado cónsul en Barcelona. Volvió a México en julio de 1913. Ese mismo año se unió a las fuerzas de Pablo González Garza al mando del Ejército del Noreste, con quien lo unían lazos familiares. En enero de 1914 fue nombrado comandante militar y gobernador de Nuevo León. Ese mismo año fue representante oficial de Venustiano Carranza, junto con Luis Cabrera y Juan Sarabia, en la firma del Pacto de Torreón, efectuado con Francisco Villa. Con el mismo carácter participó en una conferencia con Emiliano Zapata en busca de la conciliación al triunfo del constitucionalismo. En octubre de 1914, fue electo presidente de la Convención Revolucionaria. Sus diferencias con Carranza lo llevaron al exilio en Brownsville, Texas. Retornó a México tras la proclamación del plan de Agua Prieta. Adolfo de la Huerta lo nombró Secretario de Agricultura y Fomento en 1920. Continuó en el cargo bajo la presidencia de Álvaro Obregón quien le encomendó la dirección de la Comisión Nacional Agraria. En 1922 emprendió una infructuosa campaña para llegar al Senado. Se incorporó a la rebelión delahuertista de 1923. La derrota de la rebelión lo llevó a vivir, tanto en Monterrey como en la ciudad de México en la semiclandestinidad a lo largo de cuatro años. Ante las elecciones presidenciales de 1929, fue aprehendido y expatriado a Estados Unidos, país del que regresó para unirse a la rebelión encabezada por el general José Gonzalo Escobar, contra el gobierno de Emilio Portes Gil. El fracasó de la misma, en abril de 1924, lo llevó a un nuevo exilio, esta vez en San Antonio, Texas. En 1933, volvió a México protegido por la Confederación Revolucionaria de Partidos Independientes que lo postuló a la presidencia de la república en las elecciones de 1934.
4 Revista Católica. Publicación jesuita fundada en 1873 por el sacerdote italiano de la orden Donato M. Gasparini en Las Vegas, Nuevo México. Se mudó a El Paso, Texas, en 1916. Durante 85 años fue la revista religiosa más importante en español editada en los Estados Unidos. Llegó a circular en toda América Latina. Dejó de publicarse en 1958.
Venustiano Carranza ha sido escogido por los gobiernos de algunas naciones para que gobierne al pueblo mexicano, no ha sido el pueblo mexicano quien ha escogido a Venustiano Carranza para gobernante.
Los embajadores de Argentina, Brasil y Chile, los ministros de Bolivia, Uruguay y Guatemala, y el Secretario de Estado, Lansing, por el gobierno americano, debidamente autorizados por sus respectivos gobiernos, reconocieron formalmente a Venustiano Carranza, el 19 de este mes, como Jefe del Poder Ejecutivo de la República Mexicana.
Creen los gobiernos extranjeros que ese acto de intromisión en los asuntos del pueblo mexicano, pondrá fin a la lucha armada que por cinco años ha tenido como escenario la bella tierra mexicana. ¡Colosal error!
La Revolución es un fenómeno social producido por fuerzas completamente ajenas a la voluntad o a los deseos de los diplomáticos y los gobernantes. La Revolución es la materialización del descontento popular; es la manifestación, en forma violenta, del deseo vehemente sentido de abandonar una existencia de miseria y abyección, por otra de bienestar y libertad. La Revolución es un fenómeno social que tiene raíces muy hondas, como profundos son los sufrimientos populares que las alimentan, y hasta esas profundidades no llegan los políticos cuando quieren poner fin a una verdadera Revolución.
Si la Revolución Mexicana fuera solamente el resultado de un conflicto entre caudillos, entre ambiciosos que desean escalar las gradas del poder, cinco conferencias celebradas entre políticos, que es el número de las que han celebrado los representantes de las Republicas Latinoamericanas y Lansing serían más que suficientes para obtener la pacificación del país; pero desgraciadamente para los políticos y los intereses por ellos representados: los intereses del Capital, de la Autoridad y del Clero; no se trata en México de elegir un Presidente, sino de algo más serio, de algo más grande, de algo más trascendental: la conquista del derecho de vivir, esto es, del derecho que todo ser humano tiene, por el solo hecho de venir a la vida, de tener pan, albergue, instrucción y de goce de todas las dichas que pueden obtenerse del grado de adelanto alcanzado por la humanidad.
Este derecho primordial, este sagrado derecho por el cual derrama generosamente su sangre el proletario mexicano, no ha sido objeto de discusión por parte de los conferencistas pan-americanos. Nada les importó a aquellos elegantes y satisfechos señores que el proletario mexicano sufriera miseria y esclavitud, y que, contra esos dos males se encontrara con las armas en la mano.
Lo interesante para esos pulcros caballeros es salvar la vida a las instituciones burguesas: Capital, Autoridad, Clero, bastante comprometida por la Revolución.
Ni una mirada a los sufrimientos del pueblo, por más que fueron motivos de humanidad los que se invocaron para entrometerse en los asuntos mexicanos esta última vez; por más que fueron los mismos motivos los que se invocaron la vez pasada, cuando las conferencias se celebraron en Niagara Falls1, y Wilson instruyó a los delegados americanos que no admitieran ningún arreglo que no tuviera como base el compromiso, por parte de la facción que quisiera ser reconocida, de poner la tierra en manos de los trabajadores. Todo se ha reducido a obtener de Carranza la promesa que protegerá a los capitalistas y al Clero y pagará los perjuicios que la Revolución ha causado a los burgueses mexicanos y extranjeros.
La Revolución, por lo tanto, queda en pie, intacta, formidable. Carranza y sus satélites se rinden al Capital, la Autoridad y el Clero, no así el desheredado que continuará luchando porque él nada gana con la rendición de los caudillos, pues su problema queda en pie, no ha sido resuelto en dos conciliábulos de los diplomáticos, por el contrario, en esos conciliábulos se ha arreglado que las cosas queden en el mismo estado en que se encontraban cuando Porfirio Díaz era el amo y señor de la nación mexicana.
La traición de Ciudad Juárez llevada a cabo por Francisco I. Madero en mayo de 1911, se reproduce ahora en Nueva York por Venustiano Carranza, y se continuará reproduciendo indefinidamente mientras haya proletarios que sigan creyendo que puede existir un gobierno benéfico para los pobres.
Los proletarios carrancistas nada han ganado con la rendición de su Jefe a los capitalistas y al Clero, y constituyen un obstáculo para que los proletarios inteligentes continúen sin tropiezos la obra emprendida de demolición de los tres enemigos de la humanidad: Autoridad, Capital, Clero.
Ánimo, proletarios carrancistas, ¡a fusilar a todo aquel que quiera ser vuestro gobernante! Nadie, más que vosotros mismos, podrá resolver el problema que la traición de Carranza deja en pie: el del Hambre. Resolvedlo vosotros mismos dando buena cuenta de vuestros jefes y oficiales, y poniendo toda la riqueza en manos de los pobres. Adoptad resueltamente los principios expuestos en el Manifiesto de 23 de septiembre de 1911 y no volváis a confiar a nadie la solución de vuestros propios asuntos.
Tened presente que si se hace la paz, vosotros seréis despachados a vuestros hogares para que sigáis trabajando como antes para el burgués, el fraile y el representante de la Autoridad; continuaréis arrastrando la vida miserable de siempre, mientras que Carranza y los que están sobre vosotros ahora con motivo de su grado militar, derrochan en francachelas el fruto de su traición. No lo permitáis hermanos carrancistas. Volved vuestros fusiles sobre los traidores y gritad ¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
1 Las conferencias se celebraron en Niagara Falls, Canadá del 21 de abril al 30 de junio de 1914. Tras la invasión a Veracruz, en abril de 1914 Estados Unidos promovió una mediación diplomática conformada por Argentina, Brasil y Chile, llamada ABC, El ABC estuvo integrado por el embajador argentino en Washington, Rómulo S. Naón, el brasileño Dominico da Gama y el chileno Eduardo Suárez Mujica. Su encomienda, como ya se dijo, era mediar para encontrar una solución al conflicto de México y Estados Unidos, sin embargo, Naón ofreció que el ABC también fungiera como mediador para resolver la pugna entre constitucionalistas y huertistas. Venustiano Carranza rechazó tal posibilidad. . Estados Unidos estuvo representado por Frederick W. Lehmann, ex Procurador General de los Estados Unidos, y Joseph Rucker Lamar, Juez Asociado de la Corte Suprema de los Estados Unidos. La renuncia de Huerta no resolvió el diferendo.
Desde que Venustiano Carranza asumió en diciembre del año pasado una actitud más radical, obligado por la necesidad de atraer a sus filas al elemento obrero, se ha venido sosteniendo una campaña sistemática de desprestigio, por parte de sus partidarios, contra el movimiento revolucionario conocido con el nombre de zapatismo.
En esa campaña, los carrancistas han hecho uso de todas las malas armas, pues son las únicas disponibles cuando se trata de negar la verdad. Los carrancistas aseguran que Emiliano Zapata es un instrumento de los “científicos” y que sus tendencias son clericales.
Estas mentiras, dichas con aplomo, producen entre personas superficiales o ignorantes el efecto deseado por los que las propalan; pero nos hacen reír a todos los que conocemos a fondo ese sentimiento formidable que se llama Revolución Mexicana.
Es absurdo suponer siquiera que Emiliano Zapata sea un instrumento de los “científicos”, pues ni los hechos de los revolucionarios surianos ni sus palabras vertidas en manifiestos, proclamas, circulares y otros documentos, así como ni las respuestas que ha dado a corresponsales de periódicos de muy variadas opiniones que han ido a entrevistarlo, deja sospechar que exista alguna liga entre el antiguo elemento porfirista y ellos.
El Estado de Morelos, cuna del zapatismo, fue uno de los Estados de la República Mexicana cuyo territorio estaba casi por completo en las manos de los “científicos”. De la Torre y Mier, Escandón, Alarcón, Noriega y otros más, millonarios y “’científicos” todos, poseían el Estado. ¿No están ahora en poder de los proletarios las tierras que tenían acaparadas? ¿Y puede suponerse que esos burgueses desposeídos sean los que apoyan a Zapata?
La gran fábrica de papel de San Rafael, de la que eran accionistas principales Porfirio Díaz, José Sánchez Ramos y otros “científicos”, se encuentra en poder de los zapatistas, y Emiliano Zapata ofreció a Antonio de P. Araujo poner a disposición de Regeneración todo el papel que se necesitara, en caso de que el periódico se publicase en territorio controlado por las fuerzas surianas. ¿Se puede imaginar que los “científicos” nos den armas para combatir el sistema burgués de la propiedad privada?
Y si de los hechos pasamos a las palabras vertidas por los revolucionarios surianos, se acabará de comprender que es una mentira vil la que propalan los carrancistas, cuando aseguran que Emiliano Zapata es un instrumento de los “científicos”. Tenemos a la vista un folleto impreso en la Imprenta Comercial, Callejón del Nazareno número 57, de la ciudad de Puebla, y ese folleto contiene el Plan de Ayala y otros documentos zapatistas. En una especie de prólogo, se habla de las calumnias propaladas por la burguesía contra los zapatistas, a quienes se ha hecho pasar siempre como bandidos de la peor ralea. Se lee lo siguiente en la parte relativa: “Tales calumnias propaladas con profusión y pintadas con rojos colores por la fantasía de escritores alquilados y vendidos al gobierno, al funesto grupo ‘científico’ y a los grandes terratenientes no han sido hechas con otro fin que el de desprestigiar a los defensores del Plan de Ayala.”
Como se ve, en lugar de apoyo por parte de los “científicos”, los zapatistas sufren calumnias.
En el capítulo del Plan de Ayala sobre expropiación de tierras montes y aguas, se encuentra este artículo: “8. Los hacendados, científicos o caciques que se opongan directa o indirectamente al presente Plan, se nacionalizarán sus bienes.”
El 4 de marzo de 1913, Emiliano Zapata expidió un manifiesto1 en que se lee el siguiente párrafo: “…el Gobierno ilegal del General Victoriano Huerta, está muy lejos de corresponder a la revolución; podrá representar al núcleo de científicos, de conservadores, de prosélitos del sistema porfiriano; pero no al núcleo de revolucionarios de principios.”
En el manifiesto de Zapata fechado en Milpa Alta, Distrito Federal, en agosto de 19142, documento notable por el radicalismo que encierra y que fue publicado en parte en nuestra edición de 6 de marzo de este año, se lee un párrafo que dice: “Ésta (la pacificación del país) sólo podrá obtenerse si se realiza la doble operación de reducir a la impotencia los elementos del antiguo régimen (los científicos) y de crear nuevos vínculos estrictamente con la revolución.”
En todos los documentos zapatistas se ve que uno de los principales fines de ese movimiento, es el exterminio de los “científicos” y la devolución de la tierra a los campesinos, y por lo que habla con elogio de la obra anticlerical de Benito Juárez, a quien admira Emiliano en el artículo 9º del Plan de Ayala que dice así: “Para ejecutar los procedimientos respecto a los bienes antes mencionados (los de los científicos y demás burgueses), se aplicarán las leyes de desamortización y nacionalización, según convenga, pues de norma y ejemplo pueden servir las puestas en vigor por el inmortal Juárez a los bienes eclesiásticos, que escarmentaron a los déspotas y conservadores que en todo tiempo han querido imponernos el yugo ignominioso de la opresión y el retroceso.”
En su manifiesto de Agosto de 1914, dice Zapata: “Quitar al enemigo los medios de dañar, fue la sabia política de los reformadores de 57, cuando despojaron al clero de sus inmensos caudales, que sólo le servían para fraguar conspiraciones y mantener al país en perpetuo desorden.”
Sirva lo expuesto para contrarrestar los funestos efectos que están produciendo las mentiras propaladas por los propagandistas carrancistas. Uno de esos embusteros es Carlos Loveira3, individuo que se encuentra actualmente en Nueva York, después de haber visitado Cuba. La misión de Loveira es hacer creer a los trabajadores americanos, que Carranza es amigo de los obreros. Viene, por lo mismo, a hacer propaganda carrancista, y, naturalmente, tiene que expresarse mal de todos aquellos que no se doblegan ante su ídolo. ¡Tiene que desquitar el sueldo!
Carranza tiene empeño en desprestigiar a Zapata. Carranza no ha podido llevar a cabo un movimiento expropiador como Zapata lo ha hecho, y no cuenta, por lo mismo con la simpatía popular que es la fuerza del luchador suriano. Ambicioso y malvado, Carranza tiene que recurrir a artimañas de felón para desprestigiar a sus enemigos, y como tiene dinero no falta individuo que le sirva.
Loveira trae la representación de algunos sindicatos obreros de México; pero eso no es un obstáculo para que sea un embustero. Lo cierto es que Carranza es generalmente odiado por el Proletariado mexicano, pues mientras en territorio controlado por sus fuerzas la gente se muere de hambre, en las regiones donde operan los revolucionarios expropiadores, los pobres tienen comida en abundancia.
Ricardo Flores Magón
1 Refiérese a “Manifiesto del General Emiliano Zapata” firmado en Campamento Revolucionario en Morelos, marzo 4 de 1913.
2 Refiérese a “Al pueblo de México” fechado en Milpa Alta, Distrito Federal, en agosto de 1914, y firmado por el General en jefe del Ejército del Sur y Centro, Emiliano Zapata.
3 Carlos Loveira (1882- 1928) Periodista y narrador cubano. Huérfano, a los nueve años emigra a Nueva York con la familia de la cual su madre era criada en 1895. Allí trabaja como mozo de hotel y vendedor ambulante de frutas y dulces. Llega a dominar el inglés. Relacionado con los emigrados revolucionarios, a los dieciséis años se enrola en la expedición comandada por el general Lacret que parte desde Tampa rumbo a Camagüey. Ya en la manigua, presta sus servicios en un hospital de sangre. Al terminar la guerra. Durante la primera intervención sirvió como intérprete a las tropas norteamericanas. Obrero ferroviario en Estados Unidos, en el canal de Panamá, en Ecuador, en Costa Rica y Cuba donde como dirigente obrero organiza, en 1910, la Liga Cubana de Empleados de Ferrocarriles y funda el periódico El Ferrocarrilero (1909-1911). Fracasada la Liga, Loveira se traslada a Sagua la Grande (Las Villas), en donde reinicia sus labores sindicalistas. Funda el efímero periódico Gente Nueva y, posteriormente, la revista anticlerical Cauterios, esta última en unión del periodista catalán Baltasar Pagés. El hostigamiento gubernamental lo decide a marcharse a Yucatán en febrero de 1913. En México fue colaborador cercano de Venustiano Carranza, que le encargó organizar técnicamente el Departamento del Trabajo del estado de Yucatán. A partir de 1915 realizó numerosos viajes entre México, Cuba y los Estados Unidos, así como por Centro y Suramérica (Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil), en labores de propaganda y agitación. En Yucatán perteneció a la redacción de La Voz de la Revolución. También colaboró en Heraldo de Cuba, El Imparcial de San José (Costa Rica) y, en inglés, en The Federationist, órgano de la American Federation of Labor, a cuyo congreso, celebrado en Washington en 1916, asiste representando a los obreros yucatecos. En dicha ciudad estadounidense labora en el Comité Pro-conferencias Panamericanas de Trabajadores. Escribió la novela Generales y doctores (La Habana, 1920).
Texas ha tenido el privilegio de distinguirse entre otros Estados de la Unión Americana como un país en que abundan individuos, hombres y mujeres, dotados de instintos antisociales muy marcados y de una estupidez refinada. Allí, en aquellas planicies monótonas, adornadas de chaparrales mezquinos, como mezquinos y vulgares son los sentimientos de la ruda población blanca de la región, se han desarrollado tragedias en las que han figurado como víctimas, personas pertenecientes a la raza mexicana, la raza mártir pisoteada por todos los bárbaros, la pobre raza ultrajada en sus sentimientos más delicados y martirizada en su carne por el chicote del capataz y del negro o por la horca del verdugo, cuando no arrastra su penosa existencia en los campos penales del Estado salvaje por excelencia, o en los campos “libres” donde reina una casta de individuos semi-hombres, semi-bestias, cuya vida parece como que forma parte del caballo bronco de cuyo lomo apenas se despegan para dormir un rato su borrachera y su idiotismo. Son los llamados “cowboys”, rufianes, cobardes, villanos, felones, crueles….. especie de centauros, esos monstruos mitológicos mitad caballo, mitad hombre, pero sin gracia, sin poesía, sin arte, sin corazón, sin sesos. A manos de esos monstruos y de las estúpidas poblaciones de los villorrios, han perecido innumerables miembros de la raza mexicana, personas casi siempre indefensas e inofensivas, víctimas del odio más irracional que caber pueda en el pecho más vil, muchedumbres blancas ebrias de whiskey y de odio, han danzado, lanzando alaridos bestiales, gesticulando como locos, al rededor de un poste en que a fuego lento se achicharran las carnes de un ser humano, de un mexicano, cuyas quejas y lamentos son contestados con la risotada, con la injuria, con la saliva…
En ese Estado es donde se encuentran sufriendo los horrores del presidio nuestros hermanos Jesús M. Rangel, Eugenio Alzalde, Charles Cline1, José Abraham Cisneros, Domingo R. Rosas2, Miguel P. Martínez3, Bernardino Mendoza4, Pedro Perales5, Jesús González6, Leonardo Vázquez7, Lino González8 y Luz Mendoza9, repartidos en los campos penales de Perry Landking, correspondientes a la Penitenciaría del Estado, en Huntersville.
En ese presidio, como en todos los de este civilizado país, el ser humano sufre todas las indignidades y todas las torturas que la imaginación más depravada pudiera concebir. En el campo numero 1 fue donde murió cobardemente asesinado Lucio R. Ortiz10, uno de nuestros compañeros presos. A Lucio lo odiaban los esbirros por su altivez. Que un prisionero tenga dignidad, es un crimen imperdonable. El preso tiene que ser el trapo del suelo de los bandidos que regatean los presidios. Teóricamente se encierra al hombre en presidio para que se regenere, o para que se reforme como se dice en la jerga americana, esto es, que de malo que se le supone, se convierta en hombre bueno; pero los reglamentos canibalescos que imperan en los presidios, solamente sirven para que degeneren los mejores sentimientos que tenga el presidiario, matándole sus instintos sociales, quebrantando su carácter, destruyendo en el sentimiento de la dignidad personal convirtiéndolo, en una palabra, en una verdadera máquina obediente, servil, pues en ninguna parte como en presidio se observa al pie de la letra el infame lema de “ver, oír, y callar.”
Lucio no pudo convertirse en máquina. Lucio era un hombre, un verdadero hombre; era un anarquista, y un anarquista, como el acero, se quiebra, pero no se dobla. Los esbirros del presidio se sentían ofendidos ante la altivez de nuestro excelente camarada, y los mal ratos le llovían: se le azotaba; se le tenía encerrado por semanas sujeto a la dieta bárbara del pan y el agua; no se le permitía hablar con nadie; se le suspendía por los dedos pulgares de las manos a un argolla, durante horas mortales, sin que sus pies tocasen tierra; se le aplicaron todos los tormentos que solamente los esbirros de los presidios y los clérigos saben inventar, no hay que olvidar las escenas de la Santa Inquisición. El día anterior a su muerte, Lucio R. Ortiz sufrió una suspensión a la argolla por varias horas.
El 2 de septiembre próximo pasado, en la madrugada, el chirriar de los cerrojos; el rechinar de los goznes de las pesadas puertas de los calabozos; el estruendo de los pasos acelerados de los guardianes del presidio las broncas voces de mando de los esbirros; el ruido de las armas de fuego de los sayones, despertaron a los presos, que con la rapidez que les permitía el cansancio de sus atormentados cuerpos, se dispusieron a poner en pie. Era la hora de levantarse; de abandonar el jergón anidadero de piojos, chinches, pulgas y de cuanto parásito contribuye a hacer más miserable todavía la existencia del presidiario…. En la obscuridad de la hora, aquellas sombras comenzaron a alinearse en columna de formación. De las tinieblas, y como hija de ellas, broto una voz que más pareció un rugido: ¡All right!, y aquellas sombras se pusieron en marcha en medio del siniestro rumor de las cadenas… Eran como las cinco de la mañana, cuando aquella fúnebre columna se estremeció: se acababan de escuchar dos disparos de revólver. A pesar de la bárbara orden del reglamento que prohíbe al presidiario ver para cualquier lado, excepto para su frente y con dirección al suelo, todos aquellos mártires volvieron rápidamente el rostro hacia donde se habían hecho los disparos; una sombra se agitaba en el suelo, en medio de un charco de sangre….. ¡era aquel gran carácter, miembro del Partido Liberal Mexicano, que en vida se llamó Lucio R, Ortiz!
¿El delito que amerito la muerte de ese hermano anarquista? ¡Haber puesto su vista, distraídamente, durante la marcha, por un segundo, en la persona de su matador: el esbirro E. Davis!
Así es como se nos refiere esa triste tragedia, en la que perdió la vida un hombre bueno, digno, honrado, y útil a la humanidad.
Asesinatos de esta clase son frecuentes en aquel lugar. El 19 de abril del presente año, uno de los esbirros. D. L. Leanch, mató a un preso de nombre Félix López de un tiro de rifle por la espalda.
El trato concedido a los presos es digno de la Edad Media. Los esbirros tienen en el hocico para soltar las más hediondas palabras que los pobres prisioneros tienen que soportar so pena de recibir la muerte o alguno de los crueles castigos del presidio. Al preso que no puede trabajar a prisa, se le amenaza con matarlo, se le hecha encima el caballo, se le golpea con el rifle. Por cualquier cosa se abofetea a los presos, se les patea, se les ultraja de todos modos. Según se nos informa, el segundo jefe de la prisión es el que se distingue por su crueldad. Los castigos que se imponen a los presos son tan brutales, que muchos infelices pierden el conocimiento.
El trabajo se prolonga desde las cuatro y quince minutos de la mañana, hasta las siete y media de la noche, poco más o menos, y se efectúan en condiciones que ni las bestias podrían resistir.
En mayo último, por dos días se tuvo descalzos a los presos; la tierra, caldeada por el sol, hacía insoportable el sufrimiento a aquellos, desdichados y no obstante, los esbirros los hacían correr gozándose en las torturas de hombres indefensos…
La comida que se da a los presos es como sigue: por la mañana, cuatro panecillos, del vuelo y del grueso de una hostia; una taza de café sin sabor, o lo que es lo mismo, agua teñida de negro; un pedacito de jamón y una cucharadita de melaza. Al medio día, un pedazo de pan duro de maíz, que con frecuencia los prisioneros no tienen tiempo de comerlo; hierbas cocidas sin manteca ni sal; una taza de agua y nada más. La cena consiste en lo mismo que se come al medio día: Por lo que respecta a la calidad de la comida baste decir que ni los perros la apetecen.
Tal es el infierno que sufren su martirio Rangel, Alzalde, Cisneros y demás compañeros citados arriba, expuestos a ser asesinados en cualquier momento, como ocurrió con Lucio R. Ortiz, si todos los trabajadores no nos ponemos resueltamente de parte de ellos. Los trabajadores de todo el mundo quedan invitados a hacer algo en beneficio de nuestros mártires, que son también sus mártires, porque son héroes de la lucha de clases, de la contienda del Trabajo contra el Capital, y dejarlos a merced de esbirros sin conciencia, es cometer una felonía, una traición imperdonable. Disculpable es que permanezcan los trabajadores con los brazos cruzados, cuando ignoran lo que ocurre; pero al saber la suerte que les cabe sus hermanos de clase; al enterarse de los sufrimientos de los suyos, la indiferencia no tiene perdón, la falta de solidaridad es un crimen.
Que se levante una voz formidable por todo el mundo a favor de los militantes presos en Texas. Que no queden en olvido, tampoco, José Ángel Hernández y Lucio Luna11, los compañeros valientes que tuvieron la audacia de predicar la Anarquía en la Plaza de San Antonio, Texas por lo que se encuentran presos en la cárcel del condado de esa ciudad de refugiados y bandidos de la burguesía.
La audacia de la Autoridad en este caso, llegó, al extremo de llevar a la cárcel y encerrar en un calabozo a una digna mujer, a la valerosa compañera Elisa A. Hernández12, compañera de vida de nuestro querido amigo José Ángel Hernández. Cuarenta y ocho horas permaneció en el calabozo la joven compañera, con su hijita. Emancipación, una niñita de pecho, en sus brazos, sin alientos, sin atenciones de ninguna clase. Dos seres indefensos en un calabozo, ¡que honra para la civilización de los Estados Unidos de AMÉRICA! ¡Que prestigio para el sistema burgués, devorador de mujeres y de niños en sus prisiones! ¡Ni los salvajes más degradados se muestran brutales con las mujeres y los niños, seres a quienes todo el mundo ve solamente con simpatía y cariño. ¡Recordad, salvajes texanos, que mujeres os parieron! Aunque por vuestros actos, parece más bien que salisteis de la negra boca de un monstruo en un bostezo espantoso.
¡Basta! ¡Basta ya, verdugos, que la civilización se avergüenza de vosotros!
Ricardo Flores Magón
1 Charles C. Cline. Estadounidense. Miembro de la Brotherhood of Timber Workers (Hermandad de los trabajadores de la madera), fundada en 1910 por trabajadores de aserraderos del oeste de Luisiana y el este de Texas, que se caracterizó por integrar en igualdad de condiciones a trabajadores blancos, negros e indios. En 1912 la Hermandad se afilió a la IWW. Destacó por su participación en los sucesos de Grabow, cuando miembros de la organización fueron atacados por esquiroles armados de la Galloway Lumber Company. Atestiguó en el juicio al dirigente de la hermandad, Arthur Lee Emerson, apresado tras los sucesos de Grabow. Inscrito en las listas negras de la industria fue despedido del aserradero de Merryville, Luisana, lo que desató una gran huelga y la represión de la Hermandad. Posteriormente promovió la organización interracial de pizcadores de cebolla en Texas, muchos de los cuáles eran de origen mexicano. Se integró al grupo de José María Rangel, que en septiembre de 1913 se preparaba para incursionar en territorio mexicano para participar en la Revolución mexicana con la bandera del PLM. Fue uno de los 14 magonistas encarcelados tras el incidente de Carrizo Spring en que murió un ranger de Texas. Acusado de homicidio junto con otros miembros de su partida, fue condenado a purgar una pena de 99 años de prisión, aunque finalmente fue liberado en agosto de 1927.
2 Domingo R. Rosas. Nació en Nuevo León, Méx. Miembro del grupo Regeneración «Tierra y Libertad» de Lott, Texas. (1913) y de «Grupos Regeneración de Unidos» (compuesto por los grupos «Unión Libre» de San Marcos, Tex., Amigos del trabajo» de Staples, Tex. y «Tierra y Libertad») “una unión con el objeto de defenderse del bandidaje yankee y á la vez ayudarse mutuamente en sus necesidades». Formó parte del grupo encabezado por Jesús M. Rangel que tuvo un enfrentamiento con los rangers de Texas al intentar cruzar la frontera con México el 13 de septiembre de 1913. Fue encarcelado en Carrizo Springs, Tex. junto con 15 compañeros, mismos que serían conocidos como «Los mártires de Texas». Juzgado en San Antonio, y puesto en libertad después de haber sido torturado durante dos días, fue nuevamente capturado y remitido de nuevo a la cárcel de Carrizo Springs, bajo la nueva acusación de intento de asesinato en contra del ranger W. T.Gardner. Fue nuevamente enjuiciado en marzo de 1914, en la corte del condado de Uvalde y enviado a la cárcel de Perry Landing, Tex. El 16 de enero de 1916, envió una carta al comité de defensa, para que la ayuda destinada a él fuese destinada a la publicación de Regeneración. «A la abnegación del mártir, debe responder con su generosidad todo corazón honrado», fue la respuesta. Rosas fue liberado el 24 de marzo de 1917. «Aquí me tenéis de nuevo, hermanos proletarios, para luchar a vuestro lado, de pie y firme, por nuestro sublime Ideal, pese a quien pese y aunque nos cueste la vida. Salgo, como entré, dispuesto a todo, por más que traigo mi mente conturbada por tanta infamia, tanto crimen, tanto asesinato que a diario ¡qué horror! se cometen con los presos». (Reg. 256, 3). Rosas viajó a Los Ángeles donde participó en un par de mítines a favor de los Presos de Texas. Enfermo, regreso a Uvalde, Tex. Sus compañeros levantaron una colecta a su favor. (262, 2)
3 Miguel P. Martínez. Miembro del grupo Regeneración «Tierra y Libertad» de Lott, Texas. (1913) y de «Grupos Regeneración de Unidos» Formó parte del grupo encabezado por Jesús M. Rangel que tuvo un enfrentamiento con los rangers de Texas al intentar cruzar la frontera con México el 13 de septiembre de 1913. Fue encarcelado en Carrizo Springs, Tex. junto con 15 compañeros, mismos que serían conocidos como «Los mártires de Texas». Enjuiciado en San Antonio, Tex., en julio de 1914, fue el primer sentenciado del grupo. Habiendo optado por una defensa individual fue sentenciado a 12 años de cárcel y enviado a un campo penal de la penitenciaría de Huntersville, Tex. El 18 de diciembre recibió 50 latigazos.
4 Bernardino Mendoza. «Viejo y Bondadoso» (José Ma. Diappa). Acusado junto con Jesús M. Rangel, Eugenio Alzalde y José Abraham Cisneros, de complicidad en el asesinato del ayudante de sheriff Candelario Ortiz, fue sentenciado en julio de 1914, a 10 años en la penitenciaría estatal. En ese lugar fue objeto de maltratos y tortura. p.e. “Estando enfermo de las piernas y solicitado una medicina, se le colgó de una cadena a una altura en la que solo podía tocar la tierra con la punta de los pies. Una vez desmayado fue enviado al calabozo” (209,2)
5 Pedro Perales. Minero. Residente del sur de Texas, participó en la reunión del 5 de febrero de 1906 en Bridgeport, en la que se formó el club «Juárez y Lerdo», y donde convergieron buena parte de los militantes más aguerridos del Sur de Texas, como Victoriano y Melquiades López, Abundio de la Rosa, Dámaso Dávila, y otros. Meses después emprendió una primera gira organizativa por esa región de Texas, logrando dejar un núcleo liberal constituido en Italy, Texas, bajo la presidencia de Cástulo Vela. A principios de 1907, contribuye para la compra de dinamita realizada por Antonio de Pío Aruajo, con vista a la toma de Matamoros, Tamps. por los miembros del club liberal de Gonzalez, Tex. Después de ello continúo su gira organizativa y propagandista por pueblos como Lytle, cerca de San Antonio. En mayo de 1907, Perales permanecía preso en Harlingen, condado de Cameron, por «una imprudencia de haber asaltado a señor P. Bautista con pistola en mano». Para fines de marzo de 1908, Perales, bajo el nombre de P. P. Pérez, trabajaba como minero del carbón en Lytle, lugar al que llegó Tomás Sarabia, en busca de fondos y armas con vistas a la segunda intentona liberal de ese año. El 2 de julio de 1909, en Bridgeport, firmó un manifiesto protestando por la reelección de Díaz y Corral y las persecuciones de los liberales refugiados en el extranjero. Para marzo de 1911, reemprendió un nuevo periplo organizativo, apoyado por Regeneración «el compañero Perales es uno de los más antiguos miembros del Partido Liberal. Se ha mantenido como hombre de convicciones que es. No se ha deslumbrado con el oro del maderismo, porque es un convencido de la emancipación del proletariado y es hombre de vergüenza y honor»; el periódico registra la formación del club liberal «Emancipación» de Burlington, Texas y el de Gurley, Texas, a instancias de Perales; así como uno más en Pilares, Texas, en este lugar fue arrestado por autoridades norteamericanas coludidas con maderistas. A principios de 1912, Perales fue trasladado a la cárcel de Marfa, siendo su juicio programado para abril de ese mismo año; fue acusado de violación de las Leyes de Neutralidad y declarado culpable. Regeneración pidió a la Agrupación Protectora que se ocupara del caso.
6 Jesús González. Formaba parte del grupo 14 hombres comandado por Jesús María Rangel, que se conocería como los Mártires de Texas. En el intento de ingresar a México el 13 septiembre de 1913, tras un enfrentamiento con rangers en Carrizo Springs, y la ejecución del sheriff Candelario Ortiz, quien previamente había participado en el asesinato de los magonistas de la partida revolucionaria Juan Rincón y Silvestre Lomas, los miembros del grupo fueron capturados y condenados a penas de entre 23 y 99 años de prisión. González fue uno de los primeros sentenciados a 99 años y encarcelado en el penal de Perry Landing, Texas. Fue liberado en 1926, gracias a la intervención del abogado Henry Weinberger y del Comité Pro-presos de Texas, formado por los veteranos magonistas Blas Lara y Gabriel Rubio.
7 Leonardo López Vázquez. (Múzquiz, Coahuila, 1893- (¿?). Miembro de partida revolucionaria encabezada por José María Rangel, capturada en Texas en septiembre de 1913, conocida como los Mártires de Texas. Herido en una pierna en el enfrentamiento con rangers el 13 de septiembre en Carrizo Springs. En primera instancia fue sentenciado a 15 años de prisión por el asesinato de Candelario Ortiz pese a que comprobó que no estaba en el lugar en el momento en que José Guerra ejecutó al ranger; sentencia que fue revocada por un tribunal de Austin en junio de 1914. Sometido a un nuevo juicio fue sentenciado a 25 años en la cárcel de Huntersville, Texas. Probablemente fue liberado en 1926, gracias a la intervención del abogado Henry Weinberger y del Comité Pro-presos de Texas, formado por los veteranos magonistas Blas Lara y Gabriel Rubio.
8 Lino González. Miembro de partida revolucionaria encabezada por José María Rangel, capturada en Texas en septiembre de 1913, conocida como los Mártires de Texas. Sentenciado a 6 años de prisión y recluido en el penal de Pearsall, Texas. En la cárcel apoyó e hizo labor de educación con presos mexicanos como Cipriano Amador.
9 Luz Mendoza. Vicepresidente del Club Liberal Mexicano de Smithville, Tex.(1906). En junio de 1911, defendió el cuartel del Cañón de la Espada, Coah.. bajo las órdenes del delegado general Emilio P. Campa. El 9 de febrero de 1912, firmó, en el «Campo de Operaciones en Las Vacas, Coah,» el llamado «Al Pueblo de Coahuila», que Primitivo Gutiérrez, en representación del PLM y «en representación de las fuerzas revolucionarias en el Estado de Coahuila,» emitió. De sus puntos, destacan: «4:- Las grandes haciendas de Coahuila, como San Carlos, Maravillas, la Babia, Hornos, etc. etc., pasan a ser trabajadas en común, socializándose las tierras y los instrumentos para la producción y el consumo en común.» «10:-Se proclama el Comunismo en Coahuila…» Lo que implica que fue de los liberales que, ante las negociaciones con el Gobierno Federal de Emilio P. Campa, abandonaron al Delegado Especial y continuaron la revolución por su cuenta. Formó parte del grupo encabezado por Jesús M. Rangel que tuvo un enfrentamiento con los rangers de Texas al intentar cruzar la frontera con México, el 13 de septiembre de 1913. Fue encarcelado en Carrizo Springs, Tex. junto con 14 compañeros, mismos que serían conocidos como «Los mártires de Texas». Posteriormente fue trasladado a la penitenciaría estatal de Huntersville. En 1916, desde ese lugar, escribió a los editores de Regeneración «We are cheerful and firm as the first day, all hopeful of being free more some time. We are confident of you all, whom we regard our most thru brothers»
10 Lucio R. Ortiz. San Antonio, Tex. Formó parte del grupo encabezado por Jesús M. Rangel que tuvo un enfrentamiento con los rangers de Texas al intentar cruzar la frontera con México el 13 de septiembre de 1913. Fue encarcelado en Carrizo Springs, Tex. junto con 15 compañeros, mismos que serían conocidos como «Los mártires de Texas». Estuvo en Hunterville, bajo sentencia de 15 años, «ahí fue asesinado por un guarda del Campo Penal No. 1» el 2 de septiembre de 1915.
11 Lucio Luna. Miembro del Grupo Racionalista de San Antonio, Tex. Fue arrestado, junto a José Ángel Hernández, editor del semanario Lucha de Clases de esa misma ciudad y, a su compañero Donaciano Hernández, por repartir propaganda libertaria un mitin en la Plaza del Mercado del lugar. Fue condenado a 200 días de prisión.
12 Elisa Alemán Hernández. Compañera de José Ángel Hernández. En 1912 fue nombrada representante de los Grupos Unidos Regeneración “Germinal” y Práxedis Guerrero” de San Antonio, Texas. Promovió la organización de las mexicanas en este estado, llamándolas a unirse a la lucha sin distinción de sexo, a afiliarse al PLM y a liberarse de la “esclavitud brutal del torpe marido”. En 1913, con su compañero José Ángel Hernández y Eustolio García, integró al Comité Pro-presos que apoyó la defensa de José María Rangel, Charles Cline y el resto de los presos magonistas acusados del asesinato de un ranger texano en Carrizo Spring. Ella se encargó de la tesorería del citado comité, mismo que fue perseguido y acosado. En noviembre fueron aprendidos José Ángel Hernández y Eustolio García, después de un exitoso mitin (en el que ella fue oradora) celebrado en San Marcos, que tenía el propósito de recoger firmas para exigir la libertad de los presos al gobernador de Texas Oscar B. Colquitt. En abril de 1915, participó en la fundación del Grupo Racionalista de San Antonio, que se proponía organizar una escuela racionalista, fundar un periódico ácrata, hacer propaganda libertaria y combatir el racismo y el misticismo. En octubre de ese año fue encarcelada por más de 28 horas junto a su hija Emancipación, de 10 meses de edad, tras el cateó de su casa en el contexto de la aprensión de su compañero José Ángel Hernández. Elisa Alemán sostuvo relaciones con el grupo editor de Regeneración por lo menos hasta 1917. Es probable que se trasladara a Tampico con su compañero cuando éste fue expulsado de los Estados Unidos en ese mismo año.
Dice Adolfo Carrillo1, el Cónsul carrancista en Los Ángeles, que su amo hará en un mes la pacificación del país, según ve en una entrevista que con él tuvo un escribidor del nauseabundo “Times”.
¿Bromeas, chico? A no ser que el insigne negrero de Cuatro Ciénegas, traicione a su clase, la burguesa, y haga entrega al pueblo de la riqueza social. Pero eso, es pedir peras al olmo.
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El reconocimiento de Carranza como Jefe del Poder Ejecutivo, extendiendo al insigne trabajador por los capitalistas representados por sus respectivos gobiernos, ha sacado de quicio a Carrillo, por lo que sigo viendo en la antedicha entrevista. Dice Carrillo, abrochándose un botón del pantalón que había tenido la ocurrencia de salirse del ojal: “Según los despachos que acabo de recibir, la primera medida que va a ser tomada, es el cambio del asiento del gobierno, de Veracruz, a la ciudad de México.”
Con esa medida, ¡adiós doña Hambre! ¡Se acabo la miseria!
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Carrillo se lame el desmedrado bigotillo pensado en elecciones y futuros hartazgos, pues si el pueblo no tendrá que comer bajo la administración carrancista, si comerán hasta hartarse todos aquellos que no han empuñado un fusil, ni hecho sacrificio alguno para encumbrar a Barbas de Chivo, que engolfado está en sus sueños gastronómicos, que no sabe lo que dice al escribidor del “Times”, y por eso, al hablar de de las elecciones que va a preparar Barbas de Chivo, echa a volar esta barbaridad: esta elección … será tan limpia como cualquiera efectuada en los Estados Unidos
Carrillo lleva muchos años de residir en los Estados Unidos, y, por lo visto, no le han bastado esos largos años para saber que las elecciones aquí, en los Estados Unidos, son la farsa más repugnante que pueda apetecerse. ¡Que elecciones limpias ni que niño muerto!
Continúo dándome la lata de leer la entrevista de Carrillo, para ver si en alguna parte de ella hay algo que se refiera a algún plan que tenga como resultado asegurar al pueblo la subsistencia ¡Nada! Elecciones y más elecciones, y el tiempo se pasará en elecciones y los pobres firmarán boletas electorales, pero no llevarán a sus estómagos un pedazo de tortilla. Podrán, después de tanto perderse el tiempo en elecciones, Barbas de Chivo se sentará definitivamente en la silla presidencial, según Carrillo, y durará en ese trono la friolera de seis años, tiempo más que suficiente para echar rastrillo a las arcas de la nación y después de ese trabajillo; dice Carrillo, “se retira a la vida privada cuando la República Mexicana haya recobrando anterior grandeza.”
¡Ya apareció el peine! Lo que quiere Barbas de Chivo, es que el país vuelva a hallarse en las mismas condiciones en que se encontraba bajo el despotismo de Porfirio Díaz.
¿Cinco años de Revolución para volver a la esclavitud? No fumamos ya de ese tabaco, ilustre negrero.
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Carrillo sueña transformarse de mezquina oruga consular en brillante mariposa, diplomático, esto es, desea dejar de ser triste consulillo y lograr el puesto de Embajador, y, como en política se eleva el que más se arrastra, toma las tijeras, la navaja, la brocha y el jabón para afeitar a su hirsuto amo, exclamando conmovido: “Él (Barbas de Chivo) levantó a Villa, de bandido que era, solo para que ese bandido se volviera en su contra.”
Yo creo que si Villa es un bandido, bandido también lo es Barbas de Chivo, con la diferencia de que Villa era un hombre que arriesgaba su existencia para ganarse la vida; luchaba a brazo partido y a pecho descubierto contra la ley maldita que lo tenía proscripto, mientras que Carranza es un bandido que dentro de la ley, sin arriesgar ni su libertad ni su vida despreciable, roba el trabajo de los peones de sus haciendas. Villa robaba a los ricos, mejor dicho, no les robaba, porque no es robo despojar al burgués de lo que tiene, ya que lo que tiene el burgués se lo ha robado al pobre, practicaba un acto de justicia, mientras que Carranza es un verdadero criminal, porque sin derecho alguno priva a los trabajadores del producto íntegro de su trabajo. De bandido a bandido, me simpatiza más Villa, Carranza es un bandido cobarde que no tiene el valor de enfrentarse al burgués y retorcerle el pescuezo. Carranza roba a seres indefensos. ¡Es un… infeliz ladrón!
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Después, Carrillo hace su autobiografía; que escribió aquí, que garrapateo acullá, que recorrido el mando como un nuevo Judío Errante, en fin, lector, cosas que ni a ti ni a mi nos interesan. Total: que después de tantos afanes no ha podido conseguir otra cosa que un hueso pelón: un consuladillo barbachivista, cuando por los méritos que aduce merecería ser hasta portero e algún ministerio…
¡Pobre Carrillo!
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Los organillos villistas están furiosos por el hecho de haber sido reconocido Barbas de Chivo como Jefe del Poder Ejecutivo de la República Mexicana.
Eso es ahogarse en un vaso de agua. Lo que se necesita reconocer es el Derecho de Villa. Preconocedlo, villistas, y Carranza no durará veinticuatro horas en la Silla Presidencial. Despojaos de toda ambición personal y adoptad con valor los principios emancipadores del Manifiesto de 23 de septiembre de 1911. Este es el momento de hacerlo… ¡Ahora o nunca!
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Grande alharaca han armado los señores de sotana por el hecho de haber sido reconocido Barbas de Chivo. Creían esos inocentes que el carrancismo continuaría apoyando, o al menos, tolerando, los sentimientos anticlericales de las masas populares; pero el alma les habrá vuelto al cuerpo, como ellos dicen, al ver que Carranza, para lograr ser reconocido por los gobiernos extranjeros, ha tenido que traicionar a la Revolución comprometiéndose a no perseguir al Clero y a respetar al Capital.
Desengañémonos: ningún gobierno puede pasársela sin el sacerdote. Capital, Autoridad, Clero son tres cosas que no pueden separarse.
Ricardo Flores Magón
1 Adolfo Rogaciano Carrillo (Sayula, Jalisco, 1865- Estados Unidos, 1926) Periodista y escritor originario de Sayula, Jalisco. En su estado natal editó La Picota (1877) y La Unión Mercantil (1878). En la capital de México publicó El Correo del lunes, seminario antiporfirista clausurado en 1886. Tras pasar unos meses en prisión, salió del país, al que jamás regresaría. Protegido por Sebastián Lerdo de Tejada, se estableció en Nueva York, donde redactó las famosas Memorias inéditas de Sebastián Lerdo de Tejada, basadas en las conversaciones que tuvo con el expresidente mexicano, mismas que aparecieron sin su firma al ser publicadas por primera vez en 1890 por el periódico antiporfirista El Mundo, de Laredo, Texas, cuyo editor Ignacio Martínez fue asesinado poco después, a decir de Carrillo por agentes de Bernardo Reyes. En 1910 se unió al antirreleccionismo en California. Intentó que Madero lo nombrara cónsul en Los Ángeles, pero fue Carranza quién le dio el puesto en 1914, mismo del que fue despedido por supuestos manejos fraudulentos en 1916. Los últimos diez años de su vida intentó infructuosamente que el gobierno mexicano publicará sus Memorias de Lerdo, reclamando una autoría que no se atrevió a asumir originalmente.
Patriotas, escuchad algunas palabras sanas, algunas palabras bien distintas a las que estáis acostumbrados a oír. Son palabras nuevas para vosotros; pero encierran la verdad, nada más que la verdad. Escuchad, pues, con atención, y, si posible es, aprended de memoria lo que os voy a decir.
Os llamáis patriotas; tenéis orgullo en que se os tome por patriotas; la palabra patria ensancha vuestro corazón, y sin embargo, obráis como traidores; con vuestros actos dais a vuestra patria querida un golpe por la espalda.
Vuestro patriotismo consiste en amar, en primer lugar, aquel pedazo de tierra que os vio nacer; allí donde se arrastró vuestra inocencia en vuestros primeros pasos por la senda de la vida; el pueblo, el caserío, el jacal perdido en el bosque, en la llanura, en la montaña, y el territorio que abarca vuestra mirada, donde corristeis y travesureaisteis cuando niños, y que, más tarde, ya mozos, fue testigo de vuestros amores, de vuestras dichas, ¡ay! También de vuestros pesares y sinsabores. Amáis aquel pedazo de tierra, con un amor dulce y sano, y lo encontráis bello aunque para otros parezca feo, y si estáis fuera de él a veces no podéis reprimir un suspiro al recordarlo, por más que en él hubierais sido desgraciados. Ese amor al terruño es natural; lo sentís en vuestro corazón, sin necesidad de que alguien os lo haya inculcado; parece como que aquel pedazo de tierra contiene algo de vuestro ser; como que formáis parte de él; es que vuestra vida sentimental está estrechamente unida a él: en él residía la muchacha que infiltró en vuestros corazones las dulzuras y los tormentos del amor; allí están vuestros primeros amigos; los rostros de los vecinos os son familiares.
Pero vuestro patriotismo se ensancha: ya no consiste solamente en el amor al terruño, sino que comprende un cierto sentimiento de simpatía para con los individuos que hablan vuestro propio idioma, que tiene tradiciones comunes a las vuestras, que como vosotros participan de los mismos prejuicios, adolecen de las mismas preocupaciones y en cuyos pechos anidan virtudes análogas y serpean y se entremezclan vicios parecidos. Ese patriotismo es sano todavía, porque es un sentimiento natural, que nadie os ha inculcado, y no os estimula a cometer villanías.
Mas viene otro patriotismo, un patriotismo artificial, que os ha sido enseñado desde niños, un patriotismo oficial, se puede decir, porque es administrado, sugerido, fomentado, robustecido por el gobierno, ese perro obediente de la clase capitalista o burguesa. Este patriotismo es muy distinto de los dos que os acabo de bosquejar. Si aquellos dos consisten en sentimientos delicados de simpatía y de amor y provocan emociones dulcísimas y embargan de ternura vuestros pechos, el patriotismo artificial, el patriotismo oficial, el patriotismo burgués, para decirlo de una vez, no hace otra cosa que despertar dentro de vosotros la bestia que dormita. Este último patriotismo es feroz, brutal, sanguinario, cruel, inhumano, injusto, odioso. Este último patriotismo, es el que pone en vuestros ojos una verdadera sangre cuando veis a un extranjero; este patriotismo es el que os enseña a odiar a todo aquél que no haya nacido en el lugar donde vosotros nacisteis o donde nacieron las personas que con vosotros tienen un idioma común, tradiciones y preocupaciones idénticas, vicios y virtudes análogos y que adolecen de los mismos prejuicios. Este patriotismo os dice que sois los hombres más inteligentes, más valientes, más virtuosos del mundo; este patriotismo irracional os señala como enemigo mortal a todo ser humano que no haya nacido dentro de las fronteras de la patria; este patriotismo es el que os enseña a amar una bandera que no tiene más valor que el del trapo con que está hecha; este patriotismo ha sido hábilmente inculcado por la burguesía y los políticos, para que arremetáis contra los seres humanos que pueblan los países que se extienden más allá de las fronteras y de los mares, cuando los burgueses de vuestra patria quieren aumentar sus caudales a costa de los caudales de los burgueses de las otras patrias, y así las palabras bombásticas de integridad de la patria, honor nacional, dignidad de la bandera y otras semejantes, y que tan gratas son a vuestros oídos porque esos han venido repitiendo desde cuando erais niños, pueden ser traducidas por estas otras: defensa de un sistema económico, político, social y moral que tiene a la humanidad dividida en opresores y oprimidos, hecha por los oprimidos mismos, pues son los proletarios, los de abajo, los trabajadores, los parias, los ilotas y no los burgueses por cuyo bienestar se hacen las guerras, los que empuñan el rifle, para hacer pedazos, para exterminar, para asesinar a los oprimidos, a los proletarios, a los de abajo, a los trabajadores, a los parias, a los ilotas de las otras patrias.
Pues bien, proletarios mexicanos acabáis de cometer un acto de traición al consentir con vuestro silencio que Carranza hubiera pactado con los gobiernos extranjeros la muerte de la Revolución. Si sois patriotas de la escuela oficial, esto es, si amáis la patria que el gobierno enseña a amar, habéis cometido un delito, porque el honor de esa patria consiste principalmente en su soberanía, en su independencia política y económica de los gobiernos de las otras patrias, y al consentir que gobiernos extranjeros se hayan entrometido en sus asuntos internos, habéis permitido que se ultrajara su soberanía, esto es, la facultad que tiene, como patria independiente, de regir por si misma sus destinos. Pero como esa patria oficial es la de los burgueses, poco importa que la hayáis traicionado; lo que sí importa es que al traicionarla, os hayáis traicionado vosotros mismos comprometiendo vuestro porvenir y el de vuestros hijos, porque los burgueses, que son los directamente interesados en que se haga la paz, tienen mucho qué perder con la prolongación de la Revolución, pues son los dueños de la tierra, de las casas, de los bosques, de las aguas, de las minas, de los talleres, de las fábricas, de los ferrocarriles, de los almacenes, de todo cuanto existe. En cambio, vosotros, ¿qué teníais qué perder? Nada: y si mucho que ganar: la posesión de toda esa riqueza.
He aquí proletarios, como se juega con vosotros con el patriotismo; como llamándolos patriotas, tanto proletarios como burgueses, lo que aprovecha a unos perjudica a los otros y viceversa. He aquí como con un mismo acto: el de traición a la patria, los burgueses se han beneficiado y vosotros os habéis perjudicado. Eso proviene del hecho de que la clase trabajadora y la clase capitalista, no tienen nada que las afecte del mismo modo, que sus intereses son diametralmente opuestos, y que, por lo mismo, si guerra ha de haber, que sea una guerra contra los burgueses, una guerra de clases, viendo como amigos y hermanos a los trabajadores de todas las razas, y como enemigos a los burgueses de todos los países.
Si sois patriotas en el sentido sano de la palabra, esto es, si vuestro patriotismo se reduce a abrigar sentimientos de simpatía por el lugar en que visteis la luz por vez primera y por la región en que viven las personas que hablan vuestra lengua, y con quienes tenéis tradiciones y preocupaciones comunes, etc., y no abrigar odio contra los individuos a quienes tocó nacer en otras regiones del planeta, derribad a Carranza y derribad todo gobierno que se pretenda establecer, porque el gobierno perpetúa la patria burguesa, la patria feroz que infunde y atiza el odio de razas para que los oprimidos de las diversas patrias se despedacen entre sí cuando convenga a los intereses del capital; y si sois patriotas amantes de la patria burguesa, haced igual cosa: derribad todo gobierno, en vista de que la patria burguesa es solamente una alcahueta inventada por los ricos y los políticos, para servirse del pueblo en el terreno político y en los campos de batalla.
Arriba, mexicanos, contra vuestros verdugos.
¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
Lázaro Gutiérrez de Lara1, redentor a sueldo, pues es organizador de la Western Federation of Miners2, y como tal, percibe un buen sueldo, dándose buena vida mientras los trabajadores en huelga en Morenci, Metcalf y Clifton tienen hambre, anda diciendo que nosotros somos dueños de un terreno, pero que decimos que lo tenemos rentado a un burgués para seguir explotando a los trabajadores.
Sería mejor que te callaras, Lázaro, porque quien sí tiene terrenos eres tú gracias a tu habilidad de haber buscado a una viuda rica para casarte con ella, como lo hiciste. ¿No te avergüenzas de hablar de explotación infeliz?
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Leo en un despacho fechado en Boston el 25 de este mes y publicado por el The Times, de esta ciudad, el 26: “Hoy fueron dados a conocer los detalles de un proyecto para abrir un curso nocturno de instrucción militar para banqueros y profesionistas, en un mitin del Instituto Bancario Americano.”
Muy sensato es que aquellos a quienes aprovechan las guerras internacionales, sean los que se preparen a tomar las armas, porque parece que se acerca el día en que no habrá más borregos que se presten a servir de carnaza en beneficio de los señores barrigones.
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Como Barbas de Chivo prometió que el Capital iba a ser protegido, los aventureros de todo el mundo están afilando sus ya bien largas uñas para clavarlas en la carne del trabajador mexicano, y es chistoso ver en los periódicos americanos, las cuentas alegres que hacen sobre los grandes negocios que se imaginan hacer al amparo de la administración barbachivista. Chorreándoles la baba, hablan de las inmensas riquezas naturales que México contiene, y de los mezquinos salarios que habrá que pagar a los trabajadores mexicanos contando con la ayuda de Barbas de Chivo, quien ha ofrecido restaurar el régimen porfirista, en que se ametrallaba a los obreros que pedían una onza más de pan.
¡Castillos en el aire, apareceros, porque aquellos “buenos” tiempos no volverán! Lo que hay en perspectiva es una guillotina para Barbas de Chivo y un buen mecate para cada burgués.
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Mientras los verdaderos I. W. W., demuestran su descontento por la prolongada prisión de Richard Ford3 y Herman Suhr4, practicando el sabotaje en los campos de lúpulo incendiándolos, los pobres diablos del famoso ramajo latino5 están gastándose muy tranquilamente los buenos dólares que reciben todos los días por… andar de bracero con cochinos barbachivistas, de sobra conocidos en la placita.
Ya ni la “Huelga General”6, ni “El Rebelde”7, ni nada de esa hermosa literatura que tanta falta hace… para lo que ustedes quieran.
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De cien a trescientos millones de dólares sería la suma que, según los vivos banqueros americanos, necesita Barbas de Chivo para consolidar su gobierno, y esa suma enorme le será facilitada por dichos banqueros.
Cada uno de esos dólares será una nueva cadena que tendrá que arrastrar el pueblo mexicano, si no se decide a dar fin al principio de Autoridad y el derecho de propiedad privada.
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Un largo mensaje telegráfico procedente de Washington, anuncia que las señora Galt, con quien Woodrow Wilson va a contraer matrimonio, esta empleando todos los minutos de su tiempo en el arreglo de su vestido de desposada.
Mientras subsista este sistema que permite a unos vivir a expensas de los otros, veremos a la clase parasitaria gastar su tiempo en cosas perfectamente inútiles. Cuánto mejor sería que esa señora gastara su tiempo en plantar coles.
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Veo en un periodiquillo local que han quedado zanjadas las dificultades que existen entre Barbas de Chivo y Obregón, con el ofrecimiento que el primero ha hecho al segundo de que tan pronto como termine su periodo presidencial, le hará entrega de las riendas del gobierno. Por lo pronto, Obregón será Ministro de la Guerra.
¡Y haber todavía cándidos que creen en la democracia!
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Los periódicos de El Paso, Texas, han dado en la flor de llamar colorados a Campa8, Alanís9, Caraveo10, Terrazas11, Salazar12, y otros pícaros, cuando en realidad no son otra cosa que mercenarios al servicio de los “científicos”.
¡Colorados! ¡Qué colorados han de ser si no conocen la vergüenza!
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Un Ignacio D. Flores publica un periodiquillo13 en Floresville, Texas. El periodiquillo es burgués, netamente burgués, como corresponde ser al organillo de un negociante, pues hay que saber que Ignacio D. Flores tiene tienda, tiene botica, tiene librería, tiene no se qué tantas cosas más en Floresville. Naturalmente, Flores es enemigo acérrimo de los ideales anarquistas, como que comprende el “pobre” que en un medio de justicia tendría que empuñar el pico y la pala para poder vivir pero, entremos en materia: Flores da la noticia de que andan circulando en San Antonio Texas, unas proclamas revolucionarias, e inserta la misma proclama que insertamos en este número de Regeneración14, y que fue expendida por los revolucionarios de aquel Estado.
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Insertar la proclama y hacer el correspondiente comentario, todo fue una para Flores, por más que los deberes comerciales, le trajeran a cada instante del mostrador a la mesa de escribir, de la mesa de escribir al mostrador, del mostrador a los estantes donde esperan las chácharas el cambiar de dueño, y así por el estilo. Flores se quita de las manos la grasa que le dejara un ungüento que acaba de despachar; toma la pluma; se oprime la frente con la mano izquierda, como para exprimirse la calabaza, y escribe al fin estos disparates: “Se supone que estas hojas que estaban impresas en español fueron distribuidas durante la noche del viernes por magonistas…”
Es agudo el chico, como veis; pero sigamos adelante.
* * *
Una mujer entra toda desmelenada y ordena:
¾Cinco de parraleños; pero pronto, que dejé la lumbre prendida.
No hay remedio; Flores suspende la escritura y corre a servir el frijol, pensando, porque también las calabazas piensan, aunque, naturalmente, piensan como calabazas; ¡y que afirmen todavía esos maldecidos anarquistas que somos parásitos, flojos y cuanto se les ocurre!
Vuelve a la mesa de escribir; toma de nuevo la pluma, se aprieta otra vez la calabaza esforzándose por extraerle todo el jugo, y escribe: “Cómo se ve por esta proclama, los que la hicieron, si no son revolucionarios de los que han hecho la desgracia de México, tienen los mismos ideales que aquellos y piensan emplear los mismos procedimientos”.
Sería uno demasiado exigente, si quisiera que una calabaza pensase un poco mejor. El esfuerzo intelectual del “pobre” Flores ha sido superior a sus sesos de almeja, digo, de calabaza, y sudoroso y jadeante toma un respiro para añadir: “Han aprendido bien la lección”.
Flores se equivocó, porque los revolucionarios anarquistas no han hecho la desgracia de México, sino la desgracia de todos los parásitos como él.
* * *
Tan absorto se encuentra Flores en su comentario a la proclama de los revolucionarios de Texas, que no advierte que hace diez minutos que le espera una cliente por el lado de afuera del mostrador. La clienta se desespera al fin y grita.
¾¡Me despacha o no me despacha que no le vengo a pedir “de oquis”! ¡Cinco de mechas!
Flores sale como de un sueño; dirígese como un sonámbulo a donde están los fósforos apetecidos, y sirve el pedido pensando: ¡perros anarquistas: atreverse a decir que los burgueses somos los verdugos de la humanidad!
Es flaca la memoria de Flores, pues no recuerda que la caja de fósforos que le costo un centavo, acaba de venderla en cinco. ¡Memoria de calabaza!
Vuelve a la mesa de escribir; puja como si estuviera soportando en el lomo una tonelada de peso, y oprimiéndose la calabaza, saca el poco de jugo que en ella queda, embarrándolo en estas líneas: “Toda la energía que se ponga en juego para matar de raíz principios tan disolventes es poca pues es horrible ver a un país en manos de bandidos”.
No pudo seguir: la calabaza no dio más de sí. No obstante eso, quiero hacerle una preguntita: ¿no están todos los países de la tierra en manos de bandidos como Rockefeller, Morgan, Coadwry, Vanderbilt, Rostchild y otros del mismo calibre? En verdad que es cosa horrible ver a un país en manos de semejantes bandidos.
Ricardo Flores Magón
1 Lázaro Gutiérrez de Lara (1870-1916). Abogado y periodista regiomontano. Se desempeñó como juez de primera instancia en Chihuahua hacia 1902. Entró en contacto con el PLM en 1905. Colaborador de los periódicos Revolución y Regeneración. Participó como propagandista en la huelga de Cananea en junio de 1906. Acompañó a John Kenneth Turner en el viaje por México que originaría reportaje México bárbaro. En 1911 se unió al maderismo y rompió con la dirigencia del PLM. Murió asesinado en Sáric, Son. Autor del ensayo El pueblo mexicano y sus luchas por la libertad (1914) y de la novela política Los bribones (ca.1908).
2 Western Federation of Miners, organización obrera norteamericana de corte radical, cercana a la IWW. Dada su política de filiación de trabajadores con independencia de su origen étnico y nacional, así como su influencia en las regiones mineras del oeste norteamericano (Arizona, California, Nuevo México, Colorado y Oklahoma), contaba entre sus miembros a mexicanos, militantes a su vez del PLM. Participó activamente en la defensa de los perseguidos políticos mexicanos en Estados Unidos.
3 Richard Ford. Estadounidense. Organizador de la IWW. En 1913 trabajaba con recolectores de lúpulo en el Rancho Durst, en la vecindad de Wheatland, California. El 13 de agosto, cuando llamaba a la huelga durante una manifestación en uno de los campamentos del rancho se presentó un grupo de sheriffs que intentaron detenerlo. En la refriega murieron dos trabajadores, un sheriff y Edward T. Manwel, fiscal del distrito y abogado del rancho. Pese a que se comprobó que Ford no disparó fue acusado de incitar a la rebelión y, por tanto, de homicidio en segundo grado y condenado a cadena perpetúa, al igual que su compañero Herman D. Suhr. En 1918, cuando el gobernador de California se negó a otorgar el perdón a Ford y Surh, la IWW emprendió una campaña de sabotajes en el Imperial Valley y otros campos del estado, que según The New York Times, provoco millones de dólares en pérdidas.
4 Herman D. Suhr. Estadounidense. Miembro de la IWW. En 1913 trabajaba en la organización de los recolectores de lúpulo en el Rancho Durst, en la vecindad de Wheatland, California. Durst era el mayor empleador de jornaleros del estado, llegó a ocupar 23,000 pizcadores. El 13 de agosto de ese año, durante una manifestación de cerca de 2000 jornaleros en uno de los campamentos del rancho, en la que el wobblie Richard Ford llamó a la huelga, se presentó un grupo de sheriffs que intentaron detener a Ford. En la refriega murieron dos trabajadores, un sheriff y Edward T. Manwel, fiscal del distrito y abogado del rancho. Pese a que se comprobó que Ford no disparó y que Suhr ni siquiera se encontraba entre los manifestantes, ambos fueron acusados de incitar a la rebelión y, por tanto, de homicidio en segundo grado y condenados a cadena perpetúa. Regeneración se sumó a la campaña en su defensa.
5 Referencia a la Rama Latina del IWW (Los Ángeles, Cal.)
6 Huelga General. “Órgano de la Unión de los Trabajadores Industriales del Mundo no. 23.” Los Ángeles, Cal. (1913-1915). Alberto Paredes, editor. José B. Corona, administrador. A. M. Ojeda, redactor. Llegó a consolidarse como el principal órgano de la rama latina de la IWW en California. Desde el comienzo de su publicación, el grupo editor mantuvo una relación tensa con los redactores de Regeneración, a quienes acusó desde sus columnas de ser burgueses y embaucadores. A finales de 1913 desplegó una campaña de propaganda para restar simpatías al movimiento revolucionario mexicano entre los trabajadores avecindados en California. En respuesta a ello, desde la sección en inglés del órgano del PLM, William C. Owen polemizó con el periódico wobblie mientras los integrantes de la Junta estaban recluidos en McNeil Island. Regeneración llamó a boicotear a Huelga General, iniciativa que fue seguida por varias locales de la IWW de Arizona y California.
7 El Rebelde. ( Los Ángeles, Cal.) Órgano del Local 602 de la Industrial Workers of the World.
8 Emilio P. Campa. Originario de Nazas, Durango. Militó en el PLM de 1906 a 1911. Residió en Cameron, Tex., donde participó en la creación de un grupo afiliado al PLM. Formó parte de grupo magonista de 45 hombres comandado por Praxedis Guerrero que incursionó en el país el 19 de diciembre de 1910. A principios de 1911 fue nombrado Delegado General de la JOPLM y Jefe de la Armas en Coahuila. En mayo estableció su cuartel general en La Vacas, Coah., y lanzó una proclama firmada el día 20 en el “Campo de operaciones en la Sierra del Burro”, invitando a la población a unirse al levantamiento que no tenía más consignas que “tierra para todos, pan para todos, libertad para todos”. En junio, con una fuerza que Regeneración calculaba en 600 hombres controlaba once pueblos de Coah. Fue en esos día que Valeriano Pérez y Calixto Guerra lo invitaron a unirse al maderismo a lo que Campa se negó. Esta negativa suscitó enfrentamientos entre ambas fuerzas según los informes que envió a la JOPLM. Sin embargo, para julio, Campa ya realiza gestiones a través de Jesús Flores Magón para sumar al maderismo sus fuerzas militares, que para entonces suman 160 hombres. Para mediados de agosto la JOPLM lo considera ya un traidor, junto con Lázaro S. Alanis y José Inés Salazar y denuncia su colusión con Antonio I. Villarreal (entonces ya escindido del magonismo y enfrentado a la JOPLM) para presentar supuestas pruebas de que la causa liberal estaba siendo financiada por “científicos”, como Luis del Toro. Así mismo, afirma que Campa fue expulsado por sus compañeros en la sierra del Burro por ladrón y cobarde. El 18 de febrero de 1912, en Casas Grandes, Chih., firmó junto con Inés Salazar y Demetrio Ponce un manifiesto desconociendo al gobierno de Madero por traición al Plan de San Luis y reconociendo Pascual Orozco primer insurgente y general en jefe del ejército libertador. Campa tomó Ciudad Juárez el 27 del mismo mes en unión de José Inés Salazar. RFM le acusó de recibir dinero de Luis Terrazas. Combatió al gobierno de Madero en Chihuahua. Los antiguo liberales empezaron a ser llamados “Los Colorados” por periódicos de Texas, ya que enarbolan una bandera roja, lo que enfureció a RFM y a la JOPLM que se indignaron por el uso del emblema libertario. Campa fue derrotado en Hidalgo del Parral por Francisco Villa. Se unió al general Benjamín Argumedo en Durango. Fue derrotado por las fuerzas al mando de Aureliano Blanquet en Avilés y Sabinos, Durango. Se refugió en la Sierra de San Joaquín, Chih. Para octubre de 1912, cruzó la línea fronteriza, fue aprehendido y enviado a la cárcel de Tucson, Ariz. En 1913 reconoció el gobierno de Victoriano Huerta, y, en marzo, este lo nombró general brigadier. Tomó parte en la segunda e infructuosa defensa de Torreón frente a Francisco Villa el 1 de octubre de ese año. Pocos días después de que Huerta lo ascendiera a general de división, el 6 de marzo de 1914, y le encargara la toma Matamoros, Tams., Campa se exiló en los Estados Unidos. Regreso a México amnistiado por Carranza y ofreció sus servicios para combatir a Villa, pero murió repentinamente en 1919.
9 Lázaro S. Alanís. Originario de Casa Grandes, Chih. (¿?-1923). Participó con el grado de coronel en la expedición armada a Las Vacas, Coah. del 26 de junio de 1908, donde resultó herido. A lo largo del siguiente año, junto con Jesús M. Rangel, hizo labor proselitista en las cercanías de San Angelo, Tex. Convocado por Práxedis G. Guerrero se trasladó a El Paso, Tex. en noviembre de 1910 y participó, junto con Prisciliano G. Silva, José Inés Salazar, Antonio Rojas, Máximo Castillo, y Emilio P. Campa y, a decir de las memorias de Jesús M. Rangel, Gildardo Magaña, en las reuniones preparativas de la siguiente insurrección. Días después, Alanís, al mando de un grupo de cerca de cuarenta hombres entró a territorio mexicano y operó en coordinación con las fuerzas maderistas. Sin embargo, para principios de marzo las relaciones entre ambos grupos se tensan. Junto con Luis B. García, Tomás Loza, Inés Salazar, Lucio Ortiz, Ramón Rivera, Leónides Zapata, José C. Padua, Santiago Pacheco y Félix González, «representantes de las fuerzas revolucionarias del PLM», envía un oficio dirigido a Francisco I. Madero, manifestando que, «en vista del desprecio con que eran tratados en las filas se veían obligados a retirar su concurso si no se declaraba la legalidad del partido y en lo militar, se les consideraba en igualdad de circunstancias.» El 6 de abril fue herido y derrotado en el intento de toma de Casas Grandes junto con las tropas maderistas. Días después entró a dicha población y realizó labores de proselitismo a favor del PLM. El 13 de abril, a raíz de una disputa en torno a provisiones tomadas en esa población con la anuencia disimulada del proveedor general, Luis A. García, las relaciones de las tropas liberales con Madero se tensan aun más y llegan al rompimiento dos días más tarde cuando junto con Luis A. García, José Inés Salazar, Leonidas Zapata y Tomás Loza, Alanís solicita su separación a Madero, alegando “la poca voluntad” que se ha mostrado con todos ellos. Al escrito de los líderes, Madero contestó, entre otras cosas: «El hecho de haberse puesto ustedes el distintivo rojo y habérselo puesto a sus soldados, lo considero desde luego un acto de rebelión contra mi gobierno, pues si el partido liberal o mejor dicho socialista de que ustedes forman parte, lo reconozco como un partido político militante y tanto a él como a sus miembros les respeto sus derechos, por ningún motivo puedo reconocerles el derecho de beligerancia en la actual lucha y menos a ustedes que eran oficiales de mi ejército y habían reconocido a mi gobierno.» Los jefes liberales que suscribieron el escrito fueron desarmados y encarcelados por conducto de Pascual Orozco y Francisco Villa, acusados de insubordinación. Sin embargo, al ser trasladados a la cárcel municipal de Ciudad Guerrero, Alanís y Salazar se fugaron en Estación Mata Ortiz y los cuatro restantes lo hicieron pocos días después, en Ciudad Guerrero. A partir de ese momento Alanís actuará en coordinación con Salazar, quien para fines de mayo de 1911, cuenta con un ejército de 700 hombres que opera en la región de Casas Grandes y Galeana. Tras la renuncia de Porfirio Díaz, el antiguo liberal y ya entonces, general maderista José de la Luz Blanco salió en su persecución. A pesar de que, para esos momentos, la mayoría de las tropas liberales de la región han creado un ejército independiente de otras banderías, conocido como «Los Colorados», y que finalmente habrá de integrarse al ejército orozquista, Alanís continuó manteniendo vínculos con la JOPLM pues se le imputa la distribución del Manifiesto del 23 de septiembre entre dichas tropas. Por intermedio de Abraham González y Antonio I Villarreal, tanto Alanís como Luis García buscaron negociar su pacificación con el gobierno interino de Francisco L. de la Barra, siendo enviados a la capital del país donde fueron retenidos. De regreso a Casas Grandes, Chih., Alanís administró una cantina, la que, considerada centro de conspiración, fue atacada por las fuerzas federales. Poco tiempo después se reintegró a las fuerzas orozquistas, siendo uno de los firmantes del Pacto de la Empacadora. En 1913 reconoció al gobierno de Huerta mismo que le otorgó el grado de general. Al caer el régimen emigró a Estados Unidos. En 1916 prestó sus servicios en las fuerzas del general Jacinto B. Treviño con quien combatió a Francisco Villa. En 1920 se unió al Plan de Agua Prieta, ratificándosele el grado de general. Tres años después, comprometido con la rebelión delahuertista fue fusilado por órdenes de Arnulfo Gómez.
10 Marcelo Caraveo. (Guerrero, Chihuahua, 1885 – El Paso, Texas, 1955) Fue transportista de minas en Chihuahua e instalador de durmientes para el ferrocarril de Kansas. Fue uno de los más famosos “Colorados” de Chihuahua. Se levantó en armas secundando el llamado de Francisco I. Madero al lado de Pascual Orozco el 19 de noviembre de 1910 en san Isidro, Chihuahua. En 1911 participó en la toma de Ciudad Juárez. En febrero de 1912 se sumó a la rebelión de Pascual Orozco. En marzo de 1913 reconoció al gobierno de Victoriano Huerta y combatió contra la División del Norte de Francisco Villa en las batallas de Camargo, Ojinaga y Torreón. En 1918 se unió sucesivamente a los alzados de Félix Díaz, luego al zapatismo, y finalmente a las fuerzas anticonstitucionalistas de Manuel Peláez que protegían a las compañías petroleras estadounidenses en las Huastecas. En 1920 se adhirió al Plan de Agua Prieta. Adolfo de la Huerta le otorgó el grado de general de división. Fue gobernador de Chihuahua entre 1928 y 1929, año en que se adhirió a la rebelión escobarista. Tras la derrota de este movimiento se exiló en los Estados Unidos. En 1931 publicó en El Paso, Texas, el libro Memorias del General Marcelo Caraveo, redactado con apoyo de Rodolfo Uranga.
11 Félix Terrazas. Formó parte de los “irregulares” de Chihuahua que Madero no pudo reducir a la vida civil tras los acuerdos de Ciudad Juárez de mayo de 1911. En marzo de 1912 se sumó a la rebelión orozquista y fue uno de los firmantes del Plan de la Empacadora. Como otros Colorados reconoció al gobierno de Victoriano Huerta y combatió al Constitucionalismo. Tras el cerco a Ojinaga por parte de la División del Norte, en enero de 1914 cruzó la frontera con las tropas federales que huían de Francisco Villa y fue recluido en Fort Bliss, de donde consiguió evadirse para regresar a México y reunirse con Benjamín Argumedo. A su lado participó en la batalla de Zacatecas contra la División del Norte y fue uno de los 93 sobrevivientes que lograron escapar a Aguascalientes.
12 José Inés Salazar. Casas Grandes, Chih. Miembro del club liberal Santos Degollado de Metcalf. Ariz., en diciembre de 1907. Participó en el ataque a Palomas, Chih., el 1 de julio de 1908 con el grupo de Práxedis G. Guerrero. De nuevo con él, se levantó en diciembre de 1910. A la muerte de Guerrero, el 29 de diciembre de ese año en Janos, Chih., Salazar se convirtió en el jefe de la partida revolucionaria. Se incorporó a la fuerzas de Francisco I. Madero el 5 de marzo de 1911, participando en la batalla de Casas Grandes, Chih. A mediados de julio, con otros jefes de antigua filiación liberal, como Lázaro Alanís, Luis A. García, José C. Parra, Leónides Zapata y Tomás Loza, decidió romper con Madero, alegando “la poca voluntad” que se había mostrado con ellos y pidió su separación del ejército. La respuesta de Madero fue desarmarlos y encarcelarlos por conducto de Orozco y Villa. Los argumentos del presidente provisional fueron que ellos hacían proselitismo para un partido “socialista” y que por ello merecían que se les celebrará consejo de guerra. Cuando se les trasladaba a la cárcel de Ciudad Guerrero, Alanís y Salazar escaparon en Estación Mata Ortiz. Tras lo cual, Salazar desconoció los tratados de Ciudad Juárez y con Alanís y Jesús M. Rangel atacó Ojinaga en junio de 1911 y tomó Boquilla de San Antonio y El Sabinal, Chih. A principios del año siguiente, Salazar, Alanís, Campa, Demetrio Ponce y Antonio Rojas, encabezaron el grupo conocido como “Los colorados”, mismo que todavía se asumía como guerrilla del PLM. En febrero de 1912, las fuerzas de Salazar se unieron a las de Pascual Orozco, y cuando el JOPLM se deslinda de éste, no sólo desconoce tal decisión sino que proclama a Orozco jefe del ejército libertador. En marzo de 1913, Salazar reconoció la presidencia de Victoriano Huerta y defendió Chihuahua de las fuerzas villistas. Cuando intenta reclutar en sus filas a antiguos militantes del PLM de la franja fronteriza, Regeneración lo denuncia, acusándolo de haberse vendido al los Terrazas, “señores feudales de Chihuahua”, por 12 mil pesos. En las páginas del órgano del PLM, Araujo escribe : “Salazar, Campa y Alanís son tan criminales como lo fue Madero, como lo es Félix Díaz, y por lo tanto, hay que combatirlos sin piedad […] Compañeros liberales: Hacemos constar clara y terminantemente que Emilio P. Campa, Inés Salazar y Lázaro S. Alanís no tienen ningún acuerdo con esta Junta ni pueden pertenecer al Partido Liberal Mexicano, por sus traiciones y su reconocimiento á las instituciones gubernamentales”. Tras la toma de Ojinaga por las fuerzas de la División del Norte, en enero de 1914, Salazar se refugió en Estados Unidos, donde fue apresado y acusado de violación de las leyes de neutralidad. En marzo del mismo año, y mientras estaba en prisión, el gobierno de Huerta le otorgó el grado de general de división. Regresó a México en 1916 para combatir a Carranza y fue hecho prisionero en Chihuahua. En septiembre de ese año, fue liberado por Pancho Villa. Se refugio otra vez en Estados Unidos, donde nuevamente fue aprehendido. En agosto de 1917 ingresó por última vez al país; se unió al villismo y murió asesinado en agosto en las cercanías de la Hacienda de Nogales, Chih.
13 Probable referencia a El Progreso publicado a partir de 1915.
14 Véase infra, “Los Levantamientos en Texas.”
La Verdad hace progresar al mundo; la Mentira es una tranca puesta al paso del carro del Progreso, La Verdad, como la Libertad, como la Justicia, no puede existir a medias: hay Verdad entera o no la hay, como el blanco es blanco o no lo es. La Verdad no perjudica más que a quien tiene interés en ocultarla, y ese interés no puede ser honrado, por que la Honradez, es herramienta gemela de la Verdad, son inseparables: donde hay Verdad, hay Honradez; donde hay Honradez tiene que haber Verdad.
La prensa burguesa tiene por costumbre ocultar la Verdad: la Verdad es luz, y hay ciertos negocios que solamente pueden prosperar en las tinieblas. Solapadora empedernida del crimen, la prensa burguesa tiene que ocultar la Verdad. ¡Ese es su negocio!
La prensa burguesa de la frontera, desde The Los Angeles Times, hasta los desabridos periodiquitos burgueses mexicanos que abundan en el Sur de los Estados Unidos, al referirse a los levantamientos que de tres meses a esta parte tienen en conmoción a los condados del Sureste del Estado de Texas, no han tenido más que una sola preocupación: ocultar la verdad, tergiversar los hechos, señalándonos como los autores, intelectuales, al menos, de la Revolución del proletariado mexicano en aquel Estado. Se ve en esos escritos, la prisa que se tiene de desembarazarse de nosotros, porque sin justificar nada, se nos hace responsables de lo que ocurre en Texas. En la Revolución de Texas hay anarquistas, compañeros nuestros; pero ellos no obedecen a jefatura ninguna, que de hacerlo, dejarían de ser anarquistas para ser simplemente personalistas.
Se nos acusa igualmente, de haber impreso las diversas proclamas que aquellos revolucionarios han hecho circular, al parecer con profusión, urgiendo a los trabajadores mexicanos a levantarse en armas, y, correspondiendo a las excitaciones de la prensa burguesa, las autoridades envían sus agentes a que merodeen por los humildes jacales en que están instaladas nuestras oficinas, para ver qué descubren. De un mes a esta parte, esbirros de todas descripciones han venido a meter los hocicos por este rincón de la ciudad, tan tranquilo antes. Con cualquier pretexto se acercan a nuestro lugar de trabajo; para darse cuenta de lo que hacemos.
Respecto del movimiento, la prensa burguesa continúa insistiendo en que se trata de una lucha de razas, cuyo principal objeto es matar personas de raza americana y llevar la guerra adelante hasta que el inmenso territorio que perdió México en 1847, vuelva otra vez a caer bajo la soberanía de la nación mexicana.
El origen del movimiento como lo dijimos en el número de Regeneración de fecha 2 de este mes fue una querella vulgar, en un lugar cercano a Brownsville, Texas, entre un americano y un mexicano. El mexicano fue muerto a traición por el americano, y entonces varios mexicanos vengaron a la víctima matando al americano. La Autoridad persiguió a los vengadores, quienes tuvieron que armarse para no ser cogidos con los brazos cruzados. A esos hombres se les unieron otros que, encontrándose en la miseria vieron una oportunidad de ganarse el pan por medio de la violencia. Ocurren los primeros choques entre perseguidores y perseguidos, muriendo algunos de los esbirros, y entonces comienza una verdadera orgía de sangre por parte de los representantes de la Autoridad. Los mexicanos que caen en las garras de los esbirros son muertos sin que se les justifique participación alguna en el levantamiento. Mueren por centenares personas inocentes de la raza mexicana, hombres, mujeres, ancianos, niños. Se mata al mexicano dondequiera que se le encuentra. Tal acción de la Autoridad, hace que muchos mexicanos se levanten en armas, ya para no morir sin cambiar siquiera la vida, ya empujados por la indignación que provoca la injusticia. El compañero Aniceto Pizaña, que parece que es hasta hoy la figura más notable del movimiento, se vio sorprendido en su casa por una fuerza de esbirros, viéndose asaltado por ellos gratuitamente, por el solo hecho de ser mexicano. Pizaña, como anarquista, no gusta de verse ultrajado y en unión de tres compañeros más de la vecindad, resiste el brutal ataque, en el que pierde una pierna su único hijo, un niño de once años de edad. En la lucha pierden la vida varios esbirros, y Pizaña y los tres compañeros más se ven en la disyuntiva de entregar[se] a la furia de ley burguesa, o declararse en abierta rebeldía contra la Autoridad. Prefieren esto último y se agregan al movimiento revolucionario al que aportan una gran fuerza: la de la idea.
Esto ocurrió el 3 de agosto. De entonces a esta fecha, el movimiento revolucionario ha alcanzado mayores proporciones, a juzgar por los movimientos de tropas americanas por esa parte del país, movimientos que no han de ser llevados a cabo por mero pasatiempo, sino que han de ser motivados por la presencia de bandas armadas de mexicanos en distintas partes del distrito afectado por la Revolución, y esta creencia se robustece al ver en los diarios burgueses las noticias de encuentros habidos entre revolucionarios y soldados del ejército americano en diferentes lugares.
El movimiento de Texas es un verdadero movimiento económico y social. Nacido de un incidente vulgar, ha venido desarrollándose durante los últimos tres meses en un movimiento de trascendencia. Tan importante es considerado ya este movimiento, que el general Funston1 ha tenido que pedir refuerzos considerables de tropas para sofocarlo.
Los periódicos burgueses llaman bandidos a los proletarios levantados en armas; pero los hechos demuestran que no son bandidos. No se da todavía cuenta de que esos hombres hayan cometido atropellos en personas indefensas. No; no son bandidos esos hombres: son revolucionarios, y la prueba la tenemos en el siguiente documento que en forma de hoja suelta recibimos por correo procedente de Texas. Dice así el documento que publicamos para desbaratar las mentiras de la prensa burguesa, y el público se dé cuenta de lo que ocurre en aquel Estado:
“¡A las armas, mexicanos!
“Declaración de principios, lo que queremos y por qué luchamos!
“Hermanos y hermanas, leednos y reflexionad.
“Pueblo, nosotros los que trabajamos en las tierras, que somos los que todo lo producimos y nada poseemos, ni lo indispensable para el sostenimiento de nuestras queridas familias, que es el pan.
“Por esto, nosotros, convencidos que es una cobardía el vivir en este mundo de miseria y de dolor, causados por los ladrones de nuestro trabajo, que son los ricos, y para que esto termine, hoy nos lanzamos a la lucha con las armas en la mano y ondeando el rojo pendón que es el símbolo de los desheredados de la fortuna, de los que sufren en los campos, talleres y minas.
“Damos este paso que es ir hacia la vida en pos del progreso, que todo hombre de corazón generoso debe desear vivir en una sociedad en donde cada uno trabaje según sus necesidades, y para que esto sea un hecho, es preciso destruir la sociedad capitalista que se basa en el crimen y en el robo, y una vez destruida esta, en sus ruinas implantar la del porvenir, formando de toda la clase trabajadora una sola familia, la familia universal, en donde reine la paz y la justicia.
“Pero esto no se consigue implorando de rodillas, pero sí, con las armas en la mano y la tea incendiaria quemando todo lo que se base en la explotación del hombre por el hombre.
“¡Mexicanos! No consintamos que estos malditos gringos burgueses, nos desprecien, maltraten a nuestras familias y a nosotros nos linchen como si no tuviéramos derecho a la vida.
“Rebélate al grito de ¡abajo los explotadores y ladrones de nuestro trabajo!
“Sí, a conquistar la tierra que tienen en su poder unos cuantos y que pase a manos de quien la trabaja, que es el campesino que día tras día suda en el surco para mal comer.
“Mexicano, despierta, deja el arado y empuña el arma para que no seas merecedor del desprecio de tus hermanos que dignamente tomamos esta decisión, que honra a la raza hoy tan despreciada por los que viven de nuestro trabajo que son los americanos capitalistas.
“Sí, nosotros no luchamos por ningún partido político sino por nuestra libertad y la de nuestros hijos.
“Seamos hombres ¡Mexicanos! Empuñemos las armas y no consintamos que nuestras familias mueran en la más espantosa miseria, por ser los terratenientes quienes nos roban el producto de nuestro trabajo.
“¡Levántate al grito de mueran los gringos burgueses y viva el comunismo libertario!
“Pan y tierra para todos.
“Nosotros luchamos por la emancipación económica y social del proletariado universal!
“GRUPO ALZADO EN ARMAS EN TEXAS, U. S. A., OCTUBRE DE 1915.
“Nota.- No dejaremos las armas mientras no sean conseguidas estas cuatro cláusulas que exigimos:
“1.- Abolición de todo gobierno del hombre por el hombre.
“2.- Eliminación del capitalista.
“3.- Exterminio del clericalismo.
“4.- Que la tierra pase a propiedad común de los productos de la riqueza social.
“Mexicanos: ¡vivir para ser libres, o morir para dejar de ser esclavos.”
Los bandidos no se expresan de la manera que lo hacen los que han expedido la hoja que acabamos de transcribir. Los bandidos no abrigan en sus pechos anhelos de redención humana, como los manifestados en la hoja transcripta, en la que se aboga por la creación de una sola familia humana, compuesta por la clase trabajadora, y, para usar las mismas palabras, “la familia universal en donde reine la paz y la justicia.”
No se ve que los revolucionarios de Texas estén animados de odio de raza. Por el contrario, quieren la familia universal.”
Los bandidos no sueñan siquiera en trabajar, mientras que estos hombres no desean otra cosa que trabajar, como se desprende del párrafo en que dicen:… “a conquistar la tierra que tienen en su poder unos cuantos y que pase a manos de quien la trabaja, que es el campesino que día tras día suda en el surco para mal comer.”
No son, pues, bandidos, los trabajadores levantados en armas en Texas, sino revolucionarios que, como ellos mismos dicen, luchan “por la emancipación económica y social del proletariado universal”.
Deje pues, de mentir la prensa burguesa. No se debe temer a la manifestación de la Verdad; lo que se debe temer es la manifestación de la mentira.
Ricardo Flores Magón
1 Frederick N. Funston (New Carlise, Ohio,1865-San Antonio, Texas, 1917) General del ejército de los Estados Unidos. En 1895 formó parte de una expedición que buscaba oportunidades de inversión en el café de México y Centroamérica. En 1898 se enroló como voluntario en las tropas estadounidense que ocuparon Filipinas. En marzo de 1901 capturó al líder independentista Emilio Aguinaldo, con lo que ganó el grado de General Brigadier y obtuvo la medalla de honor. Famoso por sus hazañas militares, por su defensa del expansionismo estadounidense y por su labor como propagandista de la ocupación del archipiélago, en 1902 declaró que “los americanos que han solicitado al Congreso la paz en Filipinas debieran ser sacados de sus casas y linchados.” En 1908 dirigió la represión a los huelguistas de la IWW en Esmeralda, Nevada. En 1914 fue el comandante de la fuerzas que ocuparon Veracruz en abril de ese año y permaneció en el puerto como gobernador militar hasta noviembre de ese año, tras lo que se le comisionó para dirigir las tropas que custodiaban la frontera con México. En 1916 supervisó a las Expedición Punitiva, encabezada por su subordinado, el general John B. Pershing, que invadió Chihuahua en persecución del general Francisco Villa, tras el ataque a Columbus, Nuevo México. En mayo, Funston y el general Hugh Scott se reunieron en Ciudad Juárez con el general Álvaro Obregón para acordar un plan militar de vigilancia de la frontera que buscaba poner fin a la Expedición Punitiva mediante un acuerdo negociado. En enero de 1917, cuando era el favorito del presidente Wilson para encabezar las tropas estadounidenses que participarían en la Primera Guerra Mundial, falleció de un ataque cardiaco.
Trabajador: te es familiar el nombre de luchador que sirve de encabezado a estas líneas. Sabes que cayó en las garras de la feroz Autoridad, cuando dirigía a sus hermanos de explotación y de cadenas palabras de justicia y de verdad en la Plaza de San Antonio, y que con él cayeron otros compañeros. Pues, bien, todos están ya libres, menos él; todos han sentido la satisfacción de volver al seno de sus humildes hogares a abrazar a sus familias; menos José Ángel Hernández.
Vuelve lo ojos, trabajador, hacia la horrible bastilla de San Antonio, Texas: allí está tu hermano esperando tu ayuda. No se la niegues, que su cabeza va de por medio. Mira que está acusado de traición a los Estados Unidos. No es ciudadano americano para que haya podido cometer ese “delito”, pero la ley, esa alcahueta de los ricos, tiene una manga muy ancha en la que todo cabe: hasta la inocencia.
Se acusa a José Ángel de haber escrito el número 3 de Lucha de Clases1, número que el fiscal encuentra de carácter sedicioso. El artículo “La historia se reproduce”, escrito por José Ángel, no es sedicioso. Es, simplemente, un juicio crítico del movimiento armado de los proletarios mexicanos en Texas. Se da a conocer el carácter de dicho movimiento, en tono apasionado y nada más; pero no se excita por medio de él a que los proletarios tomen las armas. ¿De cuando acá se ha considerado como acto delictuoso el hecho de analizar un movimiento revolucionario para que el pueblo se entere de la verdad? Describir lo que se considera delito, no es cometer un delito; pero ¿qué valen las razones cuando hay interés en apartar de la propaganda a luchadores sinceros como Hernández?
Eso es lo que se quiere: quitar de la propaganda a Hernández, porque esa propaganda molesta a los burgueses.
José Ángel no ha podido hablar con ningún abogado, y es preciso que un abogado lo defienda. Para eso se necesita dinero. Todo dinero para la defensa de José Ángel Hernández, debe ser enviado a Epifanio Z. Martínez, 916 Durango St., San Antonio, Tex.
José Ángel Hernández se encuentra rigurosamente incomunicado en la cárcel del Condado. No se le permite que hable con nadie, rigorismo que no tiene más objeto que mortificar a las víctimas de la justicia burguesa, y, además, hay que recordar que la víctima se encuentra en el Estado más salvaje de la Unión Americana. Ahí va una muestra de salvajismo: el sábado 16 de este mes se presentaron cuatro polizontes, pistola en mano, en la casa de Elisa, la compañera de José Ángel. No había en la casa más habitantes que Elisa y Emancipación, la niña de diez meses de edad que compartió con Elisa los horrores de la cárcel, como se recordará. Con bruscas maneras, como que sabían que nadie podía castigarlos, se entregaron a los polizontes a remover todo lo que había en la casa, buscando no se sabe qué. Después de desordenar todo, se marcharon llevándose unos ejemplares de “Cultura Obrera”2, con lo que cometieron un robo en circunstancias agravantes, pues fueron cuatro los ladrones, armados, y la víctima una indefensa mujer con una niña de diez meses. Fue un robo lo que cometieron los esbirros, porque se apoderaron, sin consentimiento de su dueño, por medio de la violencia, de objetos que no les pertenecían; pero ¿para qué otra cosa puede servir la Autoridad, si no para atropellar al débil en beneficio del fuerte?
¡A ayudar a José Ángel Hernández!
Ricardo Flores Magón
1 Lucha de Clases “Órgano del Grupo Racionalista de San Antonio, Texas”, San Antonio, Texas (1915). Redactores: José Ángel Hernández y Elisa Alemán.
2 Cultura Obrera. “Órgano de la Unión de Fogoneros del Atlántico”. Nueva York, EUA (1911-1926) Director: Pedro Esteve. Colaboradores: Jaime Vidal, Ángel Ma. Dieppa, Marcelo Salinas, entre otros. Sustituyó a Cultura Proletaria, convirtiéndose en el más influyente periódico ácrata en español de la costa este de Estados Unidos. Colaboró estrechamente con la causa del PLM, recaudando fondos para el sostenimiento de Regeneración, organizando actos de propaganda y gestionando la solidaridad de agrupaciones anarquistas de España y América Latina.
Con el presente número de Regeneración son cinco los que llevamos publicados desde que, gracias a la imprenta que logramos adquirir para el periódico mediante el sacrificio de buenos y abnegados compañeros que comprenden cuál es su deber, no hemos tenido que depender de la voluntad de los burgueses dueños de imprentas; pero a pesar de esta circunstancia, grande ha sido el esfuerzo que hemos tenido que hacer para que la publicación del periódico no volviera a suspenderse. La ayuda monetaria ha sido corta, pues contados son los compañeros que nos la han impartido.
Bueno es que todos los que reciben este periódico y no hayan contribuido con nada para su publicación, se ponga a considerar que no es justo que la carga de su publicación pese sobre unos cuantos. Si todos somos proletarios; si todos ansiamos el triunfo de los ideales que sostiene con valor este periódico, lo justo, lo HONRADO es que todos pongamos algo de nuestra parte para no dejarlo morir. Nosotros sacrificamos por la Idea nuestra tranquilidad, nuestra salud, ya bastante delicada para algunos de nosotros, nuestro bienestar, y ponemos en peligro nuestra libertad y nuestra vida; nosotros no omitimos esfuerzo ni fatiga para tener al periódico en pie, sin esperar más recompensa que la satisfacción de ver que la propaganda sigue adelante, que no muere. ¿Por qué los demás no cumplen con su deber desprendiéndose de algunas monedas con la frecuencia que sus circunstancias se los permitan? Dar dinero para el fomento de una santa causa como es la emancipación de la humanidad, implica un sacrificio menor que arriesgar la vida o la libertad, compañeros. Reflexionad y ayudad con constancia. No esperéis a que se os inste y se os vuelva a instar a prestar vuestra ayuda, porque eso hace sonreír a vuestros verdugos que al ver vuestra indiferencia y vuestra morosidad se sentirán tranquilos. ¿Qué pueden temer los verdugos de la humanidad de gentes que no saben desprenderse de unas cuantas monedas para sostener la prensa que los defiende? En presencia del enemigo deberíamos todos los desheredados hacer prodigios de abnegación, de desprendimiento, de actividad, de valor, de solidaridad. Si no lo hacemos así, no esperemos que se nos respete, renunciemos a ser libres.
Expuesto lo anterior, quedan invitados todos los lectores de este periódico a ayudar como se debe.
Ricardo Flores Magón
Ya era tiempo de que alguien saliera a la defensa de este generoso revolucionario olvidado por todos.
La Local Socialista de El Paso, Texas, ha decidido encargarse de la defensa de Máximo, y desde luego ha formado un Comité de Defensa del que es Tesorero Guillermo Love1.
El Comité ha iniciado los trabajos de defensa con la colecta de fondos para pagar al abogado Hoffman, quien pide solamente $50.00 para luchar por México en el terreno legal. El Tesorero Love tiene ya reunidos $14.30 para el completo de la cantidad que se necesita.
Como veis, compañeros, es una bicoca lo que falta por reunirse. Así pues, os excito a que enviéis alguna cantidad a Guillermo Love, 413 S. Stanton St., El Paso, Texas, para la defensa de Máximo.
Recordad que Máximo es un verdadero revolucionario expropiador que puso la tierra en manos de los campesinos en el Distrito de Galeana del Estado de Chihuahua, donde operó con su puñado de valientes.
No hay que abandonarlo. Fuera egoísmo y a salvar a ese noble luchador, y con él, a Jesús San Martín, su abnegado compañero de campaña y de prisión.
A salvar, pues, a ambos campeones de la clase trabajadora.
La actitud de la Local Socialista de El Paso merece el aplauso de todo trabajador consciente. Esa Local Socialista sabe que hay que estar al lado de todos los que se sacrifican por la emancipación de la clase trabajadora.
Apresurémonos. Compañeros, a salvar a Máximo. Hombres de su temple y de su honradez, hacen falta en los campos de la acción.
Ricardo Flores Magón
1 Guillermo (o William) Love. Sostuvo relación con Regeneración documentada entre 1910 y 1915. En 1910 colaboró con la campaña para reunir fondos a favor de la madre de Juan Sarabia. En 1911, Lina Love, quizá su esposa, formaba parte del Grupo Regeneración de San Antonio. En 1915, formaba parte de la Local Socialista de El Paso, y se integró como tesorero del Comité de Defensa de los revolucionarios chihuahuenses Máximo Castillo y Jesús San Martín, presos en Fort Bliss, Texas.
En la edición de Regeneración de 9 de octubre de este año, apareció un artículo titulado: “El mundo marcha”. En dicho artículo se describió, en compendio, la marcha evolutiva del movimiento revolucionario mexicano desde 1906 hasta la fecha. En él se ve cómo nuestro programa socialista de 1906, que tan criticado fue entonces por los mismos que hoy lo prohijan, ya triunfó bajo el nombre de constitucionalismo, y está en vigor dondequiera que dominan las fuerzas de Venustiano Carranza. Hicimos notar igualmente que nuestro programa comunista anarquista, o sea el Manifiesto de 23 de septiembre de 1911, está siendo practicado por las masas desheredadas, que sin pedir permiso a nadie, toman posesión de la tierra, iniciando de esa manera el periodo revolucionario cuya culminación será el triunfo del comunismo anarquista y no dejamos de hacer mención en dicho artículo, del hecho harto significativo de que los prohombres del carrancismo propagan, ellos mismos las ideas anarquistas.
En ninguna parte del mundo se registra el hecho de que el gobierno no solamente tolere sino que en cierto modo, dé el mismo impulso a la propaganda del ideal anarquista, como sucede en México, y este notable fenómeno no se debe indudablemente al deseo que los gobernantes tengan de acabar con el sistema que hace posible que estén ellos sobre los demás sino que se debe a la necesidad que tienen de hacer frente por medio de tácticas especiales del ambiente político, económico, social y religioso, dentro del cual actúan.
Esas circunstancias especiales son otras que las que contribuyen a la formación de la mentalidad del pueblo mexicano en este momento de su existencia, y que es una mentalidad caracterizada por la exacerbación de sus tendencias antiautoritarias, anticapitalistas y anticlericales que lo hacen tan apto para adoptar los principios comunistas anarquistas, como a ningún otro pueblo de la tierra.
El gobierno carrancista atendiendo a necesidades inmediatas de propia conservación, se ve obligado a no contrariar de lleno los sentimientos populares en este periodo crítico de su consolidación, y contemporiza en cierto grado con esos sentimientos, los halaga, vuelve hacia ellos su faz risueña, a reserva naturalmente, de ahogarlos en sangre más tarde, cuando el gobierno sea fuerte.
He ahí cómo se explica ese mariposear de los políticos carrancistas por el campo florido del ideal anárquico.
Como siempre nos ha gustado probar con hechos lo que decimos, léase lo que va en seguida.
Tenemos a la vista el numero 2 de la revista sociológica Ariete1 órgano de la “Casa del Obrero Mundial” de la ciudad de México. ¡Cuánto sentimos no haber tenido la oportunidad de conocerla desde su primer número! Porque se trata de una revista interesante que revela el modo de pensar del trabajador mexicano de las ciudades. Si sus editores la despojasen del saborcillo carrancista que se nota en algunos de sus escritos, cuánto mejor sería para el Ideal. Otra cosa: muy bueno sería que los colaboradores de Ariete escribieran un poco más para el pueblo y un poco menos para los intelectuales, pues encontramos en la revista artículos brillantísimos; pero desgraciadamente, los más hermosos, poco inteligibles para las masas populares que es para quienes debemos escribir los anarquistas. Adoptad un estilo más sencillo, compañeros de Ariete, y el Ideal saldrá ganando.
Vemos en Ariete que el día 13 de octubre se inauguró la Escuela Moderna, y según la crónica que trae el colega, así como la que leemos en el periódico burgués, El Demócrata, el acto de la inauguración revistió gran solemnidad y reinó en él un grande entusiasmo. A propósito de dicha inauguración, aparece en el texto de “Ariete”, el anuncio que se ve en seguida, y que publicamos con el propósito de excitar a nuestros hermanos de México. Dice el anuncio: “Habiéndose inaugurado ya nuestra Escuela Moderna y careciendo de libros de texto apropiados, agradecemos a todos los grupos y compañeros del Mundo que nos los puedan proporcionar, lo hagan a la mayor brevedad posible, prestándonos de esta manera su valiosa ayuda: Por la Comisión de la Escuela Moderna, Juan Tudó2.
Los compañeros que deseen atender al llamamiento, pueden dirigirse a Juan Tudó, la Motolinia 9, México D.F.
* * *
El acto de la inauguración de la Escuela Moderna, plantel que queda bajo el control de la “Casa del Obrero Mundial”, fue presidido por el doctor Krumm Heller, político carrancista, que es, además, jefe de Ejército Constitucionalista, siendo esta circunstancia una prueba de que el carrancismo enamora al anarquismo en estos momentos en que necesita de la ayuda de todos para consolidar su gobierno. Veamos lo que dice Ariete: “El Dr. Heller hizo resumen de la fiesta en frases llenas de entusiasmo, haciendo resaltar el contraste de que él, teniente coronel del ejército había presidido la inauguración de la escuela racionalista, la cual era esencialmente antimilitarista. Esta es ¾dijo¾ la mejor prueba que podemos dar a la Humanidad de que en esta gran revolución no hay militarismo, ni mucho menos, sino ciudadanos armados que luchan para hacer efectivas las reformas que persiguen todos los libertarios de la Tierra”.
Heller, como político, trata de confundir a las masas, pues lo que los anarquistas perseguimos, no son reformas, sino la muerte del sistema capitalista, esto es, la muerte del derecho de propiedad privada, la muerte del principio de Autoridad y la abolición de toda religión.
El periódico burgués, El Demócrata, de la ciudad de México, es, así puede decirse, el órgano oficial del gobierno carrancista, pues está sostenido con dinero que le pasa Carranza para que lo apoye ante la opinión pública, trae la crónica del acto de inauguración de la Escuela Moderna, en su edición del 15 de octubre. He aquí fragmentos que no pueden dar lugar a duda sobre la táctica adoptada por el carrancismo de tolerar y aun impulsar, hasta cierto grado, naturalmente, la propaganda anarquista para quedar bien con el pueblo. Habla El Demócrata: …la “Casa del Obrero Mundial” es una almáciga pletórica de preciosos gérmenes.”
“Allí como paladín de la más alta libertad, la del pensamiento, aparece ya Ariete, periódico propulsor de los ideales de la “Casa del Obrero Mundial.” Allí, artistas ignorados trasladan al lienzo la severa efigie de Ferrer Guardia, con la tendencia de transformarla en símbolo de todas las protestas contra todas las opresiones. Allí se reúne a la infancia, nacida en humildes hogares obreros, para hacerla partícipe del festín de la cultura integral, del cuerpo y de la mente.
“Y precisamente, ese llamamiento para fundar con la materia prima de la niñez obrera, la primera escuela racionalista, en la que se seguirán los programas del Mártir de Montjuich, se citó a los miembros y simpatizadores de la Casa del Obrero Mundial para celebrar unidos, el trascendental acontecimiento, tanto más digno de ello en cuanto que México es el primer país de América cuyo proletariado adopta las tendencias, sistemas y métodos propalados por Ferrer Guardia para la educación integral de sus hijos.”
* * *
Ahora, vamos a ver cómo, de manera directa, impulsa el gobierno los trabajos de propaganda de los anarquistas, hasta cierto punto, por supuesto, y para ganarse la simpatía popular, mientras no se pase de la teoría a la práctica, mientras no se pretenda poner en acción el pensamiento anarquista. Habla el mismo Krumm Heller según el cronista de El Demócrata. “El militarismo ¾dijo¾ ha estado íntimamente ligado en todo el mundo, con las tendencias conservadoras, a grado, que si hoy mismo, en cualquier nación se presentase un militar a presidir la solemnidad en que se conmemora a un Mártir de la Libertad y se inaugura una escuela extraña a los dogmas religiosos y políticos, sería llevado a un Consejo de Guerra y juzgado como violador de las ordenanzas del Ejército. En cambio, aquí, me presento sin temor que tal cosa suceda y podría leeros una carta del Secretario de Estado y del Despacho de Guerra, en la que felicita a la Casa del Obrero Mundial por su fundación de la Escuela Racionalista y manifiesta que se une en espíritu a la celebración del trascendental acontecimiento. ¡Esto es progreso! México sirve de ejemplo al mundo, como ya le sirviera en otra ocasión al establecerse por el gran Juárez la separación efectiva de la Iglesia y el Estado.”
Estos hechos deben llenarnos de satisfacción. Nuestros principios se abren paso hasta el extremo de obligar al burgués, al gobernante, al militar, al político a verlos con faz sonriente para retardar siquiera por un instante, el hundimiento total del sistema capitalista y autoritario. No debemos dejarnos engañar. Si nuestros verdugos nos sonríen, es porque tienen miedo. El poderoso no se digna bajar la vista hasta el que sufre, sino cuando espera sacar algún provecho de la “propiedad”.
Este es el tiempo de apretar, compañeros, este es el momento de empujar. El enemigo vacila y trata de afianzarse de un hierro ardiendo. Un poco más de constancia y el Manifiesto de 23 de septiembre de 1911 triunfará.
¡Adelante!
Ricardo Flores Magón
1 Ariete. “Revista Sociológica.” Órgano de la Casa del Obrero Mundial. México, D. F. (1915-1916). Redacción: Juan Tudó, José Barragán Hernández, Enrique H. Arce. Administrador: Eduardo Moneda. Colaboraciones de Rosendo Salazar, Eloy Armenta, Rafael Quintero, Ángel G. Rodríguez, Casimiro del Valle, José F. Rodríguez, entre otros. Publicación semanal de orientación anarcosindicalista. Inicialmente, reflejó en sus columnas el clima de colaboración política entre la organización sindical y el carrancismo triunfante, dando cuenta de la actuación de los Batallones Rojos y legitimando la participación de los obreros organizados al lado de la facción constitucionalista. Consagrado principalmente a la orientación de la organización sindical, dedicó además sus columnas al impulso de la propaganda racionalista, a la promoción del esperanto, a la propaganda contra el militarismo europeo, al teatro ácrata y la literatura libertaria. A comienzos del 1916, en el contexto de la ruptura con el constitucionalismo, la declaración de la huelga general y la disolución del COM por orden gubernamental, Ariete fue suprimido definitivamente.
2 Juan Tudó. Catalán. Sindicalista y profesor racionalista. Integrante de la Casa el Obrero Mundial (COM). En septiembre de 1914 organizó un sindicato de albañiles en la Ciudad de México. Secretario del Exterior del Comité Revolucionario de la COM en febrero de 1915 y uno de los firmantes del pacto entre ésta agrupación y el Constitucionalismo, mismo que dio origen a los Batallones Rojos. Con Jacinto Huitrón se encargóde la Comisión de la Escuela Moderna de la COM y escribía la columna “Desde la Atalaya” para su órgano El Ariete. En noviembre del mismo año fundó con Huitrón, Rosendo Salazar y otros el Ateneo Ciencia, Luz y Verdad. También publicó artículos en Luz.
La escena tiene lugar en el Teatro Herrera, de Torreón, un verdadero teatro del pueblo. Se trata de una velada que la soldadesca carrancista celebra en honor de Barbas de Chivo, que se encuentra de paso en su gira por el territorio controlado por sus vándalos. El alumbrado no es bueno; pero como todos están bien “alumbrados,” pueden pasarla sin el ocote o el petróleo. La fecha del acontecimiento es el 21 de octubre de 1915, y los héroes de la fiesta son: Álvaro Obregón y, naturalmente, Barbas de chivo, pues que en honor suyo se celebra. Barbas de Chivo está pálido: Obregón, radiante; pero la penumbra discreta no permite que se advierta la palidez del miedo del primero ni el entusiasmo alcohólico del segundo. Una mala música, de a peseta la hora, moneda carrancista, ameniza el acto. Fuerte olor a tabaco y a mezcal acaricia las narices. El bello sexo brilla por su ausencia… no fuma tabaco constitucionalista. La sala está llena de animales en dos patas. Alguien asegura que los hay en cuatro; pero lo que si es rigurosamente cierto, es que hay uno en tres: Álvaro Obregón.
Un golpe dado con el pomo de un sable en una hoja de lata, indica que el acto va a principiar, pues aunque los señores militares son de muchas campanillas, no hay una disponible en el momento. Álvaro Obregón se pone en tres pies, pues no hay que olvidar que una bala estúpida por llevarle la cabeza, le arrancó una pata; abre el hocico y rebuzna de esta suerte: “Se encuentra entre nosotros nuestro Primer Jefe, accediendo bondadosamente a una invitación que en mi nombre y en el de todos los demás jefes le hice.
El burro por delante, que si el orador no fuera un cuadrúpedo, o mejor, por lo de la bala estúpida, un cuadrúpedo convertido en tripié habría puesto en primer lugar a los demás jefecillos, y después, se habría puesto él. Pero continuemos.
Un bizarro soldado constitucionalista, que en honor del Primer Jefe se había echado algunos tragos, rueda, marcialmente, se entiende, hasta donde se encuentran la tambora y los platillos, produciendo gran estrépito. Barbas de Chivo salta de su asiento: Obregón se encabrita; otros animales de la sala braman, rebuznan, relinchan o ladran, según su especie. Por fin, se establece el orden. Obregón prosigue: “…y vos, Señor Carranza, hicisteis muy bien en venir a estos campamentos a vuestro paso los Jefes se descubren, los soldados presentan sus rifles y las soldaderas os gritan “VIVA CARRANZA…”
Y lo que se divertirá Barbas de Chivo viendo desnudos a los jefes, a los soldados presentando sus rifles, mientras las “viejas” aúllan como coyotes. Esa es la obra redentora del constitucionalismo; no se le puede pedir más. Nada del espectáculo grandioso de poblaciones libres entregadas al un trabajo libre. No, eso no reza con el barbachivismo. Nada más que salvajes descubiertos o presentando sus armas, y viejas desmelenadas gritando vivas a su “verdugo”.
Barbas de Chivo escucha atentamente: Obregón tiene sed; entre hipos y carraspeos continúa: “…a estos campamentos donde campean la lealtad, el patriotismo y la gratitud para el ciudadano altivo y viril que supo encabezar al pueblo y señalarnos el camino del honor.”
¡Qué encabezar al pueblo ni que niño muerto! El pueblo ha ido a la expropiación por cuenta propia, contra la voluntad de Barbas de Chivo y en cuanto al camino el honor… muy honorable ha sido pactar con los gobiernos extranjeros, esto es, con los representantes de las burguesías extranjeras, la esclavitud del pueblo mexicano. ¡Y llamar altivo y viril al monigote que se arrodilla ante Wilson para que los banqueros yanquis le paguen su humillación con millones de dólares!
La mitad de la audiencia ronca… tan fastidioso así va resultando el discurso. El mismo Barbas de Chivo cabecea y bosteza a pesar de que el copal es grato a las narices de los ídolos. Obregón se da cuenta del efecto adormecedor de sus rebuznos y da con la pezuña en el piso. Barbas de Chivo despierta sobresaltado, creyendo que el caballo de Villa acaba de presentarse. Obregón grita: “Bienvenido sea el altivo ciudadano; bienvenido sea entre nosotros. Nuestros cañones hace tiempo que no rugen en los campos de batalla, pero están listos. Toda su maquinaria esta aceitada y sus bocas convergerán hacía el punto que vos nos señaléis…”
Nada, nada que indique que el constitucionalismo ha ganado alguna batalla importante contra el Capital, al Autoridad y el Clero, como que no ha librado ninguna. Los borregos constitucionalistas no han hecho otra cosa que embocar sus cañones hacia el punto que les haya señalado Barbas de Chivo, y están listos esos cañones, y hasta acabaditos de aceitar como con tanta elocuencia dice Obregón, para que sus bocas converjan hacia el punto que se les señale, ya sea contra la reacción “científica”, como contra el campesino reivindicador o el anarquista emancipador.
Aquella sala, convertida en verdadera Caja de Pandora, porque en ella se encierran todos los males, brama, bufa, rebuzna, relincha, grane, ladra, aúlla, porque para la distinguida audiencia tan malo es el rapaz “científico” que compite en unas con el mejor carrancista, como enemigos considera al valeroso campesino que en el Sur arrebata la tierra de las garras del señor feudal, y al anarquista sin miedo que en medio de aquel caos de tendencia, de ambiciones malas y nobles, señala el único medio que existe para conseguir la emancipación: la abolición inmediata, sobre la marcha, del derecho de propiedad privada, con lo que ya no tendrán razón de ser su guardián, el gobierno, y su pilar, la religión. Obregón se sobrepone al estruendo, y alargando la pata delantera hacia donde esta Barbas de Chivo, abre la trompa (no hay que olvidar que se trata de puros animales) para soltar esta muestra de modestia militar: “Vengo a deciros en nombre de este ejército que me honro en comandar, que hemos correspondido a la confianza que depositasteis en nosotros con las armas en la mano sin medir el peligro ni detenernos en nada.”
Y es cierto: esos bárbaros no se detienen ante nada. Allí está Juan Hernández García tras de la reja por haber hecho obra de verdadero soldado de la Revolución Social, expropiando en beneficio de los desheredados. ¡No se detuvieron los carrancistas ante ese revolucionario virtuoso!
De los palcos segundos chorrea un líquido que no huele a rosa: es que un jefe barbachivista duerme y sueña que ha caído en poder de una banda libertaria, y, naturalmente, se orina. Los de abajo protestan y se arma otra bulla. Barbas de Chivo, que cabecea otra vez, despierta sobresaltado; las barbas se le enredan en el alfiler de la corbata, y hay necesidad de traer una escobeta del próximo tendajón para desenmarañar aquellas crines; las lámparas despiden más humo que luz; pero ¿no se ha dicho que hay conciencias que no aceptan la luz? Obregón se recoge sobre los cuartos traseros y prosigue de este modo: Encontraréis a vuestro paso muchos hacendados que se quejan de que les hemos quitado una multa o les hemos tomado una vaca…”
Esa es la obra revolucionaria de los barbachivistas: quitar una mula o una vaca al rico, cuando su deber era haberles quitado todas las mulas y todas las vacas para entregárselas a los desheredados. ¡Y decir que luchan en beneficio del proletariado!
La audiencia entera ronca. Decididamente la oratoria barbachivesca va resultando ser un específico para el insomnio. Escuchando a un orador barbachivista, el más duro para conseguir el sueño, se duerme. En sus cabeceos, Barbas de Chivo barre el suelo con las de macho cabrío, en las cuales quedan enredadas algunas “viejas de cigarro, partículas de estiércol y otros desperdicios menores que los pulcros asistentes al solemne acto arrojan a diestra y a siniestra. Obregón esta indignado ante aquella muestra de entusiasmo; pero se aguanta como los hombres, y prosigue en medio de un coro de ronquillos y de otros ruidos sospechosos: “En la frente inmaculada de nuestros soldados se puede leer el futuro de nuestra patria.”
¡Pobre patria! ¡ Su futuro sería el degolladero, porque en la frente del borrego no se lee más que este anuncio: ¡cabeza tatemada!
Para lata, la velada resulta ser inmejorable. Algunos que no tienen la abnegación necesaria para sacrificarse desvelándose en honor del Primer Jefe de Bandidos, comienzan a colar para la calle, a riesgo de ser llevados a algún corral como mostrencos. Obregón no desmaya; Barbas de Chivo profundamente dormido ya, tiene la boca abierta, a la que entra a su gusto una que otra mosca desvelada; dos hileras de dientes amarillos, que parecen haber sido expropiados de una momia de Guanajuato, adornan la boca del “héroe”. Obregón continua la soporífera tirada: “podéis estar seguro de que todos nosotros estamos deseosos de seguir vuestro ejemplo…”
Si Barbas de Chivo no está seguro de ello si lo estamos todos los que sabemos que entre los jefes del barbachivismo no domina otra cosa que la ambición a los puestos públicos, a la riqueza, a las distinciones, aunque todo eso tenga que ser obtenido por medio de la infamia, que en otra cosa es el pacto celebrado con las burguesías extranjeras para sofocar la Revolución.
Ni un bramido, ni un ladrido logra arrancar Obregón con esa frase: todos aquellos animales duermen, si no el sueño del justo, al menos el sueño de la bestia. Obregón, sin desalentarse, sigue barbarizando de este modo. “El enemigo os asecha y os prepara una emboscada.”
Barbas de Chivo salta de su asiento como si hubiera sentido bullirse un escorpión bajo sus augustas posaderas, y con los ojos que se le salen de las orbitas parece preguntar: ¿el enemigo? ¿Dónde esta? ¿Quién es? ¿Será un anarquista de los del Partido Liberal Mexicano? Pero no; lo que tiene a la vista es su rebaño dócil, estúpido, bestial, odioso.
En esta velada, ya sólo dos están en vela; Barbas de Chivo y Obregón; pero al fin, Barbas de Chivo vuelve a ser dominado por el sueño irresistible que provoca la elocuencia cuartelaria del manco, y acompaña con una especie de estertor al concierto de ronquidos de la amodorrada asamblea. Obregón, sin desconcertarse, sigue predicando… en desierto, que a eso equivale predicar entre dormidos. He aquí lo que dijo: “Nosotros viviremos confiados aunque vos estéis allá en el centro de la corrupción, porque vos sois incorruptible, señor Carranza.”
Tiene razón el rebuznador; lo que ya está corrompido no puede corromperse más.
Rendido por el esfuerzo y por el mezcal, Obregón se deja caer como un perro a los pies de su amo. El petróleo se agota en las lámparas y un manto de tinieblas piadosas oculta a la vista de la gente digna aquel amontonamiento de bestias.
Ricardo Flores Magón
Soldado carrancista, escucha: Muy pronto tu Primer Jefe quedará casi dueño de la situación, y digo “casi dueño de la situación”, porque hay rebeldes que no se someterán a la autoridad de Venustiano Carranza, sino que preferirán continuar con el fusil al brazo, exponiendo una existencia valiosa para la causa de la humanidad, antes que rendir el arma a un Gobierno que, como cualquier otro Gobierno de la tierra, no será otra cosa que el apoyo con que cuenta el capitalismo para poder explotar a su antojo a la clase trabajadora esto es, para tener perpetuamente al pobre bajo el dominio del rico.
Esos rebeldes que continúan en pie son tus hermanos, son pobres como tú, y como tú, antes de empuñar el fusil, regaron su sudor en el surco, abonando con él una tierra que no era suya. Ellos, como tú, se sumergieron audazmente en las tinieblas de la mina, disputando a la roca el metal precioso que iba a llenar otros bolsillos que no eran los suyos. Ellos, como tú, desafiaron en la fábrica la anemia y la tisis al lado de esos trabajadores de hierro que se llaman máquinas, produciendo telas que no habían de cubrir sus desnudeces, zapatos que no habían de calzar sus pies, muebles que no habían de usar en sus covachas. Ellos, como tú, fabricaron las casas para dormir a la intemperie; tendieron los rieles para caminar a pie; pastorearon el ganado para alimentarse de raíces y de quelites; cortaron la lana para tiritar de frío.
Esos rebeldes son tus hermanos. A ellos los esperan también en la casucha
—lanzando miradas ansiosas a lo largo del camino polvoriento—, la madre melancólica, la triste esposa, la amante hermana, la hija adorada, el anciano padre, los tiernos niños, los seres queridos que hacen encantadora la existencia, la familia, en una palabra, sin la cual parece que algo nos falta, parece que no estamos completos.
Esos rebeldes son tus hermanos; sólo que más inteligentes que tú, no se sacrifican, ni sacrifican a sus familias por elevar a la Presidencia a un hombre que haga la felicidad de los humildes, porque la experiencia, la observación y las enseñanzas de la Historia les han demostrado que nunca, en la vida de la humanidad, se ha producido el raro fenómeno de un Gobierno que se preocupe por el bienestar de la clase pobre, sino todo lo contrario: siempre se ha visto que el Gobierno apoya al rico en perjuicio del pobre. Tú no sabes por qué es eso, soldado carrancista; pero te lo voy a explicar en pocas líneas.
Al principio los seres humanos no tenían gobiernos, cuando todo era de todos; en una época en que la tierra era libre para que la cultivase quien quisiera hacerlo; en que el bosque surtía de leña y de carne a quien quisiera tomarse la molestia de ir a buscar esas cosas tan necesarias para la vida; el manantial no tenía dueño; todos tenían igual derecho a extraer del río, del lago o del mar los peces que necesitaran. En esa época feliz no había gobierno, porque no había propiedad privada que proteger, y las gentes se entendían tan bien, que la mayor parte de los trabajos se hacían en común, y el consumo se hacía fraternalmente, tomando cada quien lo que necesitaba. Pero vinieron guerras de unas tribus contra otras, y los vencidos quedaron reducidos a la esclavitud, teniendo entonces que trabajar para sus dominadores, quienes, naturalmente, se declararon dueños de cuanto existía. Entonces nació la autoridad pues ya había privilegios que proteger: los de los vencedores sobre los vencidos.
He aquí cómo nació el principio de autoridad que no tuvo por origen, como generalmente se le supone, la necesidad en el débil de defenderse de las agresiones del fuerte, sino la necesidad en el fuerte de poner a salvo sus riquezas de posibles agresiones por parte de los desposeídos.
Si tú, soldado carrancista, no tienes bienes materiales qué perder, malo es que te sacrifiques y sacrifiques a los tuyos por elevar a la Presidencia un hombre que, como gobernante, será tu azote y tu verdugo, pues nada hará en beneficio tuyo, porque su misión no es protegerse de las agresiones del fuerte, sino tenerte sujeto por medio de la ley que hace el fuerte para su propia protección, no para la tuya. El fuerte tiene la tierra, la maquinaria de producción, las casas, los medios de transportación y distribución de la materia prima, y de los objetos manufacturados, y de la transportación, también de las personas. Todo eso es lo que se llama la riqueza social, y la posesión de esa riqueza da poder, al que la tiene, de jugar a su antojo con la suerte del que no la tiene. Por eso nosotros, los anarquistas que formamos el Partido Liberal Mexicano, no peleamos por obtener aumento de salario, ni por disminución de horas de trabajo, ni por indemnizaciones a los accidentados, ni por pensiones para los viejos, ni por nada de eso, sino por la abolición del derecho de propiedad privada, que hace posible el acaparamiento, en pocas manos, de la riqueza social. Queremos que la riqueza social sea el patrimonio común de todos los habitantes de México, hombres y mujeres, sin distinción de raza ni de color.
Todo eso de salarios más o menos altos, de indemnizaciones, pensiones y demás, puede ser fácilmente conseguido porque no ataca al derecho de propiedad privada, que es el derecho de explotar y de tener en esclavitud al pueblo. Mientras el derecho de propiedad privada o individual quede en pie, quedará en pie el mismo mal que te obligó a tomar las armas: la miseria, porque de nada te servirá que te aumentaran el salario y que te “beneficiaran” con las otras reformas, como la disminución de la jornada de trabajo, y las demás, si tienes que comprar a mayor precio lo que necesitas para la vida y pagar renta más alta al dueño de la casa, sin contar con las contribuciones, que, si no te las exige el Gobierno a ti en persona, las saca de tus amos, quienes se reembolsan de lo perdido aumentándote el precio de todo. Tú eres quien, en realidad, pagas las contribuciones, no los burgueses.
Ves, pues, hermano carrancista, que el problema que tratan de resolver los rebeldes que van a quedar en pie con las armas en la mano, cuando Carranza sea Presidente, es el mismo problema que tienes que resolver tú, porque te afecta de la misma manera que a ellos. Tu deber es ayudarlos, y, para ello, no entregues las armas cuando se ordene el licenciamiento de tropas carrancistas. Lo que debes hacer en ese momento, o antes si te es posible, es rebelarte, volviendo tu fusil sobre tus jefes y oficiales, sin que te tiemble el pulso al dispararles tu arma, porque son tus enemigos, pues tienen interés en que se perduren las instituciones que los capacitan para llevar una vida privilegiada. Un corazón bien puesto, pulso firme y certera puntería, eso es lo único que necesitas para acabar con tus inmediatos verdugos.
Si rindes tu arma, regresarás a tu hogar en la miseria dispuesto a vender tu fuerza muscular a cualquier burgués por lo que tenga a bien darte. Nada habrás ganado, mientras tus jefes y oficiales gozarán en la ciudad de toda clase de placeres, saborearán distinciones y ostentarán cruces y medallas en el pecho. Si te quedas en el ejército carrancista como soldado permanente, serás un esbirro, un verdugo de tus hermanos de clase, porque servirás para apoyar a los ricos.
La honradez te señala el camino que debes tomar: el de la rebeldía contra todo Gobierno hasta alcanzar el triunfo de los principios contenidos en el Manifiesto de 23 de septiembre de 1911, expedido por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, principios que abogan por la muerte del Capital, de la Autoridad y del Clero de todas las religiones.
Decídete a seguir este camino. Que no te engañen los sabihondos con la majadería de que necesitas tal o cual preparación para emprender una lucha semejante. Esas son argucias de políticos; esos son sofismas, propalados y fomentados por enemigos, aun cuando ellos se presenten con el carácter de amigos tuyos. Fue el argumento de los enemigos de la gran Revolución francesa para impedir que se diera al pueblo la libertad política; fue el argumento de Porfirio Díaz para impedir que se dieran libertades; es el argumento de los políticos carrancistas para que no obtengas la libertad económica, base de todas las libertades, y que no es otra que la facultad de ganarse la vida por medio del trabajo, sin necesidad de depender de nadie, facultad que se consigue solamente —entiéndelo bien—, solamente haciendo que la tierra, las casas, la maquinaria y los efectos almacenados pasen a ser, por medio de la expropiación, la propiedad común de todos, hombres y mujeres, sin distinción de raza ni de color. A quien te diga lo contrario, escúpele la cara y aun mátalo, pues necesario es, absolutamente necesario, iniciar un severo procedimiento de limpia revolucionaria. Lo que nos estorba a los desheredados, debemos suprimirlo como se pueda: ¡por la buena o por la mala! Como se suprime al tigre, como se aniquila a la víbora de cascabel, como se aplasta la tarántula. Los que dicen que todavía no estás preparado para tal o cual conquista que te beneficia, son los que tienen interés en que se retarde tu emancipación, para poder ellos, entretanto, vivir a tus expensas.
Ahora, soldado carrancista, a obrar como hombre convencido de que nada hay de común entre el pobre y el rico a no ser el odio, que no hay que tratar de mitigar, sino es preciso ahondarlo, exacerbarlo, aumentarlo si es posible, avivarlo, atizarlo, para que no se extinga, porque la existencia de ese odio entre las dos clases sociales —la de explotados y la de los explotadores— es garantía de lucha y de esperanza de emancipación para lo que hoy se encuentra en el último peldaño de la escala social. ¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
Los Ángeles, Cal.,
noviembre 2 de 1915,
Compañeros de Regeneración:
Salud:
La presente sirve para deciros que el último domingo nos reunimos un grupo de mujeres en la casa del compañero Ascensión Martínez1, con el fin de organizarnos en Grupo Regeneración todas las mujeres que, como nosotras, estén convencidas de que el deber de la mujer es estar al lado del hombre en la lucha que, por la emancipación humana, tienen entablada todos los proletarios inteligentes de la Tierra.
La mujer, hasta hoy indiferente a tomar la parte que le corresponde en la gran contienda mundial del explotado contra el explotador, del oprimido contra el tirano, del pobre contra el rico, debe ser empujada a ponerse en línea en las apretadas filas de sus hermanos los hombres, para dar la batalla decisiva al régimen capitalista y autoritario, pues la victoria de los oprimidos no redimirá solamente al hombre, sino que alcanzarán sus beneficos resultados a la mujer, víctima hoy de insensatas preocupaciones que la hacen aparecer como inferior al hombre, y por lo tanto, la mujer tiene la obligación de tomar parte en la lucha.
Por estas razones nos hemos organizado en Grupo las que abajo firmamos, dando a nuestro Grupo femenino el nombre de “Luz y Vida”.
Hemos acordado organizar una serie de bailes para ayudar con fondos a Regeneración, y en general para impulsar todo lo que tienda al bien de los desheredados de todo el mundo, sin distinción de raza ni color.
Vuestras por Tierra y Libertad.
Micaela L. Grijalva, Elisa T. Martínez, Carmen Medrano2, Beatriz de García, Librada L. Rodríguez, Florencia L. Hernández, Cruz C. Aguirre, Benita Talavera, Dionisia Hernández, Carmen Talavera, Pascuala Martínez, Florencia de González, Ramoncita González, Petra Ríos, Jesusita Rincón Gallardo, Blasa Pérez, Margarita Acosta, Luz Rojas, Juanita Martínez, Sara de Olmos.
Secretaria,
María de Juárez.
* * *
Si nuestras muy estimables compañeras de esta ciudad muestran entusiasmo y energía, nuestros compañeros de Cheraw, Colorado, se alientan, dan señales de vida y reanudan sus labores en pro de los ideales del Partido Liberal Mexicano.
El compañero Gabriel Rubio3, veterano luchador y uno de los primeros miembros del Partido Liberal Mexicano, que sufrió en el presidio de San Juan de Ulúa cerca de cinco años de prisión por su actividad revolucionaria contra en dictador Porfirio Díaz, y ha sufrido igualmente arrestos y persecuciones en los Estados Unidos por su actuación subversiva, nos comunica en carta de 1º de este mes, que ha quedado reorganizado en Cheraw el Grupo Regeneración “Práxedis G. Guerrero,” habiendo sido electo secretario provisional el compañero Apolonio Marroquín4. Forman el Grupo los compañeros Juan R. Alvarado, Librado Rentería, Apolonio Marroquín, Lorenzo Ramírez, Abundio Vázquez, Francisco Torrez, Tomás Ramírez, Manuel Osejo, José Sainz, Nicolás Ramírez y Gabriel Rubio. El Grupo celebra sus mítines en el campamento del compañero Lorenzo Ramírez, en los campos de betabel. Los compañeros levantaron una colecta a favor de REGENERACIÓN, la que alcanzó la suma de $11.00, la que recibimos. El compañero Gabriel Rubio envío $2.00 para la curación de Enrique, quien se encuentra en malas condiciones de salud. Total enviando y recibido $13.00.
* * *
Los compañeros de todos los lugares deben redoblar sus esfuerzos en pro de la causa que defendemos. Fuera apatías camaradas. A reorganizar los Grupos que hayan quedado disueltos, a organizar otros nuevos, a moverse a agitarse que el momento es de combate.
Ricardo Flores Magón
1 Ascensión Martínez. Oxnard, Cal. Miembro fundador del grupo Regeneración de Oxnard, Cal. formado el 23 de septiembre de 1911. «Cada uno de nosotros se convertirá en un propagandista de las ideas libertarias que con tanto empeño propaga Regeneración.» El 2 de noviembre de 1915, en su domicilio se organizó el grupo femenino «Luz y Vida», al que pertenecía su compañera Elisa T. Martínez. Apoya económicamente a RFM durante su enfermedad en esos días. Firmó la protesta «A los trabajadores del mundo» en contra de las aseveraciones del Grupo Fraternidad de Boston en contra de la JOPLM, publicada el 1 de enero de 1916, así como el manifiesto de Los tres puntos (15 de enero de 1916); suscribió la carta abierta «A los I. W. W.» en protesta por el artículo publicado en El Rebelde el órgano de la rama de habla española de esa organización afirmando que los miembros de la JOPLM eran enemigos de la IWW. Publicada en 13 de mayo de 1916; apoyo la representación del drama «Tierra y Libertad” (1917) y la defensa de Raúl Palma (1918).
2 Carmen Medrano. Los Ángeles, Cal. (1915) Miembro del Grupo Femenino «Luz y Vida,» fundado en noviembre de 1915. Firmó la protesta «A los trabajadores del Mundo, suscrita el 19 de diciembre de 1915 por un centenar de residentes de Los Ángeles, en contra de lo publicado por «El Porvenir del Obrero» de Mahón, España, el 14 de octubre de ese mismo año, sobre una supuesta compra de terreno por los miembros de la JOPLM. Así como el llamado «A los I. W. W.», emitido el 10 de mayo de 1916, para rechazar lo asentado en «El rebelde», órgano del Local 602 de esa organización obrera.
3 Gabriel A. Rubio (¿Portugal?, 1876-¿?) Panadero. A los 15 años migró a Tucson, Arizona. En febrero de 1906 llegó a Cananea como Delegado de la JOPLM y fundó, con Lázaro Gutiérrez de Lara, el «Partido Liberal Mexicano de Cananea”. Estuvo en la histórica huelga de1906. Tras la sangrienta represión, permaneció durante un mes en el mineral, refugiándose posteriormente en Douglas, Arizona, donde se integró al Club Liberal Libertad. Participó en los planes insurreccionales magonistas de 1906 y fue nombrado delegado de la Junta para la región de Guásimas, Sonora. Junto con otros mineros liberales como Abraham Salcido y José Bruno Treviño y Tomás D. Espinosa, mismos que preparan un levantamiento en la región de Agua Prieta. Al ser aprehendidos los primeros Rubio y Espinosa, piden permiso a la Junta para levantarse, se les concede pero los Rangers y oficiales de Inmigración junto con los hombres del consulado mexicano se los impiden. Fue interrogado por las autoridades en Tucson el 10 de septiembre de 1906, declaró llevar 15 años en el país, ser panadero, soltero y cuando se le preguntó su nacionalidad contestó: no reconozco ningún país. Rubio junto con otros fue deportado el 6 de octubre de 1906, arrestado en México y condenado a 10 años de prisión. Sus declaraciones ante las autoridades de Hermosillo, Son. fueron usadas para tratar de fundar la extradición de RFM y socios del Canadá y luego en el juicio por violación del estatuto de neutralidad en noviembre de 1907. Enviado a la cárcel de Hermosillo, Sonora y luego a San Juan de Ulúa, Ver. En esta prisión recibió un fuerte impacto con las conversaciones que mantuvo con un oficial del ejército oficial que participó en la campaña contra los yaquis, de nombre Arturo G. Medina. Salió del penal a la caída de Díaz y regresó a los Estados Unidos, donde retomó el contacto con la JOPLM estableciéndose en Morenci, Arizona. A principios de 1912 formó parte del Grupo Obrero Revolucionario “Los Errantes” de este lugar, que hacia trabajo de organización en la zona minera del estado y en Nuevo México. Tras encabezar las protestas por el asesinato del mexicano Agustín Aldrete, fue arrestado en mayo de ese año y condenado a pasar 300 días en la prisión de Clifton, donde fue aislado sin permiso para recibir visitas ni correspondencia. A fines de 1915 reorganizó el Grupo Regeneración Práxedis G. Guerrero de Cheraw, Colorado, que agrupaba jornaleros del betabel. Se mantuvo en contacto con Regeneración hasta por lo menos 1917. En 1924, junto con Blas Lara integró el comité “Pro-Liberación de los presos de Texas”, que gestionó la libertad del los sentenciados por los sucesos de Carrizo Spring, Texas, de septiembre de 1913. El Comité consiguió la intervención del abogado Harry Weinberger, quién logró que los presos fueran liberados en 1926.
4 Apolonio Marroquín. Jornalero agrícola. Entre 1912 y 1917, Marroquín deambuló entre los estados de Texas y Colorado. En 1913 formó parte del Grupo Regeneración “Emancipación Social” de El Paso, Texas. En mayo de 1914 participó en la campaña para reunir los fondos para la defensa de José María Rangel y los presos de Texas. En noviembre de 1915 fue elegido como secretario provisional del Grupo Regeneración “Práxedis G. Guerrero” de Cheraw, Colorado, que agrupaba jornaleros del betabel. Cheraw, Colo. (1915).
Regeneración ha tenido siempre el privilegio de atraer la tempestad, como la cima atrae el rayo. Es que Regeneración es grande; Regeneración es una cima: Regeneración es una eminencia, desde cuya altura se dice la verdad.
Y eso es lo que duele: que se diga la verdad, la verdad bella, grande, dulce para el que sufre, es horrible, es amarga para el que oprime y engaña. De ahí que el pobre la ame, y el tirano la odie y la tema.
Regeneración ha dicho siempre la verdad. Por la verdad ha caído más de una vez arrollada por la tiranía; sus redactores han sido encerrados en presidio, sus imprentas confiscadas, su domicilio violado, sus archivos secuestrados.
Otra vez se anuncia la tempestad. Algo se fragua en la sombra contra el querido periódico en el cual vamos envejeciendo, por el cual sacrificamos los placeres de la juventud florida, al cual hemos ofrendado la única riqueza que puede poseer el pobre: la salud.
El periódico honesto, el periódico luz, el periódico faro, va a ser arrebatado de nuestras manos y arrojado al lodo sin vida, muerto; él, que inyectaba fuerza en el corazón del triste; él, que ponía pinceladas rosas en las mentes obscurecidas por el infortunio; él, que un brazo luminoso, tendido en las tinieblas, señala a los pueblos el camino del deber.
Con su muerte, Regeneración se llevará parte de nuestra vida, por que en sus columnas hemos vaciado sin medida la sangre de nuestras arterias, el fósforo de nuestro cerebro, y en sus líneas apretadas hemos depositado caudales de energía, de voluntad, de sinceridad, de firmeza.
Regeneración es un periódico que, por su naturaleza, tiene siempre la vida en peligro, no porque ofenda la virtud y ame al crimen, que sucede todo lo contrario, sino porque educa, instruye, despierta entusiasmos que ponen en peligro la existencia de un sistema económico, político y social que permite a unos pocos, que nada útil hacen, gozar de todas las delicias de la vida, y condena al resto de la humanidad a la fatiga, al dolor, a la esclavitud, a la muerte.
Naturalmente, los que tienen interés en que perdure tal sistema inicuo —porque de él obtienen ventajas que no obtendrían en otro sistema basado en la libertad, la igualdad y la fraternidad— son los enemigos más encarnizados con que cuenta Regeneración.
Regeneración, a pesar de todo lo que se diga en contrario, es un periódico que ejerce gran influencia en el movimiento mexicano. De ahí que Díaz lo persiguiera a muerte tanto en México como en los Estados Unidos, gastando alrededor de un millón de dólares para conseguir que se nos detuviera por tres años en prisión, pues habiendo sido arrestados en agosto de 1907, en Los Ángeles, fuimos puestos en libertad hasta agosto de 1910.
Después, Madero, gastando una suma semejante, consiguió que se nos retuviera en prisión de junio de 1912 a enero de 1914.
Ahora es Carranza el perseguidor; otro torrente de oro se hará necesario para ponernos de nueva cuenta en prisión. Desde luego ya comenzó a correr ese oro, que no sale de los bolsillos de Carranza, sino del sudor del pobre pueblo, que habita en la región mexicana dominada por sus soldados. Ese pueblo que suspira por su libertad, será obligado a contribuir para comprar sus cadenas, o, lo que es lo mismo, para que se ponga en prisión a los que de veras luchan por la libertad.
La influencia que Regeneración ejerce en los asuntos mexicanos, ha sido confesada por los más prominentes políticos y hombres de negocios de México, y por el senador de los Estados Unidos, Fall1, quien por la información que personalmente recogió hace unos tres años sobre la ayuda que del extranjero hubiera recibido la Revolución Mexicana, sacó la conclusión de que el Partido Liberal Mexicano, y su órgano Regeneración, eran responsables del estado constante de conmoción en que se encontraba el pueblo mexicano.
Niéguenlo los interesados en confundir al pueblo; a Regeneración y al Partido Liberal Mexicano se debe el progreso asombroso alcanzado por la Revolución mexicana en estos últimos cinco años, y si al fin triunfasen los principios del comunismo anarquista en México, al Partido Liberal Mexicano, y a su órgano Regeneración, se deberá ese hecho.
De varias semanas a esta parte hemos notado que la vigilancia que siempre ha ejercido la autoridad sobre nosotros se ha acentuado, al grado de que ya no es solamente el perro aislado el que nos espía, sino que jaurías enteras nos acechan. Si a esta circunstancia se agrega la insistencia con que los periódicos carrancistas han venido acusándonos de ser nosotros los autores intelectuales del movimiento revolucionario de los mexicanos en Texas, hay ya una fuerte presunción de que algo se trama contra nosotros; que hay el propósito por parte de los Estados Unidos de ayudar a Carranza a desembarazarse de lo que pudiera estorbarle en el desarrollo de los planes que tiene para la consolidación de su gobierno.
Una última circunstancia ha venido a robustecer todavía más la creencia de que se está preparando una acusación contra Regeneración: varios compañeros han recibido una circular girada por el inspector de Correos, W. M. Cookson, de la oficina postal de esta ciudad, en la que se les pide que sirvan de testigos en contra de Regeneración. Algunos compañeros nos han enviado las circulares para que las veamos. He aquí una traducción de dicha circular:
“Los Ángeles, Cal., noviembre 4 de 1915.
“Señor:
“Yo estoy informado de que usted es un subscriptor de Regeneración, un periódico publicado en Los Ángeles. Deseo obtener de usted dos o más ejemplares de ese periódico, que le hayan sido enviados a usted por medio de las estafetas durante el mes de octubre de 1915, o de septiembre de 1915.
“Se necesitan estos ejemplares del periódico en la investigación de un asunto que está siendo estudiado por el Departamento de Correos, y por lo mismo le agradecería a usted me enviase bajo el sobre rotulado que le incluyo, el cual no necesita ser estampillado, los ejemplares de “Regeneración” que usted haya recibido por medio de las estafetas de los Estados Unidos, durante el mes de octubre de 1915, ejemplares que serán cuidadosamente conservados para ser devueltos a usted después de que hayan sido utilizados para lo que se les necesita.
“Para este asunto le agradecería a usted que ponga sus iniciales en cada ejemplar para su identificación, así como para certificar que el periódico fue recibido por usted por medio de las estafetas de una manera regular.
“Adjunto un sobre rotulado para el envío de los ejemplares, y le agradeceré obsequie mi petición lo más pronto que usted pueda.
“De usted, atento seguro servidor.
“El inspector, W. M. Cookson.”
Como se ve por la presente circular, el asunto es serio. Se trata de iniciar un proceso contra “Regeneración”, y para que una acusación contra un periódico pueda ser admitida en las Cortes, se necesita demostrar que circula por medio del Correo. El testimonio de que circula por medio del Correo es lo que quieren obtener de nuestros compañeros las autoridades postales.
La acusación contra Regeneración tiene que ser fundada en algún escrito de los que aparecieron en las ediciones correspondientes al mes de octubre, por lo que se ve en la circular del inspector Cookson. Se trata, por lo mismo, de violar en contra nuestra una de las garantías constitucionales: la de la libertad de escribir sobre cualquier materia, libertad que se concede, y amplísima, a todos los escritores: al socialista, al librepensador, al republicano, al demócrata, al prohibicionista, a todos, menos al anarquista con lo que se demuestra que las famosas libertades políticas, tanto en los Estados Unidos como en el resto de los países de la Tierra, son una farsa cuando se trata de demostrar con la verdad que el sistema que actualmente sufrimos los seres humanos es malo, y que es preciso derribarlo para echar los cimientos de uno nuevo que esté más de acuerdo con la libertad y la justicia.
Compañeros: se ve con claridad el propósito que se tiene de acabar con Regeneración, suprimiendo el periódico y arrojándonos al presidio. Es preciso defenderse de ese asalto brutal a la libertad del pensamiento. Se necesita que en estos momentos de prueba estemos todos, como un solo hombre, alrededor del periódico. Dos cosas se necesitan desde luego, sobre la marcha, sin tardanza: la protesta y reunir fondos para hacer frente a la persecución.
En la tercera plana encontraréis una protesta redactada en español y en inglés2. Firmadla todos los que estiméis en algo la vida del periódico, y dirigidla a Woodrow Wilson, Washington, D. C.
Para hacer frente a la persecución que se acerca, enviad fondos sin pérdida de tiempo, pues nosotros carecemos de ellos. Recordad que todo lo hemos sacrificado en esta larga contienda que hemos venido sosteniendo, y que no contamos con otra cosa que con la solidaridad de los trabajadores honrados.
Venustiano Carranza quiere cimentar un gobierno con el apoyo de los Estados Unidos. Por eso se nos persigue. No permitamos que tal gobierno se haga fuerte, porque si eso sucediera, se perdería lo que se ha obtenido mediante tanto sacrificio. ¡Ayudadnos!
Ricardo Flores Magón
1 Albert Bacon Fall (Frankfort, Kentucky, 1861- El Paso, Texas, 1944). Político estadounidense afiliado al Partido Republicano. Senador por Nuevo México entre 1912 y 1921 y Secretario del Interior en el gabinete de Warren G. Harding (1921-1923). Socio de Edward Doheny y de William C. Green —respectivos propietarios de la Mexican Petroleum Company y de la Green Consolidated Copper Company, a la que pertenecía la mina de Cananea, Sonora—. Abogado en Estados Unidos del terrateniente chihuahuense Luis Terrazas. Durante la Revolución asumió la defensa de los intereses petroleros y mineros estadounidenses en México. Conspiró contra los gobiernos de Madero, Carranza, De la Huerta y Obregón. Acusado por el Secretario de marina Joseph Daniels de apoyar a Huerta en 1913, año en que propuso la invasión de México con un ejército de medio millón de hombres. En 1917 se le relacionó con un complot que pretendía la creación de una república independiente con los estados del norte apoyada por los Estados Unidos. En 1919 promovió el rompimiento de relaciones diplomáticas con México acusando a Carranza de apoyar al comunismo estadounidense. En ese mismo año fue nombrado presidente del Comité del Senado encargado de investigar la destrucción de propiedades estadounidenses desde el inició de la Revolución mexicana. El Comité Fall recomendó en mayo de 1920 el no reconocimiento del gobierno mexicano a menos que se indemnizara a los intereses estadounidenses, se les eximiera de los efectos del Artículo 27 de la Constitución y se preservará el derecho de los Estados Unidos a intervenir militarmente en el país. En 1929 fue el primer miembro de un gabinete presidencial en la historia estadounidense en purgar una condena de prisión por su participación, en contubernio con Edward Doheny, en una trama de corrupción y sobornos relacionada con las reservas petroleras de su país.
2 Vid. “Cupón de Protesta” (212, 3). Hasta enero de 1916, el Departamento de Justicia Norteamericano, registró 762 cupones enviados, bajo nombres de origen hispano o no, todos ellos provenientes de 16 poblaciones de Texas, California y Arizona.
Una mano amiga nos hizo entrega de un ejemplar del periódico El Porvenir del Obrero1, de Mahón, España, correspondiente al 14 de octubre de este año.
En dicho ejemplar encontramos un artículo titulado: “Documento importante”. El documento es una carta fechada en Boston el 13 de julio del año actual, suscrita por el “Grupo Fraternidad”2 de dicha ciudad, del Estado de Massachusets, Estados Unidos de América y dirigida al grupo “Los de Siempre”, de Valladolid, España.3
La carta tiene por objeto restar fuerza al movimiento económico que en todo el mundo es conocido con el nombre de Revolución Mexicana de la misma manera que lo hacen todos los que tienen interés en que perdure el sistema capitalista y autoritario que combatimos los anarquistas.
Un tejido de embustes y de injurias, eso es lo que constituye la carta. veámosla. Dice así: “¡Alerta, compañeros! que el timo de la ‘revolución mexicana’ llega hasta esa, según informaciones que tenemos de la farsa política llamada por unos pocos vividores ‘Revolución Social’. En este grupo tenemos suficientes datos para probar lo contrario de lo dicho por los políticos fracasados que componen la Junta del Partido Liberal Mexicano, que allí es donde se fabrican todas las notas de la supuesta ‘revolución’”.
* * *
Parece que no es bastante grande el número de estúpidos que hay en América, pues que los barcos de Europa descargan en las playas de Massachusets bárbaros y más bárbaros. Por que se necesita ser estúpido redomado para negar que la Revolución Mexicana es un movimiento de carácter económico y social. Si la insurrección del proletariado mexicano para hacer que la tierra sea del que la trabaja, no es una insurrección de carácter económico y social, entonces ¿qué carácter tiene, señores burros de Massachusets?
No; no sois sinceros, señores asnos: comprendéis perfectamente que el movimiento mexicano es económico y social; pero no os resignáis a aceptar que los mexicanos, unos pobres indios analfabetos, hayan sabido poner la muestra a los europeos tan civilizados, tan educados y tan conscientes. Es que, aunque barnizados de obrerismo y de otros ismos, no dejáis de ser el gachupín de conquista. Sois, por más que la dragoneéis de anarquistas, los descendientes del encomendero que hiciera sudar sangre al indio; en vuestro pecho palpita el corazón del Oidor, y el espíritu del negrero que dormita en vuestro ser, se encabrita en presencia del indio rebelado.
No; no podéis admitir que la raza considerada inferior por vosotros, se transforme en maestra vuestra, y, tragadlo porque tenéis que tragarlo, en maestra de todo el mundo.
* * *
¡Qué diferencia entre los gachupines de Massachusets tan mezquinos, tan estrechos, tan pequeños, tan ruines, tan idiotas, y nuestros verdaderos compañeros españoles que con nosotros luchan, que sufren cuando ven el peligro de caer en las garras de los políticos el grandioso movimiento del proletariado mexicano y sus corazones se inundan de una satisfacción sana y robusta, cuando de aquel caos llega la evidencia, de que la revolución no solamente está en pie, sino que se orienta cada vez mejor y robustece su finalidad eminentemente social. Es que nuestros compañeros españoles son anarquistas, mientras que los gachupines de Massachusets son instrumentos, conscientes o inconscientes, del capital y la autoridad.
La Revolución Mexicana es una Revolución Social desde el momento que la caracteriza esta aspiración general, común a los combatientes de todas las facciones que están en armas: una repartición más justa de la riqueza social, para la elevación del nivel económico, político y social del proletariado, aspiración que encuentra esta solución, también común a los combatientes de todas las banderías que intervienen en la producción del grandioso fenómeno social: la expropiación de la tierra de las pocas manos que la acaparan, para que pase a poder del que quiera cultivarla.
Una Revolución que contiene en su seno una aspiración semejante, y que encuentra una solución parecida, ¿qué es, si no una verdadera Revolución Social?
* * *
Esta afirmación nuestra de que el movimiento mexicano es una Revolución Social, tiene su confirmación tanto en el campo de los hechos como en el de las ideas, se comprueba por el acto revolucionario, tanto como por la palabra del tribuno y la frase del escritor. Las muchedumbres proletarias que asaltan las haciendas, toman posesión de ellas y se ponen a trabajarlas, sobre una base de igualdad, demuestran con ese simple hecho, que las anima el deseo de conquistar la libertad económica que presienten es la base de todas las libertades.
Actos de expropiación llevados a cabo de la manera que acabamos de apuntar, no pueden ser considerados como el hecho aislado que no responde a la materialización de una idea generalmente aceptada o de un sentimiento común, porque no han ocurrido en un solo punto del vasto territorio mexicano, sino en muchos puntos, y, lo que es mejor, en regiones enteras, como puede comprobarlo materialmente el que se tome la molestia de hacer una visita a la región del Yaqui, en Sonora, a la de Cuencamé, en Durango, a la del Fuerte de Sinaloa, a la de Chapala, en Jalisco, a grandes porciones del Estado de México, Guerrero, Oaxaca y Puebla y a todo el Estado de Morelos; pero si no se quiere tomarse la molestia de hacer un viaje de esa naturaleza, pídanse a la ciudad de México colecciones de El Imparcial4, El País5 y otros muchos diarios burgueses, y se encontrará en ellos relatos interesantes de cómo los proletarios mexicanos toman las haciendas y trabajan las tierras con el fusil al hombro.
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Es presencia de estos hechos, no se puede negar que el movimiento mexicano es una verdadera Revolución Social. ¿Quién puede negar que sea de carácter social un movimiento que ataca de tal manera la propiedad privada? ¿Por qué dar el nombre de farsa política a un movimiento que lleva en sí el germen de las inmensas posibilidades para el progreso humano? ¿A un movimiento que por sí mismo, por su propia naturaleza, constituye ya un progreso, y que en vez de servir de objeto de burla y de escarnio, debería todo ser humano sentirse satisfecho de que la humanidad comience a dar los primeros pasos por el sendero de la verdadera libertad: la independencia económica, base de todas las prerrogativas del hombre?
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Si el acto revolucionario, revolucionario en el sentido social de la palabra, nos demuestra que el movimiento mexicano es una Revolución Social, nos lo demuestra igualmente el conocimiento preciso, que el proletariado mexicano tiene de los fines de esta lucha. Preguntad a cualquier trabajador mexicano por qué se lucha, y responderá sin vacilar: ¡por la tierra! No le preguntéis en qué libro aprendió que se debe luchar por la posesión de la tierra, porque tal vez no sepa leer: pero él siente la necesidad de salir de la miseria, de convertirse de siervo en hombre libre por la posesión de la tierra, de la cual obtendrá sin necesidad de depender del amo, lo que necesiten él y su familia, y lucha por conquistarla.
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Y si buscamos en otras fuentes los datos que necesitamos para determinar con exactitud el carácter del movimiento mexicano, comprobaremos de ese otro modo que dicho movimiento es una Revolución Social.
El orador, el escritor y el político, ¿no nos dicen a cada instante que se liberte a la clase trabajadora de la miseria en que yace, mediante un reparto equitativo de la tierra que se encuentra acaparada en las manos de unos cuantos señores feudales? Ellos, los oradores, escritores y políticos burgueses nos hablan de repartos de tierra, porque, naturalmente no pueden abogar por la abolición del derecho de propiedad privada; pero el solo hecho de que nos hablen de repartos de tierras, significa que han pulsado bien la opinión y procuran seguir su corriente, como buenos políticos, para aguardar el equilibrio y no correr el riesgo de caer aplastados por el desprecio popular, cosa que ocurriría si no halagasen con sus palabras y sus actos los sentimientos del pueblo, y como mientras más tiempo transcurre, las ideas de las masas se radicalizan más, ora por el ejemplo que ponen los desheredados que se entregan a actos de expropiación en grande escala y para el bien colectivo en las regiones y circunstancias propicias para ello, ora por las prédicas netamente anarquistas de los miembros del Partido Liberal Mexicano, que se les encuentra diseminados en México esparciendo la semilla ácrata en las filas de todas las banderías, cuando no en los poblados, en las ciudades y en los campos, ora por la propaganda semi-socialista, semi-anarquista, o simplemente unionista de otros agitadores, los políticos más inteligentes han tenido, también, que radicalizar sus palabras, para que no choquen con el modo de pensar del proletariado mexicano en este momento de su evolución, y a eso se debe que los oradores y los escritores burgueses de mayor potencia cerebral, propagan ideas netamente anarquistas con el fin de granjearse las simpatías de las masas.
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Pero si tantas pruebas, como las aducidas, no bastas para que cualquier cerebro, aún el más rudo, comprenda que es una Revolución Social la que se desarrolla en México, no hay más que echar una ojeada a la multitud de planes, manifiestos, proclamas, circulares, programas y otros documentos expedidos por las diversas facciones que desde 1910 hasta la fecha, han contribuido de alguna manera a la formación de ese caos magnífico que se llama Revolución Mexicana, para convencerse hasta la evidencia de su carácter económico y social.
En efecto en estos documentos se ve que uno de los objetos de la actitud beligerante de la bandería a la cual pertenecen, es el mejoramiento económico y social de las masas desheredadas por medio de los repartos de tierra y otras medidas adecuadas, y en la prensa de estas banderías, se habla de reivindicaciones sociales, y en algunos de estos periódicos se ataca al Capital, al Militarismo y al Clero, como no lo hacen muchos órganos proletarios.
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Y si todavía hubiera cabezas de piedra, incapaces de comprender el carácter económico y social del movimiento mexicano, es bueno que sepan esas cabezas duras, que Wilson, el Presidente de los Estados Unidos de América, al enviar el año pasado sus delegados a las conferencias de Niágara, les dio instrucciones de que no firmasen ningún arreglo en que no constase el compromiso formal del gobierno mexicano que quisiera ser reconocido por los Estados Unidos, de atender en primer lugar, a la solución del problema agrario, pues, dijo Wilson, que mientras el campesino no fuera dueño de la tierra, la revolución quedaría en pie.
Indudablemente que Wilson no obró de esa manera movido por un sentimiento de filantropía, sino por el deseo de que se hiciera la paz, para que los burgueses americanos pudieran hacer buenos negocios; pero la acción de Wilson comprueba que el movimiento mexicano es de carácter económico y social.
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Atacar un movimiento revolucionario como el que sacude a México, es una villanía si el ataque proviene de un burgués; pero la acción no tiene nombre cuando el ataque es hecho por proletarios, y todavía es más difícil encontrar un calificativo para esa acción, cuando el ataque parte de un grupo de individuos que se titulan anarquistas. ¿Qué anarquistas son esos que ponen trabas a la emancipación de la clase trabajadora? Los trabajadores mexicanos están en lucha por conquistar su libertad económica, y, ¡oh sarcasmo! tenían que ser otros trabajadores los que habían de detenerles las manos para que el enemigo común les clavase el puñal, que no a otra cosa equivale el acto infame de escribir cartas incitando a que no se ayude a los que necesitan la asistencia de sus hermanos de clase. Traición neta y descarada es la cometida por los gachupines de Massachusets.
No; esos; del grupo “Fraternidad” no son anarquistas, no pueden ser anarquistas: son esbirros. Si se les levantase al ala izquierda del saco, no causaría extrañeza ver brillar en sus pechos la estrella del polizonte. Al menos, su actuación hace despertar las más robustas sospechas. Y si no son esbirros oficiales; si no portan la estrella, merecen portarla por bajos y por canallas.
Esos gachupines de Massachusets, no son anarquistas, que entonces dejarían de ser gachupines. Son aventureros que tendieron el vuelo hacia América para hacer negocio. De esa manera están hechos el empeñero y el torero; el agiotista y el palo blanco. No son españoles; son gachupines a secas, hijos de madres asquerosas que no tuvieron el pudor de ahogarlos al nacer, siquiera para que más tarde no hicieran sospechar con sus acciones sus podredumbres ancestrales.
Timadores, vividores, políticos fracasados, ésas son las flores con que nos obsequian esos insignes gachupines, descendientes de Loyola y Torquemada, de Alvarado y de Cortés, de Pizarro y de Valdivia. Obsequio de marranos: el lodo que salpican sus pezuñas.
Timadores: los que todo lo hemos sacrificado en servicio del oprimido. Vividores: los que nos consumimos día por día por exceso de trabajo y falta de una buena alimentación. Políticos fracasados: los que con abrir la boca tendríamos riquezas, distinciones, honores, en medio de una sociedad cuya muerte deseamos con todo nuestro corazón.
¡Qué infamia! ¡Qué infamia!
Ricardo Flores Magón
1 El Porvenir del Obrero. “Eco de la Sociedad de este nombre”. Mahón (1898-1915). Director fundador: Bartomeu Briones Mesa. Órgano de propaganda ácrata más importante de las islas Baleares, vinculado en su origen a la Federación Obrera Menorquina. Se inició como publicación mensual de orientación cooperativista para luego adoptar las posturas anarcosindicalistas, bajo la dirección de Juan Mir. Su contenido fundamentalmente doctrinal se apoyaba en las colaboraciones de las más influyentes plumas del anarquismo hispánico, como Federico Urales, Anselmo Lorenzo, Teresa Claramunt o Fermín Salvochea. Criticó duramente al PLM cuando en la prensa ácrata internacional se discutieron los alcances de la revolución de México. Durante la primera guerra mundial, se mostró favorable a las posturas en pro de la intervención en el conflicto formuladas por Kropotkin.
2 “Grupo Fraternidad” Formado en 1914 por la unión de los grupos Rebelión y Alerta de Boston, en 1914. En 1915, publicó Fraternidad «netamente antimilitarista y completamente antiguerrero.»
3 Grupo “Los de Siempre”. Valladolid, España. Impulsor de la Federación de grupos e individuos anarquistas de las dos Castillas y León a fines de 1914. Tomás Carbajo, Mariano Manzano y Agustín Solana, entre sus integrantes.
4 El Imparcial, México, D.F. (1896-1916). Dirs. Rafael Reyes Spíndola, Carlos Díaz Dufoo, Manuel Flores, Fausto Moguel y Salvador Díaz Mirón.
5 El País, “Pro aris et facis cetare.” México D. F. (1889-1914). Dir. Fundador Trinidad Sánchez Santos, León Sánchez, José Elguero y Antonio Enríquez.
Si el gachupín, entiéndase bien, gachupín, no español, que el español es persona sensata, si el gachupín, repetimos, es corto de entendederas, es, sin embargo, listo como pocos para mentir, cualidad indispensable para llegar a ser un buen empeñero, inmejorable cualidad para distinguirse como palo blanco, muy buena cualidad para los hombres de negocios, cualidad muy útil para todo aventurero; pero malísima para llegar a ser un anarquista.
Sigue así la carta de los gachupines de Massachusets: “Aquí, en esta localidad, nos reunimos ciento cincuenta compañeros dispuestos a marchar a México, a luchar con el fusil o a trabajar las tierras ya “expropiadas”, según los redactores de Regeneración; pues, según dicho periódico, en México ya se practicaba el comunismo anárquico. Antes de salir de aquí, y para que el viaje no fracasara, nos comunicamos con un compañero que residía en Los Ángeles, California, el cual se puso inmediatamente en marcha, internándose en México y, guiado por Regeneración, visitó las partes más importantes de la “revolución” (según el periódico) y no halló más que luchas políticas de cuatro desangradores del pueblo que aspiran a encumbrarse.
“Tenemos cartas escritas por nuestro camarada de diferentes partes de la República;”
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Cuando se lee sin pensar, sin tratar de ver si lo que se lee puede ser admitido por la razón, fácilmente se aceptan las mentiras más gordas; pero por poco que se piense, por poco que se haga intervenir la razón en aquello que se lee, a las primeras líneas se descubre la mentira.
Los gachupines de Massachusets, rudos como son, no pensaron en esto que decimos sobre la facilidad con que se desmorona la mentira, ¡también es que los pobres no contaban con la huéspeda: que Regeneración tendría que salir para ajustarles las puntadas! Y envalentonados con el mutismo forzado del noble vocero del oprimido, se dejaron ir de bruces, como carneros montaraces, sin ver el abismo que se abría a sus pies y dieron el salto mortal para caer en el lodo, que en este caso es El Porvenir del Obrero, de Mahón, España, y alguno que otro charco de menor cuantía.
Aseguran los gachupines de Massachusets, que lograron reunirse en Boston ciento cincuenta compañeros dispuestos a marchar a México a luchar con el fusil o a trabajar las tierras ya expropiadas.
Quien quiera que tenga una poca de práctica revolucionaria, comprenderá desde luego que es una mentira colosal eso de los ciento cincuenta compañeros dispuestos a empuñar el rifle, pues si para el hecho inocentísimo de organizar un ordinario grupo anarquista sin otros fines que la propaganda, se reúnen con muchas dificultades unos cuantos compañeros, ¿qué no sucederá cuando se trata de organizar una expedición que deba recorrer miles de kilómetros para encontrarse en el terreno de la acción revolucionaria? Porque no hay que pensar que Boston está cerca de la frontera de México: se encuentra en el nordeste de los Estados Unidos, y para llegar a México hay que atravesar Estados extensos de la Unión Americana.
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Pero si no bastase este simple razonamiento para convencerse de que es una mentira lo de los ciento cincuenta compañeros dispuestos a empuñar el rifle, hay que convenir en que es muy duro de tragar eso de que se reúnan ciento cincuenta individuos listos para emprender la marcha a México, sin poseer antes una información exacta de las circunstancias que prevalecen en aquel país, pues por lo que se ve de la carta, primero se reunieron los ciento cincuenta revolucionarios, y hasta después se preocuparon por tomar informaciones. ¿Puede creerse semejante absurdo?
No: esos ciento cincuenta anarquistas listos para emprender la marcha a lo desconocido, son otros tantos seres imaginarios, son fantasmas, son creaciones toscas, fabricaciones groseras de una intelectualidad bastante próxima a la del mono.
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Y esos ciento cincuenta individuos o fantasmas, porque en realidad no han existido, no eran todos con seguridad, vecinos de Boston, porque es muy difícil encontrar en una ciudad ciento cincuenta hombres dispuestos a tomar las armas por una causa noble como la del Partido Liberal Mexicano. Esto no quiere decir que dejemos de comprender que en una ciudad hay no solamente ciento cincuenta hombres enérgicos dispuestos a tomar las armas por una buena causa, nosotros creemos que hay muchos más, que tal vez son miles los que sienten en su corazón ansias de rebelarse contra un sistema de infamia; pero no se sabe quiénes son esos hombres para tratar personalmente con ellos asuntos tan delicados como el de la organización para llevar los ideales al terreno de la acción. Desde luego, se tropieza con la dificultad de saber si aquel que uno considera ser un anarquista de acción, lo es en realidad, y para determinar esa condición es preciso estudiar al individuo, conocer sus costumbres, su carácter, si es discreto, esto último sobre todas las cosas, porque no se trata de asuntos que puedan ser arreglados a la luz del día, en las narices del polizonte y del detective, pues se correría el riesgo de ver el plan fracasado por una denuncia. En estas circunstancias, la reunión en una ciudad de ciento cincuenta individuos dispuestos a marchar a México a luchar por Tierra y Libertad, es más que difícil, es imposible.
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Con seguridad que esos ciento cincuenta fantasmas no residían todos en Boston, pues ni el grupo “Fraternidad”, o sea el de los gachupines, cuenta con ese número de miembros. Los fantasmas residían en un buen número fuera de la ciudad, y fue preciso que esos abnegados fantasmas dejaran su trabajo, abandonaran sus familias e hicieran gastos de viaje, para tener el gusto de reunirse en Boston con los gachupines, no para marchar inmediatamente a México sino para esperar que un badulaque enviase informaciones sobre el movimiento revolucionario mexicano, y mientras esta información llegaba, estaban haciendo gastos en Boston, habían perdido sus trabajos y abandonado a sus familias. Si esos ciento cincuenta no son unos fantasmas, son unos redomados imbéciles, pues muy bien pudieron ahorrarse tanto sacrificio esperando en casa una buena información, antes de partir para Boston a reunirse con los gachupines.
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¿Se hace necesario que más argumentos sean aducidos para probar que es una falsedad lo de los ciento cincuenta compañeros dispuestos a marchar a México? Pues, bien, allá va este otro argumento: si difícil es reunir ciento cincuenta combatientes, por las razones antes expuestas, más difícil es tener el dinero que se necesita para transportarlos a México, porque no se puede admitir que tal número de hombres tuvieran en su poder $75.00 moneda americana cada uno para pagar su pasaje, más unos $25.00, también cada uno y, en la misma moneda, para adquirir un rifle con una dotación, al menos, de doscientos cartuchos, aparte todo esto de los gastos en comidas durante todo el viaje que, es de cuatro días con sus noches hasta la frontera de México. Raro es el trabajador que pueda reunir semejante suma, y es por esto mismo inadmisible que, en un momento dado, se hubieran reunido ciento cincuenta compañeros para emprender la marcha a México.
No; no han existido esos ciento cincuenta compañeros. Lo que ha existido es la mala fe, la maldad de los rufianes que se cobijan con el sagrado nombre de un grupo anarquista para comprometer un movimiento proletario que todavía no es igualado por ningún otro de la Tierra contra la explotación y tiranía. ¡Traición! ¡Traición! ¡Traición! Judas no ha muerto; Judas vive; Judas reside en Massachusets; madres deformes y desvergonzadas siguen pariendo Judas; y continuarán pariéndolos mientras subsista este sistema que hace posible que los vástagos enclenques de los lupanares más sucios de Cádiz y de Madrid, de Sevilla y de Barcelona, puedan satisfacer su hambre vendiendo a la misma madre que los parió.
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Y como si por argumentos no parásemos, nos parece imposible que a invitación de un grupillo de infelices se hubieran reunido ciento cincuenta compañeros, esto es, ciento cincuenta anarquistas, listos para emprender la marcha a México.
Los que conocemos el movimiento anarquista en los Estados Unidos, podemos afirmar que es imposible que se hubieran reunido en una ciudad ciento cincuenta anarquistas, dispuestos a luchar en México por Tierra y Libertad, aunque la invitación no hubiera partido de un grupillo sin influencia, sin significación como el de Massachusets, que tal vez no pueda reunir media docena de moscas desveladas.
La medida del movimiento anarquista en los Estados Unidos la da el tiro mezquino de la poca prensa anarquista que aquí existe, muy buena prensa indudablemente; pero con muy pocos lectores si se tiene en cuenta que este país contiene más de cien millones de habitantes. Y no es que los compañeros no se muevan vigorosamente para robustecer, para agigantar el movimiento anarquista, que si lo hacen y con una constancia digna de encomio; pero el medio es refractario a nuestros ideales, ésta es la tierra del dollar; aquí el trabajador se siente tan burgués como Rockefeller y Morgan, y el sueño dorado del proletario, casi en lo absoluto, es tener en los bancos algunos ahorros para tiempos difíciles.
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No sin sorna se refieren los asnos de Massachusets a “las tierras ya expropiadas, según los redactores de Regeneración” como para significar que somos embusteros, que los desheredados no han tomado posesión de la tierra desconociendo virilmente el derecho de propiedad que sobre ella, sobre la tierra, pretenden tener los ricos.
En la voluminosa colección de Regeneración se encuentran noticias tomadas de la prensa burguesa de la ciudad de México, relativas a la toma de posesión de la tierra por masas desheredadas que a nadie han pedido permiso para ejecutar ese acto de justicia, y por lo mismo, han obrado como lo haría el mejor anarquista, no uno de los de Massachusets. Y para que no se dijera que tales noticias eran fabricaciones nuestras, hemos tenido especial cuidado de citar el nombre y la fecha del periódico del cual son tomadas, dando así nosotros una muestra de nuestra honradez como luchadores, al mismo tiempo que facilitamos a los que “dudan”, un medio expedito para convencerse de que la Revolución Mexicana es la Revolución Social, pues cualquiera puede pedir a las oficinas de los periódicos citados, los números que contienen las noticias que copiamos o extractamos.
Mas, si todavía no fuera suficiente la multitud de noticias publicadas en Regeneración sobre actos de expropiación de la tierra por los desheredados, véase una recientísima, tomada del diario burgués, El Pueblo1, de la ciudad de México, correspondiente al día cuatro de este mes. La noticia se refiere a la rendición de algunos zapatistas de la Prefectura de Tlalpan, Distrito Federal, distante unos dieciséis kilómetros de la ciudad de México. Dice la noticia en la parte relativa: “El día primero (de noviembre) se presentaron al jefe de las Armas señor Coronel Ezequiel Villar, sesenta y tres individuos con sus respectivas familias a solicitar amnistía, la cual les fue concedida inmediatamente, dedicándose todos estos ex-reaccionarios al trabajo, permitiéndoseles además, que recogieran el maíz y demás cereales que habían sembrado en tiempo de la ocupación de esta ciudad por los zapatistas, esto probará a dichos individuos y al público en general, que el constitucionalismo profesa ideas fraternales hacia los equivocados y los inconscientes”.
Haciendo a un lado la muestra de “fraternidad” carrancista, por esta noticia se comprende con toda claridad que esas familias proletarias que se rindieron ante la abrumadora fuerza carrancista, habían tomado posesión de la tierra, y la habían cultivado. Ahora, se les quita la tierra por los carrancistas para devolvérsela al burgués, y como un acto de “fraternidad” carrancista, se permite a esos pobres campesinos que levanten su cosecha.
Se ve, pues, que no fabricamos noticias, que no es una ilusión la revolución social en México, y que solamente corazones pervertidos pueden dedicarse a obstruir un movimiento que en los corazones normales despierta simpatías y entusiasmo.
¡Otro fantasma!, el individuo que hizo su viaje a México. Si no es un fantasma de la misma clase de los ciento cincuenta reunidos en Boston, es uno de tantos vividores que en lugar de desempeñar la misión que se le confiara se paseó por los lugares en que no había peligro, y desde ellos enviaba cartas mentirosas a los asnos de Massachusets. ¿Quién es ese individuo? ¿Por qué se oculta su nombre, cuando ningún peligro hay en que se sepa, y antes por lo contrario, su publicidad hubiera dado mayores visos de verosimilitud a lo asentado en la carta?
Que el burgués se empeñe en restar apoyo al movimiento mexicano, es lógico; su interés va de por medio; pero que los proletarios hagan el vacío en torno de sus hermanos de clase cuando éstos están comprometidos en una lucha desigual contra el enemigo común, eso no tiene más que un solo nombre: ¡crimen!
Ricardo Flores Magón
1 El Pueblo. Fundado en Veracruz como órgano del carrancismo por Félix F. Palavicini en 1914. A partir del 29 de octubre de 1915 se publicó en la Ciudad de México, bajo la dirección de Rodrigo Cárdenas. Desapareció a principios de 1917.
Compañeros y desheredados en general: Salud.
El enemigo vela; el enemigo no duerme; el enemigo trabaja activamente para dar el golpe de muerte a Regeneración y ponernos a nosotros en presidio.
A la actividad del enemigo, los desheredados debemos oponer nuestra actividad.
La persecución contra Regeneración no es un incidente vulgar en la vida de un periódico, cuya desaparición no afecta sino a intereses particulares. El caso de Regeneración, su desaparición afectaría a la gran causa del Trabajo contra el Capital, especialmente en lo que concierne al movimiento del pueblo mexicano contra sus explotadores y tiranos.
Es necesario salvar a Regeneración. ¡Agitad, trabajadores todos, agitad! Enviad a Washington vuestra protesta, pero pronto, sin tardanza.
Si los tiranos comprueban por la agitación que se haga que el pueblo no ve con simpatía una persecución contra Regeneración y sus redactores, se verán forzados a desistir de sus propósitos.
Así, pues, a moverse, a agitar.
Con pena manifestamos que a nuestros desvelos por sostener con vida a Regeneración, no se corresponde con una liberal ayuda monetaria. Con muchas dificultades logramos publicar cada número, por falta de dinero. Trabajadores: haced a un lado esa indiferencia, y ayudad a vuestro periódico. ¿No seria una vergüenza que muriera por falta de ayuda de parte de aquellos cuyos intereses defiende con entereza?
Vuestro por Tierra y Libertad.
Ricardo Flores Magón.
¡Francisco de León! Quienquiera que escuche este nombre a de pensar que corresponde a un hombre gallardo, de mostachos apuntando al cielo, apuesto, decidor, mujeriego, amigo de camorras y aventuras, casi un Don Juan; pero no: El Francisco de León a quien honro presentándooslo, es un pobre diablo, mercader de zapatos viejos en no recuerdo que rincón de San Antonio, Tex. El Tal ha tenido la ocurrencia de parir un esperpento al que algún nombre tenía que dar, y le ha puesto 30-30 como pudo haberle puesto 41-41. Pero antes de que entre yo en materia, permítaseme decir dos palabras sobre los antecedentes de este borrego disfrazado de león. El animalillo la dio de anarquista emborronando unas cuantas cuartillas para Lucha de Clases, el periódico de nuestros abnegados compañeros de San Antonio; pero sucedió que mientras más emborronaba cuartillas para el periódico anarquista, menos clientes se presentaban a regatear el costo de la mal oliente mercancía. Entonces, nuestro biografiado, decidió abandonar el anarquismo, por improductivo, y ofreciendo su “pluma” a Barbas de chivo, logró que este le enviase tres cuartillas para el 30-30.
Francisco de León esta nervioso: tiene que escribir el primer número de 30-30, y los sesos de almeja no dan de sí. Aspira a dos pulmones el aire cargado de olor a queso añejo, –pues no hay que olvidar que nuestro hombre vive de vender zapatos viejos,– y hallando inspiración en aquel aroma, hace rechinar la pluma sobre el papel con el siguiente título: “El anarquismo, sus consecuencias y los idiotas que lo sustentan.”
¡Cataplum! ¡Por poco se le acaban los de ostión! Fue tal el esfuerzo “cerebral” que tuvo que hacer el pobre hombre para dar a luz este título de su artículo, que… ¡no tuvo remedio! ¡Echo un estornudo cuate!
Si con el título de su articulejo no daña a nadie el mercachifle, mata, en cambio, dos pájaros con una imbecilidad: desahoga narices e intestinos de lo que les hacia daño, y hasta tres, por que arriscando la nariz aspira la fragancia de la tienda y halla en ella la inspiración que se necesita para decir esta barbaridad: “La palabra Anarquismo, significa un sistema completo de libertinaje,…”
Parece que los aromas de la tienda van resultando impropios para la inspiración, por que Don Molusco se equivoca, se equivoca lamentablemente, pues, el anarquismo no es un sistema de libertinaje, sino uno que basado en la Ciencia, nos enseña que todos los seres humanos somos iguales, y por lo mismo, nadie tiene derecho de hacer que los demás le obedezcan, ni nadie tiene la obligación de obedecer, y esto no es libertinaje, esto es: justicia. El sistema capitalista si que es de libertinaje, porque esta basado en la desigualdad social, esto es, en la injusticia.
Dicen que comer y rascar, todo es empezar, y parece que, para Don Molusco esta es una verdad en materia de emborronar papel, porque con la mayor soltura escribe esta otra barbaridad: “…un sistema (el Anarquismo) en el que no podría vivir jamás una sociedad honrada porque estaría expuesta a abusos incalificables, o más bien dicho, sería violada, robada, asesinada, etc., etc.,…”
¡Lástima que los moluscos no tengan orejas, que buen tirón de ellas le daría a nuestro mercader! Ven acá, chico, y escucha; precisamente bajo al Anarquismo es donde una sociedad honrada puede vivir, por que teniendo todos la misma oportunidad para ganarse la subsistencia, no hay ya explotadores. Ves, pues, que el Anarquismo es todo lo contrario de Capitalismo, que es el sistema que actualmente padecemos, y en el cual no puede vivir una sociedad honrada sin ser robada, violada, asesinada, etc., etc.,
Escribiendo está Don Francisco de León, cuando se presenta un cliente. El tal pide un par de zapatos de medio uso, número diez, pues hay que advertir que los cimientos de aquel buen señor pueden sustentar una catedral. El cliente se quita los zapatos para medirse los que, meloso, como buen mercachifle, le alarga Don Ostión, y un aroma que parece salido de un sepulcro, invade la tienda, haciendo el aire irrespirable. Se ajusta el trato: cuatro reales que el cliente paga por unos zapatos que no valen cinco centavos. Tiene razón Don Molusco en trinar contra el Anarquismo, bajo el cual no se cometerán esos crímenes.
Vuelve a la tarea de escarabajear papel, y sin acordarse de que acaba de robar miserablemente al de los potentes cimientos, escribe: “…porque en ese sistema salvaje no hay ley para refrenar esos males (robos asesinos y otros), por lo tanto es imposible vivir en el por estar expuestos a ser victima fue el de las robustas bases de la maldad de este pícaro) y rufianes (en esto se muerde la lengua y salta como si se hubiera sentado sobre una tachuela), que no han comprendido hasta donde llego su estupidez.”
Como fotógrafo no es malo Don Molusco, pues que se ha retratado de cuerpo entero y a maravilla. Sigamos adelante.
Un hombre mal vestido llega a la tienda, sudoroso, encorvado bajo el peso de dos enormes sacos cuyo olorcillo recuerda al queso. Don Ostión deja caer la pluma y vuela al encuentro del recién venido. Este vacía el contenido de los sacos: no es queso son zapatos viejos que el pobre hombre ha recogido de los muladares, en cuya tarea empleo tres largos días. Don Molusco tuerce la nariz, como debe hacer todo buen comerciante que quiera que se le de casi regalada una cosa y pregunta por el precio. El hombre le responde: son cinco pesos, por ser “pa” su “merce” ¡Nada de “árboles!,” dice Don Ostión, y dando a su voz un tono de ultimátum, agrega: doy cincuenta centavos por ese “mugrero.” El hombre tiene hambre, cede y el trato se cierra. Concluida esta honesta operación mercantil, Don Molusco fija en cada par de zapatos, recién comprados, una etiqueta que dice 50cs. Par. Emocionado por el buen negocio que acaba de realizar, Don Molusco toma la pluma y escribe con mano temblorosa, como si acabara de dar a la mala una puñalada: “imagínate caro lector si podríamos vivir en completa anarquía, si solo pronunciar esa palabra nos produce horror y asco.”
Tiene mucha razón Don Alcornoque: en la Anarquía no hay esa clase de negocios, y se tiene que empuñar el pico y la pala para poder vivir.
Don Ostión se aprieta con ambas manos la de cantera; pero no puede sacar de sus sesos (de alguna manera hay que llamar lo que tiene Don Francisco dentro de la cabeza) nada que valga la pena. Por fin se decide a hacer esta preguntita a su lector: “¿Tu crees que puedes vivir sin patria?” ¿Verdad que no? Porque piensas tal vez que el individuo sin Patria no vale nada. ¿No es así evidentemente? Pues esa es una de las ideas del anarquismo, que el individuo debe de renunciar a todo derecho de nacionalidad, a todo derecho de tener patria, porque para ellos no hay mas patria que un miserable mendrugo que les llene el estomago.”
¡Zaz! Otra vez… ¡estornudo cuate! No tuvo remedio; el esfuerzo para producir la tirada anterior, no fue para menos. Pues, bien; como Don Francisco ha de estar esperando todavía la respuesta, porque no tiene lector yo se la voy a dar. Oye bien pedazo de… madera: tú naciste en México, esa es tu patria ¿por qué no vives en ella? ¿Cómo es que puedes vivir fuera de ella? ¿Y que falta te hace? Allá eres un desgraciado muerto de hambre, y en la patria ajena tienes siquiera para llenar la tripa. Si un cataclismo sepultara a México en los mares, tú te quedarías en un frasco vendiendo tus zapatos viejos, sin que te hiciera falta la patria. Ves, pues, pedazo de animal, que se puede vivir sin patria, y que para los más, más fácil vivir fuera de la patria que dentro de ella.
Dices que el individuo sin patria no vale nada. Entonces para ti, el que tiene patria vale algo, pues, permíteme, ilustre almeja, que te diga que, por patriota que sea el proletario, nada vale. Puede hasta romperse los cuernos por la bandera y por la patria, y seguirá siendo tan desgraciado como siempre. La patria no hace valer a nadie, mas que a los ricos, a los políticos, a todos los que están sobre el pueblo. El pobre dice, en su ignorancia; que tiene patria; pero no se ve que saque ventaja de tenerla, pues siempre se le ve ultrajado humillado, explotado y ofendido, sin valor ninguno moral, económico, político, social. El pobre, entiéndelo bien, so bruto, es el mulo de carga en todas las patrias.
Don Cernicalo casi no resuella. ¡Es mucho para un animal haber escrito tanto! Sin embargo, hace acopio de fuerzas; toma la pluma; la moja, y ya pone la primera letra, cuando ¡tras! ¡Tras! ¡Tras! Es una anciana proletaria que golpea enérgicamente el mostrador con un par de zapatos viejos.
-¡Eh! ¿Qué desea?- grita de León sobresaltado.
“Pos,” que me “merque” estos “calcos,” dice la mujer.
-¿Cuánto por ellos? Pregunta de León haciendo el gesto consabido: torcedura de nariz para poder ahorcar al marchante.
“Pos,” ya los está mirando, dice la vieja, -son tintos, de a cinco fierros el par, y apenas tiene una “luyidita” en el “controrte.”
Los zapatos son excelentes, en verdad, pero no logran poner en su lugar la nariz de Don Francisco, quien, afectando no interesarse por la mercancía, dice:
-Aquí están estos diez centavos y vengan acá los zapatos, ¡no quiera pedir los ojos de la cara por cosas que no sirven!
La vieja se indigna y da con los zapatos tal golpe en la cara de Don Francisco, que lo hace ver estrellas. Cuando volvió en sí ya se había marchado la vieja. Clava los codos en el mostrador, se toma la cabeza con ambas manos y piensa convencido: si no fuera por el gobierno que nos ayuda, ¿qué sería de nosotros en manos de la canalla?
Furioso, se embarra saliva en la jeta hinchada, envía mentalmente un saludo a la autora de los días de la digna proletaria, toma la pluma con mano con bolsa, como si fuera a degollar a alguien, y escribe: “Ya comprenderán mis lectores si las ideas de los señores anarquistas serán avanzadas, pues no ven estos infelices más arriba de la nariz.”
¡La nariz! Se conoce que todavía le duele el soplamocos que le propinara la vieja, y que le a dejado más idiota que de costumbre, porque ¡hombre! ¿A quién se le ocurre negar que sean avanzadas las ideas anarquistas? ¿No son última conquista de la filosofía? ¡Vamos animal, no te repita yo otro gaznatón!
Aspira con fruición, con deleite, el fuerte olor a queso añejo que domina en la tienda; saca de un bolsillo del saco grasiento un pedazo de pan frío; lo desembaraza de algunas partículas de tabaco, de borra y de dos o tres cabezas de fósforos que se habían adherido a él; le sopla el polvo con la boca, y, abriendo las mandíbulas como si se fuera a tragar a un anarquista, arremete contra el pan con apetito de náufrago. Como es muy tacaño, se ahorra de comprar un pedazo de queso para comerlo con el pan: Toma otra vez la pluma, y entre bocado y bocado, escribe estos disparates: “El anarquismo no ha tomado incremento entre la clase sensata, entre el pueblo honrado, por que no contiene en todas sus ideas un ápice que trate de beneficiar al caído, mas por el sendero del mal;…”
Se chancea Don Ostión, pues tanto toma incremento el anarquismo entre el pueblo honrado, el que trabaja, el que produce para que él atesore dinero, que las autoridades del Estado de Texas han impedido que se predique la Anarquía en los lugares públicos. Si fuera despreciado por el pueblo el ideal anarquista, no habría suprimido el gobierno la publicación de Lucha de clases, y en cuanto a que no trate de beneficiar al caído, entonces ¿a quién quiere dignificar el anarquismo, sino a los caídos? La anarquía quiere la igualdad, y ¿quiénes se benefician con la igualdad, si no son los caídos? Lo de iniciar al caído por el sendero del mal, es dicho por Don Molusco porque para él es un mal verse obligado a empuñar el azadón en medio de una sociedad de iguales. ¡Ya está acostumbrado a desvalijar al prójimo!
Entra precipitadamente un cliente. Se conoce que se vistió de fugas, porque trae desabrochada la bragueta del pantalón.
-¡Adelante!, Don León, pronto. Medias suelas a mis zapatos, ¿cuánto me lleva por echarlas?
Y diciendo y obrando, se descalza… ¡Ni las moscas aguantan el perfume!, porque atropelladamente se lanza a la calle, golpeando con sus cuerpecillos los rostros de los transeúntes que pasan a lo largo de la puerta de la tienda en este momento crítico.
Don Ostión saborea el último bocado de pan duro, imaginándose que lo come con queso “gruyé.” Se ajusta el precio: seis reales, y los zapatos pasan inmediatamente a las manos del operatorio que trabaja en el rincón. Concluido el trabajo, Don Molusco recibe los consabidos seis reales, de los cuales pasa honradamente quince centavos al obrero que echó las medias suelas. ¡Es natural que Don Molusco odie al Anarquismo, bajo el cual no se pueden cometer sinvergüenzazas de esa clase! Y temeroso de que esté próximo a triunfar, se pone a escribir precipitadamente pestes contra los abnegados compañeros de San Antonio, que han tenido el valor de exponer el Ideal Anarquista en la ciudad más reaccionaria del Sur de los Estados Unidos.
Basta ya de tanto ostión, que el animal es indigesto. Dejémosle regateando zapatos viejos, mientras se llega el momento de colgarlo de un poste telegráfico.
Ricardo Flores Magón.
Ya ven los asnos distinguidísimos de Massachusets que si es cosa fácil mentir, fácil también es destruir la mentira. Imbéciles y cobardes al mismo tiempo, cuando escribisteis vuestra cartita, creasteis que vuestro flagelo, Regeneración, estaba muerto para siempre, y que no tendríamos la oportunidad de embarraros en los hocicos vuestra propia inmundicia.
Como ni por un momento queremos que se nos suponga racistas, esto es, que seamos partidarios de una cierta raza humana con exclusión de las demás, cosa impropia de los que profesamos ideas anarquistas, porque los anarquistas consideramos iguales a todos los seres humanos, sin distinción de raza ni color, bueno es que se tenga en cuenta que, cuando empleamos la palabra “gachupín”, no es para designar al individuo de raza española, raza que, como la francesa, como la inglesa, como la negra, como la china, como la japonesa, como todas las que habitan la madre Tierra, no suscita en nuestro corazón sino sentimientos de simpatía, de amor, de fraternidad. Cuando empleamos la palabra “gachupín”, es para designar a personalidades perversas de la raza española en la que, como en todas las demás, no deja de haber malvados.
* * *
Sigue así la carta de los gachupines de Massachusets: “… tenemos aquí también algunos documentos de conocidísimos compañeros, que nos aseguran que Antonio de P. Araujo salió para España a redactar Reivindicación1 pero aquí está lo más interesante: dicho individuo salió de aquí diciendo que salía para México y al salir dejó grabada en caucho para que los Magones mandaran las cartas a España, que el mismo Araujo recibiría con un nombre supuesto contando que dichas cartas eran procedentes del campo de operaciones en México. ¿No comprendéis?”
Este enredo quiere decir que Araujo no ha estado en México; que en vez de marchar a México, se fue a España a redactar Reivindicación y, la verdad es que no se puede concebir que exista tanta imbecilidad en cabeza humana, aunque sea una cabeza de gachupín.
No a cien, sino a miles de compañeros, les consta que es una realidad el viaje de Antonio de P. Araujo a México. Muchos compañeros residentes en los Estados Unidos tienen en su poder cartas y tarjetas postales escritas con el puño y letra de Araujo de distintas partes de México, y en cuyos sellos puede verse que las cancelaciones han sido hechas por las diversas oficinas postales mexicanas, donde iba depositando su correspondencia. Pero si se duda todavía, el modo más fácil de comprobar lo que decimos, es hacer que algún compañero vaya a México y pida informaciones de Araujo a Emiliano Zapata.
De esta manera se conseguirían dos cosas: demostrar que los “conocidísimos” compañeros de los gachupines de Massachusets son unos redomados embusteros, y comprobar que cuanto hemos dicho sobre las pláticas de Araujo con Emiliano Zapata es la verdad.
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Cuando Juan Francisco Moncaleano, aprovechándose del hecho de estar presos en la Isla de McNeil, Librado Rivera, Anselmo L. Figueroa, Enrique Flores Magón, y el que esto escribe, quiso apoderarse de Regeneración para su provecho personal, su despecho fue grande al verse descubierto en sus pretensiones y entonces, como recordarán los lectores de Regeneración de aquella época, Moncaleano se soltó injuriando y calumniando como quien da palos de ciego, a los compañeros Blas Lara2 y Teodoro M. Gaytán3, representantes de la Junta mientras los miembros de ésta permanecían en la prisión, y a los prisioneros igualmente. Entonces Moncaleano, entre otras mentiras, echó a volar una, la más gorda de todas, la que no puede ser tragada por ningún tragadero, pero que, a los gachupines de Boston y a sus hermanos de Mahón, les parece muy a propósito para hacer añicos de un porrazo, nuestra reputación revolucionaria. Otro papelucho que acoge con cariño cuanto de insultante y calumnioso se publica contra los hombres que formamos la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, es el periódico político La Justicia Social4, de Reus, España. Como periódico partidario del principio de autoridad, tiene forzosamente que ser enemigo nuestro, pues mientras que ese periódico cree que es necesario que haya alguien que gobierne al pueblo, nosotros creemos que nadie debe mandar a nadie. De esta diferencia de opinión nace un odio irreconciliable que nos profesa ese periódico, odio que encuentra buenas todas las armas que contra nosotros halla al paso. Por lo demás, agradecemos a La Justicia Social que nos odie. Ese odio nos honra. En cambio, su simpatía nos envilecería: hay fraternidad de zahúrda que causa sonrojo. Además, no queremos tener relaciones de ninguna clase, con los vástagos enclenques de ciertos lupanares de España. Pueden, pues, los “señores” regenteadores de La Justicia Social, de Reus, España, continuar atacando. Del campo enemigo no debemos esperar apretones de manos, sino coces.
La mentira echada a volar por Moncaleano es ésta: dice que Blas o Teodoro, pues parece que no ha podido determinar todavía quien de nuestros dos representantes fue, le propusieron, para hacer negocio, que no se diera a conocer en Los Ángeles, sino que con Blanca, la mujer del payaso de la Escuela Moderna, se fuera a vivir fuera de la ciudad, y que desde donde estuvieran enviaran noticias sobre la Revolución Social, y con solo eso llegaría tanto dinero a la oficina de Regeneración, que bastaría para pagar el déficit que pesaba sobre el periódico. He aquí cómo se expresan los gachupines de Massachusets a este respecto: “Esta misma proposición se la han hecho a un compañero de aquí, diciéndole que fuese a vivir fuera de la localidad él y su familia y que sus gastos serían costeados por los fondos de Regeneración con tal que escribiera semanalmente unas notas de la “revolución”, constando que venían del campo de la lucha. Dicho compañero se negó a ser instrumento de tal estafa”.
* * *
Esta mentira causa risa, porque el pobre Moncaleano será rufián manoseador de niñas de diez años de edad, y todo lo que se quiera, menos escritor, y nuestros compañeros Blas Lara y Teodoro M. Gaytán tienen el juicio necesario para no confiar a un individuo tareas que no pueda desempeñar. Moncaleano puede hilvanar difícilmente unas cuantas palabras. Como buen gachupín, es bruto por excelencia, y, buen escritor que hubiera sido, Regeneración no necesita inventar noticias como ha quedado plenamente demostrado, no sólo al principio de esta ya larga contestación a los majaderos de Massachusets, sino con la colección entera del periódico en la que se ve que cada noticia que se publica, es referida al periódico de donde se toma. No había, por lo mismo, necesidad alguna, de solicitar los servicios de Moncaleano para que fingiera enviar noticias del campo de la lucha, cuando en realidad se estaban recibiendo, y en abundancia. Además, ¿con qué dinero se iban a pagar los gastos de semejante servicio, cuando el periódico vivía, como siempre, en medio de las mayores dificultades?
* * *
En realidad, nunca se propuso tal cosa a Moncaleano. Suponiendo que no fuéramos honrados en nuestras informaciones, que retamos a cualquiera que nos lo pruebe, no existió nunca la necesidad de tener que encomendar a un pelagatos la tarea de confeccionar noticias revolucionarias. Revísese con cuidado la colección de Regeneración y se podrá ver si alguna vez ha existido la necesidad de inventar noticias. Siempre se ha dicho de qué periódico se toman, para que los que tengan “dudas”, busquen esos periódicos que, por lo demás, es fácil encontrar, porque siempre nos referimos a su fecha y lugar donde se publica.
* * *
En esta contestación hemos procurado no pasar por alto ninguna afirmación hecha por nuestros enemigos. Nuestro empeño, muy justificado por lo demás, es que quede depurada la verdad de una vez por todas. Y que queden deslindados de una vez los campos. Trabajadores como somos en la tarea de orientación del movimiento revolucionario mexicano, es nuestro deber demostrar que obramos de buena fe, que nuestros procedimientos en la lucha han sido siempre honrados y que de nada tenemos que avergonzarnos, ni nadie tiene derecho a señalarnos con el dedo. Nuestro pasado es un libro abierto a todas las miradas, a todas las investigaciones. No hay secretos, no hay rincones donde pudiera esconderse la indignidad. Veintitrés años puestos al servicio del oprimido contra el opresor, sirven siquiera para indicar que nuestra vida ha sido empleada en cosas más útiles para la humanidad que la invención de mentiras. Así, pues, adelante. (Continuará)
Ricardo Flores Magón
1 Reivindicación. «Defenderá la Revolución expropiadora de Méjico y publicará literatura de Regeneración Social». Sabadell, Barcelona, Esp. (3 de junio de 1915-1916) Dir. Eusebio Carbó. Aparecieron artículos bajo la firma de Carbó, RFM, Jamie Aragó, Higinio Noja Ruiz, Enrique Llobregat y Eliseo Reclús. RFM era su «agente para Ámerica» y lo consideraba «un buen amigo de la Revolución Mexicana». Promovió sin éxito la formación del PLM Rama Española a principios de 1916. Regeneración reprodujo algunos de sus artículos como «Regeneración» (215,3); «Seamos francos y nobles» (217,2) «El Carácter de la Revolución Mexicana (218, 2); «Insisto en lo mismo. La revolución de México es económica» de Enrique T. Chas. (231, 1) «¡Anarquistas, alerta! (235; 1). En julio de 1916, Regeneración anuncia la tercera época de Reivindicación, nuevamente editada en Barcelona » debido a que el grupo de compañeros que lo publicaba en Sabadell se ha dedicado a organizar un grupo de quinientos camaradas abnegados que con la acción o la propaganda vayan a México a ayudar al proletariado de dicha región a emanciparse» (240, 3)
2 Blas Lara Cáceres. Obrero jaliciense. En Guadalajara fue repartidor del semanario Aurora Social de Roque Estrada y fundador de la Unión de Canteros y Albañiles. Emigró a Estados Unidos en 1903. Dos años después se incorporó a la Liga Socialista de Fort Bragg, Cal. A través de Lázaro Gutiérrez de Lara estableció contacto con el PLM. En 1908, viviendo en San Francisco, California, colaboró con el Comité de Defensa de Presos Políticos de Chicago. En julio de 1911, se trasladó a Los Ángeles y se integró a la redacción de Regeneración. En este año realizó viajes de propaganda promoviendo la organización de Grupos Regeneración en Texas. En octubre publicó una carta titulada “Una carta para un leader”, en la que manifiesta su indignación por la adhesión al maderismo de Ramón Morales, su antiguo compañero y maestro -“por ud. conocí la lucha de clases.” En junio de 1912, Lara participa muy activamente en las movilizaciones de protesta que se realizan en el momento mismo en que el juez Olin Wellborn sentencia a RFM, EFM LR y ALF a un año y 4 meses de cárcel en el presidio de McNeil Island. Al conocerse la condena una muchedumbre atacó a los policías que cuidaban la corte siendo dispersada a macanazos. La muchedumbre marcha entonces hacia la calle Maine gritando consignas revolucionarias ahí se les une el contingente de la sección angloamericana de los IWW. El zafarrancho dura una hora, pero aun después de que la policía dispersa a los manifestantes algunos de ellos se dirigen a La Platica donde se realiza un mitin. Ahí Blas Lara toma la palabra. En julio de 1912, Blas Lara, William Owen y Trinidad Villarreal realizan diversos esfuerzos por obtener la revocación de la sentencia de los presos de la JOLPM. Apelan el fallo, cuando la solicitud es denegada. buscan presionar a Washington a través del senador por California John Nolan; este les hace vagas promesas pero les dice que en Washington cualquier asunto – según Lara- “avanza rápidamente si había mucho dinero, más lentamente si había poco y no avanzaría en lo absoluto si no había nada.” Mediante un texto manuscrito y firmado, RFM, EFM, LR y ALV delegan la representación de Regeneración, en Blas Lara, Francisca J. Mendoza y Rafael Romero Palacios, mientras ellos purgan su condena en McNeil. En el semanario aparecen algunos artículos firmados por Lara, como “Avanzando”, en el que saluda a las guerrillas que se han insurreccionado contra Madero, confiado en que los levantados pronto se deslindarán de jefes, como Pascual Orozco. Tras la ruptura entre los magonistas, primero con Palacios, y luego, con el grupo de Moncaleano y Carmona, Blas Lara trabaja arduamente para sostener e imprimir el semanario. Lo acompañan en la tarea Teodoro M Gaitán, Antonio P. Araujo y W. C. Owen. A la salida de la cárcel de los dirigentes del PLM, Lara hace labor de organizador y propagandista: fomenta la creación de grupos Regeneración en el área de Los Ángeles, como en Irwindale o el Puente y participa como orador en diferentes mítines. En mediados de 1914, Blas Lara se moviliza a Arizona en “gira de agitación” y desarrolla intensa actividad por la libertad de Rangel, Guerra y los «mártires de Texas». A fines de 1916, Blas Lara se separa del grupo editor por problemas con EFM. En enero de 1917, Lara actúa en el papel de Ramón en el estreno del drama “Tierra y Libertad” de RFM, en el T. M. A. Hall de Los Ángeles. Tras la separación de los hermanos Magón, Lara toma partido por Ricardo. En marzo de 1918, participa en la campaña de defensa de Raúl Palma. En 1954 publicó sus memorias bajo el título de La vida que yo viví. Novela histórico-liberal de la Revolución Mexicana.
3 Teodoro M. Gaitán. Residente de Phoenix, Ariz. En 1908, tras los acontecimientos de Viesca, Las Vacas y Palomas, vivió clandestinamente en Albuquerque, N. Méx. con su esposa Carmen Castillo, Práxedis G. Guerrero y EFM. Los cuatro liberales se hacían pasar como la familia Morán. Gaitán y Enrique trabajan como peones de albañil. En enero de 1911 se encontraba en California, donde participó en la organización del Grupo Regeneración Praxedis Guerrero de Tumco; desde ahí envío a Regeneración un texto en tributo a la memoria de Guerrero. Participó en la toma de Tijuana, B. C. el 22 de mayo de ese mismo año. Junto con Antonio de P. Araujo, formó la comisión de gobierno designada por la JOPLM para tratar las cuestiones civiles en esa plaza. En diciembre, realiza una gira por la franja minera de Arizona, haciendo los preparativos para una incursión armada en Sonora. Sus movimientos fueron seguidos de cerca por los agentes del gobierno mexicano, como Julio Mancillas, infiltrado en el grupo liberal de Phoenix. A partir de 1912 se integró a la redacción de Regeneración. Entre junio de 1912 y junio de 1914 se encargó de la administración del semanario. En marzo de 1913, Juan F. Moncaleano, Pilar A. Robledo, Pedro Soto Ramírez y Rómulo S. Carmona, intentaron arrebatar la administración del semanario a Blas Lara y Teodoro M. Gaitán, estos recibieron el apoyo de los presos de McNeil. En noviembre de 1913, Gaitán publicó una protesta por el silencio que sobre la Revolución Mexicana sostenía la prensa ácrata de distintos países: “¿Por qué ese silencio? ¿Por qué esa acción? Es muy fácil comprenderlo. Porque, el movimiento que actualmente está en toda su fuerza en desarrollo en México fue comenzado por mexicanos.” Gaitán fue tesorero del “Rangel-Cline Defense Found”. Autor del folleto The Mexican Revolution 1906 – 1914 , que distribuyó el PLM. Organizó la publicación de la declaración de Paul Smith, acerca de los falsos testimonios orquestados por la fiscalía en contra de los miembros de la JOPLM. Se separó de la redacción de Regeneración en junio de 1914 para “atender su quebrantada salud” y viajó a Phoenix, Ariz. Tan sólo un mes después, Gaitán es detenido, acusado de participar en los preparativos de una insurrección en Phoenix. Salió libre en noviembre del mismo año. Mantuvo contacto con la JOPLM hasta 1918.
4 La Justicia Social. Reus, España (1911-1914). Semanario socialista, vinculado a la Unión General de Trabajadores (UGT), partidaria de un sindicalismo moderado.
El trabajo que he venido desempeñando por más de dos meses, ha quebrantado mi salud de tal manera que mis condiciones físicas son verdaderamente delicadas. La piel envolviendo los huesos: eso es lo que me queda.
En vista de mi condición, el médico me ha aconsejado que descanse unas seis semanas cuando menos, para que pueda ponerme en buenas condiciones, de manera de poder continuar mis trabajos.
Yo no quisiera descansar porque creo que el deber del que lucha es entregarse por completo a ella hasta rendir el último aliento; pero amigos míos muy queridos me piden que descanse, que me medicine y me cuide durante las seis semanas que me aconseja el médico. Así lo haré, y me concretaré a escribir uno o dos artículos cada semana para Regeneración, pues me aconseja el doctor que haga el menor trabajo intelectual posible.
Al saber mis amigos residentes en la ciudad la situación en que me encuentro, se apresuraron a ayudarme, poniéndose la cantidad de $13.80 por la que les doy las gracias.
Dicha cantidad fue reunida así: “Centro de Estudios Racionales”1, $2.00; compañera Zavala2, $3.00 (estas dos cantidades me fueron entregadas por el compañero Luis Pérez)3; Justa Monreal4, $2.00; Anita Monreal5, $0.10; El Chileno, $0.50; Ascensión Martínez $4.00; Antonio Villegas, $1.00 miembros de los grupos “Armonía y Solidaridad”6 y “Los sin Fortuna”7, $1.20. Total: $13.80.
Doy las gracias a mis amigos que en estos momentos críticos para mí me dan muestras de su simpatía y cariño fraternal.
Ricardo Flores Magón
1 “Centro de Estudios Racionales”, fundado por Quirino Límón, Nicolás Becerra, Onofre A. Celaya y Pedro Pulet, en Los Ángeles. Funcionó de 1912 a 1918. Sesionaba en la calle Boston 914, compartiendo un edificio con la Casa del Obrero Internacional.
2 Francisca Zavala. Los Ángeles, Cal. Miembro de La Casa del Obrero Internacional. Como tal suscribió la protesta contra «la prisión de 50 compañeros que se encuentran procesados en las cárceles de Cuba» del 23 de febrero de 1913 (130, 3). Perteneció al Centro de Estudios Racionales (1912-1918). Firmó la Protesta contra el gobierno de Argentina por la represión a los grupos libertarios del 5 de enero de 1913. (124, 4). Probable compañera de Epigmenio Zavala.
3 Luis Pérez. Los Ángeles, Cal. Secretario del Centro de Estudios Racionales, como tal dirige una carta (27 de febrero de 1916) a Venustiano Carranza, exigiendo la liberación de Aniceto Pizaña, entonces preso en Matamoros, Tam. Suscribió la carta abierta «A los I. W. W.» en protesta por el artículo publicado en El Rebelde el órgano de la rama de habla española de esa organización afirmando que los miembros de la JOPLM eran enemigos de la IWW. Publicada en 13 de mayo de 1916. (238, 1). Publicó «Consejos sanos a los trabajadores, una defensa del Manifiesto del 23 de septiembre de 1911» (241, 1).
4 Justa Hernández de Monreal (¿?-¿?). Miembro de una familia mexicana de Florence, California, varios de cuyos miembros fueron muy activos militantes del Partido Liberal Mexicano. Casada con Santana Monreal. Dos de sus hijos murieron muy jóvenes: Julia, quien fue una propagandista adolescente muy activa en Florence, falleció a causa de la tuberculosis el 18 de marzo de 1915; Carlos, “Charlie”, murió en junio de 1917. Sus otros hijos, Antonio y Guillermo, “Willie”, militaron respectivamente en Santa Paula, California, y en Phoenix, Arizona. En 1916, el matrimonio Monreal suscribió el manifiesto “A los trabajadores del mundo, y, en octubre de 1917, se distinguió por su apoyo a Enrique Flores Magón en ocasión de un accidente de trabajo. Justa contribuyó económicamente con Regeneración entre 1913 y 1918.
5 Anita Monreal (¿?-¿?). En 1915 participaba en el Centro de Estudios Racionales de Los Ángeles, y colaboraba con las campañas de apoyo económico para la defensa legal y para cubrir los gastos médicos de Ricardo Flores Magón. En 1918 seguía unida al grupo editor de Regeneración y apoyó la defensa de Raúl Palma.
6 Grupo Armonía y Solidaridad (Los Ángeles, Cal.) 1915-1917. Junto con el Grupo “Los Sin Fortuna” y el Centro de Estudios Racionales constituía el nucleo de activistas y simpatizantes de la JOPLM en esa ciudad. Promovían bailes, conferencias, mítines y otras actividades solidarias. Nicolás Becerra, secretario. Miembros: Luis Pérez, Ramón M. Álvarez, J. Martínez, E. Pérez, W. Wimer, S. Sinaltar, J. Álvarez y Epigmenio Zavala.
7 Grupo Los Sin Fortuna. (Los Ángeles, Cal.) 1915-1917. Junto con el Grupo “Armonía y Solidaridad” y el Centro de Estudios Racionales constituía el núcleo de activistas y simpatizantes de la JOPLM en esa ciudad. Secretario Raúl Palma. Miembros A. Martínez, Epigmenio Zavala, C. Romo.
Cerca de mes y medio hace que algunos gobiernos extranjeros, encabezados por los Estados Unidos, escogieron a Venustiano Carranza para gobernante del pueblo mexicano y en ese mes y medio no se ha notado que disminuya la actividad revolucionaria. Carranza aseguró que tan pronto como fuera reconocido su gobierno por los gobiernos extranjeros, los jefes de las otras facciones revolucionarias le rendirían sus espadas. Ciertamente que algunos infelices así lo han hecho; pero esas pequeñas traiciones parece que no han tenido el alcance que de ellas se esperaba porque los diarios burgueses, y sobre todo The Times, de esta ciudad, nos relatan a diario la actividad revolucionaria que se hace sentir en muchos Estados de la República Mexicana.
Combates en Sonora, combates en Chihuahua, combates en Durango, combates en Sinaloa; Los Mochis, asiento de una de las más poderosas compañías americanas en el Valle del Fuerte, Sinaloa tomado por los compañeros de la tribu Mayo, y los llamamos compañeros, porque son expropiadores, porque no respetan el derecho de propiedad privada ni esperan a que se las de. Ellos toman de donde hay.
En los Estados de México, Jalisco, Michoacán, San Luis Potosí, Zacatecas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Morelos y otros, hay combates diariamente entre “bandidos” y las fuerzas leales, como se estila llamar a las huestes de Venustiano Carranza, según puede verse en los periódicos El Pueblo y El Demócrata, de la ciudad de México. El Dictamen1, de Veracruz y La Voz de la Revolución2, de Mérida, Yucatán. Ocasionalmente se da la noticia de la rendición de tal o cual cabecilla sin importancia o de partidas pequeñas de revolucionarios que, por razones de táctica, tienen que aparentar sumisión mientras se ven fuera del alcance de sus numerosos y feroces enemigos.
En resumen: la convulsión continúa a pesar de la inmensa fuerza moral que el reconocimiento le ha dado a Venustiano Carranza, a pesar del grande auxilio que Carranza ha recibido de los Estados Unidos para aplastar a Villa, auxilio que ha consistido en dos cosas importantes: la libre entrada de armas y municiones de guerra para fuerzas carrancistas, y el libre paso de tropas carrancistas por territorio de los Estados Unidos para batir a las fuerzas de Francisco Villa que operan en el Estado de Sonora.
Por lo antes expuesto, se deja sospechar que está en perspectiva un nuevo fracaso de Wilson en su política sobre México; se ve que Carranza no podrá dominar la situación, y otra cosa más importante se ve, y es la comprobación, por medio de los hechos, de que los destinos del pueblo mexicano ya no dependen de la voluntad de un caudillo que con mano de hierro quiera conducirlos.
Congratulémonos, compañeros. Un gobierno estable daría como resultado el aplazamiento indefinido de la realización de nuestros ideales anarquistas, que son los consignados en el Manifiesto del 23 de Septiembre de 1911, porque ese gobierno tendría fuerza para imponer los principios del sistema capitalista, con exclusión de los demás; tendría fuerza material bastante para sofocar las ansias de libertad de los trabajadores conscientes.
Este es un nuevo fracaso de la política que sobre México ha seguido Woodrow Wilson, y de fracaso en fracaso seguirá su loca carrera hacia el ridículo, y todo por querer arreglar dentro de cuatro paredes, un problema que solamente los trabajadores pueden arreglar, el del Hambre, cuando todos tengan la entereza de reconocer que el derecho de propiedad privada es la causa de todos los males que afligen a la humanidad, y que hay que abolir ese derecho inicuo por el único medio que tenemos a la mano y que no es otro que la expropiación de toda la riqueza social para el bien de todos.
Sigamos adelante.
Ricardo Flores Magón
1 El Dictamen. Veracruz Ver. Fundado en 1898 por Francisco J. Miranda. En 1912 lo compró Juan Malpica Silva, quien lo dirigió durante 47 años. Fue suspendido el 10 de enero de 1914 tras exigir la renuncia de Victoriano Huerta. Reanudo su publicación el 26 de abril, cinco días después de la ocupación estadounidense del puerto. En noviembre de ese año, tras la salida de las tropas extranjeras y la entrada a la ciudad por el Constitucionalismo, adoptó una posición procarrancista. Es el diario más antiguo de México que se sigue publicando.
2 La Voz de la Revolución. Diario publicado en Mérida, Yucatán, a partir de marzo de 1915, con prensas incautadas a La Revista de Yucatán por el gobernador Salvador Alvarado. Fue portavoz del constitucionalismo en la península. Su primer director fue Antonio Ancona Albertos y después fue dirigido por Antonio Mediz Bolio. Se suspendió su publicación en diciembre de 1919.
Hay seres malvados que se complacen en calumniar. La calumnia debe ser para ellos una especie de golosina, algo que les proporciona placer, y como la calumnia es lo más inmundo, lo más sucio que pueda existir, esos seres depravados que gozan con la calumnia, son marranos, verdaderos marranos cuyo placer estriba en el acto de hundir la trompa en el lodo y con las pezuñas hendidas salpicar cieno a diestra y siniestra. Así, nuestros gachupines, se complacen en jugar con cieno. La carta famosa sigue de esta manera: “Aquí los que escribían Regeneración pues nada menos que con su déficit, compraron una grande extensión de terreno en el que trabajan, no ellos, sino diez trabajadores, que son villanamente explotados, haciéndoles creer que los productos de la finca son para la Revolución Mexicana”.
* * *
¿Dónde está ubicada esa gran extensión de terreno que hemos comprado? ¿Quiénes son esos diez trabajadores a quienes explotamos villanamente haciéndoles trabajar esa gran extensión de terreno?
Ni la gran extensión de terreno existe, ni existen tampoco esos diez esclavos que, por no existir, entran en la categoría de fantasmas y pasan a aumentar el número de aquellos ciento cincuenta fantasmas de Boston que estaban dispuestos a empuñar el rifle.
No, no hay esa gran extensión de terreno ni existen esos diez esclavos; lo que hay es la mala fe de enemigos gratuitos, a quienes ningún mal hemos hecho, con muchos de los cuales ni siquiera hemos cruzado una palabra, y que nos odian con el odio más irracional que pueda existir. Nos odian porque no somos como ellos, porque somos honrados, no porque nosotros lo decimos, sino porque los hechos nuestros lo demuestran: las tentaciones no nos han hecho caer; las persecuciones no nos han doblegado. Hemos pasado por todas las pruebas en nuestra larga vida de rebeldes, sin que haya nadie que pueda decir: tal día se vendieron, tal otro se rindieron.
* * *
Esta conducta limpia, choca a todos los insignificantes, a los que por pequeños no pueden abrigar ni siquiera la esperanza de ser tentados, que bien lo apetecen.
Tan pequeños y tan mezquinos son nuestros enemigos, que el enemigo común los ve con desprecio; los hombres se ríen de ellos y pasan por la vida sin dejar más rastro que el que van marcando sus desahogos corporales.
Seres tan mezquinos tienen que ver con odio a todo aquel que por sus hechos cuenta con la simpatía de los oprimidos. Ellos quisieran contar con esa simpatía, porque la convertirían en dinero, y no lográndolo por incapacidad e insuficiencia, los trastorna el despecho y se entregan a toda clase de infamias, hasta la de procurar por todos los medios posibles que el trabajador mundial, deje sin ayuda a los que se afanan por orientar el movimiento mexicano hacia el comunismo anarquista.
* * *
No hay tal extensión de terreno ni los diez esclavos bajo nuestro dominio. La imprenta y las oficinas de Regeneración así como las pobres casas que habitamos los que formamos este grupo editor, se encuentran en un terreno de cinco acres de extensión, y tenemos que pagar mensualmente una renta de veinticinco dólares, como quedará convencido todo aquel que desee ver los recibos que tenemos en nuestro poder. Nada, pues, tenemos en propiedad, ni un centímetro cuadrado de terreno, y en cuanto a la historia de los diez esclavos, se refiere indudablemente a nosotros mismos, a los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano y del grupo editor de Regeneración que, para ganar nuestra vida, labramos esos cinco acres de tierra, y no llegamos a diez individuos, pues los trabajadores permanentes de la Junta y del grupo editor somos cinco individuos: Librado Rivera, Enrique Flores Magón, Trinidad Villarreal1, José Flores2 y Ricardo Flores Magón. Nosotros somos los esclavos que nos deslomamos trabajando, como a todos nuestros amigos de Los Ángeles les consta, y no los diez fantasmas a que se refiere la carta de los gachupines de Massachusets. Los cinco compañeros arriba citados somos los que, con nuestra constancia, con nuestro desinterés, con nuestro arrojo para hacer siempre frente a la miseria y a la persecución, sostenemos con vida estos dos organismos importantes y de significación en el movimiento revolucionario: la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano y el grupo editor de Regeneración.
* * *
¿Dónde están, entonces, esos diez trabajadores a quienes explotamos villanamente? Y esa gran extensión de terreno que tenemos en propiedad. ¿Dónde está?
Todo lector serio e inteligente se habrá venido convenciendo de que no hay justicia para atacar a los individuos que formamos la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano y el Grupo Editor de Regeneración, y que, si se nos ataca, no se hace con el propósito de servir a la verdad, sino con el torcido empeño de dejar aislado al trabajador mexicano en la lucha que tiene emprendida contra sus verdugos, que son los verdugos de la humanidad.
Esos ataques provienen de individuos que se dicen anarquistas. ¿Podemos realmente considerar como anarquista a quien ejecuta actos contrarios al ideal anarquista? ¿Puede ser considerado anarquista quien con sus hechos pone obstáculos a la marcha del anarquismo? Indudablemente que no son anarquistas ni los mentecatos que componen el grupo “Fraternidad”, de Boston, Massachusets, ni los pobres diablos que les sirvieron de corresponsales y que residen en esta ciudad de Los Ángeles, Moncaleano y pandilla, ni los pelagatos de la cloaca El Porvenir del Obrero, de La Justicia Social, de Acción Libertaria y otros papeluchos de la misma calaña.
* * *
Sigamos leyendo la carta de los gachupines de Massachusets: “Tendríamos mucho, muchísimo que escribir -siguen diciendo-, pero vosotros mismos podéis sacar la cuenta. Existen hoy en la República de México cinco presidentes, pues el que conquista un pueblo (siempre con la sangre de los trabajadores) se erige presidente”.
Con eso de los cinco presidentes, quieren hacer entender los pobres asnos de que lo que hay en México es un movimiento que nada tiene de anarquista, cuando lo que prueba el hecho de existir al mismo tiempo tal número de presidentes, es que el principio de autoridad se encuentra de tal manera relajado que no puede constituirse un gobierno fuerte, y eso, amigos asnos, debe congratularnos a todos los que nos sentimos verdaderamente anarquistas, a todos los que queremos que nuestros ideales ganen terreno, y ¿qué mejor oportunidad, tanto para la propaganda por medio de la palabra, como por la del acto, que cuando la autoridad debilitada, no puede entregarse a las represiones?
* * *
Si los pollinos de Massachusets fuesen realmente anarquistas, y si anarquistas fueran los marranos que estampan las pezuñas en El Porvenir del Obrero, mejor que criticar los actos de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano y del Grupo Editor de Regeneración, actos guiados por un sincero fervor revolucionario, y de hacer mofa de la actitud viril del trabajador mexicano, actitud no superada todavía por la de ningún otro trabajador en el mundo, pondrían todo su empeño en fomentar el movimiento mexicano, en procurar que no sea acaparado, absorbido por los partidarios del principio de autoridad. Pero en lugar de hacerlo así, se nos ataca a nosotros que, quiérase o no se quiera somos los orientadores de ese hermoso y trascendental movimiento emancipador, pues a los trabajos y a los sacrificios de los miembros del Partido Liberal Mexicano se debe el gran progreso revolucionario alcanzado en México, y se nos ataca porque nacimos en México, porque somos indios, y el indio, según el criterio gachupín, es un individuo de mentalidad inferior, bueno para trabajar bajo la mirada brutal del capataz, excelente para vivir encorvado en el surco bajo el látigo del negrero, negrero gachupín, naturalmente; pero incapaz de concebir en sus nebulosas cerebraciones un solo proyecto de emancipación, la idea más vaga de libertad.
(Continuará)
Ricardo Flores Magón
1 Trinidad Villarreal. Poco se sabe de quien fuera miembro del último grupo editor de Regeneración. Entre 1907 y 1913 participó en la organización de varios grupos ligados al Partido Liberal Mexicano, como el Club Liberal “Santos Degollado” de Metcalf, Arizona (diciembre de 1907); el Grupo Regeneración de Hico, Texas (enero de 1911) y el Grupo Regeneración “Práxedis Guerrero de Tumco, California (febrero de 1911). En febrero y marzo de 1913 firmó varias protestas y manifiestos como miembro de la Casa del Obrero Internacional de Los Ángeles, California. En mayo fue fundador del Grupo Regeneración Los Rebeldes de Los Ángeles, California, cuyo secretario era Odilón Luna. A mediados de 1913, Trinidad Villarreal, junto con Blas Lara y William Owen, luchaba por la libertad de los hermanos Flores Magón, Librado Rivera y Anselmo I. Figueroa, presos en McNeil Island. En diciembre de 1915, era uno de los cinco miembros del grupo editor de Regeneración —los otros cuatro eran: los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón y Librado Rivera y José Flores. Los cinco vivían en una comuna en los Ángeles, donde labraban cinco acres de tierra y donde, además de sus habitaciones, se localizaba la imprenta y las oficinas del periódico. Cuando en febrero de 1918, el grupo se dividió a causa del caso de Raúl Palma, acusado del asesinato de un comerciante, Villarreal optó por el grupo dirigido por EFM, el Grupo Adelante.
2 José Flores. Los Ángeles, Cal. Miembro del grupo «Armonía y Solidaridad», del Centro de Estudios Racionales y del grupo editorial de Regeneración (1915-1918). Firmó la Protesta contra el gobierno de Argentina por la represión a los grupos libertarios del 5 de enero de 1913. (124, 4). Suscribió la carta en contra de Rafael Romero Palacios del 25 de febrero de 1914 (179, 3) y la protesta «A los trabajadores del Mundo”, suscrita el 19 de diciembre de 1915 por un centenar de residentes de Los Ángeles., en contra de lo publicado por El Porvenir del Obrero de Mahón, España, el 14 de octubre de ese mismo año, sobre una supuesta compra de terreno por los miembros de la JOPLM. Así como el llamado «A los I. W. W.», emitido el 10 de mayo de 1916, para rechazar lo asentado en El rebelde, órgano del Local 602 de esa organización obrera. José Flores, junto con Enrique Flores Magón, Trinidad Villarreal, Rafael Brousse García y Teresa Brousse, se separó del grupo editor de Regeneración en febrero de 1918.
La carta de los gachupines de Massachusets termina de esta manera: “Si necesitáis algunos datos, vosotros o algún grupo o federación anarquista, podéis escribirnos a este grupo.
“Un fraternal saludo a los buenos y contad en todo lo que al ideal pueda ser útil con este grupo. Si deseáis que la verdad florezca y que los explotadores se acaben, comunicad este asunto con los demás grupos y federaciones, pues será más fácil la comunicación que a nosotros, contando siempre a vuestro lado con este pequeño grupo de compañeros.
Grupo Fraternidad”
P.O. Box 43, Hanover street, Station, Boston. Mass, USA”.
Por la lectura de estos últimos párrafos de la carta, se descubre que los asnos de Massachusets han desplegado una actividad bastante grande en su triste obra de denigrar el movimiento revolucionario que sacude a México. Este trabajo cobarde estuvo haciéndose en el misterio, subterráneamente, en los momentos en que la Junta no podía defenderse y habría continuado esa labor de hormiga contra la Junta, contra Regeneración, y contra el movimiento revolucionario mexicano, si un puñado de abnegados anarquistas españoles no hubiera tenido la idea de publicar un periódico, Reivindicación, que combatiera, como lo ha hecho con laudable acierto, a todos aquellos que han tratado de amontonar basura sobre actos revolucionarios sin precedente en la historia del proletariado, y de enlodar la reputación de los que nos hemos empeñado en encauzar el movimiento mexicano por el sendero del comunismo anarquista.
El mérito de Reivindicación es grandísimo, porque salió a la luz en los momentos en que parecía que la calumnia había triunfado; cuando, forzoso es confesarlo, muy raro era aquel que se atrevía a declararse en favor de los rebeldes mexicanos, y en los periódicos anarquistas se hacía el silencio más completo alrededor de todo lo que trascendiera a Revolución Mexicana. Se hablaba de dicha revolución, pero para condenarla, y condenar, de paso, a los individuos que formamos la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. De vez en cuando, aparecía en algún periódico anarquista algo favorable al movimiento mexicano; pero parecía como si se tuviera vergüenza de declararse abiertamente a favor de dicho movimiento, y como si se temiera ser objeto de ridículo si se decía una palabra en defensa de la Junta. En una palabra, se consentía con el silencio la comisión de una infamia: la calumnia del movimiento revolucionario mexicano y de los individuos de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.
A Reivindicación se debe el hecho verdaderamente honrado de haber salido resueltamente a la defensa de la justicia. La historia del movimiento anarquista contemporáneo, en sus relaciones con el movimiento revolucionario mexicano, enseñará cómo hubo seres mezquinos que sacrificaron los principios anarquistas a los desahogos de su despecho, a los pataleos de su impotencia y de su insignificancia.
* * *
Hemos concluido con la carta de los gachupines de Boston. No pueden quejarse de que no la hayamos considerado importante, Ahora vamos a seguir con el periodiquillo El Porvenir del Obrero, que se pública en Mahón, España. Tenemos a la vista su número 412, de 7 de octubre de este año. Tanto este periodiquito, a como Acción Libertaria, de Gijón, estaban encariñados con la idea de que Regeneración había muerto, de que no podría levantarse de su tumba para darles una sacudida. Lo mismo creía el papelucho socialista La Justicia Social, que con tanto amor recomienda el de Mahón, como que El Porvenir del Obrero, es también periódico político, y esa es la causa del encono que tiene contra los individuos que formamos la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.
Y todavía más: el periodiquillo de Mahón, es maderista, maderista vil, y como maderista enemigo del movimiento revolucionario que está en pie en la región mexicana. Oigamos la profesión de fe de El Porvenir del Obrero por su propia boca. Dice así: “Nosotros hubimos de simpatizar sin reservas con la revolución mexicana que derribó a Porfirio Díaz y elevó a la presidencia a Madero, quien por su gran cultura y probada honradez estaba en condiciones de emprender la revolución en todos los órdenes de la vida de aquella nación desgraciada”.
* * *
He aquí un periódico que se dice anarquista, declarar que puede esperarse algo bueno de los gobernantes. Los redactores de ese periodiquillo, de haber sido mexicanos y maderistas, por supuesto, habrían recomendado al pueblo que votase por Madero, imprimiendo, al efecto, un cartel como éste: Postulamos para Presidente de la República al Ciudadano Francisco I. Madero, quien por su gran cultura y probada honradez está en condiciones de emprender la renovación, en todos los órdenes de la vida, de la nación mexicana.
¿Qué podemos esperar de periódicos políticos, sino ataques, censuras, calumnias? Y periódicos como éste, son los que acogen con cariño todo lo que dicen los detractores de la Revolución Mexicana y de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.
Solamente un partidario del principio de autoridad puede asentar lo que asienta El Porvenir del Obrero, periódico “anarquista”. ¡Periódico anarquista! ¡Periódico sinvergüenza, para hablar con propiedad!
* * *
Aceptar que un hombre por su gran cultura y probada honradez, puede emprender la renovación de un pueblo en todos los órdenes de la vida, es aceptar con todas sus consecuencias el principio de las jefaturas, y quien acepta el principio de las jefaturas puede ser un buen borrego, pero nunca un anarquista. Desde el momento en que se acepta que otro emprenda la obra de renovación que todos debemos emprender sin amos ni directores ni capataces, se acepta el principio de autoridad, y eso no lo hace ningún anarquista.
Madero fue un hombre de cultura mediocre, y en cuanto a su honradez quedó ampliamente probada cuando su hermano Gustavo1 barrió las cajas del erario nacional. ¡Esa es la obra de renovación para los imbéciles de El Porvenir del Obrero!
Madero, al día siguiente de haberse sentado en la silla presidencial, declaró que las promesas que había hecho al pueblo eran irrealizables, y esas promesas envolvían, en parte, las demandas que hoy sigue haciendo el pueblo con las armas en la mano: libertad económica, política y social. ¡Y por ese renovador suspira El Porvenirdel Obrero!
Y suspira realmente, como puede verse en el párrafo que sigue: “Pero cuando la desorganización general del país dio lugar a la caída de Madero y la infame traición de su muerte, entonces perdimos por completo las esperanzas de que allí se pudiese hacer algo serio y honrado”.
Como se ve, el periódico que se dice anarquista, deplora la desorganización general del país, esto es, se duele de que el Estado, institución que combatimos con energía todos los anarquistas, se encuentre debilitado, desorganizado, quebrantado, al grado de haber hecho posible la muerte de un tirano, esto es, de un gobernante. ¿Puede pedirse mayor inconsecuencia? Dolerse de la desorganización del Estado, es declararse partidario del principio patriótico y del principio de autoridad, principios que están en pugna con los ideales anarquistas.
(Continuará)
Ricardo Flores Magón
1 Gustavo A. Madero González (Parras, Coahuila, 1875-Ciudad de México, 1913) Hombre de negocios y político. Hermano mayor de Francisco I. Madero. Durante la campaña de 1910 se encargó de las finanzas del Partido Antireeleccionista. Fundó y dirigió el periódico Nueva Era. Fue fundador del Partido Nacional Progresista en 1911. Durante la presidencia de su hermano fue diputado. Intentó que su hermano tomará una posición más radical contra los opositores de Madero, por lo que fue acusado de dirigir el grupo político “La Porra”. Por haber perdido un ojo fue bautizado como “Ojo parado” por los caricaturistas que ridiculizaban al maderismo. Durante la Decena Trágica trató de convencer a su hermano que reprimiera con energía a los golpistas y de que Victoriano Huerta conspiraba en su contra. El 18 de febrero de 1913, durante una conferencia con éste ultimo, celebrada en el restaurant Gambrinus fue secuestrado y entregado a los levantados de la Ciudadela, quienes los asesinaron, luego de vejarlo y torturarlo.
¿Podemos esperar solidaridad de un periódico maderista, de un periódico partidario del principio de autoridad como lo es El Porvenir del Obrero?
No concibe El Porvenir del Obrero que fuera del maderismo pueda hacer algo serio y honrado el pueblo mexicano. El Porvenir del Obrero periódico “anarquista”, tiene confianza en los caudillos que son de su devoción. Es, por lo mismo, un periódico personalista, y un periódico de esa naturaleza tiene que ser enemigo jurado del Partido Liberal Mexicano, de la Junta y de Regeneración. ¿Qué de extraño tiene entonces que un periodiquito de esa naturaleza nos calumnie y nos insulte?
* * *
Fuera del maderismo es como el pueblo mexicano ha estado llevando a cabo su grandiosa Revolución. Las tierras expropiadas por las masas proletarias en extensas regiones de México, nunca habrían sido entregadas a los desheredados por el hombre que al día siguiente de haber asaltado el poder declaró que las promesas que había hecho al pueblo para que éste lo apoyase, eran irrealizables. Y todavía así, El Porvenir del Obrero, no vacila en dar el título de “infame traición” a la muerte de un infame traidor que arrastró al pueblo a la matanza ofreciéndole repartos de tierras y leyes protectoras contra los abusos del capital, para volverle la espalda cuando ya se encontraba en el poder.
* * *
Sigue hablando de este modo El Porvenir del Obrero: “Entonces comprendimos que el pueblo mexicano carecía de ideas y de aspiraciones de emancipación colectiva; comprendimos que no había más que bandidaje, latrocinio y corrupción arriba y abajo.”
En todas estas líneas, el periódico de Mahón viene confirmando su profesión de fe maderista, y así como todo personalista no puede concebir la realización de un ideal fuera de la influencia del ídolo, del caudillo, del jefe o del cacique, de la misma manera, para el maderista, nada se puede realizar fuera de la influencia de Francisco I. Madero. Murió Madero, y entonces los de El Porvenir del Obrero comprendieron que el pueblo mexicano carecía de ideas y de aspiraciones de emancipación colectiva. Cualquier persona sensata habría sacado la conclusión que sacó el periodiquito, de hechos llevados a cabo por el mismo pueblo y que por su naturaleza fueran contrarios a ideales de libertad y de justicia; pero no hay tales hechos.
* * *
La muerte de Madero no significa que el pueblo mexicano carezca de ideas y de aspiraciones de emancipación colectiva. Por el contrario, la muerte de ese tirano fue posible solamente porque el pueblo tiene ideales y aspiraciones de emancipación colectiva. Cuando el pueblo mexicano se dio cuenta de que Madero había traicionado las aspiraciones generales de la revolución, aspiraciones que se condensan en estas palabras: tierra para todos, libertad para todos, le retiró su apoyo en gran parte y, entonces fue posible el cuartelazo de Huerta que triunfó con la muerte de Madero. Si Madero no hubiera traicionado las aspiraciones populares de libertad y de justicia, el pueblo habría estado agrupado a su derredor y el cuartelazo de Huerta habría sido imposible.
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Vemos, pues, que la muerte de Madero prueba precisamente todo lo contrario de lo que El Porvenir del Obrero quisiera que probase.
Ahora, si analizamos los hechos del pueblo mexicano anteriores a la muerte de Madero; hechos que han sido consignados a grandes rasgos al principio de este trabajo, vemos que, por su carácter esencialmente revolucionario, prueban que el pueblo mexicano tiene ideas y aspiraciones de emancipación colectiva. La toma de posesión de la tierra de las haciendas por las poblaciones proletarias, expropiación que se llevó a cabo sin el consentimiento de Madero, sino que, más bien, contra la voluntad de ese tirano, como lo prueba el hecho de haber enviado a sus esbirros a batir las poblaciones expropiadoras, destruyendo los caseríos de los campesinos por medio del fuego; el incendio de los archivos judiciales y administrativos, llevado a cabo por los rebeldes, conscientes de que en esas oficinas se encuentran los títulos de propiedad, los procesos judiciales y cuanto papelote perjudicial para el pueblo pueda apetecerse; el incendio de los ornamentos de los templos, y el fusilamiento frecuente de los sacerdotes; el ajusticiamiento de los representantes de la autoridad, y la ejecución de los capitalistas verificada en condiciones que no dejan lugar a duda de que se les mata, no por el mezquino propósito de arrebatarles lo que tienen para enriquecerse a su vez los despojadores, sino como obedeciendo a una medida de saneamiento social, por la cual se extirpa todo lo que hace daño a la especie humana.
Todos estos hechos, en medio de otros muchos de la misma naturaleza, prueban que el pueblo mexicano está levantado en armas no para entregarse a actos contrarios a una finalidad de libertad y de justicia, sino para conquistar el bienestar y la libertad de la colectividad, por el único medio que tiene a su alcance el proletario: la fuerza de las armas. ¿Cómo es, entonces, que El Porvenir del Obrero ha comprendido que el pueblo mexicano carece de ideas y de aspiraciones de emancipación colectiva?
No; el periódico a que nos venimos refiriendo sabe bien que el pueblo mexicano lucha por ideales emancipadores; pero es un periódico gachupín, y como gachupín, no puede admitir que los indios puedan tener aspiraciones de libertad y de justicia, y, a semejanza de los periódicos burgueses, se santigua y exclama compungido que en México no hay “más que bandidaje, latrocinio y corrupción arriba y abajo”.
* * *
Este periódico al cual nos venimos refiriendo es maestro en materia de descaro, pues con la mayor sangre fría asienta lo que se le ocurre a sus imbéciles “redactores”. He aquí una muestra de su descaro: “Suponer que el ideal de Kropotkin y de Reclus sea la desorganización sin cultura ni moralidad, que tienen por resultado inmediato la caza del hombre, el robo en cuadrilla, el martirio de inocentes, el hambre y la despoblación; suponer que aspiramos los anarquistas a generalizar en todos los países el estado actual de México, es hacer el más sangriento insulto a los grandes pensadores y a los hombres abnegados que por el ideal anarquista sufrieron persecuciones y llegaron hasta el sacrificio de su vida.”
¿En qué fundan su dicho los miserables embusteros que regentean El Porvenir del Obrero?
La misma prensa capitalista ha dicho que en los Estados de la República Mexicana donde operan las fuerzas revolucionarias expropiadoras hay orden, hay bienestar para todos, el hambre ha desaparecido. Véase la prensa capitalista americana de hace poco más de un año, y en ella se encontrarán abundantes detalles sobre la vida de las poblaciones comprendidas en territorio ocupado por fuerzas expropiadoras. Y actualmente imperan las mismas condiciones, con excepción, naturalmente, de las regiones en que no operan fuerzas de carácter expropiador.
¿Qué no darían los campesinos de todos los países, por gozar del bienestar que impera por ejemplo, en los Estados de Morelos y demás en que operan fuerzas de carácter expropiador? Lo que es un “insulto a los grandes pensadores y a los hombres abnegados que por el ideal anarquista sufrieron persecuciones y llegaron hasta el sacrificio de su vida”, es tratar de restar simpatías al movimiento generoso del esclavo mexicano que forcejea por romper sus cadenas, que son al mismo tiempo las cadenas de todos los trabajadores del mundo.
Y no es solamente un insulto a los grandes pensadores, que eso sería lo de menos, es un crimen de lesa humanidad el poner trabas a un movimiento que tiene por objeto elevar el nivel social de los trabajadores. Que hay lágrimas, que hay dolores, que hay inocentes que sufren. ¿En qué grande lucha por la libertad humana ha dejado de correr la sangre a torrentes? Todo cataclismo social tiene que producir dolores, lágrimas, angustias. Ninguna persona, aún escasamente instruida, ignora que el progreso ha sido posible únicamente mediante el sacrificio de la libertad, de la tranquilidad y de la vida de los seres humanos inocentes o culpables, y solamente los hipócritas redactores de El Porvenir del Obrero, tenían que santiguarse ante las víctimas inevitables de todo sacudimiento popular por la libertad y la justicia.
* * *
El periodiquillo de Mahón se congratula de haber contribuido a que se retirasen de los periódicos obreros españoles y americanos, las suscripciones a favor de la revolución mexicana. He aquí como se expresa: “A medida que nos hemos convencido de éstas las hemos ido diciendo con la claridad que acostumbramos.
“Ya en abril de 1913 tradujimos los artículos de Jean Humblot1 en Les Temps Nouveaux2 e hicimos los oportunos comentarios.
“Después pareció que todos se habían enterado, retirándose las subscripciones mexicanas de todos los periódicos obreros españoles y americanos”.
El Jean Humblot de quien se trata, es un maderista, socialista político, que como buen maderista, esto es, como buen personalista, tiene que ser enemigo de todo esfuerzo que se haga por encauzar un movimiento por el sendero del comunísimo anarquista.
* * *
Como se ve, El Porvenir del Obrero se sintió satisfecho de haber contribuido a que se retirasen de los periódicos obreros españoles y americanos las subscripciones a favor de los revolucionarios mexicanos. ¡Qué hazaña! ¡Qué gloria el haber hecho que por medio de la calumnia se retirase el apoyo al trabajador mexicano! ¿Cómo puede hacer creer que lucha por la libertad humana un periódico que se alaba de haber dejado aislados a los peones que se sacrifican por mejorar su condición económica, política y social?
La historia del anarquismo contemporáneo tendrá que consignar este hecho tristísimo y vergonzoso para todos los anarquistas: la calumnia logrando imponerse en contra del movimiento mexicano en medio del silencio cobarde de los llamados anarquistas.
* * *
La cobardía ha encontrado un fácil expediente para disculparse de no intervenir en este asunto que a todos los anarquistas concierne, diciendo que no se trata sino de cuestiones personales. ¡Cuestiones personales! ¡Valiente salida! ¡Como si un movimiento pudiera ser posible haciendo abstracción de las personas! En el terreno netamente especulativo puede hacerse abstracción de las personas; pero ¿cómo hacer abstracción de las personalidades cuando se trata de la materialización de los ideales? Cuando se ponen obstáculos a un hombre empeñado en la realización de una idea, se perjudica con ese hecho no solamente al hombre sino también la obra. Así, en el caso de la actividad revolucionaria del Partido Liberal Mexicano, al atacarse al Partido, se ataca la obra que tienen emprendida sus miembros, entre los cuales nos encontramos los individuos que formamos la Junta Organizadora de dicho Partido.
(Continuará)
Ricardo Flores Magón
1 Jean Humblot. Desertor del ejército francés, se refugia algún tiempo en Barcelona, antes de emigrar a México. Corresponsal del periódico ácrata Les Temps Nouveaux y del periódico Le Journal, de París. El 7 de enero de 1911, publica en Les Temps Nouveaux un primer artículo, fechado del 12 de diciembre de 1910, en el que presenta el conflicto desde un punto de vista exclusivamente maderista, sin evocar al PLM. En marzo de 1911, se va a El Paso para reunir información. Allí, presentándose como libertario, escribe cartas a Ricardo Flores Magón en las que le pide que el PLM se una con Madero y entabla relaciones con el ex miembro de la JOPLM, Antonio I. Villareal. Con una partida de 22 guerrilleros, intenta cruzar la frontera, en la noche del 1º de abril de 1911, pero son detenidos por fuerzas policiales estadounidenses. Logrando reunir la suma necesaria para su caución, Jean Humblot es liberado el 14 de mayo siguiente y se dirige a Ciudad Juárez. Colabora con El Proletario de El Paso, que reúne a socialistas y anarquistas, pidiendo a la JOPLM que cese la lucha. En agosto de 1911, participa con Pablo Zierold en la fundación del efímero Partido Socialista Obrero en la ciudad de México. En marzo de 1913, publica en Les Temps Nouveaux, de Jean Grave, dos artículos en los que critica de manera muy severa el magonismo y el zapatismo. Acusa a Ricardo Flores Magón de no haber soportado, por orgulloso, perder la dirección del movimiento revolucionario frente a Madero. Le acusa también de aprovecharse del dinero enviado por los revolucionarios europeos, en particular franceses y españoles, para sostener a Regeneración, un periódico, según él, “estéril e incoherente”. En cuanto a los zapatistas, a los que pretende conocer bien por haber vivido mucho tiempo entre ellos, los acusa de mantener a México en el caos. Considera que, antes de llegar al “verdadero comunismo anarquista”, tendrán que seguir la evolución de los pueblos europeos y hacer su educación política y luego social. Estos dos textos, reproducidos en El Porvenir del Obrero de Mahón, España inician una nueva polémica internacional en la prensa ácrata. Aunque varios periódicos (Cultura Obrera, Le Libertaire, ¡Tierra!) intervienen en favor del PLM, El Porvenir del Obrero se jactará de haber permitido, gracias a estos artículos, la interrupción de la solidaridad a favor de Regeneración y de la Revolución mexicana. Las críticas en contra de Humblot en Regeneración son muy virulentas. Cuando no se le compara a una “culebra venenosa” (Regeneración, 17 de mayo de 1913, p. 3.), Ricardo Flores Magón lo tacha de “maderista” y de “socialista político” (Regeneración, 18 de diciembre de 1915, p. 1.), y Antonio de P. Araujo, de “cobarde, villagor y mil veces calumniador” (Regeneración, 24 de mayo de 1913, p. 1.). Pionero de la crítica cinematográfica en México, en 1916 Jean Humblot dispone de una columna especializada en El Nacional.
2 Les Temps Nouveaux (París, 1895-1914). Semanario anarquista, heredero de La Révolte (París, 1887-1894) de Piotr Kropotkin, bajo la dirección de Jean Grave. Publicó colaboraciones del propio Kropotkin, Elisée Reclus, André Girard, Marc Pierrot, Bernard Lazare, Malatesta y Octave Mirbeau, entre otros. Publicación señera del anarquismo francés, difundió posturas cercanas al comunismo anárquico. Dejó de aparecer a causa de las crecientes dificultades financieras, al inicio de la primera guerra mundial. A finales de 1911 entabló una agria polémica con Regeneración (y otros periódicos afines al PLM) sobre el contenido social de la Revolución mexicana.
En el mismo número de El Porvenir del Obrero, aparece un relato tomado del periódico burgués “Las Noticias”1, de Barcelona, correspondiente al 25 de septiembre de este año. Se trata de lo que llegaron diciendo los súbditos españoles que se hallaban en México y que fueron repatriados por el gobierno español. Naturalmente, los españoles en cuestión cuentan horrores de los revolucionarios, y todo el relato está perfectamente bien urdido para demostrar que el pueblo mexicano es salvaje, que odia al español únicamente porque es español.
El Porvenir del Obrero, por supuesto, copia con gusto lo dicho por el periódico burgués en su afán de denigrar al movimiento revolucionario mexicano.
* * *
En efecto, el pueblo mexicano odia al gachupín, no al español. Pocos pueblos en la Tierra tan hospitalarios como el pueblo mexicano, al grado de que su virtud hospitalaria fue una de las causas de su esclavitud, porque confiado se entregaba al primero que llegaba. Todos los viajeros honrados que han visitado México, han quedado encantados del carácter dulce del mexicano y de su espíritu hospitalario que en muchos casos no tiene límites. Que digan los que han pedido alojamiento en alguna casa mexicana, si no ha sido para el forastero la mejor cama, el plato más agradable y las atenciones más humanas. Esta virtud del pueblo mexicano ha perdurado a pesar de las traiciones mil que ha sufrido, a pesar de la esclavitud a que lo sujetaron muchos de aquellos a quienes abrió confiado las puertas del hogar. Desde el barón de Humboldt hasta los viajeros de nuestros días todos están acordes en que la característica del pueblo mexicano es su hospitalidad, y si ese pueblo liberal, desprendido, espléndido, abnegado, odia al gachupín, es porque tiene razones de sobra para ello.
* * *
El gachupín no ha sido su amigo. El gachupín sigue siendo la encarnación de Cortés y de Alvarado, porque no va a México a trabajar con el pueblo, a sufrir con el, a compartir sus congojas y sus escasas satisfacciones. El gachupín va a México a explotar, lisa y llanamente a explotar, a desvalijar, a robar. En todo México no se ve a un solo gachupín empuñar el pico y la pala. El gachupín, si es proletario, llega en manadas a Veracruz, para ser enviado a alguna tienda perteneciente a burgueses gachupines, en la que sirve de dependiente dos o tres años, hasta que aprenda el negocio y se ha dado habilidad para sustraerse del cajón de las ventas algún dinero, que unido a lo que haya podido ahorrar durante ese tiempo, pues regularmente tiene su sueldo libre de gastos, le sirve para comenzar un negocio por su cuenta, que casi siempre es una tienda de comestibles y bebidas alcohólicas, o un bazar o un montepío. Con poco dinero que tenga en la mano, los gachupines ricos le ayudan, le abren crédito, y pronto el pobre de ayer se convierte en propietario, y es tan rapaz el gachupín, que a la vuelta de pocos años es dueño de una fortuna regular.
* * *
Para acrecentar su fortuna con más rapidez, procura contraer matrimonio con alguna mexicana rica, y de ahí proviene que sea tan popular entre los mexicanos el chascarrillo que se refiere a que, cuando dos gachupines se encuentran y uno de ellos se ha casado, el otro le haga esta pregunta: ¿con cuánto te casaste? en vez de la que era natural hacer: ¿con quién te casaste?
El gachupín no repara en medios para enriquecerse: es el principal agiotista del país, regentea burdeles, opera casas de juego, es empresario de circos taurinos, es contratista del gobierno para surtir de vestuario al ejército, en cuyo negocio aniquila materialmente al infortunado proletario femenil de México. Por ese tenor son los negocios de los gachupines, y como si fuera todavía poco, hay que agregar que los clérigos de más influencia ante Roma son los clérigos gachupines, esto es, los más rapaces, los más desvergonzados, los más canallas, si cabe.
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El pueblo mexicano no ha visto que el carácter del gachupín contemporáneo sea distinto del espíritu del gachupín de la conquista y de la época colonial. El mismo espíritu de dominio y de imposición que caracterizó a los bandidos de Cortés y a los encomenderos, caracteriza al gachupín de las haciendas y de las plantaciones tropicales de México. De sobra son conocidas las crueldades que los gachupines cometieron con nuestros antepasados, para que tengamos que referirlas; pero sin ir tan lejos, podemos referir las cometidas por los mismos en la época actual, cuando México estaba libre políticamente de España, y principalmente durante el tiempo que gobernó Porfirio Díaz.
Como hacendado, como administrador de hacienda, como capataz, el gachupín ha sido una verdadera calamidad en México; déspota, tacaño, brutal con los trabajadores, pues hay que saber que cuando el gachupín no la emprende en negocio de agio, de comercio, de tráfico de blancas y otros que hemos dado a saber, se coloca como administrador de una hacienda, o en último caso, como capataz; pero nunca de peón, esto por supuesto, cuando todavía no se casa con algunas talegas de pesos con que comprar una hacienda.
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En la mayoría de las haciendas los administradores y los capataces son gachupines, ya porque los dueños de las fincas son también gachupines, o bien porque conocedores los burgueses de la habilidad que para desvalijar posee el gachupín y lo brutal que es para tratar a los trabajadores, prefiere emplear gachupines en dichos puestos mejor que a individuos de otro origen. La Revolución Social Mexicana que tanto odian los gachupines porque vino a hacerles aflojar la garra con la cual oprimían al pueblo mexicano, ha modificado todo esto, que si no fuera así, todavía existiría el cepo en todas las haciendas y el látigo del capataz gachupín seguiría abriendo surcos en las carnes atormentadas de nuestros hermanos, como ocurría cuando Porfirio Díaz gobernaba a México.
Todos los mexicanos recordamos con horror los suplicios del proletariado rural a manos del gachupín hasta que estalló el movimiento revolucionario de noviembre de 1910. En las haciendas había cepos para castigar a los peones, o bien se ataba al peón reo de alguna falta a la rueda de una carreta, y se tenía ésta en movimiento, por horas, y aún durante todo un día, con el desgraciado proletario girando según giraba la rueda… Pueden los condolidos redactores de El Porvenir del Obrero, preguntar a alguno de los insignes gachupines repatriados, si es cierto esto o es mentira, pues es casi seguro que entre ellos exista algún nuevo Torquemada que haya hecho sudar sangre al trabajador mexicano.
En algunas haciendas se empleaba como tormento la gota de agua. Este tormento consiste en verter gota a gota cierta cantidad de agua en la misma parte del cuerpo, hasta llegar a producir dolores atroces que ningún ser humano puede soportar sin desmayarse o morir.
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Todo esto ha desaparecido, con otras muchas cosas, gracias a la Revolución que tanto lamentan los “humanitarios” redactores de El Porvenir del Obrero marcando con su desaparición, un progreso del cual deberíamos estar satisfechos todos los anarquistas del mundo.
El gachupín era en las haciendas señor de horca y cuchillo. Nunca se vio que uno de esos bandidos, que uno de esos negreros infames fuera castigado por la alcahueta Autoridad, como que los crímenes que cometían los gachupines afectaban solamente a los pobres, a los humildes, a personas indefensas, a los proletarios para quienes la Autoridad no ha sido ni será otra cosa que el chicote y la cadena.
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Recuérdense las atrocidades cometidas por los dueños, administradores y capataces gachupines de las fincas de “tierra caliente” de los Estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Morelos, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Territorio de Quintana Roo. ¿Qué no sufrió el proletariado en las fincas de Ozumacín y Valle Nacional, por ejemplo, para no citar más casos a manos de los gachupines?
En las fincas de “tierra caliente”, como se conoce la vasta región tórrida de México, el trabajador sufrió como en ninguna otra del país. Los hombres, las mujeres y los niños tenían que andar encorvados de sol a sol bajo la mirada vigilante del capataz que montado a caballo, y sable o garrote en mano, caía sobre el primer desgraciado que, rendido se quedaba un paso atrás de sus compañeros de fatigas, moliéndolo a golpes.
La alimentación que se daba a esos trabajadores, que eran verdaderos esclavos, pues no podían salir de las fincas, era la siguiente: una taza de café y una tortilla gorda de maíz por la mañana; un plato de frijoles a medio cocer, con sebo de res, y otra tortilla gorda al medio día; por la noche, lo mismo que por la mañana. Esta alimentación debía sostener en pie a aquellos mártires en los duros, en los agotantes trabajos agrícolas, en aquel clima bajo los dardos del sol tropical y los maltratos del negrero gachupín.
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Los trabajadores se enfermaban; pero enfermos tenían que trabajar. Del lecho, mísero petate de palma sobre el suelo duro, plagado de parásitos, de los innumerables y molestos parásitos de la “tierra caliente”, era arrastrado el trabajador enfermo a su labor. Si se trataba de trasplantar tabaco, tenía que andar en cuclillas todo el día, sin detenerse, so pena de ser arreado a golpes y palabrotas. ¡Cuántos infelices murieron en el surco sembrando oro para sus verdugos!
Cuando se veía que el enfermo podía recobrar pronto la salud, se le daba alguna medicina barata, de manera que otra vez estuviera en condiciones de seguir siendo explotado; pero si se veía que la curación tenía que ser larga, se le dejaba libre para que no ocasionara gastos. La libertad, tan grata para el hombre, era entonces motivo de angustia. La libertad para un enfermo era la muerte. ¿Cómo salvar la distancia entre la finca y el más próximo poblado sin ser devorado por las fieras en los bosques espesos de la “tierra caliente”? ¿Cómo atravesar los torrentes si se estaba en la estación de aguas? Y lo que era peor todavía: ¿cómo caminar leguas y leguas para llegar a un poblado, cuando no había fuerzas para dar un paso?
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Los viajeros que pasaban por los caminos y los bosques cercanos a las fincas de Ozumacín y Valle Nacional, para no citar más, se quedaban con el ánimo entristecido al ver las sombras humanas que se arrastraban en dirección opuesta de las fincas, o al tropezar con las osamentas que marcaban el sitio de una agonía dolorosa y de una muerte obscura de algún obscuro productor de la riqueza social expulsado de la finca para que no hiciera gastos con motivo de su enfermedad.
A veces, el enfermo se encontraba tan mal que no podía dar un paso fuera de la finca, que no podía moverse del petate. ¡Cuántas veces esos enfermos, para evitar que hicieran gastos, sin producir más, fueron enterrados vivos! Se abría una zanja en la tierra y allí se depositaba al enfermo, vivo todavía y protestando como le ayudaban sus desfallecidas fuerzas contra la infamia, y se le echaba tierra, tierra, tierra hasta matarlo.
En la ciudad de Oaxaca se siguió un proceso contra unos gachupines del Valle Nacional por haber cometido, como todos sus congéneres, infamias de esa clase. Por supuesto que todo fue una farsa. ¿Cuándo la Autoridad se pone del lado del débil? Nada se habría movido a no ser por la calidad de una de las víctimas. Era un americano que, borracho, firmó en Veracruz un contrato para trabajar en una de las innumerables fincas del Valle Nacional. Cuando despertó de su borrachera, el pobre diablo ya estaba en camino de Tuxtepec y bien custodiado para que no escapase. Llegado al Valle Nacional y a la finca que había sido destinado, se le puso a trabajar. Naturalmente, enfermó por el clima, la mala alimentación, el excesivo trabajo y el maltrato. Se le enterró vivo como a otros. El suceso llegó a conocimiento de los representantes diplomáticos de los Estados Unidos. Nada se habría hecho por el pobre diablo si hubiera sido proletario; pero pertenecía a una familia de cierta comodidad, y se interesó la Autoridad. Se abrió una investigación: varios gachupines fueron conducidos a la cárcel de la ciudad de Oaxaca, para “taparle el ojo al macho”; pues después salieron en libertad a fuerza de dinero, aunque no absueltos del cargo que tenían encima de haber asesinado al americano. Pasó el tiempo y se olvidó todo. Tal vez la familia de la víctima se contentó, al estilo americano, con comerse alguna indemnización.
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Estos hechos espantosos fueron “el pan de cada día” hasta que el pueblo mexicano se levantó en armas contra la tiranía política y las terribles condiciones económicas y sociales en que se encontraba, produciéndose el movimiento revolucionario que dura hasta este momento y que seguirá su curso hasta que el pueblo encuentre satisfacción a sus aspiraciones de libertad y de justicia.
Al levantarse en armas el pueblo mexicano, arremetió contra todos sus verdugos materiales y espirituales, y ha ajusticiado clérigos, burgueses y esbirros sin distinción de nacionalidades, y como los gachupines abundan entre los verdugos, naturalmente han tenido que sufrir las consecuencias. Con seguridad que El Porvenir del Obrero no cita un solo caso en que un español haya sido molestado por los revolucionarios. Los españoles son escasos en México, y los que hay, están en su mayoría del lado de la revolución. Se les encuentra en el sindicato, en el periódico obrero o agitando en el seno de la clase trabajadora en pro de la emancipación de la clase. En México hay buenos anarquistas españoles que no han sufrido daño por parte del pueblo mexicano. Es que este pueblo no odia al español, sino al gachupín, al explotador, al negrero, al verdugo.
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Ve El Porvenir del Obrero que, para su causa, la de denigrar al pueblo mexicano, resultó muy infeliz el recurso de sacar a colación el antigachupinismo de aquel pueblo. El gachupín estuvo perfectamente identificado con la opresión y la explotación, fue parte grandísima e importantísima de esa opresión y de esa explotación, y sufre las consecuencias como las sufren todos los opresores y explotadores.
¡Pobres esfuerzos de los que se empeñan en restar simpatías al movimiento revolucionario mexicano!
Ricardo Flores Magón
1 Las Noticias. Diario fundado en Barcelona en 1896. En los primeros años del Siglo XX contó entre sus colaboradores con Miguel de Unamuno. Durante la Guerra Civil se convirtió en el órgano de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Cataluña. Dejó de publicarse en 1944.
Fiebre de pacificación: esto es lo que invade al carrancismo en este momento, y las legiones de Venustiano atraviesan en todas direcciones las comarcas del Norte y Centro de México.
Sólo el Sur no puede ser recorrido de esa manera. Allí las fuerzas carrancistas no han logrado hacer progresos y eso se debe al que en aquella región el esbirro del gobierno tiene que habérselas con el habitante mismo no sólo con el guerrillero.
Vencido Villa en Sonora se internó a Chihuahua donde se encontró con los principales de sus generales se habían reunido en Consejo de Guerra, para determinar si se daba por terminada la campaña contra Carranza, o si, por el contrario había que seguirla hasta lo último. Se decidió reconocer a Carranza, Villa no se sometió y con cuatrocientos hombres, según el Tribune1, periódico local de 21 de este mes, salió de la ciudad de Chihuahua.
Carranza pudo, gracias a la ayuda que le prestó el gobierno americano, vencer al fin a Villa en Sonora; pero no venció a la Revolución. El mismo Tribune, de 22 de este mes, anuncia el recrudecimiento de las hostilidades de los yaquis que por tantos lustros han luchado para recobrar la extensa y rica región de que fueron despojados. La situación es tan grave en Sonora para el capitalismo, que Obregón despachó inmediatamente para la región del yaqui un convoy de doce carros de soldados, del puerto de Guaymas. Otro convoy de veinte carros, pasó por Hermosillo para la misma región, y un nuevo convoy de sesenta carros de soldados se está preparando. ¡Más de cien carros militares en unas cuantas horas para batir a los yaquis!
Y todo eso, para probar a los gobiernos extranjeros que se está dispuesto a matar “patrióticamente” a los mexicanos que tratan de rescatar las tierras que se encuentran todavía en las uñas de los aventureros extranjeros pues hay que tener en cuenta que la mayor parte de los “propietarios” de las tierras que fueron arrebatadas a los yaquis, son extranjeros.
Pero no todo es empleo de la milicia para obtener la tan deseada pacificación por el carrancismo. Medidas políticas para conseguir el mismo fin, son adoptadas con precipitación. El Estado de Puebla va a dotar de terrenos comunales a los pueblos, y los políticos carrancistas hablan de la solución del problema agrario. La prensa obrera carrancista aconseja sostener al “Primer Jefe” y la prensa burguesa del mismo carácter se desgañita pregonando otro tanto. Total: fiebre de pacificación.
Mas, la pacificación tarda en llegar porque ella tiene que ser el resultado de esta circunstancia: la libertad, y la libertad es el producto de este hecho: la muerte de la trilogía Autoridad, Capital, Clero.
¡Adelante con la agitación revolucionaria!
Ricardo Flores Magón
1 The Los Angeles Tribune. Diario fundado en 1912 con el nombre de Daily Tribune. A partir de 1916 fue rebautizado como The Morning Tribune.
Los patriotas carrancistas se inflan de orgullo diciendo que México es una nación independiente y soberana. Adelante va la prueba de que México no es un país independiente, y de que Venustiano Carranza es un simple monigote que se mueve según lo desean los gobiernos extranjeros. He aquí este telegrama de The Los Angeles Times de 24 de este mes: “Washington, Diciembre 23. —En presencia de las protestas oficiales de los gobiernos extranjeros, el general Carranza ha suspendido temporalmente su decreto por el que ordenó a los bancos de la ciudad de México a cambiar sus billetes en oro.”
Esto prueba que aunque un hombre tenga buenas intenciones, cuando llega al poder no es libre para llevar a cabo los proyectos que tenga para llegar al fin que él cree que es benéfico al pueblo. Quiso obligar a los bancos a que pagasen en oro sus billetes; pero a los bancos no les conviene hacer esa operación, y ponen el grito en el cielo, como luego se dice, y todos los burgueses lo apoyan, y, naturalmente, sus perros fieles, los gobiernos, se ponen de su parte, y obligan a Carranza a suspender se decreto.
El Capital es el que gobierna. No hay que hacerse la ilusión de que el hombre que se encuentra en el poder es el que manda.
Los proletarios afiliados al carrancismo o a cualquier otro partido político cuyo objeto es llevar a un hombre al poder para que haga el bienestar de sus conciudadanos, deben comprender de una vez por todas que luchar por constituir un gobierno, es un contrasentido, porque lo que hay que hacer es luchar por abolir todo gobierno.
Ricardo Flores Magón
Quien quiera convencerse por sí mismo del carácter de la Revolución Mexicana, puede lograrlo haciendo un viaje a México. Lo primero que encontrará serán combatientes afiliados a distintas banderías. Y si se le ocurre preguntar a cualquier combatiente de cualquiera bandería por qué lucha, recibirá esta sencilla respuesta: lucho contra los ricos, en beneficio de los pobres. Y si el visitante recorre el país, encontrará extensas regiones donde proletarios de ayer son ahora los dueños de ellas.
Este es el fruto espléndido de cuatro años y medio de rebeldía armada, fruto que hace abrigar esperanzas risueñas de conquistas mejores.
La burguesía así lo comprende. Ella sabe que el pueblo mexicano se ha echado a andar por el camino de su emancipación económica y social y trata de salirle al frente, de detenerlo, de ahogar en sangre sus nobles aspiraciones, para restaurar el orden burgués.
Victoriano Huerta, uno de los últimos presidentes de México, es, el jefe de esa reacción de la burguesía. Huerta prepara en estos momentos un movimiento reaccionario con el objeto de sofocar la Revolución. Huerta declaró lo siguiente al periódico New York American1, el 20 del pasado abril:
“Si los Estados Unidos se informarán de las verdaderas condiciones que prevalecen en México y le dieran su apoyo moral a un hombre enérgico, el problema mexicano sería fácilmente resuelto en seis meses.”
Por su puesto que el hombre enérgico es él, Huerta, quien se compromete a poner las cosas en el mismo estado en que se encontraban bajo la dictadura de Porfirio Díaz.
Sigue hablando Huerta, y será bueno que tomen nota de sus palabras los que “dudan”, para que comprendan porque no duran largo tiempo en el poder los presidentillos mexicanos: “Cuando Madero llegó a la presidencia en virtud de una elección que sólo existió de nombre, no tenía lo suficiente para cumplir las promesas que había hecho; los pobres vieron que continuaban pobres, no obstante que se les prometió hacerlos ricos.”
Esto quiere decir que el carácter de la Revolución Mexicana es económico y social; que el trabajador mexicano quiere cambiar de condición, y tan intenso es el sentimiento popular por su emancipación, que los políticos se ven obligados a hacer figurar prominentemente en sus programas cláusulas de reformas económicas y sociales. He aquí lo que dice Huerta acerca de los programas de las facciones políticas: “Cada una de esas proclamas o plataformas contiene una parte en que se promete la repartición de tierras y se dice que la pobreza terminará.”
Corroborando lo que tantas veces hemos dicho, que la expropiación se ha estado llevando a cabo en grande escala por los proletarios, dice Huerta: “Uno de tantos problemas es el de la propiedad. Ha habido tal cantidad de confiscaciones que nadie en realidad sabe lo que posee. Toda esta propiedad deberá ser devuelta. El sistema de expropiar sin remuneración debe suspenderse. Cuando esta restauración haya tenido lugar, la tierra quedará en manos de pocos ciudadanos, pero los terrenos sin cultivo podrán ser gravados tan alto, que los propietarios se vean obligados a cultivarlos o a venderlos al Estado.
“Tomar lo de los ricos y repartirlo entre los pobres es deshonroso, y en estos momentos aun no se toman las medidas necesarias para suspender tal política.” ¿Qué responderán ahora los que “dudan” de que en México existe un formidable movimiento económico? ¿Y donde esconderán la cara los bribones que se han echado a cuestas la tarea poco airosa de negar que la Revolución Mexicana tiene una finalidad social, eminentemente social?
Muchos niegan su apoyo al Partido Liberal Mexicano so pretexto de que la Revolución Mexicana no es netamente anarquista, como si fuera posible que un pueblo resultase anarquista, como si fuera posible que un pueblo resultase anarquista de la noche a la mañana. Véase lo que dice Malatesta2/sup> a este respecto: “Pensemos en el porvenir; pensemos en los medios nuevos que se nos ofrecen, y aprovechémoslos.
“Mas, para aprovecharlos, debemos recordar que una resolución no se produce según la línea precisa trazada por un filosofo o un poeta. La revolución se produce de cualquier modo y se desarrolla en un sentido o en otro según la fuerza que en ella obra.
“Si para hacer la revolución quisiéramos esperar a que ella comience con un preciso programa comunista o anarquista, arriesgaríamos esperar en vano. La masa se volverá anarquista y comunista durante la revolución, después del comienzo de la revolución, no antes.
“Nosotros debemos estar en todos los movimientos revolucionarios, o que puedan conducir a una revolución, y trabajar para que los acontecimientos no tomen otro rumbo que el que nosotros deseamos”.
El Partido Liberal Mexicano se ha esforzado y sigue esforzándose por encauzar el movimiento mexicano hacia el comunismo anarquista. A todos les consta esto. Por su actividad, sus miembros han sufrido y sufren prisiones, persecuciones, miseria y la muerte en los campos de la acción. Los miembros del Partido Liberal Mexicano han cumplido y cumplen con su deber; ¿pero puede decirse lo mismo de los anarquistas de los demás países del mundo? ¿No han procurado esos compañeros, con pocas excepciones, hacer el silencio alrededor del drama más emocionante que han contemplado los siglos? ¿No han negado su apoyo a los que todo lo hemos sacrificado por impedir que el movimiento económico de México sea desviado por los que tienen el interés en que no sucumba el sistema capitalista?
El mal que habéis hecho, compañeros, es incalculable y constituye una traición hecha a nuestros principios anarquistas. Con el silencio unos y con la calumnia otros, retardáis el triunfo de nuestros ideales en México, los retardáis en todo el mundo, por que nuestra causa es la vuestra y la de todos los oprimidos de la tierra, y el mal que recibe el movimiento mexicano, cae de rechazo sobre el movimiento obrero mundial.
Fuerza es que volváis sobre vuestros pasos y que prestéis, como verdaderos anarquistas, toda la atención que merecen el movimiento mexicano y la actuación anarquista de los miembros del Partido Liberal Mexicano. Obligad a vuestros periódicos, los más culpables en este caso de boicot al Partido Liberal Mexicano, que hablen en pro o en contra de los actos de este Partido, y si continúan conservando su actitud de esfinges o de mala fe siembran la duda en el ánimo de los compañeros, negadles todo apoyo, haced el vacío en torno suyo y ayudad de todas maneras al Partido Liberal Mexicana para que continúe su grande obra creadora de una sociedad nueva.
Ricardo Flores Magón
1 The New York American. Diario publicado entre 1895 y 1937 por el magnate William Randolph Hearst. Fue uno de los diarios emblemáticos de la cadena Hearst y del llamado “periodismo amarillo”. Defensor del nacionalismo expansionista estadounidense. Durante la Revolución mexicana fue vocero de los intereses que pugnaban por la más amplia intervención estadounidense en México, incluso por medios militares. Atacó con igual virulencia racista a Madero, Huerta, Villa, Carranza y en general a los revolucionarios y combatientes de todas las tendencias, a los que calificaba de “bárbaros”. Para este periódico la única solución para México era su “americanización”. En 1937 se fusionó con el vespertino The New York Evening Journal –también propiedad de Hearst– dando lugar al The New York American Journal, mismo que se caracterizó por su anticomunismo en los años de la Guerra Fría. Cesó de publicarse en 1966.
2 Errico Malatesta (Santa Maria Maggiore, Italia, 1853-Roma, Italia, 1932) Primero fue republicano, seguidor de Guiseppe Mazzini. A los 17 años visitó la cárcel por primera vez. Tras la represión a la Comuna de París se convirtió al anarquismo y se hizo discípulo de Bakunin. Viajó por varios países como agitador. En 1885 huyendo de la persecución que sufría en Europa migró a Argentina, donde trabajó en la organización sindical y criticó el anarquismo individualista. En 1889 volvió a Italia, donde editó varias publicaciones anarquistas, entre las que destacan Volontà, Ùmanita Nova y Pensiero Volontà. En 1900, después de sufrir cárcel y arresto domiciliario, escapó de Italia e inició un largo periplo por La Habana, Nueva York y Londres. A diferencia de otros anarquistas, Malatesta sostenía la necesidad de crear una organización política anarquista que no se redujese al sindicato. Se opuso a cualquier participación en la Primera Guerra Mundial, lo que lo distanció de Kropotkin. Perseguido por Mussolini, Malatesta murió aislado en su casa de Roma el 22 de junio de 1932. Sus textos han sido recopilados en idioma español en varias ediciones, destacan: En el café: conversaciones sobre el anarquismo (Buenos Aires, 1926), La revolución en la práctica (Valencia, 1935), Ideario (Buenos Aires, 1974), Malatesta: pensamiento y acción revolucionaria (Madrid, 1977), Hacia una nueva humanidad (1969) y Anarquismo y Anarquía (Buenos Aires, 2000).
Al periódico The Los Angeles Times del 24 de este mes pertenece esta noticia: “Berlín (Villa Tuckerton, N. J.). diciembre 23.— El Hamburger Fremdemblatt1 publica hoy un despacho de Constantinopla que dice: Últimamente ha asumido grandes proporciones el movimiento revolucionario en la India. Las autoridades británicas han sido impotentes para suprimirlo, a pesar de haber adoptado las medidas más enérgicas. Entre las fuerzas nativas reina terrible descontento contra la dominación inglesa, y batallón tras batallón deserta y se pasa a los insurgentes. Tropas nativas a quienes se les ordenó atacaran a los insurgentes, se han amotinado y atacado a los ingleses.”
La noticia es alentadora. La carnicería europea no puede ser una catástrofe estéril. De ella tiene que salir algo bueno para los pueblos. Nada hay como el sufrimiento en su forma más aguda, para resolverse a buscar un remedio.
Mientras las fuerzas inglesas se baten en los campos de Europa, el pueblo hindú se rebela contra el yugo inglés. Es un buen comenzar. Que se prolongue más la guerra europea y la revolución surgirá en toda Europa.
En Berlín, la capital del imperio alemán, hay gran escasez de artículos alimenticios por motivo de la guerra. La población sufre hambre y no se resigna a morir de ella. Las mujeres, más audaces que los hombres, se lanzan a la calle e invaden las tiendas de comestibles. La autoridad, dispuesta siempre a hacer respetar el derecho de propiedad privada que es para lo que está instituida, despacha sus gendarmes contra las nobles mujeres, las que son inicuamente atropelladas.
¿Cuántas de esas mujeres atropelladas por los esbirros del Kaiser serán esposas, hijas, madres o hermanas de los hombres que se están matando en las trincheras para mayor gloria de la burguesía y de los políticos de Alemania? Y mientras ellos se baten, los gendarmes, que son los instrumentos de los burgueses y de los políticos, maltratan a las mujeres hambrientas en medio de las calles de Berlín.
Todo esto tiene que dar su resultado. Los cerebros de los proletarios tienen al fin que pensar, y hasta entonces vivirá el sistema burgués.
Tengamos confianza en el porvenir. Hoy son las mujeres de Berlín las que se lanzan a la calle a tomar pan de donde lo haya. Mañana serán los hombres de todas las ciudades de Europa los que saldrán a la calle a levantar la barricada. ¡Que siga la guerra!
Ricardo Flores Magón
1 Hamburger Fremdenblatt (Hamburgo, Alemania 1907-1936) Editor Alfred Broschek. Considerado en esos años como periódico masón.