ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS

1902

Cuando me pongo a reflexionar que salido de la nada he llegado a Jefe de Partido2….. Y qué partido tan….. tan…. ¿tan qué?….. Los malquerientes dicen que es antipático, que es el partido del machete, que se impondrá a fuerza de sangre, que habrá matanzas y que haremos chicharrón o cecina de nuestros enemigos….. tal vez lo haría mi ídolo, pero yo y los reservistas3 mis compañeros ….. no, no….. ¡Quiá, qué vamos a matar! ¡Cuando más los de mi gremio lloriquearán cuando les apliquen garnuchos!….. Mi colega y correligionario Ramos Pedrueza4, y mi otro correligionario Pancho Montes de Oca5, no son sanguinarios, y menos, mucho menos lo es….. Pedrito del Villar6. … Pero, vamos, que soy una verdadera columna de Herculiano (me parece que así se llamó un personaje azteca) soy una potencia de nuestro Partido….. ¡Y qué bien me las arreglo para salir airoso de mis empresas!….. ¡qué bien!….. Le hablo a Canana, mejor dicho, a mi general Reyes, y este me da para mi tren….. Tomo ese tren para que me lleve a….. a cualquier parte, pero siempre que haya en ese lugar un Club Liberal….. Llego al lugar….. ¿Pero cómo llego? ¿Qué voy a hacer?….. ¡oh, mi ingenio! Pues voy al arreglo de negocios….. comerciales….. (por algo ha de ir uno a alguna parte)….. Me encaro con el presidente del Club Liberal….. ¿para proponerle en venta alguna cháchara? ¡No!….. Le pido dos o tres ejemplares de su periódico, y como voy a arreglar asuntos comerciales, el buen señor me los obsequia creyendo, tal vez, que voy a revenderlos… Después, le digo al mismo señor que me permita asistir a una sesión o conferencia del Club….. y el señor se sorprende…. ¡Claro! Como que en una sesión o conferencia del Club no hay que vender ni que comprar….. Pero yo le digo que quiero asistir y hablar….. y aumenta el asombro del señor….. ¡Claro! Como que no se iba a tratar de lo mucho que han subido las calabazas y los melones….. Y el señor que dice que no….. insisto….. y me vuelve a decir que no….. insisto….. y me vuelve a decir que no, y que no, y que no….. vamos que me deja con un palmo de narices….. a mi, Jefe del Partido….. Me doy a todos los machetes, a todas las pistolas sabias y a todas las cananas….. pero en vano: no encuentro la solución….. Por fin, aunque durito de cabeza, llegó a concebir….. una idea…… Me dirijo a ver al gobernador….. le hablo….. y me ofrece su ayuda….. ¡Claro! Como que el gobernador es mocho….. y se trata de atornillar a los liberales….. Y entonces, ya custodiado, me dirijo al local en que se celebrará la sesión o conferencia….. Reparto mi gente….. Dicto mis órdenes y….. saco mi pistola….. y lanzo al aire una docena de sillas….. y se arma la bola….. y entonces grito: ¡Viva Canana! ¡Viva el Héroe de la Paz!….. Los del Club Liberal no me hacen aprecio, y yo me encolerizo y les digo que se vuelvan cananistas, reservistas….. Pero parece que ellos no fuman de ese tabaco….. porque continúan no haciéndome aprecio….. entonces entra la policía….. entran también los toscos soldados y se llevan a la cárcel….. ¿a mi gente y a mi?….. No, a los liberales7….. ¿Qué tal sistemita eh?….. Aunque durito de cabeza, ya ven que no carezco de ingenio….. Y sin embargo ¡ingratitud humana!; dice mi general Reyes que lo pongo en ridículo….. y que le ocasiono la mar de berrinches…… y que no sirvo para nada….. ¡Oh, ingratitud humana!…… No servir para nada….. yo que no hace mucho acompañé al señor Próspero Morales a…. ¿a qué?….. a que lo mataran mis conciudadanos guatemaltecos, que no soy mexicano….. Pero ¿Limatodo8 es mexicano?….. Cierto que Limatodo es un hombre político y que yo soy un….. simple diputado, y para más honor, reservista…… No, decididamente aunque yo sea un….. diputado, siempre soy Jefe de Partido….. Y me duele que se me diga que no sirvo para nada….. Por eso ya estoy organizado el raquítico….. no, el inmenso Partido cananista….. Si los oficiales reservistas no sirven, sí servirán….. mucho menos, los cabos y sargentos, también reservistas….. Después de todo, realmente mi general no ha tenido seso para formarse su partido….. ¿Qué es el cananismo?….. pues…..; ni chicha ni limoná….. yo, ¿quién soy?….. ¿quién soy yo, Canana mío?….. Tú me extrajiste de la….. nada, realmente de la nada para ponerme al frente de tu antipático…. ¡qué digo! de tu grandioso partido….. ¿Por qué no escogiste otro individuo?….. ¿Por qué?….. ¡Ah! Es que necesitabas uno precisamente como yo, sí señor, precisamente como yo de….. fiel. Y lo encontraste….. ya lo creo que lo encontraste….. pero no tan fiel, viejecito….. ¡No creas, mira, que yo no soy tan piedra….. Soy algo, es cierto, pero no tanto….. Ya te veo bambolear….. ya te veo caer….. La prueba es que el Caudillo ni siquiera te necesita para los acuerdos de un ramo….. ¿No te acuerdas?….. Acuérdate que ni siquiera se te consultó para ascender a ese Menota9 de quien tanto te burlas, pero de lo que él se desquita viéndote sobre del hombro….. Estoy por volverme científico….. pero si apenas sé leer….. Aunque es cierto que para ser científico aquí, uno se necesita saber gran cosa….. ahí está Pineda10 que no sabe hacer ni un discurso cursilón….. Pero no, tengo que ver el final del sainete….. A Próspero Morales lo dejé morir….. A Canana lo dejaré caer…..

– – – – NOTAS – – – –


1 Mote asignado por la prensa liberal al secretario de guerra (1900-1902), general Bernardo Reyes.
2 Refiérese al grupo de seguidores de Bernardo Reyes que en rigor no constituyeron una organización política formal. La cabeza visible era el diputado Heriberto Barrón, cuyo monólogo simula este artículo. Político y periodista guatemalteco. Último director de El Demócrata. "Diario de Combate" (1896); El Progreso (1907-1909), ambos de la ciudad de México. Expresó simpatías por el club liberal Ponciano Arriaga, de las que se retractó públicamente en octubre de 1901 (véase infra n. 7). Diputado durante el regimen porfirista. En 1909, junto con Manuel Garza Aldape y otros formó el club Soberanía Popular de la ciudad de México, columna vertebral de la campaña reyista a la presidencia de la república. Hacia 1914 se unió al constitucionalismo y publicó "El Pueblo" (Veracruz, 1914-Cd. México, 1915). Secretario general interino del gobierno de Yucatán con el general Toribio V. de los Santos.
3 Refiérese a los miembros de la Segunda Reserva, formación militar de voluntarios inspirada en la Ladwehr alemana. Creada el 31 de octubre de 1900 por orden del secretario del ramo, general Bernardo Reyes, como parte del proyecto de ley que reformó la Ordenanza militar vigente. Llegó a constar de 26 000 elementos.
4 Antonio Ramos Pedrueza (1860-1930). Abogado y catedrático chihuahuense de filiación reyista. Diputado local de Chihuahua y federal por Guanajuato y Oaxaca de1904 a 1910. Durante el gobierno de Francisco I. Madero fue director del Departamento del Trabajo.
5 Francisco Montes de Oca. Periodista capitalino. Director de Gil Blas. "Periódico jocoserio ilustrado" (1892-1896), Gil Blas Cómico (1896-19??) y de El Popular.
6 Pedro del Villar. Político reyista. En 1916 fungió como representante político del general Felix Díaz en Estados Unidos.
7 El párrafo anterior describe la participación de Heriberto Barrón en la disolución de la sesión preliminar del segundo Congreso Liberal, sito en el Hotel Jardín de la ciudad de San Luis Potosí, el 24 de enero de 1902. Reunión violentamente interrumpida por el diputado Heriberto Barrón, el teniente coronel Amadeo Cristo y el sargento primero Emilio Penieres, dondefueron aprehendidos cerca de veinticinco liberales. Camilo Arriaga, presidente del Congreso, Librado Rivera, Juan Sarabia y Rafael B. Vélez Arriaga, permanecieron en prisión por varios meses.
8 Mote asignado por la prensa liberal al secretario de hacienda (1893-1911), José Ives Limantour.
9 Francisco Z. Mena, (1841-1908). Militar guanajuatense. Participó en la Guerra de Reforma. Durante la Intervención fue hecho prisionero en Puebla y deportado por los franceses. En 1865, regresó al país y a la lucha contra el imperio. Durante el porfiriato ocupó diversos cargos: Ministro de Comunicaciones y de Guerra, Ministro de México en Alemania y Agente financiero en Londres. Murió en París.
10 Rosendo Pineda (1855-1912). Abogado y político juchiteco. Estudiante y posteriormente catedrático del Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca. Protegido de Porfirio Díaz. Diputado federal. Participó en la Convención de Unión Liberal en 1892. Secretario particular del Manuel Romero Rubio, suegro de Díaz. Se le considera el cabeza política del grupo de los científicos. En la última reelección de Díaz fue partidario de Ramón Corral. Al triunfo del maderismo se retiró de la política.

Es ridículo lo que pasa entre nosotros. En nuestro país se confirma la siguiente verdad; los pueblos sometidos a un régimen militar retrogradan en lugar de avanzar, y se afeminan perdiendo sus viriles energías.

Hace más de veinticinco años que el pueblo sufre la injuria del acicate. En todo ese tiempo no ha podido dar muestras de su poder, porque apenas intenta ejercitar un derecho, reclamar alguna reparación o alzar la voz para protestar contra el atropello y el abuso, se le reduce a culatazos, se le confina en hediondas mazmorras o se le diezma a disparos de fusil como si fuera un crimen el ejercicio de un derecho, un crimen la exigencia de una reparación y el más espantoso de los delitos la viril protesta contra el atropello y el abuso.

El régimen militar envilece; es el régimen de la obediencia pasiva, sin criterio, sin discernimiento. El jefe ordena y el inferior ejecuta sin titubeos, sin reticencias.

Ese régimen mata toda energía, todo impulso, toda voluntad engendra el servilismo y la noción de patria se pierde, se borra para tener presente tan sólo los despóticos preceptos de la Ordenanza y la rigidez de una disciplina enervante.

Por estas consideraciones, si no somos partidarios del militarismo, menos podemos serlo de la necia institución llamada 2ª Reserva.

Esta institución, creada para alcanzar fines personalistas, no puede ser simpática. Su autor, el ministro Reyes, que según su digno órgano El Popular2 será el sustituto del general Díaz en la presidencia de la república, cosa que no permitirá el Partido Liberal, no creó la 2ª Reserva para la defensa de la patria y de las instituciones, sino con el objeto de tener partidarios sumisos, incondicionales, susceptibles de dar su voto, de vender su conciencia en los comicios a cambio de un despacho de subteniente, de sargento o de cabo, o por satisfacer la vanidad pueril de calarse el antipático uniforme de los reservistas.

Y se hace todo eso, precisamente cuando la república necesita ciudadanos; se hace eso ahora, cuando el servilismo y la indiferencia han echado profundas raíces que debilitan los cimientos del edificio social.

En lugar de educar al pueblo en las prácticas democráticas, se le embrutece con la doctrina de los soldados y el servilismo de los cuarteles. Esto es, se prohíbe que el ciudadano sea apto para la lucha política convirtiéndolo en instrumento, en cosa fácilmente manejable sobre la que se impondrá por más tiempo la voluntad soberana de los dictadores.

Da dolor contemplar a millares y millares de hombres marchando en desordenado tropel rumbo a los campos de instrucción. En sus rostros no se observa la marca del entusiasmo sano, del hermoso entusiasmo que causa el cumplimiento del deber, no. En esos rostros curtidos por todas las miserias, ajados por todos los vicios, sólo se traducen torpes y bestiales anhelos, locos impulsos de pasiones insanas que empujan a esa gente a instruirse en el odioso «arte» de la matanza…..

Y se saturan de ese «arte». Las evoluciones militares son aprendidas con asombrosa facilidad, con desesperante facilidad por esos hombres que en vez de ciudadanos quieren ser soldados, por esos hombres inconscientes de sus derechos.

¿Qué resultará de todo eso? Fácil es augurarlo. Esos hombres que sin instrucción cívica aprenden a manejar el fusil, son un peligro para el imperio de la Justicia. Ellos, sin criterio, sin energía y sin la voluntad que dejaron abandonada en el campo de instrucción al dejar de ser hombres convirtiéndose en soldados, serán el mejor apoyo en que se consoliden las futuras tiranías.

¡Pobre patria, no era bastante que tus hijos no fuesen ciudadanos, era preciso para el logro de ambiciones personales, convertirlos en instrumentos, en máquina, en soldados!

La instrucción de la 2ª Reserva es una mancha más para la actual administración pública.

– – – – NOTAS – – – –

1 Véase supra n. 3.
2 El Popular (1897-1904, 1906-1908), México, D. F. «Diario político poco-serio, independiente y de caricaturas» Dir. Francisco Montes de Oca.

Por más que no quiero pensar en ello, todavía me parece que hieren mis oídos aquellas severas órdenes de don Vidal de Castañeda y Nájera1….. Yo no soy político ¡qué voy a ser!….. Sin embargo, las malas lenguas dicen por ahí que soy reyista, y por ende, compinche de Barrón, de Montes de Oca, de Ramos Pedrueza y comparsa….. Y no es eso todo lo malo, sino que, porque me ven chiquito se encajan….. y me hablan en diminutivo….. ¡A todo un abogado como yo!….. Tal vez me quieren ver chuela porque dije en El Popular que Barrón era mi distinguido amigo….. ¡Cada quien puede tener los amigos que más le agraden!….. Y a mi Barrón me hace la mar de gracia….. ¡Es gracioso este hombre!….. ¡Qué simpático es!….. ¡Sólo Canana puede competirle en arrogancia!….. Y como populares, lo son ¡vaya si lo son!….. ¡ya lo creo!….. Pero no se vaya a creer que soy reyista….. ni limantourista….. ni porfirista….. ni….. Con el poder de las Moriones2 me sobra y me basta….. Persiguiendo a Diógenes me hago también popular….. Me servirá de asesor mi distinguido amigo Barrón, que es hombre de gran enjundia….. El Popular, aunque apeste, según dicen, me hará bombo….. Ramos Pedrueza me confeccionará mis escritos…… ese sabe, ¡ya lo creo!….. aunque los envidiosos digan que meter la mata….. La verdad es que Canana sí que mete los cuatro remos….. ja, ja, ja….. Creyó que la 2ª Reserva le ayudaría….. y ahora nadie soporta la manada reservista….. Reyes Spíndola3 ya prohibió que se le haga bombo a la Reserva en su papasal El Imparcial….. Canana se pone furioso, pero ahí se queda….. y yo me río de todos….. hasta de los empeñeros, porque cuando estoy bruja, ocurro al Montepío Saviñón4 y empeño mi cortapuros….. ¿Y quién me criticará cuando hasta el mismísimo Díaz empeña la cadena de su reloj? ¿Qué me saco por el hecho de empeñar?….. Díaz también empeñó y otros más…… y ya se sabe….. mal de muchos….. Siquiera no me salo yo solo….. Pensándolo bien, conviene que yo sea reyista….. Pero para ello hay que ser reservista, y la verdad….. no fumo….. Me chocan los reservistas….. ¡Yo cargar un fusil!….. ¡y una mochila!….. ¡Ay, no qué horror!….. Eso está bueno para mi distinguido amigo Barrón, y no para mi….. Pero es necesario que yo sea algo …. Para reyista estoy que ni mandado hacer….. Reyes sabe escoger su gente….. ¡Barrón es el jefe de su Partido!….. Ya se ve si sabe rodearse de hombres de caletre….. Y yo, tengo algún caletre….. ¿Qué club liberal iré a destruir?….. Pero ¿estoy loco?….. No, yo no destruyo….. allá Canana y Barrón; pero lo que es yo, no….. Me quedo de litigante sirviendo a las respetabilísimas señoras Moriones, que al fin y al cabo el reyismo es una farsa….. la manada reservista otra farsa….. Barrón, no, este es mi amigo….. y me hace la mar de gracia….. y es basta «pueta»….. ¡Qué barbaridad!

– – – – NOTAS – – – –

1 Vidal de Castañeda y Nájera. (1833-1903). Militar y abogado capitalino. Participó en la Convención de la Unión Liberal de 1892, punto de origen de los llamados «científicos». Fue director de la Escuela Nacional de Jurisprudencia (1872). Tras las protestas estudiantiles en trono a la llamada Deuda Inglesa (1880), Porfirio Dáiz lo nombró director de la Escuela Nacional Preparatoria. Véase, Regeneración, 1900-1901, arts. núm, 284, 311, 418, 475, 488, 532 y 746.
2 Genara y Romualda Moriones. Empresarias teatrales que gobernaban el mundo de la zarzuela en México desde el Teatro Principal. Ex-tiples, heredaron de sus respectivos maridos (José Joaquín Cleofas Moreno y Pedro Arcaraz) la empresa teatral «Alcaraz Hermanos, Sucesores». Introductoras del ballet en México, bajo el nombre de «pantomima lírica». Gozaban de la protección del general Carballeda , jefe de la policía capitalina.
3 Rafael Reyes Spíndola. (1860-1922). Abogado y empresario oaxaqueño. Fue secretario de gobierno en Michoacán (1885). Dueño de los periódicos Don Manuel, El Universal (1888), El Mundo Ilustrado y El Imparcial (1896-1914). Se le considera el padre de la prensa oficial moderna en México. Sus periódicos siempre fueron subvencionados.
4 Institución fundada a iniciativa de Luz Saviñón, e inaugurada por Porfirio Díaz el 1º de agosto de 1902. Rafael Dondé fungió de albacea de la señora Savión.

Con pena hemos sabido, que el ingeniero Blas Escontría1 ha sido impuesto por el centro al pueblo potosino, para conducir de una vez a la ruina al desdichado estado de San Luis Potosí.

Blas Escontría, el débil gobernador de San Luis Potosí, es el hombre a propósito para implantar en dicho estado el despotismo que de una a otra frontera del país se cierne fatídico. El empleado sumiso y obediente acata cuanta consigna vaya del centro; de modo que, el que ayer fue inofensivo funcionario, es hoy uno de los mejores y más eficaces instrumentos de que disponen el general Díaz y el clero, para perseguir y aun exterminar en el estado cuanto movimiento democrático surja anhelando civismo, reclamando libertad.

Esta imposición y otras demuestran, que no de un modo gratuito se ha levantado en la república ese rumor de sorda protesta, que desaprueba la política absolutista que tanto agrada al general Díaz, pero que lastima, hiere e injuria porque menosprecia la soberanía del pueblo.

El pueblo de San Luis Potosí está harto de Escontría. Este débil funcionario, decidido aliado del clero, ve con deleite jesuítico que el fraile escupa las instituciones. Las violaciones a las Leyes de Reforma se suceden día a día, a ciencia y paciencia, como diría el obispo Montes de Oca2, de las ya no conciliadoras sino fanáticas autoridades. Los Derechos del Hombre, esos santos derechos de que tanta burla hacen los seudocientíficos limantouristas, los impulsivos reyistas y la caterva clerical, yacen ajados por el formidable contubernio del militarismo y el clero.

Escontría ha sido reelecto. Este mal funcionario sirve a cuatro amos: Díaz, Reyes, Limantour y el clero. A los cuatro obedece ciega y lealmente; pero nunca al pueblo. ¿La prueba? Ahí están confinados, en lo que se llama Penitenciaría de San Luis Potosí, seis ciudadanos, que en otro país, donde hubiera moralidad administrativa, serían objeto de honores y de distinciones, pero que aquí donde la ley sólo existe de nombre, son objeto de asechanzas y de violencias. Esos ciudadanos son los señores ingeniero Camilo Arriaga3, profesor Librado Rivera4, periodista Juan Sarabia5, licenciado Antonio Díaz Soto y Gama6, periodista José Millán7 e impresor Rafael B. Vélez Arriaga8.

Escontría permitió que fuese perseguido el Club Liberal "Ponciano Arriaga"9 y reducidos a prisión los principales de sus miembros.

Escontría ha hecho de la cosa pública una torta de pan a la que ha adherido a sus parientes, a sus amigos y a sus aduladores.

Escontría permite, puesto que no pone el remedio, que Jueces y Magistrados litiguen negocios ajenos en los tenebrosos tribunales potosinos, en los que la justicia es una cortesana que otorga sus caricias al más rico, al más influyente, o al más mocho.

Escontría persigue a la prensa independiente y liberal, a pesar de que sus órganos en la prensa proclaman que hay libertad de imprenta.

Escontría sostiene Jefes Políticos como Dueñas y los demás, que serían aptos para hacer zapatos o manejar el azadón, pero no para regir los destinos de un pueblo ávido de justicia y libertad.

Escontría sostiene profesores mochos como Blas Rodríguez y otros, destituyendo y encarcelando a los maestros liberales como el digno Librado Rivera.

Y sin embargo, Escontría ha sido reelecto, amparado como está por sus cuatro amos: Díaz, Reyes, Limantour y el clero. El triunfo del bonete y las bayonetas.

La Democracia ha hecho bancarrota entre nosotros. Damos el pésame al pueblo potosino porque tendrá cuatro años más de despotismo.

– – – – NOTAS – – – –

1 Blas Escontría. Ingeniero. Gobernador de San Luis Potosí (1898-1906). Secretario de Fomento (1905-1907).
2 Ignacio Montes de Oca y Obregón (1840-1921) Eclesiástico guanajuatense. Egresado de la Universidad Gregoriana de Roma (1863) y de la Academia de Nobles Eclesiásticos (1865). Capellán de las tropas pontificias, camarero secreto del papa Pío IX y capellán de honor de Maximiliano en México. Primer obispo de Tamaulipas (1871), de Linares (1879) y de San Luis Potosí (1885). Salió de México en 1914. Murió en el exilio. Traductor, literato y poeta (Ipandro Arcaico). Perteneció a la Academia de la Lengua.
3 Camilo Arriaga, (1862-1945). Ingeniero potosino egresado de la Escuela Nacional de Ingenieros. Sobrino nieto del constituyente Ponciano Arriaga. Participó en las protestas contra el presidente Manuel González, que decretó la sustitución de monedas de plata por monedas de níquel. Diputado local (1888) y federal (1890-1898). Intervino en el asunto Cahuantzi. Como presidente del club liberal "Ponciano Arriaga" organizó el Primer Congreso Liberal (1901). Colaborador de El Demófilo, Renacimiento y El Porvenir. En 1902 se exilió en Estados Unidos, estableciendo su residencia en Saint Louis, Mo. Diferencias políticas con el núcleo del grupo Regeneración en el exilio ocasionaron su distanciamiento definitivo. Regresó a San Luis Potosí en 1908. Participó del llamado Complot de Tacubaya en marzo de 1911. Fue arrestado. Tras su liberación formó parte de la Junta Iniciadora de la Reorganización del Partido Liberal, en la ciudad de México. Durante el huertismo vivió exilado en Nueva Orleans. En 1920 fue jefe del Departamento Forestal, de Caza y Pesca.
4 Librado Rivera Godínez (1864-1932). Originario de Aguacatillos, San Luis Potosí. Educado por el liberal, espiritista y profesor Jesús Sáenz y el pastor metodista Hexiquio Forcada. Profesor normalista y periodista. Participó en el Primer Congreso Liberal de 1901, como miembro del Club Ponciano Arriaga de esa ciudad. Siendo secretario del club, fue encarcelado junto con Juan Sarabia y Camilo Arriaga en enero de 1902. Con ellos y en la cárcel fundó El Demófilo. En agosto se trasladó a México, y colaboró en El Hijo del Ahuizote (EHA). Aprehendido junto con Ricardo Flores Magón (RFM) y los demás redactores el 16 de abril, salió de nueva cuenta de Belem, y pasó a la clandestinidad, emigrando con sus compañeros a Estados Unidos. Siguió el periplo de aquellos por las ciudades de Laredo y San Antonio, Texas y Saint Louis Mo. Al formarse la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (JOPLM), el 28 de septiembre de 1905, fue nombrado primer vocal. Un año después, el 12 septiembre de 1906 fue aprehendido junto con Aarón López Manzano a petición del empresario William Greene. Tras frustrarse el intento de llevarlo clandestinamente a México, fue liberado a fines de noviembre. A mediados de 1907, se reunió con RFM y Antonio I. Villarreal en la ciudad de Los Ángeles. Fue aprehendido junto con Enrique y RFM el 23 de agosto de 1907. Sentenciado por violación de las leyes de neutralidad. Permaneció en la penitenciaría de Florence, Arizona, hasta agosto de 1910. En 1912 fue nuevamente arrestado bajo la misma acusación y pasó a la cárcel de Mc Neil, Washington con Enrique y RFM, Anselmo L. Figueroa. Libre en 1914, regresó a Los Ángeles y se reincorporó a la redacción de Regeneración. Permaneció a lado de RFM cuando el grupo se dividió en 1917 y firmó junto con él, el Manifiesto a los Trabajadores del Mundo, de marzo de 1918, por lo que fue acusado de infringir las leyes de espionaje vigentes durante la primera guerra mundial. Enviado junto con RFM a la penitenciaría de Leavenworth, Kansas a purgar una condena de 15 años. Salió libre el 6 de octubre de 1923, al conmutársele su pena por la deportación. De regreso en México, organizó el grupo Tierra y Libertad en su natal San Luis Potosí. Publicó Sagitario, órgano del grupo Hermanos Rojos. En 1928, desde Doña Cecilia (hoy Ciudad Madero), publicó Avante, periódico suprimido por el gobierno estatal. En 1931 publicó ¡Paso! en la ciudad de México, como órgano del grupo Ideas y Acción. Murió tras un accidente automovilistico al año siguiente.
5 Juan Sarabia Díaz (1881-1920). Minero, poeta y periodista, originario de San Luis Potosí. Editó El Demócrata (1889-1902). Secretario del Club Ponciano Arriaga en 1901. Participó en el primer Congreso Liberal. Con Camilo Arriaga publicó el semanario Renacimiento. Aprehendido junto con Arriaga y Librado Rivera, por sedición y ultrajes a funcionarios públicos, fundó con ellos El Demófilo en la cárcel. Libre en septiembre de 1902, emigró a la ciudad de México, donde colaboró en EHA y reinstaló, con Arriaga, Rivera y otros, el Club Ponciano Arriaga. Fue arrestado de nuevo en abril 16 de 1903, junto con Manuel Sarabia, Alfonso Cravioto, Santiago R. de la Vega, Enrique y RFM por la campaña antirreleccionista emprendida en Excélsior y EHA. Al salir de Belén emigró a Estados Unidos junto con Enrique y RFM y se incorporó a la redacción de Regeneración. Al establecerse la JOPLM en la ciudad de Saint Louis, fue nombrado vice-presidente de la misma. Redactó parte del programa del PLM de 1906. Estuvo preso por la acusación de Manuel Esperón y de la Flor de octubre a diciembre de 1905. Fue arrestado en Ciudad Juárez en 19 de octubre de 1906, mientras preparaba la toma de dicha ciudad. Procesado en Chihuahua en enero de 1907, fue sentenciado a siete años de prisión en San Juan de Ulúa. Salió de ese lugar en junio de 1911. Distanciado ya de la JOPLM, al lado de Antonio I. Villarreal, formó la Junta Inciadora de la Reorganización del PLM en la ciudad de México. En 1912, fue elegido diputado por el primer distrito de su estado natal. En octubre de 1913, al disloverse las cámaras federales por orden de Victoriano Huerta fue encarcelado. Al salir en abril de 1914, se refugió en El Paso, Texas. A su regreso en México trabajó en la Biblioteca Nacional. En 1917 fue candidato a gobernador de su estado natal. Murió de tuberculosis en la ciudad de México.
6 Antonio Díaz Soto y Gama. (1880-1967) Abogado potosino. Uno de los fundadores del Club Liberal Ponciano Arriaga. Vivió en el destierro (1902-1904). Junto con Juan Sarabia presentó un proyecto de ley agraria ante la XXVI Legislatura (1912). Se unió al movimiento zapatista (1914) y fue uno de sus delegados a la Convención de Aguascalientes. Permaneció vinculado a aquel movimiento, como promotor del programa agrario contenido en el Plan de Ayala, hasta 1920, año en que funda y dirige el Partido Nacional Agrarista (PNA). A partir de 1932 fue profesor de derecho agrario en la Facultad de Jurisprudencia. Escribió, entre otras, La revolución agraria del Sur y Emiliano Zapata su caudillo.
7 José Millán. Periodista. Director de El Demófilo (San Luis Potosí, S. L. P., 1902), mientras Camilo Arriaga, Juan Sarabia y Librado Rivera estaban en prisión.
8 Rafael B. Vélez Arriaga. Tipógrafo e impresor potosino. Firmante del Manifiesto de invitación al partido liberal (30 de agosto, 1900) promovido por Camilo Arriaga, su primo. En su taller de la ciudad de San Luis Potosí fueron impresos, entre otros, Renacimiento (1900-1902) órgano del Club Ponciano Arriaga; El Diario del Hogar (junio de 1901); Regeneración (junio-julio de 1901), El Demófilo (1902) y El Porvenir, (1902).
9 Véase supra, n. 7.

Hay que consignar un atropello.

No bastó aquella odiosa vigilancia desplegada sobre los liberales, potosinos señores ingeniero Camilo Arriaga, profesor Librado Rivera, periodista Juan Sarabia, licenciado Antonio Díaz Soto y Gama, periodista José Millán, e impresor Rafael B. Vélez Arriaga, presos todos en San Luis Potosí porque así conviene a la debilidad del inepto gobierno potosino.

No nos extraña que en un país como el nuestro, donde no hay más ley que el capricho del mandón, se pase por sobre los códigos, se estropeen los derechos y se haga objeto de mofa el más rudimentario principio de justicia. No, eso no nos extraña; pero es preciso que el mal tenga su fin, no ya para el prestigio de la actual administración pública que parece que no lo desea, sino para el buen nombre de nuestra infortunada patria.

El 14 de este mes, de una manera violenta y con derroche de fuerza, fueron extraídos de la Penitenciaría de San Luis Potosí los presos políticos señores ingeniero Camilo Arriaga, profesor Librado Rivera y periodista Juan Sarabia, encarcelados con motivo del escándalo que ocasiono Heriberto Barrón la noche del 24 de enero de este año, y conducidos al cuartel de la Gendarmería Montada, rigurosamente incomunicados.

¿A qué conduce tanto rigor? ¿Por qué molestar, por qué vejar tan sin razón a ciudadanos dignos del respeto y la admiración de los hombres honrados? ¿Se quiere ejercitar en las personas de esos patriotas alguna tenebrosa venganza?…..

Esos ciudadanos están a disposición del juez de distrito Aguirre,1 y este funcionario, ha permitido que se conduzcan, sin orden suya, a los patriotas presos, de la Penitenciaría al cuartel…..

Y ya se sabe lo que pasa en los cuarteles….. La luctuosa noche del 24 al 25 de junio de 18792 nos trae forzosamente espantosos recuerdos….. Parece que de Veracruz la Heroica, pero también la Mártir, llegan hasta nuestros oídos los fatídicos rumores de alevosas descargas, de aquellas descargas que arrancaron la vida a los hijos predilectos de la Perla del Golfo, y también nos parece ver, como en una infernal fantasmagoría, caer lanzando gritos de protesta, y exhalar el último aliento a aquellos mártires que desde su tumba maldicen la sombría silueta de Terán3…..

Teniendo estos recuerdos ¿podemos estar tranquilos? ¿Podemos esperar que resulten ilesos nuestros correligionarios de San Luis?

En un cuartel no hay garantías. Allí donde la carne humana se hace un instrumento, una máquina para matar, no puede haber humanidad…..

Nuestro suelo está ahíto de sangre. Desde el Norte hasta el Sur se ha poblado de esqueletos…. ¡Basta ya de tanta sangre! La patria necesita hijos buenos que procuren su honra y su prestigio.

Ya la vieja generación de mandatarios necesita la substitución del elemento nuevo, del enérgico, del liberal. Ya las conciencias no apetecen el sombrío consejo del fraile corruptor, y los ánimos viriles reclaman libertad para hacer grande a esta nuestra patria azotada por todos los sables y ensombrecida por todas las sotanas.

¡Queremos ser libres!

– – – – NOTAS – – – –

1 Clímaco Aguirre, a cargo del juzgado 6º menor en 1900. Regeneración dio a conocer quejas en el funcionamiento del juzgado durante su gestión, sobre todo por acumulación de negocios sin fallo. Véase, Regeneración, 1900-1901, arts. núm, 18, 32, 38, 43, 47, 57 y 475.
2 Se refiere a la cruenta represión de lerdistas rebeldes en el puerto de Veracruz, por orden presidencial por medio del famoso telegrama al gobernador Luis Mier y Terán: «Mátalos en caliente».
3 Luis Mier y Terán (1835-1891). Militar guanajuatense que combatió a la intervención francesa y al imperio. Adicto a Porfirio Díaz, apoyó el Plan de Tuxtepec en calidad de comandante militar de Veracruz. Ocupó el gobierno de la entidad hasta 1880. Llevó a la bancarrota la hacienda estatal, sostuvo permanentes conflictos con el poder legislativo y reprimió ferozmente al lerdismo local.

Yo….. no soy tan….. Me llaman dictador….. ¡Y qué se yo que otras cosas más!….. ¡Pa mí, plín!….. Para mis reclamos en la prensa de Europa, de Asia, de África, de la Patagonia….. Y ¿qué más?….. que trinen contra mi los escritorzuelos de mi Cafrería… No, de mi "páis"….. Y que hagan burla de mi modo de pronunciar las palabras zapotecas, mixtecas, mijes, etc. …. ¡Pa mí, plín!….. Que digo "páis" ….. que digo "máis"…. El caso es que, quien tales cosas dice….. a todos atornilla ….. y ahí quedan ….. atornillados….. ¡Es bueno esto de mandar!…. Y soy tanteador…. ¡Oh! Mi cacumen…. me finjo enfermo1….. loco….. malo…. Y ahí están todos los Pedrueza, los Bulnes2, los…. todos esos …. hasta los Barrones, se arrejuntan (me parece que así dice Menota) ….. y ese sabe…. ya lo creo…. ¡meten la pata!…. Pues si todos se "arrejuntan" ….. y dicen que me voy a morir…. ¡Todo un Necesario! ….

Los necesarios no se mueren…. ¡Qué van a morirse! …..Y qué buenas ganas han de tener algunos de que yo me muera….. Pero no, la fibra zapoteca me salva….. Y me calumnian….. vaya si me calumnian….. Dicen por ahí, que yo he….. vamos, que yo he….. pues, señor que ni yo puedo decir lo que me atribuyen….. y todo por lo que habla esa maldita prensa….. si yo ahorcara a todos los periodistas….. a los honrados se entiende….. ¡Si yo los ahorcara!….. Por eso me gusta Wistano3….. ese sí que atornilla….. ahí están los Flores Magón … esos… esos… que pusieron el cascabel al….. esos…. a quienes todavía tengo amarraditos para que no hablen…. ¡Y los he de seguir atornillando!….. ¡Por el árbol del Tule!….. Esos Flores Magón me la han de pagar….. por habladores….. ¡A un paisano decirle cosas!….. ¡A mi decirme cosas esos…! ….. Y, sin embargo me las dijeron….. Pero lo que más me punza y me arde es que hasta en las satrapías…..no, en los estados, quieran hacerme la guerra….. a mí, al Necesario….. Ahí están esos endemoniados Camilo Arriaga, Librado Rivera, Juan Sarabia, Antonio Díaz Soto y Gama, José Millán y Rafael B. Vélez Arriaga, que quieren subírseme a mis augustas barbas….. lo que es conmigo no lo hacen….. ¡Allá con Escontría y Barrón!….. Vaya, hasta con Canana….. y….. vaya, pues hasta con Dueñas, ese Kalifa la mar de susceptible… ¡Hombre!….. yo no sabía que había un Kalifa así…. así de….. raro….. este Dueñas vale…. vale una….. infinidad de cosas….. Pero yo valgo más….. pues, que más que Canana…. Ese no conoce los "chilarques"…. ni el "amorcillito" ni el "pozole", ni el "pinole" ni el "totopo" ni el "huaje"….. y vamos que lo es….. no Canana, sino el "huaje", ya lo creo que es "rebueno"….. Del Sur han salido las libertades….. así dicen algunos….. pues no les he de llenar mucho su libertad….. ¡Qué me importa a mi don Benito, ni tampoco Álvarez!4….. Guerrero5 es niño de teta a mi lado….. Galeana6….. Morelos….. los Bravo7….. esos surianos no encontraron la cuadratura del círculo….. yo si lo encontré….. Alarcón,8 ese es mi fuerte…..

Es piedra, pero es fraile….. Mis gobernadorcillos….. Esos son "requetebuenos"….. Escontría es un ….. ¡no un!….. una paloma….. pero tiene a Espinosa y Cuevas9….. y a Pedro González Gutiérrez10….. Dicen que éste es el Pedro Hernández11 de San Luis…. y que ha dejado finos recuerdos de la Huaxteca Potosina…. ¡Que digan!….. yo mando, y ya….. Que Pedro González Gutiérrez haga lo que quiera….. para eso sirve el telégrafo… y la clave…… y ….. todavía dicen que no soy civilizador….. ¡México; tu tuviste tu Santa Anna….. Ahora sopórtame…..

– – – – NOTAS – – – –

1 Sobre las implicaciones políticas de la presunta enfermedad de Porfirio Díaz en 1910, véase, Regeneración, 1900-1901, arts. núm, 342, 345, 354 y 690.

2 Francisco Bulnes (1847-1924). Ingeniero, periodista y profesor capitalino. Fue diputado federal y senador en múltiples ocaciones. Desempeñó diversas comisiones, dentro del sector minero, bancario y de hacienda pública. En 1904 publicó su polémico "El verdadero Juárez" seguido de "Juárez y las revoluciones de Ayutla y de Reforma". Escribió en el periódico El Universal. Crítico acérrimo del gobierno maderista. Se le considera el vocero "científico" del regimen porfiriano. Publicó entre otros: La Guerra de Independencia, Las grandes mentiras de nuestra historia, El verdadero Díaz y la Revolución y Los grandes problemas de México.

3 Wistano Velásquez. Abogado y juez capitalino. Magistrado del Tribunal Superior de Justicia (1922). Uno de los jueces que más casos llevó contra la prensa y los periodistas a lo largo del porfiriato. Entre otros, los de Filomeno Mata y El Diario del Hogar y Jesús y Ricardo Flores Magón y Regeneración, ambos en junio de 1901. Véase, Regeneración, 1900-1901, arts. núm, 376, 572, 578, 579, 584, 591, 599, 636, y 737.

4 Juan Álvarez. (1790-1867). Soldado y hacendado guerrerense. Luchó por la independencia bajo las órdenes de Morelos. Al consumarse la misma fue nombrado comandante general de Acapulco. Republicano, federalista y liberal, combatió a Iturbide, a Santa Anna y a la invasión norteamericana. En 1854 proclamó el Plan de Ayutla. Fue presidente de la república en 1855 a 1856. Durante la Guerra de Tres Años fue jefe de la División del Sur. En 1861, el Congreso de la Unión lo nombró Benemérito de la Patria. Ejerció un enorme cacicazgo en la región de la que ahora forman parte los estados de Michoacán, Guerrero, el sur del Estado de México, Oaxaca y Morelos.

5 Vicente Guerrero (1783-1831). Militar mestizo oriundo de Tixtla en el estado que hoy lleva su nombre. Participó en la lucha independentista a las órdenes de Hermenegildo Gaelana y posteriormente bajo el mando de Morelos. En 1821 apoyó al imperio de Iturbide, mismo que luego lo combatió. Asumió interinamente la presidencia en 1824. Líder del llamado partido yorquino. Volvió a encabezar el gobierno en 1829, su desconocimiento dio origen a una nueva guerra a lo largo de 1830. Fue capturado a traición por el marino Francisco Picaluga por órdenes del presidente Anastasio Bustamante y posteriormente fusilado.

6 Hermenegildo Galeana (1762-1814). Militar originario de Tecpan, Gro. Combatió bajo las órdenes de Morelos, de quien llegó a ser su segundo. Incorporó a los hermanos Bravo a la lucha independentista. Bajo su mando se libraron importantes batallas en Taxco, Toluca, Cuernavaca y Cuautla. Murió en combate cerca de Coyuca.

7 Refiérese a Leonardo (1764-1812), Miguel (¿?-1814) y Máximo (¿?-1835) Bravo. Todos ellos nacidos en la ciudad de Chilpancingo, Gro. Miembros de una familia de grandes terratenientes criollos que se unieron a la causa de la Independencia y combatieron a lado de José María Morelos. Leonardo y Miguel fueron ejecutados por las fuerzas realistas.

8 Próspero Alarcón (1825-1908). Arzobispo de México desde 1892; entusiasta colaborador de la política conciliatoria porfiriana. En 1895, por delegación pontificia, coronó a la virgen de Guadalupe.

9 José María Espinosa y Cuevas (?-1914). Hacendado, industrial y gobernador interino en varias ocasiones y constitucional de San Luis Potosí, (1905-1911). En 1902 clausuró el periódico antirreeleccionista El Demófilo, dirigido por José Millán. En 1911, renunció a su cargo cuando la tropa revolucionaria tomó la ciudad. Buscó acrecarse al maderismo y formó un club político cuyo órgano intituló El Demófilo. A la caída de Madero se pronunció a favor de Félix Díaz. Fue fusilado a instancias de los hermanos Cedillo.

10 Pedro González Gutiérrez. Militar potosino. Jefe político y de la Gendarmería Montada de San Luis Potosí, durante el último periodo gubernativo de Blas Escontría.

11 Pedro Hernández. Jefe de Rurales de Lampazos; en 1901 fue el ejecutor de la supresión del Club Liberal Lampacense, encargándose de aprehender a los miembros del club y conducirlos a Monterrey. Tomó parte en el asesinato del general Ignacio Martínez, en Laredo, Tex. A fines de 1904, fue trasladado a Doctor Arroyo, N. L., en calidad de jefe político. En 1905 amenazó a los habitantes para que cancelaran sus suscripciones al periódico Regeneración.

Hay algo podrido en Dinamarca, dice la cursilería andante.

Nosotros diremos: hay mucho podrido en México.

Da dolor, no ya indignación, ver qué clase de uso se hace de las columnas de los papeles semioficiales.

Ayer, cuando el hombre sentía algo por la patria, permitía con cierto placer que su nombre se estampase en la primera plana de un periódico postulándolo para presidente o para gobernador. Pero hoy, cuando las viriles voluntades han sido emasculadas en la escuela del despotismo; hoy, cuando todo lo grande que había en nuestra raza ha sido extirpado para convertirnos en sumisos corderos, en dóciles siervos ávidos de lamer la mano que nos azota, y de acariciar los labios que contraídos por la blasfemia nos han escupido; hoy, todo se permite, hasta la protesta contra las augustas determinaciones del pueblo…..

Max Nordau, lo dijo ya: "la enfermedad de la época es la cobardía….."1

Nuestra enfermedad es la cobardía política.

Había en la actual administración, un hombre. Ese hombre era el señor brigadier don Melitón Hurtado2. Militar pudoroso, buen liberal, excelente amigo. Hombre franco y digno de toda estima, de todo respeto. Él, con su afable trato, con el prestigio de su siempre limpia vida pública y privada se había atraído la estimación de sus amigos, por cierto bastante numerosos, y su buena fama llegó hasta Jalisco, de donde es nativo, y sus paisanos lo postularon para gobernador del Estado.

Y el señor Hurtado vuela hacia la redacción del desmoralizador Imparcial después, no cabe duda, de ser llamado por el presidente Díaz, y escribe una carta que descorazona, que entristece.

En esa carta dice el señor Hurtado, que el presidente es su "amigo" y que no acepta la candidatura del pueblo jalisciense.

¿Por qué ese afán de contrariar la voluntad del pueblo? ¿Vale más la amistad con un hombre, que los intereses de la colectividad, que el bienestar de la patria?

¡Oh! Lo malo hace escuela. Hace unos cuantos años que un periódico valiente, por desgracia muerto, El Liberal3 postuló, (sin duda de buena fe, porque si lo hubiera conocido no lo habría hecho) a Bernardo Reyes para la presidencia de la república.

Reyes se espantó. Allá en Nuevo León, el pobre estado al que tanto tiranizó, sintió ese soldado que caería sobre de él, no la cólera del pueblo sino la inquina del general Díaz.

Y Reyes se apresuró a telegrafiar al general Díaz, que no quería ser presidente.

Ese dio el ejemplo. Y después….. todos han imitado su falta de valor ciudadano…..

Sólo uno que otro ciudadano se ha mostrado reverente hacia lo que debe respetarse: el pueblo. De ellos no recordamos más que al señor general don Manuel Sánchez Rivera,4 que obedeció al pueblo potosino que le postulaba para gobernador de San Luis y el mayor don Félix Díaz5 a quien apetecía el noble pueblo oaxaqueño para gobernador de Oaxaca.

Pero sigue la escuela del mal.

El gobierno comprendió que Escontría, el débil y por lo mismo temible funcionario, hacía falta en San Luis y ahí lo dejó contra la voluntad del pueblo. Comprendió que en Oaxaca había hombres, y transigió con el pueblo nombrando gobernador a un hombre que siquiera sabe leer.

Pero no es eso todo.

La administración actual, débil como todo lo que no tiene a su favor la voluntad popular, parece como que se siente ofendida cuando de la enervante situación en que nos ha colocado, surge alguna personalidad, emerge un hombre que pueda deslucir la aureola de grandeza que para sí y sólo para sí se ha creado esa administración.

Ahora se envía al mayor Félix Díaz a la América del Sur, como ayer se condenó al ostracismo a nuestro egregio Altamirano,6 a nuestro patriota Riva Palacio,7 al enérgico señor Zenil…..

La bartolina, el cuartel, el ostracismo y la cadena, todo eso es para nosotros.
¿No habrá esperanza de redención?…..

– – – – NOTAS – – – –

1 Cita libre de Las mentiras convencionales de la civilización, de Max Nordeau, (1849-1923), seudónimo literario del húngaro Simja Züdfeld, pensador, escritor, publicista, médico psiquiatra y dirigente sionista. Gozó de alta estima en los medios anarquistas de fines del siglo XIX.

2 Melitón Hurtado. Revolucionario guanajuatense. Se levantó en contra el gobierno de facto de Victoriano Huerta, junto con los hermanos Raya, Tomás, Abundio y Anastasio Pantoja, Cándido Navarro, Joaquín Amaro, Inés Chávez, Gonzalo Peña, Leocadio Flores y Cándido Reyes.

3 El Liberal "Diario independiente de la mañana" (1898-febrero de 1900). México, D. F., Dir. Carlos Roumagnac.

4 Manuel Sánchez Rivera. (1866-¿?) militar potosino. Ligado a las compañías petroleras angloamericanas. Sucedió al general Ignacio A. Bravo como gobernador de Quintana Roo durante la presidencia de León de la Barra (1911). Negoció la paz con los mayas de la región de Chan Santa Cruz. En 1917 general del ejército barraganista.

5 Félix Díaz (1868-1945). Ingeniero militar oaxaqueño. Sobrino de Porfirio Díaz. A partir de 1901, formó parte del Estado Mayor presidencial. En diversas ocasiones fue diputado en la legislatura local y en el Congreso de la Unión. En 1902 fue frustrado candidato independiente a la gubernatura de su entidad natal y enviado a Chile como agregado militar. Estallada la revolución maderista, el 3 de mayo de 1911 fue nombrado por el Congreso local gobernador interino. En octubre de 1912, se rebeló en Veracruz contra el régimen maderista. Un Consejo de Guerra le dicta sentencia a muerte, la cual fue conmutada por Madero. Uno de los cabecillas del golpe a Madero. Distanciado de Huerta se mantuvo fuera del país hasta 1916 cuando encabezó un movimiento con el apoyo de la jerarquía católica mexicana y estadunidense y el financiamiento de los exiliados científicos. Tras varios fracasos militares se estableció en territorio veracruzano, donde se mantuvo en armas hasta abril de 1920. Reacio a reconocer al obregonismo triunfante, se exiló en Nueva Orleans. Regresó al país hasta 1937.

6 Ignacio Manuel Altamirano. (1834-1893). Militar y escritor guerrerense. Participó en la Revolución de Ayutla, la guerra de Reforma y combatió la intervención francesa. Terminada la guerra se dedicó de lleno a las letras. En 1889 fue nombrado cónsul general de México en Barcelona y posteriormente representó a México en diversas reuniones internacionales. Discípulo de Ignacio Ramírez "El Nigromante". Cofundador del periódico El Correo de México (1867) y El Renacimiento (1869). De su obra narrativa destacan Navidad en las montañas, Clemencia y El Zarco.

7 Vicente Riva Palacio (1832-1896). Militar, escritor y político liberal capitalino. Combatió las intervenciones extranjeras. Gobernador de Michoacán (1865). Magistrado de la Suprema Corte (1867). Principal autor de México a través de los siglos. Apoyó el Plan de Tuxtepec. En 1884 fue encarcelado en prisión militar por criticar al gobierno de Manuel González; en 1886, fue designado Ministro de México ante la Corte española. Murió en Madrid.

A la sombra de un gobierno como el nuestro, que extirpa toda energía y atrofia las voluntades, tienen que brotar como hongos venenosos, papeles que hieran en su honra a las personalidades viriles que aunque caídas, son vistas con admiración y cariño por el pueblo, que sufre las consecuencias de una política personalista.

La resultante era forzosa. En los pantanos y pudrideros no pueden vivir los seres sanos. En esos fermentos sólo se incuban miasmas y pestilencias.

En San Luis Potosí, tan pronto como cayeron agobiados por la tiranía blasista los valientes liberales ingeniero Camilo Arriaga, profesor Librado Rivera, periodista Juan Sarabia, licenciado Antonio Díaz Soto y Gama, periodista José Millán e impresor Rafael B. Vélez Arriaga, comenzó a desatarse contra esos dignos ciudadanos una nave de amenazas y de injurias personales. ¡Como que los patriotas estaban maniatados detrás de las rejas y los injuriadores no podían recibir el castigo merecido!

Pero últimamente, y con motivo de la delación de un individuo que se fingió liberal, tal vez para apoderarse de los secretos del Partido, se ha desplegado un rigor inconmensurable contra todos los presos liberales de San Luis, excepto contra el delator, un tal Facha1, que de un modo insidioso pretendió hacer creer que los liberales Arriaga, Sarabia, Rivera y Soto y Gama redactaban el periódico independiente El Demófilo2, cuando bien sabido es que el redactor de tan valiente cólera es el señor don José Millán, hombre honrado dispuesto a asumir la responsabilidad de sus actos.

Y aquí viene lo de los hongos venenosos.

Una vez que El Demófilo se suspendió, para impedir que se cometieran más atropellos contra los señores Arriaga, Sarabia y Rivera, que fueron misteriosamente conducidos a un cuartel….. surgió exhalando el vaho de los reptiles un papel llamado El Zurriago,3 titulándose anti-Demófilista, o porque se había suspendido El Demófilo o porque, en efecto, como lo indica su lema, es enemigo del pueblo. Las dos cosas hay en el fondo.

No pudiendo vivir en los pantanos y pudrideros, los seres sanos se eliminan y surgen las pestilencias.

El Zurriago, nacido del pantano, como sapo, ahora que se suspendió El Demófilo, arremete contra los indefensos presos con rabia de víbora herida. Injuria, babosea a los caídos, sin tener siquiera el valor de poner los nombres de lo que cobardes se ocultan en una sentina, para arrojar lodo a paletadas sobre sus viriles enemigos.

Escontría, si en algo se aprecia, si tiene en alguna estima su nombre y su decoro, debe impedir la publicación del libelo El Zurriago porque de lo contrario llegará a suponerse con razón, que él, Escontría, es quien fomenta publicaciones que enlodan a quien defienden.

Los redactores de ese periódico son felones, porque felonía es injuriar al caído, felonía es escupir al que sin poder devolver la injuria, se encuentra inerme ante los epilépticos arrebatos de miserables enemigos.

¡Que den sus nombres los libelistas de El Zurriago!

Otro hongo. Este nos mueve a lástima. Es una hoja que tiene por título: "Carta Abierta al Señor Procurador de Justicia"4. Esa hoja que viene calzada con firmas supuestas es delatora de inconcebibles delitos, que afirma han sido cometidos por medio de nuestro periódico, y trata de hacer creer que tienen injerencia en esta publicación personas por completo ajenas a ella.

En esa hoja se injuria gravemente a distinguidas personalidades atacándolas rudamente y cruelmente en su honra. Falsamente aparece firmado en Puebla.

Las firmas son apócrifas, porque hemos sabido que la hoja no es más que el producto de insignificantes reservistas, a quienes ya quitaremos la máscara, pero que deseamos se presenten en estas oficinas, pues es triste que individuos que se dicen valerosos y enérgicos se oculten tras de nombres supuestos para vomitar injurias.

No es el género de lucha emprendida por esos reservistas. Si tienen resentimientos contra nuestra publicación porque ha tenido la entereza de exhibir a los falsos patriotas, no es con acusaciones necias de las que todos se ríen y a todos inspiran lástima, hasta al Procurador de Justicia, con lo que podrán vengarse.

Es preciso ser efectivamente valientes, señores reservistas.

Estamos a sus órdenes.

– – – – NOTAS – – – –

1 José María Facha (1880-1957). Abogado y periodista potosino. Dirigió La Pluma. "Publicación quincenal de temas literarios", (1899), colaboró en Renacimiento (1901), El Demófilo y La Revista Moderna. Formó parte de Comité Liberal de Estudiantes. Encarcelado en 1901. Miembro fundador del Club Liberal Ponciano Arriaga. Abogado defensor de Camilo Arriaga, Juan Sarabia y Librado Rivera en 1902, año en que fue encarcelado por segunda ocasión. Al ser liberado y tras detractarse, abandonó la actividad política.

2 El Demófilo. (Abril-agosto de 1902); San Luis Potosí, S. L. P. Dir. José Millán; ed. Rafael Vélez Arriaga. Colaboradores: Camilo Arriaga, Librado Rivera y Antonio Díaz Soto y Gama. Su imprenta fue confiscada el 30 de julio de 1902, por orden del gobernador.

3 El Zurriago. (Septiembre de 1902). Dir. Pedro Amézquita. En palabras del director, su misión era: "castigar a quienes lo merecían, diciendo verdades dolorosas, y en tono grosero como era necesario, pero nunca con palabras tan soeces como las que llenaban las columnas de El Demófilo", publicación a la que atacaba.

4 Refiérese a Gilberto Torres.

Es una verdad, y grande, que cuando un pueblo recibe algún tiempo el ultraje de una dictadura, los espíritus que fueron viriles desfallecen, los ánimos que en otra época fueron valerosos se afeminan, y los caracteres que sabían erguirse pierden su altivez ciudadana.

Entonces es cuando, como los murciélagos que sólo gozan con las sombras, se ofrecen a la expectación de la estupefacta vergüenza individuos que manejan la pluma con el mismo arte que el asesino blande su puñal….. Entonces es cuando las plumas empapadas en cieno esparcen su hedor desde las redacciones de los papeles mercenarios, para anonadar a fuerza de corrupción a los ánimos que todavía quieren ser viriles a pesar de la hostilidad del medio.

En nuestro número anterior hicimos mención de una hoja dirigida al procurador de Justicia,1 hoja que no es más que el compendio, la síntesis, más bien, de esa falta de energía y de valor que caracteriza a los individuos, que como los murciélagos, como los mochuelos, celebran sus bacanales y sacian sus apetitos en las sombras estimulados por la hediondez de los cementerios, por miedo a que la luz los sorprenda en sus repugnantes prácticas.

Ahora un papel, que siempre se ha distinguido por su venalidad, que ataca al que no le quiere abrir la bolsa para satisfacer su ansia de dinero, haciendo de sus columnas el mismo uso que el bandido hace de su daga, pero con la agravante de la impunidad más desconsoladora y sin el peligro que corre el facineroso, ese papel ataca duramente a nuestro periódico, porque El Hijo del Ahuizote ha sabido arrancar la careta a los malos gobernantes y ha tenido la energía de exhibir las úlceras que corroen al cuerpo social, y que amenazan con la ruina y la miseria a nuestro pueblo, digno por su carácter y por su historia a ocupar prominente lugar entre los más progresistas del globo.

Era forzoso que así sucediese. Era forzoso que se nos atacase. ¿Cuándo la impudicia ha podido reconciliarse con la honradez?

¿Y quién nos ataca? Un papel producido por este medio corruptor, sintiéndose ofendido al ver que aún hay honradez y vergüenza.

El general Díaz debería tener otra clase de defensores. La bondad que se quiere hacer creer como una característica de la actual administración, no es con papeles que abochornan con lo que se la puede prestigiar, porque entonces se da el espectáculo que se ha estado dando desde que Tuxtepec llegó al poder, y que consiste en que para la prensa mercenaria hay una tolerancia completa, hasta para la procacidad, y para los periódicos independientes una intransigencia que llega a la tiranía.

Para el periodista independiente hay bartolina cuando discute los actos sospechosos de los gobernantes, y en cambio, el periódico venal puede impunemente atacar en su vida privada a ciudadanos que han cometido el delito de ser honrados.

Precisa ser leales.

– – – – NOTAS – – – –

1 Véase, supra. Art. 8, «Dos hongos»

Cada ocho días se registran escándalos en los llanos de la Vaquita1 después de la instrucción que se da a los aspirantes a cabos y sargentos reservistas.

En las más veces la policía ha intervenido pues de lo contrario se contarían ya algunos homicidios y no pocos heridos, puesto que muchas ocasiones se forman partidos entre los mismos reservistas, y se pegan de bofetadas o bien se tiran a muerte con piedras o con cuchillos.

Ayer, por ejemplo, un tal Zavala hirió a uno de sus compañeros, siendo aprehendido y enviado al cuartel del 7º regimiento, no sabemos a disposición de qué autoridad, porque los reservistas no están sujetos a la ordenanza.

Sin embargo, probable es que lo juzgue un consejo de guerra, porque el delito fue cometido en dependencia militar.

Zavala continuaba ayer tarde en el cuartel de San Lázaro, pero ignoramos si se levantaría el acta y se haría la consignación al juez instructor militar.

Hemos notado que no hay ni siquiera obediencia para los jefes y oficiales que están instruyendo a los aspirantes y cabos y sargentos; pero ni tampoco orden, puesto que cada domingo, los individuos que quieren darse de baja en el grupo a que pertenecen lo hacen y se les da de alta en otro grupo.

Entre los aspirantes hay algunos que al ser reconvenidos por sus instructores, les contestan con una leperada, y los oficiales tienen que callar la boca por temor a un proceso por abuso de autoridad.

El general Pérez debe saber, no sólo esto, sino todo lo que allí pasa; pero no hace caso, probablemente, o bien es incapaz de remediar esa situación en que están los oficiales.

Esto dice El País,2 periódico que como clerical debería defender la causa de la militarización del pueblo, por vivir siempre en vil contubernio del bonete con el sable de la soldadesca (así, soldadesca, pésele a los susceptibles reservistas.)

Pero es tan antipática la institución de la 2ª Reserva, tan fútil y hasta antipatriótica, puesto que los reservistas son reservistas y no mexicanos, que hasta al País le producen cólicos biliosos las picardías con que entonan sus conatos de instrucción esos napoleoncillos de papel estraza.

Ya lo habíamos dicho y de sobra: la reserva creada por el ministro Reyes para formarse su partido escuálido y enclenque, había de provocar hilaridad.

Todo un pueblo, según afirma Barrón el «héroe» del 24 de enero en San Luis Potosí, asiste a los campos de la Vaquita. ¿Qué aprenden tantos hombres? ¿A qué va esa gente a los salitrosos llanos? A instruirse en el arte de matar, que no otra cosa es el llamado arte de la guerra. Y por eso se mata y se hiere esa pobre gente.

Hace unas cuantas semanas, cuando dijimos que volaban hacia los campos de instrucción hombres que tenían estereotipadas en su cara las huellas del vicio y de la depravación3, no faltó reservista que sintiéndose hondamente ofendido, manifestase muy a las claras su deseo de apedrear nuestras oficinas.

¡Los pobres reservistas apedreando nuestras oficinas!…..

Podrán hacerlo, puesto que para eso sirven a Reyes….. no a la patria.

Pero ya ven: El País mismo hace burla de esa gente que no teniendo virilidad para firmar una «boleta de elección,» por temor al gobierno, sigue a Barrón y hasta Reyes…..

¡Qué barba…..ridad!

– – – – NOTAS – – – –

1 Llanos ubicados al norte de la colonia Morelos de la capital.

2 El País, «Pro aris et facis cetare.» México D. F. (1889-1914). Dir. Fundador Trinidad Sánchez Santos, León Sánchez, José Elguero y Antonio Enríquez.

3 Véase supra. Art. 2, «La 2ª Reserva».

Tenía que suceder. La actitud trágica de El Hijo del Ahuizote debía atraerle la denuncia y el calabozo.1

Hace un cuarto de siglo que en nuestra infortunada patria se premia la honradez con el presidio y el patriotismo con la bartolina.

El militarismo y el clero: he ahí dos elementos nacidos para esclavizar a los pueblos. Y esos elementos liberticidas, en su perpetua lucha contra la democracia, han hecho correr ríos de sangre en nuestro país.

Ellos han arrebatado las libertades públicas; ellos han hecho pedazos las instituciones, y ellos también, cuando se han considerado vencidos por el liberalismo, han puesto a la nación en manos de los déspotas extranjeros.

Harto conocidos son los amargos frutos que en nuestra patria ha producido el maridaje del sable con la sotana. Y El Hijo del Ahuizote fiel a su programa de honradez política, ha fustigado con energía y patriotismo las absurdas pretensiones del militarismo y la desbordante ambición del clero.

El Hijo del Ahuizote tiene la convicción de que ni el militarismo, ni el clero han de hacer la felicidad de la nación. Por eso es por lo que, tan pronto como descubrió que el general Bernardo Reyes ambiciona la presidencia de la república; tan pronto como supo que ese militar oculta sus anhelos de grandeza detrás de la 2ª Reserva, atacó con denuedo al ministro de la Guerra y exhibió las ambiciones políticas de éste, toscamente encubiertos con el barniz patriótico de la institución reservista.

A nadie que conozca el impulsivo carácter del ex-gobernador de Nuevo León, podía escaparse el resultado que fatalmente debería tener la brega que emprendimos. El general Reyes, acostumbrado a hacer acallar la voz del patriotismo por medio del terror; ese soldado a cuyo solo mandato se sembraba la desolación y el pánico en los indefensos pueblos de la frontera del Norte; ese funcionario que en la frontera forjó cadenas para el derecho y mordazas para la prensa honrada y cuyo recuerdo hace estremecer aun a los nobles fronterizos, para quienes la presencia de Reyes fue una angustiosa pesadilla; el general Reyes, en suma, no puede permitir, se le hizo insoportable permitir, que un periódico honrado hiciera públicas las ansias de mando y poderío que desde hace tiempo tal vez mantenía en lo más íntimo de su alma.

No había argumento alguno que pudiera oponerse victoriosamente a nuestros razonamientos, y, como siempre sucede, contra la razón se esgrime la violencia. Las bayonetas se encargaron de imponer silencio y la voz de El Hijo del Ahuizote fue sofocada por la fuerza bruta.

No es esta una novedad para los países militarizados como el nuestro, en los que desaparecen las leyes para dar lugar a la despótica orden militar y la pasiva sumisión a las consignas.

Triste es en verdad la condición de los pueblos militarizados. En ellos desaparecen la autoridad del mandante (pueblo) y la obediencia del mandatario (funcionario público). Entonces muere la democracia bajo el peso de la burocracia insolentada. Ya no hay ciudadanos sino vasallos, y se ofrece a la vista de las naciones libres el desagradable, el inmoral espectáculo de los imperios disfrazados de repúblicas.

Los artículos del Hijo del Ahuizote enfurecieron al general Reyes. Éste ordenó la persecución contra nuestro semanario, y un empleado sumiso, un tal Cayetano Castellanos, forjó una torpe denuncia que elevó al comandante militar del Distrito Federal.

Castellanos no pudo haber producido denuncia más torpe. Porque no nos simpatiza la 2ª Reserva, dijo que insultábamos al Ejército. Igual declaración hace Castellanos porque dijimos que entre los reservistas de Tabasco hay "viejos," "cojos," "licenciados," y un "doctor." La indignación de Castellanos aumenta porque al pie de una caricatura pusimos la siguiente trivial e inocente cuarteta.

"El rebaño mutualista.
En prueba de patriotismo.
Marcha a engrosar el reyismo.
Como cabo reservista."2

Fuera de sí Castellanos, no repara en llamar libelos a los artículos de nuestro semanario, sólo porque hemos dicho que la 2ª Reserva fue creada por el general Bernardo Reyes para el logro de sus ambiciones personales, y dice que nuestro estilo es tabernario, soez, etc.

El pueblo, ese mártir que sufre hace ya largo tiempo la injuria de la fuerza bruta, será quien califique nuestra modesta, pero patriótica labor. Ese pueblo heroico que ayer fue león en los combates y hoy se ve arrancado del campo y del taller, es decir, apartado de su vida activa y benéfica, para arrojarlo entre el ocio y la molicie de los cuarteles: ese pueblo que después de haber luchado por la democracia y la república, tiene hoy que soportar la befa de la falta de justicia; ese pueblo para quien son todas las cargas y obligaciones, nos ha absuelto de antemano porque comprende que la militarización del país lleva consigo la muerte de la democracia. Comprende que el militarismo crea máquinas y no ciudadanos.

Bernardo Reyes buscó para que procediese contra los redactores de El Hijo del Ahuizote un juez a propósito y no lo encontró. Tuvo, pues, que improvisarlo.
Supo que los juzgados menores y correccionales de la capital eran frecuentados por un individuo que deseaba hacerse notable a todo trance. Indagó el nombre de ese individuo a quien nadie conocía a no ser la desarrapada muchedumbre que invade lo que ingeniosamente ha dado en llamarse "curia negra" y una vez indagado el nombre, lo hizo juez militar y le regaló el grado de teniente coronel. Ese individuo se llama Telésforo Ocampo.3

Ocampo se sintió agradecido y se puso a las órdenes del general Reyes. Exprimió su intelecto; hurgó los rincones de su cerebro y encontró procedimientos que su mediana inteligencia halló magníficos, y los puso en práctica.

Decretó órdenes de aprehensión contra cuanta persona se le vino a mientes, tomó declaraciones a su guisa, decretó prisiones y cateos fundándose…… en las órdenes del general Reyes.

La justicia se sintió ofendida y el sable se irguió arrogante sobre los derechos hollados, hasta que la Justicia Federal castigó la osadía del machete mandando suspender los rabiosos procedimientos de la fuerza bruta.

Gracias a eso, los señores Ricardo y Enrique Flores Magón, Evaristo Guillén4 y Federico Pérez Fernández,5 encarcelados con motivo de la acusación contra El Hijo del Ahuizote se vieron libres de una incomunicación inhumana, después de haber permanecido UN MES Y CUATRO DÍAS en sus calabozos, con centinelas "de vistas" y rigurosamente incomunicados.

Reflexionemos ahora sobre estos sucesos.

¿Qué se propuso el general Reyes al iniciar la persecución contra El Hijo del Ahuizote? ¿Quiso amedrentar a la prensa independiente que ve con disgusto sus ambiciones personales, o bien, se trata tan solo de una venganza personal?

En el caso de nuestro semanario puede resolverse todo afirmativamente.
Irritado el ministro de la guerra porque hicimos públicos sus deseos de ser presidente de la república, y temeroso, además, de que se propalase más aún la noticia de sus deseos de dominio, quiso hacer un escarmiento en nosotros, y se equivocó, como que la ira no es buena consejera.

El resultado de los procedimientos fraguados por el ministro contra nosotros, ya se ha visto cual es y nadie lo calla: el desprestigio político de Reyes y su camarilla.

En efecto: el público ha comprendido que el general Bernardo Reyes no es un hombre a propósito para ocupar la presidencia de la república, porque si hoy que no es más que un simple aspirante a presidente, esto es, hoy que no asume el mandato supremo, y que, por lo mismo, no tiene a la mano los elementos de que dispondría como jefe de la nación, pone ya en práctica ideas liberticidas ¿qué cosas no haría si por desgracia para la patria llegase a ser presidente?

Esta reflexión que anda de boca en boca y se comenta de mil desfavorables modos para el aspirante a presidente en todos los círculos sociales, es para el general Reyes un dique que detendrá sus desbordantes anhelos de mando y poderío.

En suma: el golpe ideado por Reyes contra El Hijo del Ahuizote, ha sido un triunfo para la causa de la libertad, porque se ha visto de un modo palpable que el militarismo es enemigo de las libertades públicas.

De hoy en adelante, en vano procurará el general Reyes borrar la desagradable impresión que sus maquinaciones políticas han producido aún entre sus admiradores.

Felicitémonos. Parece que la perspectiva de duelo para el país, en caso de que Reyes llegara a ser presidente, ha desaparecido. Pueden estar tranquilos, por lo pronto, los ciudadanos honrados. La pesadilla que afligía a los fronterizos, parece que no afligirá ya a nadie, por lo pronto.

Nosotros, sin embargo, continuamos la lucha contra el militarismo y el clero hasta verlos reducidos.

Ese es nuestro deber.

– – – – NOTAS – – – –

1 El 12 de septiembre de 1902, Federico Pérez Fernández, Evaristo Guillén, Ricardo y Enrique Flores Magón fueron arrestados por orden del juez militar Telésforo Ocampo, quien, por órdenes de Bernardo Reyes, dispuso que fueran incomunicados por treinta y cuatro días. EHA reapareció hasta el 23 de noviembre de ese año, bajo la dirección Juan Sarabia. La defensa de los periodistas estuvo a cargo del Lic. Francisco A. Serralde.

2 Texto de la caricatura publicada en EHA, núm. 820, 20 de julio de 1902, p. 1394, bajo el título "El ejército reyista".

3 Telésforo Ocampo. Juez militar. En 1909-1910, fue colaborador de El Debate, (México, D. F.) de Guillermo Pous y Luis del Toro.

4 Evaristo Guillén. Colaborador de EHA. Firmó la protesta expedida por el Club Ponciano Arriaga, el 23 de febrero de 1903, contra las persecuciones a la prensa independiente.

5 Federico Pérez Fernandez. Periodista capitalino. Administrador de EHA hasta 1903.Fundador y administrador de El Colmillo Público.

Hay en las dictaduras misterios que pasman.

En efecto: en una dictadura, donde sólo ordena una voluntad y todos obedecen el mandato; en un sistema político esencialmente militar donde la orden del superior es una ley que de debe ser acatada sin titubear, sin reticencias, sin que le sea permitido al inferior no sólo protestar contra la orden, pero ni siquiera hacer la más ligera observación acerca de ella; en un sistema así no es posible concebir que un subalterno ose poner trabas a las órdenes del jefe y procure por cuantos medios halle a la mano oponerse a la voluntad de su superior.

Pero entre nosotros hemos visto contrariada esa ley a cuya observancia se debe la existencia de las tiranías.

Entremos en materia.

El último atentado cometido contra nuestro semanario, atrajo la atención, no sólo del público en general, sino de los altos círculos políticos.

En todas partes se han hecho y siguen haciéndose desfavorables comentarios contra los procedimientos ordenados por el ministro de la guerra en contra de El Hijo del Ahuizote. El escándalo dado por el militarismo ha alarmado a todos, pues todos temen justamente, que andando el tiempo, si antes no se corrige el mal, sobre la Constitución, sobre los principios y hollando todos los derechos y lastimando las prerrogativas todas del ciudadano, se yerga insoportablemente altanera la ley marcial.

El escándalo fue tal que tuvo que ser discutido en consejo de secretarios de estado. Los miembros del gabinete estuvieron acordes en declarar abusivos los medios empleados por su colega el general Reyes y los servidores de éste, para sofocar el grito de indignación que se levantó cuando se conocieron las maquinaciones puestas en juego por ese ministerio para alcanzar la presidencia de la república. El mismo Reyes declaró terminantemente en una junta de secretarios de estado que, en efecto, había obrado con ligereza, pues comprendió que no era competente el militarismo para conocer cuestiones de imprenta. Pero en junta posterior, Bernardo Reyes, recordando tal vez el poderío que logró alcanzar en la frontera del Norte sobre los indefensos ciudadanos, se levantó, se alzó, y con autoridad de militar, con la arrogancia del soldado que se encara con su enemigo inerme, declaró que sostenía la competencia de la fuerza armada para juzgar asuntos periodísticos, aprobando los atropellos, sancionando las arbitrariedades que contra nosotros llevó a cabo el juez Telésforo Ocampo.

Aunque el medio político en que vivimos no puede ser más inmoral; aunque la dura lección que hemos estado recibiendo desde que se entronizó el militarismo ha maleado los caracteres, la justicia, la escarnecida justicia se sobrepuso y protestó contra la preponderancia del sable. El señor don Justino Fernández1, ministro de justicia, declaró ante la arrogancia del machete, que él, el señor Fernández, no consentiría que los tribunales militares juzgasen a los periodistas mientras fuese ministro de justicia. El señor Mariscal2, ministro de relaciones exteriores, apoyó la digna actitud del señor ministro de justicia contra las absurdas pretensiones de Bernardo Reyes.

La honrada actitud del señor Justino Fernández ha merecido la aprobación del público sensato, del que no adula, del que no solicita el favor de la claudicante administración actual para vivir y prosperar.

El general Díaz, que ha tenido siempre el empeño de hacer creer a los espíritus superficiales que su gobierno es sólido, por más que solo cuente con la fuerza de bayonetas mercenarias, el general Díaz, decimos, viendo que en su gabinete se iniciaba pujante un cisma, medió en la controversia y declaró, que puesto que los secretarios de estado no podían llegar a un acuerdo en nuestro asunto, se dejase en libertad a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que resolviese en el negocio.

El general Díaz, pues ORDENÓ que el negocio lo resolviese la suprema corte como lo juzgase conveniente.

Esa orden, en una dictadura bien definida como la nuestra, tenía que ser acatada por Bernardo Reyes. Pero no fue así.

El aspirante a presidente comprendió que la corte obraría en justicia y contraviniendo la ORDEN puso en juego su influencia, ordenó a su hijo Rodolfo3 que entrevistase a algunos magistrados, y él, por su parte, recomendó el asunto a todos ellos para que fallasen en contra nuestra, esto es, en contra de la justicia.

Pero la suprema corte obró con rectitud y mandó suspender los torpes procedimientos ordenados por Reyes.

Este acto de justicia de la corte ha merecido el aplauso de la nación entera.

Ahora bien: si en las dictaduras no hay más régimen que el militar en el que una voluntad orienta y los subalternos obedecen, sin observación, sin protesta ¿por qué desobedeció Reyes la orden del general Díaz por la que se dejaba a la suprema corte en libertad para fallar en nuestro asunto?
Bernardo Reyes contrarió esa orden, y en una autocracia, la desobediencia del empleado inferior se castiga con la destitución. Para que pueda existir un gobierno que no cuenta con la voluntad del pueblo, como nuestro gobierno, es preciso que todos los que pasan sobre el país caminen acordes, pues no es dable imaginar que entre los opresores haya rebeldías que debiliten la autocracia.

Nosotros, como demócratas, repudiamos todo lo que no tenga asiento en la voluntad popular. Por el republicanismo luchamos, y por su causa, que es la de la nación, jugamos impasibles nuestra tranquilidad y la de nuestra familia, aunque sepamos que en el fondo de una encrucijada pueda sorprendernos fatídica como el crimen la salvaje Ley Fuga….. Pero, como dijimos al principio, hay en las dictaduras misterios que pasman, Bernardo Reyes, a pesar de hacer contrariado la orden de su jefe el presidente, no ha sido castigado.

Es preciso que el general Díaz le exija su admisión.

– – – – NOTAS – – – –

1 Justino Fernández (1828-1911). Abogado capitalino. Diputado al Congreso desde 1855. Miembro de la Junta de Notables al promulgarse la Constitución de 1857. Gobernador de Hidalgo (1873-1876) y diputado por San Luis Potosí. De 1885 a 1901 fue director de la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Ministro de Justicia e Instrucción Pública, (1901-1905) y ministro de Justicia (1905-1911).

2 Ignacio Mariscal (1829-1910). Abogado oaxaqueño. Partidario del Plan de Ayutla. Diputado al Congreso Constituyente de 1856. Durante la guerra de Tres Años se mantuvo al lado de Juárez. Ministro de la Suprema Corte de Justicia en vísperas de la intervención francesa. Secretario de la Legación mexicana en Washington (1863-1867). Secretario de Justicia e Instrucción pública del gabinete de Juárez. Ocupó diversos cargos diplomáticos y de procuración de justicia. Ministro de Relaciones Exteriores en varias ocasiones entre 1871 y 19110. Cultivó la poesía: Don Nicolás Bravo o clemencia mexicana (1895), Episodio en la vida de Juárez (1906) y Poesías (1911).

3 Rodolfo Reyes Ochoa, (1878-1954). Abogado tapatío, hijo del general Bernardo Reyes. Promotor político de su padre por medio del periódico La protesta (1902). Ministro de Justicia en el gobierno de Victoriano Huerta (1913). A partir de 1914, vivió en el exilio en España. Miembro de la Real Academia de Jurisprudencia de Madrid. Escribió De mi vida (1929).

La tiranía esta produciendo sus amargos frutos. Ayer, el hombre que tenía conciencia de su calidad de ciudadano se erguía enérgico y viril, ya para reclamar la integridad de sus derechos como para exigir el respeto a las instituciones.

Igualmente el hombre deseoso de gloria y de una justa buena fama, sabía levantarse, sabía alzarse por encima de todas las preocupaciones y desafiando el encono de la tiranía, convencido de que su legítimo valimiento había de llevarlo a la deseada meta.

Pero hoy a fuerza de terror se ha logrado producir un medio cobarde, los ciudadanos han perdido la entereza de sus mayores y una generación enclenque y pusilánime ha ocupado el puesto que ayer perteneció a los hombres que supieron darnos patria y libertad.

Triste es, en verdad, hacer estas reflexiones, pero ojalá que la amargura que nos producen nos estimule y nos dé fuerzas para que seamos dignos de nuestra raza y de nuestra historia.

Un ejemplo del triste fruto de la tiranía, lo tenemos en la falta de franqueza y resolución política que caracteriza al general Bernardo Reyes.

En efecto; este hombre que alimenta en su pecho una desbordante ambición por la presidencia de la república; este funcionario que pone todas sus energías al servicio de sus anhelos de grandeza y poderío, no se atreve a asumir en la lucha política una actividad viril y resuelta.

Cuando hacía la desgracia de los estados fronterizos, un periódico de esta capital tuvo el poco tino de postularlo para presidente de la república, y Reyes, lleno de terror, considerándose enano al lado del general Díaz, sintiéndose débil, protestó contra el periódico que lo postulaba y manifestó públicamente que se consideraba incapaz de desempeñar la primera magistratura de la nación.1

Ese paso dado por Bernardo Reyes protestando contra la conducta del periódico que lo postuló, llevó al pueblo la convicción de que el ex-gobernador de Nuevo León no era un hombre a propósito para ocupar la presidencia de la república, que requiere hombres de temple incapaces de rehuir cualquiera responsabilidad.

Después de ese suceso, nadie creyó que Reyes aspirase a ser presidente pero hechos posteriores de ese personaje han venido a comprobar que el pueblo vivía engañado.

Bernardo Reyes, comprendiendo que su debilidad no podrá ponerse frente a frente del general Díaz, comenzó a trabajar en la sombra. Otra razón tenía además para trabajar de ese modo.

Convencido de su insignificancia política, no podía trabajar con franqueza, porque es sabido que los hombres sensatos vuelven las espaldas a los que sin aptitudes para ello, pretenden escalar grandes alturas y previó con razón, que la rechifla popular sería el eco de sus maquinaciones.

Trabajó, pues, en la sombra pero sólo los grandes talentos políticos pueden tener el tacto necesario para engañar por largo tiempo al pueblo, y decididamente, el general Reyes carece de ese tacto, porque todos supieron traducir por ambición personal lo que él trabajosamente quiso hacer pasar por iniciativas patrióticas.

Creó la pobre 2ª Reserva para elevarse, para hacer política, para rodearse de partidarios fáciles, y todos descubrieron lo que hay en el fondo de esa llamada institución patriótica.

Al verse descubierto montó en cólera y arremetió contra clubs liberales, contra ciudadanos independientes y periódicos honrados.

Ya entonces para nadie fueron un misterio las maquinaciones del aspirante a presidente. El carácter impulsivo del general Reyes no es el más a propósito para un político.

Sin embargo, Reyes continúa haciendo política y para ayudarse ha instalado clubs reservistas, paga escritores venales y ha fundado papeles vergonzantes como La Protesta2 que dirigida por su hijo Rodolfo y garrapateada por tres o cuatro de sus paniaguados, ha servido para caricaturizar la endeble personalidad política de su sostenedor.

Reyes, viéndose aislado, ha tenido que solicitar la ayuda de su hijo para que en compañía de Barrón y Montes de Oca, proporcione a su personalidad el lustre que le han negado sus torpes procedimientos como hombre público.

El general Reyes, por lo visto hace política y tal circunstancia nos sugiere una reflexión.

Dijimos en otro número que hay en las dictaduras misterios que pasman3 y hablamos de uno de ellos. Ahora se nos presenta otro.

Sabido es que al general Díaz no le agrada que alguien haga política. Sólo él quiere mandar y su mayor orgullo consiste en sobreponerse a todo, arrebatar los derechos de todos confeccionar leyes a su arbitrio, afeminar voluntades viriles, sojuzgar pueblos y ahogar toda voz de protesta bajo el paso de su bota triunfadora.

Sin embargo, parece que el general Díaz permite que Reyes haga política. He ahí el misterio.

A pesar de todo, Reyes, como servidor, como empleado de una autocracia, no tiene derecho a hacer política valiéndose de su mermada influencia para apoyar su negativo prestigio. Su obligación consiste en la obediencia ciega a su protector Díaz, puesto que para eso se ha comprometido a servir en una dictadura, y cualquier acto suyo que contraríe las determinaciones o deseos de su jefe es considerado como una rebeldía.

Está bien que nosotros, los que no hemos abdicado de nuestras prerrogativas de ciudadanos; los que a pesar de la tiranía tenemos aún fuerzas para protestar contra los desmanes del poder; los que a pesar de las persecuciones del despotismo levantamos nuestra voz para defender los derechos hollados: está bien, decimos, que nosotros nos encaremos a la tiranía y hagamos públicos los desaciertos gubernamentales que desprestigian el país y hacen de nuestra patria una cafrería expuesta a los atropellos de todo déspota. Pero Reyes, el hombre que merced a la protección del general Díaz ha logrado ocupar puestos públicos que jamás habría alcanzado con sus raquíticos esfuerzos, comete un acto reprobable haciendo política contra los deseos de su jefe.

Decididamente el general Díaz debe exigir su dimisión al ministro Reyes.

– – – – NOTAS – – – –

1 Véase, supra., art. 7, «No habrá redención.»

2 La Protesta «La intriga como base, el poder como medio y el lucro como fin. (Credo científico).» (1902), México, D. F. Dir. Rodolfo Reyes. Cols. Antonio Ramos Pedrueza, Heriberto Barrón, Rodolfo Reyes, José López Portillo y Rojas, Rafael Zubarán, Salomé Botello, José M. Lozano, Rafael de Zayas Enriquez.

3 Véase, supra., art. 12, «Rebeldía oficial».

En México ocurre lo que no pasa en ninguna parte.

¿En qué país, a no ser que se trate de una cafrería, son una irrisión las garantías individuales? ¿En qué país se hace mofa de los derechos del hombre y se atropella al ciudadano para satisfacer ruines venganzas?

Da vergüenza responder a esas preguntas, pero tenemos que hacerlo si hemos de ser francos y leales. Da vergüenza responder porque hay que confesar que sólo en nuestra república se veja al ciudadano, sólo aquí se le ultraja con mengua de nuestra decantada civilización y con evidente menoscabo de los principios de humanidad y de justicia.

A diario vemos en las columnas de los periódicos asalariados, noticias halagadoras del grado de cultura que hemos alcanzado. En esas noticias la consigna oficial nos quiere dar a entender que el progreso con que se nos engaña, es obra de los hombres del poder y que la civilización que hemos alcanzado no es más que el fruto de los desvelos de "esos hombres desinteresados," que teniendo en sus manos el destino de nuestra patria, ponen todas las energías al servicio de ella.

¡Cruel sarcasmo! Las halagadoras noticias de los periódicos venales no son más que cínicas declaraciones que tienden a encubrir todo lo podrido que hay en las monarquías barnizadas de repúblicas.

En ninguna parte como aquí se desprecia tanto el derecho de los ciudadanos. El militarismo ha sentado sus reales en nuestra patria y a eso se debe la falta de respeto a las garantías individuales y a eso se debe también nuestro lamentable retroceso.

La soldadesca no es un factor de progreso. La soldadesca, pasional de suyo, no obedece más que a sus impulsos o sus arrebatos. En vano se pedirá discernimiento a la fuerza bruta.

Y a la acción disolvente de la soldadesca, agregamos la doctrina inmoral del clero, no nos costará ningún trabajo hacernos cargo de nuestra condición de esclavos del acicate y de siervos de la sotana.

A esa condición hemos quedado reducidos los descendientes de aquellos hombres, más vigorosos que nosotros, que en un medio de mojigatería y de opresión supieron ser viriles en Ayutla arrojando el guante al doble monstruo: militarismo y clero.

El militarismo como factor de retroceso, ha causado y continúa causando serios males. Ensoberbecido como está, ha llegado al extremo de ajustar a los paisanos al despótico cartabón de la milicia y en su inmensa megalomanía se ha soñado dueño y señor de vidas y haciendas.

El que osa protestar es perseguido, encarcelado, asesinado….. ¡La república mana sangre…..!

No se ha llegado a respetar ni al periodista. Olmos y Contreras,1 Ordóñez,2 Valdés,3 Ignacio Martínez,4 Rivero Echegaray5 y otros más dan fe desde sus tumbas, de que en la que llamamos república mexicana no se respeta el pensamiento y de que los cargos que contra la tiranía formula el periodista independiente, son contestados a balazos o a puñaladas.

El calabozo o la Ley Fuga: he ahí los supremos argumentos de todas las tiranías.

Nuestros compañeros presos en la Prisión Militar de Santiago Tlatelolco, señores Ricardo y Enrique Flores Magón, Evaristo Guillén y Federico Pérez Fernández, no han recibido aún la muerte, pero en cambio han sido objeto de los más burdos atropellos, que redundan en descrédito para la nación.

En ninguna parte se ha visto que al periodista se le dé el trato que se acostumbra dar a los facinerosos. Quedaba reservado al militarismo poner en caricatura la civilización nacional, conduciendo entre tropas armadas a nuestros compañeros a la Prisión Militar.

¿Qué se propuso la fuerza bruta al conducir a nuestros compañeros por las calles de la capital en cuerpo de patrulla?6

Si trató de avergonzarlos, no lo logró. Las buenas causas están por encima de las miserias de la vida. El hombre que se ve atropellado por haber cometido un acto noble, no puede avergonzarse del atropello que sufre, sino del ridículo en que ponen a la patria los que por satisfacer ruines venganzas se entregan a vituperables excesos.

Nuestros compañeros están convencidos de que no es un atropello el amor a la patria, y considerando los señores Ricardo y Enrique Flores Magón que se les molestaba injustamente conduciéndolos entre tropa armada, con el mismo insolente lujo de fuerza con que se amedrenta a los bandidos, se irguieron indignados al grito de ¡¡MUERA LA TIRANÍA!!…..

Y ese grito de suprema indignación lo lanzaron tres veces, así, como una enérgica protesta contra todo lo que oprime, contra todo lo que envilece, contra todo lo que pretende sofocar los sanos impulsos para convertir en miserables esclavos a los que deberán ser hombres libres.

El Hijo del Ahuizote protesta indignado contra la insolencia del machete. Ya no queremos machete ni sotanas ni monarquías vergonzantes.

¡Queremos ciudadanos; queremos república!

– – – – NOTAS – – – –

1 Jesús Olmos y Contreras (1850-1895). Periodista poblano. Dirigió El Verbo (1880), El Monitor Político (1889-1892), Crisis (1892) y La Voz de la Verdad (de 1893 hasta su muerte). En julio de 1895 atribuyó la responsabilidad de la violación de dos jóvenes alemanas al gobernador Mucio P. Martínez y al inspector de policía local. Días después fue asesinado a puñaladas en el barrio de La Acequia.

2 Pedro Ordóñez. Periodista hidalguense. Preso en 1890 por sus ataques al gobernador Rafael Cravioto. Murió en la cárcel de Pachuca el 2 de abril de 1894.

3 José Cayetano Valadés (18??-1879). Periodista sinaloense, editor de La Tarántula. Fue asesinado el 27 de enero de 1897 en Mazatlán. La opinión pública señaló al gobernador Francisco Cañedo como el autor intelectual del crimen. Se celebraron tumultuosas manifestaciones denostando al mandatario que tuvo que huir a Culiacán.

4 Ignacio Martínez (1838?-1891). Médico y militar tamaulipeco. Con grado de general participó en los levantamientos encabezados por Porfirio Díaz . Editor del semanario antiporfirista y antireyista El Mundo en Brownsville, Texas. Con Catarino Garza y Paulino Martínez, estableció una junta revolucionaria en Laredo, Texas, en 1890. Murió asesinado en esa ciudad texana en 1891. Publicó: Viaje universal. Visita a las cinco partes del mundo (1886).

5 Vicente Rivero Echegaray. Periodista tamaulipeco. Director y redactor del periódico tampiqueño de oposición Bala Rasa. Publicó en Tampico el periódico El Porvenir (1905). Fue asesinado a causa de la publicación de una caricatura en Bala Rasa por órdenes del jefe político del distrito, Antonio Longoria.

6 Refiérese al traslado a pie y entre soldados de los periodistas de EHA, del cuartel del 24º Batallón a la prisión de Santiago el 14 de septiembre de 1902.

Parece que ya no tenemos remedio.

Ayer fue Bernardo Reyes el que tembló cuando un periódico independiente tuvo la humorada de postularlo para presidente de la república1. Su ejemplo de falta de valor ciudadano debía ser imitado.

Posteriormente Melitón Hurtado, militar como Reyes, fue postulado para gobernador de Jalisco y Melitón voló a la redacción del Imparcial, para protestar contra los que tuvieron el mal gusto de postularlo.

Ahora vemos, también en El Imparcial, la declaración de un tal Mariano Ruiz2, militar como Melitón y Reyes, que protesta contra los que tuvieron la pésima idea de postularlo para gobernador de Puebla.

No cabe duda de que degeneramos. Hoy todos tiemblan cuando el pueblo, esto es, el soberano, quiere imponer una candidatura. El servilismo ha echado profundas raíces, y cuando se recuerda que hay un hombre que está sobre los principios, a él se ocurre en lugar de obedecer la voluntad popular.

Todo eso es triste. Pero también en todo eso tenemos una lección. No es posible que haya virilidad cuando todo se subordina a la voluntad de un individuo. El pueblo debe comprender que es preciso que haga sentir su soberanía para evitar, de ese modo, esos ejemplos de falta de respeto a la voluntad popular.

Además, el pueblo debe convencerse de que los individuos que sirven a la actual administración pública, son máquinas, instrumentos, empleados sumisos, pero no hombres que puedan asumir alguna vez una actitud resuelta delante de sus amos.

Bernardo Reyes, el hombre que como gobernador de Nuevo León fue el azote de la frontera del Norte, rehusa salir al frente de su hoja La Protesta, y hace que se exhiban los "barriletes" de su hijo Rodolfo.

Sin embargo; para los que hemos tenido la oportunidad de conocer las pobres producciones literarias del aspirante a presidente, producciones donosamente criticadas por el notable escritor liberal señor don Fernando Iglesias Calderón3, no podemos pasar inadvertida la paternidad de don Bernardo en ciertos artículos en los que abunda aquella fraseología cursi característica del general escritor.

El general Reyes, ya que aspira a la Presidencia de la república, debería ponerse al frente de La Protesta, para de ese modo relevar a su hijo de la ingrata tarea de tener que defender a su propio padre. Sobre todo, en política es necesario la entereza.

Allá, en Lampazos, N. L., en un humilde pero honrado hogar, se llora la ausencia de un miembro querido, arrebatando de allí para alimentar ese pulpo que se roba las energías de las naciones y que se llama: ejército.

Fungía de secretario del "Club Liberal Lampacense," el honrado liberal señor Luis M. Benavides4, y eso le bastó para conciliarse el encono del desprestigiado reyismo.

Los esbirros de ese inicuo partido buscaron un pretexto para molestar al honrado liberal, y no lo encontraron; ¡como que la laboriosa vida del patriota solo podía ser digna de encomio!

Entonces los esbirros, apoyándose en la llamada ley de servicio militar obligatorio, lograron consignarlo al servicio de las armas.

El señor Benavides es el único sostén de su familia, pero eso no ha importado a la tiranía; ante todo es un buen liberal y eso basta para considerarlo como malhechor. Además, es fronterizo, y Reyes odia con especialidad a la frontera.

El señor Benavides pidió amparo patrocinado por el enérgico pasante de derecho señor Guajardo5, pero el juez de distrito de Monterrey, un tal Roel, se mostró negligente, para satisfacer así al reyismo.

Y mientras se consuma la vejación en la persona del señor Benavides, su anciana madre agoniza, esperando en vano que su infortunado hijo ocurra a recibir el más sagrado de los ósculos, el que deposita una madre moribunda en la frente de su hijo idolatrado…..

¡Oh! el encono político de los poderosos dará crueles resultados……
Por fortuna para la patria, se acerca la hora de las represalias y entonces…..

Otra vez más vuelve a escandalizar la desprestigiada administración dehesista en Veracruz.

Este infortunado Estado, que ha venido sufriendo el flagelo de los favoritos del inepto Dehesa6, se ve de nuevo convertido en teatro de desmanes y de infamias.

El conocido poeta, señor Edilberto Pinelo7, está siendo víctima de incalificables atropellos. Sus enemigos políticos se ceban en él y lo hacen el blanco de sus iras, todo porque el señor Pinelo no es servil, ni solicita la ayuda de una administración que se desmorona minada por su propia corrupción.

Sin embargo, lo que más repugna, lo que perfila con más dureza la fisonomía moral de los enemigos políticos del señor Pinelo es la persecución que han emprendido contra la esposa de este señor8, tan sólo porque pidió amparo a nombre de su esposo por los atropellos de que éste es víctima.

Si no bastaban el dominio del juego, ni la venalidad de ciertos jueces, ni la arbitrariedad de casi todas las autoridades, ni la cínica fatualidad de los favoritos de Dehesa para desprestigiar la administración pública de Veracruz, sobra con la persecución emprendida contra la señora de Pinelo para demostrar, que los tiranos de Veracruz han arrojado las máscaras por innecesarias, convencidos de su superioridad sobre el oprimido pueblo.

– – – – NOTAS – – – –

1 Véase, supra., art. 7, "No habrá redención."

2 Mariano Ruiz. Militar nayarita. Participó en la Guerra de Tres Años y realizó campañas contra los franceses en Puebla Tlaxcala e Hidalgo. Jefe político y comandante militar del Territorio de Tepic. Intervino en la huelga textil, promovida por los hermanos Enrique y Pedro G. Elías, influidos por el magonismo en la Fábrica Bella Vista en 1905. Reprimió el maderismo en el territorio. En 1912 obtuvo su retiro, pero solicitó su reingreso en 1913, petición concedida por Huerta.

3 Fernando Iglesias Calderón. (1856-1942). Abogado e historiador. Hijo del escritor y político liberal José Ma. Iglesias. Opuesto a Porfirio Díaz. Formó el Comité Patriótico Liberal. Entre 1901 y 1907 publicó una serie de opúsculos titulada Rectificaciones históricas, en la que contrarrestó la revisión porfirista de la historia mexicana de la segunda mitad del siglo XIX. Inició su carrera política después del triunfo de Francisco I. Madero. Sus artículos denunciando a Victoriano Huerta como autor intelectual del asesinato de Madero y Pino Suárez lo llevaron a la prisión de San Juan de Ulúa. Presidente del Partido Liberal de 1912 a 1925. Seandor por el Distrito Federal (1912-1913; 1920-1924). Alto comisionado de México, con el rango de embajador en Washington en 1920.

4 Luis Mario Benavides (1875-?). Periodista lampacense. Publicó a principio del siglo, junto con Tomás de Hoyos y Antonio I. Villarreal, el periódico El Tecolotito. Colaboró en El Lampacense (1891), en El Día, El Diario del Hogar y EHA. En 1900 intervino en la fundación del Club Liberal Lampacense. Preso en Monterrey en 1902 e incorporado al 9º Batallón. Se fugó y asiló en Laredo, Texas, E.U.A., donde creó el rotativo Pro-Patria. En 1910 trasladó su periódico a San Luis Potosí, pero tuvo que salir nuevamente del país en 1913. En San Antonio, Texas, editó la revista ABC durante ocho años. De regreso en México publicó El Orden en Tampico, Tamps., y más tarde El Diario del Centro, en Aguascalientes. En 1934 dirigió El Demócrata y fue jefe redactor de Acción, ambos en San Luis Potosí. Autor de Pluma y alma.

5 Probable alusión a Esteban E. Guajardo. Abogado regiomontano. Fundador y director de La Constitución, semanario antirreyista que se publicó del 12 de febrero al 31 de marzo de 1903.

6 Teodoro A. Dehesa (1848-1936). Simpatizante de Porfirio Díaz, a quien ayudó a fugarse del país tras el fracaso del Plan de la Noria. Gobernador de Veracruz de 1892 a 1911. Tras la caída de Díaz se exilió en La Habana. Volvió a México durante la presidencia de Huerta, con quien tuvo fuertes desavenencias que lo orillaron a exiliarse de nuevo en 1915. Regresó definitivamente a México durante la presidencia de Álvaro Obregón.

7 José Edilberto Pinelo. Ferrocarrilero veracruzano; periodista liberal y masón. Junto con su esposa Josefa Arjona de Pinelo y León Aillaud, fundó el club liberal Gutiérrez Zamora y formó parte del Sebastián Lerdo de Tejada, del Gran Club Liberal Mexicano y del Club Liberal Juvenil Lerdo de Tejada, todos ellos en Veracruz. Fue arrestado en varias ocasiones entre 1902 y 1905 por sus actividades dentro del gremio ferrocarrilero. Hacia 1906 se vinculó al grupo de Juana B. Gutiérrez de Mendoza y Camilo Arriaga. Participó en el Plan de Tacubaya (1911). Durante el gobierno provisional de León Aillaud fue nombrado comisario de policía de Veracruz (1911-1912). Simpatizó con el zapatismo.

8 Josefa Arjona de Pinelo (1875-1948). Hija de la rectora de la cárcel de mujeres de Veracruz. Participó en la fundación del Club Gutiérrez Zamora y del Club Liberal Sebastián Lerdo de Tejada. Fue miembro del Gran Círculo Liberal Veracruzano. En 1907 participó en la huelga de Río Blanco e ingresó en el grupo Socialista Mexicano de la capital de la República, se involucró en los preparativos insurreccionales del Plan de Tacubaya.

Cuando para escalar los altos puestos públicos, se pone en juego el terror; cuando para realizar una desmesurada sed de mando se encarcela al enemigo político y se le veja y se le escarnece y se le abofetea con detrimento de la civilización y de la justicia; cuando despreciando la razón se hace uso de la violencia para someter a los enemigos, ya que no para convencerlos; cuando sobre los principios pretende erguirse una personalidad carente en lo absoluto de prestigio, no es difícil prever la caída del arrogante personaje que puso al servicio de sus ambiciones políticas las energías, que por débiles que fuesen, hubieran sido benéficas si en lugar de servir para enardecer egoísmos se las hubiera puesto el servicio de la patria.

Bernardo Reyes, el afortunado militar que merced a su buena suerte pudo salir de la insignificancia de la vida militar en tiempo de paz, para llegar a ocupar altos puestos en la administración actual, sufrió el vértigo de las alturas y quiso ascender más alto aún. Envidió las robustas alas de los cóndores y en su fiebre de grandeza se sintió cóndor; pero sus alas eran débiles: la escuálida 2ª Reserva y una hoja nauseabunda, La Protesta.

No era, pues, difícil prever la caída del nuevo Ícaro. Soñó llegar al sol de la presidencia y ese sol le fundió las alas. El general Díaz destituyó al ministro Bernardo Reyes.

Y como Ícaro, ahogó su ambición en la amarga onda del desprestigio político.

En números anteriores decíamos que hay en las dictaduras misterios que pasman1. No podíamos comprender que Bernardo Reyes continuara al frente del Ministerio de la Guerra, cuando para nadie era ya un misterio que ese militar hacía política, y además, todos sabemos que al presidente Díaz le desagrada que alguien haga política. El presidente desea máquinas, instrumentos, burócratas obedientes y sumisos, incapaces de tener voluntad que se oponga a la soberana voluntad que priva en las autocracias.

Pero el misterio se desvaneció. El general Díaz ha destituido al ministro Bernardo Reyes.

Parece que el presidente Díaz sólo esperaba un nuevo acto de rebeldía por parte de Reyes, para castigarlo.

En efecto. Aunque la prensa venal nada ha dicho sobre el particular, el público sabe que han sido encarcelados en Belem algunos de los redactores de la hoja. La Protesta, periódico fundado por mandato de Reyes para desprestigiar al «limantourismo.»2

En virtud de la persecución iniciada contra La Protesta, persecución que ha causado escándalo por saberse que es órgano de Bernardo Reyes, y, además, porque interviene en dicha hoja el licenciado Rodolfo Reyes, hijo del ministro, se reunieron los ministros para tratar del asunto y acordaron sobre la conveniencia de encarcelar también a Rodolfo.

El general Díaz convino en ello, pero….. ¿quién ignora que Bernardo Reyes es capaz de insoportables impulsos?…..

La frontera fue el escenario de estupendas tragedias cuando Reyes fue el azote de los estados del Norte de nuestra república; allí se sometió al más odioso de los vasallajes a cuanto ciudadano había digno y altivo, y sólo obtuvieron los favores de la tiranía reyista los que se despojaron de la dignidad del ciudadano para arrastrar por las alfombras de los salones gubernamentales la vil librea del lacayo…..

Después, cuando fue traído y puesto al frente del ministerio de la guerra, continuó su labor liberticida. Comenzó por querer convertir en máquina al ciudadano, e instituyó la pobre 2ª Reserva, para tener aliados…..

Más tarde, cuando comprendió que el Gran Partido Liberal le era hostil, porque el liberalismo no quiere ni machetes ni sotanas, emprendió la más absurda de las cruzadas contra los clubs liberales y los periódicos independientes. Cayó sobre Lampazos y puso en la cárcel a los dignos miembros del Club Liberal Lampacense3; influyó para que no se instalaran clubs liberales en la frontera, amedrentó a los liberales de Pachuca;4 puso presos a los señores Jesús y Ricardo Flores Magón porque fueron los primeros en exhibirlo como una amenaza para la tranquilidad del país;5 aleccionó a su instrumento Heriberto Barrón para disolver el «Club Liberal Ponciano Arriaga,» de San Luis Potosí;6 encarceló a los redactores de La Gaceta de Guadalajara,7 y atropelló por medio de la soldadesca a nuestros compañeros presos en Santiago Tlatelolco…..

Lo impulsivo de su carácter tenía que perder a ese mal funcionario. La tarea liberticida y su desbordante ambición tenían que dar al traste su personalidad política.

Reyes se opuso a que su hijo Rodolfo entrase a la cárcel, y el general Díaz castigó a su ministro destituyéndolo…..

El general Díaz tiene la culpa de los desmanes de Bernardo Reyes. ¿Para qué pone en el ministerio individuos que carecen de tacto político?

De todos modos, El Hijo del Ahuizote, siempre liberal y siempre honrado, amante como es de la libertad y de la felicidad de la patria, felicita al pueblo porque Reyes es ahora un cadáver de la política. ¡En su caída lleva consigo todas sus ambiciones, pero si alguna vez pretende levantarse ese cadáver, yérguete, pueblo, y haz sentir tu soberana voluntad sofocando las ambiciones de los que quieren cargarte de cadenas!

– – – – NOTAS – – – –

1 Véase, supra., art. 12, «Rebeldía oficial».
2 Facción política que se mostraba favorable a José Ives Limantour, como posible sucesor de Porfirio Díaz. Sus partidarios se reclutaron entre los científicos, aunque esta corriente política nunca llegó a manifestarse pública y abiertamente sobre la candidatura.

3 Tomando como pretexto la quema de un «judas», el 5 de abril de 1901 fue suprimido el Club Liberal Lampacense; fueron encarcelados sus miembros: Francisco Naranjo y Vidal Garza Pérez, Carlos Zertuche, Ernesto Bravo, Luis Mario Benavides, Herlinda Garza, Matilde Iruegas, Prudenciana Martínez, Dolores naranjo, María García Leal, Felipe Naranjo, Juan Weiman, Igancio Martínez, Antonio Zepeda, y Tomás Hoyos.

4 Refiérese a la disolución de la «Corporación Patriótica Privada», el 28 de julio de 1901 en Pachuca, Hgo.; dicha corporación, presidida por Fernando P. Tagle y constituida el 27 de mayo de 1900, en torno a las elecciones estatales, postuló a Antonio Peñafiel como su candidato a la gubernatura.

5 Se refiere a la prisión que Jesús y Ricardo Flores Magón sufrieron de junio de 1901 al 30 de abril de 1902. Las denuncias contra Bernardo Reyes en este sentido fueron expuestas en la serie de artículos: «El Gral. Reyes. Su candidatura». véase, Regeneración, 1900-1901, arts. núm. 690, 696, 705, 735.

6 Véase, supra., n. 7.

7 La Gaceta de Guadalajara (¿?-¿?), Guadalajara, Jalisco. Dir. Guillermo Harvingson. Fue denunciada por Fernando Ortiz Rosas, exalcaide de la penitenciaría de Guadalajara y perseguida en agosto de 1900. Véase Artículos Políticos I. pp.

Se dirá que es sucio zarandear cadáveres, pero a veces es práctico exhibir a la multitud los cadáveres políticos.

No es que pretendamos cebarnos en el caído, no. El caído cuando no nos infunde respetos, se atrae nuestra conmiseración.

Pero hay caídos a quienes el despecho que les ocasiona la derrota los vuelve insufribles. Eso ha sucedido con Reyes.

Este militar, que por medio de su papel El Popular, nos acusó de haber lastimado la disciplina militar, cuando pusimos de manifiesto la inutilidad de la pobre 2ª Reserva, ha ofendido esa tan llevada y traída disciplina de los soldados.

Al ser despedido Reyes del ministerio por el presidente Díaz, el ex-ministro y no sabemos si ex-aspirante también, tuvo un agrio altercado con el mismo Díaz a quien le dijo que hacía renuncia de la banda de general de división1.

Por tal acto de rebeldía, urge que se procese al ex-ministro, porque no está bien que los militares se opongan a las determinaciones de sus jefes, pues aunque por favorecerlo se le haya regalado el grado de general de división, eso no lo faculta para renegar del grado según su mal humor o para desceñirse una banda porque considera herida su susceptibilidad de aspirante infortunado.

Repetimos; debe procesarse al general Bernardo Reyes. Así lo exige la tan asendereada disciplina de los soldados.

El Popular, papel reyista que vomitó todo el coraje de su amo sobre nuestros compañeros presos en la Prisión de Santiago Tlatelolco, dijo que el militarismo era el sostén de la justicia y que sin el apoyo de la fuerza bruta ni habría derechos, ni garantías, ni libertad, ni nada…..

Sin embargo, la historia nos enseña que el sable siempre chorrea sangre….. La historia nos enseña que las cadenas y los grillos son los auxiliares del machete, y aquí en México, la odiosa Ley Fuga es la resultante de la fuerza bruta.

En calidad de "reemplazos" permanecían en el cuartel del 24º Batallón, tres pobres hombres, de esos que el militarismo arranca del trabajo para ponerles en las manos el bárbaro fusil.

Los tres hombres pidieron amparo contra su consignación al llamado servicio de las armas, pero como el militarismo no es el sostén de la justicia, ni de las garantías individuales como quiere el pobre Popular, tan pronto como hubieran requerido al amparo fueron enviados a Yucatán ….. y de ese modo, la justicia queda burlada por el sable.

El pueblo debe comprender que uno de sus mayores enemigos es el militarismo, que gusta de sojuzgarlo y de tiranizarlo.

Ya hemos dicho que Bernardo Reyes carece de tacto político. Él abrigará inmensas ambiciones, pero no llegará a la presidencia de la república.

Además, desampara a sus paniaguados.

Los individuos presos en Belén por el asunto de la Protesta,2 creyeron que los defendería Reyes, puesto que por él luchaban. Pero no fue así.

Reyes sólo trató de salvar a su hijo Rodolfo, abandonado a los demás, quienes, según se dice en público, despechados por el abandono del aspirante a presidente, hicieron ante su juez serias revelaciones que ponen de manifiesto la injerencia de Bernardo Reyes en el papel La Protesta.

Esto hará comprender a los ilusos que Reyes premia con el abandono a sus paniaguados, y que, para su ambición nada importa el sacrificio de los que tienen la debilidad de ponerse a su servicio.

– – – – NOTAS – – – –

1 La ley de reorganización del ejército propuesta por Bernardo Reyes y promulgada el 1 de diciembre de 1900, declaraba a los generales de la Plana Mayor como siempre activos. El artículo 81 de la constitución estatal de Nuevo León, por disposición del mismo Reyes, prohibía a los militares en servicio activo ocupar el cargo de gobernador. En octubre de 1902, ese artículo fue enmendado, para restringir a los generales residentes en el Estado la obligación de renunciar a su cargo militar con seis meses de antelación a la ocupación del cargo.

2 La prisión de algundos de los colaboradores de La Protesta, entre los que figuraba su director Rodolfo Reyes, acusadosde difamación a instancias del grupo "cientìfico", forzó la renuncia de Bernardo Reyes al cargo de ministro de Guerra, el 22 de diciembre de 1902.