ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS
¿Pertenece a México la Baja California? Sí, me diréis.
Pues bien: la Baja California no pertenece a México, sino a Estados Unidos, a Inglaterra y a Francia.
El norte de la Baja California está en poder de Cudahy, Otis y otros multimillonarios norteamericanos. Toda la costa occidental de la misma pertenece a una poderosa compañía perlífera inglesa, y la región en que está ubicada Santa Rosalía pertenece a una rica compañía francesa.
¿Qué es lo que tienen los mexicanos de la Baja California? ¡Nada!
¿Qué es lo que les dará a los mexicanos el Partido Liberal Mexicano? ¡Todo!
Entonces, señores patriotas, ¿qué es lo que hacéis cuando gritáis que estamos vendiendo la patria a los Estados Unidos? Contestad.
Vosotros no tenéis patria porque todo lo que hay en México pertenece a los extranjeros millonarios que esclavizan a nuestros hermanos. No tenéis patria, sencillamente porque no tenéis ni en que caeros muertos.
Y cuando el Partido Liberal Mexicano quiere conquistar para vosotros una verdadera patria, sin tiranos y sin explotadores, protestáis, echáis bravatas y nos insultáis.
Al entorpecer con vuestras protestas los trabajos del Partido Liberal Mexicano, no hacéis otra cosa que impedir que los nuestros arrojen del país a todos los burgueses y toméis vosotros posesión de cuanto existe.
Además, ya que sois tan patriotas, ¿por qué no bajáis a patadas a De la Barra de la silla presidencial? De la Barra es chileno, no es mexicano, y la Constitución que tanto adoráis dice que sólo los mexicanos pueden llegar a ser verdugos del pueblo. De la Barra es hijo del que fue cónsul de Chile en México; nació, pues, bajo la bandera chilena. Ya que sois tan patriotas, id a México, coged por el pescuezo a De la Barra y echadlo al demonio, junto con El Chato por supuesto, ya que éste dice que los capitales extranjeros recibirán mejores beneficios bajo su gobierno, lo que quiere decir que favorecerá más la explotación que sufre la clase trabajadora, y luego echad al demonio, también, a los ricos, tomando todo lo que tienen. Entonces tendréis patria.
Ricardo Flores Magón
Francisco I. Madero anunció bombásticamente que, con la sola caída de Díaz, terminaría la Revolución en veinticuatro horas de una manera “automática.”
Para esta fecha poco falta que se completen cuatro semanas desde que cayó el tirano, y la Revolución está en pie, desafiadora, imponente, contra los nuevos tiranos.
Los Estados de Yucatán y Tabasco son el teatro de un formidable movimiento que desconoce por completo la autoridad de Madero. Los Estados del sur Chiapas, Oaxaca y Guerrero, están igualmente sobre las armas. De Puebla marchan sobre la Ciudad de México cinco mil rebeldes resueltos a tomarla. En los alrededores de Guadalajara, capital del Estado de Jalisco, se están reconcentrando numerosas partidas de rebeldes que se disponen a atacar la ciudad. En las Huastecas, y al norte hasta Ciudad Victoria, la actividad revolucionaria es de mucha importancia. El movimiento agrario de los yaquis tiene en jaque a maderistas y federales combinados en el corazón del Estado de Sonora. En Chihuahua y Coahuila, son frecuentes los combates entre liberales y maderistas.
¿Qué significa todo eso? ¿Por qué no hay paz?
Es que el pueblo mexicano va abriendo los ojos y no se conforma con un cambio de tiranos. Es que el pueblo mexicano quiere Tierra y Libertad.
¿La prueba? La prueba nos la suministran los mismos periódicos burgueses, en los que se ve que los soldados maderistas de Torreón y sus cercanías no quieren rendir sus armas. Sucedió que los maderistas, con el fin de atraerse a los elementos liberales, ofrecían a éstos lo que reclama el Partido Liberal Mexicano: Tierra y Libertad, y ahora que se les quiere licenciar dándoles la limosna de unos cuantos pesos y un caballo para que regresen a sus hogares, después de haber arriesgado su vida, ellos se resisten y reclaman la tierra. Los jefecillos maderistas les ofrecen que se les dará la tierra después, cuando lo decrete el Congreso; pero los soldados exigen que la entrega sea en el acto.
Otra prueba: los campesinos de la Sierra del Estado de Chihuahua que tanto sirvieron a Madero, que tan generosamente regaron la tierra con su sangre, están indignadísimos contra Madero porque hoy que ya están desarmados, no quiere darles la tierra que les habían robado Creel, Terrazas y otros vampiros de ese Estado. Esta noticia apareció igualmente en la prensa capitalista.
Una prueba más: la Revolución yucateca. Son los peones de las haciendas henequeneras los que están levantados en armas, dirigidos por peones también que reclaman: Tierra y Libertad.
Todo esto revela que el pueblo mexicano se ha levantado en armas, no para darse el gusto de tener un nuevo amo, sino para conquistar algo mejor: la libertad económica por medio de la toma de posesión de la tierra y de la maquinaria de producción.
Los pobres se han levantado en armas, creyendo que iban a cambiar de condición, y al convencerse de que el porvenir que se les espera es tan sombrío, como triste y sombrío ha sido su pasado, protestan contra el engaño y son nuevos elementos para alimentar el movimiento esencialmente económico del Partido Liberal Mexicano, que es el único que está resuelto a resolver el pavoroso Problema del Hambre.
Ricardo Flores Magón
El arresto de los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano1 ha venido a demostrar con toda claridad que hay un compromiso entre Francisco I. Madero y los banqueros americanos para aplastar por todos los medios posibles el movimiento esencialmente económico de los trabajadores mexicanos.
Desde que Madero inició su revuelta política, llamamos la atención de los trabajadores sobre el hecho de que las clases directoras siempre se han valido del sacrificio de los humildes para su beneficio exclusivo. Mucho se habló acerca de las buenas intenciones de Madero; muchos insultos nos fueron dirigidos por sostener la verdad, y el tiempo ha venido a demostrar que estaba de nuestra parte la justicia al atacar al ambicioso millonario que no ha tenido otra mira que el aumento de sus millones a costa de la sangre de los que creyeron que un burgués puede sacrificarse por el bienestar de la clase trabajadora.
Madero está vendido a los capitalistas americanos, del mismo modo que lo estuvo Díaz; Madero ha prometido a los capitalistas americanos mejores beneficios que los que obtuvo el capital extranjero durante la administración de Díaz; Madero, para sostenerse en el poder, ha estado empleando los mismos bárbaros procedimientos que empleó Díaz para reinar durante más de treinta años; Madero, está asesinando a los liberales sin formación de causa, exactamente como lo hizo Díaz; Madero, está asesinando a los trabajadores que se declaran en huelga, del mismo modo que lo hizo Díaz; Madero, ofreció acabar con los Jefes Políticos, y está haciendo todo lo contrario, pues en lugar de acabar con esa institución está nombrando nuevos verdugos del pueblo; Madero ofreció toda clase de libertades políticas, y prohibe la circulación de Regeneración lo mismo que hizo su antecesor Porfirio Díaz; Madero, ofreció remover de sus puestos a todos los porfiristas, y ha hecho todo lo contrario, pues sostiene en sus empleos a casi todos los verdugos del antiguo régimen.
¿Qué ha ganado el pueblo? ¡Nada! El pueblo mexicano continuará siendo el esclavo de los capitalistas extranjeros, así como de los capitalistas criollos y de sus amos políticos. El pueblo mexicano habrá dado una vez más su sangre para el encumbramiento de sus verdugos, si no presta su ayuda poderosa en estos críticos instantes a los valientes liberales que sostienen la Bandera Roja.
Compañeros todos, ayudad. No permitamos el entronizamiento de Madero. Recordad cuánto sacrificio fue necesario para derrocar a Díaz. Sacrificios mayores serían necesarios para derrocar a Madero, si este ambicioso lograse la pacificación del país.
La paz no existe todavía. Numerosas fuerzas revolucionarias están en acción y es preciso no desperdiciar la ocasión que se presenta de hacer preponderar el movimiento netamente libertario por Tierra y Libertad.
Ricardo Flores Magón
1 Enrique y RFM, Librado Rivera y Anselmo L. Figueroa fueron arrestados el 14 de junio de 1911 en las oficinas de Regeneración por agentes federales. Fueron enviados a la cárcel del condado acusados de violar las Leyes de Neutralidad por su participación en la campaña del PLM en Baja California. Se les fijó una fianza de 2,500 dólares. Ese mismo día RFM salió bajo caución. Los demás permanecieron presos. RFM regresó a prisión el 10 de julio y volvió a ser liberado, esta vez junto a Librado Rivera el 18 de ese mismo mes. Enrique Flores Magón y Anselmo Figueroa, obtuvieron su libertad hasta el 6 de septiembre del mismo año. El juicio dio inició el 14 de abril de 1912 y el 25 de julio fueron sentenciados a un año cuatro meses de prisión en la penitenciaría de McNeil Island, a la que fueron trasladados el 4 de julio.
El día 22 de este mes, ochocientos federales maderistas atacaron a un puñado de liberales en Tijuana. Nuestros compañeros estaban escasos de parque; pero no rehuyeron la lucha. Valientes como leones se aprestaron a la lucha convencidos de que era preciso luchar hasta que fuese quemado el último cartucho.
Así lo hicieron esos bravos libertarios. Tres horas duró este glorioso combate en que nuestros compañeros hicieron prodigios de valor y de audacia, hasta que sus cartucheras quedaron vacías, pasándose los que sobrevivieron a este lado de la línea divisoria, donde fueron arrestados ilegalmente por las fuerzas de los Estados Unidos.
Dieciséis liberales quedaron sin vida. De los maderistas murieron treinta.
Por las circunstancias en que se efectuó el combate, nuestra derrota es un triunfo moral de gran valor, porque ha quedado demostrado que los liberales luchan por principios y son firmes. En la lucha perecieron compañeros de altas virtudes, hombres abnegados y leales a la causa del proletariado que prefirieron morir a entregar sin resistencia la plaza que habían conquistado.
Este heroico ejemplo fortalece. Ante la grandeza moral de los bravos compañeros muertos en Tijuana por sostener el principio de Tierra y Libertad, no solamente debemos sentir admiración profunda, sino que debe servirnos a todos para reafirmar nuestras convicciones a ser firmes cualquiera que sea la suerte que nos toque.
Tijuana está ahora en poder del gobierno, así como Mexicali.
El traidor Rodolfo Gallegos recibió gruesas sumas de dinero de las compañías americanas que tienen monopolizada la tierra en la Baja California y entregó a nuestros compañeros. Gallegos se encuentra ahora en Mexicali saboreando las manchadas monedas que los millonarios americanos le regalaron para seguir explotando al pobre pueblo mexicano.
Una traición y una derrota es lo que tenemos que consignar hoy; pero esto no nos desalienta. Dos puntos perdidos que serán pronto recobrados: Tijuana y Mexicali.
No hay que desmayar. Este es el instante crítico de la tremenda lucha contra el autoritarismo y el capitalismo. En estos momentos de prueba es cuando se sabe quiénes son los firmes y quienes son los cobardes. En estos momentos de prueba, ante el proletariado universal que tiene la vista fija en nuestros actos, debemos demostrar que somos firmes.
La pérdida material de dos plazas, nada significa para la lucha. En los demás Estados de México la lucha continúa y continuará.
Fijáos bien, compañeros, en que fue la falta de parque la causa de la derrota de nuestros compañeros de Tijuana. Esforzáos por ayudar a los que luchan para que en lo sucesivo nada les falte.
Ricardo Flores Magón
Nada menos que cincuenta mil pesos ofrece Madero al que le entregue mi zalea.
El “negocio” ha tenido gran publicidad como cualquier otro negocio, pues Maderito no se para en pintas para nada.
Ha de pensar el Chato: “muerto el perro, se acabo la rabia.”
No, Chatito; la semilla está sembrada y en terreno fecundo, te lo aseguro. No dudo que algún día mi pobre zalea te sirva para que descanses en ella tus pies, porque con dinero todo puedes hacerlo; pero la idea es inmortal. El hombre nada vale; la idea lo es todo.
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El compañero Atanasio Antillón tuvo la humorada de ir a Ciudad Juárez a propagar nuestras sanas ideas. Encaminó sus pasos hasta el Mercado, y bajo una sombra proyectada por un petate, encontró a una pobre “chimolera.” Se sentó a comer un plato de mole y la interrogó de esta manera: ¿cuánto le cobran a Ud. ahora por vender sus molitos? Lo mismo que antes, dijo la pobre mujer.
Entonces nuestro compañero se dirigió a unos maderistas que a la sazón pasaban por ahí y les dijo: ¿qué han ganado los pobres con la subida de Madero? He aquí esta pobre mujer que suda y se afana para pagar al gobierno de Madero lo mismo que pagaba al gobierno de Díaz.
Los maderistas cargaron con nuestro compañero a la cárcel, donde pagó veinticinco pesos de multa por haber criticado al gobierno del excelentísimo Chato.
He aquí una prueba de las libertades que se gozan en México. ¿No ha resultado peor que el asesino Porfirio Díaz?
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El Chato está intranquilo. Se ha convocado a elecciones para el primero de octubre; pero el movimiento revolucionario se hace más fuerte cada día. El descontento crece en las filas maderistas al convencerse los maderistas de buena fe de que nada se gana con el encumbramiento de un nuevo amo.
Pobre Chato: muy pronto danzarás colgado de un farol.
Ricardo Flores Magón
La prensa maderista, y, en general, la prensa burguesa, continúa en su tarea de desprestigio del movimiento del Partido Liberal Mexicano.
Protestamos una vez más, y no nos cansaremos de hacerlo, contra la absurda imputación de que los liberales pretendemos segregar la Baja California para entregarla a los Estados Unidos. No, mexicanos; no pretendemos hacer tal cosa. Nuestro movimiento es bastante amplio y no se reduce a la actividad revolucionaria en la Baja California. No se trata de un movimiento mezquino confinado en un rincón del país, sino de un amplio movimiento en casi todos los Estados de la República Mexicana. La prensa diaria de México, fijáos bien, habla de persecuciones a cuadrillas de bandidos en todo el país. No hay tales bandidos: son libertarios, son hombres generosos que no han depuesto sus armas ni las depondrán hasta que los trabajadores sean libres por medio de la toma de posesión de la tierra y de la maquinaria de producción, para el libre uso de todo ello por todos y cada uno de los habitantes. ¿Quien se ha preocupado por los pobres? ¿Bajo la férula de qué Presidente ha sido feliz la clase trabajadora?
Los gobiernos se han preocupado únicamente por el bienestar de las clases ilustradas y ricas. Para esas clases sí ha habido libertad; para esas clases sí ha habido bienestar. Para el pobre, lo de siempre: el cuartel, el presidio, la ley fuga, el trabajo agobiador, la miseria, el hambre y el desprecio de los que están arriba.
Tantos siglos de servidumbre y de tiranía han hecho que los liberales de hoy no confiemos en promesas de aspirantes a la presidencia… Todos los gobernantes que hemos tenido han ofrecido al pueblo la misma cosa: la libertad y la felicidad del pueblo. Torrentes de sangre ha costado al pueblo el encumbramiento de sus gobernantes, y el resultado ha sido siempre el mismo: la tiranía y la miseria.
El remedio no es el voto, mexicanos. El remedio está en vuestras manos: conquistar la emancipación económica. Libres de patrones y de capataces, seréis libres políticamente, porque la base de la libertad política es la libertad económica. Nuestros padres y todos los generosos luchadores por la libertad y la felicidad del pueblo mexicano, creyeron que la libertad política era bastante para conseguir la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad; pero la experiencia nos ha demostrado que la libertad política es una mentira más o menos bella cuando se trata de los pobres. Libertad política la hubo y muy amplia bajo la administración del Grande Indio Benito Juárez, y si interrogáis a vuestros padres sobre si fueron felices entonces, os contestarán que no. El problema del Hambre estuvo en pie bajo la administración de Juárez como sigue estando hoy.
Eso se explica, porque los gobernantes, por bien intencionados que sean, no pueden acabar con la miseria. Para acabar con la miseria, es preciso que el gobernante ponga en poder del pueblo trabajador la tierra y la maquinaria de producción, y ningún gobernante puede hacer tal cosa desde el momento en que los gobiernos están instituidos precisamente para velar por los intereses de la clase capitalista.
Es una ilusión figurarse que el gobierno es la representación del pueblo. El gobierno es la representación de la clase capitalista. El pueblo trabajador no hace otra cosa que nombrar como gobernante a quien las clases ilustradas y ricas quieren imponer. Es en los bufetes de los abogados, en las oficinas de los comerciantes y de los dueños de negociaciones de todas clases donde se escogen los hombres que han de tener por misión el gobierno del país, y de esos bufetes, de esas oficinas no pueden salir hombres pertenecientes a la clase trabajadora, sino simples burgueses cuyo interés no es otro que el prolongar la agonía de los humildes, que refrenar las ansias de libertad y de justicia de los proletarios, que tener en la ignorancia y en la miseria a los trabajadores, convencidos de que el hombre se envilece por la miseria y el sufrimiento, y un hombre envilecido no piensa en su redención.
Mexicanos: se os engaña cuando se os dice que con el derecho de votar váis a ser libres. Comprended de una vez que hay dos clases sociales que no tienen nada de común: la de los ricos y la de los pobres. Los ricos quieren que siempre haya pobres porque gracias a la desigualdad social pueden vivir en la holganza. Los pobres, por el contrario, no quieren que haya ricos, porque sin ellos no habrá quien los explote.
Entre estas dos clases debe existir necesariamente un estado de guerra hasta que los pobres tomen posesión de la tierra y de la maquinaria de producción, cosa que no se logrará por medios pacíficos, sino por medio de la violencia. Los que tienen en su poder la riqueza, no van a consentir en que se les despoje de ella, y si esperásemos que por medio de la ley se declarase la expropiación de los bienes que detentan los ricos, sería tanto como pretender un imposible. Contra una ley semejante, se levantarían en armas todos los explotadores.
En vista, pues, de una reacción de la burguesía para defender sus bienes, el Partido Liberal Mexicano considera que es indispensable que los desheredados hagan uso de la fuerza para obtener los bienes materiales que se necesitan para ser verdaderamente libres.
Ni Madero ni ningún otro hombre podrá hacer libre a la clase trabajadora; es la clase trabajadora misma la que tiene que luchar por su libertad uniéndose resueltamente al Partido Liberal Mexicano que está propuesto a no rendir las armas, pues por medio de ellas tendrá que arrebatar de las manos de los poderosos estos dos grandes bienes que tiene inscritos en la gloriosa Bandera Roja: Tierra y Libertad.
Ricardo Flores Magón
1 El segundo párrafo de este artículo fue publicado en la sección en inglés del núm. 44 de Regeneración, julio 1º, 1911.
¿Por qué se nos persigue? Se nos persigue porque queremos acabar con los privilegios que hacen a unos hombres superiores a los demás.
Se nos persigue, porque queremos que todo ser humano tenga pan en abundancia.
Se nos persigue, porque no queremos que haya tiranos.
La lucha es desigual, bien lo sabemos; pero nos sentimos con fuerzas para continuarla hasta su fin.
La cárcel no nos convence de que estamos descaminados; las amenazas de muerte no nos arredran. Luchadores viejos, hemos pasado por mil pruebas y estamos resueltos a afrontar todas las vicisitudes.
Madero nos persigue con la misma rabia que nos persiguió Porfirio Díaz. Nos invitó a que abandonásemos la lucha, y como nos resistimos, pidió a Taft que se nos arrestase.
Contra nosotros están los dos gobiernos: el de México y el de los Estados Unidos. Contra nosotros están las burguesías de ambos países.
El Partido Liberal Mexicano no ofrece ninguna garantía a los capitalistas americanos en México. De ahí su odio contra nosotros.
A pesar de todo, continuamos en nuestro puesto.
Ahora, mexicanos, ayudadnos. Si os hiciéramos traición, nadie nos perseguiría e iríamos a formar parte del gobierno de Madero. Pero somos honrados: no nos vendemos.
Ayudadnos para poder continuar la lucha. En estos momentos se baten nuestros hermanos y es preciso entenderlos. No permitamos, mexicanos, que se apague el fuego de la Revolución por Pan, Tierra y Libertad.
Si perdemos esta oportunidad que se nos presenta para hacer preponderar nuestro movimiento, la causa de los desheredados sufrirá un rudo golpe.
Esforzáos por enviar vuestro óbolo. Tened en cuenta que el enemigo tiene millones a su disposición; tened en cuenta que Madero está recibiendo dinero de los capitalistas americanos para sofocar nuestro movimiento.
Comprended, mexicanos, que el Partido Liberal no tiene otra ambición que ver libres y satisfechos a todos los mexicanos.
Pensad en que ahora no solamente necesitamos dinero para la ayuda de los valientes compañeros que están sobre las armas, sino también para los gastos de nuestra defensa. Si no nos ayudáis ahora, después será demasiado tarde.
Pensad en que todavía están presos, por falta de fianzas, los compañeros Librado Rivera, Anselmo L. Figueroa1 y Enrique Flores Magón. Esos compañeros hacen falta en las labores del Partido que cada vez son más complicadas.
Enviad vuestro óbolo. Si es posible, enviad fondos por telégrafo.
No os desaniméis por las persecuciones de que somos objeto los miembros de la Junta. Por el contrario, demostrad con hechos que estáis prontos a tendernos la mano.
No penséis ni por un momento que vamos a rendirnos y a pedir favores al enemigo. Hace mucho tiempo que luchamos y hemos sabido ser firmes.
Que no haya un solo mexicano que deje de ayudarnos.
Ricardo Flores Magón
1 Anselmo L. Figueroa (1870-1914). Originario de Yuma, Arizona. Miembro de la rama mexicana del Partido Socialista en Los Ángeles, California, hasta 1911 cuando se integra a la JOPLM. Fue arrestado junto con Enrique y RFM el 14 de junio de 1911, permaneció en prisión hasta septiembre de ese año. En 1912 se le enjuició y fue declarado culpable de violación a las leyes de neutralidad. Murió el 14 de junio de 1914, dos meses después de haber salido de la cárcel de McNeil Island, donde purgó una condena de 23 meses.
El escaso personal con que cuenta esta oficina, no puede arreglar todos los asuntos del periódico y del Partido Liberal. Por esa razón, no se pudo dar cuenta esta semana con el movimiento de solidaridad, con los nuevos Grupos Regeneración ni con la ayuda monetaria que nos están impartiendo los compañeros. Pero la semana entrante se dará cuenta de todo ello.
Suplicamos, pues, a los compañeros que nos han hecho remisiones de dinero, que no se desanimen, por no ver en este número nota de esas remisiones.
Ricardo Flores Magón
El cobarde atentado de que hemos sido objeto los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano,1 no es una cosa que nos extraña; pero si es una causa que nos indigna.
No nos extraña, porque sabemos bien que el gobierno no es más que el polizonte del Capital. La prueba está en la mano.
Francisco I. Madero y sus secuaces violaron escandalosamente las leyes de neutralidad. Algunos de sus compinches, no sólo las violaron, sino que se robaron un cañón perteneciente a la ciudad de El Paso, Texas, Estados Unidos de América. Por su parte, los porfiristas de San Diego, los porfiristas y maderistas de Los Ángeles, han violado escandalosamente las leyes de neutralidad, enviando a México filibusteros armados y formados para luchar contra nuestros compañeros liberales. Además, el gobierno de los Estados Unidos ha dado permiso al gobierno Madero-De la Barra de México, para que viole las leyes de neutralidad, enviando por territorio americano soldados federales con destino a puntos en que operan fuerzas del Partido Liberal Mexicano.
Abundan los casos de violación a las leyes de neutralidad cometidos por Madero y por Díaz, o mejor dicho, por los agentes de estos miserables, y en todos esos casos, la “pudibunda” justicia americana ha cerrado los ojos para no ver, precisamente porque haciéndolo así, defiende los intereses de los capitalistas que chupan la sangre del pobre trabajador mexicano. Pero apenas se trata de la actividad revolucionaria del Partido Liberal Mexicano, nubes de miserables que no saben ganarse el pan de una manera honrada, espían todos los movimientos de la Junta, compran a desgraciados para que sirvan de testigos en contra de los miembros de la misma, y jurados “sabiamente” escogidos, fabrican acusaciones insensatas para arrebatar de la lucha a hombres que no hemos cometido otro delito que tomar el lado de los humildes, que defender los derechos de los que sufren, que proclamar muy alto la facultad que el trabajador tiene de aprovechar todo el producto de su trabajo.
La acusación que pesa sobre nosotros es una acusación estúpida. Se nos acusa de haber enviado a México algunas personas para que tomasen parte en la Revolución. Aun suponiendo que así fuera ¿qué han hecho los agentes de Madero y de Porfirio Díaz? ¿No se han entregado a reclutar inconscientes en los Estados del sur de esta nación, para echarlos, formados ya y con armas a través de la línea para tomar parte en la lucha en pro de sus respectivas banderías? Pero en estos casos, se ha tratado de mercenarios que se han prestado a servir de apoyo a los capitalistas, y en contra de ellos no hay leyes de neutralidad.
Debería sentir vergüenza el gobierno americano por esta persecución salvaje y cínica y cobarde. Deberían sentir vergüenza de la Barra y Madero, los dos bandidos que comparten la nueva Dictadura. Debería sentir vergüenza Juan Sarabia por haberse prestado de instrumento para haber venido a negociar con nosotros una paz que nuestra dignidad y nuestro honor rechazan con indignación. Apenas supo Francisco I. Madero que no aceptábamos la paz, ordenó a Taft por telégrafo que nos redujera a prisión. ¡Así obra el villano negrero de la Laguna para llegar al poder! A los liberales que tiene entre sus garras, los fusila; a los que no nos puede fusilar, nos encierra en la cárcel aprovechándose del maridaje odioso con los déspotas de este lado del Bravo.
Madero sigue los mimos pasos de Díaz. Hipócrita, ofrece libertades que sabe bien que no aprovecharán al proletariado, al que está asesinado cobardemente por el solo hecho de reclamar de sus patrones ocho horas de trabajo y aumento de salarios. Hipócrita, declara que la ley debe ser respetada, y es el primero que la infringe nombrando Gobernadores de los Estados contra la voluntad del pueblo. Hipócrita, declaró que iba a suprimir las Jefaturas Políticas, y él mismo está nombrando Jefes Políticos, o dejando en sus puestos a los bandidos que impuso el tirano Porfirio Díaz. Hipócrita, ofreció que habría elecciones honradas, y ya ordenó a sus lacayos que instalen clubes electorales para que lo elijan a él como Presidente y al ultraclerical Vázquez Gómez como Vicepresidente. Hipócrita, engañó a los liberales diciéndoles que estaba de acuerdo con nosotros para entregar la tierra a los trabajadores, y ahora se niega a cumplir su ofrecimiento. Hipócrita, ha declarado que le horroriza el derramamiento de sangre, y ofrece cincuenta mil pesos por mi cabeza.
Para sostener a bandidos de esta clase está listo el corrompido gobierno americano. Les permite que violen las leyes de neutralidad, les permite que cometan el delito de robo, y lanza su perrada contra los que somos sinceros, contra los que no buscamos el encumbramiento personal, sino la libertad efectiva de la raza mexicana, que no es otra que la libertad económica.
La protesta debe ser el arma del momento. La protesta indignada de todos los hombres y de todas las mujeres libres de la tierra, para que los déspotas que nos persiguen sientan vergüenza de sus actos, si es que las carotas brutales de los déspotas son susceptibles de enrojecerse.
Mexicanos y compañeros y compañeras de todo el mundo, protestad. Enviad vuestras protestas al barrigón William H. Taft. Confundid a nuestros perseguidores con las frases que salgan de vuestros labios indignados. Se trata de una vasta conspiración fraguada por Madero, Taft y De la Barra, para tener en la esclavitud al pueblo mexicano, entorpeciendo el movimiento verdaderamente libertario. No permitamos que esa perversa conspiración tenga el resultado apetecido por los opresores: la eterna esclavitud de una raza digna de mejor suerte.
No pretendo con esto decir que somos necesarios en esta tremenda y desigual lucha contra el Capital y la Autoridad. Nosotros somos enemigos de todo personalismo; pero sí creemos que nuestros modestos esfuerzos son de alguna utilidad para el movimiento emancipador del Partido Liberal Mexicano, siquiera porque son sinceros.
Pero si a pesar de todos los esfuerzos que se hagan por libertarnos, somos arrojados a una penitenciaría, rogamos a todos que sigan luchando, que no se desanimen, que no se rindan, hasta que por fin conquisten Pan, Tierra y Libertad para todos, sin distinción de sexo.
Si así lo hiciéreis, contentos y satisfechos marcharemos al presidio.
Ricardo Flores Magón
1 Véase “La Junta del Partido Liberal en prisión. Ricardo Flores Magón, Enrique Flores Magón, Librado Rivera y A. L. Figueroa, redactor de Regeneración, otra vez enredados por la ley”, en Regeneración, núm. 42, junio 16, 1911.
Con el hecho de haber cargado la policía con nuestra correspondencia, nos vemos en la imposibilidad de contestar las cartas que nos llegaron hasta el 14 de junio. Tenemos a la vista muchas cartas en que se nos pregunta si recibimos algunas cantidades de dinero que nos fueron remitidas antes de esa fecha y no pedemos asegurar haberlas recibido, porque los guardianes del “orden” desordenaron todos nuestros papeles, libros recibos, etc.
Así, pues, rogamos a nuestros amigos perdonen que no les hayamos contestado ni acusado recibo de las cantidades que nos enviaron, pero les damos las gracias por su ayuda, y les pedimos que redoblen sus esfuerzos, pues estamos pasando por una verdadera crisis monetaria.
Regeneración puede morir de un momento a otro. Debemos ya más de mil quinientos pesos, y vemos con pena que las entradas de dinero son cada día más cortas. Nosotros no nos desalentamos y continuamos trabajando; pero por grande que sea nuestra voluntad, hay obstáculos que no podemos franquear, y uno de ellos es el de la falta de dinero para continuar publicando el periódico.
Una vez más, compañeros y compañeras, amigos y amigas, pedimos nuestra pronta ayuda. Las cartas que están llegando están siendo rápidamente contestadas por compañeros y compañeras que nos ayudan en nuestras labores más pesadas hoy que nunca por la prisión de nuestro compañero Librado Rivera. Enrique Flores Magón y Anselmo L. Figueroa.
La muerte de Regeneración seria un triunfo para la causa del capitalismo. No lo permitáis, enviando fondos cuanto antes.
Se necesitan fondos igualmente para los gastos de nuestra defensa, y el dinero, como decimos, llega en cantidades muy pequeñas. De esa manera no podremos pagar a nuestros abogados y estaremos a merced de nuestros poderosos enemigos, abandonados precisamente por aquellos por cuyo bienestar y libertad luchamos sin cansarnos.
Los Grupos Regeneración deberían emprender una grande obra de propaganda. Son ya cerca de cien o un poco más de cien, pues no sabemos en estos momentos su número exacto por haber sido recogido todo por la policía de este país de “libertad.” Cada Grupo Regeneración puede hacer un trabajo espléndido para recaudar fondos. Los Grupos pueden organizar bailes, fiestas de campo y otra clase de diversiones, en que a la vez que se haga la propaganda de nuestros ideales, se recauden fondos para la guerra, para Regeneración y para nuestra defensa.
Animáos todos; que no entre el desaliento precisamente en los momentos en que la Junta está más comprometida. Nosotros nunca hemos abandonado la causa, ¿por qué, pues, esa falta de asistencia? ¿Por qué esa falta de apoyo cuando más necesitamos ser apoyados?
Esperamos que, de hoy en adelante, todos se aprestarán a tendernos la mano. Que la indiferencia de los mismos esclavos no ayude a la tiranía a aplastar el hermoso movimiento del Partido Liberal Mexicano. Cada uno de los que simpatizan con nuestra causa, deben aguzar su ingenio para ayudarnos. Háganse colectas, de cuyos resultados se dará cuenta en las columnas del periódico para satisfacción de los donantes. Envíense fondos de la manera más rápida posible.
Ayudad, ayudad todos o la causa tendrá que sufrir un golpe mortal.
Ricardo Flores Magón
Madero ha prometido hacer a Bernardo Reyes Ministro de Guerra y Marina en caso de que él salga electo Presidente de la República.
Bernardo Reyes es un asesino profesional. El pueblo mexicano recuerda con horror las orgías de sangre de ese bandido a quien Díaz sostuvo porque lo necesitaba. Madero lo necesita también, y por eso le promete la cartera de Guerra.
Y todavía se dirá que Madero y Díaz no son la misma cosa.
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A algunas apreciables damas de la ciudad de México se les ha metido entre ceja y ceja la ventolera de votar. 500 firmas calzan una petición hecha por las sufragistas mexicanas al Ministro de Gobernación, Emilio Vázquez, instándolo a que las deje votar.
La redención de la mujer no depende del voto, como la redención del hombre tampoco depende de él. El voto sirve para elevar tiranos.
Lo que redime, es la igualdad, y ésta se obtiene arrebatando de las manos de los capitalistas la tierra y la maquinaria de producción para el libre uso y disfrute de todos, hombres y mujeres.
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Veo que Madero se está dando la gran vida. Todos los días anuncian los periódicos mexicanos que el Chato será obsequiado con un banquete, con una velada más o menos artística, con un baile y así por el estilo.
Entretanto, las viudas y los huérfanos de los [que] perecieron en la campaña que lo elevó al poder, se están muriendo de hambre.
Acaba de hacernos una visita una pobre mujer, cargada de niños en cuyas caritas se advierte la tristeza que el desamparo y la miseria producen. Los varones de su familia sirvieron en las filas maderistas. Alguien dijo a la pobre mujer que nosotros podíamos ayudarla y vino a vernos. Muy poco dimos a la pobre anciana, pues estamos en la última miseria; pero la aconsejamos que fuera a ver al Cónsul mexicano, quien está obligado a auxiliar a los pobres que sufren por haber ayudado al Chato.
Así paga el Chato los sacrificios que los humildes han hecho por él; con el abandono.
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Dice The Prolocutor : “Ahora la facción de Madero ha comenzado a aplicar la ley fuga. Red López ha sido asesinado de esa manera. La guerra en México cesará cuando el capitalismo haya sido abolido, pero no antes.”
Ya ve el Chato que su fama por el orbe vuela.
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El Chato está apurado. Ahora dice que va ha dar a los “generales” y “coroneles” del “Ejército Libertador,” un peso diario, y nada más.
Pobre de Antonio I. Villarreal; tendrás que vivir con tu pesillo diario como cualquier “tecolote.”
La tal medida ha producido un descontento fenomenal, y los jefes maderistas están arrepentidísimos de haber ayudado al Chato.
Pues, a levantarse otra vez, valedores. ¿No les da vergüenza que a los aventureros americanos que en número de más de dos mil militaron a las órdenes de Madero se les haya pagado como a príncipes?
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Muy respetuosos a ley son los maderistas. El Chato impuso al Estado de Jalisco a un tal David Gutiérrez Allende, con lo que dio de bofetadas a la ley. David Gutiérrez Allende, por su parte, disolvió la Legislatura de Jalisco, con lo que a su vez dio otras cuantas bofetadas a la ley.
¿No hemos dicho, incautos, que la ley es un trapo de fregar el suelo?
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Problemitas y más problemitas se le están presentando al pobre Chato. El Gobernador de Veracruz, Teodoro A. Dehesa, no quería soltar el hueso. Por fin lo soltó; pero ahora resulta que hay tres que quieren el mismo huesito; Emilio Léycegui, León Alliaud y algún otro.
La legislatura del Estado apoya a Léycegui, mientras el general maderista Manuel E. López apoya a Alliaud, y así por el estilo otros apoyan a aquellos que han prometido algunas migajillas del tesoro del Estado a los que los apoyen. No será difícil que de la noche a la mañana se agarren a los balazos estos “desinteresados” amigos del pueblo.
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Razón hemos tenido al llamar a Francisco I. Madero el Payaso del Sufragio popular. Por todas partes se elevan quejas de chanchullos que ya comienzan a hacer los maderistas para que los votos recaigan en la persona del Chato. En el Estado de México, como otros muchos Estados, están impuestos como gobernadores individuos que ni siquiera son nativos de ellos, cosa que es contraria a ley, la Diosa Ley que tanto respetan los ciegos.
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Dicen los esclavistas morelenses que ellos pagaban bien a sus peones, que no tenían tiendas de raya y muchas cosas más, y que es necesario que el gobierno haga cesar la anarquía en “el infortunado Estado de Morelos.”
¿Infortunado? Nada de eso. La población del Estado de Morelos, al tomar posesión de las haciendas y de todo lo que poseían los ricos, no ha hecho otra cosa que llevar a cabo un acto grandioso que la Historia recoge.
Tomen todas las haciendas y trabájenlas bajo un pie de igualdad. Adelante, morelenses. Adelante, compañeros de los demás Estados. Imitad el noble ejemplo de los habitantes de Morelos.
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Dice Madero que tienen razón los hacendados de Morelos de estar disgustados por los “perjuicios” que están sufriendo con motivo de haber tomado la tierra de los habitantes del Estado de Morelos.
No podía opinar de otra manera el Negrero de la Laguna. Bueno sería que los peones de Madero tomasen posesión de la tierra imitando el noble ejemplo de los morelenses.
No os durmáis, esclavos del Chato ¡Ahora es tiempo!
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De muchas partes de la República nos llegan quejas contra caciques. Ya no os quejéis, hermanos. Apoyad al Partido Liberal Mexicano que continúa sobre las armas, y luchad resueltamente por Tierra y Libertad.
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Ahora se está poniendo en claro que Francisco I. Madero recibió millones de pesos de Rockefeller, el llamado Rey del Aceite, para armar a la gente.
El Chato lo niega; pero la persecución que va a iniciar contra la compañía mexicana de petróleo, rival de la de Rockefeller, comprueba el compromiso del nuevo Dictador con el capital americano.
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Cara de Hígado ya formó un Club para elegir al Chato Madero y al clerical Vázquez Gómez, para Presidente y Vicepresidente respectivamente, de la República de los Estados Unidos tal vez, porque esos granujas postuladores de granujas también, residen en territorio americano.
Ricardo Flores Magón
Una vez más estamos bajo las garras de lo que se llama “Justicia”; una vez más se ha hecho presa de nosotros, se han saqueado nuestras oficinas y se han llevado a cabo, en nuestras personas, ultrajes que la civilización reprueba.
Por orden de usted y de los bandidos Francisco León de la Barra y Francisco I. Madero ha ocurrido todo eso. ¿La causa APARENTE —y digo aparente porque en el fondo de este inicuo atentado está el oro que la plutocracia yanqui extrae del sudor, de la fatiga, de la miseria y del dolor de quince millones de mis paisanos—, la causa aparente de esta salvaje persecución es una supuesta violación a las leyes de neutralidad. Se pretende que hemos enviado a México personas con el propósito de hacer la guerra al Gobierno de aquel país.
No quiero discutir si es cierto o no lo es el hecho que se nos imputa. Sólo quiero hacer constar que Francisco I. Madero, a ciencia y paciencia de los esbirros norteamericanos, envió gente a México, y, armada ya, cruzó la línea fronteriza y llevó la guerra contra el Gobierno de aquel país. A todos les consta que Madero hacía envíos de armas y municiones a México para luchar contra Porfirio Díaz. Varios de los secuaces de Madero fueron arrestados por algunas horas para cubrir las apariencias, pues están en absoluta libertad. En San Diego, los porfiristas, apoyados por el cónsul mexicano en esa ciudad, reclutaron abiertamente gente para que fuera a servir en el ejército de Díaz, y lo mismo se ha hecho en esta ciudad bajo la dirección del cónsul mexicano en Los Ángeles. Además, en esta ciudad existe un subterráneo donde los maderistas y porfiristas se ejercitan en el tiro al blanco, y se ponen de acuerdo para ir a atacar a las fuerzas del Partido Liberal Mexicano que operan en México. Usted no ignora nada de esto; usted lo sabe y lo consiente, o al menos lo saben y lo consienten los cónsules mexicanos y las autoridades federales de este país que no dan un solo paso para detener esa cínica violación de las leyes de neutralidad. ¿Se hicieron expresamente para los liberales esas desprestigiadas leyes de neutralidad, o fueron echas para todos? ¡Conteste!
Pero usted no va a poder contestar, porque, de hacerlo, tendría que convenir conmigo en que la Ley es una farsa; que la Ley es cadena para el pobre y libertad para el rico; que la Ley es una prostituta que se entrega al que tiene dinero y vuelve la espalda al que no lo tiene.
Pero si no bastase con lo asentado, ¿qué otra cosa sino violación pura y simple a las leyes de neutralidad constituye el permiso que ha dado usted a las fuerzas federales para que pasen por territorio norteamericano a guarnecer plazas mexicanas? ¿Y qué nombre puede darse al hecho de que cien o doscientos soldados mexicanos fueron custodiados POR SOLDADOS NORTEAMERICANOS desde El Paso, Texas, hasta Mexicali y Tijuana? ¿Y qué nombre podrá darse al hecho, todavía más escandaloso, de que las guarniciones federales de Mexicali y Tijuana están resguardadas por tropas norteamericanas, para que los rebeldes mexicanos no vuelvan a tomar posesión de las plazas?
Y por vuestra parte, mentecatos patrioteros, ¿por qué consentís en que los pobres soldados forzados de la nueva dictadura, sufran las humillaciones de estar vigilados, para que no se deserten, por soldados de los Estados Unidos? ¿No está probado que México es un feudo de los Estados Unidos? ¿Qué patria aclamáis, ¡desgraciados!, cuando os atrevéis a llamarnos traidores? ¿No está toda ella en poder de los millonarios yanquis y de todas las nacionalidades? ¿Por qué os salís de México, si no por el hecho de que allá se os trata a puntapiés y se os pagan unos cuantos centavos al día por vuestro duro trabajo?
¡Volved a la razón, parias, y uníos al Partido Liberal Mexicano para fundar la verdadera patria de los iguales y de los libres.
Y tú también, Taft, vuelve a la razón. Fíjate en que no estamos solos en esta tremenda lucha contra todo lo que oprime; fíjate en que de todas partes surgen protestas contra tus actos y los de tus servidores; fíjate en que se está elaborando en estos momentos una tempestad de indignaciones y de cóleras contra tus actos arbitrarios. Ya se sabe por todas partes que si nos persigues, es porque te lo ordenan tus amos de Wall Street y los bandidos Madero y De la Barra. Los obreros conscientes de todo el mundo tienen la vista fija en ti; porque se te considera como el instrumento de los buitres de la Banca y de los Dictadores Madero y De la Barra, para aplastar el movimiento más grandioso que ha contemplado los siglos, el movimiento por Tierra y Libertad de los esclavos mexicanos.
La trascendencia de nuestro movimiento te espanta. Sabes que este movimiento mexicano es el Mane, thecel, phares de los nuevos Baltasares de la política y de las finanzas; sabes que la chispa revolucionaria de México es el principio del fuego purificador que envolverá de un momento a otro a todos los países del mundo, y tratas ¡insensato! de apagarlo con un soplido, sin advertir que con ello le darás mayor fuerza.
¡Ríndete ante la elocuencia de los hechos! El imperio del Capital se derrumba por todas partes. Ha sonado la hora de la justicia para los desheredados. Si no has oído su vibración intensa, ¡tanto peor para ti!
Ricardo Flores Magón
La noche anterior a nuestro arresto, Juan Sarabia, el que en una carta abierta me llama “hermano querido”, dijo a los compañeros Librado Rivera y Anselmo L. Figueroa, refiriéndose a los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano: “Puesto que ustedes no convienen con nosotros, YO LES HARÉ TODO EL MAL POSIBLE”.
Cumplió su palabra el Judas: no habían transcurrido doce horas cuando nos vimos asaltados por los polizontes del servicio de los Estados Unidos.
Y bien: ahora somos los réprobos de siempre, los out laws de costumbre, mientras Juan es poderoso, derrocha dinero… dinero que representa el sufrimiento de la pobreza mexicana, dinero que representa el sudor de los esclavos del taller, de la mina, de la fábrica, del campo.
¡Maldito dinero ese, arrancado al amparo de la ley por los capitalistas al pueblo productor, para pagar los servicios de un traidor a la causa del proletariado!
Juan Sarabia está escribiendo a los periódicos socialistas para hacerse bombo, y alguno de esos periódicos, de buena o de mala fe, acogen con entusiasmo las cartas de ese traidor o dan cuenta de entrevistas que con él han tenido.
En los periódicos socialistas Juan Sarabia se exhibe como un Marx, mientras que en los periódicos burgueses, como el empalagoso Diario del Hogar,1 de la ciudad de México, se presenta como un burgués, y truena contra mí, llamándome anarquista. Doy las gracias al Judas, porque, al llamarme anarquista, me considera como un hombre de voluntad propia, que piensa con su cabeza y que no tiene otra ambición que ver libre a la humanidad de la cadena del Capital y de la Autoridad. Juan Sarabia me desprestigiará ante los imbéciles y los ignorantes llamándome anarquista; pero ante los hombres más inteligentes y más abnegados de la tierra me hace digno de estima y de simpatía, y esa estimación y simpatía es la que aprecio y no la de los politicastros, de los burgueses y de los cazadores de empleos, como el moderno Judas: Juan Sarabia.
Juan Sarabia fue admirable en la cumbre del martirio cuando agonizaba en Ulúa mordido por la tisis, escupido por los carceleros, azotado por los capataces. ¡Ah, si hubiera muerto entonces, su recuerdo viviría en el corazón de los oprimidos! Ahora está muy abajo, de rodillas ante un bandido: Francisco I. Madero. Un bandido que asesina sin formación de causa a los liberales, un bandido que se embolsó VEINTE MILLONES DE PESOS como precio de la paz, un bandido que prometió tierras, y que, como todas las promesas de los que quieren encaramarse sobre los demás, no ha cumplido.
De mártir a esbirro, ¡qué salto atrás tan espantoso! No me explico cómo puede hacer eso un hombre. Sacrificarse, luchar, hacer sufrir a los suyos por las contingencias de la lucha, para caer besando los pies de un tirano, con los mismos labios que ayer vibraron gritando ¡Rebeldía!
Juan Sarabia dice que le debe su libertad a Francisco I. Madero. ¡Cierra la inmunda boca, embustero! Tu libertad se la debes a los liberales que fueron los iniciadores del movimiento que hizo caer a Porfirio Díaz. La caída de Díaz estaba escrita desde Acayucan y Jiménez, desde Las Vacas, Palomas, Viesca y Valladolid. Madero ha sido un miserable que pudo aprovecharse de la larga agitación y sacrificios de los liberales.
Juan Sarabia dice que somos muy exagerados, que “sólo una vez lo chicotearon en San Juan de Ulúa y no tantas veces como lo hemos dicho”. ¿Querías más, miserable? ¿Se te hace poca la afrenta porque solamente una vez la sufriste? Tu cuerpo muestra todavía la señal de la vergüenza que sufriste; pero en tu conciencia no dejó ni rastro. ¡Cuánto has bajado, Juan! No cambio mi miseria, no cambio mi situación de perseguido por la ley, de espiado por el puñal, de estropeado por la calumnia, de aborrecido y maldecido por las mismas pobres gentes que más tarde llorarán mi muerte; no cambio mis tristezas amargas ante la traición de los que creí sinceros, por las satisfacciones que pueda proporcionarte tu nueva vida regalona con el oro de Madero, porque creo que todavía hay algo de conciencia en ti… y al llevar a la boca los delicados manjares tan fácilmente ganados, te acordarás de que hay millones de seres humanos que en estos momentos lloran y se retuercen los brazos de angustia ante el hambre y la desnudez de los suyos, y los manjares te sabrán amargos porque con tu traición has contribuido a prolongar la agonía de los humildes. ¡Maldito seas!
Ricardo Flores Magón
1 Diario del Hogar (1881-1912). México, D. F. Filomeno Mata, director. Colaboradores: Joaquín Trejo, Ángel Pola, Matilde P. Montoya, Luz Murguía, Paulino Martínez, Rosa Palacios, Inocencio Arreola, José Primitivo Rivera, Manuel de la Fuente, Armando Morales Puente, Miguel Rodríguez Gabutti, Agustín Páez y Víctor W. Becerril, entre otros. Opositor al régimen porfirista desde 1887. En sus talleres se imprimió Regeneración en 1900.
Francisco I. Madero tiene pagados a algunos periódicos socialistas, así como algunos leaders socialistas americanos y ejerce presión sobre Debs,1 Berger2 y otros politicastros, para que nos titulen bandidos y siembren la desconfianza entre los elementos obreros que nos están prestando su apoyo para fomentar el movimiento económico en México.
Francisco I. Madero tiene, además, a sueldo, agitadorcillos, casi todos tránsfugas del Partido Liberal Mexicano, traidores a la causa del proletariado, como Juan Sarabia, Antonio I. Villarreal y otros granujas, para que escriban cartas a los periódicos libertarios, socialistas y obreros en general, en las que se desvirtúa el hermoso movimiento reivindicador que a la sombra de la Bandera Roja sacude en estos momentos el viejo edificio social que ya oscila, que ya cruje, que está próximo a convertirse en escombros en esa parte del mundo que se llama República Mexicana.
Para que no se siga diciendo que la Revolución Económica sólo existe en nuestra cabeza, copiamos lo siguiente del diario católico de la ciudad de México El País, de fecha 29 de junio, próximo pasado.
Dice El País bajo los títulos “Los desórdenes en Yucatán,” “Su verdadero carácter y sus fines.”
“La prensa toda venida de Yucatán, da cuenta de un continuado malestar que allí se siente, debido a actos violentos, peligros posibles, desórdenes continuados, en suma, una fuerte intranquilidad nacida del asunto rural, el peonaje o jornaleros de campo.
“Tal parece que por allí se inicia un pequeño 93 que ha llenado de justo sobresalto a las gentes sensatas. El antiguo y penoso asunto de la crisis económica provocada por el nefasto gobierno Molina-Muñoz, por el momento ha quedado relegado a segundo término por la inminencia del problema actual indicado.
“En las fincas de campo hay frecuente deserción de jornaleros, levantamientos en forma tumultuosa en otras, escaramuzas, motines, todo un coro de desventuras. Los vientos de fronda se han extendido hasta la más dolorida capa social, que es la de los campesinos mayas. Y como la riqueza única del Estado es la que representa el henequén, está fuera de duda que quedándose sin cultivar los campos de agave, desaparecerá la riqueza pública y se perderán los que antes fueron flamantes capitales.
“En artículo anterior dimos cuenta de la condición del jornalero maya rural, al que han soliviantado algunos declamadores. ¿Quiénes son estos? Preciso es recordar que en aquel Estado, al presente, aun cuando en la mejor forma, hay toda una lucha política en el periodo de mayor ardor suscitada por la presencia del licenciado Pino Suárez en el Gobierno del Estado, pues que antes de que él llegara a Yucatán, la unanimidad de las gentes, o al menos así podía creerse, tenía sus simpatías cifradas en el licenciado Delio Moreno Cantón,3 candidato del Centro Electoral. Pero se ha formado un nuevo partido a la llegada del mencionado Gobernador provisional que lo propone o postula para Gobernador definitivo, al que han querido adherirse los partidarios de los señores Molina y Muñoz. Y ya sabemos que en casos semejantes, surge el choque y viene la lucha. En ella, los contendientes, apelando a los recursos a su alcance, se tiran los platos a la cabeza, que en esta ocasión ha resultado ser la terrible y peligrosa cuestión de los jornaleros de campo. Algunos amigos del licenciado Moreno Cantón suponen a los del bando del señor Pino responsables de haber incendiado esta hoguera, fundándose para ello en varios hechos concretos y notorios, en tanto que partidarios del señor licenciado Pino Suárez, pretenden atribuirlo a los sostenedores de la candidatura del licenciado Moreno Cantón.
“Y quizás en realidad ni unos ni otros tienen completa razón. Porque el asunto, EN PARTE, es producto del momento porque se atraviesa, culminando con las prédicas de ciertos declamadores que titulándose “libertarios” o cosa parecida, como agentes magonistas, enardecen a los infelices jornaleros de campo con promesas de repartos de tierras, gobierno exclusivamente popular, etc., provocando múltiples conflictos que resultan perjudiciales para todos.
“Por años consecutivos, los propietarios de fincas de campo han asumido el papel de cuasi tutores de sus jornaleros de campo, y convencidos de la necesidad de concluir con ese estado de cosas, recientemente se agruparon para estudiar la forma adecuada de darle solución bajo los auspicios de la Cámara Agrícola de la localidad. Se discutió y examinó el asunto y como medio el más apropiado, se aceptó una EVOLUCIÓN para la cual se acordó como puntos salientes: establecer una unidad de precio para los trabajos agrícolas. Fundación de Escuelas rurales en todas las Haciendas con determinado plan de estudios a efecto de que en plazo razonable pudieran saber leer y escribir todos los que hoy lo ignoran. Provocar la expedición de leyes adecuadas que normalizan las relaciones del jornalero con el propietario para el desempeño del trabajo libre, etc., etc.
“Esperaban los hacendados que esto sería bien aceptado y más aún, contando con el carácter tranquilo del indio maya, cuando súbitamente estallaron las primeras revueltas o actos hostiles en jornaleros de determinada región. El ejemplo ha cundido, y en la actualidad, raro es el lugar en que no se ofrezcan casos de esa naturaleza. No se ha querido, pues, la EVOLUCIÓN y se ha saltado a algo peor que una REVOLUCIÓN, porque esas por ahora pequeñas alteraciones del orden público, pueden más adelante degenerar por la idiosincrasia de los indios mayas, en algo de fatales consecuencias. La tremenda revolución de mitad del siglo pasado, acaecida en Yucatán y que es conocida por “guerra de castas,” en cierto modo tuvo igual origen: haber soliviantado a pacíficos indios y proporcionándoles armas para que se alistaran en las filas militantes de algún bando político que sostenía sus pretendidos derechos por medio de la fuerza. Esa guerra, verdadera guerra a fuego y sangre; enlutó a Yucatán y le produjo tan tremendas consecuencias lamentables, que hubo momento en que se temiera la desaparición del hombre blanco en aquella región.
“Y es que fácilmente se induce al pobre a comenzar; pero difícilmente se le puede detener para concluir. De aquí que implique un juego bien peligroso lanzar a la disputa violenta de sus derechos a los jornaleros de campo, porque ese proceder tumultuoso puede fácilmente conducirlos a cosas peores y determinar una conflagración sangrienta, no menos lamentable que la del año de 1847, de tan triste recordación.
“En las fronteras Sur y Oriente, hay núcleos de indios llamados “pacíficos” tan sólo porque no atacan a los habitantes del Estado, pero prácticamente están sustraídos a la obediencia, porque no pagan contribuciones, desconocen al gobierno, no aceptan más autoridades que sus propios caciques, etc., y posible es que al primer grito de rebelión se unan a sus hermanos los jornaleros de campo, y la segunda edición de la catástrofe social habida en Yucatán, puede verse en esta ocasión.”
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¿Qué dirán ahora los que piden a los anarquistas, a los socialistas, a los unionistas y los trabajadores conscientes en general que no nos ayuden ni moral ni pecuniarmente? La calumnia se abre paso con facilidad; pero la elocuencia de los hechos es más fuerte que la calumnia.
Debemos advertir solamente que los libertarios no hacemos ofrecimientos de repartos de terrenos. Los libertarios sencillamente decimos a los peones que tomen la tierra y que no la dividan para poder trabajarla en común. Los libertarios creemos que el trabajo en común de la tierra es verdaderamente salvador, porque reunidos todos los esfuerzos se pueden levantar cosechas espléndidas con muy poco trabajo, mientras que si cada familia tiene que trabajar una determinada extensión territorial, trabajará tanto o más que ahora para poder vivir.
Hay que advertir igualmente que no son agentes “magonistas” los que impulsan a los jornaleros yucatecos a rebelarse y tomar posesión de la tierra, sino liberales o libertarios que están propuestos a llevar hasta su fin esta tremenda lucha contra el Capital y la Autoridad, y que, si bien forman parte del Partido Liberal Mexicano, no son “magonistas,” porque a los libertarios nos disgustan los personalismos y contra personalismos luchamos.
Tampoco les hablamos de gobierno a los proletarios. Eso lo dice la prensa capitalista para que nuestro movimiento esencialmente económico no sea bien comprendido por los hombres inteligentes de la tierra.
Por el artículo que copiamos quedarán convencidos los “incrédulos” de que el pueblo mexicano está apto para el comunismo. Los indios practican el comunismo. Hasta hace poco más de treinta años, no solamente nuestros hermanos indios, sino los mestizos y criollos también, de las agrupaciones rurales, practicaban el comunismo. La tierra era propiedad común de los habitantes de pueblos y villorrios. Los bosques eran igualmente de propiedad común. Las casas están construidas por todos los varones del pueblo. Llegaba una familia nueva, daba gusto ver el apoyo que le prestaban todos los habitantes del lugar que se aprestaban desde luego a construir una modesta casita para los nuevos compañeros.
El dinero casi no era necesario, pues el buen sentido de las gentes sencillas, había puesto en práctica un sistema de intercambio de productos, y así, los que tenían ganado, cambiaban carne por legumbres, granos, telas, etcétera, y recíprocamente, los que tenían otros artículos, los cambiaban por los que necesitaban. Estas hermosas costumbres desaparecieron, desde que los burgueses mexicanos y los millonarios extranjeros mataron la pequeña industria, acapararon la tierra por medio de robos facultados por la Autoridad y dejaron a la población mexicana en la miseria más espantosa. Ahora, todo está en poder de unos cuantos; pero el pueblo mexicano despierta. Ve que el cambio de Presidente no salva a los pobres de la miseria y, al grito de ¡Viva Tierra y Libertad! enarbola la Bandera Roja y se lanza a la expropiación en Yucatán, en Morelos, en parte de Veracruz, en Sonora, y se declara en huelga revolucionaria en muchos Estados de la República Mexicana.
¡Adelante, hermanos!
Ricardo Flores Magón
1 Eugene Víctor Debs (1855-1926). Político socialista norteamericano. Candidato a la presidencia de los Estados Unidos en varias ocasiones. Dirigente del Partido Socialista Norteamericano. Editor de The Appeal to Reason (Girard, Kansas), desde cuyas páginas se solidarizó con PLM desde 1907. Al año siguiente, impulsó en la convención su partido, celebrada en Chicago, una resolución a favor de los dirigentes del PLM presos en Los Ángeles. Se distanció de las posturas de la dirigencia liberal a mediados de 1911, a partir del derrocamiento de la dictadura porfirista.
2 Víctor L. Berger (1860-1929). Político y escritor de origen austriaco. Fundador del Partido Socialista Norteamericano. Personaje central del movimiento socialista en el Medio Oeste de los Estados Unidos. Diputado por el estado de Wisconsin en 1910. Criticó acremente la dictadura de Porfirio Díaz y la complicidad que los capitalistas estadounidenses mantuvieron con ella. Participó activamente en la campaña enarbolada por los medios radicales estadounidenses para evitar la intervención militar de Estados Unidos en México. Tras un breve periodo de simpatía hacia la lucha del PLM, se mostró partidario de Madero, declarándose escéptico ante la posibilidad de una revolución social en México. En la sección en inglés de Regeneración, William C. Owen polemizó ampliamente, al menos hasta finales de 1912, con las posturas expresadas por Berger.
3 Delio Moreno Cantón (1863-1916). Escritor, político y jurista yucateco. Director y propietario de La Revista de Mérida. En 1909, postulado por el Centro Electoral Independiente, contendió sin éxito por la gubernatura de Yucatán con Enrique Muñoz Aristegui, candidato impulsado por la oligarquía local.
Consulten todos su conciencia y contesten a esta sencilla pregunta: ¿Está resuelto el problema del hambre?
Me contestaréis: “No, el pavoroso problema está en pie”, y agrego yo: “Por eso la Revolución está, también, en pie.”
Señores burgueses: la época de las revoluciones políticas ha terminado. Ignorantes de cuanto sufre lo que despreciativamente llamáis “clase baja”; ignorantes del infierno en que vive lo que con tanto asco llamáis “plebe”, os arrojasteis a una empresa que ahora os pesa haber fomentado.
Creyendo que el pueblo mexicano de nuestros días es el mismo pueblo mexicano de hace cincuenta años, se os ocurrió valeros de él para derribar a Díaz y con él al círculo de vampiros que se llama Partido Científico para ocupar vosotros el puesto de los “científicos” y hacer lo mismo que ellos hicieron: acaparar todos los grandes negocios, comprometer el país con nuevas deudas, entregar las riquezas del país a los millonarios de todas las nacionalidades y someter a los trabajadores por el hierro y por el fuego, a aceptar salarios de hambre, a trabajar como bestias de carga, a sufrir todas las humillaciones, todos los ultrajes, todos los desprecios con que los amos y los capataces premian el sacrificio de los pobres.
Los trabajadores os ayudaron creyendo que vuestro movimiento tendría que beneficiarlos, y ahora que ven que están en peor situación que antes de comenzar la campaña; ahora que se dan cuenta de que la Autoridad pesa tanto como antes; ahora que ven que el Capital los explota de la misma manera que los explotaba bajo la dictadura de Porfirio Díaz; ahora que han tenido la lección práctica de que nada ganan los trabajadores por el solo hecho de que unos malvados sean derribados del Poder para que suban otros malvados que, por el hecho de estar más hambrientos que los anteriores, tienen ansias de llenar pronto la panza a costa de la ruina de todo un pueblo; ahora, en vista de todo eso, lo que despreciativamente llamáis “plebe”, lo que con asco llamáis “clase baja” se agita, despierta, y, sin necesidad de haber tenido “organizadores”, sin necesidad de haber leído a Marx ni a Kropotkine, sin necesidad de esperar a “estar educados”, sin necesidad de saber leer y escribir, sin necesidad de los consejos interesados de los falsos amigos de la clase trabajadora que pretenden desviar la lucha de clases con las frases de los cobardes “todavía no es tiempo”, “se necesita primero la organización”, “el pueblo mexicano es analfabeto”, y otras del mismo calibre; ahora, la plebe, la clase baja de México, se levanta imponente y reclama el derecho de sentarse a vuestro lado, señores burgueses, para gozar también del gran banquete de la vida.
Todo el Estado de San Luis Potosí está en guerra industrial, y, por contagio, la guerra industrial está invadiendo los Estados de Zacatecas, Durango, Chihuahua, Guanajuato, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Puebla, la misma ciudad de México y las poblaciones del Distrito, así como los Estados de Tlaxcala y Coahuila. Yucatán arde en llamas; pero no en las llamas de una revuelta política sino en las llamas purificadoras de la revolución social.
La misma prensa burguesa, aturdida, comienza a renegar de la revuelta política que trajo como consecuencia la revolución económica.
Y todo esto sucede a pesar de que los “ignorantes” mexicanos no saben de huelga general, ni han estudiado a Marx ni a Kropotkine; esto sucede sin la “consabida preparación” de que hablan los cobardes y los malvados.
No se puede negar que los centenares de huelgas que hay en estos momentos en casi todo el territorio mexicano son de carácter netamente revolucionario, pues los compañeros en huelga no se conforman con demandar y someterse a las negativas de sus verdugos los burgueses, sino que a la negativa responden con la destrucción de los sembrados, de las casas, de las haciendas, con el desplome de las minas, con el arrasamiento de los lugares de explotación y de tiranía capitalista, y se enfrentan, armados de piedras, de picas y de lo que pueden, a los cosacos de Madero, el asesino del proletariado mexicano.
¿Se han necesitado siglos de preparación, de educación, de organización y de otras zarandajas que recomiendan los políticos, para llevar a cabo ese formidable movimiento económico que en estos momentos hace temblar a la burguesía mexicana? No; es el instinto de conservación de la especie el que ha puesto en pie a los desheredados de México, es el hambre la que ha hecho encabritar al león que parecía dormido.
¡Que enrojezcan de vergüenza los rostros de los políticos adormideras que al oír hablar de la revolución social en México, mueven las cabezas abrumadas por el vino y las buenas comidas, y dicen como Debs y como Berger: “No hay Revolución Económica en México ni la habrá hasta que la clase trabajadora esté organizada y haya sido educada.” “Dejemos solos a esos liberales, que no son otra cosa que bandidos.”
¡Maldición para todos los que en estos momentos solemnes de la historia de la humanidad dejan perecer a los que luchan por la emancipación económica del proletariado! ¡Maldición para los que, titulándose leaders de la clase trabajadora dejan solos a los que están dando al mundo un ejemplo de hombría que debiera ser recibido con simpatía, cuando no con entusiasta aplauso, por todos los trabajadores conscientes del mundo!¡Maldición para los que tratan de desvirtuar el movimiento del Partido Liberal Mexicano!
Mexicanos: cualquiera que sea la suerte que corra el Partido Liberal Mexicano, continuad la lucha por vuestra cuenta. Los que no se hayan declarado en huelga todavía, que lo hagan con presteza para aplastar, cuanto antes, al Capital. Pero no os limitéis a destruir las negociaciones. Haced eso cuando veáis que por falta de armas no podéis sostener la expropiación. En todo caso, lo primero que debéis hacer es tomar posesión de la fábrica, del taller, de la mina, del campo y trabajad por vuestra cuenta, repartiéndoos los productos, según las necesidades de cada cual. Mas si no tenéis fuerza para sostener la expropiación, entonces arrasad, aunque se desplome el cielo sobre vosotros y sobre nosotros.
¡Mueran los ricos! ¡Muera la tiranía! ¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
Juan Sarabia, Antonio I. Villareal, Jesús M. González1 y otros sujetos están haciendo circular una hoja en que se anuncia la próxima aparición de un periódico que llevará el nombre de La Lucha de Clases,2 y aparecerá en la ciudad de México.
Aseguran esos individuos que dicho periódico defenderá a la clase trabajadora.
Conocemos perfectamente a los futuros redactores de dicho periódico. Todos ellos son tránsfugas del Partido Liberal Mexicano y maderistas consumados.
De lo que se trata es de engañar a la clase trabajadora. Ya veréis, compañeros, cómo se os va a aconsejar en esa hoja que luchéis por medio de la boleta electoral.
Boycotead ese periódico. No lo compréis.
Periódicos de esa naturaleza son los peores enemigos de la clase trabajadora, porque desvían al proletariado del camino que debe seguir para conquistar la libertad económica, que es el de la acción directa.
Rechazad ese periódico. Madero lo va a fomentar para ponerlo en frente de Regeneración que es el periódico temido por la burguesía.
Además, las listas que van a servir a esos individuos, se las robó Antonio I. Villarreal, el coronelillo de Madero.
No admitáis periódicos escritos por politicastros.
Ricardo Flores Magón
1 Jesús M. González. Diputado federal en la XXVI Legislatura.
2 La Lucha de Clases. No hay registro de su salida.
Tenemos el gusto de informar que se encuentra entre nosotros el conocido compañero Rafael Romero Palacios, quien tan pronto como supo que habíamos sido arrestados los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, vino a tomar nuestro puesto para continuar la obra emprendida contra la explotación y la tiranía.
Este es un ejemplo de solidaridad que hace altamente simpático a dicho compañero. Vio que caímos, y como trabajador consciente comprendió inmediatamente dónde estaba su puesto.
Ahora está aquí, dispuesto a continuar los trabajos junto con nosotros. Si se nos lleva a una penitenciaría por la falta de solidaridad de los trabajadores, Rafael Romero Palacios continuará la agitación en pro de nuestros ideales y con la ayuda de otros buenos compañeros, sostendrá la campaña en favor de la emancipación económica de la clase trabajadora.
Los que no conozcan al compañero Palacios, pueden tener confianza en él, y para ello lo recomendamos a todos nuestros amigos.
El compañero Palacios es viejo amigo nuestro. Lo conocemos y le tenemos confianza. Siempre ha ayudado a la causa intelectual y pecuniariamente, con constancia que muy pocos poseen. El está al corriente de las penalidades que hemos sufrido en la larga campaña nuestra.
No hay, pues, que tener desconfianza al compañero, cuya vida ejemplar de luchador por la clase trabajadora, lo hace acreedor a toda estimación.
Ricardo Flores Magón
Dice Madero en un Manifiesto que anda por ahí, que el pueblo trabajador no debe esperar su bienestar de la ley, sino de trabajo y del ahorro. ¡Bonito soplamocos para los cándidos que querían que Madero diera leyes “salvadoras”!
Estoy de acuerdo con Madero en lo que respecta a que el trabajador no debe esperar ningún beneficio de la ley; pero no estoy conforme con aquello de que el bienestar debe obtenerse por medio del trabajo y del ahorro. ¡Bonito bienestar trabajando de sol a sol! ¿Y qué caudales podrán amasarse ganando unos cuantos centavos al día?
Nada, chato; tus consejos son consejos de negrero. Aparte de eso, Chatito, ¿no sabes que muchos quisieran trabajar, pero no encuentran uno de tu calaña que los explote? ¿Qué ahorrarán esos?
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Por fin se llegó y pasó el 30 de junio, fecha fijada por Paulinín para entregar la tierra que le pagaron con anterioridad personas buenas, y la tal tierrita se ha convertido en humo.
Se recordará1 que Paulinín, en combinación con el Chato Madero, vendió tierritas que no tenía.
¡Devuelve la plata, vaquetón!
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Un tal José Venecia cayó de la noche a la mañana en San Gabriel, California, donde ahora la dragonea de maestrito de la enseñanza burguesa. Es de los que enseña a los niños a quitarse el sombrero delante de sus amos y de los curas; es de los que hablan de patria a desdichadas personas que no tienen en qué caerse muertas; es de los que aconsejan el respeto a la Autoridad y al Capital; es de los que como Maderito, aconsejan el ahorro a personas que apenas ganan para conservar en línea vertical huesos y pellejo.
Este tío dice que quiero entregar a los gringos la República Mexicana y que soy un traidor , un malvado, un … (no puedo poner la palabra, porque aunque plebeyo, no suelto la lengua como el excelentisimo maderista, Señor Don José Venecia).
Venecia: el traidor es tu amo Madero que continúa consintiendo que la Baja California esté en poder, en su totalidad, de Francia, de Inglaterra y de los Estados Unidos; tu amo es el traidor, porque ha prometido a los grandes millonarios americanos y de todos los países, tener en la esclavitud a la clase trabajadora para que puedan tener sus capitales MEJORES BENEFICIOS que los que obtuvieron bajo la Dictadura de Díaz; tu amo es el traidor porque le prometió muchas cosas al pueblo para que lo ayudase a encumbrarse, y ya encumbrado, da un puntapié por salva sea la parte a sus abnegados soldados. Tu amo es traidor, asesino y bandido por mil títulos; pero veo que te estoy quitando el tiempo. Anda, continúa dando betún a los zapatos del Chato Madero.
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¡Ah, se me pasaba! Cara de Hígado es rico. El Chato acaba de regalarle las famosas haciendas de Chinchalpa, Piojalpa y otras, por lo bien que lo ha defendido ante los pedazos de alcornoque que lo aplauden.
¡Las albricias, Higadillo!
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Ya los periódicos comienzan a dar cuenta de los fraudes electorales que se están cometiendo en México. ¡Magnífico! Comienzan bien el reinado del Payaso del Sufragio Efectivo.
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Francisco Vázquez Gómez es fanático católico de remache; es de los que se santiguan a cada paso y en cada hombre ve al diablo. Pues bien, este “progresista” está siendo postulado para Vicepresidente de la República y contará con el apoyo del militarismo y del clero. Así es que, en caso de ganar, el gobierno estaría en manos de un espiritista y de un ultraclerical. Si a esto se agrega que el Ministro de la Guerra lo sería el feroz apache Bernardo Reyes, años de luto se le esperarían al infortunado pueblo mexicano; pero afortunadamente la Bandera Roja gana terreno, las huelgas se multiplican y el festín no tendrá lugar.
Ricardo Flores Magón
1 Véase supra, RFM “A Paulino Martínez”, Regeneración, núm. 29, marzo 18, 1911; “Mucho ojo, compañeros”, Regeneración, núm. 31, abril 1°, 1911; “Notas al vuelo”, Regeneración, núm. 34, abril 22, 1911.
He aquí estos párrafos tomados de El Paladín, el periódico burgués de la ciudad de México.
“No cabe duda de que en el fondo de la revolución de noviembre, como en el fondo de toda revolución armada, se agitaron causas económicas bien definidas, además de las causas de orden meramente político.
“La miseria pública originada por el espantoso desnivel entre la producción del capital y del trabajo, por la fiebre de los grandes negocios que absorbieron y mataron a los pequeños, y por el proteccionismo desmedido para con los ricos, fue el más grande y poderoso impulsor de la revuelta.
“A los ojos del pueblo ignorante, la revolución venía a derrocar un orden de cosas abominable, y para ese pueblo lo más abominable era la miseria.
“Su entusiasta adhesión al estandarte revolucionario, tenía que ser lógica.
“Pero como a ese pueblo se le habló de reparto de terrenos, sin explicarle cómo había de hacerse ese reparto, sin tener en cuenta su famélica condición, sin atender a su angustiosa desnudez de paria, al triunfo de la revuelta que muchos otros juzgan tan sólo… política, se creen engañados si no se les distribuyen las tierras, si no se atenta contra la propiedad ajena, y ellos mismos ante la tardía satisfacción de una promesa que parece aplazarse, pretenden hacerse justicia por sí mismos, y con gran bochorno para el país, se lanza en algunas partes al despojo brutal de lo que consideran indebidamente botín de guerra.
“No sabemos quiénes serán más culpables, si los que hicieron tales ofrecimientos sin reparar en la condición analfabeta de aquellos factores, o quienes hoy los dirigen de cerca y no los ilustran y convencen.
“Los ejemplos de las tropas de Zapata en Morelos que nos hacen enrojecer el rostro de vergüenza, y los que ahora están proporcionando, los peones de las haciendas de Yucatán, que validos de la fuerza expulsan a los administradores de ellas y a los propietarios para subdividirse los terrenos y adjudicárselos, son prueba sin réplica del estado que guarda la situación económico-moral del país.
“Para acabar con ese estado anómalo, perturbador y nocivo a los intereses y progreso de la Nación, no sólo es indispensable poner en vigor con toda la fuerza de la ley, la acción de la autoridad, sino abrir fuentes de trabajo a los brazos sin ocupación, y provocar el aumento de los salarios en todas partes.”
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Fijáos, compañeros, en que es la misma prensa burguesa la que habla de la Revolución Económica en México. No podrá ahora ningún calumniador decir que la Revolución Social en México existe solamente en nuestra calenturienta imaginación, para que se nos cierren todas las puertas y nadie se desprenda de una moneda para ayudar a sus hermanos.
Escupid al rostro a todos aquellos que fingiéndose anarquistas, socialistas o simples amigos de la clase trabajadora, niegan que hay Revolución Económica en México, y ayudad al Partido Liberal Mexicano que tiene la audacia de enarbolar la Bandera Roja del proletariado en campo virgen.
Ricardo Flores Magón
El lunes 10 de este mes, por la mañana me dirigía a la corte federal a responder del cargo que tenemos encima de fomentar una revolución contra los bandidos del capital y de la política, cuando me salieron al frente los polizontes federales diciendo que tenían una nueva orden de arresto contra mí.1 Cargaron conmigo a la cárcel y quedé otra vez bajo las garras de Taft, de Madero y de los vampiros de Wall Stret.
Dos nuevas acusaciones, tan infundadas como la primera, tan absurdas que solo se explica que hayan sido formuladas por el deseo de tenernos presos a todo trance, pesan sobre nosotros. La primera fue retirada y tal vez en estos momentos se esté “fabricando” alguna nueva acusación para retirar las segundas y tener un pretexto para un nuevo arresto.
Con grandes dificultades pude salir bajo fianza esta segunda vez. Se me pedían diez mil pesos de fianza… cuando no tengo ni en qué caerme muerto, cuando la mañana de mi arresto no había un centavo en mi humilde hogar para cocinar siquiera frijoles. Nueve días estuve esta vez en la cárcel, hasta que nuestro abogado Job Harriman después de tremenda lucha con los fiscales de la corte federal, logró que se redujera la fianza mía a cinco mil dólares. Las abnegadas amigas nuestras señoras C.V. de Laurenzana2 y J. A. Corker,3 dieron desde luego sus firmas para ponernos en libertad a Librado Rivera y a mí, el 18 de este mes.
Quedan aún en la cárcel, mi hermano Enrique y Anselmo L. Figueroa, pues por más que nos esforzamos por conseguir fiadores, no encontramos personas que nos ayuden en ese sentido: todos nuestros amigos son pobres.
Las finanzas, para Enrique y Anselmo, están fijadas en dos mil quinientos pesos cada una. Si cada lector de Regeneración enviase un peso a esta oficina, podríamos, por ese medio, reunir una cantidad de importancia que dedicaríamos exclusivamente para las finanzas. De esa manera, podíamos dar fianzas en el acto que se presentase una nueva acusación, pues hay que tener en cuenta que nuestros enemigos no duermen pensando en la manera de tenernos toda la vida en los presidios, para restar al movimiento mexicano nuestra modesta, pero sincera cooperación.
El compañero Antonio de P. Araujo, sobre quien pesan cargos idénticos a los nuestros, ha tenido la buena suerte de esquivar la manaza de los esbirros, y continúa trabajando sin descanso por el Partido Liberal Mexicano.
La situación financiera en bastante crítica. Regeneración corre grave peligro de morir, si los compañeros y simpatizadores no se aprestan a evitar la muerte del periódico. Pensemos, compañeros, en que sería doloroso que el periódico muriera por falta de fondos. ¡Cuánto mejor sería que Regeneración muriera gloriosamente, en plena lucha, aplastado por las pezuñas de los tiranos! nos pusieran en presidio, que se de- […]
Sí compañeros; si Regeneración ha de morir por falta de vuestra asistencia, preferible sería que decretase brutalmente la desaparición del periódico, porque al menos, de esa manera, no habría recibido la muerte por la indiferencia de los pobres, sino que expiraría gallardamente como un noble luchador bajo las garras y los colmillos de burgueses y tiranos.
Para demostrar la pureza con que manejamos los fondos, desde el número de la semana entrante comenzaremos a publicar un balance de entradas y salidas de dinero,4 pues no faltan personas de mala fe que aseguran que nos damos la gran vida, que derrochamos grandes cantidades de dinero, que estamos robando a los trabajadores, que somos unos canallas redomados, unos bandidos y no sabemos qué cosas más.
A ayudar, compañeros.
Ricardo Flores Magón
1 Luego de salir libre bajo caución a mediados de junio de 1911, RFM fue arrestado nuevamente y permaneció en prisión del 10 al 18 de julio.
2 Refiérese a Cesárea viuda de Laurenzana. Residente de Los Ángeles, Calif. Promovió la defensa de los miembros de la JOPLM encarcelados en 1907. Fue aval de la fianza de RFM y Librado Rivera en julio de 1911. Otorgó distintos préstamos para el sostenimiento de Regeneración (1915). Mantuvo vínculos con regeneración hasta 1917.
3 Refiérese a Aurelia Jane Corker. Residente de Los Ángeles, California. En julio de 1911 firmó como aval para que RFM pudiera salir de la cárcel bajo fianza. RFM vivió en su casa de Los Ángeles (N 237 Figueroa St.) por cerca de dos años. En el juicio contra RFM y otros, por violación a las leyes de neutralidad, en julio de 1912, testificó a su favor, afirmando que durante ese tiempo sólo dejó su vivienda para realizar un corto viaje a Anaheim, cuando se le acusaba de haber participado en los sucesos de la Baja California y de haber estado en la frontera para felicitar a los combatientes luego de la toma de Mexicali., Aurelia Jane fue nombrada secretaria y tesorera del Grupo Regeneración de Los Ángeles, reorganizado entonces por Tomás Farrell Cordero, con varios objetivos, entre los que destacaba el apoyo a los presos (RFM, EFM, ALF y LR y otros catorce adeptos a la JOPLM) y la recaudación de fondos en su favor.
4 A partir del número correspondiente al 29 de julio de 1911, se empezó a publicar regularmente en Regeneración la columna “Administración”. Su primera aparición fue precedida por este párrafo: “Como os lo anunció el compañero Ricardo en uno de sus artículos de la semana pasada, desde hoy comenzamos a dar cuenta del movimiento de caudales para satisfacción de todos nuestros compañeros.” Durante 1911, el encargado de llevar la administración del periódico era Rafael Romero Palacios.
Por fin comienza a romperse el silencio. La Prensa norteamericana cerró los labios durante semanas enteras, tratando de ocultar la verdadera situación que prevalece en México. Tal parecía que la tranquilidad reinaba en aquel país, que la Revolución había sido un fiasco, que Madero era el dueño de la situación y que el pueblo había quedado conforme con la ilusoria conquista del “sufragio efectivo”.
En vano dábamos a conocer, semana por semana, detalles del grandioso movimiento del Partido Liberal Mexicano. ¡Mentira!, decían los incrédulos y los malvados. No hay movimiento liberal, esto es, económico, en México. La revolución social sólo existe en la calenturienta imaginación de los redactores de Regeneración.
Casi dos meses ha durado el silencio de la prensa burguesa yanqui; pero no pudo, al fin, ocultar lo que sucede en México y ha comenzado a hablar. La dictadura
Madero-De la Barra se derrumba. Dentro de algunas semanas ese monstruoso despotismo habrá pasado a la historia, y si Porfirio Díaz logró salir con vida del territorio mexicano, tal vez no tengan la misma suerte sus dos sucesores.
El Partido Liberal Mexicano gana terreno, según propia confesión de la prensa norteamericana. Guerrillas activísimas, sostenedoras de la bandera roja, operan en los Estados de Durango, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Veracruz, Oaxaca, Yucatán, Tamaulipas y en el territorio de la Baja California, según las últimas noticias de la Prensa burguesa.
¿Qué dirán ahora los leaders socialistas Debs, Berger y otros de la misma calaña, que aseguraban que era imposible que en México hubiera revolución económica? ¿Qué dirán ahora esos pretendidos amigos de la clase trabajadora que nos abandonaron en los momentos más críticos, creyendo que Madero era el hombre de la situación? ¿Qué dirá ahora el pobre Shoaf1 en su Appeal to Reason?2 ¿Qué dirán ahora los Perrone,3 y los Galleani4 y otros miserables que intentaron sorprender a los libertarios de toda la tierra echando sobre nosotros absurdos cargos como mentirosos y bribones, con el perverso fin de que nuestros hermanos libertarios nos retirasen su valiosa ayuda y pudieran Madero y De la Barra ahogar en sangre el movimiento libertario en México?
Perseguidos los miembros de la Junta en Los Ángeles, faltos de parque y de buenas armas nuestros heroicos compañeros, Regeneración agonizando por falta de dinero, parecía que todo había concluido. Los cobardes se escondieron o nos traicionaron, los calumniadores nos envolvieron en una atmósfera de antipatía y de odio mortal, y así, perseguidos nosotros aquí, perseguidos nuestros hermanos en México, luchando contra los gobiernos y contra la miseria, los firmes no hemos desmayado, no nos hemos desalentado, no hemos retrocedido ante los peligros, y, constantes y enérgicos, hemos sostenido bien alto nuestra querida bandera, la gloriosa Bandera Roja de los desheredados, de los plebeyos, de los hambrientos.
La crisis fue terrible; pero nuestro ánimo es siempre el mismo. Sabemos que estamos destinados a guardar un puñal en nuestras carnes o a morir de tisis en cualquier presidio. Aceptamos con gusto nuestro destino, satisfechos de haber hecho algo en favor de los esclavos.
No luchamos por los ricos, sino por los pobres, y, naturalmente, los ricos han declarado guerra a muerte al Partido Liberal Mexicano; pero toda persecución es inútil.
Al ordenar Madero a las autoridades de Washington que se nos arrestase, no hizo otra cosa que ahondar un poco más el sepulcro donde quedarán sepultadas sus ambiciones. Compañeros trabajadores: no hay que desmayar. Cualquiera que sea la suerte que nos toque a los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, vosotros debéis continuar luchando. No hay que pensar en jefaturas. Los ideales purísimos que sostenemos están reñidos con imposiciones de toda clase. No nos consideréis como jefes, sino como hermanos. Que cada uno de vosotros sea el jefe de sí mismo, es lo que ardientemente deseamos. Los libertarios no estamos acostumbrados a tener leaders.
Tened bien presente que estáis luchando por conquistar el derecho de vivir que tiene toda criatura humana. No estáis luchando por encumbrar a nadie al Poder, porque sería tanto como sacrificarse por tener un nuevo verdugo. La lucha se ha aclarado. Los campos están ahora perfectamente bien deslindados. En las filas del Partido Liberal Mexicano no hay ya ningún político. Los políticos desaparecieron tan pronto como comprendieron que los liberales no luchamos por elevar al poder a ningún hombre, sino que nuestros esfuerzos todos se encaminan a arrebatar de las manos de los capitalistas la tierra y la maquinaria de producción para el provecho de todos y cada uno de los habitantes de México, hombres y mujeres.
Conque, a luchar, compañeros. De cualquier manera podéis prestar vuestros servicios a la causa de los trabajadores, ya tomando un fusil para lanzaros a la lucha armada, o bien enviando vuestro óbolo a esta oficina o propagando por todas partes las tendencias verdaderamente emancipadoras del Partido Liberal Mexicano.
No hay que desmayar. El triunfo tiene que ser para los pobres.
Ricardo Flores Magón
1 Refiérese a George H. Shoaf. Periodista y escritor radical estadounidense, redactor del Appeal to Reason (Girard, Kansas). En 1909 publicó en las páginas de ese periódico socialista una serie de artículos protestando por las persecuciones de que eran objeto los dirigentes del PLM en territorio estadounidense. Desde mediados de 1911 se manifestó como simpatizante del maderismo.
2 Appeal to Reason. Girard, Kansas. (1895-1922) Órgano informativo el Partido Socialista norteamericano. Julius A. Wayland y Fred Warren, editores. Cubrió los pormenores del proceso contra la JOPLM entre 1907 y 1910. Promotor de la no intervención de los Estados Unidos en la política mexicana, el periódico incorporó colaboraciones de Eugene V. Debs, Mother Jones, Job Harriman, John Kenneth Turner, Ethel Duffy Turner, John Murray, Elizabeth D. Trowbridge, James Roche, Bill Haywood, entre otros activistas radicales estadounidenses, simpatizantes de la JOPLM.
3 Fillipo Perrone. Siciliano. Anarquista, IWW, viajó de Milwaukee a Los Ángeles, en abril de 1911. Participa en mitin de propaganda en el Italian Hall de Los Ángeles, el 16 de abril de 1911 organizado por el Grupo Regeneración de esa ciudad con Félix Vivas y Julio Mancillas, todos ellos de la fábrica de cigarros San Elmo Cigar Co., en apoyo a la revolución en México y a la JOPLM. En junio de ese año, junto con otros italianos provenientes de Wisconsin viajó a Tijuana, en el momento en que esta estaba en manos de las fuerzas de Carl Ap Rice Pryce. Su decepción fue consignada en una carta al parecer escrita por Guglielmo Galeotti y firmada por Ernesto Teodori, V. Cipolla, Sam Rizzo, John Longo, Guglielmo Pasquini y A. Paladini. En ella se negaba el carácter socioeconómico de la lucha en Baja California y se pedía que se le negara todo apoyo material o financiero. La Carta fue publicada en Cronaca Sovversiva, de Barre Vermont, un periódico dirigido por Luigi Galleani y suscitó un agria confrontación entre esa publicación y los editores de Regeneración, misma que trascendió las fronteras. Hacia el 31 de agosto de 1911 Perrone había ya viajado a en San Francisco donde fue arrestado por un discurso callejero. De regreso a Los Ángeles, el 8 de octubre de 1911, en el Labor Temple de Los Ángeles, durante un mitin de tabacaleros italianos, Filippo Perrone, asalto a Vittorio Cravello, denunciándolo como espía del gobierno. Regeneración defendió a Cravello.En febrero de 1912, debatió con Ludovico Caminita en Chicago sobre la revolución en México, cuando este último realizaba su gira de propaganda a favor de la JOPLM. Perrone fue arrestado en Seattle y deportado a principios de 1922; regresó clandestinamente a Estados Unidos en 1926 y bajo el nombre de Vicenzo Lentini permaneció hasta el fin de la segunda guerra mundial en la ciudad de Nueva York.
4 Luigi Galleani. (Piedmont de Vercelli, Italia, 12 de agosto de 1861- Italia, 4 de noviembre de1931)
Editor de Cronaca Sovversiva en Lynn, Massachusetts y el más famoso anarquista italiano en los Estados Unidos, donde arribó en octubre de 1901 a los 40 años contando ya con una larga trayectoria de lucha y persecuciones. Proclamaba la resistencia armada, incluyendo el uso de explosivos (publicó un manual para fabricar bombas en 1905). Extraordinario orador, carismático. Participo en las movilizaciones de apoyo a la huelga de Paterson, Nueva Jersey, de 1902, por lo es perseguido y obligado a refugiarse durante un tiempo en Canadá. En 1903 inicia la publicación de Cronaca Sovversiva, en Lynn, Massachusetts. Opositor radical a la primera guerra mundial. Fue encarcelado en 1917 y su periódico suprimido. En 1919 fue deportado a Italia, donde fue perseguido y recluido en prisión por el régimen de Mussolini. A los seguidores de las ideas de Galleani se les denominaban los galleanistas. Entre ellos, Nicola Saco y Bart Vanzetti. Varios de ellos realizaron ataques con bombas en los Estados Unidos. A partir de haber recibido una carta de obreros italianos, los más provenientes del Estado de Kansas, en la que expresaban su decepción por la revolución en México, después de haber permanecido algunos día en Tijuana en junio de 1911, desde las páginas de Cronaca Sovversiva, Galleani acusó de falsarios a los magonistas, refiriéndose a la Revolución Mexicana como una mera lucha política de unos ambiciosos por el poder y emprende una campaña para que los anarquistas del mundo retiren su apoyo a la JOPLM, por lo que RFM lo acusa de ser un bribón que le hace el juego a la reacción mexicana y de los Estados Unidos refiriéndose a la publicación de Galleani como “La Crónica Sumisa”. Durante 1911 y 1912, Regeneración, y en particular su sección italiana, sostienen una ardua polémica con Galleani y Cronaca Sovversiva, ejemplo de la cual es el artículo “Silenzio Assassino, Luigi Galleani e la Cronaca Sovversiva”, muy probablemente redactado por Luigi Caminita, que aparece en el órgano magonista el 20 de agosto de 1911, en que acusa al periódico de Massachusetts de boicotear a los revolucionarios mexicanos. Pese a que el enfrentamiento entre Galleani y la JOPLM fue muy ríspido, en octubre de 1916, Regeneración llama a solidarizarse con Galleani, un “camarada, a cuyo favor se ha levantado una justa ola de indignación obrera”, cuando éste es arrestado por apoyar a huelguistas de Pensilvania. Obras: The End of Anarchism; La Salute è in voi! (Health is in You!)
Me es imposible detallar las noticias que han circulado en la prensa en estos últimos días. Regeneración no tiene espacio suficiente para contener la abundancia de noticias que aparecen en los periódicos burgueses de la ciudad de México y en la prensa americana. Como digo en otra parte de este mismo número,1 el silencio se ha roto. No le fue posible a la prensa burguesa seguir ocultando la verdad. He aquí, compendiadísimas, las últimas noticias.
—Los compañeros liberales que operan en el Estado de Durango se han dividido en numerosas guerrillas que tienen en jaque a las fuerzas maderistas y federales. Según los despachos de la prensa americana, no solamente en Durango, sino que también en el Estado de Coahuila, la actividad de los liberales es sorprendente. Asegura dicha prensa, que los liberales se están atrayendo a sus filas a muchos de los soldados de Madero.
—Cuatrocientos soldados maderistas se amotinaron en Cananea, Sonora; pusieron presos a su jefe Juan Cabral y al Prefecto Gil; desarmaron a la policía y la ciudad estuvo sin autoridades durante tres días, en los cuales no se registró un solo escándalo, cosa que prueba que el gobierno no hace falta a los pueblos. La cárcel fue vaciada de prisioneros. Lo malo fue que los amotinados no hubieran tomado el dinero de los bancos para comprar armas y municiones de toda clase.
—En Agua Prieta, Sonora, se rebeló la guarnición cuando se pretendió desarmar a los soldados. Lo mismo se espera que suceda en Ciudad Juárez. En general, los soldados maderistas se están oponiendo a dejar sus armas y se espera que bien pronto, en todo el país, se rebelarán dichos soldados uniéndose al Partido Liberal Mexicano para luchar por Tierra y Libertad bajo la Bandera Roja.
—Los hacendados americanos de Baja California, piden protección contra la acción justiciera de los mexicanos liberales que los están expropiando. Las fuerzas liberales en la Baja California están dirigidas por los compañeros Emilio Guerrero,2 Eustacio Peña Castro y otros inteligentes compañeros que han tenido el tino de dividir sus fuerzas en guerrillas para obligar a los federales y maderistas a dividirse también y exterminarlos en detalle. Mexicali, ocupado hoy por maderistas y federales, teme ser atacada de un momento a otro por los liberales que operan por el rumbo de Algodones. Las guerrillas del compañero Guerrero operan cerca de la Ensenada y las del compañero Peña Castro se encuentran cerca de Santa Rosalía. El traidor Gallegos, vendido a las compañías americanas, está temblando de miedo, pues no será difícil que de un día a otro amanezca colgado de un árbol.
—En Linares, Estado de Nuevo León, se levantaron en armas los habitantes al convencerse de que el mero cambio de hombres en el gobierno, nada remedia la miseria del pueblo. A tomar posesión de la tierra y de la maquinaria de producción camaradas. Eso es el remedio.
—Los soldados maderistas de las fuerzas de Miranda, en el Estado de México, fueron licenciados; pero en lugar de irse a sus hogares, resolvieron rebelarse contra Madero. Divididos en guerrillas, están agitando todo el Estado.
—800 operarios de los talleres del Ferrocarril Mexicano, en Orizaba, se han declarado en huelga; pero han tenido la mala idea de recurrir a la autoridad para que medie en la contienda. Desengañáos, trabajadores: el gobierno es el polizonte del Capital y estará siempre a favor de los ricos y en contra de los pobres.
—Unos burgueses alemanes y españoles acaban de llegar a San Antonio, Texas, después de haber salido de huida de diferentes centros industriales y mineros del Estado de Coahuila, donde los trabajadores amenazaron con matarlos. Esos burgueses declaran que todas las negociaciones del Estado de Coahuila están amenazadas, que no hay paz, que los trabajadores se han hecho exigentes. No hay que dejar de ser exigentes, hermanos trabajadores. Tomad posesión de todo cuanto existe, pues todo es vuestro, todo ha salido de vuestro esfuerzo y de vuestra inteligencia. Haced limpia de burgueses y de tiranos.
—Mujeres y niños armados con machetes, asaltaron la tienda de raya del Mineral “La Rosita,” en el Estado de Coahuila. Tomaron todo lo que había en almacén, así como la suma de cien mil pesos en efectivo. Esas minas pertenecen a Madero. Los mineros están en huelga ahí. Los mineros de Lampacitos, en el mismo Estado, amenazan destruir la mina. Los mineros de la mina La Angustia, amenazan hacer otro tanto. La mina Cloetes, del mismo Estado, ha tenido que suspender sus trabajos con motivo de las huelgas. Tomad la mina, hermanos, y a trabajarla por vuestra cuenta. En todos los minerales del Estado han estallado huelgas revolucionarias. Algunos burgueses han sido ajusticiados, otros han huido, las tiendas de raya han sido tomadas por los huelguistas.
—Las últimas noticias anuncian la existencia de conspiraciones para matar a Madero y de la Barra, y no causaría extrañeza la noticia en que se diera cuenta de la muerte de dichos bandoleros, pues el descontento es ya aplastante contra ellos. Los soldados maderistas están enfurecidos por el hecho de que se pretende desarmarlos, y por el hecho, también, de que Madero y de la Barra tienen banquetes diariamente, mientras los soldados que encumbraron a Madero se están muriendo de hambre.
—En Chihuahua el hambre está causando estragos mayores que los que causan las batallas que se están librando entre liberales y las fuerzas del gobierno. Muchas familias están pereciendo de hambre.
—Soldados maderistas, en abierta rebeldía contra Madero, vaciaron la fabrica de Sánchez Gavito, en Puebla. Hicieron lo mismo con el rancho de Enrique Silva, a quien mataron.
—Una fábrica cercana a Atlixco, Puebla, fue destruida por los trabajadores.
—La población de San Martín Texmelucan, Puebla, fue tomada a sangre y fuego por peones rebeldes de las cercanías.
—El gobierno confiesa que hubo ciento setenta muertos y cien heridos en el combate librado en la ciudad de Puebla entre maderistas y federales; pero se asegura que el número de muertos es mayor.
—Emiliano Zapata ha pedido a las autoridades de la ciudad de Puebla que se rindan, pues de lo contrario tomará la ciudad a sangre y fuego. Zapata está ahora en abierta rebeldía contra Madero. De la ciudad de México salió una brigada compuesta de las tres armas rumbo a Puebla; pero se asegura que no es suficiente esa fuerza para rechazar a Zapata.
—Es imposible dar cuenta de todo el movimiento revolucionario. Abundan las noticias y Regeneración no tiene espacio suficiente para darlas a conocer. De nueva cuenta, todo el país está en completa efervescencia revolucionaria, siendo lo mejor que la lucha va tomando los caracteres precisos de una revolución social. El grito hermoso de los liberales ¡Viva Tierra y Libertad! es lanzado ya también, por los soldados maderistas cuando se pretende desarmarlos, y se arrojan sobre poblaciones, sobre haciendas, sobre fábricas para hacerse de elementos y continuar la lucha.
Nuevos grupos liberales están en acción, llevando a cabo una espléndida obra de propaganda. Los trabajadores se están convenciendo al fin de que nada tienen de común los pobres y los ricos, a no ser el odio que debe existir entre los capitalistas y los trabajadores, odio santo en verdad porque él será el combustible de la catástrofe social. La lucha va a ser tremenda y prolongada. No importa. Mientras más prolongada sea, penetrarán mejor en las conciencias los principios salvadores del Partido Liberal Mexicano que pueden condensarse en estas palabras: Pan, Tierra y Libertad para todos.
Trabajadores: en lugar de estaros declarando en huelga, es mejor que toméis inmediata posesión de la fábrica, del taller, de la mina, de la hacienda, del ferrocarril, del barco, en una palabra, de todo, y trabajad por vuestra cuenta. Así quedará resuelto de una vez el Problema del Hambre. Adelante, camaradas. Dad un ejemplo al mundo de vuestra inteligencia y de vuestro valor.
Ricardo Flores Magón
1 Vid. Supra. “La Bandera Roja no se rinde”
2 Emilio Guerrero. N. Mulegé. Cucapá. Junto con otros miembros de su étnia contrabandeó armas hacia Baja California para la incursión magonista. Al parecer, bajo el nombre de Pedro participó en la toma de Mexicali. En abril, en El Álamo, se separa del grupo liderado por Jack Mosby y junto con el grupo de Francisco Pacheco toman la comunidad de San Miguel donde matan a Jorge González, acusado de la muerte de Simón Berthold. Merodean por San Telmo, donde asaltan el coche correo y avanza sobre San Quintín, provocando así el incidente internacional con el destructor inglés. Shearwater. En mayo de 1911, separado ya de Pacheco, con un grupo de kiliwas y pai-pais llega a Tijuana. Ahí Guerrero asiste a la quema, el 5 de junio, la bandera que Dick Ferris pretendía imponer cuando intento apoderarse del movimiento. Con 12 hombres se dirige a la Sierra de San Pedro Martir. Mantiene una refriega con rancheros de la zona. Regresa a Mexicali, entrega las armas y Rodolfo Gallego, entonces prefecto maderista del poblado lo nombra policía, sin embargo mantiene relación con la JOPLM. Lo envían a Ensenada donde se le intenta asesinar. Viaja a Los Ángeles, Calif., es arrestado, acusado de robo y saqueo. Se le extradita a Ensenada donde es juzgado nuevamente. En 1913, s e le condena a muerte. Se le remite a la penitenciaría de Guadalajara de la que escapa y huye a Belice. A The Los Ángeles Examiner declaró que su misión era “la recuperación de miles de acres de tierra a lo largo de la península de Baja California, de los que habían sido despojados los indios”. En The San Diego Union se le describió así: “y su líder, el más moreno de ellos, es un indio de terrible apariencia, vestido de brillante camisa roja y cargando un rifle con su nombre grabado”. El general Manuel Gordillo Escudero, lo describió como el “Emiliano Zapata de la región”.
“Nuestra conducta, siempre digna, nos permite dirigir la palabra a todos aquellos que han asumido una actitud diametralmente opuesta al espíritu que animó la revolución triunfante.”
Estas palabras son de Juan Sarabia y las tomo de un artículo escrito por él en El Diario del Hogar, de la ciudad de México, bajo este título: “Democracia, no Anarquía”.
Es largo el artículo, pero poco dice. Se reduce a manifestar que el pueblo mexicano es ignorante y que, por lo mismo, no entiende nuestros principios, y se tira por todo lo alto con estas palabras: “¿Qué conciencia puede tener la inmensa mayoría de un pueblo que ha vivido treinta y cinco años en la opresión y en la ignorancia, de esas altas filosofías, de esas revolucionarias doctrinas sociológicas que ni cerebros preparados y cultos pueden digerir fácilmente?”
La mayor parte del artículo se concreta a invitarnos a que digamos a nuestros hermanos libertarios que depongan las armas y se retiren a sus hogares.
Los liberales no hemos asumido una actitud diametralmente opuesta al espíritu que animó la revolución que Juan llama “triunfante”. Nosotros no creemos que Madero es la revolución. Tampoco creemos que los proletarios que militaron bajo las órdenes de Madero hayan empuñado el fusil con el único deseo de ganar “Sufragio efectivo y no reelección”. En tal cerebro de esos proletarios alentaba la idea de cambiar de condición. Las gentes sencillas creyeron que se trataba de acabar con la miseria, que se trataba de hacer algo en favor de los humildes. Madero mismo comprendió cuál era el espíritu de la Revolución y, para atraerse a nuestros hermanos proletarios, les decía, por medio de sus agentes, que nosotros estábamos de acuerdo con él, y hacía promesas de dar tierras y de dignificar al trabajador.
Nosotros no nos unimos a Madero; pero desde que se inició la insurrección, mejor dicho, desde el primer número de Regeneración, en septiembre del año pasado, advertimos a los trabajadores que lucharan por el exclusivo beneficio de su clase y que desconfiasen de los movimientos encabezados por las clases ilustradas y ricas, que prometen mucho a los pobres para ser ayudados por éstos, olvidándose de las promesas cuando ven cumplidas sus ambiciones.
Ahora se están convenciendo los trabajadores de que fueron víctimas del engaño, pues el gobierno no puede ponerlos en posesión de la tierra y de la maquinaria de producción, y es por eso por lo que el movimiento esencialmente económico del Partido Liberal Mexicano está siendo día a día reforzado por cientos de soldados maderistas que, con armas y bagajes, se lanzan a luchar bajo la bandera roja del proletariado, sostenida por los liberales que luchan por Tierra y Libertad.
La prensa capitalista anuncia con pavor que los maderistas, que se están resistiendo a ser desarmados, se resisten porque los agentes de Madero les dijeron que luchaban por lo mismo que continúa luchando el Partido Liberal Mexicano. La misma prensa capitalista anuncia, casi a diario, que los soldados maderistas se están pasando a las filas liberales. La misma prensa capitalista, espantada, está acusando a Madero por haber hecho promesas, entre ellas las de la tierra, que no puede cumplir. La misma Prensa capitalista da noticias diarias de la huelga general casi toda de carácter revolucionario. La toma de posesión de la tierra por los habitantes del Estado de Morelos, por los peones de campo del Estado de Yucatán, por los compañeros yaquis del Estado de Sonora, por los indios de las márgenes del lago de Chapala, por los habitantes de playa Vicente, en Veracruz, etc., etc. La misma prensa capitalista da cuenta del movimiento del Partido Liberal Mexicano en casi todos los Estados de la República, movimiento puramente económico.
Ve, pues, Juan Sarabia, que nosotros no hemos asumido una actitud diametralmente opuesta al espíritu que animó y ANIMA actualmente la Revolución. Naturalmente los políticos de las clases directoras quisieron detener el movimiento revolucionario con la caída de Díaz para sentar a Madero en el Sillón Presidencial; pero los libertarios no nos conformamos con eso y queremos que la lucha llegue a su fin, el fin que espanta a los convenencieros, a los cobardes, a los que no se sienten con fuerza para acometer una empresa titánica, pero salvadora: la toma de posesión de la tierra, de la maquinaria de producción y de los medios de transportación para el uso y disfrute de todos y cada uno de los habitantes de México, hombres y mujeres. Este fue el espíritu de la Revolución y sigue siéndolo, radicalizándose cada vez más, como que cada día despiertan nuevas conciencias y el movimiento toma mejor orientación.
Ya ve Juan Sarabia que no se necesita un pueblo de sabios ni de filósofos para que haya revolución económica. Se necesita solamente un pueblo de valientes, y valientes se están mostrando los mexicanos en su tarea de aplastar el privilegio que tienen los ricos de aprovecharse del trabajo humano, y el privilegio que se arrogan los gobernantes de declararse amos de los pueblos.
El pueblo mexicano es ignorante en su mayoría; pero es inteligente y comprende que su salvación no está en elegir a un nuevo gobernante, sino en tomar posesión de la fábrica, del taller, de la mina, del campo, del barco, del ferrocarril, de todo, en fin, para que ya no haya hambre, para que todos seamos iguales y hermanos.
Compañeros trabajadores: continuad ingresando al Partido Liberal Mexicano. No esperéis nada bueno de los gobiernos. Haceos justicia desconociendo el derecho de propiedad individual. Que todo sea para todos. No esperéis a que esté hecha la paz para que un gobierno misericordioso ponga en vuestras manos todo lo que existe. Tomad inmediata posesión de TODO.
Ricardo Flores Magón
Copia de una hoja impresa que circula en Torreón:
“A los habitantes de la Comarca Lagunera:
“Se les hace saber que el Partido Triunfante, preocupándose por el bienestar de esta rica Comarca, y en atención a que su principal elemento de vida radica en la agricultura, ha tenido a bien disponer, ahora que los dos ríos que riegan estas fértiles tierras, han traído corriente, que se dé absoluta protección a los agricultores castigándose con rigor a los que de alguna manera entorpezcan los trabajos conducentes al cultivo de las tierras, en el concepto de que se considera como culpables a los trabajadores que pretendan imponer jornales y horas de trabajo fuera de las costumbres de la región.
“El Departamento Militar respectivo ya viene trabajando desde hace días en el sentido de que las primeras líneas ferrocarrileras que se pongan al servicio del público, sean las que correspondan a los trenes llamados ‘Rancheros,’ que son los que ponen en comunicación esta plaza de aprovisionamiento con los Ranchos y Haciendas de la Comarca.
“Sufragio efectivo, no-reelección. Torreón, mayo 31 de 1911.- Emilio Madero, Jefe de la 2ª División del Norte.”
. . .
Sin quitarle ni agregarle nada publico lo anterior, tomado del periódico burgués, El Noticiero, de Monterrey, Estado de Nuevo León.
Ahora, no creo que nadie me atacará porque llamo al miserable Francisco I. Madero, el “Negrero de la Laguna,” pues en la Comarca Lagunera es donde tiene ese insolente esclavista sus haciendas.
Hermanos desheredados, tomad esas haciendas.
Ricardo Flores Magón
Compañeros de miseria, leed esto; pero leedlo con cuidado, atentamente, para que no quede ninguna duda en vuestro cerebro.
Nuestros verdugos los capitalistas y los gobernantes, están empeñadísimos en hacer la paz. De la Barra, en una junta de directores de periódicos de la ciudad de México, dijo: “Lo más urgente que necesita el Gobierno para garantizar las vidas y las PROPIEDADES de los habitantes de la República, es fuerza armada”.
Ya lo oís, trabajadores desheredados; ya lo oís: se necesita fuerza armada para proteger a los ricos, y el dinero para sostener esa fuerza armada sale de vuestro sudor; de manera que tenéis que deslomaros trabajando para enriquecer a los patrones, y tenéis que deslomaros para pagar soldados, y gendarmes y rurales que cuiden las riquezas que os han robado los ricos. ¿Queréis mayor infamia?
Pero seguid escuchando a de la Barra: “Dentro de la paz tendrán campo amplísimo para la lucha legal todos los partidos. La agitación no tiene razón de ser porque todas las promesas de la Revolución habrán de cumplirse”.
¡Promesas, promesas, promesas! Los pobres ya no creemos en promesas.
Vuelve a decir de la Barra: “Estoy firmemente resuelto, y desplegaré toda la energía necesaria para que en los comicios sea un hecho la efectividad del sufragio”.
¡Efectividad del sufragio, cuando desde hoy se están imponiendo las candidaturas!
Y sigue diciendo de la Barra: “De esta manera el pueblo podrá resolver en las urnas electorales, conforme a su voluntad, los problemas que le interesan. Allí tiene la clave de su porvenir; no necesita, pues, recurrir a la violencia”.
De manera que con el solo hecho de firmar boletas electorales quedarán en poder de los trabajadores la tierra y la maquinaria de producción. Eso ya no cuaja en estos tiempos, señores de levita. Los trabajadores saben que con la boleta electoral encumbrarán a ambiciosos. Los trabajadores saben que sólo por medio de la fuerza podrán obtener su bienestar y su libertad. La boleta electoral no tiene fuerza expropiatriz, mientras que, armados los trabajadores, pueden tomar posesión de todo cuanto existe, con una sola condición: que no respeten de hoy en adelante el derecho de propiedad. Ese ignominioso respeto es lo que los hace esclavos del Capital.
Refiriéndose a los trabajadores, dice de la Barra que se está preocupando por ellos, y que aprovechará los estudios que hizo en la Argentina para mejorar la condición de la clase trabajadora. ¡Alerta, compañeros! El gobierno de la Argentina es el más encarnizado enemigo de la clase trabajadora. El gobierno de aquel desdichado país ha declarado guerra a muerte a los más inteligentes y más abnegados luchadores del proletariado. Ha fusilado a los obreros sin formación de causa, ha desterrado a multitud de trabajadores confinándolos en la Tierra del Fuego, donde mueren por centenares, y en suma, ha desplegado tal lujo de persecución contra los trabajadores, que ningún trabajador está seguro de amanecer en su lecho. ¡Esto es lo que quieren Madero y de la Barra para México; pero sólo lo conseguirán cuando haya desaparecido el último liberal!
Dice El País:
“En suma, el gobierno está resuelto a cumplir todas las promesas de la Revolución, dentro del tiempo indispensable para ello. No hay, pues, motivo alguno que justifique la agitación.
“Nuestro director manifestó al señor Presidente que hay un motivo profundo de inquietud en la inmensa población rural: la cuestión agraria. Innumerables pueblos se quejan de haber sido despojados de sus terrenos. Afirman que los propietarios colindantes y los caciques los han dejado sin más tierra que la que ocupan los cascos de las poblaciones, y que vanas fueron sus reclamaciones en la época de la Dictadura. Como toda esa multitud de pueblos ha prestado gran contingente de hombres a la Revolución, con esperanza de reivindicaciones, conveniente y muy necesario es para la pacificación que el Gobierno se ocupe de ese asunto.
“El señor Presidente contestó: que ya ha dictado providencias en ese sentido. Desde luego ha nombrado una comisión de abogados competentes para que estudien los fundamentos de las reclamaciones que se han presentado al nuevo Gobierno.
“Como éste se halla animado de las intenciones más rectas, los pueblos pueden estar seguros de que se les hará justicia a cuantos la tengan en sus querellas. De modo que tampoco por ese lado hay motivo para la agitación.”
¡Promesas, promesas, promesas!
¿Qué providencias ha dictado la dictadura Madero-De la Barra, para poner al pueblo en posesión de la tierra? Las providencias que se han dictado han sido el envío de fuertes brigadas militares a distintas regiones del país con el fin de ametrallar a los habitantes que han tomado posesión de la tierra. En cuanto a la comisión de abogados competentes para que estudien las reclamaciones, desde luego que el asunto está en manos de abogados, esto es, de pícaros, no esperen los pueblos volver a tener las tierras que antes trabajaban en común.
No nos conformemos con promesas, hermanos desheredados. De las clases altas no debemos esperar sino burla y esclavitud. Nosotros mismos, los pobres, los hambrientos, tenemos que resolver nuestro problema. ¡A tomar inmediatamente posesión de todo cuanto existe para el uso y disfrute de todos! Sólo los que trabajan tienen derecho a comer.
La agitación debe continuar más intensa cada vez, más formidable. Los pobres no debemos confiar en promesas. Por nuestra propia mano debemos hacernos justicia, sin pensar en las consecuencias, sin cobardías, sin vacilaciones.
¿A qué esperar a que el gobierno nos dé, cuando en nuestra posibilidad está el tomar? ¿Qué gobierno del mundo ha dado la tierra a los proletarios? ¿Qué gobierno ha puesto al pueblo productor en posesión de la maquinaria? ¡Ninguno! ¿Y sabéis por qué? Porque los gobiernos no pueden desconocer el derecho de propiedad que, como dice de la Barra, debe ser garantizado con fuerza armada.
La salvación de los pueblos todos de la tierra está en esto: negar a los capitalistas el privilegio de apropiarse de una parte de lo que produce el trabajador, quien debe obtener el producto íntegro de su trabajo. Esto no podrá decretarlo ninguna ley, porque las leyes no son hechas por los trabajadores, sino por los hombres ilustrados y los ricos que son, naturalmente, enemigos de los trabajadores.
¡A levantarse todos en armas!
Ricardo Flores Magón
¡Romperé la Constitución y el Plan de San Luis!
Estas fueron las airadas palabras que salieron de los labios del “apóstol” de la Democracia Don Francisco I. Madero, cuando una comisión de potosinos se acerco a él diciéndole que no apoyara la candidatura del Doctor Cepeda para Gobernador del Estado de San Luis Potosí.
Asegura la comisión potosina que conforme a la Constitución no puede ser Gobernador el Doctor Cepeda, porque no nació en el Estado, ni ha vivido en él por un espacio de tiempo de cinco años. Por otra parte, alega la comisión potosina que el Plan de San Luis Potosí ofrecía el “sufragio efectivo” y que, por lo tanto, Madero no debe imponer candidaturas. Cuando oyó esto el tiranuelo dijo rojo de rabia: “Cepeda debe ser el Gobernador, y para conseguirlo, romperé la Constitución y el Plan de San Luis”.
Maderistas de buena fe: mucho os he hablado sobre la inocencia de los pueblos que creen en las promesas de los que ambicionan encaramarse sobre sus hermanos. Madero fue ayer el defensor de la Democracia. ¿Qué es ahora que ya consiguió encaramarse sobre los hombros del pueblo? ¡Un tirano!
La ley, lo repito una vez más, es el trapo del suelo de los gobernantes. No luchemos por encaramar a nadie sobre nuestros hombros. Luchemos por conquistar algo efectivo: la tierra y la maquinaria de producción.
Maderistas: imitad el noble ejemplo de muchos de vuestros hermanos que han desertado de las filas del maderismo, para unirse a los liberales que luchan con entusiasmo por obtener la libertad económica al grito sublime de ¡Tierra y Libertad!
No esperéis a que un gobierno ponga en vuestras manos la tierra, el taller, la fábrica, la mina, el barco, el ferrocarril, todo lo que es necesario para la producción y distribución de la riqueza. Eso debemos tomarlo con las armas en la mano desconociendo el “derecho” que los capitalistas se otorgan a sí mismos, de retener en sus manos lo que las manos de los trabajadores han hecho. Neguemos resueltamente ese “derecho” que es inicuo; que no se derrame más sangre para encumbrar ambiciosos. Que se derrame, sí, toda la que sea necesaria, para que ya no haya miseria, para que todos tengan qué comer, para que ya no haya hombres que tengan a su servicio a otros hombres, para que todos seamos iguales, hermanos, libres y tan felices como humanamente se pueda serlo.
Todo eso se conseguirá si nos apartamos todos de la política y luchamos resueltamente por arrebatar de las manos de los ricos todo lo que detentan para que sea de todos.
Arriba pues, soldados maderistas. Enarbolad la Bandera Roja poniendo en ella esta inscripción en letras blancas: Tierra y Libertad. Volved las bocas de vuestros fusiles contra Madero, contra de la Barra, contra cualquiera que pretenda gobernar, y por dondequiera que vayáis, aconsejad a los peones que trabajen las haciendas por su cuenta; a los mineros decid que extraigan los metales y el carbón también por su cuenta; a los obreros de las fábricas invitadlos a que hagan lo mismo, y así sucesivamente. Aconsejad que se formen grandes almacenes con lo que produzcan los trabajadores, para que todos los que hayan contribuido a la producción, tengan derecho de tomar todo lo que necesiten.
Hombres de buena voluntad pueden levantar estadísticas de todo lo que existe en los almacenes de la burguesía para que las comunidades sepan con qué elementos se cuenta para la subsistencia de las mismas mientras se ara la tierra, se siembra el grano y se recoge la primera cosecha; mientras en las fábricas, en las fundiciones, en los talleres, en las minas, se activa la producción de todo lo que sea NECESARIO. Hágase libre uso de los ferrocarriles, barcos y otros medios de transportación y distribución de los efectos elaborados, de los granos cosechados, de todo lo que necesiten otras comunidades productoras, las que harán otro tanto con lo que necesiten las primeras, estableciéndose así un intercambio de productos de las comunidades.
Todo eso es sencillísimo, para llegar a ello no se necesita la intervención del polizonte ni del gobierno. Se necesita: buena voluntad. Dejémonos los pobres de confiar en que los hombres “inteligentes” piensen por nosotros: pensemos con nuestra cabeza. Dejémonos de rompernos las crismas unos a otros por elevar a la Presidencia a este o aquel individuo. Lo primero es comer, trabajar menos, habitar casas sanas que, después, habrá tiempo para educarnos.
Pero todo eso hay que obtenerlo por medio de la fuerza. No hay que esperar nada de ningún gobierno, porque estos no son otra cosa que los guardianes de la clase capitalista.
Ya es tiempo de que la plebe arregle las cosas. Ya es tiempo de que los pobres, los eternos humillados, los eternos esclavos, nos resolvamos a hacer algo digno de la cultura del siglo. ¡Abajo los ricos! ¡Viva Tierra y Libertad! ¡Muera el Hambre!
Ricardo Flores Magón
La prensa enemiga, que desgraciadamente es la de mayor circulación, ha tratado siempre de desprestigiar el movimiento esencialmente económico del Partido Liberal Mexicano.
Así, la vemos inventando mentiras, mentiras dichas de un modo inteligente, para envolver al Partido Liberal Mexicano en una atmósfera de odio y de desprecio. Con una insistencia que solamente se explica por el afán de desprestigiarnos, la prensa enemiga, tanto mexicana como extranjera, ha estado repitiendo que la intención del Partido Liberal Mexicano es apoderarse de la Baja California y entregarla inmediatamente a los Estados Unidos. Protestamos contra tan infame calumnia, y la prensa enemiga sigue en su tarea. Explicamos que el movimiento nuestro es un movimiento que no está confinado a la Baja California, sino que es un movimiento que tiene representación en casi todos los Estados de lo que se llama República Mexicana, y sin embargo la tarea de hacer creer que el movimiento revolucionario del Partido Liberal Mexicano se reduce a la Baja California continúa.
Ahora, cuando los maderistas ya están en paz y, por lo mismo, puede comprobarse que los que quedan luchando no son maderistas, la prensa enemiga se ha visto forzada a decir que los que continúan sobre las armas son los liberales; pero no hace uso de la palabra “liberales,” sino que, para ocultar el carácter esencialmente de principios de esta hermosa lucha, llaman “magonistas” a nuestros compañeros, pretendiendo con ello hacer creer que se trata de un movimiento político personalista como cualquier otro, el de Madero, por ejemplo.
Es bueno que los compañeros estén en guardia sobre este asunto. Los liberales no somos personalistas, y los compañeros que están sobre las armas, no luchan por elevarme a la Presidencia de la República, porque están cansados de dar su sangre por elevar verdugos al poder, porque luchan por principios sanos y altos que nuestros enemigos no entienden o aparentan no entender.
Y cuando no llaman “magonistas” a los liberales, los llaman “bandidos.” De cualquier modo tratan de desprestigiarnos nuestros enemigos.
Consta pues, que los liberales no son las borregadas que siguen ídolos, sino hombres emancipados que luchan por el principio de la libertad económica de la clase trabajadora.
Ricardo Flores Magón
Este personaje siniestro se prepara para el cuartelazo. ¿Quién no se acuerda de Bernardo Reyes, el sanguinario cosaco de Porfirio Díaz?
Reyes ocupó por varios lustros el puesto de Gobernador del Estado de Nuevo León. Llegó a ese puesto dejando tras de él un reguero de sangre y lágrimas. Todo aquel que tenía el valor de enfrentarse al tirano Porfirio Díaz, era irremisiblemente asesinado por Bernardo Reyes. Martínez Terrón, Ignacio Martínez… ¿pero para qué consignar nombres? Miles y miles de hombres, mujeres y niños cayeron bajo el hacha de ese hombre excepcionalmente malvado.
En Sinaloa, fue el azote de los humildes; en Sonora, inició el exterminio de la espléndida raza yaqui; en San Luis Potosí, pasó a cuchillo a tropas hambrientas que le pidieron pan; en Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, las “acordadas” de esta hiena dieron muerte a más de cinco mil personas en cerca de veinte años.
Bernardo Reyes es un degenerado que siente placer matando. Muchas de las víctimas de este monstruo recibieron la muerte de sus manos. Cuando residió en San Luis Potosí, se desertaron dos soldados. Fueron arrestados y se le dio aviso cuando estaba entregado a los placeres del baile en la Lonja potosina. Las narices del chacal se inflaron como si olfateasen sangre. Dejó en medio de la sala a la señora con quien bailaba y a trancos bajó la escalera, salió a la calle y se dirigió al cuartel. “¿Dónde están los prisioneros?” preguntó. “Ahí están” dijo un centinela. Dos hombres dormían tranquilamente en un rincón de la Sala de Prevención. Reyes tomó una linterna, sacó el revolver y avanzó rápidamente, sin hacer ruido, como un felino, hasta donde dormían los pobres esclavos, a quienes mató a sangre fría… Momentos después estrechaba el talle de una de las beldades de San Luis Potosí y gozaba del baile, de los perfumes, de la música como cualquier hombre que tuviera tranquila la conciencia.
Ese es Reyes; ese el asesino que quiere derramar sangre para subir al poder y entregarse de nuevo a las orgías de sangre que lo han hecho famoso.
Reyes cuenta, para su empresa, con los restos del Ejército Federal, unos ocho mil hombres, y el apoyo de un círculo de politicastros sin honor y sin conciencia.
Reyes, por lo demás, no es temible como revolucionario. No tiene valor para afrontar situaciones serias. La prueba de esto la dio cuando Díaz le ordenó que dejase el Gobierno de Nuevo León. Entonces Reyes, por una de esas aberraciones comunes a todas las masas era admirado y aclamado por las muchedumbres a pesar de su pasado de tinieblas y de sangre, y habría podido aprovecharse del estado de animo en que se encontraba el pueblo, si se hubiera rebelado. Pero no fue así. Reyes no se rebeló y se sometió, como un marrano, a Porfirio Díaz.
El 2 de abril de 1903,1 Bernardo Reyes mandó hacer fuego desde las azoteas de los edificios públicos de Monterrey, sobre una comitiva de hombres y de mujeres que recorría la ciudad postulando para verdugo a otro individuo.
Todos los periodistas que lo atacamos fuimos arrestados2 y sujetos a toda clase de ultrajes. Algunos periodistas pagaron con su vida la campaña que emprendieron contra él.
Tal es el que aspira a tiranizar al pueblo mexicano; pero los liberales, los que luchamos por Tierra y Libertad, los que queremos la abolición de la Autoridad y del Capital, sonreímos ante las ambiciones de Bernardo Reyes. Ya pasó la época de las revueltas que se hacían para cambiar de gobernantes, señores aspirantes. De hoy en adelante vamos a ver desfilar rápidamente una serie de Presidentes de dos, tres, cuatro o cinco meses, hasta que robustecido el movimiento económico del Partido Liberal Mexicano, ponga un hasta aquí a la farsa política y cuelgue del árbol más alto al último pretendiente a la Silla Presidencial.
¡No más tiranos!
Ricardo Flores Magón
1 Se refiere a la represión ordenada por Bernardo Reyes, el 2 de abril de 1903, contra una manifestación antirreeleccionista organizada por la Convención Electoral Neoleonesa, en la Plaza Zaragoza de Monterrey. La policía disparó contra los manifestantes desde las azoteas del Palacio Municipal y otros edificios vecinos.
2 En septiembre de 1902, Federico Pérez Fernández, Evaristo Guillén, Ricardo y Enrique Flores Magón, que por entonces editaban El Hijo del Ahuizote, fueron arrestados bajo el cargo de ultrajes al ejército por orden del juez militar Telésforo Ocampo. Por instrucción de Bernardo Reyes, los reos fueron incomunicados por treinta y cuatro días. El Hijo del Ahuizote reapareció hasta el 23 de noviembre de ese año, bajo la dirección Juan Sarabia. La defensa de los periodistas estuvo a cargo del Lic. Francisco A. Serralde.
No he visto pueblo más imbécil en la tierra que pueblo americano en general. Hay, naturalmente, excepciones honrosas, americanos sensatos, americanos despojados de esas necias preocupaciones, fomentadas por la burguesía que dan como resultado que el pueblo de una nación vea como enemigo a los pueblos de otras naciones.
La escuela, en todos los países, enseña al niño a odiar al extranjero, a considerarlo inferior, a no ver ninguna virtud en los individuos de otras razas. Esta perversa educación aprovecha perfectamente a la odiosa burguesía en todas partes, porque una educación así es la principal barrera que impide a la humanidad confundirse en un estrecho abrazo y laborar unida por el progreso y la grandeza de la especie hombre.
La escuela oficial que enseña a respetar al rico, que aconseja el ahorro, que exhorta la obediencia y el respeto a la Autoridad, que enseña a odiar a los hombres de otras razas ¿qué fruto puede dar que no sea la marchitez de todo sentimiento verdaderamente humano?
El pueblo americano se distingue entre todos los pueblos de la tierra por su egoísmo, por su estrecho y brutal patriotismo, por su odio hacia toda persona que no pertenezca a la raza anglosajona, por su fanatismo religioso, por su vulgaridad y por su estupidez. Los grandes diarios de este país dan la medida de la capacidad intelectual del pueblo americano. Esos grandes papelotes están llenos… de paja; pero son leídos con avidez por las turbas que se divierten con noticias de “sports,” que abren la boca ante la grandeza de los grandes vampiros del dinero, que sienten halagado su orgullo cuando un noble arruinado de Europa se enlaza con una millonaria americana, que tienen fanatismo por la “honorabilidad” de sus podridas cortes de justicia.
Un pueblo de esta clase puede cometer las mayores aberraciones, y, una de tantas, es la que acaba de cometer en un rincón del salvaje Estado de Texas en la persona de un niño mexicano.
El mexicano es brutalmente odiado en este país. Para el mexicano no hay justicia en las cortes, para el mexicano no hay consideración alguna como ser humano, para el mexicano no hay cubierto en las mesas de las fondas americanas, para el mexicano hay asientos especiales en los tranvías, para el mexicano no hay silla en los salones de espectáculos, para el niño mexicano no hay escuela, para el trabajador mexicano no hay indemnización cuando se lastima o muere en el trabajo. El mexicano es paria aquí, como es paria en México.
Al mexicano se le empluma, se le quema vivo amarrado al tronco de un árbol, se le caza por gusto, se le lincha por cualquier pretexto. Cuando un mexicano pide el pago de su trabajo, con frecuencia recibe la muerte en lugar del dinero.
Vamos al grano: como a cuatro millas de Zaragoza, Texas, fue descubierto hace algunos días el cadáver de una mujer americana que en vida llevó el nombre de Emma Brown. Por sospechas fue arrestado el niño mexicano León Cárdenas, de 15 años de edad, por los Sheriffs del Condado de Reeves, y conducido al lugar en que se encontraba el cadáver le dijeron: “confiesa que has matado a esta mujer, pues, de lo contrario, te entregaremos a la venganza de la muchedumbre que se acerca.” En efecto, una horda de caníbales americanos, todos a caballo y armados hasta los dientes, avanzaba a todo correr hacia el sitio en que se encontraban el niño, los Sheriffs y la muerta. Un tal John Mayfield puso la boca de su carabina contra la cabeza del niño y de esa manera lograron que la víctima de este atentado brutal declarase lo que sus verdugos quisieron. Después se llevaron a León por el desierto hasta la cárcel de Pecos, donde una multitud de salvajes atacó la cárcel con la intención de linchar al pequeñuelo. A duras penas pudo salvar al niño el Sheriff mayor, quien lo trasladó ocultamente al Condado de Midland, donde permaneció hasta el día 27. De ahí se le volvió a llevar a Pecos, donde seis días después era sentenciado a muerte por un jurado que obró bajo la amenaza de las turbas. La defensa no pudo hacer nada a favor del niño, porque los salvajes rancheros americanos, los amenazaron con matarlos, como habían amenazado a los pusilánimes individuos del jurado. Menos de 30 días tienen los defensores del infortunado niño, para alegar algo en su favor con el fin de que se suspenda la ejecución de la inicua sentencia para la cual no intervino ni la ley, ni la justicia, ni la conciencia, sino que fue dictada por el odio a la raza mexicana, por el miedo a los canallas rancheros americanos, por todo lo que de bajo, de sucio, de perverso, de criminal, de hediondo, se esconde en el corazón de estas gentes atiborradas de patriotismo, de estúpido orgullo de raza, de fanatismo religioso y de servil sumisión al que está arriba, al que flagela, al que humilla…
Hay más; el padre del niño es nuestro compañero León Cárdenas Martínez,1 hombre laborioso que tiene que sostener una numerosa familia. Conocemos personalmente a dicho compañero. Él ha sido uno de los más leales luchadores por la causa del proletariado. Su nombre es bien conocido en el Sur de los Estados Unidos. Este hombre honrado se encontraba trabajando en su casa sin sospechar siquiera lo que había ocurrido a su hijito, cuando una turba de miserables cowboys (vaqueros) americanos se presentó, puso en su conocimiento todo lo ocurrido y se le intimó a que abandonase el pueblo en el perentorio término de DOS HORAS, sin darle oportunidad de llevar siquiera abrigos para soportar la intemperie. Nuestro compañero, su compañera y cuatro niños pequeños, tuvieron que emprender la marcha, al medio día, bajo los rayos calcinadores del sol texano, por el desierto, a pie, empujados por los cafres blancos (perdón, hermanos cafres, porque os comparo con esa canalla) cuando rendidos por la fatiga y por la sed pedían agua a sus verdugos. Los pequeñuelos caían a cada rato desvanecidos, abiertas las boquitas resecas; pero los salvajes blancos, los apaches de ojos azules y corazón de estiércol, las hienas rubias, hacían avanzar a caballazos a aquellas víctimas del odioso sistema capitalista que corrompe el corazón del hombre hasta convertir al ser humano en un monstruo apestoso y maldito. Así tuvieron que caminar 25 millas, cayendo y levantando, llevando a rastras niños inocentes y débiles.
Los utensilios de la honesta familia de nuestro compañero, están ahora en poder de los salvajes vaqueros.
Nuestro hermano León Cárdenas Martínez se encuentra ahora en la ciudad de El Paso, Texas. Su compañera se quedó en Toyah, gravemente enferma a causa de tanta iniquidad.
La dirección de nuestro compañero es esta: León Cárdenas Martínez, P. O. Box 711, El Paso, Tex.
Ahora, mexicanos, a ayudar al compañero Cárdenas Martínez. Todos estamos obligados a ayudar para que dicho compañero pueda contratar abogados que tomen la causa del pequeñuelo. No olvidar que la inicua sentencia de muerte tiene que ser ejecutada en menos de treinta días. Así pues, enviad dinero al compañero Cárdenas Martínez, a la dirección que se indica, para salvar la vida de un niño inocente que no ha cometido otro delito que ser MEXICANO.
Todo hombre, toda mujer deben aprestarse a la defensa del niño Mártir. Protestemos, agitemos, gritemos, revolvamos mar y tierra para que la llamada justicia americana no cometa el crimen de asesinar a un inocente. En casos como el presente, debemos olvidar nuestras diferencias de opiniones, debemos olvidar las rencillas, debemos ser solidarios y debemos ponernos en pie, como un solo hombre, para que de hoy en adelante no se perpetre otro crimen en los individuos de nuestra raza. Hagamos comprender al estúpido pueblo americano que los mexicanos sabemos hacernos respetar. No hablo como patriotero, sino como hombre.
Ricardo Flores Magón
1 León Cárdenas Martínez. Periodista. Masón. Editor de Evolución Social, Toyah, Texas. Aparece en las listas de suscriptores desde1906, viviendo en Mapimí, Durango. Miembro del PLM, partidario y cercano a las posiciones de Praxedis G. Guerrero. Se le imputa la versión anarcocomunista del “Plan de San Diego” fechado el 20 de febrero de 1915. Envió una copia del mismo al semanario anarquista español Solidaridad Obrera. Aparece como delegado especial junto con Salvador Medrano.
Descubrámonos con respeto ante los proletarios que caen heridos de muerte abrazados a la Bandera Roja.
Prisciliano G. Silva, José María Rangel y Tomás Vargas, proletarios emancipados, hombres conscientes, sembradores de altos ideales y héroes afiliados al Partido Liberal Mexicano, se encuentran a orillas del sepulcro en el Hospital Militar de Ciudad Juárez. Eugenio Alzalde,1 Rubén G. Silva y Antonio Seara,2 proletarios altivos y audaces, son en estos momentos prisioneros de guerra en la cárcel de la misma ciudad.
En lucha franca, los liberales son irreductibles. Eso lo sabe el despotismo y de ahí que nuestros verdugos recurran a la traición para dominar a los nuestros. Un José Álvarez envió un mensaje a Rangel diciéndole que el cosaco de la nueva Dictadura, José de la Luz Blanco, lo había comisionado para ir a batirlo; pero que él, Álvarez, no haría tal cosa sino que se le uniría con su gente. Desde su campamento en el Rancho del Cuervo, vio Rangel que se acercaba el grupo de hombres de Álvarez. Conocedor nuestro bravo compañero de lo cobardes que son los maderistas, no quiso que se aproximasen más, y, con dos compañeros, salió al encuentro de Álvarez y su gente para cerciorarse de las intenciones que llevaba. Cuando los maderistas vieron que Rangel estaba lejos de su fuerza y lo tenían a tiro de piedra, hicieron todos una descarga sobre el grupo de tres compañeros quienes cayeron por tierra. Entonces se abalanzaron sobre los caídos y tomaron el rifle y el revólver de Rangel. Al ver lo que ocurría, el grueso de la fuerza liberal compuesta de treinta compañeros, abrió el fuego contra los maderistas que eran cien. Once horas duró el tremendo combate. Nuestros compañeros lucharon en el llano, a cuerpo limpio, sin protección de ninguna clase, economizando los pocos cartuchos de que estaban dotados, haciendo prodigios de puntería sobre los bien fortificados maderistas y haciéndolos estremecer de espanto al grito sublime de ¡Viva Tierra y Libertad! que salía de sus pechos con timbre formidable, como si a su voz se hubiera unido el clamor de todo un pueblo de quince millones de seres humanos. A las ocho de la noche, después de once largas horas de lucha que para los nuestros habían transcurrido como si hubieran sido minutos, los cobardes maderistas, protegidos por la sombra, emprendieron vertiginosa fuga hasta sus cuarteles de ciudad Juárez, rindiendo —¡miserables cobardes!— el falso parte de que habían derrotado a los liberales. En esta jornada murieron tres maderistas y seis resultaron heridos de entre ellos. De nuestra parte, cuatro heridos.
Era necesario salvar a nuestros heridos, sobre todo a Rangel que no podía andar, y desde luego se aprestaron cinco compañeros: Eugenio Alzalde, Antonio Seara, Prisciliano G. Silva, Rubén Silva y Tomás Vargas a sacarlos de la zona del peligro y después de dos días de camino sobre la Sierra, fueron sorprendidos los seis compañeros por ochenta maderistas que cargaron con rabia contra ellos, tiroteándolos e hiriendo a Prisciliano G. Silva, quien quedó atravesado de lado a lado por una bala y a Tomás Vargas. Hechos prisioneros, fueron amarrados codo con codo, sin consideración a sus heridas y se les hizo caminar hasta Ciudad Juárez donde se encuentran moribundos… a merced de sus enemigos, sin atención de ninguna clase, Rangel, Silva (padre) y Vargas en el Hospital, mientras Alzalde, Silva (hijo) y Seara se encuentran incomunicados en la cárcel.
Nos aseguran testigos presenciales, que los jefes y oficiales maderistas atormentan a los mártires con palabras soeces, cobardes insultos y malos tratamientos de obra ¡y no hay ahí un hombre que vuele de un tiro la tapa de los sesos de los menguados verdugos maderistas!
Rangel y Silva nos envían este mensaje: “Hermanos de la Junta: ¡Salud! Luchamos hasta lo último sin retroceder un paso. Caímos, pero en nuestro puesto. ¡Viva Tierra y Libertad!”
Así hablan los hombres convencidos. A un paso del sepulcro a donde los condujo, no el valor de sus enemigos, sino la cobardía y la traición de éstos, tienen todavía palabras de aliento, porque alentador es ver que hay hombres que de cara a la muerte no vacilan y gritan ¡Rebeldía!
Descubrámonos con respeto ante los proletarios que caen heridos de muerte abrazados a la Bandera Roja.
Ricardo Flores Magón
1 Eugenio Alzalde. (18??-1916). Coahuilense. Miembro del PLM radicado en San Antonio, Texas. Participó en los preparativos de los frustrados levantamientos liberales de 1906 y 1908, en Coahuila y Chihuahua, respectivamente. En 1911, formó parte de la guerrilla liberal encabezada por Prisciliano G. Silva. En agosto de ese año, su grupo fue diezmado por las fuerzas maderistas en Chihuahua. Permaneció en la cárcel de Belem en la ciudad de México hasta febrero de 1913, cuando el gobierno de Huerta liberó a los presos políticos del régimen anterior. En compañía de José M. Rangel viajó de esa ciudad al estado de Morelos donde se entrevistaron con Emiliano Zapata. Regresó a Estados Unidos y organizó con Rangel y Abraham Cisneros un grupo armado que buscó internarse a México. El 11 de septiembre fueron sorprendidos por rangers texanos. En la escaramuza murió un ayudante del sheriff del lugar. Alzalde y sus compañeros fueron arrestados. Condenado a 99 años de prisión, murió asesinado por un guardia en una prisón texana el dos de septiembre de 1916
2 Antonio Seara Díaz. Residente de El Paso, Tex. Miembro de la guerrilla dirigida por Prisciliano G. Silva y Jesús M. Rangel que fue diezmada al oriente de Ciudad Juárez, Chih. En agosto de 1911. Encarcelado en esa población donde fue objeto de diversas violencias por parte del alcalde Justo Acosta, pasó a la Penitenciaría de la ciudad de México, junto con Jesús M. Rangel, Prisciliano G. Silva, Eugenio Alzalde y Tomás Vargas. Fue liberado tras el golpe de Estado de Victoriano Huerta, en enero de 1913.
Nuestros hermanos Enrique Flores Magón y Anselmo L. Figueroa continúan presos por la falta de una ayuda efectiva y violenta de todos los desheredados.
Se necesita que de todo el mundo le lleguen protestas indignadas a William H. Taft, el Presidente de los Estados Unidos. Se necesita, también, una intensa y sistemática agitación, en todo el mundo, para que la Revolución Mexicana dé un avance formidable que desconcierte a burgueses y a tiranos.
Los trabajadores mexicanos piden armas, armas y más armas. ¡Responded generosamente a ese pedido, hermanos desheredados de todo el mundo!
Siete mil huelguistas, enarbolando la Bandera Roja, se baten A PEDRADAS en estos momentos contra miles de esbirros de la Dictadura en el mineral de El Oro, Estado de México. ¡Poned fusiles en sus manos, hermanos de cadena y de dolor!
Millones de peones se disponen en estos momentos a tomar posesión de las haciendas. ¡Enviadles rifles y municiones para que no se les pueda arrebatar su conquista ni por los burgueses propios ni por los burgueses de todo el mundo!
Despertad, trabajadores de todo el mundo. No es esta una revuelta para la cual se necesitan algunas decenas de miles de rifles. Tened en cuenta que nuestros hermanos mexicanos tienen que resistir el empuje de todos los tiranos del mundo.
Se necesitan montañas de fusiles y de cartuchos para que no ruede por tierra la enseña roja, para que no muera en su cuna, con sus generosos iniciadores, la santa rebelión por Tierra y Libertad.
¿Qué esperáis que no acudís como se debe en auxilio de vuestros hermanos? ¿Esperáis que desaparezca el último libertario de México para derramar torrentes de lágrimas sobre un cadáver cuyas heridas sangrientas serán una solemne denuncia de vuestra falta de solidaridad?
¡Que responda vuestra conciencia!
Ricardo Flores Magón
Villarreal y Sarabia anuncian la aparición de su periódico, titulado también Regeneración,1 diciendo: “Debemos advertir que nuestro semanario Regeneración es enteramente distinto del que con el mismo nombre con programa revolucionario anarquista se publica en Los Ángeles, California.”
No hay necesidad de hacer esa explicación, pues todos nuestros amigos saben bien qué clase de granujas son el asesino Antonio I. Villarreal y el Judas Juan Sarabia. Son dos explotadores, dos vividores que aconsejan al proletario que se arme de la boleta electoral para nombrarse tiranos. Ese par de sinvergüenzas encuentran razonable que se derrame sangre para conquistar el derecho de votar, con el que nada, absolutamente nada gana el trabajador, pero se horrorizan cuando se derrama sangre para conquistar algo efectivo: Tierra y Libertad.
En la Redacción de este periódico figuran abogados, médicos, ingenieros y politicastros, todos burgueses. ¡Y dicen que defenderán con firmeza los intereses del proletariado!
Los trabajadores inteligentes saben ya que los intereses de la burguesía y los de la clase trabajadora son diametralmente opuestos. ¿Cómo podrán defender esos señores burgueses los intereses de los pobres? Mi hermano, el Licenciado Jesús Flores Magón,2 que aparece como uno de tantos redactores de ese periodiquín, y quien es ahora miembro del Gabinete de la Dictadura Madero-de la Barra, cuando estuvo en esta ciudad con el fin de que hiciéramos traición a la causa de los desheredados, nos dijo: “los trabajadores son unos ‘pelados’ viciosos, desleales, perezosos, que no pierden oportunidad de robar a sus patrones.” Esto lo oyó Juan Sarabia, quien en unión de mi hermano Jesús, vino a proponernos la paz.
Todavía hay más: el Sr. Ingeniero Don Camilo Arriaga,3 otro de los redactores del nuevo Regeneración, es un capitalista, un verdadero negrero. Los camaradas albañiles, carpinteros y peones de San Luis Potosí tienen todavía en sus cuerpos las señales de los golpes que el flamante “defensor” de los intereses del proletariado les propinó, cuando esos desheredados se atrevieron a pedir el pago de sus miserables salarios. Los peones ganaban dieciocho centavos al día por trabajos de sol a sol. Casi a nadie de sus trabajadores pagó un centavo el Sr. Ingeniero; pero sí los pateaba todos los días.
Los trabajadores sensatos deben despreciar al papelucho de referencia escrito por burgueses adinerados para desviar a la clase trabajadora del camino recto que debe seguir para lograr su libertad completa, la que se conseguirá solamente cuando la tierra la maquinaria, las casas y los medios de transportación queden en las manos de los productores, esto es, de los trabajadores. Y eso no se conseguirá por medio de leyes, sino por la fuerza como está ya ocurriendo en muchas partes del país.
Por falta de espacio, no hablo hoy de aquel barbero afeminado protector de Antonio I. Villarreal en Lampazos, Estado de Nuevo León, y, realmente no tanto por la falta de espacio, cuanto por lo sucio del asunto; pero si Villarreal lo quiere, publicaré todo eso y mucho más, digno de figurar en la historia de cieno del famoso Marqués de Sade.
Hasta otra, valedores.
Ricardo Flores Magón
1 Regeneración. México, D. F. (1911) Redactores: Jesús Flores Magón, Juan Sarabia, Antonio Díaz Soto y Gama, Antonio I. Villarreal, Agustín Navarro Cardona, Fernando Iglesias Calderón Santiago R. de la Vega, Luis Jasso.
2 Jesús Flores Magón (1872-1930). Abogado, periodista y político oaxaqueño. Participó en las movilizaciones estudiantiles contra la reelección de Porfirio Díaz en 1892. Director de Regeneración durante su primera época (México, D. F., 1900-1901). Encarcelado en 1901 junto con RFM, tomó distancia de la lucha política contra el régimen. Se sumó al maderismo en 1911 y, junto con Juan Sarabia, se le comisionó para convencer a la dirigencia del PLM de que depusiera su hostilidad hacia el nuevo gobierno. Durante el interinato de Francisco León de la Barra se desempeñó como Subsecretario de Justicia. Al iniciarse la administración de Madero ocupó brevemente las carteras de Gobernación y Fomento. Distanciado del maderismo, se afilió al Partido Nacional Felicista. En 1913, se enemistó con el régimen de Huerta por lo que hubo de exiliarse en Cuba. Volvió a México en la década de 1920.
3 Camilo Arriaga, (1862-1945). Ingeniero potosino egresado de la Escuela Nacional de Ingenieros. Sobrino nieto del constituyente Ponciano Arriaga. Participó en las protestas contra el presidente Manuel González, que decretó la sustitución de monedas de plata por monedas de níquel, medida que afectaba los intereses mineros de su familia. Diputado local (1888) y federal (1890-1898). Como presidente del club liberal “Ponciano Arriaga” organizó el Primer Congreso Liberal (1901). Colaborador de El Demófilo, Renacimiento y El Porvenir. En 1902 se exilió en EU, estableciendo su residencia en St. Louis, Mo. Diferencias políticas con el núcleo del grupo Regeneración en el exilio ocasionaron su distanciamiento definitivo. Regresó a San Luis Potosí en 1908. Participó en el llamado Complot de Tacubaya en marzo de 1911. Fue arrestado. Tras su liberación, formó parte de la Junta Iniciadora de la Reorganización del Partido Liberal, en la ciudad de México. Durante el huertismo vivió exilado en Nueva Orleans. En 1920 fue jefe del Departamento Forestal, de Caza y Pesca.
Este es el título de un nuevo colega obrero, órgano de la asociación Solidaridad Obrera, de Río Blanco, Estado de Veracruz.
Enviamos nuestro saludo al nuevo colega y deseamos que tenga éxito en sus trabajos de propaganda anticapitalista. Pero desearíamos ver al estimado colega menos amigo del ahorro, menos amigo de la Autoridad y un poco más batallador contra el Capital.
El ahorro, practicado por la clase trabajadora, es benéfico solamente al Capital. Si los ahorros son depositados en los Bancos, esas monedas servirán para hacer más fuerte a la burguesía, porque usará de ellas para sostener la explotación. Si los ahorros se invierten en fomentar empresas comerciales, repartiéndose las utilidades entre los asociados, se robustecerá en el cerebro de los productores el hábito de la explotación y acabarán por convertirse en burgueses, si por un verdadero milagro lograran triunfar en la tremenda competencia que la burguesía haría, competencia que difícilmente podrían resistir los trabajadores con sus modestos recursos, sin contar con la superioridad intelectual de los burgueses, prácticos en toda suerte de combinaciones financieras.
Por otra parte, el ahorro libra al Capital del temor de la acción enérgica de la clase trabajadora para destronarlo, pues su hábito acaba por debilitar y aun matar en la mente de los desheredados, la idea de que es injusta la explotación y se resignan con sacrificar su salud y la de sus familias, “amarrándose” la tripa, dejando de comprar abrigos y vestidos, habitando miserables covachas por ahorrar unos cuantos centavos al día o a la semana, pues los salarios son mezquinísimos.
Además, el trabajador no tiene trabajo constantemente, y durante el tiempo que no tiene trabajo debe echar mano del ahorro para no perecer de hambre. Igualmente tiene que echar mano del ahorro cuando se enferma algún miembro de su familia.
No, compañeros: el ahorro no es salvador. La burguesía lo aconseja para desviar a los trabajadores del camino recto que deben seguir para conquistar la libertad económica. Ese camino recto es el de la toma de posesión de la tierra y de la maquinaria de producción, así como de los medios de transportación para el libre uso de todo ello por los productores, hombres y mujeres.
La Autoridad, desde luego, es el primer obstáculo con que los trabajadores tropiezan parar conquistar su libertad económica, porque la Autoridad no es otra cosa que el guardián de los intereses de la clase capitalista, y siendo eso así, como lo es en efecto, la Autoridad tiene que ser FORZOSAMENTE enemiga de la clase trabajadora, cuyos intereses son diametralmente opuestos a los intereses de la clase capitalista.
Esperar, pues, protección por parte de la Autoridad, es esperar un imposible. La Autoridad tiene que sostener la Ley, y la Ley, como está hecha por individuos que no pertenecen a la clase trabajadora, tiene que ser una ley defensora del capital y en contra del proletariado. No hay que hacerse ilusiones sobre que el proletariado pudiera nombrar una Autoridad a su gusto. Es la burguesía que dirige las contiendas electorales y los candidatos son escogidos por la burguesía. Al proletariado no le toca otra cosa que firmar las boletas electorales, bajo las instrucciones de la burguesía para elevar a sus verdugos. Pero aun cuando se diera el caso de que fuera un proletario el que llegase a ser Presidente de la República y que proletarios fuesen los individuos que ocupasen los bancos del Congreso, cosa que es ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE que se efectúe, los millones de la burguesía, los halagos de las damas empingorotadas, la influencia perniciosa del poder en todo corazón humano, porque ningún hombre que esté arriba se considera igual a sus hermanos de abajo, el ambiente malsano que se respira en los altos círculos acaba por corromper a los mejores hombres y por hacerlos tan tiránicos y tan malvados como cualquier mandón.
De la Autoridad no debemos esperar los desheredados más que el flagelo y el escupitajo. La burguesía nos adula cuando necesita nuestros votos para encumbrar a determinado sinvergüenza, o cuando tiene necesidad de nuestra sangre para poner en el Poder a un bandido en lugar de otro.
Veo en el número 3 del apreciable colega un párrafo que dice: “Ya es tiempo de que el Capital y el Trabajo caminen de acuerdo para dividir sus ganancias”. No, compañeros: eso es tanto como reconocer al Capital el derecho de tomar parte de lo que el trabajador produce. Debemos desconocer por completo ese derecho, porque el Capital es trabajo acumulado, y ese trabajo ha sido desempeñado por los trabajadores, por lo que son éstos los únicos que tienen derecho para aprovecharse de la producción. Los capitalistas son verdaderos ladrones, a quienes hay que arrebatar por la fuerza, porque no hay otro medio, todo lo que detentan.
Nada de dividir las ganancias con los capitalistas, nada de estar de acuerdo con ellos. Los proletarios debemos saber que entre las dos clases, la de los capitalistas y la de los desheredados, debe existir una guerra a muerte hasta que los trabajadores sean los dueños de todo cuanto existe. Entonces la humanidad se compondrá de una sola clase: la de los productores; y la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad serán un hecho en la tierra.
Vuestro hermano.
Ricardo Flores Magón
Disgustados los compañeros liberales que operan con buen éxito en el norte del Estado de Coahuila, de la conducta equívoca que venía observando Emilio P. Campa, decidieron ponerlo de este lado de la línea, para no tener ese estorbo en su noble lucha.
Una vez Campa en territorio americano, se puso al habla con algunos políticos de México ofreciendo rendirse con todos sus compañeros… ¿Dónde están esos compañeros? En la imaginación de Campa, pues está completamente abandonado. Los que fueron sus compañeros lo corrieron a puntapiés y continúan la lucha, con la Bandera Roja en alto.
En vista de su abandono, ahora está invitando a algunos buenos compañeros nuestros a ir con él a la ciudad de México, para que la nueva Dictadura crea que es un personaje importante y se la dé de General.
Nuestros compañeros le están contestando lo que se merece.
Lázaro S. Alanís e Inés Salazar, son dos traidores más. Decididamente se necesita todo un bosque para ajusticiar a tanto Judas.
El mentecato de Alanís ha llegado al grado de tomar el nombre querido de nuestro hermano Praxedis G. Guerrero, para bautizar un club electoral…. ¡Pobre Praxedis! Sabedlo, miserables: Praxedis odiaba tanto al Capital como a la Autoridad. ¿Por qué tomáis su nombre para bautizar un club de políticos que está destinado a sostener candidaturas? Los liberales no queremos amos de ninguna especie: queremos ser libres, absolutamente libres.
Compañeros: tomad nota de todo esto y tened listas las reatas para hacer buenos racimos de degenerados.
Ricardo Flores Magón
Madero y de la Barra, han conseguido que la casa bancaria Speyer, de Nueva York, les preste diez millones de dólares, ó, veinte millones de pesos mexicanos.
Aparte de esto, los mismos bandidos Madero y de la Barra, tienen ya contratados cincuenta millones de dólares o sean, cien millones de pesos mexicanos.
México debe mil quinientos millones de pesos, y con las nuevas deudas contraídas por la nueva Dictadura y las que seguirá contrayendo, le deuda crecerá hasta no se sabe dónde; pero como el Partido Liberal Mexicano no reconoce esas deudas, chatos van a quedarse los millonarios extranjeros. Los mexicanos vamos á conquistar nuestra libertad económica, y vamos á trabajar para nuestro exclusivo provecho y no para pagar deudas que han beneficiado tan sólo a los bandidos que la han contraído, no a los proletarios.
Los patrioteros han de decir que para salvar el prestigio de la nación, hay que pagar esas deudas. Nada de eso chiquillos. No queremos engordar burgueses propios ni extraños. Queremos Pan para todos, Tierra para todos, Libertad para todos. Que paguen los que se han embolsado tantos millones.
Ricardo Flores Magón
No puedo encontrar otro término para titular al nuevo periódico Regeneración que acaba de aparecer en la ciudad de México, redactado por señores burgueses que ostentan ruidosos títulos: historiógrafos, ingenieros, abogados, doctores, “coroneles”, pasantes de derecho y no sé qué más. Apenas cayó el periódico en mis manos, comencé a leerlo con avidez. Algo bueno, me dije, debe traer este periódico. ¡Lo escriben tantos letrados! Y leí “¡Sobre la Brecha!”, un articulito sin color, sin sabor y sin olor con las pretensiones de Programa de la publicación. Dice en parte del articulejo: “no podemos dejar de señalar los anhelos no cumplidos, para que se satisfagan, ni debemos dejar de apuntar los peligros, para que se salven, y los escollos, para que se eviten”; pero dejando de precisar qué anhelos son esos que han quedado sin satisfacción, qué peligros y qué escollos son esos que es necesario salvar y evitar.
Un periódico honrado debe hablar con franqueza; pero no lo hace el periódico ese PORQUE SUS GASTOS ESTÁN COSTEADOS POR EL SEÑOR SUBSECRETARIO DE JUSTICIA, Lic. Jesús Flores Magón, según él mismo lo afirma en otro articulejo titulado: Regeneración. En ese articulejo se da a entender que Juan Sarabia y Antonio I. Villarreal, junto con mi hermano Jesús, fueron los fundadores del periódico allá por los años de 1900, que sufrieron persecuciones terribles por escribir Regeneración, cuando lo cierto es que el Lic. Antonio Horcasitas,1 mi hermano Jesús y yo, fuimos los fundadores de Regeneración, y mi hermano Jesús y yo los que sufrimos las persecuciones; pero hay que prestigiar a los traidores, hay que elevar ante el concepto público a los tránsfugas, hay que atenuar con nimbos de martirios gloriosos las manchas de sangre que lleva en las manos el asesino de José Flores: Antonio I. Villarreal, el pederasta de Lampazos, digno director de un periódico de castrados.
El lema del periodiquín es: “Independencia, lealtad y firmeza”. ¡Qué ironía! ¡Alardear de independencia, cuando uno de los redactores es Subsecretario de Justicia, cuando otro de los redactores, el Lic. Antonio Díaz Soto y Gama2 declara en el Diario del Hogar la adhesión de todos ellos a Francisco I. Madero, uno de los dictadores de México! ¡Lealtad! ¿Qué lealtad es esa de que hacen alarde los señores redactores de Regeneración Burguesa, cuando el Sr. Iglesias Calderón,3 enemigo político del Chato Madero, acepta su candidatura para vicepresidente de la República en la fórmula Madero—Iglesias Calderón ofrecida por Camilo Arriaga y Juan Sarabia? Mi hermano Jesús y el Judas Juan, cuando estuvieron en esta ciudad a tratar de inducirnos a hacer traición a la causa de los hambrientos que con orgullo defendemos, después de haberse convencido de nuestra firmeza, o terquedad, como ellos dicen, en una conversación que siguió a la conferencia que con nosotros tuvieron, manifestaron desagrado por Iglesias Calderón y nos dijeron que no iban a trabajar con él en sus politiquearías, y ahora aparece Fernando Iglesias Calderón como Presidente de una Junta de un partidito en que figura mi hermano Jesús como tercer Presidente, Juan Sarabia como segundo Secretario, sin contar con que todos ellos forman parte de la redacción del periodiquito. ¡Firmeza! La de las veletas: Juan Sarabia, así como el pederasta Antonio I. Villarreal, aunque a regañadientes, aceptaron el Programa de 1º de julio de 1906, protestaron implantarlo por medio de la fuerza, asegurándonos Villarreal cuando estuvimos presos en la Penitenciaría de Florence, Arizona,4 que sólo por la fuerza podrían ser arrancadas de las manos de los burgueses las riquezas que detentan… para salir ahora, en un articulejo titulado “Huelgas y Organización”, del mismo periodiquito, con que los trabajadores deben ser prudentes, que se fijen en que los “pobrecitos” señores ricos tienen repletos sus almacenes de efectos que no han podido vender, y eso de declararse en huelga en tales circunstancias, es perjudicar a las bondadosas empresas que se “sacrifican” por el bienestar de los desheredados, y, palabras textuales, “las huelgas resultan atentatorias contra el bienestar nacional… primero hagamos la paz… que estimule el desarrollo de las riquezas nacionales… y luego, en pleno florecimiento, que apelen los obreros a la huelga”; pero no así como quiera, sino después de un largo periodo de “educación” y de “organización”, durante el cual llenarán la panza los parásitos Villarreal, Sarabia y —no hay que reírse que el asunto es serio—, la ballena de Paulino Martínez, aquél que se robó los trebejos religiosos de una iglesilla de Tlalnepantla y por lo cual anduvo prófugo veinte años, pues los tres zánganos tratan de organizar a los trabajadores… que no los conocen.
Compañeros: si se hace la paz, la burguesía se robustecerá, así como la Autoridad, y entonces, no tendréis oportunidad, no ya de declararos en huelga, que eso es juego de chiquillos, sino de apoderaros de las diferentes industrias que hay en México para trabajar por vuestra cuenta. No os dejéis engañar. Es en estos momentos críticos para la Autoridad y el Capital, cuando debéis, no declararos en huelga, sino tomar resueltamente posesión de la tierra, de las casas, de los talleres, de las minas, de las fundiciones, de los ferrocarriles, de los barcos, de todo, en una palabra, para trabajar por vuestra cuenta y establecer entre las diferentes industrias un sistema de intercambio de productos, de manera que durante la actual Revolución, nadie carezca de nada. Que están repletos los almacenes, según dicen esos “abnegados” directores vuestros, y que por eso no se os puede dar mejor salario, pues a tomar posesión de esos almacenes, a inventariar lo que hay en ellos para hacer prudente uso de esas existencias, continuar la producción de lo que SE NECESITE y no de lo que sea superfluo. Eso es lo que deberían aconsejaros esos burgueses, y no a cruzaros de brazos enfrente de los almacenes repletos de tantas cosas útiles y buenas que vosotros mismos habéis producido, y que, por ese solo hecho, a vosotros pertenecen y no a los burgueses que os amenazan con cerrar las negociaciones si os declaráis en huelga. A esa amenaza, contestad con la expropiación.
Hermanos de miseria: si diérais oídos a lo que os aconsejan esos burgueses, os estarían organizando por siglos y más siglos, ganando ellos buenos salarios, sacados de vosotros, mientras vuestras pobres criaturas desfallecerían de hambre, vuestras abnegadas compañeras se apretarían los dedos en la imposibilidad de “hacer lucir” vuestros pobres salarios. Doléos de vosotros mismos y de los vuestros; volved la espalda a esos señores que os aconsejan la prudencia y el respeto a la propiedad, porque ellos tienen el estómago repleto de buenas comidas; porque ellos van a los teatros, a los bailes, a las fiestas, portan magníficas alhajas, visten con elegancia, habitan casas lujosas, oyen buena música y gozan, en fin, de todas las ventajas de una civilización que es obra vuestra y de vuestros antepasados, porque vosotros habéis sembrado los campos, habéis forjado las herramientas y fabricado las máquinas, construido las casas, tendido los rieles, hecho los barcos, edificado los teatros y los palacios, tejido las buenas telas, sacado de la tierra el carbón y los metales, tallado los muebles… para que otros se aprovechen de vuestro sacrificio y os desprecien llamándoos “pelados”, mugrosos, plebe, chusma desarrapada, gente baja, viciosos, bandidos, léperos, y cuando pasan junto a vosotros ellos y sus damiselas, se llevan el pañuelo a las narices para no percibir el hedor de vuestro sudor que ellos han convertido en billetes de Banco, y os apartan con la punta del bastón para que no los ensuciéis con la mugre de vuestros andrajos…
Odio, compañeros, odio inextinguible debemos sentir para los que explotan a los pobres con el sistema del salario. Odio santo es ese, pues si no existiera no habría rebeldes y esta sociedad embrutecida y maldita, prostituida y corrupta, hipócrita y exterminadora de todo lo que es natural y sano en el ser humano, con sus preocupaciones, con sus leyes, con sus ejércitos, con sus polizontes, con su Autoridad, con sus presidios, con sus clérigos, con sus verdugos, continuaría sosteniendo la bárbara división de la especie humana en dos clases: la de los hartos y la de los hambrientos, condenados estos últimos a producirlo todo para que los primeros, los hartos, vivan en la holganza, gocen todos los placeres de la vida y mueran en ricos lechos, rodeados de respeto, mientras los hambrientos, llegados a viejos, son despedidos a patadas por los patrones para que revienten en la calle o en la cama del hospital o en un hospicio de mendigos, como animales inservibles, como mulos agotados, en premio de una vida de sacrificios y de abnegación, dejando a la compañera y a los huérfanos en la miseria, por el delito… de haber pertenecido a la familia de un hombre honrado.
Este artículo se está haciendo interminable. Quisiera pasar revista de todo el contenido del papasalillo Regeneración, y digo papasalillo, porque a pesar de que son señores profesionistas e intelectuales de altos vuelos los que lo garrapatean, nada vale el deslucido organillo maderista, literaria o filosóficamente considerado. Perder tantos años en las escuelas, para mal forjar artículos que invitan al sueño aun a los que padecen de insomnio… ¡lástima de forraje… intelectual!
Para concluir, invito a todos los hombres y mujeres inteligentes, a que devuelvan el periodiquillo a los señores burgueses que lo escriben, con una cartita en que les den las gracias por el obsequio; pero que lamentan no fumar de ese tabaco.
Ricardo Flores Magón
1 Antonio Horcasitas. Abogado y periodista capitalino. Se desempeñó como codirector fundador de Regeneración al lado de Jesús Flores Magón, ocupando ese cargo de agosto a diciembre de 1900. Sobre la separación de Horcasitas de la dirección del periódico, véase “El señor licenciado Antonio Horcasitas”, Regeneración, 1ª época, núm. 18, diciembre 15, 1900, en RFM Obras completas. Regeneración (1900-1901). Primera parte, México, CONACULTA, 2004, p. 373.
2 Antonio Díaz Soto y Gama. (1880-1967) Abogado potosino. Uno de los fundadores del Club Liberal Ponciano Arriaga. Vivió en el destierro (1902-1904). Junto con Juan Sarabia presentó un proyecto de ley agraria ante la XXVI Legislatura (1912). Se unió al movimiento zapatista (1914) y fue uno de sus delegados a la Convención de Aguascalientes. Permaneció vinculado a aquel movimiento, como promotor del programa agrario contenido en el Plan de Ayala, hasta 1920, año en que funda y dirige el Partido Nacional Agrarista (PNA). A partir de 1932 fue profesor de derecho agrario en la Facultad de Jurisprudencia Escribió, entre otras, La revolución agraria del Sur y Emiliano Zapata su caudillo.
3 Fernando Iglesias Calderón. (1856-1942). Abogado e historiador. Hijo del escritor y político liberal José Ma. Iglesias. Opuesto a Porfirio Díaz. Formó el Comité Patriótico Liberal. Entre 1901 y 1907 publicó una serie de opúsculos titulada Rectificaciones históricas, en la que contrarrestó la revisión porfirista de la historia mexicana de la segunda mitad del siglo XIX. Inició su carrera política después del triunfo de Francisco I. Madero. Sus artículos denunciando a Victoriano Huerta como autor intelectual del asesinato de Madero y Pino Suárez lo llevaron a la prisión de San Juan de Ulúa. Presidente del Partido Liberal de 1912 a 1925. Senador por el Distrito Federal (1912-1913; 1920-1924). Alto comisionado de México, con el rango de embajador en Washington en 1920.
4 RFM, Librado Rivera y Antonio I. Villarreal permanecieron en la penitenciaría de Florence, Arizona, de enero a agosto de 1910.
Los esfuerzos que hacemos por encauzar el presente movimiento revolucionario hacia una finalidad bien definida: la emancipación económica, política y social del pueblo mexicano, no son correspondidos como debieran serlo por los interesados en salvarse de las garras de la miseria y de la tiranía. No descansamos, no desmayamos, no nos desalentamos; el polizonte espía todos nuestros movimientos; la espada de una justicia convenenciera e hipócrita es blandida en la sombra por los bandidos de las finanzas, por los gobiernos, por todos los que tienen interés en que el pueblo mexicano siga siendo el mulo de carga de todos los aventureros que han sentado sus reales en el rico suelo de México; pero no nos rendimos, y abandonados en estos momentos de prueba los que tenemos por arma el pensamiento, y abandonados, también, en estos momentos difíciles los libertarios que sostienen la Bandera Roja en los campos de la acción, continuamos como lo hemos prometido, firmes, resueltos, sin vacilaciones, cayendo allá bañados en sangre, hermosos como soles, los que han tenido el valor de lanzar este grito extraordinario ¡Tierra y Libertad! y cayendo aquí, bajo las uñas mugrosas de los esbirros americanos, los que tenemos la audacia de aconsejar a nuestros hermanos desheredados de México, que tomen y no pidan, que ataquen y no supliquen, que al golpe respondan con la muerte.
¿Seremos totalmente aplastados? ¡Es posible! A nuestro grito: ¡Solidaridad! responde la cobardía de los rebaños sumisos: ¡Indiferencia! Altivos camaradas de México y de todo el mundo, gladiadores admirables, alzan sus voces honestas en todas las latitudes del planeta en pro de los que en México luchan por Tierra y Libertad; pero sus palabras de fuego, que encenderían en pechos más puros ansias de libertad y de justicia sociales, se apagan en los corazones de hielo de una humanidad educada para obedecer, de una humanidad enseñada a soportar el sufrimiento y la humillación y el salivazo…
A pesar de todo, adelante. Que no se rindan los que tienen vergüenza, ¡Mejor la muerte que arriar la bandera!
Y vosotros, masas pasivas, masas cobardes y estúpidas, despertad de una vez.
¿Qué es lo que esperáis? ¿Qué os detiene que no lleváis la mano a vuestros bolsillos y los vaciáis generosamente en favor de una causa que es la vuestra? ¿Esperáis el triunfo para gozar de un bienestar que nada os ha costado, ni una gota de vuestra sangre que tanto ahorráis, ni un centavo de vuestro dinero que tanto amáis, ni un chispazo de vuestros cerebros ensombrecidos por las preocupaciones, trastornados por el miedo, corrompidos por el egoísmo?
¡A ayudar! Si cada lector de Regeneración enviase un peso, los leales y firmes compañeros Enrique Flores Magón y Anselmo L. Figueroa, estarían ya en sus puestos de lucha y de sacrificio.
¡Solidaridad, solidaridad!…
Ricardo Flores Magón
Al principio se creyó en los altos círculos financieros del mundo que Madero era un hombre de voluntad férrea, un genio organizador, un hombre amado por el pueblo, capaz de cimentar la paz que tanto desean los que, al amparo de ella, se entregan tranquilamente a la tarea de explotar el trabajo humano.
Madero había prometido solemnemente al capital extranjero MEJORES BENEFICIOS que los que obtuvo bajo el despotismo de Díaz; pero como el Capital sólo recibe beneficios cuando el pueblo está en paz, cuando la clase trabajadora se resigna a dejarse robar por la burguesía y es lo que no se puede conseguir ahora en México, y los buitres de Nueva York, de Chicago, de las grandes ciudades del mundo, han retirado la confianza que habían depositado en Francisco I. Madero que, aunque ha probado ser un tirano, ha probado al mismo tiempo no tener el talento que los tiranos necesitan para someter a un pueblo.
Madero dijo al firmar los tratados de paz, que ésta estaría hecha automáticamente en todo el país en unas cuantas horas. Casi tres meses han pasado desde que esos tratados fueron firmados; casi tres meses han transcurrido desde que Porfirio Díaz abandonó el Sillón Presidencial, y en todo ese tiempo no ha dejado de haber lucha; en todo ese tiempo, Madero ha hecho todo lo que ha podido por conseguir el desarme de las fuerzas maderistas; pero éstas se resisten con razón: quieren que se dé la tierra que el ambicioso vulgar ofreció, ofrecimiento que no puede cumplir, porque la libertad económica no es un don que se ha de esperar del gobierno, sino del esfuerzo y audacia de la clase trabajadora.
Ante el robustecimiento que día a día adquiere el movimiento del Partido Liberal Mexicano que no ha cesado de luchar un solo momento durante estos últimos tres meses; ante las consecuencias de nuestra lucha y de nuestra propaganda que están dando como resultado la toma de posesión de las haciendas por los peones, quienes han comenzado a trabajarlas por su cuenta en varios Estados de la República, así como las huelgas de carácter revolucionario que día a día estallan en todo el país; ante la orientación bien clara de la Revolución hacia la solución del Problema del Hambre; ante el desprecio que siente la clase trabajadora por la lucha en el terreno político, pues los proletarios están convencidos de que es por medio de la fuerza como podrán tomar posesión de la tierra y de todas las industrias, el capitalismo extranjero se ha alarmado, ve que Madero es impotente para sofocar el movimiento económico por una parte y poner fin por la otra al caos político que las ambiciones de las banderías burguesas han creado en el seno mismo del gobierno, y ha buscado entre las docenas de candidatos que como corchos flotan sin dirección en el encrespado mar de la situación mexicana, el más a propósito para dominar las ambiciones de los políticos y restaurar el orden burgués en que los ricos, los militares y los clérigos tienen manga ancha para la satisfacción de todos sus apetitos.
El hombre es Reyes. Este es el escogido por el capitalismo extranjero para establecer una dictadura militar que con mano de hierro aplaste las ambiciones de los políticos y detenga la avasalladora marcha de las reivindicaciones proletarias.
Desde hoy puede asegurarse que Reyes aplastará a los políticos, porque esos cobardes se rinden ante el fuerte; pero las reivindicaciones proletarias a cuya cabeza está la acción revolucionaria del Partido Liberal Mexicano, no podrán ser detenidas en su marcha. Por el contrario, los hambrientos redoblaremos nuestros esfuerzos y la lucha de clases adquirirá caracteres de catástrofe, el sol mexicano alumbrará montañas de cráneos de burgueses, de políticos, de mandones; ríos de sangre correrán en la montaña, en el valle, hasta que sobre las ruinas de un sistema incapaz de garantizar al ser humano la libertad y el bienestar, quede triunfadora la Bandera Roja y el sol mexicano alumbre las frentes de los plebeyos libres ya de toda clase de tiranos.
¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
¡A buena hora están comprando Madero y de la Barra las armas y cartuchos que hay en las armerías y montepíos de la ciudad de México! No puede entrar a territorio mexicano una sola arma, sin ser confiscada en el acto, por ordenes del Chatito. ¡Vana medida! Ya no se necesitan fusiles ni cartuchos para que el proletariado mexicano triunfe. He aquí lo que nos dice un compañero que está operando con buen éxito en el Estado de Jalisco: “¡Eureka, compañeros! Estoy haciendo uso de flechas explosivas para atacar a los esbirros de la Dictadura. A eso debemos los últimos triunfos obtenidos. Un arco común y corriente es lo que se necesita. La flecha la hacemos de carrizo, le ponemos una carga de dinamita en la punta y, en lugar de poner un dardo, ponemos un cápsul de los que usan los mineros. Donde pegan esas flechas, hacen explosión.”
Conque, Chatito, mejor sería que dejaras entrar fusiles, porque lo que es con las flechas, “no te acabas chica en un jarro.”
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La friolera de dos millones quinientos mil pesos piden de indemnización las llamadas Líneas Nacionales, por los trastornos que sufrieron y que están sufriendo con motivo de la Revolución.
¡Inocentes burgueses! Esas líneas y todas las demás líneas pertenecen a los trabajadores mexicanos que hicieron los terraplenes, que tendieron los durmientes y los rieles, que construyeron los puentes, que hicieron las casas de las estaciones, que horadaron las montañas, y lo hicieron todo, en fin. Y esas líneas van a ser usadas para que las comunidades de productores federales, transporten sus productos y en ninguna comunidad se carezca de nada.
Nada de indemnizaciones, amiguitos. El pueblo mexicano no reconocerá deudas ni compromisos de ninguna clase. Conque, es mejor que vayan haciendo la maleta y se marchen a explotar a otra parte.
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¿Recuerdan ustedes que Madero negó que Pancho Villa lo hubiera agarrado del pescuezo, sacudido como a un gato y arrojado al suelo como un miserable, en Ciudad Juárez, cuando el traidor Chato salvó la vida al tigre General Navarro y se permitía el lujo de darse banquetazos enfrente de sus soldados muertos de hambre? ¿Recuerdan ustedes que en esa ocasión, Pascual Orozco, echó patas arriba a Abraham González, el Gobernador Provisional de Chihuahua e iba a levantarle la tapa de los sesos por querer éste asesinar por la espalda a Pancho? Pues ahora resulta que el mismo Chato confiesa que fue cierto lo de la insubordinación en Ciudad Juárez y llama insubordinados a Villa y a Orozco.
Nada, amigos Villa y Orozco; a tomar Chihuahua, a dar a los trabajadores lo que es de los trabajadores, poniendo en las manos de los desheredados todo lo que hay en ese Estado. Si no lo hacéis, teniendo la fuerza en vuestras manos, probaréis que no os sacrificáis por los pobres, sino por vuestro bienestar personal únicamente.
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Madero y Reyes se han divorciado. Pobre Chato; tú vas a ser la primera víctima de Reyes; pero confiesa que te mereces todo mal, no tanto por lo malvado que eres, cuanto por tu estupidez. Has querido imitar la política de Díaz de tener a todos en un punto; pero ni la época es la misma ni tienes los tamaños de aquel Gran Bandido. Te lo diré de una vez: tú eres un pobre diablo.
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El Centro Antirreleccionista ha decidido firmemente desconocer al Chato como su jefe, a quien los antireleccionistas acusan de falso, de desleal, de traidor y de tirano.
Como ese era el partido Maderista, el pobre Chato, sin apoyo, sin popularidad, sin nada, cae a plomo hundiéndose en la insignificancia de la que la casualidad lo sacó por algunos meses. ¡Pobre Leño!
Ricardo Flores Magón
Ya para entrar en prensa Regeneración se recibieron en esta ciudad noticias importantísimas del movimiento revolucionario en México.
El Estado de Morelos, vecino del Distrito Federal, según los despachos que aparecen en los periódicos de hoy, 18 de agosto, está levantado en armas, con excepción de Cuernavaca. El Gobierno confiesa que la situación es grave en todo el país. Madero, creyéndose todavía el hombre popular de ayer, pretendió marchar hacia Morelos a aplastar al bravo Zapata; pero éste le mandó decir que si daba un paso en territorio del Estado, sería, fusilado en el acto. Madero tuvo que tragarse la humillación y se quedó en la ciudad de México. Ayer, 17, las fuerzas federales atacaron Yautepec; pero los valientes revolucionarios morelenses, rechazaron a los esbirros del Capital y de la Autoridad. Entre los directores de la heróica defensa de Yautepec, se encontraban las jóvenes revolucionarias Margarita Neri1 y Esperanza Chavarría.2 La lucha duró todo el día. Los federales estaban mandados por un esbirro de sombría fama, un tal Blanquet. Los revolucionarios perdieron 19 hombres. Los federales más de cien. La joven revolucionaria Neri salió herida de un brazo.
Madero y de la Barra dicen que tal vez las tropas federales, después de una larga y sangrienta campaña podrían dominar a las fuerzas insurgentes; pero con eso no se acaba todo. Lo que más preocupa al gobierno es que los habitantes del Estado están ya en posesión de la tierra, la labraron ya y están esperando las cosechas, y a esos revolucionarios, que son los de la Bandera Roja, no podrán desalojarlos ejércitos provistos de toda clase de aparatos de guerra. ¡Bien por los dignos y bravos habitantes del Estado de Morelos! Trabajadores de todos los Estados, imitad el ejemplo de vuestros hermanos de Morelos, de Chihuahua, de Durango, sur de Puebla, Michoacán, Yucatán y otros Estados. Ellos han comenzado a invadir las haciendas, a colgar burgueses y a trabajar la tierra por su cuenta y el gobierno no puede desalojarlos de los lugares invadidos.
Se cree que en unos días más, Zapata pedirá la rendición de la ciudad de México.
Jojutla, Morelos, fue tomada por las fuerzas del insurgente Amador Salazar, proveyéndose de grandes cantidades de rifles, municiones y varios cañones.
En Sinaloa, las fuerzas de Banderas, dominan una grande extensión territorial.
Por todo el país se levantan numerosas fuerzas insurgentes. ¡Y todavía sueña el Chato en las elecciones! ¡Y todavía cree Reyes que va a sentarse en la Silla Presidencial!
El pueblo mexicano ya no quiere gobernantes: quiere Tierra y Libertad. Ya no se satisface con promesas: está expropiando.
Ricardo Flores Magón
1 Margarita Neri. Nació en Quintana Roo. Hija de un alemán y una indígena maya, oficial zapatista. En mayo de 1911, combatía en el estado de Guerrero. Posteriormente, el 17 de agosto, participó en la defensa de Yautepec en contra de las tropas federales de Aureliano Blanquet. A decir de la prensa, de tales combates salió herida de un brazo.
2 María Esperanza Chavarría Morales. Morelense. Su padre combatió a los franceses. Zapatista. Obtuvo el grado de Coronel. Participó, en 1911, en los sitios de Cuautla, Mor., Puebla, Pue. Y Chilpancingo, Gro.
Telegramas de hoy, 17 de agosto, nos comunican la grata nueva de haber comenzado sus operaciones en el Estado de Michoacán el compañero Román García, quien al frente de un buen número de compañeros al grito de ¡Viva Tierra y Libertad! atacó ayer y tomó después de una encarnizada lucha de más de tres horas, la importante ciudad de Uruapan, del Estado de Michoacán.
Este triunfo, compañeros, es de grande importancia. La Bandera Roja, en estos momentos, multiplica sus fuerzas. La prensa habla de la campaña de nuestros compañeros en casi todo el país. En Sonora, en Chihuahua, en Coahuila, en Tamaulipas, en Durango, en Sinaloa, en Zacatecas, en Jalisco, en Puebla, en Veracruz, en Yucatán, en Guerrero, por dondequiera, los libertarios surgen. Nuestros compañeros no podían suspender la guerra. A pesar de que se ocultaban las noticias para que el pueblo no se diera cuenta de que había hombres que no habían rendido sus armas; a pesar de que el Ejército Maderista suspendió las hostilidades en obsequio de los tratados de paz que Francisco I. Madero celebró con Díaz, nuestros compañeros, aislados en grupos que se perdían en el extenso territorio de México, continuaron firmes, luchando contra dos enemigos: federales y maderistas, y esa firmeza de los libertarios está dando sus frutos. Por todas partes saltan a la arena del combate guerrillas y más guerrillas que van sembrando la esperanza en el corazón de los desheredados, que van animando con el ejemplo de su heroísmo a los trabajadores a tomar posesión de la tierra, de las industrias todas, para que las trabajen por su cuenta. Esta espléndida propaganda de justicia social, ha hecho que masas de desheredados que de tiempo atrás venían abrigando con cariño la idea de hacer algo para alcanzar una vida mejor pero que por el mucho respeto que sentían por la Autoridad y el Capital no se atrevían a echar mano de todo cuanto existe, al ver a los nuestros irrespetuosos, altivos y valientes, se han decidido al fin a desconocer el derecho de propiedad individual que hace que un hombre se aproveche del trabajo de los que nada tienen, y, con el fusil al hombro se han puesto a labrar las tierras y a colgar a los ricos y a las autoridades.
Adelante. ¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
Revolt, of San Francisco, has reproduced -though without the customary acknowledgment- an article written by Wm. C. Owen1 and published recently in the English section of Regeneracion, of which he is the editor. It has seen fit to praise the article most hightly, but has added an editorial note that I feel compelled, on behalf of the Junta of the Mexican Liberal Party, to answer. We cannot allow the issue to be obscured by fliattery.
The paragraph criticized by “Revolt” is the following: “These people are not looking, and can not be induced to look, toward politicas for relief. Politics may be an interesting amusement for the upper classes, but the Mexican peon and working man know nothing about them and do not want to know. The peon is a simple man; he wants his land; wants to lead his own life, free from the mastership of the plutocrat, who in nine cases out of ten is a foreigner. If by chance he does know anything about politics, what he has learned is that the workingman in the United States has the vote and yet is compelled to toll in the factory and mine, and on the farm, under the orders of a boss. That is he very thing the wants to get away from.”2
On this the editorial comment is, in part: “Mr. Owen´s statement that “These people are not looking and can not be induced to look toward politics for relief” is a rather astonishing one, seeing that a large part of the population of Mexico, at the present moment and for many months past, displays not only keen interest but determined activity in political action—for the changing of govermental forms. As a means to whatever end they may have formulated in their collective conciousness, they are employing political action. They have not stood each on his individual piece of land, to defend it against invasion. They have organized politically, militantly, for the overthrow of governments. They are even voting, seeking to effect political changes without the necessity of military political action.”
I believe we of the Junta know the conditions that exist in Mexico, and I desire to say that Mr. Owen´s statement is, in our opinion, the correct one. The masses feel no interest in the mere “changing of governmental forms.” The really great issue at stake is whether the people shall take possession of the land and means of livelihood, as they are now doing with a determination that exceeds our most sanguine expectations or whether they shall be deluded into trusting their future to the promises of politicians. That is the issue, and, in our judgment, Mr. Owen has stated it most clearly. He also, in our judgment, has stated correctly the attitude of the masses, with whom we of the Mexican Liberal Party have taken our stand.
On the other hand it seems to be now apparent that Socialists and Socialists organs, whether in rebellion against the regular party organization or not, are determined to represent the Mexican masses as looking to and relying on politics for relief. That is the very thing the ruling class most eagerly desires.
We are anxious for all the support we can honestly obtain, but we should never dream of purchasing the aid of the Socialists by allowing such misrepresentations to pass unchallenged.
(Signed.)
Ricardo Flores Magón
1 William C. Owen. Escritor y periodista. (Dinapore, India, 1854- Worthing, Ingl-, 1929). Emigró a los Estados Unidos en 1882. Fue miembro de la International Workmen’s Association, a la que se unió en California. Contribuyó como editor en Truth, Nacionalist (Los Angeles y San Francisco), y fue colaborador de la londinense Commonwealth, órgano de la Socialist League de William Morris. Fue fundador, con Severino Merlino, de la Novairoquesa Socialist League de Nueva York en 1890, de la que fue expulsado a los dos años. Cercano a los círculos anarquistas de Piotr Kropotkin (traductor de algunas de sus obras, como Palabras de un rebelde), Enrico Malatesta, Emma Goldman y Alexander Berkman, entre los que promovió el apoyo a la Revolución mexicana y al PLM. Colaboró con los periódicos Free Society y Mother Earth. A partir de abril de 1911 se encargo de la sección en inglés de Regeneración, hasta 1916. En 1912 publicó el folleto La Revolución mexicana; su progreso, propósitos y probables perspectivas. En 1914 y 1915 publicó, además, su propio periódico Land and Liberty. Durante este año vivió una pequeña granja avícola en Washington. En 1916, fue perseguido junto con Ricardo y Enrique Flores Magón por el “uso del correo para difundir publicaciones que incitaban a la violencia, el asesinato y la traición”. A diferencia de los hermanos Magón, logró escapar a Inglaterra, donde evadió la persecución del gobierno norteamericano que exigió su extradición, ya que Owen había adquirido la ciudadanía estadounidense. En Inglaterra colaboró con el periódico Freedom y en la Commonwealth Land Party, que luchaba por la entrega de la tierra a los que la trabajaban. En 1926 vivió en una pequeña colonia cooperativista en West Sunsex, Inglaterra. Autor de: The Economics of Herbert Spencer, Crime and Criminals y Anarquism versus socialism.
2 Vid. William C. Owen, “Issue must be kept Clear at any Price,” Regeneración, 19 de agosto de 1911, núm. 51, p. 4.
Había en Puebla un individuo de nombre Pascual Mendoza a quien desde chico le dio por la chifladura de hacer versos ¡y qué versos! El padre del chico se arrancaba los pocos pelos que se obstinaban en seguir vegetando en la calva cabeza, desesperado ya de hacer entender a aquel mocoso que era mejor entrar de aprendiz a algún taller que perder el tiempo midiendo versos con los dedos, y se asegura que, a veces, ya que las palabras no entraban en la cabeza del chamaco, el viejo vapuleaba el terco versificador. Creció el muchacho haciendo “versos” y se desarrolló haciendo los mismos; pero los versos eran tan malos como los primeros que se atrevió a fabricar ese desheredado de las musas.
A vivir de sanguijuela.
Pascual necesitaba dinero para vivir. El viejo aquel que se arrancaba los pocos pelos que se aferraban a vivir en el cuero ex-cabelludo, había muerto, y Pascualito, aunque libre de azotaínas, se encontraba con el estómago vacío. Pero un día se le ocurrió una idea: la de vivir a costillas de los trabajadores, pues hay que saber que, como en los memorables tiempos de las vapuleadas paternales, Pascualillo sentía horror por el trabajo.
Después de la tempestad.
Estallaron los primeros conflictos serios entre el Trabajo y el Capital en el distrito fabril de Orizaba, Estado de Veracruz, en el invierno de 1906, conflictos que terminaron con el resultado en masa de los obreros de Río Blanco en enero de 1907.2 Entonces no se le vieron las narices a Pascualillo; estaba en casa muy caliente; pero después de que fueron vencidos nuestros hermanos, cuando todavía estaba caliente la sangre de esos precursores del movimiento económico actual, Pascualillo levantó la voz;… pero no para protestar contra el cobarde asesinato de más de trescientos proletarios en Río Blanco por las fuerzas de la Dictadura, sino para condenar la acción revolucionaria de esos mártires, dar la razón al despotismo y dar consejos a los trabajadores de ser moderados, de ser respetuosos con la Autoridad, de no perjudicar al Capital con exigencias extemporáneas, y, de luchar en el terreno político tanto como en el terreno económico; pero siempre dentro del “orden” y de la “ley.”
La caída del payaso.
Los obreros contestaron con una carcajada a los consejos de Pascualillo. Sin embargo, no faltaron algunos que, engañados, sirvieron de escalón a ese “desinteresado” defensor de la clase trabajadora que, siempre de acuerdo con los patrones y con los gobernantes, pudo contener por algún tiempo el ímpetu revolucionario de los obreros de Puebla, de Orizaba, de Atlixco y de otras partes, hasta que el torbellino revolucionario derribó a Díaz y a Mucio Martínez, cayendo con ellos el leader de la acción proletaria dentro del “orden” y de la “ley.”
Los sucesores.
Pero si Pascual Mendoza cayó para no levantarse más, su bandera de cobardía, de servilismo, de traición, ha sido enarbolada por Paulino Martínez, Juan Sarabia y Antonio I. Villarreal, otros holgazanes que, como Pascual Mendoza, no quieren entrar de aprendices a un taller para ganarse la vida, prefiriendo vivir a costillas de los trabajadores. Los tres se han puesto de acuerdo para organizar una Confederación Nacional de Trabajadores ¡y en qué tiempos! ¡En los momentos propicios para la acción revolucionaria! Todavía mejor, ¡en los momentos en que los trabajadores están tomando posesión de la tierra! ¡En los momentos en que los obreros de toda clase de industrias y aun los gendarmes y los estudiantes se están declarando en huelga y ganando la mayor parte de las huelgas con las armas en la mano, cuando no destruyen los plantíos, queman las oficinas de los burgueses, hacen pedazos la maquinaria y cuelgan a los ricos y a los administradores y mayordomos de las negociaciones!
¡Pobres ricos!
En estos momentos, Martínez, Sarabia y Villarreal, aconsejan la prudencia. “Están los almacenes de las fábricas y los graneros de las haciendas repletos de productos que los “pobrecitos” señores ricos no han podido realizar con motivo del estado de guerra que reina en el país ¿y es ahora cuando os declaráis en huelga?” dicen esos “desinteresados” defensores del proletario. Y agregan: “¿por qué no, mejor, os organizáis pacíficamente, cooperáis a que la paz se haga, y después, cuando la Autoridad esté fuerte y el Capital se halle en pleno florecimiento, os declaráis en huelga para obtener algunas “mejoras”?
A escupirles la cara.
Es decir, se os aconseja, hermanos de miseria, que ayudéis al gobierno a robustecerse, a hacerse fuerte; haréis otro tanto con respecto al Capital, y, cuando esos dos enemigos naturales vuestros tengan bien sólidos los colmillos y bien fuertes las garras; cuando el gobierno cuente con un fuerte ejército bien disciplinado que pueda garantizar las vidas y los bienes de los ricos, y cuando el capital haya adquirido otra vez las fuerza de explotación que está debilitada por el momento en virtud de que no ha podido realizar los efectos que habéis elaborado; pero que readquirirá cuando esos efectos sean vendidos y cuente con fuertes depósitos de dinero en los Bancos para afrontar cualquiera crisis obrera, entonces, dicen los miserables embaucadores, es cuando deberéis declararos en huelga. ¡Escupid, hermanos, el rostro de esos bellacos! Si os declaráseis en huelga en las circunstancias que os indican Martínez, Sarabia y Villarreal, el gobierno sería lo bastante fuerte para ametrallaros y obligaros a reanudar vuestras tareas a culatazos y a bayonetazos, y, si esto no sucediese por un verdadero milagro, la burguesía os rendiría por medio del hambre, pues nunca podríais contar con los caudales que ella cuenta, se agotarían los tesoros de vuestras uniones, y al fin os someteríais a las condiciones vergonzosas que os pusieran vuestros verdugos, y, si a pesar de todo no os rendiráis, ¿qué haríais cuando vuestros patrones abriesen las puertas de la fábrica, del taller, de la negociación en que se os explota para dejar entrar a otros hambrientos que ocuparían vuestros puestos por los salarios que vosotros rehusáis aceptar? ¿Os quedaréis con los brazos cruzados? Procuraríais, primero, atraer a vuestras filas, por medio de la persuasión, a vuestros hermanos que iban a ocupar vuestros puestos; pero éstos se rehusarían a seguiros y entonces tendríais que luchar con ellos; mas como el gobierno tiene que guardar el “orden,” pronto os veríais aniquilados a metrallazos.
¡Abajo la autoridad y el capital!
No os dejéis engañar, compañeros de infortunios. En tiempos normales, buena es la unión; pero no hay que desaprovechar las oportunidades que las convulsiones populares ofrecen, para atacar resueltamente a la Autoridad hasta aniquilarla como principio e ir derechos hacia el robusto árbol del capitalismo y arrancar de él hasta la última raíz acabando por ese solo hecho con el odioso derecho de propiedad individual.
La política.
He aquí lo que es dicen vuestros “desinteresados” defensores: “Bien está que los obreros se unifiquen para ganar el Mundo de que habla Marx; pero a la vez que miembros de Unión, son ciudadanos de la República, y si para su emancipación económica necesitan del sindicato, para su emancipación política y para velar por la pureza de las instituciones democráticas, necesitan de un Partido que se identifique con sus aspiraciones.” Y más adelante: “Toca a los obreros despertar a la conciencia de sus intereses y adherirse a nuestro Partido que es el que lógicamente les corresponde.”
Todo gobierno es yugo.
Ahí esta el negocio, compañeros. Los zaragates que tratan de organizaros, quieren que sirváis para velar por la “pureza de las instituciones democráticas,” y para ello, os invitan a adheriros a su partido político que también tiene el nombre de liberal. Una vez adheridos a ese partido, tendréis que votar a favor de sus candidatos que son Francisco I. Madero para Presidente y Fernando Iglesias Calderón para Vicepresidente, con lo que ganaríais echaros sobre la nuca un nuevo yugo, pues que yugo y no otra cosa es el gobierno, ya se llame Czar, Rey, Emperador, Sultán o Presidente el que lo represente. Yugo es el gobierno, porque es el mastín de la burguesía para tener a raya a los desheredados en sus justas rebeliones contra las explotaciones del Capital.
Los desheredados, manteniendo a sus verdugos.
El terreno político, compañeros, es útil solamente para aquellos que quieren ocupar puestos públicos, y si se os invita a pertenecer a un partido político como el de los parásitos que tratan de organizaros, es para utilizaros como rebaño para que en días de elecciones déis vuestros votos a favor de los individuos de quienes ellos reciben dinero. Vosotros votaréis; pero no por eso llevaréis a vuestros estómagos una onza más de substancia alimenticia, si tendréis unas cuantas varas de manta para malcubrir las desnudeces de la compañera y los hijitos. Si al votar lleváis en la mente la idea de obtener un buen gobierno, buen chasco os llevaréis, pues desde que la humanidad cometió la torpeza de admitir gobernantes, no ha habido uno solo de éstos que la haya hecho feliz. Todos los gobernantes actuales son malos, como lo han sido los anteriores, porque los gobernantes tienen por obligación defender los intereses de los habitantes de sus respectivos países y como solamente los ricos tienen intereses, es para cuidar a los ricos para lo que pagáis las contribuciones que han de servir para sostener ejércitos, polizontes, empleados de diversas categorías, jueces, diputados, senadores, carceleros y verdugos. Todo sale de vuestros bolsillos, pues aunque directamente no se entienda el empleado fiscal con vosotros sino con los ricos, éstos para no perder lo que han pagado de contribuciones, sacan lo que han desembolsado, y más de eso, aumentando el precio de la mercancías, de los alquileres de casas, de todo, en fin, dando por resultado que son los desheredados los que sostienen a los gobiernos para que los opriman y los escupan y los befen, teniéndolos sometidos a los caprichos y las exigencias de los patrones, y, si rezongan, allá van brigadas y divisiones de esbirros a restablecer el “orden.”
Asesinatos a granel.
Martínez, Sarabia y Villarreal son los dignos sucesores de Pascual Mendoza. Éste estuvo subvencionado por el gobierno para servir de espía entre los trabajadores. Se declaraba una huelga, Pascual Mendoza hacía viajes a México a conferenciar con el Dictador Díaz, o a Puebla, a conferenciar con el bandido Mucio Martínez, y a las oficinas de los patrones para entrar en componendas. Al estallar en noviembre del año pasado el movimiento revolucionario que toma ahora mayor fuerza, Mendoza denunció a los obreros de las fábricas de Puebla, de Atlixco y de muchas partes como conspiradores y cientos de trabajadores dignísimos fueron pasados por las armas en el interior de las prisiones.
Los alquilados.
Eso es lo que se proponen hacer los que tratan de organizar a los trabajadores mexicanos. Como Mendoza, están subvencionados por Madero y de la Barra con el propósito de desviar a la clase trabajadora del camino recto que ha emprendido para conquistar su libertad económica: el de la expropiación por medio de la violencia, que tan buenos resultados está dando en Morelos, en Michoacán, en Jalisco, en Chihuahua, en Durango, en Sonora, sur de Puebla, Veracruz, Oaxaca y Yucatán. En esos Estados, los campesinos se han posesionado de la tierras aprovechándose de las circunstancias especiales en que está el país, y como el ejemplo está cundiendo, los tiranos y los burgueses han alquilado a miserables traidores del Partido Liberal Mexicano, para que aconsejen la prudencia a los hambrientos, para que los entretengan con organizaciones políticas y no tomen de una vez posesión de la tierra, de la fábrica, del taller, de la fundición, de la mina, del ferrocarril, del barco, etc., para trabajar en común sin tiranos.
La hacen de esbirros.
Como Mendoza, Martínez, Sarabia y Villarreal denunciarán a aquellos de los trabajadores que tengan ideales levantados, para que se les fusile como a perros en el interior de las cárceles.
A boycotearlos.
Compañeros: devolved a los embaucadores de la Ciudad de México, su Regeneración Burguesa, y escribid a todos vuestros amigos y conocidos de México y fuera de México, aconsejándoles que no se dejen embaucar por los que, como lacayos de la nueva tiranía, tratan de fortalecerla con el apoyo de la clase trabajadora.
¡La expropiación!
No demos oídos a esas sirenas de la política. El momento es propicio para la acción revolucionaria. ¡Adelante, hermanos! El estómago no puede esperar a que los bienes codiciados bajen del cielo. No tenéis otra cosa qué hacer, que tomar posesión de todo cuanto existe y poneros a trabajar por vuestra cuenta regularizando la producción según las necesidades de cada comunidad o de cada grupo de comunidades federales, para que nadie carezca de nada durante la actual Revolución, hasta que, aplastado el último tirano y desaparecido el último burgués, nos demos los desheredados un estrecho abrazo bajo la Bandera Roja triunfadora.
Hacia el comunismo.
De ahí en adelante, no más incertidumbres por una mañana sin pan, no más crimen, no más prostitución. Todos tendremos la misma oportunidad de ganarnos la vida con sólo unas tres o cuatro horas de trabajo al día, trabajo que no tendrá el carácter áspero que hoy presenta, porque dueños los trabajadores de todo, la fábrica dejará de ser el presidio negro y malsano de hoy por el poco interés con que ven los burgueses la salud de sus esclavos; la mina estará perfectamente adecuada para impedir desplomes, y por ese orden, todo se habrá transformado gracias a la libre iniciativa de los trabajadores que tomarán empeño en que el trabajo sea lo menos desagradable posible, hasta transformarlo en un simple ejercicio higiénico, quedando al trabajador muchas horas libres para dedicarse al estudio, para divertirse, para gozar de la vida.
Desconoced el derecho de propiedad individual y el principio de Autoridad. Solamente así alcanzaréis la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.
Ricardo Flores Magón
1 Pascual Mendoza. Obrero textil poblano. Fundador, en 1906, de la sucursal en Atlixco, Puebla, del Gran Círculo de Obreros Libres. Formó parte de la comisión de trabajadores que acudió a Porfirio Díaz, en diciembre de aquel año, para exponer las demandas de los trabajadores textiles de Veracruz y Puebla. La comisión terminó por aceptar las condiciones impuestas por el gobierno y los industriales.
2 Huelga de Río Blanco. Realizada en las fábricas textiles de Río Blanco, Santa Rosa y Nogales del 7 al 11 de enero de 1907; promovida por los trabajadores agrupados en el Gran Círculo de Obreros Libres, en respuesta al reglamento impuesto por el Centro Industrial Mexicano. Los huelguistas fueron reprimidos por el ejército, con un saldo de casi 200 muertos. Los impulsores de la huelga fueron aprehendidos y un número indeterminado de ellos fue sometido a trabajos forzados en Valle Nacional. Las labores en Río Blanco se reanudaron bajo vigilancia militar.
Pocos son los días que le quedan de vida al niño León Cárdenas que, como se sabe,1 fue sentenciado a muerte, en un poblacho del salvaje Estado de Texas, por un jurado compuesto de individuos que obraron bajo la amenaza de ser muertos si absolvían al pequeño. Se recordará que el niño está acusado de haber dado muerte a una mujer americana. Sucede en Texas que los vaqueros americanos conocidos con el nombre de cowboys, se entregan a toda clase de crímenes, y una vez efectuados los atentados, echan la culpa a algún mexicano a quien las turbas semi-salvajes de las llanuras texanas asesinan de la manera más vil.
En el caso del niño mexicano, ha sucedido eso mismo. Algún americano asesinó a la mujer, y el mismo asesino ha de haber denunciado entre sus congéneres al pobre niño para que éste fuera la víctima y no él. Todos los mexicanos que residen en el sur de este bárbaro país, saben que no miento, porque casi todos ellos han sido víctimas de los desprecios, de las fanfarronadas, de los ultrajes de estos idiotas patrioteros americanos, que ven a las personas de otras razas como seres inferiores, sin comprender que somos los extranjeros los que con nuestra laboriosidad y nuestra inteligencia encarrilamos a este pueblo retardatario, egoísta y estúpido por la vía del progreso y la libertad.
No niego, por otra parte, que hay americanos sensatos, dignos de todo aprecio, para quienes es respetable toda criatura humana; pero la inmensa mayoría de los americanos se creen formados de otra substancia de la que está formada el resto de la humanidad.
El niño León Cárdenas está preso en la cárcel de Midland. Inútiles han sido los esfuerzos que los abogados han hecho por hacer que se traslade el tierno prisionero a la cárcel de El Paso, Texas, donde parece que hay más seguridad, pues en la cárcel en que se encuentra puede ser objeto de un atentado por parte de la imbécil vaquerada americana.
Nadie, en Texas, puede salir a la defensa del niño, porque en el acto saltan los salvajes, se enfurecen y amenazan de muerte al abnegado que tiene el valor de denunciar la injusticia de que está siendo víctima el pobre mexicano. Miss Elizabeth Mythaler, residente en Toyah, Tex., es en estos momentos el blanco de la ira de los bárbaros vaqueros, por el “delito” de trabajar en favor del niño mártir. La turba cayó sobre esa abnegada americana y sobre otra señorita, y, con amenazas de muerte, fueron expulsadas de la población. Lo mismo está ocurriendo a otros americanos de buen corazón que se han puesto del lado del débil, sin que la Autoridad se de por entendida de esos atentados contra las personas, como que la Autoridad sólo sirve para oprimir; pero no para hacer justicia.
Miss Mohe, otra americana modelo, invitó a algunos mexicanos residentes en Balmoches, Tex., para que se uniesen a ella con el fin de trabajar en favor del niño. Las turbas patrioteras, fusil en mano, impidieron que se llevase a cabo esa sana obra de solidaridad humana.
Las mesas, útiles de cocina, una máquina de coser, las camas y todo lo que había en el hogar de la infortunada familia Cárdenas Martínez, fue distribuido como botín de guerra entre los salvajes blancos de la comarca. El abogado George Estes, de El Paso, Tex., que fue a defender al niño, tuvo que salir oculto, pues los antropófagos de ojos azules trataron de matarlo. Otro de los abogados, J.W. Parker, permaneció oculto por varios días, para lograr escapar de los “civilizados” americanos que lo buscaban para asesinarlo.
Mexicanos: de vosotros depende la salvación del niño víctima de turbas sin conciencia. De vosotros depende, igualmente, vuestra dignificación. Sabed ser unidos y ayudad generosamente al padre de León, a fin de que pueda hacer todos los gastos que se necesitan para que la mano del verdugo no ponga en el cuello de un inocente la cuerda que ha de quitarle la vida. Enviad dinero a la dirección siguiente; León Cárdenas Martínez, P.O. Box 711, El Paso, Tex.
Hasta el 16 de este mes había recibido el padre del niño la suma de ciento trece pesos, noventa y cinco centavos. En el número anterior2 dimos cuenta de la suma recibida de $52.05. El resto de la suma recibida hasta el 16 de este mes fue recaudado de la siguiente manera: Colectado por Pablo Garza Vázquez, de Knippa, Tex., $15.25; por David Vílchez, de Sherman, Tex., $3.60; por Pablo Reyes, del Grupo Regeneración “Santiago de la Hoz,” de Mc-Queeney, Tex., $2.25; por Lino Sánchez, de Kernell, sec. 6, Wasco, California, $3; por Eduardo Manzano, del Grupo “Juárez y Lerdo”, de Alba, Tex., $8; por María Arrieta, de Mogollón, N. Mex., $8; por Moisés Arreola, de Fort Bragg, de Van Horn, Tex., $15.30; un humanitario, de El Paso, Tex., $5.00.
Sentimos que Regeneración no tenga espacio suficiente para detallar las listas de las colectas, y sólo publicamos los nombres de las personas que las han llevado a cabo.
Continuad contribuyendo sin cansaros que no sólo se trata de salvar la vida a un ser humano, sino de demostrar que estamos dispuestos a hacernos valer donde quiera por medio de nuestra solidaridad. Que no se diga que somos rebaño mismo, raza de esclavos; que se sepa que sabemos defendernos.
Ricardo Flores Magón
1 Véase supra RFM “La barbarie en los Estados Unidos”, Regeneración, 4ª época, núm. 49, agosto 5, 1911.
2 Vid. supra. “Para el neno mexicano”; Regeneración, 19 de agosto de 1911, núm. 51, p. 3.
Uno que se firma “Camelancio” y que está mascando los huesitos que le arroja el Chato, dice desde el pobre organillo del Payaso del Sufragio Efectivo, Nueva Era, que él, Camelancio, estudió Derecho y aprendió que no es precisamente con confites como premian los gobiernos a los que tienen la osadía de luchar por Pan, Tierra y Libertad para todos.
Ya lo sabíamos los libertarios. Los liberales asesinados a sangre fría por órdenes del Chato en el Distrito de Altar, Sonora;1 los liberales Fortunato Vázquez y Antonio Carrasco, asesinados igualmente por órdenes del Chato en Ojinaga, Chihuahua;2 la ley fuga aplicada a López, a Gastélum,3 y a cientos de liberales en todo el país durante estos últimos dos meses; los trabajadores ametrallados por los esbirros del mismo Chato en Matehuala,4 El Oro, Dos Estrellas y otros muchos centros mineros, prueba lo que dice Camelancio: los gobiernos son los peores enemigos del proletariado.
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Refiriéndose el mismo animalillo a la actividad revolucionaria del Partido Liberal Mexicano, dice que “todavía no está el horno para bollos.”
¡Pero sí está lista la horca para tu amo, perro desvergonzado!
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Otro animalito, del mismo periódico maderista, dice: “Madero continúa en su puesto de apóstol y caudillo satisfecho…”
Ya lo creo; el “apóstol” se da cada baquetazo…
Pero los pobres no están satisfechos, y, tal vez muy pronto tendrán que hacer jigote del harto “apóstol.”
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Por todas partes se oyen gritos de protesta contra los fraudes electorales que por orden del Chatito se están verificando. ¡Y se derramó sangre por el Sufragio Efectivo!
¿Hasta cuándo entenderán los partidarios de la acción política que las autoridades no son otra cosa que los verdugos de los pueblos? Más de un siglo de Democracia señores borregos, es tiempo más que suficiente para estar todos convencidos de que el llamado gobierno representativo es lo mismo que el hereditario o de cualquiera otra naturaleza. ¡Nada de gobiernitos, camaradas! Ya lo veis: el “apóstol” de la Democracia, es el primero que se pone en salva sea la parte las leyes y todas esas paparruchas con que se engaña a los bobos.
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Madero fue a Morelos a besarle los pies a Zapata para [pedirle] que por tercera vez desarme a sus soldados, Zapata desbandará su gente; ¿pero quién se atreverá a desbandar a los bravos habitantes del Estado que están posesionados de la tierra y que la defenderán como leones?
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Con la aparición de Antonio I. Villarreal en México, los 415 son ahora 42. Ya tienen su “coronel” esos distinguidos señores, y no un coronel como quiera, sino uno “fresquesito,” como quien dice: de la última hornada.
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¡Desvergonzados! Me refiero a los garrapateadores de organillo del Chato, Nueva Era. Todos los días hablan de libertades alcanzadas y de no se qué tantas bienandanzas, y, sin embargo, los empleados de correos se están robando Regeneración, por órdenes recibidas de los bandidos Madero y de la Barra.
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Un tal Marcos V. Méndez, de Michoacán, se despide de sus borregos de esta significativa manera “Hasta hoy vuestro Jefe de Armas, en lo de adelante vuestro JEFE EN LA DEMOCRACIA.”
Así entienden la democracia esos chiquillos: imponiéndose. Afortunadamente, a pesar de las desmedidas talas que han sufrido las selvas mexicanas, todavía hay cada arbolillo que puede aguantar más de media docena de demócratas, de aristócratas y de toda esa polilla.
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Algunos animalillos democráticos han emprendido la tarea de enviar cartillas al organillo del Chato, declarándose partidarios acérrimos y diciéndole que por él van a votar, y que son muy hombres, y que donde pintan no hay quien borre, y que apagan el infierno de un… soplido, y así por el estilo.
¿Para qué tantos brincos, valedores? Ya que son tan valientes, empuñen un fusil “luego luego” y a rifarse con los libertarios que están sobre las armas luchando por Tierra y Libertad.
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¡Alerta patrioteros! El extranjero Edward Hay es el candidato del Chato para Gobernador de Estado de Morelos. Otro extranjero es el Jefe de las fuerzas rurales del mismo Estado. Otro extranjero, Viljoen, es el favorito del mismo Chato. Otro extranjero ¿pero a qué seguir? Todos los extranjeros tienen vara alta con el Chato. ¿Qué sucede, patrioteros, que no corréis a defender la “dignidad nacional”?
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Pero no es esto todo: otros diez milloncejos de dólares van a caer en los bolsillos del Chato, según últimas noticias de Nueva York. ¿Qué hacéis patrioterillos que no voláis a ahorcar al que está vendiendo la “Patria”?
Ricardo Flores Magón
1 Vid. supra. “Madero manda asesinar 28 liberales”; Regeneración, 10 de junio de 1911, núm. 41, p. 3.
2 Vid. supra. “Las infamias de Madero y sus secuaces”; Regeneración, 3 de junio de 1911, núm. 40, p. 2.
3 Vid. supra. “Las infamias de Madero y sus secuaces”; Regeneración, 3 de junio de 1911, núm. 40, p. 2.
4 Vid. supra. “Los maderistas asesinando a los obreros”; Regeneración, 3 de junio de 1911, núm. 40, p. 1-2.
5 Referencia homofóbica al escándalo por la represión a un grupo de homosexuales en la ciudad de México entre los que se encontraba el yerno de Porfirio Díaz, Ignacio de la Torre, excepto este y los otros miembros de la oligarquía que se encontraban en el grupo, los demás fueron desterrados a Valle Nacional, Oax.
Imposible detallar los notables acontecimientos registrados en estos últimos días. Madero ha reñido resueltamente con Reyes, a quien llama traidor, después de haber declarado mil veces que tenía completa confianza en la fidelidad del ex-gobernador de Nuevo León. En Colima la Revolución ha alcanzado poderosos vuelos, viéndose obligado el despotismo a enviar batallones, ametralladoras, regimientos etc. En Nuevo León, las guerrillas liberales se muestran activísimas y los peones de las haciendas, aconsejados por los nuestros, se preparan a tomar posesión de la tierra, y, los burgueses, espantados, tratan de conformar a sus esclavos perdonándoles las deudas seculares y prometiéndoles buen tratamiento y mejores salarios; pero esperando que los desheredados no se conformarán con eso, sino que llevarán a cabo la expropiación. En Yucatán, continúan los levantamientos; los yaquis no se rinden; los liberales de Durango aumentan rápidamente sus fuerzas, los liberales de Michoacán y de Guerrero traen a mal traer a federales y maderistas. La Huasteca arde de uno a otro extremo. Sinaloa ofrece el mismo espectáculo que Morelos: la tierra está siendo tomada por los habitantes. Madero conferenció con Zapata en Morelos; pero Zapata dijo al Enano: “No permitiremos que los federales permanezcan en territorio del Estado.” Las huelgas se multiplican de uno a otro confin del país, a pesar de las amenazas de Madero y de los consejos del pederasta Villarreal y de los eunucos Paulino Martínez y Juan Sarabia. Los trabajadores de la negociación maderera de Madera, Chihuahua, iban a volar con dinamita la planta, cuando desgraciadamente fueron sorprendidos por los esbirros del Capital. Terrazas, Creel, Madero, Treviño y otros burgueses, continúan sacando el ganado de territorio mexicano, al ver que la expropiación ha comenzado y que el ejemplo cunde rápidamente. La Bandera Roja es aclamada con júbilo por dondequiera que pasa sostenida por los nuestros.
Ricardo Flores Magón
Tenemos una deuda de mil trescientos ochenta y dos dólares, como puede verse en la tercera plana de Regeneración.1 Tan comprometidos nos hemos visto, que nos ha sido preciso echar mano, desde la semana antepasada, del pequeño fondo que estábamos reuniendo para los gastos de nuestra defensa ante las cortes por las acusaciones que pesan sobre nosotros. La situación, pues, se agrava. Nuestros esfuerzos no son correspondidos por los que nos alientan a continuar esta lucha de gigantes. Recibimos frases alentadoras, es cierto; pero con ellas no se paga el papel y la impresión del periódico, con ellas no se surten de lo que necesitan los bravos hermanos que en estos momentos desafían la muerte por el bienestar y la libertad de todos, con ellas no se pagan los gastos grandísimos que hay que hacer para que los abogados nos liberten de las garras de la llamada justicia, con ellas no se puede hacer un depósito para cubrir las fianzas de Enrique y de Anselmo a quienes la indiferencia de los desheredados tiene aún en la prisión.
Pensemos todos fríamente en que se necesita dinero para los trabajos del Partido Liberal Mexicano. Consideremos que los burgueses no son los que han de suministrar fondos para que se luche contra ellos. Los burgueses están listos a dar millones; pero para que acabe esta lucha que tenemos emprendida contra sus intereses.
Son los pobres los que deben ayudar con lo que puedan. Y deben ayudar desde luego, antes de que los acreedores se nos echen encima, antes de que abandonados por nuestros abogados, nos encontremos a merced del odio de los gobiernos y de las burguesías o antes de que nuestros hermanos de México sean finalmente aplastados por falta de elementos de combate.
Todo aquel que lea Regeneración está invitado a procurar alguna suma entre sus amigos o conocidos, para ayuda del Partido. Hacedlo, hombres y mujeres, y enviadnos los fondos lo más pronto posible.
Los libertarios estamos resueltos a luchar hasta lo último. Nunca se nos verá retroceder; pero compréndase que el triunfo se aseguraría si se ayudase convenientemente a los que, de cualquier modo, contribuimos a que se robustezca el movimiento por Tierra y Libertad.
Ricardo Flores Magón
1 Vid. “Administración”; Regeneración, 26 de agosto de 1911, núm. 52, p. 3.
Los habitantes del Estado de Morelos, así como los del Sur de Puebla, de Michoacán, Durango, Jalisco, Yucatán y otros Estados, en que vastas extensiones territoriales han sido invadidas por multitudes proletarias que se han dedicado desde luego a cultivarlas, demuestran al mundo entero, con hechos, que no se necesita una sociedad de sabios para resolver el problema del hambre.
Para llegar al resultado práctico de la toma de posesión de la tierra y de los instrumentos de trabajo en México, no se ha necesitado de leaders, de “amigos” de la clase trabajadora, ni han hecho falta “decretos paternales”, “leyes sabias” ni nada de eso. La acción lo ha hecho y lo está haciendo todo. México marcha hacia el comunismo más aprisa de lo que esperábamos los más exaltados revolucionarios y el gobierno y la burguesía se encuentran ahora sin saber qué hacer en presencia de hechos que creían muy lejanos todavía de que se realizasen.
No hace aún tres meses que Juan Sarabia, en una extensa y fastidiosa carta abierta dirigida a mí y que fue publicada por casi toda la prensa burguesa de México, me decía que la clase trabajadora no entendía lo que predicamos y que el pueblo estaba satisfecho con la conquista de la revuelta de Madero: la boleta electoral. Los hechos van demostrando que no somos unos ilusos los liberales y que luchamos convencidos de que nuestra acción y nuestra propaganda responden a las necesidades y al modo de pensar de la clase pobre de México.
El pueblo mexicano odia, por instinto, a la Autoridad y a la burguesía. Todo aquel que haya vivido en México se habrá cerciorado de que no hay individuo más cordialmente odiado que el gendarme; que la palabra gobierno llena de inquietud a las personas sencillas, que el soldado, en todas partes admirado y aplaudido, es visto con antipatía y desprecio, que toda persona que no se gana el sustento con el trabajo de sus manos es odiada.
Esto es ya más que suficiente para una revolución social de carácter económico y antiautoritario; pero hay más. En México viven unos cuatro millones de indios, que hasta hace veinte o veinticinco años vivían en comunidades, poseyendo en común las tierras, las aguas y los bosques. El apoyo mutuo era la regla en esas comunidades, en las que la Autoridad sólo era sentida cuando el agente de la recaudación de rentas hacía su aparición periódica o cuando los rurales llegaban en busca de varones para hacerlos ingresar por la fuerza al Ejército. En estas comunidades no había jueces, ni alcaldes, ni carceleros, ni ninguna polilla de esa clase. Todos tenían derecho a la tierra, al agua para los regadíos, al bosque para la leña y a la madera para construir los jacales. Los arados andaban de mano en mano, así como las yuntas de bueyes. Cada familia labraba la extensión de terreno que calculaba ser suficiente para producir lo necesario, y el trabajo de escarda y de levantar las cosechas se hacía en común, reuniéndose toda la comunidad, hoy, para levantar la cosecha de Pedro, mañana para levantar la de Juan y así sucesivamente. Para fabricar un jacal, ponían manos a la obra todos los miembros de la comunidad.
Estas sencillas costumbres duraron hasta que, fuerte la Autoridad por la pacificación completa del país, pudo garantizar a la burguesía la prosperidad de sus negocios. Los generales de las revueltas políticas recibieron grandes extensiones de terreno; los hacendados ensancharon los límites de sus feudos; los más viles politicastros obtenían como baldíos terrenos inmensos, y los aventureros extranjeros obtuvieron concesiones de tierras, bosques, aguas, de todo, en fin, quedando nuestros hermanos indios sin un palmo de tierra, sin derecho a tomar del bosque ni la más pequeña rama de un árbol, en la miseria más abyecta, despojados de todo lo que era de ellos.
En cuanto a la población mestiza, que es la que forma la mayoría de los habitantes de la República Mexicana, con excepción de la que habitaba las grandes ciudades y los pueblos de alguna importancia, contaba igualmente con tierras comunales, bosques y aguas libres, lo mismo que la población indígena. El mutuo apoyo era igualmente la regla; las casas se fabricaban en común; la moneda casi no era necesaria, porque había intercambio de productos; pero se hizo la paz, la Autoridad se robusteció, y los bandidos de la política y del dinero robaron descaradamente las tierras, lo bosques, todo. No hace aún cuatro años, todavía podía verse en los periódicos de oposición que el norteamericano X, o el alemán Y o el español Z habían encerrado a una población entera en los límites de “su” propiedad con la ayuda de la Autoridad.
Se ve, pues, que el pueblo mexicano es apto para llegar al comunismo, porque lo ha practicado, al menos en parte, desde hace siglos, y eso explica por qué, aun cuando en su mayoría es analfabeta, comprende que mejor que tomar parte en farsas electorales para elevar verdugos, es preferible tomar posesión de la tierra, y la está tomando con gran escándalo de la ladrona burguesía.
Ahora, sólo resta que el obrero tome posesión de la fábrica, del taller, de la mina, de la fundición, del ferrocarril, del barco, de todo en una palabra; que no se reconozcan amos de ninguna clase y ese será el final del presente movimiento.
¡Adelante, camaradas!
Ricardo Flores Magón
Dice El País, diario católico de la ciudad de México, en su edición del 26 de agosto:
“Además, aunque Zapata cumpliera, sus hordas no lo obedecerán, porque ellas no van más que tras el bandolerismo, el saqueo, la anarquía.
“Vivamente deseamos errar en este punto; pero los hechos no tardarán en demostrar que la generosa como paternal gestión de don Francisco Madero ha fracasado; que él quiso amparar revolucionarios que no son sino ácratas, que al fin y al cabo, la fuerza tendrá que imponer allí el imperio de las leyes.
“No desconocemos la cuestión agraria de Morelos que es la misma en toda la República, y de tal cuestión nos ocuparemos próximamente. Pero desde luego afirmamos que jamás ha sido ni será el crimen el instrumento de la justicia, jamás el camino por donde ella regrese al seno de una República acribillada en sus pulmones y su corazón por el puñal de la injusticia, arma que no soltó ni un instante la mano abominable de la dictadura.
“Entretanto fuerza es repetirlo: deseamos con toda el alma ser nosotros y no el señor Madero quienes se hayan equivocado.
“Por desgracia tenemos la convicción de que el salvador de Navarro no puede ni debe ser el salvador de Zapata.”
Este evangélico desahogo del periódico clerical se debe al hecho de que a pesar de haber ido Madero al Estado de Morelos a convencer a Emiliano Zapata sobre la necesidad de licenciar las fuerzas revolucionarias, sólo 270 hombres accedieron a deponer las armas; pero aun en eso hubo una burla a Madero en particular y a la Autoridad en general, pues las armas que recogió el gobierno eran fusiles inservibles, pistolas viejas, machetes sin filo, cuchillos que parecen sierras, y así por el estilo.
El resto de las fuerzas de Zapata, 4,000 hombres, está convenientemente repartidos en todo el Estado, y aunque el despotismo ha enviado 15,000 hombres, cientos de cañones y de ametralladoras, trenes blindados, etc., etc., los rebeldes tienen la ventaja de contar con la universal simpatía de los pobres que son los que se están beneficiando con la Revolución, pues muchas de las tierras ya han sido cultivadas y las poblaciones expropiadoras están esperando la recolección de las cosechas. Los soldados maderistas y los federales, no cuentan con simpatías, se les niega el agua, no se les dan pasturas para sus caballos, se les indican malos caminos para que caigan en emboscadas o pierdan la pista de los revolucionarios, y los proletarios los matan a puñaladas cuando encuentran oportunidad de hacerlo.
Las fuerzas de Zapata, al llegar a las poblaciones y a las haciendas, lo ponen todo en manos de los desheredados que se visten y comen bien por primera vez en su vida; los burgueses son ahorcados, las autoridades pasadas por las armas, los archivos de los ayuntamientos y de los juzgados reducidos a cenizas, los clérigos vapuleados y expulsados, y, en cuanto a las tierras, son éstas invadidas por nuestros hermanos de miseria, quienes con entusiasmo las labran acompañados de mujeres resueltas, y todos, hombres y mujeres, esperan emocionados la cosecha que se aproxima y que es ya suya: ¡no más para los malditos ricos!
Es natural que los simpáticos revolucionarios de Morelos cuenten con el decidido apoyo de todos lo pobres del Estado, y es natural, también, que los verdaderos ladrones, esto es, los burgueses, llamen a esos libertadores, bandidos, asesinos; pero la historia escrita por proletarios llamará héroes a esos hombres intrépidos que arriesgan su vida por el bienestar de los pobres.
Nos alegramos de que reconozca El País que la cuestión agraria en Morelos es la misma en toda la República. Madero mismo, espantado, acaba de declarar que con el desarme de Zapata y los suyos, no se resuelve la cuestión agraria. Y en efecto ¿cómo podrá el gobierno desalojar de la tierras conquistadas a esos agricultores guerreros que las trabajan con el fusil terciado?
Crimen, llama El País a la expropiación efectuada por los desheredados; crimen, también llaman al hecho de pasar por las armas a autoridades y a burgueses. Crimen llamamos los revolucionarios al hecho de que los ricos tengan todo para ellos, dejando en la miseria y en la ignorancia al resto de la humanidad.
Si los revolucionarios no pasasen por las armas a los burgueses y a las autoridades, dejarían detrás de ellos al enemigo que más tarde tendría que herirlos por la espalda. Los revolucionarios no matan por el placer de matar, entiéndalo bien los asustadizos, sino por necesidad. Dejar libres a los burgueses y a las autoridades es sencillamente dejar intacto el germen de la contrarrevolución de la burguesía. Las medidas radicales de los revolucionarios mexicanos tienen razón de ser: no se trata de un movimiento político para poner a un hombre en lugar de otro en la silla presidencial, sino de un movimiento económico que tiene que destruir hasta los cimientos del sistema político y social actual para formar una nueva sociedad en que toda criatura humana tenga derecho a gozar de todas las ventajas que ofrece la civilización actual, y para llegar al fin que deseamos los mexicanos, la ley y su ejecutora, la Autoridad, son estorbos que es necesario destruir.
La burguesía pide la cabeza de Zapata y el exterminio de todos los revolucionarios de Morelos. Madero haría eso de buena gana; pero en menos de veinticuatro horas la población entera del Estado de Morelos caería como un río desbordado sobre la ciudad de México, donde hay refugiados miles de burgueses, y éstos y Madero y e la Barra se verían en pocos minutos suspendidos de los balcones de las casas y de los postes del telégrafo.
Ricardo Flores Magón
Me imagino los pujidos del degenerado Antonio I. Villarreal para lograr escribir un articulillo que aparece en el número 4 de Regeneración Burguesa, de la ciudad de México, articulillo que el pobre diablo titula de esta manera: “El anarquismo magonista fomentado por los Científicos.- Luis del Toro1 tiende su mano amiga a Ricardo Flores Magón.”
Conozco a Villarreal, sé las torturas a que sujeta sus pobres sesos de animal inferior para escribir el más insignificante párrafo de gacetilla, la prueba de su miseria intelectual la está gritando el desgarbo de su articulejo que necesitó una dolorosa gestación de tres semanas para salir a luz, ¡pobre diablo! Con tales plumas se trata de resucitar una causa que ya hiede, que ya está bien muerta en la conciencia de los hombres y de las mujeres de bien: la del maderismo.
La lógica del afeminado
Cualquiera que tenga un átomo de fósforo en el cerebro, comprende que es imposible que la clase capitalista fomente un movimiento esencialmente económico y de carácter antiautoritario como el del Partido Liberal Mexicano. Todo trabajador consciente de los intereses de su clase, sabe que entre la clase capitalista y la clase proletaria no hay nada de común a no ser el odio que debe existir entre la burguesía que trata de perpetuar las viejas instituciones que garantizan ganancias y seguridades al Capital, y el proletariado que lucha contra esas instituciones y a favor de un sistema que garantice a todos el sustento y la libertad. ¿Cómo, pues, podría ser fomentado nuestro movimiento por un Partido esencialmente capitalista y autoritario como el Científico? ¿No son precisamente los científicos los más perjudicados por la acción y la propaganda de los nuestros?
Hechos contra palabras
Enemigo de la mentira, me gusta probar con hechos lo que digo. La simpatía con que me honra la clase pobre, así como el odio que me profesa la clase rica no tienen otro origen que mi hábito de decir la verdad. Por la verdad sufrí furiosas persecuciones en México; por la verdad he sufrido y sufro furiosas embestidas de la Autoridad de los Estados Unidos; por la verdad tiene precio mi cabeza. Hoy, como siempre, voy a probar con hechos que los científicos no pueden ayudarnos con dinero para fomentar nuestro movimiento esencialmente económico y antiautoritario. Nadie pone en manos de su enemigo el puñal que ha de atravesarle el corazón.
Los científicos en Yucatán
Toda la riqueza del Estado de Yucatán está en manos de los científicos. Casi todas las tierras están acaparadas por los Molina, los Peón, los Cantón, figuras prominentes del llamado Partido Científico, y esas tierras están siendo tomadas por los peones de las haciendas a sangre y fuego, y esos peones, según la prensa burguesa de México, científica y no científica, obran a instigaciones de agitadores “magonistas,” como los imbéciles llaman a los libertarios de la Bandera Roja. ¿Pueden darnos dinero los científicos para que armemos a los peones y los instiguemos a tomar la tierra?
La lucha económica en Morelos
Los hacendados del Estado de Morelos que han sido despojados de “sus” tierras por el proletariado del Estado, son de neta filiación científica, como los Escandón, los de la Torre y todos los demás. El movimiento económico en dicho Estado es fomentado, como a todos les consta, por los agitadores libertarios que a los gritos de ¡mueran los científicos! ¡Muera la Autoridad! ¡Mueran los ricos! ¡Viva Tierra y Libertad! Invitan a las masas proletarias a tomar la tierra y los instrumentos de producción que hay en las tiendas y a habitar las casas que los ricos abandonan en su fuga para no ser ejecutados por las muchedumbres justicieras. ¿Podrá creerse que los científicos nos dan dinero para fomentar una revolución de esta clase?
Los bienes de Huato
El millonario científico Pioquinto Huato, según la prensa burguesa científica y no científica, fue despojado de “sus” vastas propiedades, por multitudes proletarias instigadas por la agitación de nuestros compañeros. Las haciendas de Huato están ubicadas en el Estado de Michoacán y los proletarios están en posesión de esas tierras, sin que las fuerzas de los bandidos Francisco I. Madero y Francisco León de la Barra se atrevan a desalojar de ellas a nuestros hermanos. ¿Nos darían dinero los científicos para fomentar un movimiento que daña sus intereses?
Lo que dice Antonio Rosal
En el periódico cuyos gastos costea el apóstol del ridículo, Don Francisco I. Madero, aparece un artículo titulado: “La libertad no es la rapiña.” Un tal Rosal habla de la toma de posesión de la tierra por los campesinos del Estado de Guerrero, y al referirse a la agitación de los libertarios, dice: “los ambiciosos mínimos, los intrigantes de poblacho, los atizadores venenosos de todos los odios dormidos, de todas las úlceras de los vicios, de todas las envidias y despechos que dormitan en las multitudes, INSINUARON LA PRÉDICA DEL ROBO COLECTIVO… en nombre de la libertad: Y EL PILLAJE… en nombre del derecho!” Y más adelante: “Así fue como empezó en las regiones de Iguala y Huehuetlán, una cruzada CONTRA LA PROPIEDAD. Y como no hubo fuerza del gobierno capaz de detenerlos, ni un alto y fuerte espíritu de convicción que les iluminaría en sus ofuscaciones depredadoras, el despojo se cometió; frenéticas turbas asaltaron en son de guerra a los proletarios de terrenos ya productivos, ARREBATÁNDOLES A VIVA FUERZA Y CON INAUDITA POMPA DE CRUELDAD, A SANGRE Y FUEGO, LOS LEGÍTIMOS TÍTULOS DE PROPIEDAD.” Hasta aquí el burgués Rosal que, como burgués, trata de ladrones a nuestros hermanos desheredados que se hacen justicia con su propia mano. La mayor parte de los propietarios de las tierras expropiadas en el Estado de Guerrero son científicos. ¿Se puede creer que ellos nos den dinero para que los arruinemos?
Los científicos de Sonora
Nadie podrá negar que los Torres, Corral y otros sonorenses en cuyo poder están las tierras de los yaquis, son científicos. Nosotros aconsejamos a nuestros hermanos yaquis que tomen posesión de sus tierras; entre los yaquis levantados en armas para recobrar esas tierras, se encuentran Delegados de esta Junta;2 ¿sería posible que los científicos o las compañías americanas que están viviendo en este país las tierras de nuestros hermanos indios nos faciliten fondos para el fomento de la Revolución Económica?
Los capitales extranjeros
A todos los mexicanos nos consta que toda la Baja California está en poder de capitalistas americanos ingleses y franceses que obtuvieron la propiedad de esa península por medio de concesiones otorgadas por Porfirio Díaz a insinuaciones de los científicos, quienes hoy mismo están recibiendo utilidades de los agradecidos extranjeros. ¿Pueden darnos dinero los científicos o los millonarios extranjeros para que nuestros hermanos revolucionarios que operan en la Baja California ataquen sus intereses?
La expropiación en Jalisco
Nuestros Delegados en la región de Chapala,3 Jalisco, han encendido entre los camaradas indios de esa rica comarca, el deseo de recobrar sus tierras que están en poder de científicos y de extranjeros, según confesión de la prensa burguesa de México y de los Estados Unidos, y, según esa prensa, se esperan acontecimientos que asombrarán al mundo por el alto espíritu de justicia que acompaña a todo acto de expropiación, cuando éste es llevado a cabo por el proletariado. No es de creerse que los científicos y los extranjeros millonarios nos ayuden en nuestros trabajos de verdadera emancipación y dignificación de la especie humana.
Los ganados de los pulpos
Terrazas, Creel, Treviño y otros millonarios científicos comienzan a sacar “sus” ganados de territorio mexicano, para evitar que los habitantes de las regiones por donde operan los proletarios de la Bandera Roja continúen adjudicándoselos. Nuestros compañeros siempre que pueden, impiden esos embarques de ganado al extranjero. ¿No es verdad que sólo en el cerebro del idiota afeminado Antonio I. Villarreal, puede caber la idea de que los científicos me dan dinero para el fomento del movimiento sublime contra la burguesía y la Autoridad?
No hay tal oro
He dejado suficientemente probado, y con hechos, no con torpes palabras como lo hace el pobre afeminado de Lampazos, que es materialmente imposible que los científicos me ayuden para fomentar un movimiento que es en contra de sus intereses, como lo es también en contra de los intereses del maderismo, del reyismo, del vazquismo y de todas las banderías políticas que luchan unas contra las otras en México por alcanzar la supremacía del poder y de los negocios; pero si los hechos aducidos no bastasen para probar con claridad que la lucha del Partido Liberal Mexicano, perjudica a los científicos, ahí están las elocuentes Proclamas revolucionarias4 de los compañeros Gabriel Tijerina y Antonio Echazarreta5 del Estado de Tamaulipas. En esas Proclamas se hace un llamamiento a todos los desheredados para que desconozcan el derecho a la propiedad individual y tomen desde luego posesión de la tierra y de todas las industrias. En el norte de Tamaulipas, que es donde se hace esa propaganda libertaria, se encuentra la famosa Hacienda de la Sauteña, que como se sabe, pertenece a los científicos Noriega, y los terrenos de esa inmensa hacienda, son los más codiciados por el proletariado de la región.
Falsedades cínicas
Regeneración Burguesa, sostenido con el dinero del Subsecretario de Justicia, Lic. Jesús Flores Magón, miente al tratar de manchar los esfuerzos que hacemos por extender y hacer triunfar el movimiento generoso que ha de hacer de cada habitante de México el amo de sí mismo; el movimiento sublime que dará fin a la miseria, que hará que todo ser humano por el solo hecho de venir a la vida tenga derecho a gozar de todos los bienes que la naturaleza nos brinda y la mano y el cerebro del hombre han creado.
Nido de víboras
Las oficinas de Regeneración Burguesa se han convertido en un verdadero nido de víboras. Todos los impotentes, todos lo afeminados, todos aquellos que a puntapiés han sido rechazados del Partido Liberal Mexicano, ya por la cobardía que han mostrado ante los escollos que se presentan y los abismos que se abren a cada paso en una lucha de la naturaleza de la nuestra o bien por la traición simple y llana que han consumado, han sentado sus reales en las oficinas del periodiquín, viviendo de las migajas con que mi hermano les paga los artículos que enderezan contra mí.
¿Serán todos iguales?
Lo que no alcanzo a comprender es la falta de vergüenza de los escribidores de la hojilla burguesa. Cuando supimos que Villarreal era un degenerado y comprobamos al mismo tiempo que era un espía de Madero, no vacilamos en expulsarlo de la Junta. Ahora bien; los “pundonorosos” señores que escriben y colaboran en el periodiquillo ese ¿no sienten pena de tener en su seno un hombre que no es hombre? ¿No se habrán enterado todavía de que vivió en Lampazos de Naranjo, Estado de Nuevo León, un barbero afeminado que protegía a Villarreal? La decencia impide hablar de ese asqueroso asunto; pero si Villarreal exige pruebas, listos estamos para rendirlas.
El fantasma de José Flores
No creo yo en aparecidos; pero sí creo en que, cuando se comete una mala acción no hay ya tranquilidad, no hay ya sosiego y el rostro adquiere cierta dureza de expresión, las actitudes son forzadas, los movimientos extraños. Villarreal no es un hombre que pueda resistir por tres segundos la mirada de una persona; en seguida se muestra intranquilo, vuelve la vista para todas partes como temiendo que se lea en su mirada la historia de una vida de sangre y de inmundicia.
¡Qué cinismo!
Siempre he sido enemigo mortal de Bernardo Reyes. Reyes, por los ataques que le dirigí en mis periódicos de la ciudad de México, dio orden de asesinarnos a mi hermano Enrique y a mi cuando se nos procesó por el delito de ultrajes al Ejército,6 a Díaz, a la Soberanía Nacional y al mismo Reyes. Hago esta explicación para que no se crea que trato de defender a quien por muchos años sembró el luto y la desolación en varios importantes Estados de la República, y hoy tiene el descaro de presentarse como candidato a la Presidencia. Reyes es un asesino del tipo más bajo; pero Villarreal, que es también un asesino tan bajo como Reyes, hace en su periodiquín esta pregunta: “¿Es usted asesino o no, Señor General Bernardo Reyes?” y le urge a que conteste. Pues bien, yo pregunto ahora a Villarreal: ¿Es Ud. un pederasta y un asesino o no, Señor “Coronel” don Antonio I. Villarreal? ¡Conteste!
Una labor extraña
El Sr. Subsecretario de Justicia, Lic. Jesús Flores Magón, proclamaba en la época en que se escribía en México el periódico científico El Debate, que era una cochinada emplear la calumnia para atacar a los que sostienen otros principios que no sean los de uno, y ahora, este mismo señor, sostiene de su bolsillo al periodiquín Regeneración Burguesa para que se me ataque por medio de calumnia. ¿Pudiera probarme el Sr. Subsecretario de Justicia que he recibido dinero de los científicos? ¿Pudiera probarnos que el periódico de los hambrientos, Regeneración, está sostenido por los científicos? ¡Que conteste! ¡Que pruebe, pues de lo contrario, quedará tan enlodado como sus protegidos! A Sarabia y a Jesús Flores Magón les consta que a principios de junio, nuestro Partido contaba con diez mil miembros poco más o menos ¿Dónde está esa deserción en masa de que habla el degenerado Antonio I. Villarreal? De entonces a esta parte, el número de miembros se ha duplicado por haberse visto nuestra firmeza al rechazar las sucias proposiciones que mi hermano Jesús y Sarabia nos hicieron para que regresáramos a México a ayudar al Gobierno en la obra de pacificación del país.
Patadas de ahogado
Los ataques de Antonio I. Villarreal pueden ser considerados como patadas de ahogado. Expulsado a puntapiés de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, se afianzó con todas sus fuerzas al miserable leño que flota sin brújula en el embravecido mar de la situación mexicana; pero el débil leño se hunde sin remedio; sus partidarios se alejan de él, pues no satisface ni a conservadores ni a constitucionalistas ni a los militares. Todos dicen de ese leño, Madero, que es un hombre sin voluntad ni talento ni siquiera un hombre de buena fe, sino un ambicioso vulgar que vendió la Revolución por VEINTE MILLONES DE PESOS, al tirano Porfirio Díaz y que acaba de vender su menguado Plan de San Luis Potosí por algunos votos del Partido Católico. Madero se hunde y con él, todas las sanguijuelas que creyeron llegada la hora de hartarse a costa de la ruina de quince millones de seres humanos.
Los trabajadores les dan la espalda
Martínez, Sarabia, Villarreal y todos los que pretendieron vivir a costa de los trabajadores organizando una federación obrera que reconoce a los capitalistas el derecho de explotar, que reconoce a la Autoridad el derecho de intervenir en las contiendas del Capital y del Trabajo, que cuenta entre sus organizadores a nauseabundos esbirros como un tal Cástulo Herrera que es Jefe de Policía en Chihuahua, que está de común acuerdo con un tal Braulio Hernández muy allegado al Gobierno de Chihuahua, que está bajo los auspicios de Francisco I. Madero el peor enemigo del proletariado; en suma, los politiquillos Martínez, Sarabia y Villarreal son vistos con desprecio por la clase trabajadora. A su llamamiento para la unión, ha contestado el silencio y el desprecio de los desheredados que no creen en la buena fe de los políticos, que comprenden que los gobiernos son opresores.
¡Una carta!
No veo publicada en el periodicucho de esos embaucadores más que una carta de una persona que ofrece trabajar como organizador de la federación de trabajadores, ¡ah! y otra del esbirro Cástulo Herrera, ¡y a eso titulan pomposamente las sanguijuelas “La campaña unionista”!
¡Pobres enanos!
Soñaron demasiado los pobres tránsfugas del Partido Liberal Mexicano. Ellos creyeron que tenían suficiente prestigio para arrastrar al pueblo a donde se les antojase, sin considerar que ya no es el tiempo en que el pueblo se deja arrastrar con palabras retumbantes de patria, ley, justicia, buen gobierno. Ahora, el pueblo trabajador quiere algo mejor que palabras; Pan asegurado, no más miseria, no más tiranía, no más desamparo para los suyos, y, rompiendo varonilmente la ley, desobedeciendo gallardamente a la autoridad se lanza sobre las haciendas, ejecuta a los burgueses y se pone a labrar la tierra para sí mismo al grito sublime de ¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
1 Luis del Toro. (1872-1920). Periodista veracruzano. Colaborador de La Bandera Veracruzana, El Diario del Hogar y El Partido Liberal. Cofundador de El Globo de Carlos Rugmanac. Escribió en La Raza Latina y en El Monitor Republicano. Propietario de El Correo de México y redactor de La Nación y El Debate. Desde El Independiente atacó la intervención norteamericana de 1914 en el puerto de Veracruz. Junto con otros redactores de este periódico salió del país. Radicó en España.
2 Probable referencia a los yaquis Juan José Palma (residente en Arlington, Ariz.) y Juan José Chávez (residente de Liberty, Ariz.), Chávez operaba en la región de Cocorita, Son.
3 Probable referencia a Tomás C. Jaramillo. Residente de Ocotlán, Jal. Mantuvo vínculos con la JOPLM desde 1906.
4 Probable referencia a la siguiente proclama firmada en Rancho del Tahuachal, Tamps., el 1 de abril de 1911 y firmada por Blas Vázquez, Ignacio Rivas, Antonio Echazarreta, Zacarías Flores, Domingo Rodríguez y Gabriel Tijerina “Los cabecillas que encabezan el movimiento de insurgentes en el Estado de Tamaulipas, y que pertenecen al Partido Liberal Mexicano: 1º Los cabecillas de estos cuerpos de insurgentes, del Partido Liberal Mexicano, no depondrán las armas hasta que la tierra quede en posesión de todos los habitantes del Estado, sin excepción de personas, y bajo los artículos 34 hasta el 37 del programa general del Partido Liberal Mexicano, promulgado el 1º de julio de 1906. 2º Desconocemos las llamadas propiedades de terrenos de la Sauteña. 3º Quedan abolidos los potreros en terrenos mancomunados, teniendo los insurgentes, la obligación de destruirlos o mandarlos destruir, respetando nada más, los que se usan como agricultura. 4º Tomarán posesión del terreno los individuos que fueron despojados por la Sauteña, y los terrenos sobrantes los recogerá el Estado para el fomento de este primer artículo. 5º Desconocemos la concesión que la Dictadura Díaz hizo a la Sauteña, de la toma del agua del Río Bravo del Norte. 6º Que manifiesten legalmente algunos individuos que les fueron robados sus terrenos por astucia, o por influencias con autoridades, o caciques, en el periodo de la Dictadura Díaz, y se les devolverán. 7º Los Liberales tendrán la obligación de devolver los elementos que tomen para sostener este Programa. 8º Las provisiones, como maíz y pasturas, los vecinos donde estén los insurgentes deberán proporcionárselas; tomando en consideración que no cuidarán los insurgentes los capitales. Empresas o intereses de los descontentos de ese Programa. 9º Todos los habitantes del Estado quedarán con la neta obligación de ayudar a hacer manifestaciones al Gobierno General para la restitución de la Zona Libre. 10º Medidas para suprimir o restringir el agio, el pauperismo y la carestía de los artículos de primera necesidad. 11º Tendrán neta obligación los G. G. de exigir la multiplicación de Escuelas laicas, antes que cualquiera otras medidas de este programa.
5 Antonio Echazarreta. En 1911 participa en el movimiento armado que busca recuperar las tierras apropiadas por el “científico”. Iñigo Noriega para formar la gigantesca hacienda de la “La Sauteña” a orillas del Río Bravo. Hacia fines de octubre de ese año, forma su propio grupo y, con 14 hombre tomó por unos días el poblado de Reynosa, de donde partieron hacia la sierra central de Tamaulipas. A fines de ese año su guerrilla asalta el tren de pasajeros en estación Sandoval, cerca de Matamoros, Tamps., teniendo su campamento en Rincón de los Caballos.
6 Ref. al juicio promovido por Bernardo Reyes por “lesiones y ultrajes a agentes de la Autoridad” contra Ricardo Flores Magón, et al., en abril de 1903. La acusación se sustentaba en el comentario aparecido en El hijo del Ahuizote a una carta remitida por el licenciado Francisco Serralde con motivo de la defensa de Timoteo Andrade en el número correspondiente al día 12 de abril. El agente del ministerio consideraba que dicho comentario contenía «frases injuriosas al Tribunal superior del Distrito Federal». El defensor de los acusados, licenciado Jesús Flores Magón, interpuso el recurso de amparo ante el Juez Segundo de Distrito con fecha 25 de abril del mismo año y le fue denegado el día 29 del mes de mayo, a pesar de que Juan Sarabia se declaró “único autor de las frases injuriosas al Tribunal Superior del Distrito Federal”. Los acusados fueron puestos en libertad bajo protesta hacia el 2 de octubre de 1903.
Todos los montepíos de la ciudad de México han sido visitados en estos últimos días por numerosos compradores de rifles modernos y pistolas, al grado de que en muchas de las principales casas de comercio no queda una sola arma de fuego.
Muy bueno está todo eso; pero como no todos los revolucionarios tienen dinero para comprarse su arma, bueno es que construyan la flecha que el compañero de Jalisco ha inventado y bautizado con el nombre de Flecha Regeneración.1 Un arco común y corriente es lo que se necesita, dice nuestro informante. La flecha se hace de carrizo delgado. Se retaca de dinamita o nitroglicerina la punta, y, en lugar de dardo, se le pone un cápsul de los que usan los mineros, y eso es todo.
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El Arzobispo de México dice: “El Sr. Francisco I. Madero me ha prometido no respetar las Leyes de Reforma, en caso de que resulte electo Presidente de la República.”
Esas Leyes ponen trabas más o menos serias al clero católico. En realidad nunca han sido observadas, porque ya se sabe que la Iglesia es la aliada de la Autoridad; pero nadie había tenido el cinismo de declarar que iba a violarlas. Madero necesita votos y se entrega al clero al verse despreciado de los que fueron ayer sus partidarios. ¡Para atrás marcha el pobre muñeco!
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Ahora es tiempo de preguntarle a Paulinín: ¿Mitotitos tenemos?
Según la prensa burguesa ha sido descubierta una conspiración encabezada por el Lic. Andrés Molina Enríquez, y en la que, para desconocer a de la Barra, a Madero, a Reyes, a todo bicho presidenciable, y declarase Molina Dictador. Paulinito ya tenía asegurado el empleo de portero de Molina.
No te metas en honduras, Paulinín. Es preferible que sigas vendiendo tierritas a los inocentes que no te conocen. Y, a propósito: ¿ya entregaste la tierra virgen que prometiste?
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Anda por ahí una hojita firmada por un tal Julián R. Álvarez, persona que ha de ser muy conocida en su casa, en la que con suspiros y lágrimas se invita a los liberales a que rindan sus armas, a que dejen en paz a los “pobrecitos” señores ricos, y a que cada quien vuelva a su trabajo a “gozar de las libertades que da Madero.”
¿Conocen ustedes a ese bicho Álvarez? Por aquí es completamente desconocido. Por lo demás, los liberales no nos convencemos con lagrimitas ni suspiritos.
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Otros mansos: Esteban B. Calderón2 y Manuel M. Diéguez.3 Estos pobres diablos salieron de Ulúa más suaves que la seda. Dice Calderón refiriéndose al Chato a quien visitó en la ciudad de México: “Aquí tuve el honor de saludar al caudillo de la revolución, quien me acogió con un abrazo fraternal, como que era yo algo suyo”.
En efecto, ¡eres su esclavo, eunuco infeliz!
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En una latosa peroración, Paulinín dijo ante el Centro Antirreeleccionista de México hace pocos días: “Madero es un intrigante vulgar; eso lo hizo salir electo candidato en la Convención de abril de 1910. Y si hay quien crea que miento, aquí me tiene para probarlo.”
Y el Paulinito, antes de que le quitara el hueso su idolito, llamaba “sol,” “apóstol,” “Cristo,” “dios,” al mismo payaso a quien hoy ataca rabiosamente.
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Dice asustado un pobre burgués desde las columnas de El Diario, de la ciudad de México: “Morelos se puede parangonar con una bomba de dinamita; siempre listo a estallar; porque varios hombres, de buena fe algunos, de mala los demás han sembrado entre el pueblo el germen del odio al Gobierno.” Y más adelante: “En el fondo de sus incultivadas almas de campesinos se les lee que quieren a Zapata, porque Zapata es enemigo de los ricos, de los hacendados, etc.”
Sonó la hora de la justicia para los pobres, señores de la burguesía y del gobierno.
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Un lacayo de Madero escribe en El Correo de la Tarde, de Mazatlán: “Cuando las manos temblaban tan sólo con escribir el nombre de Porfirio Díaz, Madero aconsejó con inmenso valor civil que se cogiera la espada.” Mientes, lacayo sucio y bajo. Madero decía en 1906 que veía con horror todo derramamiento de sangre y que Porfirio Díaz era un hombre bien intencionado.4 Todavía el año pasado, en sus discursos políticos, aconsejaba Madero que se obrase dentro del orden y de la ley.
Nada de farsitas, señores lacayos. El amo de ustedes es un verdadero papanatas.
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El pobre de Lázaro Gutiérrez de Lara, partidario de la boleta electoral, campeón de los medios pacíficos para obtener la emancipación económica de la clase trabajadora, el que se dejó caer en un zanjón en Casas Grandes cuando llovían las balas de los federales diciendo a sus soldados: “icen bandera blanca, muchachos; todo está perdido,”5 el pobre Lazarillo que se había hecho maderista traicionando a la clase trabajadora, está ahora preso en Torreón por decir unas cuantas babosadas discutiendo candidaturas.
Está gozando Lazarillo de las libertades que ofreció Madero. Merecido lo tiene.
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En Aguascalientes se hicieron las elecciones y resultó electo un socialista, el Sr. Fuentes, para Gobernador del Estado. El Ministro de Gobernación, Alberto García Granados, por órdenes de Madero y de la Barra, telegrafió a la Legislatura del Estado una orden de declarar nulas las elecciones.
¿Será eso sufragio efectivo? ¿No hay razón para llamar a Madero el Payaso de la boleta electoral? ¡Y se derrama sangre para ganar el derecho de votar! ¡Valiente majadería!
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Van a apretarles las contribuciones a los oaxaqueños, porque, dicen las sanguijuelas del Gobierno que no están produciendo nada los Distritos. La contribución personal, que es la más odiosa, va a duplicarse o a triplicarse.
Borregos serán los oaxaqueños si no se levantan en armas, cuelgan a las sanguijuelas y hacen lo que están haciendo los habitantes de Morelos y otros Estados: expropiar.
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Unos politicastros, de la calaña de Lázaro S. Alanís, han tomado el limpio nombre de nuestro hermano Praxedis G. Guerrero, para bautizar un indecente Club político, en León, Estado de Guanajuato.
¡Miserables! Praxedis era anarquista, y, por tanto, era enemigo de la Autoridad y el Capital. ¿A qué tomar su nombre, nombre respetable para todos los que comprendemos su sacrificio? Si Praxedis viviera, vosotros, miserables politicastros, seríais los primeros en insultarlo; pero como ya murió, os aprovecháis de la simpatía con que se recuerda su nombre para vuestras sucias maquinaciones.
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Ya anuncia Madero que con las armas en la mano se opondrá a que los partidarios del feroz Bernardo Reyes voten por éste en las próximas elecciones. ¡Así entienden los demócratas el Sufragio Libre!
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Los indios del pueblo del Mayorazgo, Estado de México, enviaron una comisión para que pidiese al Ministro de Gobernación la devolución de sus tierras que están ahora en poder de un negrero llamado Caraza, quien los trata muy mal y les paga por un trabajo abrumador de sol a sol, el salario de seis a ocho centavos. Como era de esperarse, el señor ministro no se dignó ni siquiera recibir a la comisión. ¡Bonito es eso de que el Gobierno atente contra los intereses de los señores capitalistas!
Nada de pedir, hermanos indios. ¡A tomar posesión de la tierra como lo están haciendo en otros Estados!
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Para asustar a los pobres de espíritu, Madero y de la Barra están haciendo alarde de la fuerza con que cuentan para acabar con liberales y toda clase de revolucionarios; pero los liberales, con sus flechas Regeneración, están comenzando a dar buena cuenta con toda la masa de esbirros. Piensan los dictadores aumentar todavía más sus fuerzas… porque ya todo está en paz.
Ricardo Flores Magón
1 Vid. supra. “Notas al Vuelo”; Regeneración, 19 de agosto de 1911, núm. 51, p. 2.
2 Esteban B. Calderón. (1876-1957). Nació en Santa María del Oro, Nayarit. Comenzó a trabajar en las instalaciones mineras de Cananea, Sonora, en marzo de 1905. A principios del año siguiente fundó la Unión Liberal Humanidad, y se incorporó al PLM. Organizador y participante de la huelga de Cananea, en la que presidió la comisión que representó a los trabajadores ante los directivos de la empresa. Fue arrestado y enviado al presidio de San Juan de Ulúa, Ver. del que salió en 1911. Combatió al huertismo, al mando de uno de los batallones del Ejército del Noroeste. Fue gobernador interino de Colima a fines de 1914 y a principios de 1917. Diputado al Constituyente de Querétaro y Senador por Jalisco. En 1929-1930 estuvo al frente del gobierno de Nayarit. Escribió Juicio sobre la guerra del yaqui y génesis de la huelga de Cananea.
3 Manuel M. Diéguez. (1874-1924).Nació en Guadalajara, Jalisco. En 1889 se dio de alta en el transporte militar «Oaxaca», en Mazatlán, Sinaloa. En 1904 empezó a trabajar en la Cananea Consolidated Copper, Co, como ayudante de oficina de la mina Oversight. Miembro aceptado del PLM desde diciembre de 1905. Co-fundador de la Unión Liberal Humanidad. Entregó el pliego petitorio de los trabajadores mineros a los representantes de la compañía norteamericana. Tras la disolución de la huelga en junio de 1906, fue recluido en la cárcel de Cananea, junto con Esteban Baca Calderón y Benito Ibarra. Con ellos fue trasladado a Hermosillo, Son., para ser juzgados. Fueron declarados culpables de sedición y sentenciados a 15 años de prisión en San Juan de Ulúa. Liberado luego del triunfo de Francisco I. Madero, fue presidente municipal de Cananea de 1912 a 1913. Después del golpe huertista se integró a las filas del constitucionalismo. Encabezó una campaña militar contra los villistas en Jalisco en 1914-1915. Fue gobernador de Jalisco, entre 1917 y 1919. Fue fusilado por su participación en la rebelión delahuertista de 1923.
4 Sobre la actitud de Francisco I. Madero frente a la dictadura porfiriana en 1906, véase supra RFM, “El rebaño inconsciente se agita bajo el látigo de la verdad”, Regeneración, núm. 27, marzo 4, 1911.
5 Vid. supra. “Cada día se hace más profundo el sepulcro de la tiranía”; Regeneración, 18 de marzo de 1911, núm. 29, p. 1-2.
Están enterados los lectores de Regeneración del atentado de que fue víctima el compañero Ambrosio D. Ruiz,1 del Cajón, California. Un individuo Jesús Burrola invitó a nuestro compañero a tener una conferencia con el sobre asuntos del Partido Liberal Mexicano. Entusiasta el compañero Ruiz por todo lo que concierne a la sublime causa de los desheredados, no encontró obstáculo en acompañar a Burrola a su casa. Se pusieron en camino, llegaron a la casa, y, al franquear el umbral, dos bandidos que había en el interior de la habitación se abalanzaron sobre el compañero Ruiz poniéndole dos pistolas sobre el pecho. Ataron a Ruiz de pies y manos y lo pusieron en un carruaje que al golpe de los caballos rodó hacia territorio mexicano. Como pudo, el compañero Ruiz se deshizo de las ligaduras, y, con grave riesgo de su vida, emprendió la fuga y se puso a salvo. Las autoridades de San Diego tuvieron conocimiento del crimen y, cosa rara, parece que toman empeño en hacer que el gobierno mexicano entregue a los plagiarios al gobierno de los Estados Unidos. El que condujo el carruaje está ya preso en la cárcel del condado de San Diego, y se ha pedido a las autoridades de Ensenada la extradición de Jesús Burrola, Miguel Maliz y otro individuo cuyo nombre se ignora, pero a quien puede identificar el compañero Ruiz.
El gobierno mexicano, integrado siempre por bandidos de la peor especie, ya se llamen Díaz, Madero, de la Barra o de otro modo, se ha entregado en todo tiempo a la criminal acción de despachar esbirros para sorprender de este lado de la línea a revolucionarios que son llevados por la fuerza a territorio mexicano, donde son fusilados. Esos crímenes, algunas veces, han sido cometidos con la ayuda de las autoridades americanas y nunca han sido castigados los plagiarios, porque los gobiernos y las burguesías de ambos países siempre han estado de acuerdo en perseguir, por la buena o por la mala, a los que tenemos la entereza de erguirnos y desafiar tanto a la Autoridad como al Capital.
No queremos tiranos de ninguna clase, pues a perseguírsenos como a perros rabiosos, a dársenos la muerte donde se nos encuentre, a cometer en nuestras personas crímenes penados por las leyes, las alcahuetas de la burguesía. Los liberales no gozamos de ninguna clase de garantías. Los polizontes pueden intervenir en todos nuestros asuntos, robarse nuestros papeles y nuestro dinero, abusar como les convenga de nosotros y de los nuestros. Parias en todas partes, en México se nos fusila o se nos cuelga; en los Estados Unidos, el llamado por sarcasmo “Clásico país de las libertades,” se nos procesa y encarcela sin sombra de razón, se nos plagia para que se nos fusile o cuelgue en México. Esto ocurre hoy, en el presente, bajo el “amparo de las instituciones democráticas y republicanas.” ¡Y así, en presencia de tantos crímenes perpetrados por la Autoridad, se pregunta todavía cómo hemos de vivir los hombres sin gobierno!
Entre los últimos crímenes llevados a cabo por la Autoridad, está el plagio y fusilamiento de nuestro hermano Juan F. Montero.2
Los que tuvimos el honor de conocer a Juan F. Montero, creemos que difícilmente podrá ser encontrado un tipo de hombre como él. Su corazón grande y abierto, no tenía rincones. Abnegado, desinteresado, inteligente, leal, intrépido vivía dedicado por completo a servir a la causa. Para Montero no había dificultades. La falta de dinero no era para el un obstáculo que le impidiera moverse de un lugar a otro ya para sacudir y despertar las conciencias dormidas, ya para animar con su ejemplo a los tímidos, ya para decir a los humildes: “levantad vuestras frentes, enjugad vuestras lágrimas, ¿no veis que despunta la aurora de un nuevo día de justicia y de amor?”
Tal fue nuestro hermano. Él, con un puñado de valientes, hizo morder el polvo a 400 esbirros mandados por el federal Mayol en la memorable batalla de La Mesa,3 cerca de Mexicali. También se encontró entre los primeros en el glorioso ataque sobre Tijuana efectuado por los nuestros.
Este hombre extraordinario sembrador de ideales y hombre de acción al mismo tiempo; este apóstol guerrero, fue asaltado por unos esbirros mexicanos en una herrería en Campo, California, poblacho americano cercano a la línea, a principios del pasado agosto, pasado a territorio mexicano, conducido a Ensenada y fusilado allí el 25 del mismo mes.
Hasta el sábado de la semana pasada logramos saber la suerte de Juan F. Montero. Desde el 18 o 19 de agosto comenzamos a inquietarnos por no saber nada de nuestro hermano. Los Delegados de la Junta se pusieron en campaña inquiriendo por el paradero de mártir sin conseguir noticias positivas. Se le había visto en tal o cual lugar de donde había partido para tal o cual otro; pero nada concreto se obtenía de dichas indagaciones hasta que se descubrió que fue plagiado, llevado a territorio mexicano y fusilado sin formación de causa por los asesinos que la hacen de gobernantes en México.
El atentado cometido contra el compañero Ruiz, ha venido a arrojar la presunción de que, los mismos que intentaron el plagio de Ruiz, pueden ser los que plagiaron a Montero.
¿Qué hará el gobierno americano en estos casos? Ya lo veremos y juzgaremos; tal vez se logre la extradición de los plagiarios; tal vez, si el oro que roban al pueblo mexicano los forajidos Madero y de la Barra no cae en los bolsillos de jurados listos para vender su opinión, los plagiarios serán condenados a la horca; ¿pero son ellos los únicos responsables del crimen? ¿No lo son igualmente el mentecato de la Barra y el miserable Madero? ¿Quién dio dinero a los bandidos para que cometieran el plagio?
Compañeros: los principales responsables de estos crímenes, van a quedar sanos y salvos hasta el día en que, llenos de ambición y de soberbia, han pretendido eternizar en México el imperio del sistema capitalista.
Ricardo Flores Magón
1 Vid. supra. “A última hora”; Regeneración, 2 de septiembre de 1911, núm. 53, p. 3.
2 Juan F. Montero. Yaqui. En enero 1911 organiza, en el condado de Glendale, Ariz, con Trinidad N. Córdoba y E. Vázquez una infructuosa incursión de una guerrilla magonista de 32 hombres a Sonora. Se trasladó a Caléxico para incorporarse a la lucha en Baja California. En abril se sumó a las fuerzas magonistas de Stanley Williams en el campamento de Algodones. En mayo participó en la toma de Tijuana. Desalojados los liberales de esta ciudad por los federales el 22 de ese mes, Montero cruzó la línea fronteriza, fue detenido y recluido en la Isla Rosencraz, cerca de San Diego. Obtuvo su libertad en julio de ese mismo año. Al mes siguiente desde la población de Campo, California, Montero organiza un nuevo grupo para incursionar en la Baja California y lanza una proclama que circula profusamente por Caléxico, misma que es publicada en Regeneración. En ella afirma: “Mexicanos: la Baja California no es de México. Ved quiénes son los que tienen en su poder lo más rico de la Península: son los franceses de Santa Rosalía, los ingleses de la costa del Pacífico los americanos del Distrito Norte. Para los mexicanos es la esclavitud; para los extranjeros la libertad y el bienestar. Unámonos y reconquistémonos lo que es nuestro.” A principios de agosto fue secuestrado en una herrería cercana a Campo y pasado a territorio mexicano, de donde se le envío a Ensenada. Durante un tiempo, como lo testimonia este artículo, la JOPLM cree que Montero fue fusilado el 25 de agosto de 1911, pues ese día fue obligado a cavar su propia tumba. Al parecer, tras su secuestro logró fugarse de la cárcel de Ensenada y se internó en Arizona. En febrero de 1912, cruzo la frontera en Douglas, Arz., con el fin de reforzar la guerrilla de Javier Buitimea. Llegó con siete liberales hasta Penjamo, Gto., donde protegió a un grupo campesino que había tomado una tierras cuando su dirigente Irineo Andrade fue muerto por los rurales. Tras ello Montero y su grupo marcharon a Sonora y combatieron a los Federales en Rancho de Gallardo. Derrotado, se refugió en territorio norteamericano el 1 de marzo de 1912. Fue arrestado en Douglas tres días después y encarcelado en Tucson. Montero fue deportado a México y recluido en la penitenciaría de Hermosillo, de donde fue liberado el 31 de agosto. Un mes después, Montero se convierte en Representante de la JOPLM en la región del Yaqui, se establece en el cuartel general de la tribu en Torocopobamo y participa en varios de los combates entre yaquis y carrancistas. El 15 de diciembre dos emisarios de la tribu hacen llegar a la JOPLM un llamado firmado por Montero y Francisco Buelnamea, en la que solicitan que se hable de la guerra social de los yaquis: “hablen de nosotros los pobres y olvidados indios; digan claro y fuerte que nosotros no luchamos por llevar á ningún hombre a la presidencia de la República Mexicana [.que] el mundo entero sepa que á los yaquis les dan sus tierras, o las conquistamos a sangre y fuego como ya hemos hecho en Tórin, Vícam y otros lugares del Río Yaqui.” El PLM hace suya la causa de la tribu. El 31 de agosto de 1914, Montero es herido cuando el general constitucionalista Benjamín Hill, impide la entrada de los yaquis a Tórin. Para septiembre de1917, Juan F. Montero todavía encabezará una importante guerrilla yaqui que opera en Sonora.
3 Vid. “Parte oficial de la batalla de la Mesa, al sur de Mexicali, Baja California, abril 8 de 1911”; Regeneración, 15 de abril de 1911, núm. 33, p. 1.
¡Sí, basta! ¿Qué espantoso maridaje es ese que existe entre el gobierno de bandidos de México y el gobierno de este país? ¿Qué monstruosa alianza se ha celebrado en la sombra y a hurtadillas entre la burguesía de México y la de este país? ¿Qué garantías son esas que dicen que otorgan las leyes de los llamados países republicanos? ¿A los que tenemos la opinión de que la Autoridad es mala se nos quiere hacer entender a patadas y soplamocos que es buena?
¡Basta! ¡Basta, verdugos del ser humano que tiene sangre roja en las arterias! ¡Tened valor para ver de frente a vuestras víctimas y tened vergüenza para sonrojaros!
La tiranía maderista desterró de Mexicali, Baja California, a la admirable compañera Margarita Ortega1 y a su hija de 16 años de edad, Rosaura Gortari,2 señalándoles como lugar de residencia, el pueblo de Yuma, Arizona, Estados Unidos de América, no cafrería.
¿El delito? Ser liberales. Primero, la Autoridad de Ensenada pidió que Margarita fuera enviada a aquel Puerto, bien resguardada para que por el camino no la rescatasen nuestros hermanos. El objeto de ese viaje, era FUSILARLA para desembarazarse de una excelente propagandista del Ideal. Rodolfo Gallegos, el tirano de Mexicali, el traidor a la causa de los desheredados, se dispuso a enviar a Margarita a Ensenada; pero la heroína le dijo: “me llevarán a Ensenada y me fusilarán de pie, como a un hombre; pero a tí, traidor, te matarán por la espalda como a un cobarde.”
Gallegos tembló ante aquella mujer excepcional, se tragó su rabia; pero juró perjudicar a la noble luchadora.
A fines de julio de este año, salía de Mexicali una mala carreta llevando a bordo a dos mujeres: eran Margarita Ortega y su hija Rosaura Gortari que salían desterradas a Yuma por órdenes de Gallegos, la autoridad maderista de Mexicali. Margarita no pudo hacer uso del ferrocarril para trasladarse por territorio americano al punto de su destino, porque habiendo residido antes en Calexico, pueblo americano que queda enfrente de Mexicali, fue deportada a México por profesar ideales libertarios.
Tuvieron, pues, las mártires, que hacer el camino por el desierto, en una mala carreta arrastrada por dos caballejos que estaban para despedirse de la vida. El sol quemaba y los medanales hacían más intenso el calor. Los caballos no pudieron soportar la alta temperatura, tan rígida en aquella región y cayeron postrados. El hombre que conducía la carreta tuvo que partir en busca de agua con qué refrescar a los pobres caballos, y las dos mujeres esperaron, esperaron, esperaron bajo el fuego que caía del cielo, hasta que desesperadas y sintiéndose ellas mismas morir de sed, echaron a andar sobre los arenales ardientes, sin ver en el horizonte una yerba, un arbusto, nada que les indicase la cercanía del agua. Anduvieron, anduvieron, anduvieron hasta que Rosaura cayó sin sentido, en medio del desierto, muy lejos de los humanos.
Imagináos las torturas de Margarita; su desesperación ante el cuerpo agonizante de su hija, rodeada de arenales interminables, sin una gota de agua que llevar a los labios de la moribunda ¡y todo ese dolor, toda esa angustia eran el premio que la sociedad actual otorga a todos los que se preocupan por la regeneración de la especie humana!
Imagináos también, un rico palacio, con muebles idóneamente tallados, con alfombras que nuestros pies plebeyos no han hollado, con ricas pinturas en las paredes, alegrado con el ir y venir de mujeres hermosas y elegantes y almibarados e inútiles caballeritos, y como figura principal, imagináos a Francisco I. Madero, bebiendo buenos vinos, recibiendo las adulaciones de toda esa canalla dorada, en los precisos momentos en que Rosaura caía desplomada sobre las ardientes arenas del desierto y la madre, angustiada volvía el rostro en todas direcciones interrogando inútilmente por agua al silencioso espacio.
¡Madero, el bandido, es el principal responsable de las persecuciones de que son objeto liberales en México!
Margarita creía que Rosaura había muerto. Sacó de una bolsita un revolver y se lo aplicó a la frente, con el fin de arrancarse la vida. ¡La horrible vida de los buenos! ¡La espantosa vida de los que se dedican a hacer el bien a los que sufren! Rosaura volvió de su desmayo y el arma cayó ¡Vivía aún la hijita adorada!
Entonces la madre cobró fuerzas y se echó a andar en busca de agua. Mucho anduvo hasta que la encontró y volvió con ella al lado de su hija.
Esta marcha duró varios días, hasta que por fin llegaron a Yuma las desterradas.
Parecía que de ahí en adelante, gozarían de más tranquilidad esas mártires. Algunos compañeros de buena voluntad, entre ellos Gregorio Rodríguez, de Santa Paula, California, han estado haciendo esfuerzos por reunir alguna suma con qué traer a Los Ángeles a las buenas abnegadas compañeras; pero ¿en qué lugar podrán vivir tranquilos los sembradores de ideas? Las autoridades federales, en Yuma, tratan ahora de deportar a Margarita y a su hijita a Mexicali. El mismo Gallegos que las desterró de Mexicali está intrigando con alguna gente de este lado de la línea, para que Margarita sea devuelta a México y conducirla de Mexicali a Ensenada para FUSILARLA. Algunos bribones se han prestado para lanzar contra nuestra compañera calumnias asquerosas. El mismo inspector de Yuma, se ha atrevido a decir a Margarita que tiene malos antecedentes y que tiene que ser deportada.
Los malos antecedentes de los libertarios es nuestra rebeldía contra todo lo que hace sufrir a la especie humana.
Taft: ahí están Margarita y su hija víctimas del despotismo de las autoridades mexicanas y de tu despotismo igualmente. ¿Qué vas a hacer con esas mujeres? ¿No sabes que mujeres de esa clase honran a la humanidad? ¿Qué sería de los pueblos si no nacieran de tiempo en tiempo seres humanos como Margarita y Rosaura? Agarra de las orejas a tus esbirros para que dejen en paz a esas mujeres que con su sola presencia en esta nación la honran.
Ricardo Flores Magón
1 Margarita Ortega. Residente de Irwidale, California. Esposa o hermana de Máximo Ortega, miembro del grupo encabezado por Salvador Medrano que apoyaba a Francisco I. Madero, a principios de 1908. Hacia abril de 1911 se traslada a Caléxico, junto con su hija Rosaura Gortari. Fue desterrada a suelo mexicano «por profesar ideales liberales» a «instancias de Francisco I. Madero» Participó en la campaña liberal en Baja California «como lazo de unión entre los combatientes», buena jinete «apóstol, guerrera, enfermera», de donde fue nuevamente expulsada junto con su hija Rosaura, esta vez por Rodolfo Gallegos, exliberal converso en maderista. Recorrieron 62 millas a pie en el desierto hasta Algodones, donde tomaron un tren a Yuma, Ariz. Lugar del que huyeron pues las autoridades migratorias buscaban desterrarlas. Se refugiaron en Phoenix, bajo el nombre de María Valdez y su hija, Josefina. Escribió «Ante la tumba de Madero», a quien responsabilizó de la muerte de su hija Rosaura. Emigró, en octubre de 1913, junto con Natividad Cortés a Sonoyta, Son. Por órdenes de Gallegos, ya entonces constitucionalista, Cortés fue fusilado y Margarita fue llevada rumbo a Mexicali, donde Gallegos la abandono en manos de los federales, mismos que la arrestaron el 20 de noviembre de 1913, la torturaron y fusilaron en las goteras de esa población el 24 de ese mes. Al parecer en su muerte tuvo que ver Juan A. Mateos, hijo. RFM escribe un obituario de Margarita y su hija.
2 Rosaura Gortari. Véase n. anterior.
Al trote andan los señores del Gobierno mexicano tratando de resolver, a su manera, el Problema del Hambre.
Cuando los que gobiernan consideran serias las aspiraciones de los pueblos, se apresuran a obrar de una manera que, sin comprometer los intereses de la clase rica —de los que son celosos guardianes—, calme, aunque sea por un momento, el ímpetu revolucionario de las masas.
Ya nadie niega en México que la Revolución marcha a pasos agigantados hacia el comunismo. El espanto de la burguesía se refleja en su Prensa. El Imparcial de 30 de agosto, en un editorial titulado “El Plan de Texcoco y la Revolución es la Revolución”, asegura que el sentimiento que ha predominado en la actual Revolución es el de la expropiación de la tierra de las manos de los ricos, y juzga, por lo tanto, natural, que los habitantes de varios Estados de la República estén tomando posesión de la tierra
—palabras textuales— “sin permiso de sus dueños”.
La intensa agitación que están provocando en todo el país los grupos liberales armados; los diarios combates que éstos sostienen contra las fuerzas maderistas y federales, el clamor inquietante de todo un pueblo que no quiere otra cosa sino ¡Tierra,! ¡Tierra!, ¡Tierra!, han hecho que el Gobierno simule preocuparse por los pobres, y, según la Prensa burguesa, está ya por resolverse el Problema Agrario.
Dicen los periódicos capitalistas que el gobierno va a comprar vastas extensiones territoriales, las que serán fraccionadas y repartidas entre agricultores pobres, QUE TENDRÁN QUE PAGARLAS en plazos más o menos largos.
Esto, mexicanos, es una engañifa miserable de vuestros verdugos. Tengamos bien entendido que no tratamos de comprar tierra, sino de tomarla desconociendo el derecho de propiedad.
Lo que el gobierno llama solución del problema agrario no es tal solución, porque de lo que se trata es de crear una pequeña burguesía rural, quedando de ese modo la tierra en más manos, sin duda, de lo que lo está actualmente; pero no en manos de todos y cada uno de los habitantes de México, hombres y mujeres. De lo que se trata es que todos sean dueños de la tierra y no unos cuantos que tengan con qué pagarla.
Por otra parte, el Gobierno se daría maña para que los agricultores pobres no pudiesen hacer sus pagos, y entonces serían recogidas las tierras por falta de pago, y los pobres quedarían tan pobres como siempre, o peor. Pero aun suponiendo que no se tuviese que pagar nada por un pedazo de tierra, ¿de dónde podrían sacar elementos los pobres, tanto para cultivarlas como para sostenerse ellos y sus familias durante el tiempo que transcurre desde que se comienzan los trabajos hasta la recolección de las cosechas? ¿No tendrían que pedir fiado al tendero, al agiotista, a todo el mundo, de manera que al levantar sus cosechas nada aprovecharían de ellas? Y, por el solo hecho de no quedar abolido el derecho de propiedad individual, ¿no quedarían los agricultores pobres a merced, como siempre, del poder absorbente del gran capital? Los grandes propietarios rurales harían una terrible competencia a los labradores pobres, competencia que éstos no podrían resistir y se verían obligados a abandonar el pedazo de tierra que la hipocresía gubernamental hubiera puesto en sus manos en los momentos de peligro para el principio de Autoridad, como es el actual.
No os dejéis engañar, mexicanos, por los que, temerosos de vuestra acción revolucionaria, tratan de adormeceros con reformitas que no salvan. El gobierno ha comprendido que os rebeláis porque tenéis hambre, y trata de calmar vuestra hambre con una migaja de pan. Entended que hay que abolir el derecho de propiedad privada de la tierra y de las industrias, para que todo, tierra, minas, fábricas, talleres, fundiciones, aguas, bosques, ferrocarriles, barcos, ganados, sean de propiedad colectiva, dando muerte de ese modo a la miseria, muerte al crimen, muerte a la prostitución. Todo eso hay que hacerlo por la fuerza a sangre y fuego.
Los trabajadores por sí solos, sin amos, sin capataces, deben continuar moviendo las industrias de toda clase, y se concertarán entre sí los trabajadores de las diferentes industrias para organizar la producción y la distribución de las riquezas. De esa manera nadie carecerá de nada durante la presente Revolución.
Ricardo Flores Magón
José Miguel Gómez, el “patriota” que no vaciló en vender su “patria” a la ambición de los políticos y los millonarios de los Estados Unidos; este tiranuelo de ópera bufa que invita al salivazo y al desprecio; este pobre diablo que haría morir de vergüenza a una marrana, si una marrana lo hubiera dado a luz; este presindentillo de la República de Cuba acaba de llevar a cabo un atropello que no tiene nombre, que no puede tolerarse, que hace enrojecer de indignación a todo ser digno y libre.
José Miguel Gómez acaba de expulsar del territorio de Cuba al dignísimo camarada Abelardo Saavedra1 por el “delito” de decir a los proletarios: “sois dueños de la riqueza social: quitadla de las manos de los ricos; sois seres humanos: no admitáis imposición de ninguna clase; sufrís: ¡rebelaos!”
Eso decía Saavedra al campesino que, rendido, regresaba al hogar después de la larga jornada; así hablaba Saavedra al obrero que, sudoroso, pestilente y con los riñones hechos pedazos, volvía a la pocilga donde lo esperaban los suyos, canijos y embrutecidos por la miseria, por el dolor, por la injusticia social; de ese modo alentaba Saavedra al jornalero que, agostado, lanzaba al cielo una dolorosa mirada como pidiendo la ayuda divina, sin reflexionar que con un esfuerzo menor del que se necesita para partir la tierra con la azada, se puede abrir el cráneo a los déspotas y a todos los zánganos en un movimiento de insurrección de los humildes.
¿Pero, es delito realmente procurar el alivio o la cura total de los males que aquejan a la humanidad? ¿Es delito sentirse ser humano y entenderse ante el dolor de los que sufren e indignarse ante el crimen de los que oprimen?
Tal parece que eso es un crimen, y que virtud es todo lo contrario; buscar la satisfacción personal sin preocuparse por los que sufren. Ya lo sabéis, generosos sembradores de ideales. ¿Llora alguien por ahí? Guardáos de enjuagar esas lágrimas. ¿Veis un corazón mordido por el dolor? Evitad confortarlo con vuestras palabras de esperanza. ¡Así lo quiere la moral burguesa! ¡Malditos sean los tiranos!
Saavedra deja abandonados a sus hijos y a sus nietecitos los seres más queridos para él, como lo advierte nuestro querido colega ¡Tierra!. José Miguel Gómez gritó: “¡que salga de territorio de Cuba el bandido Saavedra!” Y un mulo, un tal Machado repitió como un fonógrafo: “¡que salga!” Y los esbirros brutales como en todas partes del mundo lo son, tomaron al compañero por el cuello y lo arrojaron a un barco con rumbo a España.
¡España! El feudo de un leproso descendiente de bandidos; el feudo de un menguado que no puede decir con seguridad quién fue su padre; el feudo del sifilítico Alfonso XIII.
La España de Maura y de Canalejas. ¡La España embrutecida por el fraile, estrujada por el soldado, mancillada por sus políticos y sus gobernantes!
La España que guarda en sus calabozos a Antonio Carbó Muñoz, Melchor Rivas Martínez, Jaime Salarich Fares, Felix Monteagudo,2 José Costa Poméa, Antonio Herrero Carren, Luis Castellá Sanabria, Fermín Sagristá Salomó3 y Trinidad Alted Tornet, presos todos en Barcelona por cuestiones sociales, por servir como buenos a la humanidad, por tener corazón, por sentir vergüenza de ver a la humanidad postrada a los pies de los tiranos y haber tenido la entereza de gritar: “¡arriba, esclavos!”.
Vaya mi maldición para los verdugos de la humanidad.
Ricardo Flores Magón
1 Abelardo Saavedra del Toro. (1860-1938). Pedagogo y propagandista andaluz. Director de La Voz del Terruño (1902-1905) y colaborador de La Revista Blanca y Tierra y Libertad. En 1904, recorre Andalucía exigiendo la amnistía para los presos de “La mano negra”. Colaborador de Francisco Ferrer y Guardia en la redacción de textos para la Escuela Moderna. Exiliado en París y después en Tánger, regresa a Madrid para finalmente viajar a Cuba tras el atentado en contra de Alfonso XIII. Colaborador del antillano ¡Tierra! Formó el Centro de Estudios Sociales, en Cruces, Cuba. En 1912 fue expulsado a España y regresa a la isla en 1913. De nueva cuenta expulsado pasará el resto de su vida en España. A los 76 participó en el frente de Aragón durante la guerra civil. Destacó como orador y conferencista.
2 Félix Monteagudo Colás. (1885?-¿?). Anarquista español. Colaborador de Tierra y Libertad (Barcelona) y Liberación. Arrestado tras la “Semana Trágica”, en 1909. Pasó dos años en prisión. Maestro del Ateneo de Sants. Al final de la Guerra Civil fue nuevamente encarcelado.
3 Fermín Sagristá Salomó. A veces Fragristá. Dibujante, condenado tras la Semana Trágica (Barcelona, Esp. 1909) a nueve años por tres litografías a la memoria de Francisco Ferrer. Colabora con ilustraciones en publicaciones anarquistas: Almanaque de Tierra y Libertad en 1912, Floreal (1928), La Huelga General (1903), El Productor, Revista Única (1928), Tierra y Libertad. Donó el “Cuadro Artístico” reproducido en tamaño doble como portada del número especial de Regeneración del 1 de enero de 1911. Se le considera la imagen emblemática del periódico.
No cabe duda de que México es un paraíso desde que el Chato vendió la Revolución por VEINTE MILLONES de pesos que modestamente se echó en el bolsillo. De junio a agosto, en tres meses, han salido de México DOCE MIL TRABAJADORES que vinieron a los Estados Unidos en busca de mejores salarios.
¿Por qué no se quedan en México, paisanitos? ¿No es Madero el hombre que iba a hacer la felicidad del pueblo? Y con todo esto, un miserable borrego gritó en la Plaza de los Mexicanos1 de esta ciudad, cuando el Chato firmó “la paz” en Ciudad Juárez; “Ahora sí ya se acabó el hambre, ¡viva Madero!”
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Paren las orejas, patrioteros; el Secretario de Guerra y Marina, de sus pistolas, va a permitir que hagan excursiones a México los soldados de este país.
¿Donde estáis, patrioteros, que no atronáis el espacio con el ronco grito de ultrajes a la soberanía nacional?
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Hay en estos momentos en las cárceles de México miles de hombres presos por recaer en ellos sospechas de ser revolucionarios, o por el “delito” de aprovecharse de la garantía que se otorga la Constitución sobre libertad de palabra y de imprenta.
El que no puede contener las lágrimas a la vista de una flor moribunda, o sea, el que se dejó caer a tierra en Casas Grandes para que se le creyera muerto, el Sr. Lic. Don Lázaro Gutiérrez de Lara,2 así como muchos otros que me invitaban a pasar a México a gozar de las libertades “conquistadas” por la revuelta maderista, están ahora en la cárcel por todo el país, ya por hablar tres o cuatro babosadas, ya por otras cosas de menor cuantía. De de Lara se dice que está preso por haber dicho en un discurcejo que “Taft sólo piensa en comer y en dormir.” Eso fue bastante para que los esbirros le echaran el guante y hoy está a buen recaudo en la “chinche,” pensando, tal vez, que el Chato es el “apóstol de la libertad.”
¿No es verdad que se goza de gran libertad en México?
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Los revolucionarios deben comprender que es una necesidad el ir haciendo limpia de burgueses y autoridades, pues si queda con resuello ese mal elemento, más tarde será el primero en herir por la espalda.
Se ha confiado al Gral. Juan J. Navarro la dirección de la campaña contra los rebeldes del Estado de Sinaloa. Navarro fue aquel jefe federal que dijo: ¡no quiero prisioneros! Y mandaba acribillar a bayonetazos en los campos de Chihuahua a los heridos insurgentes. A ese bruto sanguinario, le perdonó la vida al cobarde Chato por lo que lo pateó Francisco Villa.
¡Hay que arrancar de raíz la mala yerba!
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Nada menos que sesenta jefes maderistas han sido descubiertos como fomentadores de conspiración, según declara la prensa burguesa. Muy bueno está eso; pero sería mejor que esos maderistas abrazasen la Bandera Roja y gritaran a pulmones plenos: ¡Viva Tierra y Libertad!
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¡Documento comprometedor! Me preguntaréis: ¿qué documento comprometedor es ese? Pues por lo que estoy viendo en la prensa mexicana, Regeneración es el documento comprometedor por excelencia. Muchas personas, miles de personas están siendo encarceladas en México porque en sus bolsillos se les encuentra algún ejemplar de Regeneración, y los periódicos publican con grandes encabezados noticias espeluznantes de contrarrevoluciones, de planes de movimientos económicos y no se qué más, diciendo que fueron arrestados Fulano, Mengano y Perengano, a quienes se les recogieron documentos altamente comprometedores: ejemplares de nuestro humilde periódico Regeneración.
No cabe duda que el Chato ha hecho libre a México.
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Antonio I. Villarreal no contesta aún a los cargos que le hago de pederasta y de asesino.
Contesta, hombre; no te quedes tan “frescote.”
Ricardo Flores Magón
1 Refiérese a la llamada Placita, ubicada en el entonces barrio mexicano y punto central de la originaria ciudad de Nuestra Señora de Los Ángeles.
2 Véase supra RFM, “Cada día se hace más grande el sepulcro de la tiranía”, Regeneración, núm. 29, marzo 18, 1911.
La agitación que se ha hecho a favor del niño León Cárdenas, ha producido su primer efecto. La fecha de la ejecución de la terrible sentencia ha sido prorrogada treinta días más, de manera que tendrá que llevarse a cabo el 30 del presente mes, si no redoblamos todos nuestros esfuerzos, si no hace cada quien lo que su conciencia le dicte para que el tosco brazo de lo que se llama justicia no arrebate de entre los vivos a un niño que no ha cometido otro delito que el ser MEXICANO y vivir entre un pueblo estúpido, cruel, vanidoso y patriota: el americano.
León Cárdenas Martínez, padre del niño hizo viaje especial a México para obtener un certificado por el cual se ve que el muchachito no tiene más de 15 años, un mes y días de edad y, por lo mismo, aun cuando fuese culpable del delito que se le acusa, lo ampara la ley; pero un tal Brady, fiscal de uno de los condados del salvaje Estado de Texas, telegrafió al Gobernador diciéndole que el niño tiene de 18 a 20 años de edad, fundándose en el dicho de un individuo por cuyas venas corre sangre mexicana, un tal Manuel Mata, postmaster de Saragoza, Tex., ese individuo tenía como ayudante en la Estafeta al niño, y al descubrirse la minoría de edad de León, sintió miedo, pues está prohibido que menores trabajen en esas oficinas, y, para salvar un miserable sueldo de unos cuantos pesos al mes juró que el niño tenía de 18 o 19 años de edad. ¡Lanzar a la horca a un inocente por no perder un triste empleo que mal produce para vivir! ¡A todo eso orilla el presente odioso sistema de salvaje lucha para asegurar el pan!
Otros de los que opinan que el niño tiene de 16 a 19 años de edad, es un tal Lee Harbert, uno de los que, según León Cárdenas Martínez, fue de los que lo atropellaron a él y a su familia. ¡Valientes testimonios aduce el Brady ese!
Después de terrible lucha se ha conseguido que se traslade al muchachito a la cárcel de Fort Worth, Tex., donde estará a salvo de los atentados de las turbas de bandidos americanos de que amenazaban con lincharlo. Se ha solicitado, además, que se conceda un nuevo juicio a la pobre criatura.
Múltiples han sido las gestiones que para favorecer al niño ha hecho León Cárdenas Martínez. Las sociedades de todo genero de Laredo, Del Río, San Antonio, etc., trabajan con ahínco en favor del pequeñuelo. Personalidades aisladas hacen otro tanto. Nuestros amigos de diferentes partes del país y del extranjero, envían sus protestas a las autoridades americanas por la notoria parcialidad que usan para juzgar a los mexicanos.
A agitar, compañeros y no compañeros. Se trata de un caso en que todos debemos deponer nuestras enemistades, para unirnos y ayudar a las víctimas del odio que nos profesan estas gentes que creen que la superioridad consiste en ser brutales y salvajes, en despreciar a todas las demás razas humanas. No hay que soportar más ultrajes. Los mexicanos somos hombres ni más buenos, ni más malos que los de las otras razas. Todos somos iguales.
Los donativos que ha recibido el compañero León Cárdenas Martínez hasta el 31 de agosto, ascienden a la suma de doscientos cuarenta y nueve pesos y noventa centavos. Según pormenor que tenemos a la vista, los gastos de la defensa hasta esa fecha eran de doscientos treinta y ocho pesos y cinco centavos, por lo tanto, lo único con que contaba el compañero Martínez para esa fecha eran once pesos y ochenta y cinco centavos.
No hay que dejar de enviar fondos a León Cárdenas Martínez, P.O. Box 711, El Paso, Tex.
Tenemos a la vista lista de los donantes que sentimos no publicar por falta de espacio. No por eso hay que dejar de ayudar a nuestro hermano León, hasta que su hijito obtenga su absoluta libertad.
Ricardo Flores Magón
Aquí tenéis el retrato del inocente que tuvo la desgracia de ser señalado como el autor de un horripilante crimen, por las turbas semisalvajes de vaqueros americanos que pululan en las planicies del salvaje Estado de Texas.
Contemplad el rostro de ese niño y comparadlo con las carotas patibularias de los bárbaros americanos llamados cowboys.
En la revista, en el teatro, en la tela donde se proyectan las vistas cinematográficas habréis visto al cowboy, vestido como un salvaje, disparando tiros a diestra y a siniestra, fanfarrón, borracho, provocador, raptor, ladrón, pendenciero.
Recorred las planicies texanas y os veréis asaltados por esos hombres
semi-bandidos. Si váis solos, os ultrajarán. ¡Cuántos mexicanos salen de un poblado en busca de trabajo y ya no regresan a sus hogares! ¡Cuántos mexicanos han sido cazados POR GUSTO por americanos borrachos que se adiestran en el manejo de las armas de fuego tomando como blanco de sus tiros a algún mexicano que pasa!
La presencia de un cowboy inquieta como la presencia de un chacal. Su vida nómada en las estepas texanas, los hace duros y brutales. Las comidas copiosas compuestas de leche fresca y pura, huevos, carne de la mejor calidad, jamón, todo esto amenizado con sendos tragos de wiskey, agravado todo con la ausencia de mujeres, hacen que estos hombres estén continuamente atenaceados por la lujuria y ¡guay de la pobre muchacha que su desgracia la coloque sola y frente de uno de esos salvajes en la soledad de las llanuras! ¡Esa muchacha es ultrajada irremisiblemente y matada después… para que no hable!
Después de cometido el delito, el criminal se presenta ante los de su calaña y denuncia como autor del hecho a tal o cual mexicano o a tal o cual negro, pues negros y mexicanos somos los más perseguidos, los más ultrajados, los más vejados por los civilizados norteamericanos que tienen envidia de nuestra inteligencia y de nuestros hábitos de probidad y de laboriosidad.
Con el niño León Cárdenas ha sucedido lo mismo. Algún desalmado cowboy ultrajó primero y asesinó después a la mujer que en vida se llamó Emma Brown, echando después la responsabilidad sobre el inocente mexicanito.
El día en que se cometió el crimen, León Cárdenas lo pasó trabajando en la tienda de Sam Crenshaw, su patrón. Por la noche, acompañado del compañero León Cárdenas Martínez, su padre, se retiró a su casa a dormir. ¿Cómo pudo haber cometido el asesinato a tres millas de distancia del lugar en que estuvo trabajando?
Por carta que tenemos del compañero León Cárdenas Martínez, nos informamos de que se está tramitando la petición que se ha hecho sobre que se conceda nuevo jurado al mexicanito, y todos debemos ayudar en este caso enviando dinero a la nueva dirección del compañero Martínez: P.O. Box 1124, El Paso, Texas.
Una agitación intensa se está llevando a cabo por arrebatar de manos del verdugo la tierna vida de un inocente.
Mexicanos: recordad cuántos hombres de nuestra raza han sido asesinados por las turbas salvajes del sur de este país. Unámonos para que cuando se pretenda cometer otro atropello contra un mexicano, estemos listos a defenderlo. Hoy debemos agruparnos todos alrededor del niño Cárdenas. Hay serios temores de que las chusmas americanas se echen sobre la cárcel en que se encuentra prisionero el mártir, para sacarlo, amarrarlo de un poste, empaparlo de petróleo y prenderle fuego. No lo permitamos, mexicanos. Hagámonos respetar puesto que somos hombres como cualquiera otros y tenemos derecho a que se nos respete dondequiera que nos encontremos.
A ayudar todos al padre del niño.
Ricardo Flores Magón
Mientras un buen número de trabajadores están sobre las armas luchando por abolir toda imposición y toda explotación; mientras otros trabajadores se alistan en estos momentos para levantarse igualmente en armas, otros, vilmente engañados, se aprestan a hacer uso del “derecho de votar” para elevar al poder a un nuevo tirano.
Compañeros: no dividamos nuestra fuerza. Dejad a los hombres de la burguesía que voten, que al fin y al cabo sólo a ellos aprovechan esas farsas; pero no los ayudemos. Luchemos, mejor, contra ellos, convencidos de que la acción política retarda la emancipación económica y social del proletariado.
¿Qué beneficio recibiréis con la exaltación de Reyes, de Madero, de Vázquez Gómez o de cualquier otro burgués a la primera magistratura de la República? No serán ellos los que pongan en vuestras manos la tierra y la maquinaria de las industrias. Quizas, en vista de vuestros ardorosos anhelos de emancipación económica, os hagan todos ellos ofrecimientos; ¿pero qué aspirante al poder no os ha hecho ofrecimientos desde tiempo inmemorial? ¿Cuál es aquel candidato que ante las multitudes no se declara hermano de los pobres y no habla de “reformas” para mejorar la situación de la clase trabajadora? Pero una vez obtenido el puesto codiciado, no se acordará más de la miseria en que se pudren los que tuvieron el candor de firmar las boletas electorales que le dieron el triunfo.
Despertad, proletarios. El Partido Liberal Mexicano lucha sin vacilaciones y sin temores por la instauración de un medio en que todo ser humano, por el solo hecho de venir al mundo tenga su puesto en el gran banquete de la vida. Este Partido está formado por trabajadores. No hay en él ningún burgués, pues los últimos que había fueron expulsados unos, y los otros se marcharon solos, cuando denunciamos a Francisco I. Madero como traidor a la causa de la libertad. Así, pues, este Partido es el de los proletarios; el de los que no quieren estar una pulgada arriba de los demás; el Partido de los hambrientos de todas las satisfacciones sanas; el Partido de los que no quieren amos de ninguna clase; es el Partido de los que luchan contra la Autoridad y el Capital.
Los políticos son los peores enemigos del proletariado: largadlos noramala con sus boletas electorales, con sus convenciones, con sus pretensiosos discursos. Si leéis la prensa burguesa de la ciudad de México, os ruego me digáis si habéis encontrado nombres de proletarios entre los delegados a las diversas convenciones políticas que están teniendo lugar en México para discutir candidaturas. Son profesionistas, hombres de letras, grandes y pequeños burgueses, políticos de oficio, periodistas de la burguesía y… hasta militares maderistas afeminados como Antonio I. Villarreal los que tienen voz y voto en esas asambleas, y esos burgueses son los que designan el candidato por el que os aconsejarán que déis vuestros votos.
No veo que algún hombre que se gane la vida manejando el martillo, la pala, el pico, la garlopa, el arado, la cuchara de albañil, la maquinaria y los utensilios de la fábrica y del taller, etc., etc., haya tomado parte en las deliberaciones. Burgueses, burgueses y nada más que burgueses son los que escogen al que mejor ha de garantizarles la explotación que sobre vosotros ejerce el capitalismo ¡y después se os invita a votar por el nuevo verdugo!
No, compañeros; escupid al rostro de los que os invitan a tomar parte en las elecciones y gritad ¡muera la Autoridad! ¡Queremos ser libres! ¡Queremos la verdadera libertad emanada de la libertad económica! ¡Viva la expropiación salvadora! Y como torrente desbordado invadid el mundo de la industria, arrollando a burgueses y autoridades, quemando papelotes de los archivos de la propiedad y tomad posesión, a sangre y fuego de la tierra, de la mina, del taller, de la fábrica, de la fundición, del ferrocarril, del barco, del bosque, del agua, de las casas y trabajad de una vez por vuestra cuenta sin amos que os exploten, sin gobernantes que os chupen la sangre por medio de contribuciones, sin jueces, sin leyes malditas que apoyen al rico, sin clérigos que os señalen con la impura mano un paráiso detrás de las estrellas para que no reparéis en que el paraíso es la fecunda tierra que pasáis, tierra ávida de que la toméis y la acaricéis con el arado, la fecundéis con vuestro sudor; pero ya no bajo el látigo de los señores hacendados que, para entonces, si sois verdaderamente hombres, habréis acabado con todos ellos ya haciéndolos que trabajen codo con codo con vosotros, ya ajusticiándolos si llenos de soberbia quisieran todavía hacerse reconocer como dueños y señores vuestros y de todo cuanto existe.
No os asustéis porque los escritorcillos de la burguesía os llamen anarquistas. Expropiad y gozad en común de todo lo que haya y sed, de una vez para siempre, los amos vostros mismos. Entonces no necesitaréis del gendarme, porque teniendo todos la misma oportunidad de ganarse el sustento con sólo trabajar, no tendréis que envidiar nada de nadie. Los viejos, los niños y los impedidos tendrán derecho a gozar de todo, pues sus hermanos trabajaremos para que no sufran.
La Autoridad es necesaria hoy, porque habiendo hombres que tienen mucho y otros que no tienen nada, necesario es para los que tienen mucho el gendarme que como perro espíe los movimientos de los que nada tienen.
Conque, a expropiar para el beneficio de todos y cada uno de los habitantes de México. Enarbolad la Bandera Roja de vuestros hermanos los liberales y gritad ¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
El pederasta de Lampazos pierde los estribos. Dijo que iba a probar que los científicos me habían dado dinero “para hacer la revolución.” Con ansia estuve esperando el número 5 de Regeneración Burguesa, de la Ciudad de México, porque debo confesar que me regocija la lectura de ese papelucho, pues se confirma mi creencia de que son de muy mala calidad los sesos de que dispone la burguesía para salvarse de la derrota de su clase en la lucha titánica que contra ella sostenemos los desheredados.
¡Prueba aplastante!
El maricón Antonio I. Villarreal prometía presentar una prueba aplastante, demostrado que los científicos, por conducto de Luis del Toro, me estaban dando dinero para comprar fusiles y parque y aun para sostener la publicación de nuestro periódico, y que, quien rendiría esa prueba no sería otro que el Excelentísimo General Don Emilio P. Campa, el mismo a quien los buenos compañeros liberales expulsaron a patadas de la Sierra del Burro, Estado de Coahuila, por ladrón y por cobarde, salvándose solamente de ser fusilado, por haberse postrado a los pies de los indignados camaradas.
Estábamos presos.
Cuando ocurrió la expulsión de Campa, estábamos presos. Campa tomó violentamente el primer tren que salía de Del Río, Tex., y se vino a esta ciudad, donde refirío a los compañeros que estaban en la oficina, que había salido de la Sierra del Burro con el fin de hacerse de más elementos para activar la campaña. Quiso hablar conmigo; pero como se prohibe que se nos viste en la cárcel, no lo logró, y mostrándose sumamente activo, dejó dicho a los compañeros que, cuando saliera yo en libertad, me comunicaran que había “dos diablos agiotistas” –palabras textuales– en Ciudad Juárez, con quienes se podía conseguir la cantidad de mil pesos con el rédito de doce por ciento al año, y que, con esa suma, creía él tener lo suficiente para activar la campaña en el Estado de Coahuila. Dejó recomendado a los compañeros que, cuando obtuviera yo mi libertad, discutiéramos sobre el asunto, para que, si nos convenía el préstamo de los mil pesos, a pagarlos en un año, se le avisase.
Se tragó la verdad.
Nada dijo el bribonazo de que había sido expulsado por los compañeros de la Sierra del Burro, limitándose solamente a decir que se había disgustado con algunos compañeros; pero que no había nada serio en eso, pues todos estaban unidos para luchar por la causa haciendo a un lado disgustos personales. Un compañero leal, Garza, había escrito comunicándonos que él sabía que había ocurrido algún disgusto entre varios compañeros de la Sierra del Burro con Campa; pero no se sabía en realidad lo que había pasado entre el traidor y los buenos.
Libre.
Ya libre y cuando supe el objeto del viaje de Campa, escribí a este bribón diciéndole que tomase prestado el dinero para ayudar a nuestros hermanos de lucha. Dicha carta terminaba con estas frases: “Hay que hacer obra verdaderamente revolucionaria. Hay que decirles a los trabajadores que tomen todo lo que existe y lo trabajen por su cuenta. Si respetamos el derecho de propiedad, no educaremos al pueblo. Hay que decirles a los habitantes de las regiones que se visiten, que ya no trabajen para los patrones, que trabajen por su cuenta y se repartan lo que se produzca, para que ya no haya hambre.”
¡Qué idiota!
¿Pueden los científicos y los reyistas prestar dinero para que los liberales hagan OBRA VERDADERAMENTE REVOLUCIONARIA DESCONOCIENDO EL DERECHO DE PROPIEDAD? La argumentación que expuse en mi artículo titulado “Patadas de ahogado del pederasta y asesino Antonio I. Villarreal”,1 destruye todo cuanto pudiera fabricarse sobre que los científicos, burgueses por excelencia, nos ayudan para que los despojemos de todo cuanto tienen. ¡Sólo en el pobre meollo de un afeminado puede caber tal tontería! ¡Tontería supina es publicar esa carta en la que se ve la pureza de nuestra lucha en contra del capitalismo y a favor de los pobres!
¡Calumnias, calumnias!
Está probado que el periodicucho que sostiene mi hermano Jesús, se ha dedicado a calumniarme, lo que prueba que la causa de la burguesía es mala, porque las buenas causas no necesitan de la mentira para triunfar. Mala es, pues, tú causa, hermano, y al pagar a escritorzuelos degenerados para que te hagan bombo y a mí me calumnien, no haces otra cosa que sumirte hasta el pescuezo en el mismo hediondo lodo donde se agitan esos pobres vencidos, esos mulos impotentes que alquilaste en mala hora creyendo ¡iluso! que con tan torpes plumas nos aplastarías. ¿No te causa sonrojo que manos ensangrentadas defiendan tu pobre causa? ¿No encontraste manos más puras que las de un pederasta para que manejase el incensario a favor de un gobierno de bandidos del que formas parte?
¡Quítate la máscara tú también!
Nada de farsas, hermano Jesús. Tú condenaste siempre el uso de la calumnia para anonadar a un enemigo en ideas. Cuando se publicaba en México el periódico El Debate tú fuiste uno de los tantos que de buena o mala fe lanzaron sus excomuniones contra los que esgrimen la calumnia como arma de combate; pero entonces no formabas parte del gobierno; entonces la dragoneabas de “independiente.” Hoy tienes hueso y tienes que defenderlo… calumniando a tus hermanos que sabes bien, que te consta perfectamente que están en la miseria. ¡Quítate la máscara tú también!
¿Quieres las pruebas?
Tengo en mi poder pruebas abrumadoras sobre el asqueroso extravío sexual del digno “coronel” maderista Antonio I. Villarreal. ¿Quieres que las publique en Regeneración? Mi lema, sábelo bien, es la verdad. Si no he publicado las pruebas, no quiere decir eso que no las tenga. Eso quiere decir sencillamente que es sucio el asunto… bastante sucio; pero por lo pronto, puedes preguntar a Villarreal si es cierto que vivió en Lampazos de Naranjo, Estado de Nuevo León, un barbero afeminado que lo protegía con toda clase de dádivas. Pregúntale, también, si es cierto que estaba próxima al taller de barbería cierta cerca que era necesario salvar cuando se quería evitar las miradas de los vecinos. Pregúntale eso por lo pronto y mírale con firmeza a los ojos. En el acto observarás su turbación, no sostendrá por cinco segundos tu mirada escudriñadora, porque la sombra de José Flores le inquieta y el descubrimiento de sus “idilios” con el barbero hacen que ese malnacido no pueda resistir la mirada de ningún hombre…
Te aconsejo, por tu honor, que lo corras a patadas. Que agarre el pico y la pala o que de una vez “se lance a ejercer la carrera.”
Ricardo Flores Magón
1 Vid. supra. “Patadas de ahogado del pederasta y asesino Antonio I. Villarreal” ; Regeneración, 2 de septiembre de 1911, núm. 53, p. 2.
Como en otro lugar de este número decimos,1 dos compañeros esperan la muerte en Mexicali, Baja California. No conocemos más que el nombre de uno de ellos. Damián Hernández, miembro de la unión obrera revolucionaria Industrial Workers of the World. Del otro infortunado camarada ni el nombre se ha sabido, pues se les tiene rigurosamente incomunicados.
Las autoridades de Mexicali, por órdenes directas de Francisco I. Madero, han sujetado a esos pobres compañeros a torturas que la más corrompida imaginación tal vez no pudiera concebir, con el fin de que denuncien a los libertarios de los alrededores. Se les clavan estaquitas de madera entre la uña y la carne de los dedos de los pies y de las manos; se les tiende boca arriba y por medio de un embudo se les llena de agua el estómago hasta que se desmayan. Estos suplicios fueron aplicados a Juan F. Montero, Emilio Guerrero,2 Mariano Barrera,3 Leonardo Gutiérrez, y a muchos otros compañeros en la Baja California. Y cuando las víctimas, quebrantadas, aniquiladas, desfallecidas están próximas a despedirse de este mundo de injusticia, de crueldad, de iniquidad; cuando los verdugos comprenden que es inútil la tortura para hacer que esos espíritus de bronce denuncien a sus compañeros, se les fusila.
Apretad, tiranos. No tengáis misericordia con los nuestros. A vuestra piedad contestamos con nuestro salivazo; pero tened entendido, monstruos sanguinarios, que dentro de poco tiempo no quedará ni uno solo de vosotros en territorio mexicano.
Bebed sangre por última vez, burgueses, y autoridades. Hartáos, malvados, de sangre pura, de sangre roja de los hijos del pueblo. Dáos prisa, porque vuestros instantes están contados.
Ricardo Flores Magón
1 Refiérese a “Los perros maderistas”; Regeneración, 16 de septiembre de 1911, núm. 55, p. 3.
2 Emilio Guerrero. N. Mulegé. Cucapá. Junto con otros miembros de su étnia contrabandeó armas hacia Baja California para la incursión magonista. Al parecer, bajo el nombre de Pedro participó en la toma de Mexicali. En abril, en El Álamo, se separó del grupo liderado por Jack Mosby y junto con el grupo de Francisco Pacheco toman la comunidad de San Miguel donde matan a Jorge González, acusado de la muerte de Simón Berthold. Merodea por San Telmo, donde asalta el coche correo y avanza sobre San Quintín, provocando así el incidente internacional con el destructor inglés Shearwater. En mayo de 1911, separado ya de Pacheco, con un grupo de kiliwas y pai-pais llega a Tijuana. Ahí uno de los hombres de Guerrero quema, el 5 de junio, la bandera que Dick Ferris pretendía imponer cuando intento apoderarse del movimiento. Con 12 hombres se dirige a la Sierra de San Pedro Martir. Mantiene una refriega con rancheros de la zona. Regresa a Mexicali, entrega las armas y Rodolfo Gallego, entonces subprefecto maderista del poblado lo nombra policía, sin embargo Guerrero mantiene relación clandestina con la JOPLM. Enviado a Ensenada donde se le intenta asesinar, viaja a Los Ángeles, Calif., donde es arrestado, acusado de robo y saqueo. Se le extradita a Ensenada donde es juzgado nuevamente. En 1913, se le condena a muerte. Se le remite a la penitenciaría de Guadalajara de la que escapa y huye a Belice. A The Los Ángeles Examiner declaró que su misión era “la recuperación de miles de acres de tierra a lo largo de la península de Baja California, de los que habían sido despojados los indios”. En The San Diego Union se le describió así: “y su líder, el más moreno de ellos, es un indio de terrible apariencia, vestido de brillante camisa roja y cargando un rifle con su nombre grabado”. El general Manuel Gordillo Escudero, lo describió como el “Emiliano Zapata de la región”.
3 Mariano Barrera. En posesión de documentos de la JOPLM, fue aprehendido en Mexicali el 23 de enero de 1911, días antes de la incursión magonista a esa población. Fue fusilado sin juicio previo en junio de 1911.
Bastante alharaca han estado armando los periódicos burgueses de todos los colores que se publican en México, sobre una vasta conspiración magonista, como ellos llaman a la actividad de los libertarios, que ha sido descubierta. Se citan nombres de personas que se dice están complicadas en la conspiración, se habla de planes fantásticos que debían ser puestos en práctica hoy, 16, y hasta se han estado llevando a efecto arrestos de personas perfectamente inocentes, a quienes ni siquiera conocemos, con quienes no hemos cruzado una carta.
Algunas de esas personas han sido fusiladas, otras se encuentran incomunicadas y sujetas a torturas en los calabozos de la Dictadura Madero-de la Barra. A algunas de esas indefensas víctimas del miedo del gobierno y de los ricos, se las está torturando de diversas maneras. No se permite a los prisioneros que reciban comidas, pues se les ha sujetado a la alimentación simplísima de pan y agua. A otros, se les saca de los calabozos a altas horas de la noche, se les respalda contra alguna pared, se les embocan los fusiles y se les grita: “¡declaren que son magonistas o los matamos!” Muchos, por salvarse, dicen: “somos magonistas”; pero con ello solamente logran prolongar su agonía, pues días después son fusilados o envenenados o apuñalados en el fondo de sus calabozos, sin sentencia judicial, sin pruebas de ninguna clase, bastando solamente la delación de cualquier malnacido como Villarreal y Sarabia, para arrojar a la tumba a cualquier inocente.
Mucho se ha bordado sobre que vino a esta ciudad “un joven obrero” y que ese joven logró sorprender muchos secretos, y que, gracias a eso, se están llevando a cabo los arrestos de presuntos magonistas en México. Todo eso no es más que una infame mentira. No ha estado en esta ciudad ningún individuo que haya sorprendido planes, ni nombres, ni nada. El despotismo de los malnacidos Madero y de la Barra quiere un pretexto para sembrar el terror entre todos sus oponentes. Eso es todo. Nuestros compañeros, los verdaderos libertarios, no han sido descubiertos. Los pobres hombres arrestados, no tienen nada que ver con la actividad revolucionaria de los miembros del Partido Liberal Mexicano, y, por lo tanto, nuestros compañeros que se preparan en México para levantarse en armas, nada tienen que temer. Están completamente seguros. Los que están siendo arrestados no tienen ningún compromiso con la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano; pero el despotismo quiere hacer entender que son libertarios, que ya se tienen todos los hilos de la conspiración, para que nuestros compañeros se oculten o huyan y dejen, por lo tanto, de organizar el movimiento revolucionario que tiene que reforzar al que ya existe, al que está provocando la invasión de las haciendas y de la expropiación de las mismas por los proletarios que al fin han sentido vergüenza de depender de amos, cuando en sus manos está el ser libres, con el sólo hecho de tomar posesión de la tierra y de todas las industrias para trabajar en común.
Así pues, no hay que alarmarse. El despotismo no ha descubierto nada. ¡Adelante, camaradas, hasta hacer limpia del último burgués y de la última autoridad!.
Ricardo Flores Magón
¿Quisieran decirme los curitas de San Gabriel, California, de cuándo acá les ha entrado el amor con tanta fuerza por el iniciador de la Independencia Política de México, Miguel Hidalgo y Costilla?
¿No recuerdan esos curitas que fueron los frailes, los clérigos de todos los pelajes los más encarnizados enemigos de aquel noble anciano? ¿No recuerdan los curitas sangabrieleños que el clero de México excomulgó a Hidalgo? ¿No recuerdan esos curillas que el Tribunal de la Inquisición degradó, insultó y ultrajó al mártir de Chihuahua, Miguel Hidalgo y Costilla?
El clero ha sido siempre el peor enemigo de la libertad humana. ¿Por qué toma ahora el nombre de Hidalgo y lo bendice y lo ensalza y aun le levanta altares y llama a las personas sencillas a rendirle culto?
Porque el clero es siempre hipócrita. Si se lanza una nueva idea, ahí lo tenéis fulminando excomuniones y anatemas; pero cuando la idea triunfa, entonces lo veréis patronizándola y alardeando de ser él, el clero, el defensor más desinteresado de lo que ayer combatió con todas las artimañas que acostumbra. Los sacerdotes condenaron a Cristo; triunfaron las doctrinas del mártir del Calvario y ahí los tenéis ahora adorándole; pero, por supuesto, guardándose muy bien de ser humildes, de ser frugales, de ser virtuosos. Truenan contra la lujuria desde el púlpito, sin perjuicio de mantener a varias queridas; amenazan a los borrachos con la lumbre del infierno, aunque ellos amanezcan crudos todos los días; aconsejan no robar y venden porquerías en sus iglesias a precios de robo, y así por el estilo.
Hoy se celebra en San Gabriel, por los curitas, el 16 de septiembre; y, por lo que ha llegado a mis oídos, se trata simplemente de hacer negocio. No asistáis a esa fiesta mexicanos. Recordad que los frailes fueron los verdugos de Hidalgo; que los frailes recibieron bajo palio a los invasores americanos en 1847; que los frailes fueron a Europa para llevar a México a aquel pobre iluso que se llamó Fernando Maximiliano de Habsburgo. Volved la espalda a los frailes y uníos al Partido Liberal Mexicano que no quiere frailes, ni autoridades, ni burgueses.
Ricardo Flores Magón
Acaba de aparecer en los periódicos de México, el convenio celebrado entre los llamados representantes de la tribu yaqui y Madero, como representante del gobierno mexicano. Por ese convenio se ve que se trata de engañar a los yaquis con promesas de darles tierras que no sirven, que hay necesidad de desmontar y de irrigar, en una palabra, se les va a poner a trabajar como esclavos componiendo terrenos, para después dárselos a los extranjeros.
No os dejéis, hermanos. Muchas veces os han engañado los políticos. Cuando llegue ante ustedes la comisión de “vuestros representantes”, arrestadlos y juzgadlos como traidores, pues no son otra cosa que vividores y malos yaquis. Se os quiere someter dándoos los terrenos inservibles de propiedad nacional que hay en los ejidos de los pueblos de Torín, Vícam, Pótam y Rahum. No os conforméis con esa limosna vergonzosa. Comprended que se os da eso, porque se os teme.
Tomad toda la tierra que teníais antes, sin fijaros en quiénes las poseen actualmente. Tomad todos los implementos de labranza que encontréis a la mano y ponéos a trabajar con el fusil terciado. No pidáis: tomad.
Imitad todos el ejemplo de los 500 compañeros yaquis que tomaron por asalto el 31 de agosto el cuartel de los federales y maderistas en Pitahaya y enarbolaron la Bandera Roja, con la inscripción: Tierra y Libertad, según despacho publicado en El Imparcial, del 2 de este mes. Ellos no se rinden y quieren toda la tierra y todas las industrias para los pobres.
Esos compañeros están usando la flecha Regeneración que inventó el camarada del Estado de Jalisco,1 flecha que, como se sabe, es muy sencilla. No se necesita otra cosa que un arco común y corriente. La flecha se hace de carrizo delgado, llenando de dinamita o nitroglicerina el canuto de la punta. En lugar de dardo, se aplica a la punta una cápsula de las que usan los mineros, y eso es todo. Con esa arma tenemos que conquistar los desheredados Pan, Tierra y Libertad para todos, hombres y mujeres.
Conque, no hay que rendirse.
Ricardo Flores Magón
1 Vid. supra. n. 314.
Siguen los arrestos de personas a quienes el despotismo Madero-de la Barra considera “magonistas.” Ninguno de los arrestados pertenece al Partido Liberal Mexicano ni ninguno de ellos trabaja por los principios antiautoritarios y anticapitalistas del mismo. Todas esas inocentes personas están siendo tratadas con lujo de crueldad; algunas ya fueron fusiladas; otras lo serán proximamente. Sin ninguna prueba, sin ningún dato por vago que fuera para la condenación de tantos y tantos inocentes, las ejecuciones se suceden día a día, sin formación de causa, sin sombra de proceso judicial, bastando el dicho de cualquier esbirro para arrojar a un hombre a la tumba. ¿Y la Constitución? ¿Y las garantías individuales? ¡Ah, bandidos asesinos de la Barra y Madero: Zapata os colgará bien pronto!
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¡Se resolvió la cuestión agraria! Un periodista fue a visitar a de la Barra a quien hizo esta pregunta: “¿El gobierno tiene ya decidida la cuestión agraria?” A la que el presidentillo contestó: “Ya está nombrada una comisión, que integran TRES ABOGADOS, TRES INGENIEROS Y TRES HACENDADOS.” Eso es tanto como que el carnero nombre juez al lobo.
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Al referirse el Sr. Ingeniero Andrés Molina Enríquez a lo que podría ganar la clase pobre si Madero, por desgracia, llegase a hacerse fuerte, dice que Madero no podrá ni querrá dar algo bueno al proletariado. Así habla el Sr. Molina Enríquez: “No querrá, porque no está en su naturaleza de criollo, de hacendado y de conservador, luchar por el bienestar de los pobres: al contrario, reconstituirá todas las haciendas perjudicadas, castigará sin misericordia y por la mano de hijos del pueblo, como el señor general Hernández (un asesino que por órdenes de Madero está asesinando por centenares a inocentes personas en el Estado de Morelos) a los que se hayan atrevido a tocarlas y afirmará y remachará la esclavitud de los trabajadores, por medio de leyes que se vienen elaborando sin misterio y que se basan sobre el concepto de que los mestizos y los indígenas mexicanos somos de raza inferior, y necesitamos, para trabajar y vivir del látigo del capataz. No podrá por otra parte, el señor Madero, aunque quiera, satisfacer a los que le siguen, porque el trastorno económico de Nación no le dará los recursos suficientes.”
Conque, adoradores del Chato, a volver los fusiles contra el negrero de la Laguna.
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Madero ofrece a los yaquis, para que se apacigüen, la edificación de iglesias católicas. ¡Eso es observar la ley! ¡Para que se “conquistara” la separación de la Iglesia del Estado, se derramaron torrentes de sangre en México hace muchos años!
Ahora, de una plumada, el farsante Chato tacha esa ley. ¿No es cierto lo que decimos los liberales que la Ley es un trapo del suelo?
Nada de frailes; a echarlos a todos de México.
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Maderillo anuncia que, si llega a ser Presidente, se verá precisado a obrar fuera de la ley porque sí y porque sí.
¿Podrías decirme, Chato estúpido, cuándo y en que país se ha realizado el milagro de que un gobernante no se coloque fuera de la ley y obre a su capricho o al capricho de los vividores que lo rodean?
Desde el momento en que un pueblo da poder a un hombre para que lo gobierne, el hombre del poder se cree superior a los demás hombres y obra conforme a su capricho. Eso es lo que obtienen los pueblos por nombrarse amos. ¡Y pensar que hasta se mata la gente por nombrarse verdugos, o sea gobernantes!
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¡Sufragio Efectivo! Por este grito estúpido se descrismaron y se están discrismando muchos borregos, ¡y para qué!
El Presidente Municipal del Rodeo de Durango, ha ordenado que se persiga hasta exterminarlos a todos aquellos que pretenden instalar clubs electorales que no sean maderistas.
Griten, mejor, ¡Tierra y Libertad!, animales, y láncense a la expropiación.
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Se pelean las comadres. Francisco Vázquez Gómez está que bufa contra el Chato, a quien le atribuye ser todo esto: cobarde, ambicioso, desleal, traidor, bajo (de cuerpo y alma), tirano y qué sé yo que más.
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Maderistas y reyistas se agarran a las pedradas, a los trancazos, a las cuchilladas, a los balazos por dondequiera. Y reyistas, científicos, maderistas y vazquistas andan por todas partes como perros a caza de liberales, y los liberales pueden luchar contra todos los burgueses a la vez como lo han demostrado en estos últimos meses.
De este caos tiene que salir algo bueno para los proletarios si nos unimos todos bajo los pliegues de la gloriosa Bandera Roja.
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“No hay ya revolución,” dice el ministro de Gobernación, un negrero aristócrata llamado Alberto García Granados. ¿Y Morelos? ¿Y Sinaloa? ¿Y Sonora? ¿Y Colima? ¿Y Puebla? ¿Y Veracruz? ¿Y Guerrero? ¿Y la extensa red de guerrillas liberales en toda la extensión de la República Mexicana?
¡García Granados: francamente, ya chocheas!
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Una pregunta a la Inspección de Sanidad de la ciudad de México: ¿por qué no paga la libreta la Toñita I. Villarreal?
Varias mujeres me escriben de la ciudad de México diciéndome: “o todas hijas o todas entenadas.”
Conque a contestar la pregunta.
Ricardo Flores Magón
Compañeros:
Regeneración tendrá que morir infaliblemente, si no recibimos una pronta y vigorosa ayuda pecuniaria.
La muerte de Regeneración significaría la muerte del grito de los rebeldes mexicanos, grito que se apagaría al llegar a las fronteras donde la censura oficial es estricta.
Por Regeneración se conoce el magno movimiento en todo el mundo, y es necesario que se conozca, para que, cuando los Estados Unidos o cualquiera otra potencia pretendan invadir el territorio mexicano, se levanten todos los proletarios de la tierra en son de protesta, y así, el acto de aplastar a los mexicanos no se llevará acabo. Esto no quiere decir que los mexicanos tengamos miedo a los ejércitos extranjeros. Si todo el mundo se nos echa encima contra todo el mundo lucharemos, pues estamos decididos a no ser más esclavos de la Autoridad ni del Capital.
La voz de Regeneración es necesaria, porque no solamente a combatir sino a poner en práctica los ideales del Partido Liberal Mexicano: la expropiación de los bienes que detentan los ricos, para que los usen y gocen los pobres en común. Estas doctrinas están ya siendo puestas en práctica por los rebeldes de varios Estados como Morelos, Puebla, Michoacán, Guerrero, Yucatán, Veracruz y otros. Estas doctrinas elevarán al pobre, al que sufre, al que vive humillado, a la categoría de hombre libre y humanamente feliz.
Regeneración es el alma del movimiento económico en México.
Hay, pues, que salvar a Regeneración, y parte de ello, suplicamos a nuestros Delegados que envíen sin pérdida de tiempo a esta oficina cuanto reciban de dinero de los compañeros y simpatizadores. Solamente de esa manera creemos que se salvará el periódico. La deuda que tenemos no decrece y se necesita cubrirla cuanto antes.
A los compañeros en general les suplicamos que envíen dinero sin pérdida de tiempo, que no se cansen de ayudar, que no desmayen en los momentos en que ya se están viendo los resultados de la propaganda y de la acción. ¡Adelante, compañeros, hombres y mujeres!
Ricardo Flores Magón
Estamos recibiendo cartas de muchos mexicanos residentes en San Gabriel, California, en que se quejan amargamente de los curitas de ahí.
Dicen los quejosos que los curitas anduvieron de casa en casa recogiendo aquí una buena gallina, allí un marranito, más allá un guajolote, frijol en una, maíz en otra, arroz, café, azúcar, harina, cuanto encontraron y quisieron dar los fieles ya en efectos ya en dinero bastante todo para surtir un gran almacén. Pues bien, los que dieron la platita o el marranito o lo que se quiera, creyeron que tendrían entrada libre al salón de baile el 16 de septiembre; pero cual no sería su decepción al tropezar con un cura ventrudo que les dijo: “échense diez fierros por cabeza.” Pasaron por esa prueba, dieron los consabidos diez fierros como en cualquier baile de negocio y se pusieron a echar ojo a la muchacha que más les “daba el alazo” para gozar de los placeres del baile. Cada quien escogió su pareja y a bailar; pero no había durado un cuarto de minuto la pieza, cuando la orquesta dejó de tocar. Entonces, los bailarines tuvieron que pagar cinco centavos por lo que habían bailado. ¡Cinco centavos por cada pieza que no duraba un cuarto de minuto! ¡Ese es negocio!
Pero ¿dónde está Cristo que no empuña otra vez el látigo y arroja del templo a los mercaderes?
Y vosotros, candorosos fieles, ¿no os dáis cuenta de que la religión es un comercio como otro cualquiera?
Una pregunta: ¿pudiera informarse al pueblo de San Gabriel dónde está esa escuela que los curitas ofrecieron y para la cual sacaron muy regulares sumas de dinero a los fieles? Por nuestra parte, mejor que no se funde ese antro de estupidez, de hipocresía y de egoísmo; pero sería bueno que se devolviera la platita a los donantes, muchos de los cuales están en pésimas condiciones pecuniarias.
Y hasta la otra.
Ricardo Flores Magón
Los medios pacíficos tan cacareados por los políticos como los únicos que deben ser empleados para resolver todos los problemas que tiene en frente la humanidad, han perdido su prestigio. Por todo el mundo, en estos momentos de efervescencia revolucionaria, se oye el grito de ¡a la acción directa!
En Viena, capital del Imperio Austro-Húngaro, el proletariado se rebela contra la voracidad de la burguesía que ha ocasionado que los precios de los alimentos, de los alquileres de casas, de los vestidos, de todo, alcancen alturas que no pueden soportarse mientras los salarios son los mismos de siempre. La soldadesca y los polizontes, cargan sobre las multitudes; pero éstas levantan barricadas y desde sus aspilleras reciben a los esbirros con torrentes de piedras.
En Londres, en París, en Berlín, en Roma, en varias ciudades de Bélgica y en las poblaciones del norte de Francia, nuestros hermanos de miseria se echan sobre los almacenes, olvidando las enseñanzas de la maldita escuela burguesa que hacen creer que es justo que unos cuantos tengan de sobra enfrente de las masas indigentes, necesitadas de todo.
En España, la huelga general hace estremecer el Capital y a la Autoridad en toda la extensión de su territorio. En Zaragoza se amotinan los pobres; en Valencia los trabajadores se baten con la policía y las masas gritan ¡viva la revolución!; en Bilbao, Huelva, Cádiz, Sevilla y Gijón ejércitos de desheredados dejan caer la herramienta, abandonan la máquina y se lanzan a la calle inflamando todavía más el ambiente con sus gritos revolucionarios. En Barcelona y otras ciudades de Cataluña está para estallar la huelga general.
En Irlanda, los ferrocarriles entran en huelga, y su movimiento puede contagiar a los trabajadores en transportes de Inglaterra que tan vilmente fueron traicionados por sus leaders.
En China, los misioneros religiosos que van a embaucar al pueblo, así como los aventureros que van a hacer negocio explotado a los hombres, corren en estos momentos el riesgo de perder sus nada apreciables existencias de parásitos de la colmena social.
Todos convienen en que el socialismo ha tomado una nueva táctica en su lucha. El parlamentarismo ha sido un fracaso. ¡Viva la acción directa!
Sin embargo, los leaders tratan de desviar la acción viril del proletariado europeo, haciendo representaciones a los gobiernos y a los parlamentos dizque para obligarlos a tomar medidas que detengan el movimiento económico. Ya lo véis hermanos; por todas partes son la misma cosa los llamados “amigos” de la clase trabajadora. Hacéis bien vosotros de tomar desde luego posesión de lo que la burguesía detenta, sin esperar nada de parlamentos ni de gobiernos.
Nada de medios pacíficos, camaradas de Europa. Aprended cómo obran los mexicanos. Los mexicanos están tomando posesión de la tierra, la están ya trabajando con el fusil terciado, y, la toma de posesión de todas las demás industrias, es ya sólo cuestión de unos cuantos meses.
La Revolución Social despunta por todas partes. Las muchedumbres proletarias no quieren resignarse a soportar el hambre hasta que se cumplan las promesas de los políticos. Los hambrientos quieren sentarse desde luego a tomar su parte en el gran festín de la vida del que han estado privados desde que apareció el primer burgués y hubo el primer gobernante.
¡Viva Tierra y Libertad!
Ricardo Flores Magón
El compañero Antonio Rincón,1 residente de San Gabriel, California, nos comunica que el viernes 15 en la noche le dio aviso un chiquillo de que alguien había entrado furtivamente al corral de su casa. El compañero, armado de un garrote salió a buscar al misterioso invasor a quien encontró oculto bajo las ramas de un durazno. Echó garra de él y lo puso en la calle.
Al día siguiente el compañero puso su queja ante el Sheriff de San Gabriel, pidiendo el arresto del hombre, a quien reconoció ser un tal Olivas. El Sheriff dijo que resolvería el domingo. El domingo dijo que nada podía hacer contra Olivas, porque éste es un representante de la autoridad que, probablemente andaba en busca de un tal Sosa que había dado muerte a una mujer en Cucamonga.
Esto quiere decir que la autoridad no sirve para proteger a los individuos. Olivas no tuvo el menor derecho para invadir la residencia del compañero Rincón. Este compañero pudo haber dado muerte al invasor, pues que a ello dio lugar. No lo mató, por lástima, y ahora resulta con que la autoridad no quiere detener a Olivas, porque Olivas es polizonte y ¿cómo se ha de obrar contra un polizonte como contra cualquier pobre diablo?
El Sheriff de San Gabriel se llama Manuel Salazar. ¿No tendrá este Salazar algún superior jerárquico que le jale las orejas? No creo que lo haya, porque el superior dirá la misma cosa: ¿por qué tratar a un agente de la autoridad como un pobre diablo cualquiera?
Y todavía dicen algunas gentes asustadizas: ¿cómo ha de ser posible vivir sin gobierno? A lo que se me ocurre preguntar a mi vez: ¿cómo ha sido posible vivir con gobierno? Porque con gobierno, el pobre ha vivido siempre oprimido, vejado, burlado, estropeado, vilipendiado. El pobre no recibe del gobierno más que ultrajes de todo género. ¿Para qué querer, pues, eternizar lo que no sirve? Cuando el pobre es objeto de un atropello y llama la atención de la autoridad acerca de ello, entonces se le sala con que “no es posible hacer nada, porque el que cometió el atropello es nada menos que una AUTORIDAD.”
Ricardo Flores Magón
1 Antonio Rincón. Residente de San Gabriel y Los Ángeles, California. Mantuvo vínculos con la JOPLM de 1911 hasta 1916. En 1911, las autoridades mexicanas lo ubican como uno de los redactores de Regeneración Miembro del Grupo Regeneración de San Gabriel, California. Suscribe el Manifiesto “A los Trabajadores del Mundo”, en el que se denuncia al Grupo Fraternidad de Boston, Mass, mismo que propagó una serie de calumnias sobre los magonistas a fines de 1915. Suscribe, además, el Manifiesto “A los IWW” en el que se pide a los trabajadores de esta organización que no secunden la postura la Rama Latina del Local 602, que acusa a los magonistas de ser enemigos de los wobblies.
¿Qué sucede? He venido haciendo cargos concretos contra Antonio I. Villarreal.1 Le he llamado pederasta y asesino y otras cosas más, y él, tan “fresco.”
¿Por qué no contesta? ¿No fue un ser humano el infortunado joven José Flores? ¿No es algo que avergüenza el amorío de un macho con otro macho?
Antes que hacerme cargo alguno Villarreal, debió haberse sincerado: debe esa sinceración a los que le estrechan la mano diariamente; debe esa sinceración a los honestos obreros a quienes invita a formar uniones para él vivir de ellas; debe esa sinceración a sus compañeros de redacción del periódico que sostiene mi hermano Jesús; debe esa sinceración a todos los que con él tienen relaciones, pues es natural que los que lo frecuenten se sientan avergonzados y piensen en aquello de “quien con lobos anda…”
Yo me he sincerado de todos y cada uno de los cargos que me hace Villarreal. Sus imputaciones sobre [que] recibo dinero de los científicos y aun de los reyistas, han caído por tierra con la sola arma de la lógica, porque, en efecto, ¿qué partido autoritario y capitalista, podría fomentar un movimiento netamente anti-autoritario y anti-capitalista?
El silencio no disculpa; antes, mejor, en el caso de Villarreal, acusa. Por todas partes se dice puesto que Villarreal se calla ante el tremendo cargo de que no es hombre, sino un… pederasta, debe ser cierto lo que dice Magón.
A hablar, pues, cachetón, cara dura, cínico. Y los que tienen tratos con él, exíjanle que me conteste; que no se salga de la cuestión; que demuestre que no es cierto “lo del barbero” que ponga en claro que no hubo tales “idilios” detrás de una cerca…
Villarreal no tiene derecho a ver a ningún hombre de frente; Villarreal debe ser escupido por todos los hombres y por todas la mujeres.
Ricardo Flores Magón
1 Vid. supra. “Villarreal ya no es miembro de la Junta. Ahora es maderista”; Regeneración, 4 de marzo de 1911, núm. 27, p. 1 y “Patadas de ahogado del pederasta y asesino Antonio I. Villarreal” ”; Regeneración, 2 de septiembre de 1911, núm. 53, p. 2.
¿Quién hizo la tierra? Los creyentes dicen: Dios. Los que creemos en la vida eterna de la materia decimos: nadie la hizo.
Pero nadie dice que la tierra fue hecha por la burguesía que la retiene en su poder. En ninguna parte consta que la tierra fue creada por esos señores barrigones que dicen que es suya. ¿Con qué derecho, pues, se atreve la burguesía a retener para su casta lo que, según las religiones, fue hecho por Dios, o, según los materialistas, no fue hecho por nadie?
La tierra debe ser para todos, como para todos es el aire, el calor solar, el agua, todo lo que la naturaleza nos brinda. ¿Qué haríais si de la noche a la mañana se decretase un impuesto, esto es, una renta por el aire que respiráis y el calor y la luz del sol de que os aprovecháis? Indudablemente que vuestra indignación tomaría proporciones de rebelión y que os lanzaríais enfurecidos contra los bandidos que tal impuesto decretasen. Y, haríais eso, precisamente porque comprendéis que el aire y lo demás son bienes naturales, forman parte del patrimonio común a todos los seres vivientes.
Sin embargo, cuando se trata de ese otro bien natural, la tierra, véis casi con naturalidad que los que la poseen os cobren renta por aprovecharos de ella, cuando la tomáis en alquiler, o que se os pague a ración de hambre cuando la trabajáis para el amo.
Tan injusto es el adueñarse de la tierra para tener en constante dependencia a los pobres, como injusto sería el adueñarse del aire y de la luz, si eso pudiera hacerse.
Por eso los liberales enarbolamos la Bandera Roja y gritamos ¡Viva Tierra y Libertad!
¿Quién hizo la espléndida maquinaria que admiramos, los túneles que atraviesan las montañas, los mulles donde atrancan los barcos, en pocas palabras, quién hizo todo lo que contribuye a hacer agradable y bella la vida de las clases privilegiadas? Todo lo que vemos, todo lo que constituye la riqueza social, es el producto de muchas generaciones de trabajadores que han dejado sus huesos en las minas, que han dejado su sangre en los campos, que han acortado su vida en el taller, en la fábrica, en todos los lugares de explotación, en el laboratorio, en el taller del artista, etc., etc., dejando cada generación laboriosa a la siguiente el desarrollo y perfección de lo ya creado.
Si todo lo que constituye la riqueza ha sido creado por generaciones de trabajadores, de sabios, de artistas, de investigadores, de inventores de todo género, ¿con qué derecho se declara dueño de todo ello un reducido número de capitalistas? ¿Pusieron ellos su inteligencia y sus brazos para crear esa riqueza? ¡No!
Por eso los liberales decimos que, puesto que la riqueza es el producto del esfuerzo y de la inteligencia de nuestros antepasados trabajadores y de los trabajadores presentes, todo debe ser para todos en común.
Y como la clase privilegiada no quiere devolver a los trabajadores lo que les ha robado, y la Autoridad apoya el latrocinio de la burguesía, gritamos indignados: ¡Muera la Autoridad! ¡Mueran los Ricos!
Ricardo Flores Magón
Mañana es el día fijado para que se lleven a cabo las elecciones primarias para Presidente y Vicepresidente de la República. Mucho han discutido los políticos en estas últimas semanas sobre la conveniencia de aplazar las elecciones o la conveniencia de llevarlas a cabo a todo trance el día de antemano fijado. Mientras los dos hermanos Vázquez Gómez, Bernardo Reyes y Jorge Vera Estañol han atronado el espacio con sus voces pidiendo el aplazamiento de las elecciones, Madero, de la Barra y sus compinches se han opuesto tenazmente a ese aplazamiento. Total: que mañana habrá “elecciones.”
¡Pobres ilusos! La clase trabajadora ha perdido la fe en la política; la clase trabajadora ya no cree en la boleta electoral; la clase trabajadora representada por los liberales tiene enarbolada la Bandera Roja y se bate contra maderistas, vazquistas, reyistas, científicos, delabarristas y demás partidos burgueses por todas partes del país.
En estos momentos, el movimiento agrario de Emiliano Zapata tiene trastornada la paz en los Estados de México, Morelos, Guerrero, Oaxaca y Puebla. Los hacendados salen huyendo de las haciendas y todos los demás burgueses hacen lo mismo, para no pagar con sus vidas las humillaciones y los robos de que por tanto tiempo hicieron víctimas a los pobres.
En Chiapas, los indios chamulas están sobre las armas haciendo volar a los negreros que los habían tenido en la esclavitud.
En Yucatán se recruduce el odio de los peones contra la maldita burguesía y la tierra continúa siendo ocupada por sus legítimos dueños: los trabajadores.
En la Huasteca el estampido de los cañones maderistas prueba solemnemente que hay allí hombres dignos que no quieren someterse a ninguna autoridad.
En Sonora, dos mil camaradas yaquis levantan las cosechas de las siembras que habían sido hechas en sus tierras por los usurpadores y 500 de ellos enarbolan la Bandera Roja en la Pitahaya, ante la que retroceden espantados los menguados maderistas.
Sinaloa, en armas, es teatro de sublimes expropiaciones. Numerosas poblaciones indígenas se han derramado por los campos destruyendo linderos y poniéndose desde luego a cultivar la tierra, sin pedir permiso a los “dueños” ni al gobierno.
En Tamaulipas los desdichados maderistas defensores del Capital, se baten diariamente con nuestros hermanos esparcidos en guerrillas por todo el norte del Estado.
En Zacatecas, Coahuila y Durango, los liberales ganan diarias simpatías y diarias batallas.
La prensa de estos últimos días anuncia que la actividad de los liberales es grande en Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Durango, Zacatecas, Veracruz, Puebla, Nuevo León, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Tabasco y Yucatán.
Este es el cuadro de la situación en que se encuentra México en estos instantes. No hay paz, ¿cómo, pues, podrá haber elecciones?
Trabajadores: empuñad todos la Bandera Roja y arrasad con toda esa polilla que os habla de elecciones y farsas de esa clase. ¡Nada de elecciones! A tomar posesión de la tierra y de todas las industrias para el servicio de todos! !Esa es la salvación!
El hambre no se satisface con elecciones ni con encumbrar a señores de levita que darán un puntapié a los votantes tan pronto como estén arriba. ¡A expropiar y a organizar la producción de una manera racional según las necesidades de los habitantes de cada región!
No olvidéis que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos. Esta es la mejor oportunidad que se presenta para la emancipación. ¡Adelante!
Ricardo Flores Magón
¡Cara de Hígado ya no es maderista!… Ahora es reyista. El pobre degenerado necesita centavos para atiborrarse de cerveza, y como los millones que Rockefeller dio a Madero para ensangrentar el suelo mexicano están ya guardados bajo veinte llaves en los arcones del Chato y no hay más dinerillo para Hígado, éste perrillo ha tenido a bien cambiar chaqueta… ¡Que con su pan se lo coma!
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¿Conocen ustedes a un zaragate que se llama Cástulo Herrera? ¿No? Pues, sépanse ustedes que es nada menos que un “libertador” que hasta hace poco la hacía de cuico de la ciudad de Chihuahua, hueso que alcanzó por haber servido al Chatito de mis entretelas.
Pues, bien; a este “libertador” se le puso de la noche a la mañana irse de mosca a la ciudad de México en busca de hueso más substancioso, patrocinado por el pederasta Villarreal y el eunuco Sarabia; pero allí le dieron con la puerta en los hocicos los señores Madero y de la Barra, y ahora están bramando los desdichados traidores porque ni siquiera tienen influencia para conseguir una plaza de barrenderos para sus amigotes. ¡Qué grandes son el marimacho y el judas!
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P. Casals1 y Julio Cadena, ¡he ahí dos parásitos de la más insignificante especie! Estos son “organizadores” de la “Confederación Nacional de Trabajadores,” que regentean el afeminado Antonio I. Villarreal y el “mártir” Juan Sarabia.
Después de mucho sudar, anuncian a sus cómplices que ya se formó una unión. ¡Casi cuatro meses para formar una unión de cuatro gatos! Compadres: a tirar el arpa. Los trabajadores mexicanos están tomando posesión de la tierra y de las industrias. ¡A organizar a otra parte! Para los expropiadores, eso ya es juego de chiquillos.
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El desdichado Lázaro Gutiérrez de Lara sigue “gozando” de la libertad que ofreció al Chato. Señor Subsecretario de Justicia ¿dónde está esa junta que tan campanudamente ofreció usted que habría bajo su férula? Ponga a ese pobre diablo en la calle, hombre. Le aseguro que es un animalillo verdaderamente inofensivo.
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¡Nuestro “partido” se engrandece! grita gozoso el “coronel” de los 41, Don Antonio I. Villarreal. Y para que sepan ustedes con qué alhajas cuenta el tal “partido,” allá van algunos nombres de sus organizadores: Lázaro S. Alanís, Hilario C. Salas,2 Ernesto E. Guerra3 y otros tránsfugas del Partido Liberal Mexicano.
Con tales organizadores, partido quedará el tal partido. Ese es el partido de los bueyes.
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Dicen los señores que publican Regeneración Burguesa : “Nuestro periódico, independiente por excelencia, ha surgido a luz pública con no pocos esfuerzos.”
¡Alto ahí, briboncillos! Recuerden que el señor Subsecretario de Justicia declaró candorosamente en el primer número de su papasalillo, que él había costeado los gastos del periódico. ¿De que independencia alardean ustedes?
¡Y así piden ayuda a los pobres! ¡Y hasta que hagan propaganda los desheredados de esa inmunda hoja burguesa!
¡A restregarles el papelucho en los hocicos, compañeros!
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¡El leproso de Los Ángeles! Así me llama Toñita. ¡Cosas de las mujeres, hombre!
Ya quisieras, maricón, tener la sangre tan limpia como la mía. Acuérdate de las medicinas que le pedías al Doctor de la Cárcel del Condado de Los Ángeles. ¿No eran para curarte la sífilis?
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Por vida del demonio que no he visto periódico más estúpidamente escrito que Regeneración Burguesa, de la ciudad de México. Hay allí doctores, ingenieros, “pintamonas” pasantillos de derecho, profesores, historiógrafos y la mar de “intelectuales”… y hasta afeminados; pero el pobrecillo periódico parece que está escrito por guajolotes. ¿Qué entusiasmos, qué altas concepciones puede inspirar una lucha miserable de cazadores de empleos?
Antonio I. Villarreal continúa mudo como la Esfinge sin contestar a los tremendos cargos que le hago de ser asesino y maricón.
Contesta, cara de palo.
Ricardo Flores Magón
1 P. Casals. Refiérese a Prudencio Casals.
2 Hilario C. Salas. (1871-1914) Originario de Santiago Chazumba, Oax. Ejerció distinto oficios en Orizaba, Ver. A principios de siglo viaja a la ciudad de México donde conoce a Ricardo Flores Magón y otros liberales y hacia 1904 se traslada a la región de Coatzacolacos, Ver. vinculándose con los indígenas popolucas de Soteapan y Acayucan. En 1905 fue nombrado Delegado Especial de la JOPLM en Veracruz y Tabasco junto con Donato C. Padua. Organiza y participa en la rebelión de Acayucan del 30 de septiembre de 1906, siendo herido en esa acción. Huye a la región textilera de Puebla y Tlaxcala. Tomo parte de la Huelga de Río Blanco, Ver. en enero de 1907. Regresa a la región de Sotepan donde organiza una guerrilla que se mantiene activa hasta 1911. Publicó diversos artículos en Regeneración y México Nuevo, publicó proclamas en español y popolucas invitando a la rebelión y a la toma de tierras. Fue arrestado por órdenes de Francisco I. Madero en febrero de 1911. Liberado en 1913 tras la muerte de Madero, regresó a Veracruz y participó en la lucha contra Victoriano Huerta. Fue asesinado en una emboscada planeada por el hacendado Pedro Carvajal, el 21 de febrero de 1914.
3 Ernesto E. Guerra. Miembro del PL M, originario del estado de Puebla. Mantuvo vínculos con los liberales de Oaxaca, Plutarco Gallegos y Ángel Barrios. En 1906, fue apresado en la ciudad de Puebla y remitido a la cárcel capitalina de Belem, en la que permaneció tres meses. En 1908, emigró a Inglaterra. En 1918, publicó sus memorias noveladas bajo los títulos Luchas Pre-revolucionarias y Máximo. Luchas Civilistas.
Venid, hermanos de miseria, a contemplar conmigo este desfile lúgubre, ¡ah, e insultante al mismo tiempo!
Venid a la cima de mis observaciones; venid, hermanos de hambre y de cadena.
¿Veis esa mujer que esquiva la mirada del policía, que busca la sombra y que cuando acierta a pasar algún varón procura llamarle la atención y sonríe con una sonrisa que parte el alma, porque se adivina que está forzada a sonreír cuando su corazón la invita a derramar lágrimas de sangre? Pues bien: esa mujer es una prostituta. Cuando niña, fue la alegría de su humilde hogar; pero llegó un día en que sus padres no pudieron trabajar más para sostenerla, y tuvo ella que trabajar para sostener a sus padres. Entró a la fábrica y en un rincón la desfloró el amo… el amo maldito que explota el trabajo humano, que convierte en oro el sudor de los proletarios, y, nunca harto, exige el tributo de carne de sus esclavas… La sociedad la maldice, la policía anda a caza de ella para inscribirla en sus infames registros, pues también tiene que pagar su tributo a la autoridad. Vedla: acaba de salir de la fábrica donde ganó unos cuantos centavos que no bastan para alimentar a sus viejos y enfermos padres.
¿Y aquel hombre que tiende la mano a todos los que pasan? ¿Lo veis? Sus brazos poderosos fueron ayer una mina de oro para su amo; pero llegó un momento en que los brazos ya no pudieron producir las ganancias apetecidas por los verdugos del dinero, y, sin decirle “gracias”, fue puesto de patitas en la calle, que así premia la burguesía a los que gastan su salud deslomándose, a los que acortan su existencia sudando, sudando, sudando, para que el amo derroche en placeres el costo de tanto sacrificio.
Ved a ese joven vigoroso dale que dale con el azadón a la dura tierra. Cada golpe representa una moneda que cae en el bolsillo del burgués y un paso del trabajador hacia la tumba.
¿Y ese hombre tiznado y horrible, de dónde salió? Acaba de salir de las entrañas de la tierra, a la que ha arrancado en este día algunas toneladas de carbón para que su amo no tenga frío, y se dirige al pobre hogar, donde la compañera y los niños tiritan desnudos y hambrientos.
Ahí tenéis esa criatura, toda huesos y pellejos, empeñada en extraer una gota de leche de los secos senos de esa mujer andrajosa. Son el huérfano y la viuda de aquel hombre laborioso que quedó sepultado en la mina mientras sacaba libras y libras de oro para su señor.
¿Y esos niños acurrucados debajo de aquel puente para pasar la noche de esa manera? Son los huérfanos de un albañil que pasó la vida edificando casas, casas, casas.
¿Alcanzáis a ver, rodeado de polizontes huraños, a ese hombre que va amarrado codo con codo? Es un “criminal” que llevan a presidio. Salió ayer de su casita con grandes deseos de trabajar. Anduvo de fábrica en fábrica, y de taller en taller y de obra en obra ofreciendo sus brazos para que se los explotasen los santos señores de la burguesía; pero nadie lo ocupó. Regresó al hogar, y encontró a la compañera con hambre, y con hambre, también, a sus pequeñuelos. Salió a la calle, y de la primera panadería que encontró arrebató una pieza de pan para los suyos. Ese fue su delito.
¿Os reís de los chistes y las gesticulaciones de ese payaso que pasa anunciando la función de circo de esta noche? ¡Ah, más bien debiérais llorar como llora en este instante el corazón de ese hombre que ha dejado moribunda a su madre, para salir a buscar unas monedas con qué comprarle medicinas y alimentos, y, apesadumbrado, martirizado, tragándose los sollozos, martirizando sus nervios, estrangulando sus sentimientos para no disgustar al público, gesticula y charla como si fuera el más feliz de los mortales!…
Ved, ved aquellas elegantes y bellas mujeres. ¡Qué telas tan ricas cubren sus carnes! ¡Qué pieles tan finas las de sus zapatos y sus guantes! ¡Qué joyas tan costosas llevan encima! Son las mujeres, las hijas y las queridas de los señores ventrudos, que os desloman y os asesinan lentamente en los trabajos que os veis obligados a desempeñar.
Ved, ved esos señores de levita: son funcionarios de toda clase, a quienes vosotros tenéis que mantener para que os tiranicen y os tengan en la situación en que os encontráis, y para que consagren, por medio de leyes que ellos hacen, el “derecho” de los burgueses a chuparos la sangre. Y si os quejáis, ahí tenéis a la vista miles de soldados, miles de polizontes, muchas cárceles y la muerte, también.
Ahora, decidme: ¿no vale la pena hacer cualquier sacrificio por acabar con este infierno que se llama sistema capitalista? ¡Hablad, hermanos de miseria, y obrad!
Ricardo Flores Magón
El 16 de septiembre fue muerto por un americano apellidado Sherley, el trabajador mexicano Felícitas González, cerca de Keystone Station, como a cinco o seis millas de Imperial, a las siete de la mañana.
El trabajador mexicano pidió su pago a Sherley, por el tiempo que había trabajado en la limpia de los canales. El pago fueron dos tiros que Sherley disparó sobre el mexicano dejándolo muerto en el acto.
La indecente prensa de Valle Imperial ha callado la noticia.
Hechos de esta naturaleza no queremos tolerarlos más los mexicanos. ¡Haga usted una pronta y enérgica investigación del asunto. El asesino dice que nuestro pobre hermano de raza pretendió darle muerte. ¡Mentira!
Luis González, hermano del muerto, presenció los hechos, así como cuatro mexicanos más que están dispuestos, como hombres, a declarar la verdad.
Repetimos que no queremos tolerar más atentados de esos contra individuos de nuestra raza. ¡Basta!
Demuestre usted que vivimos en un país civilizado y no entre hordas de salvajes.
Ricardo Flores Magón
No niego, no puedo negar que hay americanos buenos e inteligentes; pero qué escasos son, qué escasos. El americano standard, esto es, el americano común y corriente es una cosa algo dura de tragar. En cuestión religiosa, es un fanático; en cuestión de política, es un idiota; en cuestión de patriotismo… ¡ay! ¡ay! ¡ay! No hay gente más patriota que él.
El patriotismo es la gangrena de este pueblo. Es su patriotismo un sentimiento enfermizo, cuyas manifestaciones llegan hasta el grado de negar lo que precisamente quisieran afirmar: que son los hombres más inteligentes, más bellos y mejores del mundo.
En la escuela se les atiborra de prejuicios, de estupideces mil. En la escuela se enseña al niño que la raza americana ha hecho prodigios y va a la cabeza de todas las razas de la tierra… y esa patriótica mentira hace a esta gente insoportable. ¡Pobres de los que tenemos la piel un tanto oscura! ¡Pobres de los que no hablamos inglés! ¡Pobres de los negros! ¡Pobres de los mexicanos! Las humillaciones son para nosotros.
Ahí está el niño León Cárdenas. Su delito es ser mexicano; por ser mexicano, las turbas salvajes de las planicies de Texas, pretenden atarlo a un poste, rociarlo de petróleo y prenderle fuego en vida, como lo han hecho con un sinnúmero de mexicanos.
Gracias a la agitación intensa que a favor del niño mártir se ha hecho y se está haciendo, se ha concedido nuevo jurado al inocente. El día 4 de octubre se efectuará ese Jurado en Austin, la capital del Estado de Texas.
Con gusto hemos visto que todos los mexicanos se han puesto en pie para salvar a ese inocente agitando y protestando a su favor; pero los resultados pecuniarios han sido insignificantes, si se tiene en cuenta que los defensores del pequeñuelo piden mil quinientos dólares por hacer la defensa. He aquí lo que ha recaudado el padre del niño hasta el día 23 de este mes:
Balance hasta el día 31 del pasado agosto $11.85. donativos: Maclovia Acosta, El Paso, Tex., 25c; Guadalupe Acosta, 25c; colectado por la compañera Santos de Elizondo, $5.75; colectado por Cayetano Alamán, en Voth, Tex., $10.15; L. Quintero, de Las Cruces, N. Mex., $2; S. Olivas, de Valentine, Tex., $4.59; P. A. Robledo,1 de Los Ángeles, California, $5; colectado por A. Vela, en Blooming Grove, Tex., $8.10; colectado en Roswell, N. Mex., por Mónico Gutiérrez, por P. Galindo, en Pera, Tex., $8; Marcela N. de Guerra, El Paso, Tex., 25c; colecta de Toyah, Tex., por Felipa R. de Flores, $4.35; colecta de Oxnard, California, por Josefina M. Lille,2 $17; colecta de Knipa, Tex., por P. G. Vázquez, $11.40; colecta de Brogado, Tex., por L. Núñez, $5; colecta de Cedar Creek, Tex., por F. Castillo,3 $4.25; Campamento Roble W. O. W., Del Río, Tex., $10; L. Quintero, de Las Cruces, N. Mex., 50c; G. Escajeda, de las Cruces, N. Mex., 50; colecta de Blooming Grove, Tex., $9.80; colecta de Tampa, Fla., por José Rodríguez,4 $13; M. Cumplido, Mapimí, Dgo., Mex., $2.50; colecta de los compañeros de Santa Paula, California, $7; colecta de Needles, California, y Fort Worth, Tex., por José María Rodríguez,5 $9.60; colecta de Necaxa, Puebla, Mex., por M. Ulloa, $7; José Chávez,6 C. Juárez,7 50c; R. C. López, El Paso, Tex., $1; colecta en el campo Hidalgo núm. 2340, Falfurrias, Tex., $10; colectado por F. Arredondo, comisionado por los compañeros del mismo campo Hidalgo, $31.25; colectado por P. A. Robledo, en Los Ángeles, California, $.00. [sic]
Total de lo colectado hasta el 23 de septiembre, $221.65.
Como se ve, ha sido muy poco lo recaudado. Según carta del compañero Cárdenas Martínez, la existencia es de unos cuantos dólares.
Acudid, acudid todos a defender al mexicanito. Todos debemos unirnos en este caso. Ya veis que por todas partes se nos trata como a perros. Ayudad a León Cárdenas Martínez para que salve a su hijo vilmente calumniado por la hordas salvajes del Estado de Texas.
Un animal texano nos escribe diciéndonos que va a pedir que no se deje circular Regeneración en las estafetas. Valiente papanatas ¡Acércate para escupirte el hocico miserable!
Mexicanos: unidos, solidarios, tenemos que hacernos respetar.
No olvidéis que correspondencia y dinero para la defensa del niño deben enviarse a León Cárdenas Martínez, P. O. Box 1124, El Paso, Tex.
Ricardo Flores Magón
1 Rómulo S. Carmona (a) Pilar. A. Robledo. Agente de Regeneración en El Paso, Tex. Miembro fundador del club liberal «Santiago de la Hoz» (marzo de 1906). Orador en la velada en honor de de la Hoz, el 30 de marzo del mismo año. Para 1910, Carmona se traslada a Los Ángeles, California, donde abre la Librería Mexicana «La Aurora», misma que se alimenta con ediciones españolas de corte libertario, diccionarios y novelas. En 1910, edita el libro de poemas de Juan Sarabia. Participa en la campaña a favor del «niño» León Cárdenas. En 1911 forma la «Biblioteca sociológica ‘Regeneración’”, Estableció una segunda librería en El Paso, Tex. Hizo fuertes donativos durante el encarcelamiento y juicio de los miembros de la JOPLM, entre 1912 y 1913. Impulsó las escuelas racionalistas, a través del Centro de Estudios Racionales de Los Ángeles. En 1913, fue nombrado tesorero de la Casa del Obrero Internacional. El 9 de abril de ese mismo año, Carmona, solicita por telegrama a RFM, entonces en McNeil Island, que se sustituya a Teodoro M. Gaitán y Blas Lara Cáceres como encargados de Regeneración por él, Juan F. Moncaleano y Pedro Soto Ramírez, como paso previo para la compra de una imprenta. Trato que RFM no acepta. Los entonces editores de Regeneración (Teodoro M. Gaitán, Blas Lara Cáceres, William C. Owen, Juan Rincón y Alberto Téllez), convencidos de que Moncaleano es quien está detrás de la petición, responden: «Sentimos infinitamente que Pilar A. Robledo, o sea Rómulo S. Carmona se haya dejado sugestionar para caer en un lazo de tan estúpidas pretensiones». Tras ese fracaso, buscó que Jaime Vidal, antiguo editor de Cultura Proletaria (Nueva York), se hiciera cargo del semanario. A partir de ese momento fue considerado «obstruccionista». José Guerra, le acusó de haber retenido las comunicaciones que Emiliano Zapata envió a la JOPLM. A fines de 1913, Carmona expulsó de la Casa del Obrero Internacional a Juan F. Moncaleano.
2 Josefina M. Lille de Delgado. Residente en Oxnard, Italy e Irwindale, California. Organizó colectas a favor de Regeneración de 1911 a 1917.
3 F. Castillo. Probable referencia a Francisco Castillo. Participante en la toma de Jiménez, Coahuila del 26 y 27 de septiembre de 1906. Las autoridades lo describieron de la siguiente manera “36 años, 1.40 cm., blanco, complexión regular, cara redonda, ojos borrados, nariz gruesa, usa bigote, pelo alazán. Viste regular.”
4 José Rodríguez. Obrero del tabaco, residente en Tampa, Fla. Mantuvo vínculos con la JOPLM de 1911 a 1913. En septiembre de 1911 se hace cargo de una colecta para defender la causa de León Cárdenas, “el niño mártir”, quien fue juzgado por asesinato en octubre de ese año en Austin, Tex. Ligado al grupo de Regino García Alonso.
5 José María Rodríguez. Presidente del Grupo Regeneración Agrupación Liberal Guerrero de Needles, California.
6 Probable referencia a José Chávez, residente de Albany, California, originario de Parral, Chih. Hasta 1916 fue contribuyente asiduo de Regeneración, Firmante del manifiesto “A los I. W. W.” (Reg. 1916, 238, 4)
7 Probable referencia a Cástulo Juárez. suscriptor de Regeneración, al menos desde 1906. Inicialmente radicado en Valentine, Texas. Secretario del Grupo Regeneración de Roswell, N. México, (1910), y vicepresidente del Club Praxedis G. Guerreo, de El Paso, Texas, (1911), vinculado al grupo de Antonio I. Villarreal, se separó de este en Ojinaga, Chih., tras un enfrentamiento con las fuerzas del general Escudero Gordillo.
Por Panamá anda suelto un tal M. D. Rodríguez,1 amigo íntimo del grupillo de bribones que de tiempo en tiempo lanzan a la vergüenza pública un papasillo llamado Vía Libre,2 en la Habana, Cuba.
El tal Rodríguez es un individuo que dice profesar altos ideales, y, sin embargo, es el enemigo más enconado con que cuenta el movimiento del proletariado mexicano. Para Rodríguez, el ansia suprema del trabajador mexicano por romper las cadenas del Capital, de la Autoridad y del Clero, es cosa despreciable. Lo que le importa a Rodríguez es hacerse notable, aunque sea a costa de su honor. Él se llama anarquista ¡pobre diablo! sin saber lo que es anarquía. Un anarquista de verdad, amiguito Rodríguez, no trata de desprestigiar un movimiento sano y generoso como el del proletariado mexicano. Los anarquistas han apoyado y apoyan todo movimiento en el cual ven un adelanto hacia la liberación de la clase trabajadora.
Pues, bien; este Rodríguez, es nada menos que “organizador,” de aquellos que gustan darse la gran vida a costa de los proletarios, y que, como ya tienen lleno el buche, predican aquello de “no es tiempo todavía,” “organicémonos primero,” “eduquémonos,” etc., etc. El tal bicho, con sus prédicas, mata los más nobles impulsos de los trabajadores. Se trata de llevar a cabo un acto de justicia, ahí está Rodríguez desanimando a los compañeros; se trata de poner en práctica algo que de un buen impulso al avance de nuestro ideal, ahí está Rodríguez, el menguado, predicando la prudencia; se trata de enviar fondos para ayudar a los revolucionarios mexicanos, ahí está Rodríguez resfriando aun a los que más simpatizan con este hermoso movimiento.
Puede decirse que Vía Libre está tutoreado por ese truhán. Un tal Aquilino López,3 se descalzó una vez, tomó la pluma con las patas y se puso a escribir en contra del movimiento… ¡Y Vía Libre se las echa de ser periódico anarquista!
¡Atrás, bellacos! Vosotros, como el eunuco Luigui Galleani, el vividor que garrapatea en la Crónica Sumisa, no sois otra cosa que “ordeñadores de la rebeldía.”
Ricardo Flores Magón
1 M. D. Rodríguez. Militante anarquista español. En 1907 emigró a Argentina, donde se incorporó a la Agrupación el Rebelde, de Rosario. Corresponsal de Tierra y Libertad (Barcelona), donde publicó algunas reseñas de las movilizaciones obreras de Argentina. A mediados de 1910 se trasladó a Panamá, donde fundaría el periódico El Único (Colón, Panamá, 1911-1912), de tendencias individualistas. Impulsor de la Federación Internacional de Agrupaciones e Individuos Libres del Istmo de Panamá, y del Grupo Los Egoístas (Gatún, Panamá). Colaboró con diversos periódicos anarquistas en lengua española, denunciando las condiciones de trabajo de los empleados en las obras del canal de Panamá. En sus escritos se ocupó también de temas doctrinarios, caracterizándose por asumir puntos de vista ortodoxos frente a temas como el sindicalismo, la revolución o la educación libertaria. Desde algunos sectores de la prensa libertaria de España, Cuba, Argentina y Uruguay se le señaló como confidente de la policía. Empleó el seudónimo “Intransigente” en sus colaboraciones con la prensa ácrata internacional.
2 Vía Libre, (1911- ), (La Habana, Cuba) Dir. Aquilino López.
3 Aquilino López. Aquilino López. Militante anarquista y organizador obrero español, radicado en Cuba. En 1908 fue impulsor de la Liga de Agitación y Protesta por las Víctimas de la Tiranía Mexicana (La Habana). Colaborador del periódico sindicalista El Dependiente y de Vía Libre, ambos de la capital cubana. Hacia mediados de 1911 se trasladó a Panamá, donde trabajó al lado de M. D. Rodríguez.
Los maderistas son cobardes. Lo han demostrado más de una vez. Su triste fama por el orbe vuela, pues hay en sus filas hasta marimachos como el famoso “coronel” Antonio I. Villarreal. El miedo a los liberales y no otra cosa, aconsejó a los maderistas de Ciudad Juárez el llevarse a los compañeros José María Rangel, Prisciliano G. Silva, Eugenio Alzalde, Antonio Seara y Tomás Vargas a la Penitenciaría de la ciudad de México.
Un tren especial repleto de esbirros al mando de Francisco Villa, fue necesario para conducir a nuestros hermanos. La operación se hizo a altas horas de la noche, para que nadie se diera cuenta del acto cobarde. Rangel, herido de gravedad, fue tratado con lujo de crueldad. Antonio Seara, fue víctima de infames violencias por parte del esbirro Justo Acosta, quien de una manera cobarde iba a asesinarlo a sangre fría.
Ahora es tiempo, señor Subsecretario de Justicia, que mande a sus esclavos a que abran una minuciosa investigación sobre la canallesca conducta del esbirro Justo Acosta. Demuestre usted que hay justicia; demuestre usted, que ese gobiernillo respeta a las personas cualquiera que sea su condición social y cualesquiera que sean los ideales que profesen. El esbirro Justo Acosta, es el Alcaide de la cárcel de Ciudad Juárez. Golpeó a Seara hasta que se le rindieron los brazos. ¿No entrará a la cárcel ese canalla?
Mande abrir una inmediata investigación. Pregúntele al compañero Alzalde cómo ocurrió la infamia y ponga en el fondo de un calabozo y a pan y agua a ese Torquemada, mientras se le llega la hora de la guillotina.
Ricardo Flores Magón